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sábado, 4 de enero de 2014

FILOSOFÍA DE LA FRATERNIDAD ROSA CRUZ DE MAX HEINDEL. LECCIÓN 6



FILOSOFÍA DE LA FRATERNIDAD ROSA CRUZ DE MAX HEINDEL. LECCIÓN 6



Razonemos sobre la sentencia del anti-religioso Voltaire: El hombre y sus religiones han evolucionado juntamente en igual grado. La más remota religión de cualquier raza ha sido siempre tan salvaje como el pueblo gobernado por ella, pero a medida que los pueblos se civilizaban, sus religiones se hacían más elevadas. La ley del cuerpo es posible que sea la supervivencia de los más aptos, pero la ley de la evolución del espíritu exige el sacrificio. Es evidente que todo lo que empuja al hombre hacia una más elevada norma de conducta respecto de los demás hombres, tiene que proceder de adentro. Nadie negará que semejante fuerza exista aunque no sea siempre comprendida. El egoísmo es reemplazado lenta, pero seguramente por el altruismo. En el pecho de todo ser humano la fuerza altruista de Cristo obra como un fermento. Gradualmente transformará al salvaje en un hombre civilizado, y con el tiempo, a este último en un dios. Immanuel Kant sentenciaba, en su mandato a priori o imperativo categórico, muy adherido a la verdad a : “obrar siempre de tal manera que la máxima de nuestras acciones sea erigida por nuestra voluntad a la categoría de ley universal de la naturaleza”. Pero su cumplimiento demanda actos volitivos y libres “desde adentro” de gran sacrificio desprovistos de egoísmo y solo deben perseguir el bien común en desmedro de los impulsos o la fuerza que nace del cuerpo emocional y de la mente inferior y que conduce al hombre a buscar solo su propia supervivencia y, entonces, a favor de la otra, la Altruista del Cristo, en un lento proceso que se inicia desde el ser primitivo para evolucionar paulatinamente hasta el dios inmanente en nosotros, y en concomitancia armónica con las leyes de la naturaleza que son las de Señor.

Los grados del ascenso del hombre a Dios son cuatro. Primeramente, sin darse cuenta, el hombre fue sometido a la influencia de los altos Seres quienes guiaban su primitiva evolución. Después él fue colocado bajo el gobierno de mensajeros divinos o reyes a los que él podía ver, y cuyas órdenes tuvo que acatar. Luego se le enseñó que debía someterse a las leyes de un Dios al que no pudo ver, y finalmente, tiene que aprender a ser superior a las órdenes, a ser su propia ley, y por medio de la conquista de su propio ser, vivir en armonía con las leyes de la naturaleza, que son las leyes de Dios.

La religión de la raza era aquella que fue preciso desarrollar en primer lugar; ella fue dada al hombre por el Dios o el Espíritu de la Raza. Esta religión inculcaba cierto grado de altruismo por medio de sacrificios, por lo cual, sin embargo, el Espíritu de la Raza se convertía en protector y conservador de su pueblo. El Judaísmo, el Taoísmo, el Confucionismo y otras semejantes son religiones de raza. Los Espíritus de raza son arcángeles que están elaborando así una fase de su evolución. Las religiones de raza son religiones de separación, y todas inculcan tendencias egoístas a cuenta de otras razas, porque en este grado de desarrollo la humanidad aprende mejor sus lecciones por medio de separación. El patriotismo es el principio esencial del Espíritu de raza. Pero si la "unidad fundamental de cada uno con todos," y una era de amor se han de realizar alguna vez, las religiones de raza deben ser reemplazadas por una más universal, tal como la religión cristiana.

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Las religiones de raza o Jehovísticas implican el sacrificio de sus frutos materiales y el acatamiento de las leyes al pueblo elegido, a los “propios”, a cambio de recompensas tangibles. Son religiones separatistas. La religión unificante cristiana da un paso gigantesco, enorme y pide el sacrificio indistinto personal a favor de los “ajenos”, y el desprendimiento del egoísmo y el amar permanentemente a los otros, al prójimo, convertido en semejante, como a si mismo, a cambio de una felicidad futura basada en la fe. Esta religión, ya lo dijo Cristo, completa la Ley Mosaica, establece la “ley interna” basada en el Amor e instaura la doctrina del arrepentimiento y el perdón de los pecados, en contraposición a la ley del Talión.

Y Voltaire tiene razón al decir que una religión mal entendida exacerba a sus miembros calenturientos hast causar delirios. Desde un punto de vista esotérico, el esfuerzo misional, sea de Oriente a Occidente o viceversa, generalmente no es deseable, por ser contrario al paso de la evolución. El trabajo de los misioneros fomenta los intereses de civilización y cultura hasta cierto punto por el intercambio de ideas y métodos entre distintas razas, pero desde el punto de vista religioso solo, no da grandes resultados. Generalmente cuando un espíritu está preparado para una religión avanzada, nace en un país donde esta religión prevalece. Los grandes conductores de la humanidad que están encargados de nuestro desarrollo, nos prestan toda la ayuda necesaria. Existen razones excelentes por las cuales la Biblia, conteniendo las doctrinas cristiana y judía, ha sido dada a los pueblos de occidente. Era la Suprema Sabiduría la que nos dio esta religión doble, y ningún otro sistema es actualmente acomodado a nuestras necesidades especiales.

La ciencia moderna ha sido una gran ayuda para dominar el mundo material, y ocupa su puesto legítimo como educadora de la raza humana. Pero cuando se divorcia de la religión y se hace enteramente materialista, resulta temporalmente una amenaza para la humanidad. Hubo un tiempo cuando la religión, el arte y la ciencia estaban unidos y se enseñaban en los templos de los Misterios, hasta en los tiempos de la antigua Grecia. Pero como el nuestro es el plano de la separación y especialización, han sido separados intencionalmente durante cierto tiempo. A su debido tiempo serán unidas de nuevo, y entonces obtendremos perfecta satisfacción por medio del corazón, de la inteligencia y de los sentidos. El corazón gozará del aspecto devocional y ceremonial de la religión; la inteligencia hallará satisfacción en su aspecto científico, y la parte estética de nuestra naturaleza quedará satisfecha por el empleo del arte variado en el servicio de los templos del porvenir.

