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sábado, 4 de abril de 2015
jueves, 2 de abril de 2015
DESCENSO Y SACRIFICIO (ÁNGELES CAÍDOS) II .- Artículo reimpreso de The Beacon, Septiembre-Octubre de 1989 Por Sarah McKechnie
DESCENSO Y SACRIFICIO
(ÁNGELES CAÍDOS) II
Siempre hay una elección entre dos senderos que es una elección,
que para el ser humano, debe ser regida por el libre albedrío.
Artículo reimpreso de TheBeacon, Septiembre-Octubre de 1989
Por Sarah McKechnie
SE PUBLICA NUEVAMENTE
ESTE ARTÍCULO JUNTO CON UN IMPORTANTE COMENTARIO DE OTRO COMPAÑERO DEL CAMINO,
Y QUE LO VOY A COLOCAR COMO PRINCIPIO DE ESTE TEXTO:
Jo Mero ha comentado una
publicación en Blogger.
Se ha compartido
públicamente. - Ayer a la(s) 23:49
Concuerdo en lineas
generales con parte de lo escrito.
Traduje a HPB precisamente esta
partecita de sus obras. Modestamente, me permito discrepar en la interpretación sobre Lucifer y sus huestes en el
sentido de que estos ángeles “cayeron” como un acto de elección y de
sacrificio supremo en beneficio de la humanidad. Fue un acto electivo de los Espíritus Luciferes por otras consideraciones, nacidas éstas de su libre
albedrío.
Más bien, me parece
tener más sindérisis lo que leemos a continuación: Antes de que el hombre fuera
iluminado por los Espíritus Luciferes,aquél no había conocido ni la enfermedad,
ni el dolor, ni la muerte.Todas estas cosas fueron el resultado del empleo
ignorante de lafacultad procreadora y su abuso para la gratificación de los
sentidos.
Los animales en estado
salvaje están generalmente libres de enfermedades y dolores, porque su
propagación se efectúa bajo el cuidado y dirección de los sabios
espíritus-grupo únicamente en esas épocas del año que son propicias para tal
objeto. La función sexual tiene por único objeto la perpetuación de las
especies, y bajo ningún concepto la gratificación de los deseos sexuales.
Si el hombre hubiera
continuado siendo un autómata guiado por Dios,no habría conocido ni la
enfermedad, ni el dolor, ni la muerte, hastahoy; pero tampoco habría obtenido
la conciencia cerebral y laindependencia resultante de la iluminación por los
Espíritus Luciferes,los "dadores de luz", quienes le abrieron el
entendimiento y leenseñaron a emplear su entonces confusa visión para
obtenerconocimientos del Mundo Físico, el cual estaba destinado a conquistar.
Desde ese entonces había
dos fuerzas obrando en el hombre. Unafuerza es la de los Ángeles, quienes
formaban nuevos seres en lamatriz por medio del Amor, que se dirigía hacia
abajo para laprocreación; son, por lo tanto, los perpetuadores de la raza.
La otra fuerza es la de
los Espíritus Luciferes, quienes son losinstigadores de todas las actividades
mentales, por medio de la otraparte de la fuerza sexual, que se dirige hacia
arriba para el trabajo
cerebral." Ref; C.
R. del C. - M. Heindel.
Por otro lado y
finalmente, el Cristo, no es Venus, bajo ninguna consideración. Su Luz está más
allá de la consideración sideral o celestial planetaria y trasciende los límites de lo denso o
energético. Jesús, el Hombre Perfecto,
no Cristo, el Sublime Arcángel Solar, dice: ""Yo, Jesús, he enviado a
Mi ángel a fin de darles a ustedes testimonio de estas cosas para las iglesias.
Yo soy la raíz y la descendencia de David, el lucero resplandeciente de la
mañana." Apocalipsis XX:16 y esto tiene otra connotación muy diferente.
Cristo no tiene ascendencia humana.
