Mi lista de blogs y bibliotecas

sábado, 18 de enero de 2014

PRINCIPIOS GENERALES DE TEOSOFÍA (C.W. LEADBEATER)



PRINCIPIOS GENERALES DE TEOSOFÍA

C.W. LEADBEATER



Ardiente deseo tengo de exponer de la Teosofía una idea tan clara y fácilmente comprensible como me sea dable.

Por lo tanto, no enunciaré más que los principios generales en cada punto particular. Si al lector
Le apetecen informaciones complementarias, puede consultar obras más importantes y las monografías que tratan de cada materia especial. Al fin de cada capítulo citaré las obras de consulta más a propósito para quienes deseen profundizar tan atractivo sistema. Empezaré, pues, por el simple enunciado de lo más notable de los principios generales que el estudio de la Teosofía permite establecer. Algunos lectores encontrarán afirmaciones que acaso les parezca increíbles o absolutamente opuestas a sus ideas preconcebidas. Recuerden, sin embargo, que nada expongo como simple teoría ni como especulación metafísica u opinión religiosa de mí peculiares, sino como un conjunto de hechos científicos analizados y comprobados :muchas veces por mí mismo y por otros.

Declaro, además, que este conjunto de hechos puede comprobarlos quienquiera que emplee el tiempo y el trabajo necesarios para ello. No ofrezco al lector un Credo que haya que tragar como una píldora. Trato de exponerle un sistema para que lo estudie, y, sobre todo, una vida para vivirla. No le exijo fe ciega. Únicamente le ruego que considere la Teosofía como una de tantas hipótesis, aunque para mí sea la más viva realidad.

Si al lector le satisface esta llamada hipótesis más que las otras; si le parece que resuelve mayor el número de problemas de la vida; que responde a mayor número de preguntas, entonces profundizará más todavía su estudio y encontrará, según creo y espero, la satisfacción siempre creciente y el íntimo gozo que yo mismo encontré. Si, por el contrario, juzga preferible cualquier otro sistema, ningún mal le resultará de ello, pues habrá aprendido algo de las creencias de un grupo de hombres con los cuales no se ha puesto de acuerdo por de pronto; pero en cuanto a mí toca, tengo suficiente fe en estas creencias para asegurar que tarde o temprano llegará la hora en que el lector las admita cuando sepa lo que nosotros sabemos.

LAS TRES GRANDES VERDADES

Una de nuestras primeras obras teosóficas establece tres verdades absolutas que jamás pueden
desaparecer completamente, aunque en ciertas épocas padezcan pasajeros eclipses, porque no haya quien las proclame. Estas verdades fundamentales son tan vastas y sublimes como la vida misma, y, sin embargo, tan sencillas como la mente del hombre más ingenuo. No puedo menos de diputarlas por los más importantes principios generales entre los que he de exponer.

Luego después formularé algunos corolarios de estas verdades fundamentales, y en tercer lugar
enumeraré algunas de las ventajas que necesariamente resultan de estos conocimientos primordiales. En fin, después de haber bosquejado esquemáticamente las líneas generales del asunto, las examinaremos una por una y procuraré dar cuantas explicaciones complementarias quepan en esta obrita para aprovechamiento de los principiantes.

1ª Hay Dios. Es bueno. Es el gran vivificador que mora en nosotros y fuera de nosotros. Es inmortal y eternamente bienhechor. No se le puede oír ni ver ni tocar, y, sin embargo, lo percibe quien percibirlo desea.

2ª El hombre es inmortal. La gloria y el esplendor de su porvenir no tienen límites.

3ª El mundo está regido por una divina ley de absoluta justicia, de modo que cada hombre es en
realidad su propio juez, el árbitro de su propia vida, que a sí mismo se procura gloria o ignominia, premio o castigo.

COROLARIOS

De cada una de las precedentes verdades primordiales se deducen varias subalternas que las explican y corroboran.

De la primera se deducen las siguientes: (Hay Dios. Es bueno.)