Cuando un hombre haya espiritualizado su ser bajo la influencia de la futura religión científica y artísticamente, habrá también aprendido el dominio sobre sí mismo y se habrá convertido en servidor altruista para todos los demás mortales. Entonces será un guardián seguro del poder del pensamiento. Será capaz de formar ideas correctas, las cuales podrá cristalizar inmediatamente en cosas útiles. Esto se realizará por medio de la laringe, que pronunciará la PALABRA CREADORA. Todas las cosas de la naturaleza fueron al principio precipitadas en la existencia por esta PALABRA. (Juan 1:1-3).El sonido, o el pensamiento hablado, será nuestra próxima fuerza de manifestación, una fuerza que nos convertirá en hombres-dioses, cuando gracias a la enseñanza que actualmente recibimos, nos hayamos puesto en condiciones para emplear tan grande poder para el bien de todos, sin mirar a nuestro propio interés.

Ref: Curso Suplementario de Filosofía de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel. Lección 6

La Edad en Relación al Discipulado (Por M. F. Haselhurst)



La Edad en Relación al Discipulado

Impreso en The Beacon en julio de 1971 y en noviembre de 1999



Por M. F. Haselhurst

El objetivo de todo entrenamiento de un discípulo consiste en trasladar su percepción consciente desde la etapa en que se encuentra, a niveles más elevados que los de los tres mundos de la definida evolución humana. (Los Rayos y las Iniciaciones, p. 123. Ed. Kier)

Una de las tareas principales de la conjunta Jerarquía es presentar a la humanidad estas ideas divinas básicas. (Discipulado en la Nueva Era, Vol. II, p.168. Ed. Sirio)

ES EXTRAÑA LA FUERZA con que la edad influye (la edad física, la edad del cuerpo, no la del alma) en lo que bien podrían ser puntos cruciales en el entrenamiento del discípulo. Hombres y mujeres negocian años de esfuerzo, necesariamente dividido, para cumplir con los compromisos familiares y sociales así como las demandas del esfuerzo esotérico y luego, en los años de espléndida oportunidad, cuando las obligaciones externas merman y disminuyen las exigencias externas sobre su tiempo y atención, dan la espalda y cierran sus mentes a las oportunidades que están surgiendo. Todo por culpa de la ilusión tan poderosa de “la vejez”.

Es una pérdida trágica para el grupo mundial esotérico el que muchos estudiantes dejen de lado el trabajo o disminuyan su intensidad en el preciso momento en que, más que nunca, se les presentan oportunidades a gran escala. En vez de considerar la edad física como un período para aislarse, una época en que la vida se está terminando, lo cual los vuelve limitados, quietos y restringidos, los discípulos deben darse cuenta que lo que realmente está sucediendo es que las oportunidades espirituales se están multiplicando; el horizonte del alma se extiende cada vez con mayor gloria a medida que las barreras de las pequeñas funciones diarias desaparecen, dejándolos libres para vivir como almas. Margaret Forbes escribió una oración que podría haber sido dirigida a los discípulos en este punto de su entrenamiento:

“Dios de Todos, guíanos, no hacia las situaciones seguras,
Sino a los lugares peligrosos de explosión y fango,
Aquí, en las duras y arriesgadas operaciones del mundo,
Cárganos y recárganos con el fuego invencible”.

También está disponible para orientarnos, la clara e inequívoca declaración del Maestro Tibetano de que el alma puede trabajar más fácilmente a través de cuerpos disciplinados durante mucho tiempo para su uso, que a través de aquellos que son más jóvenes. El factor de mayor importancia es ese punto de percepción de la conciencia, que tiene que ser transferido más allá de los niveles normales humanos. ¿Qué mejor momento para que esto se dé, que los años en que los deseos se atrofian, los deberes disminuyen y las presiones de tiempo se alivian  milagrosamente?

Estos son los años de oportunidad del discípulo; oportunidad para expandir los esfuerzos existentes e iniciar algunos nuevos. Ahora él tiene horas preciosas en las que la energía del pensamiento puede utilizarse de forma creativa y el trabajo de meditación puede ser profundizado. Estos deberían ser años de radiación, de expresión llena de propósito; años en que el discípulo encuentra, posiblemente para su propio asombro, que ha desarrollado capacidades que ahora pueden ser utilizadas para revelar e irradiar el amor y la luz, la voluntad y el propósito de ese Ser Divino del cual él es una expresión fragmentada.

En la juventud y en la edad media el aspirante y el discípulo son llamados a hacer frente a diversos compromisos orientados hacia lo externo. Hay demandas familiares y de los amigos, obligaciones sociales, más el complicado proceso de ganarse la vida, criar los hijos y cumplir las demandas de su medio ambiente externo. Todas estas cosas distraen (con razón, pero aún así, distraen) la atención del objetivo principal de vivir como alma, de dirigir las energías espirituales, de aprender a reconocer, comprender y liberar la verdad espiritual.

Si un individuo ha sido un estudiante durante muchas vidas, el habrá desarrollado una considerable habilidad de mantener la conciencia más allá de estas limitaciones y podrá utilizarlas, con cierto grado de facilidad, como aspectos de su trabajo esotérico. Para el individuo que está empezando el estudio esotérico por primera vez, o que por lo menos es relativamente nuevo en este, tales deberes y obligaciones se interponen entre él y su objetivo, desviando temporalmente la atención y la energía que él gustosamente daría al esfuerzo esotérico.

Esta es, por supuesto, sólo una aparente interrupción. En realidad se está entrenando a sí mismo en las habilidades, aptitudes y cualidades que necesita desarrollar o reforzar si el alma va a trabajar con la máxima eficiencia a través de su instrumento externo, la personalidad integrada. Estas obligaciones en el plano externo, cumplidas correctamente, conducen a la atrofia y posterior eliminación de aspectos indeseables y obstaculizadores del carácter.

viernes, 3 de enero de 2014

El Ángel Solar -John Nash- [Publicado en The Beacon, marzo / abril de 2001, pp. 7-14.]



El Ángel Solar
John Nash
[Publicado en The Beacon, marzo / abril de 2001, pp. 7-14.]