DESCENSO Y SACRIFICIO
(ÁNGELES CAÍDOS)
http://espiritualidadenesencia.blogspot.com/2014/01/descenso-y-sacrificio-angeles-caidos.html
1
Respuesta de: Ana
Castro10:03
ME PARECE UN TEMA DE GRAN IMPORTANCIA Y LO ÚNICO QUE TENEMOS
QUE BUSCAR ES ELEMENTOS DE JUICIO QUE NOS ACERQUEN A LA VERDAD, QUE POR OTRA
PARTE PUEDE SEGUIR TENIENDO SUS ERRORES, HASTA ESE MOMENTO EN QUE TENGAMOS
ACCESO AL CONOCIMIENTO DIRECTO. MIENTRAS
TANTO, PRESTEMOS ATENCIÓN A TODO CON HUMILDAD Y LA LUZ LLEGARÁ.
VOY A PUBLICAR DE NUEVO
EL ARTÍCULO CON TU COMENTARIO QUE SEGURAMENTE NOS AYUDARÁ.
GRACIAS.
HE AQUÍ EL ARTÍCULO
MOTIVO DE ESTOS COMENTARIOS Y QUE ES DE INTERÉS ANALIZAR:
El descenso o la “caída”
a la Tierra de los ángeles rebeldes, los ángeles solares o agnishvattas, es
considerado como el misterio insinuado en la Escrituras y como el “secreto de
las edades” ((Psicología Esotérica T
II, p. 83), No es de sorprender, entonces, que haya mucha confusión y
malentendidos en lo relacionado a la “ángeles caídos” de los cuales Lucifer es
el representante más conocido.
El secreto de los
“ángeles caídos” es en esencia el misterio que subyace al mismo Plan de la
evolución ya que la voluntad de los ángeles solares de “caer”, de sacrificarse
a sí mismos con el objetivo de traer la luz del principio mental a lo que en aquel
entonces fuera el hombre animal, ha marcado el punto en el cual ha entrado en
acción la Ley de Dualidad, por medio de la cual la materia, la forma – negativa
y pasiva – puede ser estimulada por el espíritu. Este acto de sacrificio en los
albores de la historia humana es un hilo que se encuentra entretejido en todas
las grandes escrituras y mitologías del mundo, incluyendo el mito de Prometeo
que robó el fuego (la mente) para los hombres y la historia bíblica del Hijo
Pródigo, quien abandonó el hogar del Padre para embarcarse en el sendero de la
experiencia de la vida en la forma y los sentidos – el viaje “al país lejano”.
El rol de los ángeles
solares y el de su sacrificio en beneficio de la humanidad está tratado
extensamente en La Doctrina Secreta de H.P, Blavatsky. De hecho, en 1887 a la
revista de la Sociedad Teosófica se le ha dado el nombre de “Lucifer” en un
esfuerzo por arrojar claridad sobre aquello que es considerado, injustamente,
como un ángel sacrificado maligno.
El nombre de “Lucifer”
viene de las palabras latinas: Lux orLucis (luz) y ferre (portar, traer). De
este modo, Lucifer literalmente significa “portador de luz”; está relacionado
con el planeta Venus en Revelaciones XXII: 16 cuando Cristo dice “yo soy la
brillante estrella matutina”, la cual es Venus, anunciando la emergencia plena
de la luz del Sol – el Hijo, el Cristo. De una manera interesante el papel del
“portador de luz” está relacionado a Mercurio, o Hermes – el mensajero divino
de las mitologías griega y romana. En el cristianismo la función de Mercurio es
realizada por Miguel, el “Ángel Guardián” del Cristo, según Santo Tomás. La
relación esotérica de este Ángel Guardián y el Cristo es aun más clarificada
por una declaración del Tibetano, con Quien Alice Bailey ha colaborado
escribiendo una serie de libros sobre la Sabiduría Eterna, que dice que
“Mercurio y el Sol son uno”.
Esotéricamente hablando,
la función del Ángel Guardián se ha hecho posible gracias al sacrificio de los
ángeles solares al preservar el principio de la mente, ocultamente el fuego,
por medio de repetidas y persistentes encarnaciones en la forma hasta que el
hombre animal llegara a ser un hombre pensador y, finalmente, comenzar el
despertar a su herencia espiritual verdadera: el hombre humano/divino. De este
modo los ángeles solares crean la forma para la manifestación del principio
encarnante del alma – el cuerpo causal – y también retiran este cuerpo, en la
cuarta iniciación, cuando el vínculo entre el la forma y el espíritu se ha
establecido de forma permanente, fusionándolos. Entonces el cuerpo causal es
destruido.
