LA GRAN INVOCACIÓN, LA ESPADA DE DIOS
LA GRAN INVOCACIÓN
Desde el punto de luz en la mente de Dios
Que afluya luz a las mentes de los hombres
Que la luz descienda a la tierra.
Desde el punto de Amor en el corazón de Dios
Que afluya Amor a los corazones de los hombres
Que Cristo retorne a la tierra.
Desde el centro donde la voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres
El propósito que los Maestros conocen y sirven.
Desde el centro que llamamos la raza de los hombres
Que se realice el Plan de Amor y de Luz y selle la puerta donde se halla el
mal
Que la luz, el Amor y el Poder, restablezcan el Plan en la tierra.
LA GRAN INVOCACIÓN, LA ESPADA DE DIOS
Engañosamente, la Gran
Invocación en su presentación inmediata es una composición de
palabras sencillas y suaves; sin embargo, detrás de las palabras
está la fuerza conductora de una potencia inmensa de
efectos mágicos e impresionantes llevados a cabo en las alas del
pensamiento y palabras.
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Wendy Boyd
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EL MAESTRO JESÚS DIJO: “No vine a traer la paz sino una espada.” Esto es
una forma de llamar la atención y, al mismo tiempo, una afirmación desafiante,
aunque el sentido de expectativa asociada con Su reaparición descansa
principalmente sobre la idea de que definitivamente la paz es lo que Él traerá.
De hecho, muchos asumen que es Su tarea divina traer la paz, poner fin a los
problemas mundiales y que, por esto, la humanidad está exenta de toda responsabilidad.
Igualmente existe una tendencia a imaginar que en Su reaparición se manifestará
en la misma forma que Él tomó antes como Jesús de Nazaret. Aunque la apariencia
que tomará es aún desconocida, parece razonable que la primera señal de este
evento será un despertar en la consciencia humana –esto es, primero Él estará
presente en la consciencia misma. Conforme el corazón y la mente humana
descubren, experimentan y expresan cada vez más el principio Crístico a través
de la correcta acción y las correctas relaciones humanas, Él reaparecerá. Una
forma en la cual se puede ver que esto está sucediendo es a través de los miles
que han pasado por la primera iniciación, El “nacimiento de Cristo en la
caverna del corazón”. Por lo tanto, la espada que Él trae es digna de examen,
porque tiene diversas implicaciones tanto como símbolo y como energía.
Que Él solo y sin ayuda traerá la paz y solucionará los problemas de la
humanidad no es solamente una ilusión peligrosa, que refuerza la apatía y la
dependencia, sino que también fomenta el espejismo de ver a Cristo en una forma
estrictamente astral, altamente cargada con fervor aspiracional o emocional.
Entonces existe una parte importante que la espada está desarrollando, cortando
y desenraizando primero las ilusiones y espejismos que rodean las formas
mentales distorsionadas con relación a Cristo. La Gran Invocación, como espada
de la verdad, le señala a la consciencia directamente la realidad –el centro
donde la mente, el corazón y la voluntad de Dios son conocidos y experimentados.
La invocación unida por Su retorno a la Tierra, en la segunda estrofa, trata
sobre la liberación de una energía esencial, la energía de amor, más que por la
aparición de una forma divina, no importa cuan excelsa sea. Para esto, la
Jerarquía ha usado palabras como una fórmula que instantáneamente eleva el
corazón y la mente sobre las formas astrales en torno de Cristo, y con ello
ubica la consciencia en un estado impersonal, un estado de la mente y del ser
de consciencia realmente grupal.
Engañosamente, la Gran Invocación, en su presentación inmediata, es una
composición de palabras suaves y sencillas; sin embargo, detrás de las palabras
está la fuerza conductora de una potencia inmensa y de efectos totalmente
mágicos e impresionantes, llevados a cabo en las alas del pensamiento y de la
palabra. Una de las lecciones más rudimentarias que el discípulo debe aprender
es el control de la palabra, especialmente porque el uso nocivo del lenguaje
puede abrir la puerta a los elementos más perjudiciales de las fuerzas
astrales. En este contexto estamos considerando el poder de las palabras,
símbolos e imágenes y cómo pueden ser usadas para invocar energías espirituales
y crear determinados efectos. Al decir la Gran Invocación tenemos claro, ya sea
que estemos solos o en grupo, que son las fuerzas más elevadas de luz, amor y
poder las que deseamos invocar. En cierto sentido, es poesía intuitiva, desde
la que la forma y la estructura usada promueve las cuatro cualidades de la
intuición, iluminación, comprensión y amor. Como se ha dicho, precipita el
efecto y expone la causa –invocando la realidad a través de la intuición como
lo opuesto a la ilusión.
La Palabra como la Espada
Es interesante darse cuenta que “ espada” ( sword,
en inglés) se convierte en palabra ( word, en
inglés) cuando la letra “s” es eliminada y se puede decir que a través de la
Gran Invocación estamos manejando Su palabra en el nombre de Cristo como el
Representante Divino de la Voluntad de Dios.