 "Usted, como alma en encarnación, se da cuenta conscientemente -subjetiva y a menudo débilmente presentido- de su Yo real, el Ángel solar, el Ángel de la Presencia". 1 Con este misterioso comentario, el Tibetano resume una gran verdad cuyo significado sólo estamos empezando a comprender. ¿Quién o qué es el Ángel Solar o Ángel de la Presencia? ¿Cuál es nuestra relación con él? ¿De dónde vino el Ángel Solar y cuál es su destino? Estas son sólo algunas de las preguntas que nos desafían a medida que exploramos la complejidad y la grandeza de la constitución humana. Sin embargo, hay mucha información disponible, y ya no es necesario hacer caso omiso de la cuestión con declaraciones vagas como la de que el Ángel Solar solo es otro nombre para el alma o el yo superior.

La cuestión es nebulosa, tal vez como parte de una cortina que oculta por medio de la terminología. Además del "Ángel Solar" y el "Ángel de la Presencia", el Tibetano se refiere con frecuencia al Ego, el Alma influyente, o el Alma en Su Propio Nivel. De vez en cuando utiliza otros términos, tales como: el Pensador, el Señor Solar, Manasadeva (del sánscrito, significa "Deva de la Mente");2 el Observador, la Esfera Ígnea, el Loto, 3 el Principio Crístico, Agnishvâtta (un tipo de deva del fuego), 4 el Hijo de Dios, el Hijo de la Mente 5, Manasaputra (literalmente "Hijo Nacido de la Mente"); 6 y Señor de la Llama.7 Helena Blavatsky menciona dos veces los "Ángeles Solares" en La Doctrina Secreta, pero más a menudo utiliza el término Manasaputras. También se refiere a los Hijos de la Sabiduría, 8 los Señores de la Incesante y Perseverante Devoción, 9 Brahmaputras ("Hijos de Brahma"), y B'ne-Aleim (del hebreo, significa “Hijos de Dios") .10

Algunos de estos términos son más incluyentes que otros. Por ejemplo, los "Señores de la Llama" incluyen a los Kumaras mucho más evolucionados que conforman el círculo interno del Concilio Planetario. Sin embargo, en los contextos citados, todos significan "Ángel Solar", y todos los términos se pueden traducir aproximadamente como "alma". Sin embargo, el término "alma" es ambiguo, mientras que "Ángel Solar" tiene un significado definido. Como veremos, es más fácil definir el alma en relación con el Ángel Solar, que a la inversa.

El Alma y el Ángel Solar
El "Alma" o "yo superior" significa cosas diferentes para personas diferentes-o al menos para diferentes filósofos. Desde una perspectiva habitualmente asociada con Platón, el alma es el eterno "yo real", el arquetipo perfecto, del cual la vida física o de la personalidad no es más que una sombra imperfecta. Desde otra perspectiva, a menudo asignada a Aristóteles, el alma surge de la vida física; el alma es el aspecto efímero de un ser humano o de otro organismo vivo, pero está firmemente arraigada en la existencia física. El modelo aristotélico influyó fuertemente en la teología cristiana tradicional, e incluso con más fuerza  en el comentario religioso materialista moderno del alma.11 Los dos puntos de vista, a primera vista conflictivos, resultan complementarios, y de su síntesis podemos obtener una mayor comprensión de lo que vagamente llamamos "el alma".

El Tibetano distingue el "alma humana" del Ángel Solar. La primera, a la que el modelo aristotélico se aproximó, refleja la sabiduría acumulada de muchas vidas y, sobre todo, la conciencia creciente de una realidad superior. A partir de unos comienzos casi imperceptibles en el hombre primitivo, el alma humana surge de la vida de los vehículos inferiores. A medida que la conciencia se expande, el alma comienza a formarse alrededor de la unidad mental que se encuentra en el cuarto subplano mental. Cuando los tres vehículos inferiores se integran en una personalidad funcionante, bajo el control mental, el alma humana adquiere coherencia y permanencia definitiva.

En algún momento, como indica la cita inicial, el alma humana empieza a reconocer la existencia del Ángel Solar que vela por ella. En contraste con el alma humana emergente, el Ángel Solarya tiene la permanencia y la estabilidad del arquetipo platónico. Durante millones de años ha influenciado nuestra naturaleza inferior:

El gran Ángel solar, que encarna el verdadero hombre y su expresión en el plano de la mente superior, es, literalmente, su divino antecesor, el "Observador" que durante largos ciclos de encarnación, se ha sacrificado para que el hombre pueda SER. (Énfasis en el original) 12

Durante innumerables encarnaciones, el Ángel Solar ha servido como "el medio de expresión de la mónada o espíritu puro, como la personalidad lo es del Ego en el nivel inferior". Sin embargo, su relación con el hombre tuvo un principio y tendrá un fin:

Desde el punto de vista del hombre en los tres mundos, este Ego o Señor Solar es eterno, porque subsiste durante todo el ciclo de encarnaciones, del mismo modo que la personalidad subsiste durante el pequeño ciclo de vida física. Sin embargo, su período de existencia sólo es relativamente permanente, y llega el día en que la vida manifestada por medio del Ego, el Pensador, Ángel Solar o Manasadeva, trata de liberarse incluso de esta limitación, y volver a la fuente de donde emanó originalmente.13

La  partida definitiva del Ángel Solar, un acontecimiento de profundo significado para cada entidad humana, se discutirá más adelante. Mientras tanto, será útil volver atrás y examinar algunas otras fuentes de información sobre el alma y el Ángel Solar.
Las enseñanzas de Blavatsky sobre el Ángel Solar, o Manasaputra, recibieron relativamente poca atención, incluso en la Sociedad Teosófica, pero las huellas pueden encontrarse en los escritos de la Sociedad y sus filiales. Geoffrey Hodson describe "el triple Yo Espiritual, llamado por los griegos el Augoeides y al cual frecuentemente se hace referencia como el Ego". 14 Rudolf Steiner analiza el papel del ser angélico que "lleva al individuo de una encarnación a otra". 15

El trabajo de Blavatsky, por supuesto, fue erigido sobre las bases de la filosofía oriental, pero el Ángel Solar tiene su contraparte en la tradición occidental de los misterios. En ésta se le conoce como el Santo Ángel Guardián, el Genio Superior, el Observador Silencioso, o la Gran Persona. Las referencias al Santo Ángel Guardián se remontan al siglo XIV, pero el Ángel se discute con más detalle en las obras de los miembros de la Sociedad Hermética del Golden Dawn (Alba Dorada), contemporánea de los inicios de la Sociedad Teosófica. Examinar la tradición occidental es importante porque establece similitudes y contrastes con nuestras propias enseñanzas.