El concepto del “ángel
rebelde” parece remontarse al poeta John Milton que en su Paraíso perdido
aparentemente ha anclado en la conciencia humana la idea del descenso de los
ángeles solares como un acto de rebelión y consecuentemente una caída desde la
gracia. (“Reinar es ambición digna, aun cuando sea sobre el infierno, porque
más vale reinar aquí, que servir en el cielo.”). Este espíritu de rebelión y su
consecuente dolor no se encuentran en Venus, nos dice el Tibetano. El espíritu
de rebelión solo es contundente en la Tierra y el Tibetano sugiere que este
espíritu de rebelión ha cualificado la actitud de nuestro Logos planetario
mismo, el “Rebelde Divino”. El Tibetano cita el Antiguo Comentario:
“Entró en la vida y supo
lo que era la muerte.”
“Tomó una forma y se
entristeció porque era oscura.”
“Se obligó a salir del
lugar secreto y buscó el lugar de la luz, y la luz le reveló lo que menos
buscaba.”
“Esperaba obtener
permiso para regresar.”
“Buscó el Trono en lo
alto y a Aquel sentado en él. Exclamó: ‘No buscaba esto. Buscaba la paz, la
luz, la libertad de servir, de demostrar mi amor y revelar mi poder. Aquí no
hay luz. Aquí no hay paz. Dejadme regresar.’
“Pero Aquel que estaba
sentado en el Trono no volvió la cabeza. Parecía no escuchar ni oír.”
“Entonces desde la
esfera inferior de las tinieblas y del dolor, surgió una voz que exclamó: ‘Aquí
sufrimos. Buscamos la luz. Necesitamos la gloria de un Dios entrante.’[Sólo he
hallado estas dos últimas palabras para poder expresar el antiguo símbolo que
estoy traduciendo.]
‘Elévanos a los Cielos.
Entra, Oh Señor, en la tumba. Resucítanos a la luz, haz el sacrificio.
Derriba los muros de la
prisión y entra en el dolor.’
“El Señor de la Vida
retornó; de allí el dolor.”
Psicología Esotérica T.
II, p. 86 – 87.
El mal de la
separatividad
El pecado y el mal no
existen en la Tierra. Nos dice el Tibetano que el único mal es el pecado de la
separatividad. En este sentido podemos obtener una comprensión del modo por el
cual Lucifer ha llegado a ser identificado con el mal, como el despertar de la
mente, que caracteriza al estado de la humanidad avanzada de hoy, y es, como
todos lo sabemos muy bien, tanto nuestro modo de liberación como también crea
más separatividad y aprisionamiento. La mente, activa y poderosa, pero
desprovista de alma, puede ser el gran factor cristalizador que construye
poderosas barreras de separación. “La mente es el matador de lo Real. Mata tú
al matador”, se le instruye al discípulo. En este sentido, la mente, en su
elemento analítico y concreto, se convierte en el refugio (y la prisión no
reconocida) de la ideología y es verdaderamente capaz del pecado de la
separatividad por medio del prejuicio, el odio y la aceptación de las
distorsiones de semi-verdades.