La forma que toma la Gran Invocación se basa en una serie de palabras que
sirven como el vehículo activador a través del cual el mensaje encapsulado del
Plan Divino puede ser cumplido. Por lo tanto, se puede decir que todo individuo
o grupo que usa la Gran invocación toma la espada/palabra y ayuda en la
“creación-destrucción” de los obstáculos que impiden el sendero de Su retorno:
por una parte, destruyendo las barreras, y por otra, penetrando la materia
etérica a través del poder de la correcta palabra para crear la forma y
construir el sendero que se debe tomar –un sendero esculpido con verdad, amor y
la intención unida. La Gran Invocación está entrenando el corazón y la mente en
el diestro arte del manejo de la espada/palabra en el combate espiritual para
que las fuerzas de la luz, el amor y el poder puedan surgir triunfantes en la
Tierra.
Sin embargo, la espada, como Excalibur, aún tiene que ser extraída de la
piedra, de la piedra concreta de la mente inferior. La Gran Invocación se puede
ver como el Excalibur que es liberado de la piedra y surge a la vida para todos
aquellos que aplican la voluntad-al-bien para usarla –la espada en la piedra
está esperando ser empuñada y cumplir su destino, la promesa del paraíso
recuperado. Aunque la leyenda de Arturo está más allá del ámbito de este trabajo,
hay algunos paralelos interesantes entre los símbolos clave de Excalibur/Arturo
y la Gran Invocación/Reaparición de Cristo. Por ejemplo, un tema –la creencia
de que Arturo no está muerto y retornará- permanece enraizada en la mente
popular a través de los siglos. Las primeras referencias provienen desde las
áreas celtas en un poema Galés, el cual advierte crípticamente, “La tumba de
Arturo es un misterio hasta el día del juicio”; se menciona un combatiente que
escapó a Bodwin (Cornualles) en 1113, porque un francés se burló de un hombre
de esa localidad, por asegurar que Arturo estaba vivo; son alusiones a una
creencia obstinada entre las personas de que él retornaría. Adicionalmente,
Arturo se convirtió en la encarnación del ideal del caballero cristiano
recibiendo su herida mortal a manos de su sobrino Mordred, un caballero falso y
traidor, el Judas de Camelot, quien abrió la puerta al mal. En el tema de las
palabras, símbolos y sus implicaciones es interesante darse cuenta que la
palabra mal ( evil, en inglés) es vida ( live,
en inglés) escrita al revés.
Arturo puede ser comparado, al compartir una función similar, con el
principio Crístico en cuanto que su presencia o aparición es la clave para
liberar la espada de la roca. En este contexto es representativa de la
transición desde la “adherencia” de la mente concreta inferior, a la velocidad
más rápida y superior de la intuición, dando a la Gran Invocación un efecto
transformador en el plano mental.
La leyenda dice que solamente Arturo, de corazón muy puro, podía sacar la
espada de la roca, y esto corresponde al requerimiento de un centro cardiaco
desarrollado y purificado como una base esencial para el uso del aspecto
voluntad con relación al trabajo esotérico. Similarmente, la Gran Invocación,
como Excalibur/Arturo, trabaja más efectivamente cuando es manejada con un
corazón y motivo puro.
La Espada de Mercurio
Otro ejemplo del uso de la espada, y su correspondencia simbólica del
trabajo preparatorio, se encuentra en la historia de Hércules como el discípulo
mundial. Antes de que Hércules empezara sus doce trabajos, los dioses le dieron
ciertos dones. Se nos ha dicho que “Con lenguaje agraciado y brillante ingenio
llegó Mercurio, llevando una espada de raro diseño, que él ofreció a Hércules
en un estuche de plata. Él la ató en el muslo de Hércules, pidiéndole que la
mantuviera afilada y brillante. “Debe dividir y cortar,” dijo Mercurio, “y debe
moverse con precisión y adquirida destreza.” 1
También se nos ha dicho que “el don de una espada que vino de Mercurio, el
mensajero de los dioses, es de profunda importancia, porque la espada es el
símbolo de la mente que divide, separa y corta. A través de su uso, Mercurio
añadió a los demás dones concedidos a Hércules el análisis mental y la
discriminación. * 2. A Mercurio también se le llama el
mensajero alado y está asociado con la comunicación; en esencia él es el
“mensajero del cielo” o, en este contexto, el mensajero de la Jerarquía,
resumiendo el poder de la palabra hablada en conjunción con la técnica de la
invocación. La versión Griega de Mercurio es Hermes, que significa “interprete
o mediador”; ciertamente, parecería ser una interrelación de estas habilidades
requeridas si la humanidad, como el discípulo mundial, va a actuar como
embajador de la Jerarquía al presentar la Gran Invocación a los demás.