El Ángel Solar también tiene su contraparte en la antigua religión hawaiana de Huna. En la filosofía Huna todos tenemos dos almas, la unihi-pili y la aumakua. El alma superior, el aumakua (literalmente "espíritu de los antepasados") sobrevive a la muerte física para guiar al difunto en su viaje a través del más allá. El término "Antepasados" a menudo hace referencia a encarnaciones anteriores, en lugar del linaje familiar. El Huna unihi-pili y aumakua se pueden comparar con el Anthropos gnóstico ("el hombre") y el Anthropos hijo de Anthropos ("el hombre que es el hijo del hombre").

Hoy en día, la conciencia de la existencia del Ángel Solar está aumentando, no sólo entre los estudiantes esotéricos serios, sino también entre otros en el movimiento de la Nueva Era. Por ejemplo, en el popular libro canalizado Libro Tres de Emanuel, encontramos: "Tú eres humano sólo en parte. La otra parte de ti es un ángel".16 "Cuando digo que sois ángeles, eso es exactamente lo que quiero decir. No estoy usando una metáfora. No estoy usando una palabra agradable. Estoy diciendo lo que sé que es verdad. Ustedes son Seres de Luz".17 También leemos: "Estos ángeles se reunieron para prometer al alma que no sería abandonada, y al mismo tiempo, desearle un buen viaje".18 Este libro apareció en el punto culminante del culto angélico de la década de 1990, pero presenta verdades de valor duradero para una gran audiencia.

Un obstáculo para la comprensión de la naturaleza y el papel del Ángel Solar -sobre todo bajo su nombre alternativo, el Santo Ángel de la Guarda, es la confusión con el ángel de la guarda de la imaginación popular. Como señala el Tibetano, este último no es más que un “pálido reflejo del Ángel de la Presencia, el Ángel Solar”.19

Nuestra comprensión del Ángel Solar se vio facilitada en gran medida por el libro de Torkom Saraydarian, El Ángel Solar, 20 una recopilación de sus primeros trabajos sobre el tema. Saraydarian, un dedicado estudiante de las enseñanzas del Tibetano, valientemente aclara algunos conceptos problemáticos, y fue su trabajo el que en gran parte inspiró el presente estudio.

La Llegada de los Ángeles Solares
Los Ángeles Solares, como su nombre indica, deben ser considerados ciudadanos del sistema solar, más que de algún planeta. Se nos dice que su origen reside en el sistema más desarrollado de Venus, y que vinieron a la Tierra hace 18 millones de años, en respuesta a un llamado de nuestro Logos Planetario. Durante la tercera raza raíz, en la antigua Lemuria, el Logos se preocupó por nuestro lento progreso evolutivo; el hombre se había individualizado, pero permaneció "sin mente". En palabras de Blavatsky:

“No tenía un principio medio que le sirviera como intermediario entre lo superior y loinferior, entre el hombre espiritual y el cerebro físico, pues carecía de Manas. Las Mónadas que encarnaron en esos CASCARONES vacíos, permanecían tan inconscientes como cuando se separaron de sus previas e incompletas formas y vehículos”. (Énfasis en el original) 21

Los Ángeles Solares "se encontraban en pralaya... cuando llegó el momento de su reaparición en la manifestación". 22 La Transferencia del esquema Venus a la Tierra fue posible gracias a las favorables alineaciones numéricas:

(Su llegada) se produjo en la tercera raza raíz en la cuarta ronda. Aquí tenemos una analogía entre el cuaternario y la Triada... La cadena fue la cuarta cadena y el mundo, el cuarto. La cuarta cadena en el esquema de Venus y el cuarto globo en esa cadena participaron activamente en la transacción.23

Los Ángeles Solares habían perfeccionado manas o mente en un manvantara anterior; pero, por razones kármicas, fueron obligados a tomar forma humana una vez más.24 Llegaron en tres oleadas. La primera oleada "vio las formas viles" 25 del hombre animal y se retiró, y concluyó que no era el momento oportuno para la intervención. La segunda implantó a manas en el hombre primitivo y luego se retiró; pero se comprobó que esto resultó insuficiente para acelerar el progreso humano a la velocidad deseada.  Como explica el Tibetano:

(Los Señores de la Llama) implantaron un germen mental en el grupo secundario de hombres-animales que estaban preparados para individualizarse. Este grupo, durante mucho tiempo, fue incapaz de expresarse; estaba cuidado por los Señores de la Llama, y casi resultó un fracaso. Sin embargo, en la época en que la última sub-raza de la raza raíz lemuriana estaba en su apogeo, se pusieron repentinamente al frente de la civilización de aquella época y justificaron el esfuerzo jerárquico.26

La tercera oleada de Ángeles Solares entró en una relación uno-a-uno con las entidades humanas. En ese momento, se nos dice, el hombre había alcanzado el nivel físico, emocional y mental embrionario del "animal doméstico común" de hoy en día. Cada Ángel Solar se instaló en el plano mental del ser humano a su cargo, en lo que llegó a ser el cuerpo causal. Desde allí se podía salvar el abismo entre los vehículos inferiores y la aún latente Tríada espiritual:

(Ellos) transfirieron la polarización desde el átomo inferior de la Tríada al átomo inferior de la Personalidad. Pero la Llama interna no pudo descender más abajo del tercer subplano del plano mental. La vida del primer Logos debe estar fusionada con la del segundo Logos y basada en la actividad del tercer Logos.27

El objetivo principal de los Ángeles Solares era acelerar nuestro desarrollo mental. Los términos "Señores de la Llama" y "Esfera de Fuego" son las adecuadas ya que el fuego es el símbolo del plano mental. También hay que señalar que, aunque los Ángeles Solares vinieron durante la tercera raza raíz y la 4ª ronda, su trabajo era prepararse para el florecimiento de manas en la quinta raza raíz actual y, más aún, en la futura 5ª ronda.

