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sábado, 22 de noviembre de 2014

“EL ANTAKARANA” Relación entre la Personalidad fusionada con el Alma, el discipulado y el proyecto de construcción del Antakarana.(ACV.)

“EL ANTAKARANA”

Relación entre la Personalidad fusionada con el Alma, el discipulado  y el proyecto de construcción del Antakarana.





Antes de disertar sobre el Antakarana puede ser oportuno que nos hagamos una serie de preguntas, algunas de ellas prácticamente incontestables, pero que en su conjunto nos pueden aportar una idea del TODO, de LA UNIDAD.

¿Quién es Dios?. Se habla en los escritos  sagrados y en la Sabiduría Eterna del “Innombrable y Aquél del que nada puede decirse”. A mí me parece que es una indefinición totalmente sabia porque nos conduce a hacernos una idea de una entidad grandiosa, inconmensurable, de quien nuestras propias limitaciones nos impiden hablar y definir acertadamente.

A pesar de todo cualquier ser humano es capaz de pensar que este universo en el que estamos inmersos y del que formamos parte, se rige por unas leyes que lo sostienen  y que al hombre no se le puede atribuir su autoría, por mucha capacidad e inteligencia que tenga. ¿Qué nombre podremos darle a tal Hacedor? Hablamos de Dios.

Podemos hacernos otras preguntas menos importantes como:

¿Qué produce un melocotonero?: melocotones

¿Qué son los hijos de los asnos?: asnos…

¿Qué son los hijos de Dios?: …..  dejo la respuesta para cada uno, porque a mí, educada en una religión establecida, en su día, me costó mucho trabajo aceptar tal respuesta.

¿Cómo está formado el hombre?: Por un cuerpo físico/etérico, cuerpo astral y cuerpo mental.

¿Qué es el alma?: La intermediaria entre el espíritu y la materia, entre el espíritu y la personalidad.

¿Qué función tiene esa relación alma/personalidad?  Que el alma humana, esa semilla divina en el hombre, con la ayuda de la personalidad, penetre en las profundidades de la materia, aprenda y se desarrolle. Es algo que yo no entendí durante un tiempo porque yo me decía ¿pero si el alma es perfecta cómo se va a desarrollar?. Como ya hemos dicho el alma humana es la semilla divina y esa semilla, como todas las semillas tiene que germinar y crecer dentro de su vehículo de expresión que es la personalidad, y ello no es posible hasta que en el ser humano no se despierte la conciencia. 

¿Qué hacen alma y personalidad hasta que se despierta la conciencia? Se ignoran mutuamente porque el alma sabe que no tiene vehículo que le responda y la personalidad es ignorante del alma.

¿Cómo despierta la conciencia? En esa analogía de la que hemos hablado, de la semilla, y siguiendo con la misma, sabemos que toda semilla para que germine se tiene que introducir en las profundidades de la tierra, se pudre, y ya putrefacta echa raíces, tallo, hojas, flores y frutos. O sea que antes de crecer se ha hecho un gran recorrido hasta la putrefacción. Trasladándolo al ser humano todos sabemos o deducimos que hemos ido despertando a fuerza de cometer errores. Son esos errores los que nos hacen despertar y preguntándonos ¿POR QUÉ?; una y otra vez no encontramos respuesta. No entendemos que nos ocurran tantas desgracias, tantos sufrimientos, y es lo único que nos hace despertar, el habernos entregado al materialismo, a las emociones, a las pasiones, y al egoísmo y como consecue3ncia nos llega el dolor. Cuando se inicia el dolor ya va sabiendo el alma que tiene un espacio en esa personalidad, y sigue dando toques y la personalidad va respondiendo unas veces mal y otras bien.

¿Cuál es el objetivo de esta relación? Que la personalidad se sutilice, se purifique,  se redima y el alma tome posesión de su vehículo la personalidad y entonces, después de todo ese trabajo, pasa a ser un “alma encarnada”.

