El Ángel Solar
John Nash
[Publicado en The Beacon,
marzo / abril de 2001, pp. 7-14.]
"Usted, como alma en
encarnación, se da cuenta conscientemente -subjetiva y a menudo débilmente
presentido- de su Yo real, el Ángel solar, el Ángel de la Presencia". 1
Con este misterioso comentario, el Tibetano resume una gran verdad cuyo significado
sólo estamos empezando a comprender. ¿Quién o qué es el Ángel Solar o Ángel de
la Presencia? ¿Cuál es nuestra relación con él? ¿De dónde vino el Ángel Solar y
cuál es su destino? Estas son sólo algunas de las preguntas que nos desafían a
medida que exploramos la complejidad y la grandeza de la constitución humana.
Sin embargo, hay mucha información disponible, y ya no es necesario hacer caso
omiso de la cuestión con declaraciones vagas como la de que el Ángel Solar solo
es otro nombre para el alma o el yo superior.
La cuestión es nebulosa,
tal vez como parte de una cortina que oculta por medio de la terminología.
Además del "Ángel Solar" y el "Ángel de la Presencia", el
Tibetano se refiere con frecuencia al Ego, el Alma influyente, o el Alma en Su
Propio Nivel. De vez en cuando utiliza otros términos, tales como: el Pensador,
el Señor Solar, Manasadeva (del sánscrito, significa "Deva de la
Mente");2 el Observador, la Esfera Ígnea, el Loto, 3 el Principio
Crístico, Agnishvâtta (un tipo de deva del fuego), 4 el Hijo de Dios, el Hijo
de la Mente 5, Manasaputra (literalmente "Hijo Nacido de la Mente");
6 y Señor de la Llama.7 Helena Blavatsky menciona dos veces los "Ángeles
Solares" en La Doctrina Secreta, pero más a menudo utiliza el término Manasaputras.
También se refiere a los Hijos de la Sabiduría, 8 los Señores de la Incesante y
Perseverante Devoción, 9 Brahmaputras ("Hijos de Brahma"), y
B'ne-Aleim (del hebreo, significa “Hijos de Dios") .10
Algunos de estos términos
son más incluyentes que otros. Por ejemplo, los "Señores de la Llama"
incluyen a los Kumaras mucho más evolucionados que conforman el círculo interno
del Concilio Planetario. Sin embargo, en los contextos citados, todos
significan "Ángel Solar", y todos los términos se pueden traducir
aproximadamente como "alma". Sin embargo, el término "alma"
es ambiguo, mientras que "Ángel Solar" tiene un significado definido.
Como veremos, es más fácil definir el alma en relación con el Ángel Solar, que
a la inversa.
El Alma y el Ángel Solar
El "Alma" o
"yo superior" significa cosas diferentes para personas diferentes-o
al menos para diferentes filósofos. Desde una perspectiva habitualmente
asociada con Platón, el alma es el eterno "yo real", el arquetipo
perfecto, del cual la vida física o de la personalidad no es más que una sombra
imperfecta. Desde otra perspectiva, a menudo asignada a Aristóteles, el alma
surge de la vida física; el alma es el aspecto efímero de un ser humano o de
otro organismo vivo, pero está firmemente arraigada en la existencia física. El
modelo aristotélico influyó fuertemente en la teología cristiana tradicional, e
incluso con más fuerza en el comentario
religioso materialista moderno del alma.11 Los dos puntos de vista, a primera
vista conflictivos, resultan complementarios, y de su síntesis podemos obtener
una mayor comprensión de lo que vagamente llamamos "el alma".
El Tibetano distingue el
"alma humana" del Ángel Solar. La primera, a la que el modelo
aristotélico se aproximó, refleja la sabiduría acumulada de muchas vidas y,
sobre todo, la conciencia creciente de una realidad superior. A partir de unos
comienzos casi imperceptibles en el hombre primitivo, el alma humana surge de
la vida de los vehículos inferiores. A medida que la conciencia se expande, el
alma comienza a formarse alrededor de la unidad mental que se encuentra en el
cuarto subplano mental. Cuando los tres vehículos inferiores se integran en una
personalidad funcionante, bajo el control mental, el alma humana adquiere
coherencia y permanencia definitiva.