1ª A pesar de las apariencias, todo está combinado con inteligencia y precisión para producir el bien. Todos los sucesos, por deplorables que parezcan, acaecen en realidad tal y conforme deben acaecer. Todo cuanto nos rodea propende a auxiliarnos y no a embarazarnos; pero es necesario comprenderlo.

2ª Puesto que el plan del universo converge a favorecer el progreso humano, deber notorio del hombre es aprender a comprenderlo.

3ª El hombre que ha llegado a comprender este plan tiene también el deber de cooperar inteligentemente a su realización.

De la segunda verdad fundamental se derivan las siguientes: (El hombre es inmortal.)

1ª El hombre real es un alma con cuerpo accesorio.

2ª El hombre debe tomar el alma por punto de vista para mirar todas las cosas, y cada vez que en su interior surja un conflicto, identifíquese con la parte más elevada de su ser y no con la inferior.

3ª Lo que comúnmente llamamos vida  humana no es sino un día de la verdadera y eterna vida.

4ª La muerte tiene mucha menos importancia de la que generalmente se le da. No es en modo alguno el fin de la vida, sino el paso de un estado a otro de la misma.

5ª El hombre tiene tras sí en su pasado una inmensa evolución cuyo estudio es en extremo interesante e instructivo.

6ª Igual mérito tiene ante sí, en su porvenir, una admirable evolución cuyo estudio es todavía más interesante e instructivo.

7ª Es absolutamente cierto que el alma humana acabará por alcanzar la meta que le está señalada, por mucho que parezca haberse desviado de la línea de evolución.

De la tercera verdad fundamental se deducen las siguientes: (El mundo está regido por una divina ley de absoluta justicia)

1ª Cada pensamiento, cada palabra y cada obra produce un resultado definido que no es un premio o castigo exterior, sino consecuencia indeclinable del pensamiento, de la palabra o de la obra con los que se relaciona, como el efecto con la causa, a manera de dos partes inseparables de un todo.

2ª Por deber y por interés propio ha de estudiar el hombre a fondo la ley divina, a fin de resignarse a ella y aprovecharla como aprovecha las demás leyes de la naturaleza.

3ª Es necesario que el hombre tenga absoluto dominio de sí mismo, a fin de regular juiciosamente su vida de conformidad con la ley divina.

jueves, 16 de enero de 2014

EL MUNDO DEL DESEO, O PURGATORIO (Del libro Teosofía, de Annie Besant)



EL MUNDO DEL DESEO, O PURGATORIO
Del libro Teosofía, de Annie Besant



Esta es la parte del mundo astral en la cual las con­diciones son especiales para los seres desencarnados, los cuales, aunque tienen conocimientos, no están li­bres en el mundo astral, sino que son "espíritus en prisión", como los menciona San Pablo. Se mantienen prisioneros por sus propios deseos; de aquí el nombre de mundo del deseo, dado a este estado.

Hemos visto que el ser humano, al morir, revestido de sus cuerpos más sutiles, sale de su cuerpo físico, que vistió durante su vida en la tierra, o la "capa de piel" con la cual "el primer hombre" fue revestido después de su "caída" en la materia, ocasionada por sus limitados "conocimientos". "Cuyas cosas son una alegoría", como dice San Pablo de la historia de Abra­ham, Sara y Hagar.