¿Cómo estaría el mundo con todas las almas encarnadas, todas las almas expresándose sin trabas a través de su vehículo, la personalidad? Sin lugar a dudas que no tendríamos problemas, que no habría disputas, ni envidias, ni soberbia, ni rencores, ni hambre, ni paro, ni enfermedad, y  sí habría absoluto respeto por todas las razas, todas las ideologías, todas las creencias, porque tendríamos algo mucho más importante todavía que es EL AMOR SIN SENSIBLERÍA, es decir “EL AMOR”.

Ahora vamos a preguntarnos

¿Qué es el Antakarana?.  Antes de responder repetiremos  una vez más el principio de que “la energía sigue al pensamiento”, y ahora de forma muy elemental vamos a decir que el Antakarana es la denominación que se da al puente de luz que une la personalidad con el espíritu.  
¿Cómo se crea ese puente de luz?  Con la imaginación creadora y la consiguiente respuesta práctica. La meditación en este trabajo sigue siendo fundamental porque suele ser en las meditaciones cuando se crean las más perfectas formas mentales.
Alma, personalidad, discipulado y Antakarana, son realidades y conceptos de suma importancia en la vida espiritual.

El ser humano de lo primero que es consciente es de su personalidad, si bien durante muchas vidas percibe un concepto erróneo, así como erróneo también es el uso que se hace de ella, sobre todo hasta que no se llega a descubrir que el hombre no solamente es el cuerpo físico, el de emociones o astral y el cuerpo mental, constituyendo  los tres la personalidad. Llega un momento en la vida del ser humano en que descubre que tiene un componente fundamental que es el Alma. Por mucho tiempo no tiene conocimiento del papel que el alma humana desempeña, pero el alma está ahí esperándonos hasta que hace acto de presencia.

La comunicación entre el espíritu y la personalidad no sería posible sin la intermediación del alma. La personalidad es absolutamente indispensable para el alma y el alma es absolutamente indispensable para la personalidad. En la medida en que la personalidad va siendo consciente, va trascendiendo la materialidad física, astral y mental y pasa a ponerse a disposición del alma. Son tiempos de confrontaciones entre personalidad y alma porque no entendemos ni comprendemos muchas cosas y hay que ir eliminando fricciones. Cuando hemos andado el camino preciso y hemos adquirido experiencia como aspirantes, nos toca hacer el trabajo de alineamiento, integración y fusión de la Personalidad con el Alma.

Así vamos hollando el Sendero y seguimos preguntándonos por multitud de cosas que seguimos sin entender y por contradicciones que se nos hacen patentes y que tenemos que resolver. Simplemente estamos dando los pasos necesarios para ser discípulos, para adquirir el desarrollo que nos permita ser útiles a los Maestros, a la Jerarquía y al Plan, para lo cual también tenemos que ejercitar la Voluntad y superar las pruebas que nos reafirmen en el Camino. 

Estamos hablando de un verdadero entrenamiento esotérico que es el  modo de servir porque el esoterismo auténtico nos conduce a la Esencia, al SER, al reconocimiento del mundo invisible y de los diversos estados de conciencia, deducidos de la cuidadosa aplicación diaria de la verdad, tal y como cada uno pueda captarla.

El Antakarana podemos decir que es el propio Sendero que vamos construyendo paso a paso, así como la araña  teje su hilo. Es el camino de retorno que desarrollamos en nosotros mismos hasta llegar a nuestra fuente de origen, al Padre. El Antakarana es el hilo de la conciencia, desarrollado por el Alma y no por la Mónada. La fusión del alma y la personalidad es la primera gran unión en el Camino de Retorno a la Casa del Padre.

El proceso es que el alma del mundo introduce su hilo de conciencia en todas las formas, en todas las células del cuerpo y en todos los átomos. Igual proceso lo realiza el alma humana con respecto a la personalidad, y la personalidad ya fusionada con el alma hace el mismo trabajo con el fin de construir el Antakarana entre la mente superior y la mente inferior.  