En algún momento, como
indica la cita inicial, el alma humana empieza a reconocer la existencia del
Ángel Solar que vela por ella. En contraste con el alma humana emergente, el
Ángel Solarya tiene la permanencia y la estabilidad del arquetipo platónico.
Durante millones de años ha influenciado nuestra naturaleza inferior:
El gran Ángel solar, que
encarna el verdadero hombre y su expresión en el plano de la mente superior,
es, literalmente, su divino antecesor, el "Observador" que durante
largos ciclos de encarnación, se ha sacrificado para que el hombre pueda SER.
(Énfasis en el original) 12
Durante innumerables
encarnaciones, el Ángel Solar ha servido como "el medio de expresión de la
mónada o espíritu puro, como la personalidad lo es del Ego en el nivel
inferior". Sin embargo, su relación con el hombre tuvo un principio y
tendrá un fin:
Desde el punto de vista
del hombre en los tres mundos, este Ego o Señor Solar es eterno, porque
subsiste durante todo el ciclo de encarnaciones, del mismo modo que la
personalidad subsiste durante el pequeño ciclo de vida física. Sin embargo, su
período de existencia sólo es relativamente permanente, y llega el día en que
la vida manifestada por medio del Ego, el Pensador, Ángel Solar o Manasadeva,
trata de liberarse incluso de esta limitación, y volver a la fuente de donde
emanó originalmente.13
La partida definitiva del Ángel Solar, un
acontecimiento de profundo significado para cada entidad humana, se discutirá
más adelante. Mientras tanto, será útil volver atrás y examinar algunas otras
fuentes de información sobre el alma y el Ángel Solar.
Las enseñanzas de
Blavatsky sobre el Ángel Solar, o Manasaputra, recibieron relativamente poca
atención, incluso en la Sociedad Teosófica, pero las huellas pueden encontrarse
en los escritos de la Sociedad y sus filiales. Geoffrey Hodson describe
"el triple Yo Espiritual, llamado por los griegos el Augoeides y al cual
frecuentemente se hace referencia como el Ego". 14 Rudolf Steiner analiza
el papel del ser angélico que "lleva al individuo de una encarnación a
otra". 15
El trabajo de Blavatsky,
por supuesto, fue erigido sobre las bases de la filosofía oriental, pero el
Ángel Solar tiene su contraparte en la tradición occidental de los misterios.
En ésta se le conoce como el Santo Ángel
Guardián, el Genio Superior, el Observador Silencioso, o la Gran Persona. Las referencias al Santo
Ángel Guardián se remontan al siglo XIV, pero el Ángel se discute con más
detalle en las obras de los miembros de la Sociedad Hermética del Golden Dawn
(Alba Dorada), contemporánea de los inicios de la Sociedad Teosófica. Examinar
la tradición occidental es importante porque establece similitudes y contrastes
con nuestras propias enseñanzas.
El Ángel Solar también
tiene su contraparte en la antigua religión hawaiana de Huna. En la filosofía
Huna todos tenemos dos almas, la unihi-pili
y la aumakua. El alma superior, el
aumakua (literalmente "espíritu de los antepasados") sobrevive a la
muerte física para guiar al difunto en su viaje a través del más allá. El
término "Antepasados" a menudo hace referencia a encarnaciones
anteriores, en lugar del linaje familiar. El Huna unihi-pili y aumakua se
pueden comparar con el Anthropos
gnóstico ("el hombre") y el Anthropos
hijo de Anthropos ("el hombre que es el hijo del hombre").
Hoy en día, la conciencia
de la existencia del Ángel Solar está aumentando, no sólo entre los estudiantes
esotéricos serios, sino también entre otros en el movimiento de la Nueva Era.
Por ejemplo, en el popular libro canalizado Libro
Tres de Emanuel, encontramos: "Tú eres humano sólo en parte. La otra
parte de ti es un ángel".16 "Cuando digo que sois ángeles, eso es
exactamente lo que quiero decir. No estoy usando una metáfora. No estoy usando
una palabra agradable. Estoy diciendo lo que sé que es verdad. Ustedes son
Seres de Luz".17 También leemos: "Estos ángeles se reunieron para
prometer al alma que no sería abandonada, y al mismo tiempo, desearle un buen
viaje".18 Este libro apareció en el punto culminante del culto angélico de
la década de 1990, pero presenta verdades de valor duradero para una gran
audiencia.