Los alquimistas equipararon a Mercurio con los conceptos relacionados de
fluidez y transmutación y, a causa de su fluidez (como en el caso de todos los
líquidos), el uso de la Gran Invocación es uno de los procesos más alquímicos
que ocurren cuando transmuta la materia en espíritu, elevándola desde lo
inferior a los superior y desde lo transitorio a lo estable. Se nos ha dicho
que Mercurio es “supremamente mental,” siendo el principal agente del tercer
aspecto de inteligencia activa y al mismo tiempo encarnando el segundo aspecto
de amor-sabiduría, en particular el aspecto sabiduría. Se refiere a él como una
energía dual, en la medida que expresa tanto la mente concreta como la mente
abstracta de Dios. Otro punto de interés es que la mente concreta inferior fue
desarrollada en el primer sistema solar y la mente abstracta superior o
intuitiva, la razón pura, se está desarrollando en este sistema. Por lo tanto,
al decir la Gran Invocación y distribuyéndola y llevándola a la atención del
público estamos ayudando en este proceso en una escala Cósmica. La energía de
Mercurio es de naturaleza sintetizadora, reuniendo mente-sabiduría expresándose
a través del alma humana. Adicionalmente, Mercurio rige el puente o antakarana.
Las implicaciones de Mercurio son muchas, incluso el sistema nervioso está
controlado por esta energía, porque los nervios son los mensajeros en el plano
biológico. También, como un punto de interés, el famoso médico herbario y
astrólogo Nicolás Culpeper (1616-1654) asignó hierbas, raíces, flores y
semillas a sus planetas regentes, percibiendo que éstas contenían las virtudes
del planeta para propósitos medicinales y de sanación. En su libro él cita
"Dios está en todo, Su imagen está impresa en cada hierba.” Aquellas
hierbas regidas por Mercurio eran particularmente benéficas para las
“enfermedades del cerebro" como la calaminta o menta de montaña;
igualmente dijo que el eneldo “fortalece el cerebro.”
Otros símbolos
La espada, en esencia, está compuesta de una hoja y una guarnición; es por
lo tanto un símbolo de “conjunción,” especialmente como en la edad media,
cuando toma la forma de una cruz. En términos astrológicos, una conjunción es
la cercanía o proximidad de dos cuerpos celestes, encontrándose o pasando, o la
presencia en la misma parte de los cielos de dos cuerpos celestes. Podría
decirse que una correspondencia similar está ocurriendo conforme Piscis se
aleja de su larga influencia y es reemplazada por la energía entrante de Acuario,
causando un sentido de dos energías cruzándose, incluso chocando, hasta que la
transición desde un ciclo de sexto rayo a un ciclo de séptimo rayo sea
plenamente establecido.
En términos de la espada y en relación con los romanos, ellos creían que el
hierro a causa de su asociación con Marte podía proteger contra los espíritus
malignos. Su significado simbólico principal, sin embargo, es de una herida y
el poder para herir y, no obstante, es el motivo detrás de la herida lo que la
hace buena o mala. Por ejemplo, un doctor puede infligir dolor para tratar una
herida o un soldado toma una vida para poder salvar cientos de vidas. Ya que
quienes dicen la Gran Invocación no están manejando la espada para herir sino
para sanar, la espada entonces es la aliada del discípulo en la lucha para
liberar a los “prisioneros del planeta”. Para este efecto, la espada de la
invocación puede penetrar y perforar el mundo material dentro de lo espiritual
y descargar la evocación esperada de las fuerzas redentoras. Sobre este tema,
las armas de guerra pueden ser símbolos positivos y la espada permanece como
símbolo de la justicia y de la autoridad superior. Mientras la daga representa
el falo y la masculinidad en general en la cultura megalítica, la espada es la
contraparte de la rueca, la cual es el símbolo femenino de la continuidad de la
vida. La espada y la rueca simbolizan, respectivamente, la muerte y la
fertilidad, los dos opuestos que constituyen el simbolismo básico de la
montaña, y la montaña tiene la forma semejante a un triángulo, la firma sagrada
de Dios.
Esto relaciona el propósito de la invocación, el cual es crear puntos de
tensión similares a la espada en los picos de la montaña de energía triangular,
a través de los cuales la demanda expresada puede aumentar y subir a los
cielos. A su vez, las cuatro estrofas que compilan la Gran Invocación están
situadas como cuatro montañas sólidas dentro del terreno de la mente grupal. En
la filosofía china las montañas permanecen juntas dando la imagen de quietud;
el éxito de la Invocación y la evocación resultante están vinculadas a la
habilidad para fusionarse con el “punto inmóvil en el centro” prioritario a la
liberación de la “conjunta intención” grupal. De esta forma la mente, como una
gran montaña bañada en la luz del sol, se mantiene firme en la luz del alma y
alineada al esfuerzo e intención Jerárquica. A este respecto estamos alineando
el esfuerzo grupal con la “constancia, exactitud y poder” que el Cristo y la
Jerarquía Espiritual adoptan cuando dicen la Gran Invocación y como una fuerza
unida toman las espadas y por lo tanto la(s) palabra(s) de Dios.
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Artículo extraído de Lucis Trust.