Quiere decir que hemos tenido que redimir la materia, desmaterializarla para que las vibraciones de alma y personalidad sean compatibles y llegue el momento en que sea el alma la que rija, produciéndose la fusión. Esta fusión se produce a través de conocimiento, meditación, autodisciplina, autocontrol y servicio, y todo ello nos va permitiendo el reconocimiento de estados espirituales y mundos de ser hasta ahora desconocidos. La finalidad de toda la práctica de la meditación consiste en desarrollar conscientemente los reconocimientos divinos, que posibilitarán finalmente actuar con inteligencia dentro de los mundos internos. La recompensa es grande, pero el trabajo interno a realizar es difícil y nadie lo puede hacer por nosotros.

El trabajo esotérico es ante todo subjetivo, una actividad consciente dentro de los campos de conciencia que trasciende todo lo hasta ahora conocido. Concierne al descubrimiento y comprensión de la naturaleza del alma, por lo tanto a lo universal y no a lo individual que es lo que habitualmente preocupa a la mayoría de los seres. Este trabajo hace que la riqueza de la vida subjetiva interna se exteriorice pura y libremente en forma de servicio. Nada puede impedir que se proyecte la conciencia ni que sea aprisionada, pues la vida y sus impulsos están regidos por el alma.

Durante la mayor parte de su experiencia, el alma humana está sometida al control de las energías inferiores. La fusión del alma y la personalidad se produce como resultado de tender el puente entre el cuerpo físico y el etérico, extendiéndose posteriormente al astral y a continuación al mental. Uno de los extremos queda anclado en la cabeza y el otro en los pétalos del conocimiento del loto egoico.

Las energías que animan a la personalidad y al alma se mezclan y se fusionan en una sola, y los tres aspectos del alma, conocimiento, amor y voluntad y los tres mundos de la personalidad, se convierten en uno solo, produciéndose la primera gran unión en el Sendero de Retorno.

El Antakarana es el resultado del esfuerzo conjunto del alma y la personalidad en la construcción consciente del puente.

A partir de aquí tenemos pendiente la unión entre la personalidad fusionada con el alma y la Tríada Espiritual, con lo cual hay una intervención directa entre la Tríada Espiritual y la personalidad con la colaboración del alma. Una vez fortalecida la fusión del alma y la personalidad, el hilo creador entra en gran actividad, fusionándose los tres hilos y la mezcla predomina.

La fusión de alma y personalidad se hace gradualmente y habiendo llegado a cierto punto se hace evidente la necesidad creadora de la VOLUNTAD para tender el puente entre la Tríada y la personalidad a través del alma.

Podemos definir el Antakarana como la extensión del triple hilo (Tríada Espiritual, personalidad y alma). Técnicamente el Antakarana es la mente superior y la intuición de la Tríada Espiritual, más la mente individualizada del hombre mental fusionado con el alma. Es la fusión de los tres hilos y su proyección hacia los niveles superiores del plano mental, hasta que las mentes abstracta y concreta se relacionan por medio del triple cordón. Va desde un punto del cerebro directamente al mecanismo interno. Por su intermedio el hombre comienza a actuar conscientemente en todos los planos.

Al Antakarana también se le llama comúnmente puente “Arco Iris” porque contiene los colores de los siete rayos los cuales son radiaciones de luz, y ello es posible porque durante innumerables encarnaciones de la personalidad ha pertenecido a los siete rayos. Finalmente el rayo del alma domina, y en el Arco Iris “se  escucha la vibración de los rayos del discípulo y se ve la nota de su rayo”. Debe aclararse que no se introducen específicamente los siete colores o hilos. Esto sucede en forma automática.

La analogía del Antakarana la tenemos reflejada en el Nuevo Testamento con la parábola del Hijo Pródigo. El hijo le pide al Padre todas sus riquezas y el Padre se las entrega y lo deja en total libertad. Vive todas las experiencias que desea hasta llegar a arruinarse, y entonces de acuerda de su Padre y decide retornar. El Padre lo recibe con una fiesta porque ha vuelto el hijo que había perdido. He aquí nuestra vida con todas las riquezas que se nos entregan y he aquí el amor del Padre.