Un obstáculo para la
comprensión de la naturaleza y el papel del Ángel Solar -sobre todo bajo su
nombre alternativo, el Santo Ángel de la Guarda, es la confusión con el ángel
de la guarda de la imaginación popular. Como señala el Tibetano, este último no
es más que un “pálido reflejo del Ángel de la Presencia, el Ángel Solar”.19
Nuestra comprensión del
Ángel Solar se vio facilitada en gran medida por el libro de Torkom
Saraydarian, El Ángel Solar, 20 una
recopilación de sus primeros trabajos sobre el tema. Saraydarian, un dedicado
estudiante de las enseñanzas del Tibetano, valientemente aclara algunos
conceptos problemáticos, y fue su trabajo el que en gran parte inspiró el
presente estudio.
La Llegada de los Ángeles
Solares
Los Ángeles Solares, como
su nombre indica, deben ser considerados ciudadanos del sistema solar, más que
de algún planeta. Se nos dice que su origen reside en el sistema más
desarrollado de Venus, y que vinieron a la Tierra hace 18 millones de años, en
respuesta a un llamado de nuestro Logos Planetario. Durante la tercera raza
raíz, en la antigua Lemuria, el Logos se preocupó por nuestro lento progreso
evolutivo; el hombre se había individualizado, pero permaneció "sin mente".
En palabras de Blavatsky:
“No tenía un principio
medio que le sirviera como intermediario entre lo superior y loinferior, entre
el hombre espiritual y el cerebro físico, pues carecía de Manas. Las Mónadas
que encarnaron en esos CASCARONES vacíos, permanecían tan inconscientes como
cuando se separaron de sus previas e incompletas formas y vehículos”. (Énfasis
en el original) 21
Los Ángeles Solares
"se encontraban en pralaya... cuando llegó el momento de su reaparición en
la manifestación". 22 La Transferencia del esquema Venus a la Tierra fue
posible gracias a las favorables alineaciones numéricas:
(Su llegada) se produjo en
la tercera raza raíz en la cuarta ronda. Aquí tenemos una analogía entre el
cuaternario y la Triada... La cadena fue la cuarta cadena y el mundo, el
cuarto. La cuarta cadena en el esquema de Venus y el cuarto globo en esa cadena
participaron activamente en la transacción.23
Los Ángeles Solares habían
perfeccionado manas o mente en un manvantara anterior; pero, por razones
kármicas, fueron obligados a tomar forma humana una vez más.24 Llegaron en tres
oleadas. La primera oleada "vio las formas viles" 25 del hombre
animal y se retiró, y concluyó que no era el momento oportuno para la
intervención. La segunda implantó a manas en el hombre primitivo y luego se
retiró; pero se comprobó que esto resultó insuficiente para acelerar el
progreso humano a la velocidad deseada.
Como explica el Tibetano:
(Los Señores de la Llama)
implantaron un germen mental en el grupo secundario de hombres-animales que
estaban preparados para individualizarse. Este grupo, durante mucho tiempo, fue
incapaz de expresarse; estaba cuidado por los Señores de la Llama, y casi
resultó un fracaso. Sin embargo, en la época en que la última sub-raza de la
raza raíz lemuriana estaba en su apogeo, se pusieron repentinamente al frente
de la civilización de aquella época y justificaron el esfuerzo jerárquico.26
La tercera oleada de
Ángeles Solares entró en una relación uno-a-uno con las entidades humanas. En
ese momento, se nos dice, el hombre había alcanzado el nivel físico, emocional
y mental embrionario del "animal doméstico común" de hoy en día. Cada
Ángel Solar se instaló en el plano mental del ser humano a su cargo, en lo que
llegó a ser el cuerpo causal. Desde allí se podía salvar el abismo entre los
vehículos inferiores y la aún latente Tríada espiritual:
(Ellos) transfirieron la
polarización desde el átomo inferior de la Tríada al átomo inferior de la
Personalidad. Pero la Llama interna no pudo descender más abajo del tercer
subplano del plano mental. La vida del primer Logos debe estar fusionada con la
del segundo Logos y basada en la actividad del tercer Logos.27
El objetivo principal de
los Ángeles Solares era acelerar nuestro desarrollo mental. Los términos
"Señores de la Llama" y "Esfera de Fuego" son las adecuadas
ya que el fuego es el símbolo del plano mental. También hay que señalar que,
aunque los Ángeles Solares vinieron durante la tercera raza raíz y la 4ª ronda,
su trabajo era prepararse para el florecimiento de manas en la quinta raza raíz
actual y, más aún, en la futura 5ª ronda.