La llegada de los Ángeles Solares traería profundos beneficios a largo plazo, pero su efecto a corto plazo fue un duro golpe para la corriente de vida humana naciente:

El advenimiento de los Señores de la Llama y la tempestad eléctrica introducida en el periodo del hombre, se caracterizó por los desastres, el caos y la destrucción de muchos seres del tercer reino de la naturaleza. Se implantó la chispa de la mente, y la fuerza de su vibración y el efecto inmediato de su presencia causaron la muerte de la forma animal, produciendo así la posibilidad inmediata de que los cuerpos causales, nuevamente vitalizados, vibraran con tal intensidad que tuvieron que tomar nuevos vehículos físicos. 28

El Contacto con el Ángel Solar
El Ángel Solar canaliza la vida de la Mónada hacia el yo inferior, en respuesta a las necesidades kármicas y orquestando una secuencia de encarnaciones a través de las cuales el individuo puede adquirir experiencia evolutiva. El punto de adhesión del Ángel Solar a la persona humana es el cuerpo causal. Vincula el átomo mental permanente en el primer subplano con la unidad mental en el cuarto. Entre estos subplanos se encuentra el gran abismo que nos ha dividido, desde nuestros inicios como seres humanos, y sobre el que, con el tiempo, buscamos tender un puente mediante la construcción del antakarana.

El cuerpo causal es una envoltura que contiene los átomos permanentes astral y físico y la unidad mental. Es el vehículo más inferior que sobrevive de una encarnación a la siguiente, y a través de los tres átomos permanentes (por conveniencia tratamos la unidad mental como tal) sirve para preservar la esencia de las experiencias de las encarnaciones sucesivas. Antes del nacimiento físico, la vida fluye desde el cuerpo causal a los planos mental inferior, astral y físico, activando los átomos permanentes e impulsando los devas de esos planos a la acción para construir la nueva forma a encarnar.29 Al final de esa encarnación, la vida es retirada de los vehículos inferiores y los átomos permanentes se enriquecen con lo que se ha aprendido.

Durante millones de años, el yo inferior no es consciente de la existencia del Ángel Solar. Por su parte, el Ángel baja su mirada hacia el ser que está a su cargo, como una gallina que cuida su huevo, esperando el primer movimiento de conciencia que pueda convertirse en un contacto más definido. En palabras del Tibetano, el Ángel Solar "está en profunda meditación durante la mayor parte del ciclo de vida de un individuo, y es sólo cuando una medida razonable de integración de la personalidad se establece que la atención del alma se aleja de sus propias consideraciones interiores y asuntos del ego a los de su sombra "30.

Las técnicas para desarrollar el contacto con el Ángel Solar se pueden encontrar en muchos sistemas esotéricos, incluso aunque el concepto del Ángel Solar no se entienda correctamente. Por ejemplo, el popular libro de Ron Scolastico “El Portal hacia el Alma” proporciona una interesante secuencia de meditaciones que podrían ser utilizadas incluso por personas con un mínimo entrenamiento esotérico.31 A medida que el individuo invoca su Ángel Solar, el Ángel responde, en un primer momento de forma esporádica y luego más continuamente. El iniciado de la Golden Dawn, Israel Regardie, ofrece una elocuente descripción del proceso: 

La morada eterna del Ser Superior es el Paraíso delEdén, el santuario celestial que está siempre protegido del caos por la espada flamígera de los Querubines... Desde ese distante bastión espiritual mira hacia abajo a su vehículo, al hombre inferior, desarrollado con el fin de dotarlo de la experiencia,sin participar en sus luchas o tribulaciones; sin embargo, desde otro punto de vista, sufriendo profundamente debido a eso... Raras veces el Genio abandona su palacio de las estrellas, excepto cuando, voluntariamente, el yo inferior se abre a lo superior por un acto de sincera aspiración o abnegación, lo único que hace posible el descenso de la Luz dentro de nuestros corazones y mentes.32

El Tibetano hace una observación similar y pasa a enfatizar la necesidad de una respuesta recíproca en la construcción del antakarana. Él nos dice que, "como vive su propia vida en su propio nivel de percepción", el Ángel Solar "no siempre es consciente de su sombra, la personalidad, en los tres mundos. Cuando el antakarana está en construcción, la percepción debe acompañar a la intención de la personalidad".33

Algunos tipos de servicio sólo pueden llevarse a cabo con la participación del Ángel Solar. Por ejemplo, el Tibetano explica que en la práctica de la magia blanca se requieren los recursos del Ángel:
Sólo el Ángel solar puede realizar el trabajo del mago blanco y lo efectúa controlando los ángeles lunares y subyugándolos completamente. Están alineados en contra de él, hasta que por medio de la meditación, la aspiración y el control, los someten a su voluntad y los convierte en sus servidores... El trabajador en magia blanca utiliza siempre la energía del Ángel Solar para realizar sus fines. El hermano de la oscuridad trabaja por medio de la fuerza innata de los Señores lunares, que poseen una naturaleza afín con todo lo que es objectivo.34

Igual ocurre con esa importante aplicación de la magia, la curación:

El curador que trabaja en un nivel superior, y por lo tanto necesariamente con un tipo superior de paciente, emplea la energía de su propia alma influyente en conjunción con la energía de su alma individualizada, irradiándola en el alma del pacientepor intermedio de ambas auras.35

Si la magia blanca requiere de la ayuda del Ángel Solar, el ritual mágico también se ha explorado como una forma de invocar al Ángel. El ritual más famoso realizado con ese propósito fue registrado por el cabalista medieval Abraham el Judío (1362-1460), pero lo atribuyó a un sabio, Abra-Melin, a quien dijo haber conocido en Egipto.36 Lo particularmente significativo sobre el trabajo de Abraham es que, en el preámbulo del ritual, descartó la utilización de la elaborada parafernalia mágica común en esa época, enfatizando una vida de oración y concentración, similar a las prácticas espirituales de los místicos-o incluso a nuestras propias disciplinas esotéricas. El ocultista Aleister Crowley de los comienzos del siglo 20, adaptó el ritual de Abra-Melin para invocar lo que él llamó "el conocimiento y la conversación del Ángel". No está claro si Crowley tuvo éxito, pero afirmó que el papel central del ritual es "la invocación del Santo Ángel de la Guarda; o, en el lenguaje místico, la Unión con Dios"37.