El Antakarana simboliza EL SENDERO

Ana Castro Valle.-


jueves, 20 de noviembre de 2014

RAYOS: BREVE RESUMEN SOBRE “LOS SIETE RAYOS” Extraído de las nseñanzas de Djwal Kool, “el Tibetano”

RAYOS: BREVE RESUMEN SOBRE “LOS SIETE RAYOS”
Extraído de las nseñanzas de Djwal Kool, “el Tibetano”



Los Siete Rayos son, en palabras de Alice Bailey, la base  toda la Psicología de la Nueva Era que estamos viviendo. A pesar de su complejidad, los más de veinte libros que Alice Bailey escribió a principios del siglo pasado -así como los anteriores de  Helena Petrovna Blavatsky,  tiñen de manera determinante el pensamiento de los libros fundamentales de crecimiento personal que han aparecido en Occidente durante las últimas décadas.  

Hace casi un siglo, Bailey empezó a transcribir las enseñanzas de su maestro, Djwal Kool, “el Tibetano”. Dicho maestro le reveló la estructura de todo el universo conocido y desconocido en función de Siete Rayos de cualidades bien concretas. Dichos rayos además de estar presentes en los objetos “inanimados” también determinan los campos de tu personalidad agregada, tu campo mental, emocional y físico. Además de describir las características de estos cuatro campos, va más allá y afirma que tu Alma individual también se ve afectada por la cualidad de un rayo concreto lo cual guarda una relación directa con tu propósito individual.

Hasta finales del siglo pasado, sin un maestro muy avanzado en este sendero concreto, llegar a conocer cuáles eran tus rayos era una tarea árdua que requería de largas cuarentenas de meditación sobre todos los campos de ti mismo en relación a las cualidades de todos los rayos. Por fortuna, hace no muchos años y después de décadas de estudio, la Escuela Huber de Astrología Psicológica pudo correlacionar con gran precisión la composición de tus rayos a partir de tu carta natal.
LOS SIETE RAYOS

A continuación paso a resumir las características principales de cada rayo independientemente del campo al que se apliquen:

Rayo I: Voluntad y Poder

Rayo.-  Al Primer Rayo se le denomina de Voluntad o Poder porque los seres que pertenecen a él llegan al Poder a través de su fuerza de voluntad. El sendero de este Rayo es el más rápido pero también el más difícil. Hay muy pocos seres humanos actualmente que expresen las cualidades de este rayo porque muy pocos serían capaces de resistir la tremenda energía que supone la expresión del Primer Rayo en su estado puro. El hombre de Primer Rayo es un líder, y siempre se le encuentra al frente de la actividad que ha decidido emprender. Es un destructor de las formas cristalizadas. El método característico es la fuerza de voluntad. Estos seres son capaces de "conquistar el cielo por la violencia".

Rayo II.- Amor y Sabiduría

Rayo II.- El método de este rayo es el de reunir o juntar. Es el Rayo de la dualidad y en él se sintetiza el Amor y la sabiduría. El hombre de este Rayo siempre tiene deseo de adquirir conocimiento puro, independiente del conocimiento adquirido, por eso su mente siempre está dispuesta a escalar nuevas cimas para conseguir más comprensión, más sabiduría. Si no hay amor se vuelve frío y egoísta. Y si falta voluntad es inactivo. La fusión del amor y la sabiduría proporcionan al hombre del Segundo Rayo una inteligencia clara, y facilidad para enseñar a los demás su visión sintética.