La llegada de los Ángeles
Solares traería profundos beneficios a largo plazo, pero su efecto a corto
plazo fue un duro golpe para la corriente de vida humana naciente:
El advenimiento de los
Señores de la Llama y la tempestad eléctrica introducida en el periodo del
hombre, se caracterizó por los desastres, el caos y la destrucción de muchos
seres del tercer reino de la naturaleza. Se implantó la chispa de la mente, y
la fuerza de su vibración y el efecto inmediato de su presencia causaron la
muerte de la forma animal, produciendo así la posibilidad inmediata de que los
cuerpos causales, nuevamente vitalizados, vibraran con tal intensidad que
tuvieron que tomar nuevos vehículos físicos. 28
El Contacto con el Ángel
Solar
El Ángel Solar canaliza la
vida de la Mónada hacia el yo inferior, en respuesta a las necesidades kármicas
y orquestando una secuencia de encarnaciones a través de las cuales el
individuo puede adquirir experiencia evolutiva. El punto de adhesión del Ángel
Solar a la persona humana es el cuerpo causal. Vincula el átomo mental
permanente en el primer subplano con la unidad mental en el cuarto. Entre estos
subplanos se encuentra el gran abismo que nos ha dividido, desde nuestros
inicios como seres humanos, y sobre el que, con el tiempo, buscamos tender un
puente mediante la construcción del antakarana.
El cuerpo causal es una
envoltura que contiene los átomos permanentes astral y físico y la unidad
mental. Es el vehículo más inferior que sobrevive de una encarnación a la
siguiente, y a través de los tres átomos permanentes (por conveniencia tratamos
la unidad mental como tal) sirve para preservar la esencia de las experiencias
de las encarnaciones sucesivas. Antes del nacimiento físico, la vida fluye
desde el cuerpo causal a los planos mental inferior, astral y físico, activando
los átomos permanentes e impulsando los devas de esos planos a la acción para
construir la nueva forma a encarnar.29 Al final de esa encarnación, la vida es
retirada de los vehículos inferiores y los átomos permanentes se enriquecen con
lo que se ha aprendido.
Durante millones de años,
el yo inferior no es consciente de la existencia del Ángel Solar. Por su parte,
el Ángel baja su mirada hacia el ser que está a su cargo, como una gallina que
cuida su huevo, esperando el primer movimiento de conciencia que pueda
convertirse en un contacto más definido. En palabras del Tibetano, el Ángel
Solar "está en profunda meditación durante la mayor parte del ciclo de
vida de un individuo, y es sólo cuando una medida razonable de integración de
la personalidad se establece que la atención del alma se aleja de sus propias
consideraciones interiores y asuntos del ego a los de su sombra "30.