Despojado de su capa de piel, el Hombre es ahora tal como era cuando fue revestido con ella, y va a "su propio lugar" en el mundo astral, el lugar que él mismo ha elegido. Se produce, en forma automática, una reorganización de la materia de su cuerpo astral, a menos que tenga suficientes conocimientos como para hacerla. Durante su vida en el cuerpo físico, las partículas astrales de las siete subdivisiones de materia se mueven libremente entre ellas, y algunas de todas las clases están siempre sobre la superficie del cuerpo astral; la visión de la totalidad del mundo astral depende de la presencia, sobre la superficie del cuerpo astral, de par­tículas extraídas de las siete subdivisiones, que responden a los estados líquidos, sólidos, gaseosos y a los cuatro estados del éter. Estas partículas no están juntas constituyendo un órgano de visión, como el ojo físico; cuando el hombre dirige su atención hacia afuera, ve "todo sobre él", a través de esas partículas, o a través de aquellas que se orientan en la dirección del objeto hacia la cual se dirige la atención[1]. Si tiene lugar la reorganización del cuerpo astral, se junta la materia de cada subdivisión y se forma una serie de celdas concéntricas, con las más densas afuera. Por lo tanto, el hombre sólo puede ver la subdivisión del mundo astral a que pertenece la celda más super­ficial; la cantidad de materia de cada clase depende de la clase de deseos y emociones que haya cultivado en la tierra. Si han sido de un orden inferior, la materia astral más densa quedará muy vitalizada, y consecuentemente la celda o costra exterior, la que lo pondrá en contacto con la división más baja del mundo astral, la que perdurará por un largo tiempo.

Se desintegra lentamente por una lenta desvitalización, como sería la privación de las satisfacciones a las cuales está acos­tumbrado. Es decir que un borracho, un glotón, un sensua­lista, una persona de pasiones violentas y brutales, ha­biendo vitalizado fuertemente sus combinaciones de materia astral más densas, puede ser consciente de lo que lo rodea solamente a través de él, y sólo ve a per­sonas como él, y a las peores cualidades de aquellos que son mejores. Estas pasiones atormentadoras no encuentran satisfacción, por cuanto no hay cuerpo físi­co mediante el cual antes las gratificaba; además estas pasiones ahora son más violentas que antes, porque du­rante la vida física muchas de las fuerzas de las vibraciones astrales se usaban simplemente en poner en movi­miento las pesadas porciones de materia física, y sólo se sentía como pena o placer el sobrante. De aquí que las pasiones sean pálidas y débiles en la tierra,  compara­das con la violencia que tienen en el plano astral, en el cual, una vez puestas en fácil movimiento las livianas partículas astrales, el gran sobrante impulsa el sufri­miento o el placer, en un enajenamiento o agonía in­concebibles en la tierra.

Esto es lo que las religiones denominan "infierno", verdadero abismo en cuanto a sufrimiento, creado por la misma persona como lugar de morada. Pero ello es temporario, y más adecuadamente, pa­ra los ortodoxos Cristianos y Musulmanes, debería ser llamado el "purgatorio"[2]. La fina capa de la materia más densa se pierde y la persona pierde la visión de esta esfera, y comienza a percibir la que sigue, habiendo aprendido, con esta triste lección, que los placeres que tanto valoraba en la tierra son simplemente "las entrañas del sufrimien­to".

El hombre medio no experimenta esta desafortu­nada condición post-mortem, por cuanto no ha atraído, mientras estaba en la tierra, mucha materia de la más densa al cuerpo astral, y la que posee no está tan fuertemente vitalizada, y no lo puede condicionar. Si sus intereses en la tierra han sido triviales (un emplea­do de oficina, una ama de casa rutinaria o un trabaja­dor manual, que alterna sus tareas con diversiones ba­jas, aunque no viciosas), y nada le ha importado el interés general, se encontrará encapsulado por él mismo por materia de la sexta subdivisión del mundo astral, y estará rodeado por las contrapartes astrales de los objetos físicos, pero sin la posibilidad de afectarlos o de tomar parte en la vida de la tierra que se desarrolla alrededor suyo; por lo tanto, debe de usar el coloquialismo y se encontrará bastante aburrido y presa de un intolerable sentido de tedio.