Rayo III.- Inteligencia Activa

Rayo III.- Este es el rayo del pensador abstracto. Rige la filosofía, las matemáticas, la metafísica y también la Astrología. Mediante la imaginación captan la esencia de la verdad; son idealistas, impulsivos, soñadores y teóricos. El hombre de este Rayo debe estar en continuo movimiento y creación cuidando de realizar todo de forma desinteresada. Suelen ser poco prácticos y les encanta regodearse en sus propias acciones y creaciones. Los individuos del Tercer Rayo descubren el sendero a través de reflexiones filosóficas pero lo recorren mediante una actitud de entrega y servicio a los demás.

Rayo IV.-  Armonía a través del conflicto

Este es el Rayo de la lucha y la inestabilidad porque en él están presentes las cualidades de la actividad y de la inercia. Cuando rige la inercia la persona se siente atraída por las comodidades, arrastrándola a un estado de dejadez. Mientras que cuando están bajo la actividad se convierten en personas de gran valor, efectivas e intuitivas. Suelen crearse situaciones de mucha tensión como consecuencia del enfrentamiento de los pares de opuestos, pero son estas dolorosas experiencias las que les llevan a una rápida evolución. Las personas de Cuarto Rayo aman la belleza, la armonía, el color. Son personas sensibles y cariñosas, pero los continuos cambios de humor hace que algunas veces resulte difícil convivir con ellas.

Rayo V: Conocimiento concreto

El Rayo V es el rayo de la mente concreta, de la investigación científica. Los individuos de este Rayo aman los hechos. A pesar de que su punto de vista suele ser estrecho, les gusta actuar con lógica. Su principal problema es la rigidez mental, por ello es importante para él aprender a estudiar las cosas libre de todo prejuicio y aceptando el resultado tal y como es. El individuo de este Rayo es el más materialista de todos. El hombre de Quinto Rayo debe aplicar el conocimiento para adquirir fuerza interna y confianza en sí mismo. La disciplina interna y externa le aportan autoconfianza. El método para recorrer el Sendero es a través de la confianza en los demás y en sí mismo.

Rayo VI: Devoción e Idealismo

Rayo VI. El efecto de la actividad de este Rayo durante los últimos dos mil años ha sido entrenar a la humanidad en el arte de reconocer los ideales. A los ojos de las personas de este Rayo todo es perfecto o desastroso; es muy extremista. Sus fines humanitarios les empujan a sacrificarse. Son románticos, y necesitan entregarse a una causa. No son estadistas ni científicos, pero pueden ser magníficos poetas, amantes del arte, o grandes instructores cuando reconocen que sus cualidades pueden ser útiles a los demás. Les gusta pasar desapercibidos y cuando alguien les da una responsabilidad son cumplidores y efectivos. Los individuos de este Rayo recorren el sendero mediante la entrega y el servicio a los demás.

Rayo VII: Magia y Orden Ceremonial

Rayo VII. El hombre de este Rayo se deleita por todas las cosas realizadas en forma decente y ordenada. Se sienten motivados por todo lo que es noble, digno, ordenado. Su meta es hacer lo más conveniente y pronunciar la palabra correcta en el momento oportuno. A pesar de querer aparentar gran fuerza y suficiencia carecen de autoconfianza. Son grandes idealistas y sienten un profundo respeto por la libertad de las personas que conviven junto a ellas. Las personas del Séptimo Rayo son mentalmente abiertas, y aunque les cuesta reconocer sus errores suelen ser dóciles y predispuestas a cambiar su forma de pensar. Algunas virtudes características de los que pertenecen a este rayo son: el poder para crear orden, ritualismo y ceremoniosidad, sentido del tiempo y del ritmo y poder para coordinar grupos.

Los cinco campos de tu Ser

El funcionamiento del cuerpo humano es increíblemente complejo, como cualquier texto médico puede confirmar. Pero como sabemos, el Ser humano es mucho más que su cuerpo. El cuerpo de hecho, es el aspecto menos importante del sistema de energía humano - el aspecto más alejado del Yo esencial.

Tus cinco campos. Para comprender al individuo real en su totalidad hay que reconocer y estudiar profundamente la naturaleza de su cuerpo, sus emociones, su mente, su personalidad agregada y, por último, su Alma o Ser Espiritual.