Mayor clarificación
sobre el papel que juegan los ángeles solares se encuentra en una consideración
sobre el cuarto Rayo de Armonía a través del Conflicto y sobre el quinto Rayo
de Conocimiento Concreto como también sobre Mercurio y Venus, por medio de los
cuales, respectivamente, estos ángeles canalizan sus energías. Mercurio es el
“Mensajero de los Dioses” y el cuarto rayo es el principio fluido que relaciona
el Plan con el Propósito de la divinidad que se conoce en el nivel de budi o de
la intuición, nivel regido por Mercurio, junto con la mente o manas, que es
regida por Venus y el quinto rayo. “Venus ha sido el custodio de lo que
llamamos el principio Mente y lo ha traído como un don puro a la humanidad en
estado embrionario”, se nos dice en “ Los Rayos y las Iniciaciones”. Buda dijo
que “El amor nace por medio de la mente”. El quinto rayo, canalizado por Venus
y mental en expresión, “opera en conexión con la Ley de la Separatividad” y “es
también responsable de la rápida formación de grandes y condicionantes
ideologías” ( Ibid p.594). Con esto se nos recuerda que los ángeles solares que
eligieron descender a la Tierra se sometieron a la Ley de la Dualidad de tal
modo que la evolución del ser humano pudiera depender del desarrollo de la
discriminación mental y del libre albedrío y de este modo de la capacidad de
realizar elecciones y decidir por el camino superior. Siempre hay una elección
entre dos senderos que es una elección, que para el ser humano, debe ser regida
por el libre albedrío.
La sustancia del plano
mental es el quinto rayo canalizado por Venus, y debido a que el reino de los
ángeles trabaja con sustancia – con el aspecto forma – los ángeles solares han
aportado la sustancia del mentalismo al hombre estableciendo así el vínculo, el
cuerpo causal del alma, en el plano mental – un vínculo que se preserva hasta
la cuarta iniciación que destruye la forma, ya no necesaria, del cuerpo causal.
Algo sobre la magnitud de este acto de los ángeles solares se insinúa por medio
de la comprensión de que el quinto rayo del Conocimiento “es la energía que
admite a la humanidad (y particularmente al discípulo y al iniciado entrenados)
en los misterios de la mente de Dios Mismo. Es la llave “sustancial” para
acceder a la Mente Universal” ( Los Rayos y las Iniciaciones. p.485).
Más aún… se dice que la
relación entre el quinto Rayo del Conocimiento y el Segundo Rayo de
Amor-Sabiduría es muy estrecha porque el segundo rayo rige el presente sistema
solar. En el sacrificio de los ángeles solares “Portadores de Luz”, en
beneficio del hombre animal, el aspecto sabiduría del segundo rayo se ha
despertado ya que “sabiduría es conocimiento adquirido por medio de la
experiencia (el peregrinaje del Hijo Pródigo) e implementado por medio del amor”.
De este modo el descenso de los ángeles solares a la sustancia ha dejado el
legado de la experiencia en el desarrollo del Plan divino.
Retornando a la historia
del Hijo Pródigo, y para entender con más profundidad lo que implica la
experiencia del Hijo Pródigo, es importante notar que, en el retorno al hogar
del Padre, el Padre es el que sale en gozosa recepción para abrazarlo, dejando
al hijo mayor quien ha permanecido en el hogar celoso y no reconocido. Que tal
peregrinaje a un “lejano país” es parte del Plan de Dios, parece ser
corroborado por el siguiente pasaje del Tibetano:
“El anhelo de
sacrificarse, de abandonar esto por aquello, de elegir una forma o línea de
conducta, de perder para eventualmente ganar, es la historia que subyace a la
evolución y lo cual debe ser comprendido en forma psicológica. Es el principio
que rige la vida misma y corre como canon dorado de belleza a través de los
oscuros elementos con que se forja la historia humana. Cuando este impulso de
sacrificio para conquistar, adquirir o salvar lo que se considera deseable sea
comprendido, se revelará la clave del desarrollo del hombre. Esta tendencia o
anhelo es algo distinto del deseo, tal como hoy se comprende y estudia
académicamente, pues lo que en verdad significa es el surgimiento de lo más
divino en el hombre. Constituye un aspecto del deseo; es la parte activa y
dinámica, no la parte sentimental – sensual; es la característica predominante
de la Deidad.”
Psicología Esotérica T
II, p. 85 – 86.