Otro ritual para invocar al Ángel Solar, utilizado por los miembros de la Golden Dawn, se centra en la transformación personal de los participantes. Curiosamente, se refiere al "verdadero Yo", una frase usada a menudo por el Tibetano:


Acércate a mí, Tú que eres mi verdadero Yo: mi Luz, mi Alma... Tú que estás coronado de Gloria... A Ti te invoco. Acércate a mí, mi Señor, a mí, que soy Tu vano reflejo en el inmenso mar de la Materia... Sin Ti no soy nada, en Ti soy el Omni-Yo existiendo en Tu Individualidad hasta la eternidad.38

Sin embargo, otro ritual incluye esta afirmación de sacrificio personal y de sacrificio y coraje:

Que la influencia de tus seres divinos descienda sobre mi cabeza y me enseñe el valor del auto-sacrificio para que no me acobarde en la hora de la prueba, sino que así mi nombre sea escrito en lo alto y mi espíritu permanezca en la presencia del Santo. En esa hora en que el Hijo del Hombre ha de invocarse ante el Señor de los Espíritus y su Nombre ante el Anciano de los Días.

Finalización del Trabajo del Ángel Solar

Los Ángeles Solares fueron llamados para "servir como intermediarios entre los aspectos superior e inferior de la entidad humana y, específicamente, para fomentar el desarrollo de manas. Durante el largo período de ese desarrollo, cada Ángel Solar supervisa la evolución mental del ser a su cargo, actuando como agente dela Mónada. Continúa llevando a cabo esta tarea hasta que el alma humana puede hacerse cargo de las responsabilidades del Ángel.

La tarea Ángel Solar se cumple cuando el alma humana se ha convertido en un eficaz "principio mediador" y ha demostrado su capacidad y voluntad para asumir la responsabilidad de la entidad de la que forma parte. Demostramos esa capacidad y voluntad trascendiendo los valores del nivel de la personalidad, comprometiéndonos con el crecimiento espiritual, respondiendo al propósito divino y por el servicio. En el proceso construimos el antakarana que sirve como su propio medio de comunicación consciente entre lo superior y lo inferior.

Nuestro nivel de desarrollo se refleja en la forma del cuerpo causal. El cuerpo causal se asemeja a un cáliz o flor de loto y, por esa razón, se le llama a menudo el Loto Egoico. El Tibetano nos dice que es "una cosa de rara belleza, palpitante de vida y radiante con todos los colores del arco iris". 40 Tiene doce pétalos, dispuestos en cuatro hileras concéntricas de tres. El nivel exterior se conoce como los "pétalos del conocimiento", el siguiente nivel, los "pétalos del amor", y el tercer nivel, "los pétalos de sacrificio o voluntad". El "conjunto central de tres pétalos estrechamente cerrados" contienen la "Joya en el Loto", la puerta de entrada, por así decirlo, a la conciencia del Ángel Solar.

Inicialmente, los pétalos del loto están todos cerrados, como en un capullo. Pero, a medida que la entidad se desarrolla, los pétalos se abren, revelando poco a poco la vida, la belleza y el esplendor de la Joya. El Tibetano explica que la apertura de la segunda hilera es particularmente importante en términos de la manifestación del Ángel Solar:

Otra corriente de energía emana con el tiempo de la segunda hilera de pétalos cuando está activa, conteniendo instintivamente la vida y cualidad del Manasaputra en manifestación. La segunda hilera de pétalos de cualquier loto egoico es la única que nos da la clave de la naturaleza del Ángel solar, así como la hilera externa es -para la visión interna del Adepto- la clave del grado de evolución de la personalidad.41

La transferencia de la responsabilidad del Ángel Solar hacia el alma humana tiene lugar cuando el individuo está en el camino iniciático y se ha completado la cuarta iniciación. El cuerpo causal ha cumplido su propósito y se destruye. Y el Ángel se aleja para continuar su propia evolución superior:

Cuando llega el momento de recibir la cuarta iniciación, se ha realizado el trabajo de destrucción; cumplida su función, el ángel solar retorna a su propio lugar y las vidas solares buscan su punto de emanación. La vida dentro de la forma asciende triunfalmente al seno de su "Padre en los Cielos", así como la vida dentro del cuerpo físico, en el momento de la muerte, busca su fuente, el Ego.42

La destrucción del cuerpo causal se compara con la "destrucción del Templo de Salomón por la retirada de la Shekinah". Recordando las palabras bíblicas: "Nuestro Dios es un Fuego consumidor"; explica el Tibetano:

Esa estructura que el conocimiento ha construido (el cuerpo causal o templo de Salomón) es destruida por el fuego consumidor. Este fuego consume la suntuosa prisión que el hombre ha erigido durante muchas encarnaciones, liberándose la luz divina interna.43

Con la retirada del Ángel Solar, el alma humana, ahora empoderada, es "llevada a la Presencia de ese aspecto de Sí misma que se llama ‘su Padre en los Cielos’. Se encuentra cara a cara con su propia Mónada, esa esencia espiritual pura en el plano más elevado; uno que es a su Ego o Yo Superior lo que el ego es la personalidad o yo inferior". El Tibetano lo explica así:

El ángel solar con quien estaba en contacto, se retira;  la forma mediante la cual actuaba (el cuerpo egoico o causal) desaparece y solo queda el amor-sabiduría y esa voluntad dinámica que es la característica principal del Espíritu. El yo inferior sirvió para los propósitos del ego y fue descartado; de igual modo el ego sirvió a los designios de la
Mónada y ya no hace falta; el iniciado se ve libre de ambos, plenamente liberado y es capaz de entrar en contacto con la Mónada, así como anteriormente aprendió a entrar en contacto con el Ego.44


El Yo "Real"
La parte más sorprendente de la cita al comienzo de este ensayo-y la que más pone a prueba nuestra comprensión, es la afirmación de que el Ángel Solar es "el verdadero Yo" (énfasis añadido). ¿Qué quiere decir esto? El Ángel Solar soy "yo" o ¿se trata de una entidad distinta que me influencia, como el Cristo influyó en el Maestro Jesús? Parte de la respuesta la dio Blavatsky:

Los Manasa-putras... crearon, o más bien produjeron, el hombre que piensa, 'el manu' encarnando en la humanidad de la tercera Raza de nuestra Ronda. Por lo tanto, Manas, es el real y permanente Ego Espiritual encarnado, la INDIVIDUALIDAD, y nuestras personalidades diversas e innumerables sólo son sus máscaras externas. 45

Es decir, no se nos pudo llamar "hombres" hasta que los Ángeles Solares implantaron y, a través de la participación directa, activaron a manas en nuestros antepasados "sin mente". Por otro lado, las enseñanzas afirman repetidamente que esta intervención se produjo después que comenzó nuestro largo viaje evolutivo y que los Ángeles Solares se irán antes de que nuestro viaje -incluso esta fase de él-, llegue a su fin. La cuestión de la identidad por lo tanto, sigue sin respuesta.