Estos aspectos del ser humano existen, de acuerdo a la Escuela Arcana, en forma de "campos", del alguna forma análogos a los campos magnéticos o eléctricos que rodean e interpenetran a los objetos magnetizados o cargados eléctricamente. Voy a describir ahora las características y funciones de cada uno empezando del más denso al más sutil:

Campo Físico

Algunas de las funciones clave de tu campo físico son el movimiento, la acción, la coordinación, la recepción, la expresión, la vitalización y el anclaje.

A menudo se repite en las Enseñanzas de la Sabiduría Perenne, que el cuerpo físico no es un principio, sino un autómata. Al hablar del campo físico, además de referirse al cuerpo físico que podemos ver y tocar, se está refiriendo también a un campo etérico o energético invisible pero que se puede sentir. Para la Escuela Arcana, el campo etérico es el verdadero cuerpo físico, y sus movimientos son responsables de las actividades más tangibles de su contraparte física y densa.
Mientras que en un sentido esotérico estricto, este vehículo es el menos importante, en nuestro actual etapa de evolución (y especialmente durante la encarnación) influencia nuestra vida profundamente. Comprendido y utilizado apropiadamente puede ser un instrumento de manifestación inestimable; mal comprendido y maltratado resultará ser una gran limitación, frustrando la demostración en el plano físico del individuo real y subjetivo.

Campo Emocional

El campo emocional tiene dos niveles principales: el superior es el nivel de los sentimientos potencialmente conscientes y en un nivel más inconsciente se encuentran las emociones. Como son inconscientes pero quieren ser vividas, muchas veces son compulsivas. Esto significa que, cuando recibimos un estímulo emocional, sencillamente reaccionamos. En el nivel superior consciente de los sentimientos encontramos los patrones que nos sirven para explicar las emociones. Así como el cuerpo etérico vitaliza al cuerpo físico, también tenemos unos sentimientos potencialmente conscientes que, en cierto modo son el motor de las emociones que vivimos.

Si profundizamos más en el Campo Emocional podemos ver que tiene las siguientes funciones clave: deseo, contacto, apego, aspiración, evaluación, atracción, repulsión, miedo, humor -elevación y depresión emocional- y equilibrio.

Campo Mental

Durante décadas, científicos de todos los campos han realizado complejos estudios de las funciones mentales, pero sin llegar a un consenso acerca de la verdadera naturaleza de la mente. ¿Es el cerebro un producto de la fisiología? ¿O es una facultad o principio cuya existencia es independiente (aunque interactuante) de la substancia del cerebro? La Escuela Arcana y todas las tradiciones de Sabiduría Perenne apoyan esta última perspectiva. Estos procesos son reflejados -ya que tienen su correlato físico- en los procesos cerebrales, de ahí la posibilidad de confusión.

Por tanto, la siguiente aproximación a la comprensión de la mente será cognitiva y psicológica más que fisiológica. Quienes han estudiado y meditado a fondo sobre su mente y sus procesos describen las funciones clave, operaciones y dinámicas características del campo mental del siguiente modo: creación de formas de pensamiento, poder de fijación del pensamiento, concentración, análisis, síntesis, asociación, conjuntación, clasificación, comparación y contraste, deducción e inducción, correlación, detección de causas y efectos, manipulación, ordenación, combinación, generalización y particularización, visualización creativa, señalización y designación, simbolización, memoria e intuición.

Campo de la Personalidad

Alice Bailey afirmaba que de igual modo que no todo las personas se expresan a sí mismas como Almas -porque no han alcanzado el alineamiento entre Alma y personalidad- tampoco todas las personas son personalidades. A menos que los tres vehículos o campos inferiores hayan sido integrados con éxito y pueden operar simultáneamente con eficiencia, no es técnicamente correcto describir al ser humano en cuestión como una personalidad.