Puede decirse que esto es duro, puesto que la ma­yor parte de la gente debe de pasar su vida en rutinas de alguna clase. ¿Deben aburrirse después de la muer­te, habiéndolo hecho en vida? Efectivamente, pero con un poco de conocimiento puede evitárselo, razón por la cual la Teosofía se está expandiendo. El trabajo que se realiza en la tierra no necesita ser agobiante, y no lo es para las personas profundamente religiosas. Todas las tareas útiles son parte de la Activi­dad Divina, y todos los trabajadores son órganos de dicha Actividad, las Manos con las cuales el Divino Tra­bajador cumple con Su trabajo. La producción y la distribución, ya sea en la agricultura, minería, fabricación, comercio, la más insignificante actividad, son caminos de Dios para nutrir a la humanidad, y medios para la evolución. Cuando una persona ve que su pequeña tarea diaria es una porción integral de un gran trabajo, ya no es más un rutinario sino un co-trabajador con Dios[3] - Como cantó George Herbert:                             Un sirviente en esta causa
Torna divina su tarea
El que barre una habitación en Su nombre
Hace esto y a la acción la refina

Aquellos que trabajan de esta manera, no hallarán aburrimiento después de la muerte, sino actividades frescas y gozosas. En lo demás, se adapta rápidamente a las nuevas condiciones, para lo cual se lo ayuda, y encuentra que se ha liberado de muchas de las moles­tias de la tierra, y que puede llevar una vida bastante pasable; está en contacto con sus amigos en la tierra, y encuentra que están dispuestos a acompañarlo duran­te las noches de la tierra, aunque se muestran indiferen­tes durante sus días. Como dice, en forma enérgica: "El muerto nunca está ni por un instante bajo la impre­sión de haber perdido la vida", aunque los vivos lamen­ten la pérdida de la persona querida. (Leadbeater).

El hombre pasa a través de la sexta, quinta y cuar­ta subdivisiones, disfrutando de una cada vez mayor asociación con los que ama, hasta que pasa a las divi­siones más altas, el cielo material de los religiosos me­nos instruidos de todas las creencias, la región de las artes, de la literatura, de la ciencia, la filantropía y de los mayores intereses en la vida, seguidos en la tierra con algo de egoísmo, y seguidos aquí dentro de las mis­mas líneas habituales con el uso de las reproducciones astrales de los medios y aparatos físicos. Estas mismas búsquedas, llevadas a cabo con moti­vos altruistas, elevan a la persona al mundo del cielo, su hogar apropiado, aún más allá de aquellos que pa­saron más egoístamente, pues cuando se aburrió de ellos en el mundo astral, cayó dormido, para despertar en el cielo.

El cuerpo astral ha sido desechado, envoltura tras envoltura, las que a su debido tiempo vuelven a sus ele­mentos, como el físico. Algunas almas puras pasan a través del mundo astral sin registrarlo, con la mente puesta en cosas superiores. Otras, completamente des­piertas, no permiten que la materia de su cuerpo astral sea reordenada, y retienen su libertad y realizan servicios útiles. Excepto esta última causa, aquellos que están en el mundo astral por otras causas están regidos por la ley de que la vida astral es larga para el poco evo­lucionado, y corta para el evolucionado, en tanto que la vida en el cielo es al revés, larga para el evolucionado y corta para el otro.



[1] Los recién llegados al mundo astral siempre miran a través de la simulación astral de los ojos, porque están acostumbra­dos a poner la atención hacia afuera en esta dirección, como también mueven las piernas para caminar. Esto es innecesario.
[2] Ambas religiones, a pesar de referirse al infierno como eterno, tienen pasajes en sus escrituras que contradicen la idea. El Nuevo Testamento habla del tiempo en que "Dios estará todo en todos", y El Corán declara: "Todas las cosas perecerán, me­nos Su Cara".
[3] Ver" Aplicación de la Teosofía a los Problemas Sociales" , Sec.V 