Por medio de la energía
del quinto rayo, que “esencialmente es un portador de luz”, la evolución de la
humanidad es apresurada realizando el descenso del Reino de Dios a la Tierra
como resultado del ascenso de los muchos que pasan por la iniciación en este
tiempo. El hecho de que la Doctrina Secreta iguala a Venus con Gaia (la Tierra)
y el hecho de que el despertar de la conciencia de la teoría de Gaia reconoce
que la Tierra es un organismo vivo y unificado, sugiere que la humanidad puede
ahora estar comenzando a despertar y cooperar de alguna manera con el objetivo
para el cual los ángeles solares descendieron a la materia: para la salvación
de la sustancia y para el despertar de la mente en la forma de tal modo que el
Propósito de la Deidad pueda ser registrado y expresado en la sustancia. Estos
ángeles solares “cayeron” como un acto de elección y de sacrificio supremo en
beneficio de la humanidad. Esos “Señores del Conocimiento y de la Compasión y
los de incesante y perseverante Devoción” somos nosotros mismos y, a nuestra
vez, debemos elegir conscientemente y tomar el control de nuestra encarnación
en la forma, buscando un Propósito y de este modo convertir la vida en la
Tierra como un don de sacrificio a las vidas menores que dependen de nuestro
cuidado.
Cristo ha dicho, “Yo soy
la brillante estrella matutina”. Su promesa y el legado de la presencia en la
Tierra de tales “portadores de luz” pueden ser sintetizados en las siguientes
palabras de H.P.Blavatsky que ha escrito: “en todas las cosmogonías de la antigüedad
la luz proviene de las tinieblas. Alice Bailey ha expresado un reconocimiento
similar en las siguientes palabras: “El Maestro M…agrega oscuridad a la luz, a
fin de que aparezcan las estrellas, pues en la luz no fulguran las estrellas,
pero en la oscuridad no existe luz difusa sino puntos enfocados de radiación”.
( Los Rayos y las Iniciaciones, p. 148)
martes, 31 de marzo de 2015
EL PLAN DIVINO FRATERNIDAD ROSACRUZ MAX HEINDEL (MADRID) BOLETÍN INTERNO Nº 40 AÑO 2.001 - TERCER TRIMESTRE (Julio - Septiembre)
EL PLAN DIVINO
FRATERNIDAD ROSACRUZ MAX HEINDEL
(MADRID)
BOLETÍN INTERNO Nº 40 AÑO 2.001 - TERCER TRIMESTRE
(Julio - Septiembre)
BOLETÍN INTERNO Nº 40 AÑO 2.001 - TERCER TRIMESTRE
(Julio - Septiembre)
El Plan Divino es algo impresionantemente coherente y que se
realiza, de modo inevitable, a pesar de nuestros tropiezos y dudas y
equivocaciones constantes, consecuencia de nuestro libre albedrío y de nuestro
imperfecto e inacabado desarrollo evolutivo. Y cada cosa aparece, en el momento
oportuno, a cumplir el objetivo para el que fue concebida. Y cada cosa
desaparece, en el momento conveniente, es decir, cuando ha cumplido su misión.
Si nos acostumbramos a ver la historia como el desarrollo de ese Plan, nos
resultará más comprensible que si sólo nos fijamos en los datos exclusivamente
materiales, aparentemente casuales y aleatorios. Y lo mismo ocurre con nuestras
propias vidas, la de cada uno de nosotros, que no son sino la realización del
plan confeccionado por nuestros propios espíritus para lograr su máximo de
manifestación en el plano físico.
En la historia conocida por la ciencia, empezando por el hombre como ser nómada y regido por la ley de la venganza de la sangre, llegamos al hombre como agricultor y, consecuentemente, sedentario. Y, de ahí, a las ciudades, regidas ya por la Ley del Talión, que no fue sino una limitación a la barbarie anterior, que sólo producía matanzas innecesarias y permanentes. Ya en las ciudades, pronto surgieron los dirigentes: la realeza, la nobleza y el clero. Y se fundaron los primeros estados en base a monarquías absolutas, en las que el máximo poder lo ostentaba el monarca. Y, cuando la monarquía absoluta hubo alcanzado su cenit, surgió y empezó a cobrar importancia, la burguesía. Y, cuando ésta fue lo suficientemente fuerte, destronó a los reyes absolutos y surgieron las monarquías constitucionales y las repúblicas. Y de ellas, están naciendo organismos mayores, más igualitarios, más niveladores. Momento en el que nos hallamos actualmente. Eso en cuanto al proceso político se refiere.