Las técnicas para
desarrollar el contacto con el Ángel Solar se pueden encontrar en muchos
sistemas esotéricos, incluso aunque el concepto del Ángel Solar no se entienda
correctamente. Por ejemplo, el popular libro de Ron Scolastico “El Portal hacia
el Alma” proporciona una interesante secuencia de meditaciones que podrían ser
utilizadas incluso por personas con un mínimo entrenamiento esotérico.31 A
medida que el individuo invoca su Ángel Solar, el Ángel responde, en un primer
momento de forma esporádica y luego más continuamente. El iniciado de la Golden
Dawn, Israel Regardie, ofrece una elocuente descripción del proceso:
La morada eterna del Ser
Superior es el Paraíso delEdén, el santuario celestial que está siempre
protegido del caos por la espada flamígera de los Querubines... Desde ese
distante bastión espiritual mira hacia abajo a su vehículo, al hombre inferior,
desarrollado con el fin de dotarlo de la experiencia,sin participar en sus
luchas o tribulaciones; sin embargo, desde otro punto de vista, sufriendo profundamente
debido a eso... Raras veces el Genio abandona su palacio de las estrellas,
excepto cuando, voluntariamente, el yo inferior se abre a lo superior por un
acto de sincera aspiración o abnegación, lo único que hace posible el descenso
de la Luz dentro de nuestros corazones y mentes.32
El Tibetano hace una
observación similar y pasa a enfatizar la necesidad de una respuesta recíproca
en la construcción del antakarana. Él nos dice que, "como vive su propia
vida en su propio nivel de percepción", el Ángel Solar "no siempre es
consciente de su sombra, la personalidad, en los tres mundos. Cuando el
antakarana está en construcción, la percepción debe acompañar a la intención de
la personalidad".33
Algunos tipos de servicio
sólo pueden llevarse a cabo con la participación del Ángel Solar. Por ejemplo,
el Tibetano explica que en la práctica de la magia blanca se requieren los
recursos del Ángel:
Sólo el Ángel solar puede
realizar el trabajo del mago blanco y lo efectúa controlando los ángeles
lunares y subyugándolos completamente. Están alineados en contra de él, hasta
que por medio de la meditación, la aspiración y el control, los someten a su
voluntad y los convierte en sus servidores... El trabajador en magia blanca
utiliza siempre la energía del Ángel Solar para realizar sus fines. El hermano
de la oscuridad trabaja por medio de la fuerza innata de los Señores lunares,
que poseen una naturaleza afín con todo lo que es objectivo.34
Igual ocurre con esa
importante aplicación de la magia, la curación:
El curador que trabaja en
un nivel superior, y por lo tanto necesariamente con un tipo superior de
paciente, emplea la energía de su propia alma influyente en conjunción con la
energía de su alma individualizada, irradiándola en el alma del pacientepor
intermedio de ambas auras.35
Si la magia blanca
requiere de la ayuda del Ángel Solar, el ritual mágico también se ha explorado
como una forma de invocar al Ángel. El ritual más famoso realizado con ese
propósito fue registrado por el cabalista medieval Abraham el Judío
(1362-1460), pero lo atribuyó a un sabio, Abra-Melin, a quien dijo haber
conocido en Egipto.36 Lo particularmente significativo sobre el trabajo de
Abraham es que, en el preámbulo del ritual, descartó la utilización de la
elaborada parafernalia mágica común en esa época, enfatizando una vida de
oración y concentración, similar a las prácticas espirituales de los místicos-o
incluso a nuestras propias disciplinas esotéricas. El ocultista Aleister
Crowley de los comienzos del siglo 20, adaptó el ritual de Abra-Melin para
invocar lo que él llamó "el conocimiento y la conversación del
Ángel". No está claro si Crowley tuvo éxito, pero afirmó que el papel
central del ritual es "la invocación del Santo Ángel de la Guarda; o, en
el lenguaje místico, la Unión con Dios"37.
Otro ritual para invocar
al Ángel Solar, utilizado por los miembros de la Golden Dawn, se centra en la
transformación personal de los participantes. Curiosamente, se refiere al
"verdadero Yo", una frase usada a menudo por el Tibetano:
Acércate a mí, Tú que eres
mi verdadero Yo: mi Luz, mi Alma... Tú que estás coronado de Gloria... A Ti te
invoco. Acércate a mí, mi Señor, a mí, que soy Tu vano reflejo en el inmenso
mar de la Materia... Sin Ti no soy nada, en Ti soy el Omni-Yo existiendo en Tu
Individualidad hasta la eternidad.38
Sin embargo, otro ritual
incluye esta afirmación de sacrificio personal y de sacrificio y coraje:
Que la influencia de tus
seres divinos descienda sobre mi cabeza y me enseñe el valor del
auto-sacrificio para que no me acobarde en la hora de la prueba, sino que así
mi nombre sea escrito en lo alto y mi espíritu permanezca en la presencia del
Santo. En esa hora en que el Hijo del Hombre ha de invocarse ante el Señor de
los Espíritus y su Nombre ante el Anciano de los Días.
Finalización del Trabajo
del Ángel Solar
Los Ángeles Solares fueron
llamados para "servir como intermediarios entre los aspectos superior e
inferior de la entidad humana y, específicamente, para fomentar el desarrollo
de manas. Durante el largo período de ese desarrollo, cada Ángel Solar
supervisa la evolución mental del ser a su cargo, actuando como agente dela
Mónada. Continúa llevando a cabo esta tarea hasta que el alma humana puede
hacerse cargo de las responsabilidades del Ángel.