Sin embargo, antes de responder a esta pregunta tenemos que tener claro quién o qué está haciendo la pregunta. Para la mayoría de nosotros el foco de la conciencia se encuentra todavía en la personalidad, la cual deja de existir después de la muerte física. De hecho, es la conciencia de esa impermanencia y el deseo de una medida de inmortalidad lo que nos motiva a buscar la realidad superior. La mejor perspectiva a largo plazo, por supuesto, sería ofrecida por la identificación con la Mónada, pero la Mónada está fuera del alcance hasta la tercera iniciación, y debemos aferramos a un paso intermedio. Podríamos decir que este paso es el alma, pero eso nos devuelve a la pregunta de qué quiere decir el término “alma".

El alma humana crece a partir de la experiencia acumulada de las encarnaciones, pero durante muchos millones de años carece de la cohesión, el poder y la capacidad de "hacer la voluntad del Padre-Mónada". El alma humana sólo adquiere forma definitiva y permanente en la primera iniciación. Como Saraydarian explica: "En el momento en que el Cristo emplea el Cetro de la Iniciación tiene lugar el nacimiento del alma humana (énfasis en el original). Por eso, la primera iniciación se llama "el nacimiento". 46 Mientras tanto, el Ángel Solar sirve en su lugar. Se trata de una función sustentadora, de manera análoga a la de una madre hacia su hijo por nacer, o de un regente hacia un monarca infante. El alma humana, como el niño, con el tiempo adquiere la capacidad para la vida autónoma y la tarea del Ángel Solar concluye felizmente.

A partir de la primera iniciación, el alma humana se siente atraída cada vez más estrechamente, "más cerca que el aire que respiramos", hacia el Ángel Solar. Busca consumar el "Matrimonio Místico" y absorber la vida, la energía y la conciencia del Ángel. Con respecto al simbolismo del matrimonio, Saraydarian hace la interesante sugerencia de que el Ángel Solar asume la polaridad opuesta a la personalidad, por lo que una personalidad masculina percibe un Ángel Solar femenino, y viceversa.47 La atracción resultante proporciona una motivación adicional para buscar la unión con el Ángel.

La conciencia del Ángel Solar y la del alma humana se funden en un grado que supera sus diferencias de origen, y en una medida que nosotros, en encarnación, difícilmente podremos comprender. Durante un tiempo, de hecho, son uno. Por supuesto, con frecuencia afirmamos que toda la creación es Uno, y reconocemos que el sentido de unidad aumenta a medida que ascendemos en nuestro nivel de conciencia a los reinos donde la separación de los "tres mundos" es desconocida. Pero la unión del Ángel Solar y el alma humana es íntima, incluso para los estándares de los planos superiores.

Sin embargo, como hemos visto, el matrimonio místico no es eterno, y a su debido tiempo la unión se rompe, y el alma humana se queda sola para llevar a cabo la misión monádica. El Ángel Solar prosigue su propia evolución superior, pero esperamos que el vínculo consciente sea preservado de alguna manera y que siempre recordaremos y seremos recordados por nuestro hermano mayor, amigo y benefactor.

Conclusión
Podemos encontrar referencias al Ángel Solar en diversas tradiciones esotéricas, aunque los problemas de terminología obstaculizan la investigación comparativa, así como la investigación en nuestras propias enseñanzas. Puede que haya habido un intento deliberado, por parte de la Jerarquía, para frenar el estudio del Ángel Solar por las masas y evitar una interpretación errónea del concepto y el sentido consecuente de separatismo interior. A pesar de que la existencia del Ángel Solar se reconoció en occidente hace más de 500 años, esta información estaba celosamente guardada. La difusión de la información, y las enseñanzas de Blavatsky y el Tibetano son comparativamente recientes, y una amplia discusión sobre este tema es aún más reciente. Sin embargo, a partir del examen detallado de las diversas fuentes, emerge una imagen coherente y clara del Ángel Solar y su relación con la personalidad humana y el alma. El presente artículo tiene por objeto estimular más discusión y estudio.

Los Ángeles Solares vinieron a la Tierra durante la tercera raza raíz, después de que comenzara nuestro viaje evolutivo. El Logos Planetario estaba preocupado de que la humanidad fracasara en cumplir el programa establecido para el desarrollo manásico durante las razas raíces restantes. Una iniciativa anterior, en la que las semillas de manas o mente, se implantaron en el hombre primitivo, había tenido tan sólo un éxito parcial. En un gran acto de sacrificio, los Ángeles Solares acordaron entrar en una relación uno-a-uno con las Mónadas humanas. Cada Ángel Solar se comprometió a cuidar de un ser humano y contribuir a acelerar nuestro desarrollo. Como resultado, hemos adquirido la capacidad de responder adecuadamente a las expectativas Logoicas.

La tarea asignada a cada Ángel Solar era ayudar a la Mónada humana a expresarse a través de manas. El Ángel suministró el "principio medio" que une a la Mónada con el yo inferior, y se le encargó nutrir el alma humana desde su estado embrionario hasta la autonomía completa y funcional. El alma humana se expande en conciencia como resultado de la experiencia de la encarnación, la integración de la personalidad, el diálogo de invocación con el Ángel Solar, y la construcción del antakarana. A medida que el alma humana adquiere poder y demuestra el compromiso con la misión de su propia Mónada, la asignatura del Ángel Solar llega a su fin.

El Ángel Solar conserva su propia identidad a lo largo de su larga asociación con nosotros. Pero durante esa asociación, el Ángel comparte su energía, vida y conciencia con nosotros, influyendo en el yo inferior con un grado de intimidad más allá de nuestra comprensión. Esta intimidad se incrementa aún más a medida que el alma humana comienza a tomar forma definida, conduciendo al simbólico "matrimonio místico". Pero justo cuando la unión parece completa, el Ángel Solar comienza a retirarse. Finalmente, en la cuarta iniciación del Ángel se marcha, después de haber cumplido su compromiso con el Logos Planetario y con nosotros.