Desde el punto de vista económico, empezamos con el trueque de
productos, seguimos inventando el dinero, continuamos con la letra de cambio,
la banca y la bolsa. Y ahí nos
encontramos.
En lo militar, pasamos de la horda devastadora, al ejército
basado en levas obligatorias o mercenarios, dirigidos por los nobles. Luego,
por militares profesionales. Y
apareció el servicio militar obligatorio que, recientemente, se ha abolido ya
en muchos países, entre otros el nuestro. Y ahí estamos.
En lo religioso, empezamos adorando a las fuerzas de la
naturaleza. Luego, a unos dioses violentos, que exigían obediencia ciega. Y más
tarde, a un Dios invisible, que nos recompensaría debidamente tras la muerte.
Pero ese concepto de Dios y de la vida, rápidamente, están siendo sustituidos
por un Ser, del que todos formamos parte, y que nos necesita como nosotros a
Él, y por una vida que sabemos renace. Y prolifera la comprensión de que somos
espíritus inmortales y de que la muerte no existe y sí existe, en cambio, la
evolución, el adelanto, el perfeccionamiento, tras cada vida del hombre, tanto
por dentro como por fuera. Y hasta ahí hemos llegado.
En cuanto a los instrumentos, los inventos, los descubrimientos,
han ido apareciendo oportunamente: el hacha fue sustituida por espada y la
lanza; éstas, por la honda y el arco y la flecha, que dieron paso al arma de
fuego: arcabuz, fusil, cañón, ametralladora, proyectil dirigido, bomba
atómica…Y ése es nuestro tiempo.
La medicina empezó siendo magia. Luego, se independizó de la
religión. Desde entonces, ha descubierto los microbios como causantes de las
enfermedades, las vacunas para prevenirlas, los antibióticos para combatirlos,
los trasplantes de órganos, la
prolongación artificial de la vida, la clonación, el genoma… Y en eso nos
encontramos.
En cuanto a la vida de relación, empezando por la incomunicación
total de los pueblos, pasamos por el comercio por tierra y por mar con medios
rudimentarios, por los navíos a vela, luego a carbón, más tarde a gas oil y a
energía atómica… Y al globo, al dirigible, al avión de hélice, al submarino, al
reactor, al satélite artificial... Y, de la paloma mensajera al morse, al teléfono,
a la prensa, a la radio, a la televisión, a internet. Y, de ir
a pie, pasamos a la caballería, al carro, al tren, automóvil, al avión…
Y, del carro de Tespis, al teatro, y de él al cine y a la
televisión en directo, en tiempo real…
Si bien se mira, cada uno de estos inventos ha venido a completar otro anterior o a sustituirlo. Porque eso precisamente es la evolución: avanzar, dar pasos incesantes hacia el “más perfecto y más bello y mejor”. Pero no hemos de engreírnos demasiado:
Si bien se mira, cada uno de estos inventos ha venido a completar otro anterior o a sustituirlo. Porque eso precisamente es la evolución: avanzar, dar pasos incesantes hacia el “más perfecto y más bello y mejor”. Pero no hemos de engreírnos demasiado:
Todo eso estaba incluido en el Plan divino. Todo eso lo previó
Dios antes de la Creación y nosotros no hemos hecho sino recibir de los planos
superiores las inspiraciones necesarias para realizar ese Plan, al tiempo que
nos realizábamos nosotros mismos - como piezas de él que somos - y sin perder
nuestra individualidad ni nuestra libertad.
De
todos estos temas, el más sugestivo en nuestro tiempo es el de los medios de
comunicación - los media - que, como todo en ese Plan divino, tiene su papel,
su misión ineludible que cumplir.
¿Y cuál
es la misión de los
media? Nada menos que la de crear una conciencia colectiva que nos abarque a
todos los hombres y mujeres del mundo. Más aún: a todos los seres vivos. Y, aún
más: a la naturaleza toda que, en última instancia no es sino el cuerpo físico
de Dios.