La tarea Ángel Solar se
cumple cuando el alma humana se ha convertido en un eficaz "principio
mediador" y ha demostrado su capacidad y voluntad para asumir la
responsabilidad de la entidad de la que forma parte. Demostramos esa capacidad
y voluntad trascendiendo los valores del nivel de la personalidad,
comprometiéndonos con el crecimiento espiritual, respondiendo al propósito
divino y por el servicio. En el proceso construimos el antakarana que sirve
como su propio medio de comunicación consciente entre lo superior y lo
inferior.
Nuestro nivel de
desarrollo se refleja en la forma del cuerpo causal. El cuerpo causal se
asemeja a un cáliz o flor de loto y, por esa razón, se le llama a menudo el
Loto Egoico. El Tibetano nos dice que es "una cosa de rara belleza, palpitante
de vida y radiante con todos los colores del arco iris". 40 Tiene doce
pétalos, dispuestos en cuatro hileras concéntricas de tres. El nivel exterior
se conoce como los "pétalos del conocimiento", el siguiente nivel,
los "pétalos del amor", y el tercer nivel, "los pétalos de
sacrificio o voluntad". El "conjunto central de tres pétalos
estrechamente cerrados" contienen la "Joya en el Loto", la
puerta de entrada, por así decirlo, a la conciencia del Ángel Solar.
Inicialmente, los pétalos
del loto están todos cerrados, como en un capullo. Pero, a medida que la
entidad se desarrolla, los pétalos se abren, revelando poco a poco la vida, la
belleza y el esplendor de la Joya. El Tibetano explica que la apertura de la
segunda hilera es particularmente importante en términos de la manifestación
del Ángel Solar:
Otra corriente de energía
emana con el tiempo de la segunda hilera de pétalos cuando está activa,
conteniendo instintivamente la vida y cualidad del Manasaputra en
manifestación. La segunda hilera de pétalos de cualquier loto egoico es la
única que nos da la clave de la naturaleza del Ángel solar, así como la hilera
externa es -para la visión interna del Adepto- la clave del grado de evolución
de la personalidad.41
La transferencia de la
responsabilidad del Ángel Solar hacia el alma humana tiene lugar cuando el
individuo está en el camino iniciático y se ha completado la cuarta iniciación.
El cuerpo causal ha cumplido su propósito y se destruye. Y el Ángel se aleja
para continuar su propia evolución superior:
Cuando llega el momento de
recibir la cuarta iniciación, se ha realizado el trabajo de destrucción;
cumplida su función, el ángel solar retorna a su propio lugar y las vidas
solares buscan su punto de emanación. La vida dentro de la forma asciende
triunfalmente al seno de su "Padre en los Cielos", así como la vida
dentro del cuerpo físico, en el momento de la muerte, busca su fuente, el
Ego.42
La destrucción del cuerpo
causal se compara con la "destrucción del Templo de Salomón por la
retirada de la Shekinah". Recordando las palabras bíblicas: "Nuestro
Dios es un Fuego consumidor"; explica el Tibetano:
Esa estructura que el
conocimiento ha construido (el cuerpo causal o templo de Salomón) es destruida
por el fuego consumidor. Este fuego consume la suntuosa prisión que el hombre
ha erigido durante muchas encarnaciones, liberándose la luz divina interna.43
Con la retirada del Ángel
Solar, el alma humana, ahora empoderada, es "llevada a la Presencia de ese
aspecto de Sí misma que se llama ‘su Padre en los Cielos’. Se encuentra cara a
cara con su propia Mónada, esa esencia espiritual pura en el plano más elevado;
uno que es a su Ego o Yo Superior lo que el ego es la personalidad o yo
inferior". El Tibetano lo explica así:
El ángel solar con quien
estaba en contacto, se retira; la forma
mediante la cual actuaba (el cuerpo egoico o causal) desaparece y solo queda el
amor-sabiduría y esa voluntad dinámica que es la característica principal del
Espíritu. El yo inferior sirvió para los propósitos del ego y fue descartado;
de igual modo el ego sirvió a los designios de la
Mónada y ya no hace falta;
el iniciado se ve libre de ambos, plenamente liberado y es capaz de entrar en
contacto con la Mónada, así como anteriormente aprendió a entrar en contacto
con el Ego.44
El Yo "Real"
La parte más sorprendente
de la cita al comienzo de este ensayo-y la que más pone a prueba nuestra
comprensión, es la afirmación de que el Ángel Solar es "el verdadero Yo" (énfasis añadido).