La cuarta iniciación es uno de los hitos más importantes en nuestro viaje evolutivo. Sin embargo, como numerosas historias de casos ponen de manifiesto, no es un motivo de alegría pura. Aparte del dolor asociado con el sacrificio de la naturaleza inferior, sólo podemos imaginar la pérdida dolorosa causada por la partida del Ángel Solar. Cuando nos llegue la hora, seguramente vamos a clamar, como hizo el Gran Iniciado: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?".

1 Alice A. Bailey. El Discipulado en la Nueva Era, I. Lucis, 1944, p. 390
2 Alice A. Bailey. Iniciación Humana y Solar. Lucis, 1922, p. 136.
3 Ibíd., Pp 115-6.
4 Alice A. Bailey. Educación en la Nueva Era. Lucis, 1954, p. 5.
5 Alice A. Bailey. Psicología Esotérica, II. 93.

miércoles, 1 de enero de 2014

EXPLICACIÓN SIMBOLISMO ESOTÉRICO DEL ÁRBOL DE NAVIDAD, POR EL CONFERENCIANTE JOSEP TARRAGÓ


EXPLICACIÓN SIMBOLISMO ESOTÉRICO DEL ÁRBOL DE NAVIDAD, POR EL CONFERENCIANTE JOSEP TARRAGÓ



Aprovechando que todavía estamos en Navidad,  inserto esta explicación del significado del árbol de Navidad que, para mí, en su día fué mucho más y me sigue ayudando a situarme en algo de lo que todos oímos hablar, pero que no tenemos muy claro: 

MÓNADA  O  ESPÍRITU,  ATMA, BUDHI  Y MANAS

Si ponemos atención lo entenderemos con un vídeo muy cortito

 http://vimeo.com/22022951

ENFRENTANDO PROBLEMAS (VBA.)



ENFRENTANDO PROBLEMAS



(Reflexiones tomadas de la conferencia de Vicente Beltrán Anglada “El aspirante Espiritual Frente al Caos Social”, enero de 1983, Barcelona.)

-¡ Un problema! - ¿Cómo lo soluciono?, ¿esquivándolo?, ¿Buscando una forma en el pasado?, ¿Buscando una fórmula religiosa, científica, psicológica, para esa prueba inmediata?

-¡Todo cambia!, lo que hay es una prueba trascendente; quizás mañana no tenga valor. El mismo problema hoy y mañana cambia fundamentalmente.

-¿Qué vamos a hacer?. Estar serenamente expectantes. El hecho de estar muy atentos a una situación es lo que trae por consecuencia la liberación del problema.

-La tendencia es querer enfrentar solos el problema agobiante; pero debemos buscar ayuda, invocando al Ser Interno, que es lo que nos libera.

-El propio Yo, el Ser Interno, complementa todo cuanto somos y cuanto hacemos; es la actividad suprema y es el poder que puede solucionar cualquier problema.

-Los mayores problemas se solucionan cuando prestamos atención interna, y no externa, sin la participación del pequeño “yo”, porque él y el problema son la misma cosa.


-La solución a un problema viene cuando empleamos la serena expectación, la atención concentrada y serena, que no se altera, que no se inmuta, por grande que éste parezca.

-Hay que darse cuenta de que no hay problema, por grande que sea, que no tenga una solución.

-La base de la solución de un problema es no rehuir el problema; rehuirlo es no ser consciente del mismo.

-Buscamos elementos externos para arreglar un problema, sin darnos cuenta que todo cuanto venga de afuera forma parte del problema.

-Si ponemos el problema como centro de atención, llegamos a formar un “triángulo” entre nuestro pequeño yo, el problema y el Yo Superior; habrá una relación eléctrica que disolverá el problema.
-Un problema siempre es la voz de Dios tratando de hacerse sentir en nuestra vida.

-El yo inferior ha creado el problema y está interesado en solucionarlo. Por otra parte está aquel Ser, el Yo Superior, más allá de nuestra concepción, que puede solucionarlo de raíz.

-La solución del problema, de raíz, no es otra cosa que el Yo Superior, que sólo se puede manifestar cuando estemos serenos, cuando estemos muy atentos y observantes.

-El problema está creado por nosotros y dentro de esta línea horizontal no lo podemos superar; pero si ascendemos, si creamos una vertical y creamos un vértice superior, construimos un triángulo.

-En el triángulo, creado entre el Yo Superior, el yo inferior y el problema, está la solución completa; no una solución de emergencia, sino aquello que puede curar este problema para siempre.

-Todos los problemas están concatenados y constituyen una cadena de hechos; si rompemos alguna de las mallas (eslabones) de esta cadena, resultará que todo lo demás se disolverá.

-Nunca saldamos un problema de raíz, por completo, sino que lo hacemos siempre a medias tintas, de una manera muy personal y al mismo tiempo muy superficial.

-El yo inferior está dentro del remolino de un problema; él ha creado el remolino y constituye parte del remolino y, por lo tanto, constituye parte del problema.

-Cuanto más esfuerzo se pone para resolver el problema, éste siempre queda irresoluto; se mitigará sus asperezas, perderá relieve, pero, fundamentalmente, surgirá nuevamente en otra situación.

-Se trata de que quitemos de raíz todo tipo de problemas, gestados dentro de las estructuras del “yo” que hemos creado con el tiempo. Busquemos la solución en el plano superior.


-El problema, el que sea, es el resultado de la lucha del “yo” contra el ambiente, contra las circunstancias, contra sí mismo o contra quienes les rodean. Hay que surgir triunfantes si nos dirigimos hacia arriba.

-Si el pequeño yo mira hacia lo alto, sin dejar de ver el problema, pidiendo ayuda diciendo: “dame fuerzas para luchar contra esto”, nos llegará la solución.

-Invoquemos a nuestro Yo Superior ante cualquier problema y, creando el triángulo, todo se solucionará.
Vicente Beltrán Anglada

"La Verdad ha de presentarse de tal manera que
convenza sin atar y que atraiga aún sin convencer...
y  esto  sólo  puede  realizarlo  el  lenguaje  del  corazón".




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