martes, 14 de enero de 2014

INTERESANTES FRAGMENTOS DE MADAME BLAVATSKY II



INTERESANTES FRAGMENTOS DE MADAME BLAVATSKY II





Mi mente quieta, mi alma y espíritu en paz.. LAS PERSONAS DEMUESTRAN SU DEBILIDAD, HUMILLANDO A LOS DEMAS. SIN SABER Y COMPRENDER QUE SU INSEGURIDAD Y SU PROPIA MUERTE EN VIDA, HACEN QUE SE PIERDAN DE LO MAS MARAVILLOSO QUE ES ESTA EXISTENCIA, EL AMOR VERDADERO, LA PAZ LA ARMONIA Y LA TRANQUILIDAD INTERNA, QUE MI PERSONA ENCUENTRA TAN FELIZ Y COMPLETA . "La mente que es esclava de los sentidos, hace al alma tan inválida, como el bote que el viento extravía sobre las aguas" Madame Helena PetroVna Blavatsky.
Jesús.
Llamado también Cristo o Jesu-Cristo. Hay que establecer una distinción entre el Jesús histórico y el Jesús mítico. El primero era esenio y nazareno y fue mensajero de la Gran Fraternidad para predicar las antiguas enseñanzas divinas que debían ser la base de una nueva civilización. Por espacio de tres años fue Maestro divino de los hombres y recorrió la Palestina llevando una vida ejemplarísima por su pureza, compasión y amor a la humanidad. Obró multitud de prodigios resucitando muertos, sanando enfermos, volviendo la vista a los ciegos, haciendo andar a los paralíticos y realizando muchos otros actos que, por su carácter extraordinario, se han calificado de “milagros”. La sublimidad de sus doctrinas resalta sobre todo en su célebre Sermón de la Montaña. Como Iniciado que era, enseñó también doctrinas esotéricas, pero éstas las reservaba únicamente para “los pocos”, esto es, para sus discípulos elegidos. Al Jesús histórico se le han atribuído no pocos hechos legendarios que le han convertido en otro personaje puramente mítico, una verdadera copia del dios Krichna, tan venerado en la India. Para probar claramente tal aserto, no hay más que fijarse un poco en el paralelo que entre Jesús y Krichna presenta la autora de Isis sin velo (II, 537-539 de la edición inglesa), y del cual entresacamos las siguientes comparaciones: 1) Jesús es perseguido por Herodes, rey de Judea, pero huye a Egipto, guiado por un ángel; para asegurar su muerte, Herodes ordena el degüello de 40.000 inocentes. –Krichna es perseguido por Kanza, tirano de Mathurâ, pero escapa de una manera milagrosa; esperando matar al niño, el rey hace dar muerte a miles de niños varones. 2) La madre de Jesús era Mariam o Miriam; se casó continuando virgen, pero tuvo varios hijos después del primogénito Jesús. (Véase: Mateo, XIII, 55, 56; Marcos, III, 32-35; VI, 3; Lucas, VIII, 19, 20; y Juan, II, 12; VII, 5-10). –La madre de Krichna era Devakî, una virgen inmaculada (pero había dado a luz ocho hijos antes de Krichna). 3) Jesús obra milagros, echa los demonios del cuerpo, lava los pies de los discípulos, muere, desciende al infierno y sube al cielo después de librar a los muertos. –Krichna hace otro tanto, con la sola diferencia de que lavó los pies a los brahmanes y subió al paraíso Vaikuntha o paraíso de Vichnú. 4) Uno y otro divulgan los secretos del santuario y mueren, Cristo clavado en una cruz (un árbol), y Krichna clavado a un árbol, atravesado el cuerpo con una flecha.
MADAME BLAVATSKY

La función de la Teosofía es la de abrir el corazón y la mente del hombre a la caridad, la justicia y la generosidad, atributos que pertenecen específicamente al reino humano y son naturales al hombre, cuando éste ha desarrollado las cualidades del ser humano.

La Teosofía enseña al hombre animal a ser humano; y cuando la gente ha aprendido a pensar y a sentir tal como deberían pensar y sentir los seres humanos, éstos actuarán humanamente y todos harán, de forma espontánea, obras de caridad, justicia y generosidad. (Madame Blavatsky.)