¿Qué quiere decir esto? El Ángel Solar soy "yo" o ¿se trata de una
entidad distinta que me influencia, como el Cristo influyó en el Maestro Jesús?
Parte de la respuesta la dio Blavatsky:
Los Manasa-putras... crearon, o más bien produjeron, el hombre que piensa, 'el manu' encarnando en la humanidad de la
tercera Raza de nuestra Ronda. Por lo tanto, Manas, es el real y permanente Ego
Espiritual encarnado, la INDIVIDUALIDAD, y nuestras personalidades diversas e
innumerables sólo son sus máscaras externas. 45
Es decir, no se nos pudo
llamar "hombres" hasta que los Ángeles Solares implantaron y, a
través de la participación directa, activaron a manas en nuestros antepasados
"sin mente". Por otro lado, las enseñanzas afirman repetidamente que
esta intervención se produjo después que comenzó nuestro largo viaje evolutivo
y que los Ángeles Solares se irán antes de que nuestro viaje -incluso esta fase
de él-, llegue a su fin. La cuestión de la identidad por lo tanto, sigue sin
respuesta.
Sin embargo, antes de
responder a esta pregunta tenemos que tener claro quién o qué está haciendo la
pregunta. Para la mayoría de nosotros el foco de la conciencia se encuentra
todavía en la personalidad, la cual deja de existir después de la muerte
física. De hecho, es la conciencia de esa impermanencia y el deseo de una
medida de inmortalidad lo que nos motiva a buscar la realidad superior. La
mejor perspectiva a largo plazo, por supuesto, sería ofrecida por la
identificación con la Mónada, pero la Mónada está fuera del alcance hasta la
tercera iniciación, y debemos aferramos a un paso intermedio. Podríamos decir
que este paso es el alma, pero eso nos devuelve a la pregunta de qué quiere
decir el término “alma".
El alma humana crece a
partir de la experiencia acumulada de las encarnaciones, pero durante muchos
millones de años carece de la cohesión, el poder y la capacidad de "hacer
la voluntad del Padre-Mónada". El alma humana sólo adquiere forma
definitiva y permanente en la primera iniciación. Como Saraydarian explica:
"En el momento en que el Cristo emplea el Cetro de la Iniciación tiene lugar el nacimiento del alma humana
(énfasis en el original). Por eso, la primera iniciación se llama "el
nacimiento". 46 Mientras tanto, el Ángel Solar sirve en su lugar. Se trata
de una función sustentadora, de manera análoga a la de una madre hacia su hijo
por nacer, o de un regente hacia un monarca infante. El alma humana, como el
niño, con el tiempo adquiere la capacidad para la vida autónoma y la tarea del
Ángel Solar concluye felizmente.
A partir de la primera
iniciación, el alma humana se siente atraída cada vez más estrechamente,
"más cerca que el aire que respiramos", hacia el Ángel Solar. Busca
consumar el "Matrimonio Místico" y absorber la vida, la energía y la
conciencia del Ángel. Con respecto al simbolismo del matrimonio, Saraydarian
hace la interesante sugerencia de que el Ángel Solar asume la polaridad opuesta
a la personalidad, por lo que una personalidad masculina percibe un Ángel Solar
femenino, y viceversa.47 La atracción resultante proporciona una motivación
adicional para buscar la unión con el Ángel.
La conciencia del Ángel
Solar y la del alma humana se funden en un grado que supera sus diferencias de
origen, y en una medida que nosotros, en encarnación, difícilmente podremos
comprender. Durante un tiempo, de hecho, son uno. Por supuesto, con frecuencia
afirmamos que toda la creación es Uno, y reconocemos que el sentido de unidad
aumenta a medida que ascendemos en nuestro nivel de conciencia a los reinos
donde la separación de los "tres mundos" es desconocida. Pero la
unión del Ángel Solar y el alma humana es íntima, incluso para los estándares
de los planos superiores.