Sin embargo, incluso con antelación al momento de la completa integración de la personalidad, comienzan a ocurrir momentos transitorios de integración; en tales ocasiones uno puede ver a la "personalidad" en acción, y puede detectar la cualidad de rayo que eventualmente se manifestará con relativa consistencia, una vez que la fusión de la mente, las emociones y la naturaleza físico-etérica sea un hecho consumado e irrevocable.

Dentro de las enseñanzas trascendentales, la personalidad ocupa un lugar ambiguo, porque tanto es valorada como depreciada. Por un lado, es el instrumento de expresión más valioso del Alma sintetizando los tres campos inferiores - los campos mental, emocional y físico. Por otro lado, es la principal oposición al Alma, impidiendo, bloqueando o distorsionando su expresión en este mundo terrenal.

Más concretamente, podemos considerar la dinámica positiva de la personalidad como el principal medio de:

-          Expresión del Alma en este mundo
-          Integrar los campos mental, emocional y físico y su resultado
-          Coordinar y dirigir la actividad del plano físico
-          Establecer la identidad del ego inferior, o identidad personal
-          Establecer auténtica autonomía, distinción de la masa y originalidad
-          Establecer la vocación preliminar
Y podemos considerar su dinámica negativa como el principal medio de:
-          Obstaculizar el camino del (y hacia el) Yo Superior
-          Evadir o no lograr responder a la "llamada superior"
-          Limitar la expansión y rehusarse a crecer
-          Expresar egoísmo y separatividad
-          Ser egocéntrico y autoreferirse

Campo del Alma

El Alma en su propio plano es una entidad de gran desarrollo espiritual. Los principales intereses de esa entidad están bastante más allá de la común comprensión humana, y sólo son brevemente sugeridos en un pequeño número de pasajes de los libros del Tibetano.

El Alma humana encarnada resulta afectada de siete modos diferentes, dependiendo de la cualidad de su rayo. Se puede reconocer la influencia del Alma en la medida en que afecta al crecimiento y desarrollo espiritual del ser humano en la vida diaria. A efectos prácticos y psicológicos dicha influencia se puede ver como la fuente de:

-          El mayor servicio y contribución
-          La verdadera vocación de uno
-          El autodesinterés y altruismo propios
-          La verdadera consciencia de uno mismo
-          La actividad más gozosa
-          El mayor sentimiento de significado
-          El sentido de lo sagrado
-          Los "deseos del corazón"

La naturaleza de tu propósito individual

Es de la más completa importancia que comprendas conscientemente quién eres. Tantas personas que afirman ser simplemente "ellas mismas" están realmente viviendo instintiva e inconscientemente, respondiendo a la vida con sólo una fracción de ellos mismos. Cuando dicen que responden espontáneamente a las impresiones, están simplemente respondiendo irreflexivamente. Responden de esa manera porque no tienen ningún concepto de su modelo de energía, o de cómo se relaciona con los modelos de energía de los demás, o del modelo de energía que está siendo expresado en su entorno como un todo.

El enfoque hacia el propósito de tu vida demanda un agudo conocimiento de tu modelo de energía individual. Esto no significa que debas enfocar tus ojos de modo narcisista sobre ti mismo por siempre, sino que deberías comprender el modelo del sistema de energía propio (el modelo arquetípico espiritual, y el modelo personal), igual que un experto piloto comprende la estructura, el propósito y las limitaciones del aeroplano en el que vuela, o como un virtuoso comprende la función de cada parte de su instrumento musical, así como la forma de cuidarlo, como afinarlo y cómo manejarlo para que se convierta en el mejor vehículo posible para la expresión de su musicalidad.

Desde luego, el instrumento humano es mucho más delicado, complejo y expresivo que cualquier instrumento hecho por el hombre. Y mientras que es bastante fácil alcanzar una "distancia objetiva" de cualquiera de éstos, es muy difícil distinguir el verdadero Yo (el Yo Transpersonal o Alma) de la mente, emociones y naturaleza física propias - i.e., del propio 'instrumento' personal. Las más habilidosas manipulaciones ejecutadas por el más logrado virtuoso no son nada comparadas con la tarea de 'tocar' consumadamente las energías y fuerzas de un instrumento humano afinado espiritualmente.