“La cresta de la ola de la evolución intelectual debe ser sujetada con determinación y guiada hacia la espiritualidad. Esta no puede ser forzada dentro de creencias y adoración emocional. La esencia de los pensamientos superiores de la colectividad de sus miembros debe guiar todas las acciones en la S.T. Y LA S.E. “Sección Esotérica” Nunca tratamos de sujetar a nosotros la voluntad de otros. En tiempos favorables liberamos influencias elevadoras que impresionan a varias personas de diferentes maneras. Es el aspecto colectivo de muchos de estos pensamientos que puede dar el rumbo correcto de las acciones.”
Cartas de los Mahatmas,
carta de 1900

El símbolo universal en la antigüedad del Conocimiento Sagrado y Secreto, era un Árbol, lo cual significaba también una Escritura o un Registro. De aquí la palabra Lipika, los Escritores o Escribientes; los Dragones, símbolos de la Sabiduría, que guardan los Árboles del conocimiento; el Manzano “áureo” de las Hespérides; los “Árboles Frondosos” y la vegetación del Monte Meru, guardados por Serpientes.
HPB, D.S., I

«Nadie ha descrito más poética y acabadamente los seres elementales que Bulwer–Lytton, en su obra Zanoni, pues cuando los pinta como “algo inmaterial que da idea de alegría y luz”, parecen sus palabras más bien eco fiel de la memoria que exuberante engendro de la imaginación. Dice uno de los personajes de la mencionada obra: “El hombre es tanto más presuntuoso cuanto más ignorante. Durante muchos siglos sólo vio lucecitas encendidas por Dios para alumbrarle por la noche en los innumerables mundos que centellean en el espacio como burbujas en un océano sin límites… La astronomía ha desvanecido esta ilusión de la vanidad humana, y, aunque con repugnancia, confiesa el hombre que los astros son otros tantos mundos mayores y mejores que el suyo… Por doquiera descubre la ciencia nuevas vidas en esta inmensa ordenación… Procediendo, pues, por rigurosa analogía, si no hay brizna de hierba ni gota de agua que no sea, como la estrella más lejana, un mundo palpitante de vida, y si el hombre es un mando para los millones de seres vivientes que pueblan su carne y su sangre, basta el sentido común para inferir que los infinitos espacios interplanetarios están cuajados de entidades vivientes adaptadas a dicho medio. ¿No es absurdo admitir la vida en una brizna de hierba y negarla en las inmensidad es del espacio? La ley reguladora del sistema universal no consiente el vacío ni en un punto siquiera, ni tampoco permite lugar alguno donde no aliente la vida. ¿Cómo cabe concebir, entonces, que el espacio esté vacío, inanimado, y tenga en el ordenamiento de la creación menor utilidad que la brizna de hierba o la gota de agua poblada de miles de infusorios? El microscopio descubre los parásitos que habitan en la brizna, pero no se ha inventado todavía un telescopio de suficiente alcance, para descubrir los nobilísimos y superiores seres que pueblan los inmensos espacios etéreos. Sin embargo, entre estos seres y el hombre hay misteriosa y terrible afinidad… Mas para descorrer este velo es preciso que el alma rebose de vivo entusiasmo y se desprenda de todo deseo mundano… Dispuesto así el hombre, vendrá en su auxilio la ciencia para que su vista sea más aguda, su ingenio más vivo, su sensibilidad más exquisita y aun el mismo éter, por virtud de ciertos secretos de química sublime, será más tangible y manifiesto. Después de todo, esto no es magia como se figuran los crédulos, pues no hay magia contra naturaleza, sino que únicamente la ciencia es capaz de dominar a la naturaleza. Ahora bien: existen en el espacio millones de seres no precisamente espirituales, porque todos tienen, como los infusorios, ciertas formas de materia, si bien tan delicada, vaporosa y tenue, que es a manera de película o vello que envuelve el espíritu… A la verdad, estas razas difieren entre sí completamente, pues unas son de extrema sabiduría y otras de horrible malignidad; unas hostiles como enemiga implacable hacia el hombre y otras benéficas como medianeras entre cielo y tierra… Entre los habitantes de los umbrales hay uno que excede en malicia y perversidad a todos los de su linaje; uno cuya mirada arredra al hombre más intrépido y cuyo poder se acrecienta en proporción del temor que inspira”.»
H.P.B., Isis sin Velo, Tomo I