¿Y cómo
se lo arreglan los media, sin proponérselo, sin darse cuenta, pero
inevitablemente, para crear esa conciencia colectiva? Haciéndonos vivir y
presenciar una serie interminable de catástrofes, desgracias, sufrimientos,
guerras, injusticias, crueldades, desigualdades, abusos, castigos, plagas, enfermedades…
Es decir, haciéndonos vivir la vida de los demás como si fuese la propia.
Porque, toda esa serie de sufrimientos la humanidad los ha experimentado
siempre sin ser consciente de su magnitud, pero ahora llegan a nuestros
hogares, traídos por los media, y ello hace que, sin excepción posible, nos
duelan a todos en el fondo del alma. Porque todos tenemos el convencimiento
interior de que podría ser mucho mejor, mucho más hermoso, mucho más justo,
mucho más soportable. Y que sería deseable que todo eso no ocurriese.
Pero,
¿por qué? ¿Qué es lo que nos hace sensibles a esas desgracias, casi siempre
ajenas? Nuestra sensibilidad. Una sensibilidad que se nos está despertando. Una
sensibilidad que no ha existido siempre. Hace muy poco, aún admitíamos y practicábamos
la esclavitud. Y las levas forzosas para ir a la guerra. Y los impuestos
arbitrarios. Y los castigos brutales y desproporcionados…
¿Qué nos
está ocurriendo, pues? ¿Qué nos ha ocurrido? Sencillamente, que está empezando
a formar parte de la conciencia colectiva la idea de que todos los seres
humanos o, mejor, todos los seres, tenemos derecho a la vida, que todos los
hombres y mujeres deben tener las mismas oportunidades, que todos hemos de
respetar los derechos de los demás, que todo derecho lleva implícita una
obligación correlativa e inseparable de él, que es posible una sociedad mejor
que la que tenemos. Y estamos empezando todos - no unos pocos, como había
ocurrido hasta ahora - a encontrar normal el esforzarnos por lograrla. Y todo
eso está calando muy hondo en nuestros corazones. Y, ¿a qué se debe? A tres
causas muy concretas:
Por un
lado, al hecho de que todos los hombres constituimos un espíritu grupal, un
todo. Y no podemos sentirnos bien - aunque queramos y hasta, incluso, aunque lo
creamos - mientras uno de nosotros, una parte del todo, lo pasa mal.
Por otro
lado, a que, como células en el cuerpo de Dios que somos y, por tanto,
instrumentos de manifestación Suyos, vemos reflejados en nosotros Sus esfuerzos
por alcanzar un estado más perfecto que el actual, ya que es, como nosotros -
aunque a escala
inconcebible para nuestras mentes - un ser en evolución.
Y, por
último, a que todos estamos recibiendo, consciente o inconscientemente, unas
vibraciones de procedencia cósmica - las de Acuario - a través del planeta
Urano, que están abriendo nuestro corazón a la nota clave de toda la creación:
el Amor.
¿Y qué
debemos hacer para activar esas vibraciones, para absorberlas al máximo? Seguir
viviendo del modo más honesto y responsable de que seamos capaces, y detener
nuestra mente, abriendo las puertas a la intuición. Porque es la intuición, y
no el razonamiento, la que nos está desarrollando a marchas forzadas. Y es ella
la que ha hecho que, al margen de los gobiernos, hayan surgido y sigan surgiendo
organismos no gubernamentales - ONGS - que, obedeciéndola, sin usar la mente
para comprender el mandato ni para argumentarlo, se sientan impelidas a ayudar
al prójimo, haciendo caso omiso de razas, religiones, colores o idearios.
Abrámonos
a esa manifestación de la fraternidad universal y de la solidaridad, a esa
exacerbación de la intuición, que proviene del Mundo del Espíritu de Vida y,
por ello, por tratarse de un mundo superior al mental, no pasa por él, sino
que, utilizando la conexión oculta de aquél con el cuerpo vital, se aloja en el
chakra del corazón y despierta al Amor, al Cristo Interno, allí dormido y
esperando pacientemente ser despertado.
Ese
despertar nos llevará a la identificación con el todo, que no supone el vaciar
nuestra gota existencial en el océano de la creación sino, al contrario, un
vaciamiento del océano entero en la gota de nuestra propia individualidad.
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