Cada uno de nosotros tiene un propósito único en la vida. Hay algo que debes ser, algo que debes hacer. Cada uno de nosotros tiene (o más bien, es) un arquetipo espiritual que debe ser expresado en el tiempo y el espacio. Todos nosotros somos partes integrales e inseparables de una gran y totalmente inclusiva ENTIDAD, y se espera que cooperemos en SU propósito creativo manifestando nuestra naturaleza arquetípica.

En nuestro presente estado de evolución, sin embargo, es fácil olvidar que cada uno de nosotros, esencialmente, es un arquetipo espiritual. Los mundos superiores no son fácilmente accesibles a la consciencia condicionada por el cerebro, e incluso en nuestros momentos más exaltados, resulta más fácil pensar que tenemos un arquetipo espiritual a pensar que somos un arquetipo espiritual. Aunque esta distinción es filosóficamente esencial, no tenemos por que preocuparnos demasiado por ella con tal que aprendamos a reconocer y manifestar ese arquetipo espiritual.

De todos los numerosos propósitos que pueden animarte como ser humano, tu propósito más profundo es manifestar tu arquetipo espiritual. Este arquetipo espiritual (el cual es tu verdadera -aunque no última- identidad individual) puede desde un punto de vista esotérico ser considerado un patrón sutil de energías diferenciadas a partir de las cualidades de tus rayos en los cinco campos arriba descritos.

La tarea ante cada uno de nosotros es muy simple de comprender, no importa lo difícil que pueda ser realizarla. Debes simplemente hacerte consciente de tu modelo único de energías, y ser fiel a ese modelo, actualizando de ese modo quien y lo que ya eres en esencia.

Tu mayor alegría y tu mayor responsabilidad espiritual es volverte quien realmente eres, lo que significa expresar totalmente tu arquetipo espiritual - tu modelo e identidad espiritual.

Desafortunadamente, la mayoría de nosotros, incluso si somos relativamente inteligentes, no reconocemos el verdadero patrón de nuestra identidad espiritual, ni reconocemos realmente nuestro lugar y función en el esquema más vasto de las cosas. A menudo ni siquiera reconocemos el patrón de nuestra identidad personal (que es un patrón menor sobre el que debe ser impuesto el modelo espiritual). Nuestro usual sentido de identidad es por tanto extremadamente limitado. Nuestro nombre, raza, nacionalidad, religión, origen familiar, unas pocas relaciones personales y grupales, y nuestra vocación mundana y pasatiempos a menudo definen los límites de nuestro autoconcepto. Si trabajamos bajo tal limitación de consciencia, nuestra respuesta a la vieja pregunta - "¿Quién soy?" - será siempre inexacta, limitada y confusa.

Nuestra responsabilidad espiritual es la expresión de nuestra verdadera identidad. En esto no hay nada de egoísta. En vez de eso, al hacerlo estamos cumpliendo con nuestra responsabilidad hacia el todo mayor. Cada entidad dentro de la mayor ENTIDAD es un único patrón o diseño que debe expresarse a sí mismo si la totalidad del Diseño Universal ha de manifestarse. Por eso, si fallamos en descubrir quiénes somos, o fallamos en manifestar lo que descubrimos, el Gran Todo queda empobrecido debido a nuestra estupidez o nuestra negligencia.


Por tanto, de alguna manera, a pesar de toda nuestra pequeñez e insignificancia, somos extremadamente significantes. Somos patrones irreemplazables dentro del Gran Patrón. ¡Estamos, literalmente, destinados a SER! Estamos destinados a manifestar nuestro verdadero Yo y la función de la psicología esotérica a través de los Siete Rayos es hacerlo posible.

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