Sin embargo, como hemos
visto, el matrimonio místico no es eterno, y a su debido tiempo la unión se
rompe, y el alma humana se queda sola para llevar a cabo la misión monádica. El
Ángel Solar prosigue su propia evolución superior, pero esperamos que el
vínculo consciente sea preservado de alguna manera y que siempre recordaremos y
seremos recordados por nuestro hermano mayor, amigo y benefactor.
Conclusión
Podemos encontrar
referencias al Ángel Solar en diversas tradiciones esotéricas, aunque los
problemas de terminología obstaculizan la investigación comparativa, así como
la investigación en nuestras propias enseñanzas. Puede que haya habido un
intento deliberado, por parte de la Jerarquía, para frenar el estudio del Ángel
Solar por las masas y evitar una interpretación errónea del concepto y el
sentido consecuente de separatismo interior. A pesar de que la existencia del Ángel
Solar se reconoció en occidente hace más de 500 años, esta información estaba
celosamente guardada. La difusión de la información, y las enseñanzas de
Blavatsky y el Tibetano son comparativamente recientes, y una amplia discusión
sobre este tema es aún más reciente. Sin embargo, a partir del examen detallado
de las diversas fuentes, emerge una imagen coherente y clara del Ángel Solar y
su relación con la personalidad humana y el alma. El presente artículo tiene
por objeto estimular más discusión y estudio.
Los Ángeles Solares
vinieron a la Tierra durante la tercera raza raíz, después de que comenzara
nuestro viaje evolutivo. El Logos Planetario estaba preocupado de que la
humanidad fracasara en cumplir el programa establecido para el desarrollo
manásico durante las razas raíces restantes. Una iniciativa anterior, en la que
las semillas de manas o mente, se implantaron en el hombre primitivo, había
tenido tan sólo un éxito parcial. En un gran acto de sacrificio, los Ángeles
Solares acordaron entrar en una relación uno-a-uno con las Mónadas humanas.
Cada Ángel Solar se comprometió a cuidar de un ser humano y contribuir a
acelerar nuestro desarrollo. Como resultado, hemos adquirido la capacidad de
responder adecuadamente a las expectativas Logoicas.
La tarea asignada a cada
Ángel Solar era ayudar a la Mónada humana a expresarse a través de manas. El
Ángel suministró el "principio medio" que une a la Mónada con el yo
inferior, y se le encargó nutrir el alma humana desde su estado embrionario
hasta la autonomía completa y funcional. El alma humana se expande en
conciencia como resultado de la experiencia de la encarnación, la integración
de la personalidad, el diálogo de invocación con el Ángel Solar, y la
construcción del antakarana. A medida que el alma humana adquiere poder y
demuestra el compromiso con la misión de su propia Mónada, la asignatura del
Ángel Solar llega a su fin.
El Ángel Solar conserva su
propia identidad a lo largo de su larga asociación con nosotros. Pero durante
esa asociación, el Ángel comparte su energía, vida y conciencia con nosotros,
influyendo en el yo inferior con un grado de intimidad más allá de nuestra
comprensión. Esta intimidad se incrementa aún más a medida que el alma humana
comienza a tomar forma definida, conduciendo al simbólico "matrimonio
místico". Pero justo cuando la unión parece completa, el Ángel Solar
comienza a retirarse. Finalmente, en la cuarta iniciación del Ángel se marcha,
después de haber cumplido su compromiso con el Logos Planetario y con nosotros.
La cuarta iniciación es
uno de los hitos más importantes en nuestro viaje evolutivo. Sin embargo, como
numerosas historias de casos ponen de manifiesto, no es un motivo de alegría
pura. Aparte del dolor asociado con el sacrificio de la naturaleza inferior,
sólo podemos imaginar la pérdida dolorosa causada por la partida del Ángel
Solar. Cuando nos llegue la hora, seguramente vamos a clamar, como hizo el Gran
Iniciado: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?".
1 Alice A. Bailey. El
Discipulado en la Nueva Era, I. Lucis, 1944, p. 390
2 Alice A. Bailey.
Iniciación Humana y Solar. Lucis, 1922, p. 136.
3 Ibíd., Pp 115-6.
4 Alice A. Bailey.
Educación en la Nueva Era. Lucis, 1954, p. 5.
5 Alice A. Bailey.
Psicología Esotérica, II. 93.