(Con referencia a las Églogas de Virgilio)  «Primero, descubren en unas cuantas líneas de Virgilio, una profecía directa del nacimiento de Cristo. Sin embargo, es imposible detectar en esta profecía ninguna característica de la era actual. Es en la famosa cuarto Égloga en la cual, medio siglo antes de nuestra era, se hace que Polión pida a las Musas de Sicilia que le canten los mayores eventos.
‹La última era del canto Cumeano ha llegado ahora y la gran serie de eras [esa serie que recurre una y otra vez en el curso de nuestra revolución mundana] empieza de nuevo. Ahora vuelve la Virgen Astrea y el reino de Saturno vuelve a empezar. Ahora, una nueva progenie desciende de los reinos celestiales. ¿Sonríes tú, casta Lucina, propiciamente al Niño que llevará a su fin la presente Era de Hierro (NOTA: Kali-Yuga, la Era Negra o de Hierro. FINAL NOTA), e introducirá por todo el mundo la Era de Oro… Compartirá la vida de los Dioses y verá héroes mezclados en la sociedad con Dioses, él mismo será visto por ellos y por todo el pacífico mundo… Entonces las masas ya no temerán al enorme león, la serpiente también morirá y la engañosa planta venenosa perecerá. ¡Ven entonces, querido niño de los Dioses, gran descendiente de Júpiter!… El tiempo se acerca. Mira, el mundo se estremece en su globo, saludándote: la tierra, las regiones del mar, y los sublimes cielos. ›(NOTA: Virgilio, Égloga, iv. FINAL NOTA)

Es en estos pocos versos, llamados la «profecía sibilina sobre la venida de Cristo», donde sus seguidores ahora ven una predicción directa del evento. Pero ¿quién mantendrá la suposición de que ya sea en el nacimiento de Jesús o desde el establecimiento de la llamada religión cristiana, cualquier porción de las frases arriba citadas pueden ser consideradas como proféticas? ¿Se ha cerrado la «última era» –la Era de Hierro o Kali-Yuga– desde entonces? Muy al contrario, dado que ahora demuestra estar en pleno dominio, no solamente porque los hindúes usen el nombre, sino por experiencia personal universal. ¿Dónde está esa «nueva raza que ha descendido desde los reinos celestiales»? ¿O es nuestra raza actual, con naciones siempre al rojo vivo para luchar, celosos y envidiosos, listos para abalanzarse unos sobre otros, mostrando un odio mutuo que sonrojaría a gatos y perros, siempre mintiendo y engañándose unos a otros? ¿Es esta era nuestra la prometida «Edad de Oro» –en la cual ni el veneno de la serpiente ni de ninguna planta son ya letales, y en la cual todos estamos seguros bajo el suave poder de soberanos escogidos de Dios? La máxima fantasía de un consumidor de opio a duras penas puede sugerir una descripción más inadecuada, si tenemos que aplicarla a nuestra época o a cualquier época desde el año uno de nuestra era. ¿Qué hay de la matanza mutua de sectas, de cristianos y paganos, y de paganos y herejes por los cristianos; los horrores de la Edad Media y de la Inquisición; Napoleón y desde su, en el mejor de los casos, «paz armada» –y en el peor, torrentes de sangre derramados por la supremacía sobre acres de tierra y un puñado de infieles: millones de soldados en armas, listos para la batalla; un cuerpo diplomático jugando a Caínes y a Judas; y en lugar del «suave poder de un soberano divino», el poder universal, aunque no reconocido, del cesarismo, de «fuerza» en lugar de «derecho», y de allí la generación de anarquistas, socialistas, petroleros y destructores de todo tipo?
La profecía sibilina y la poesía inspiradora de Virgilio permanecen incumplidas en cada punto, como vemos.

‹Los campos son amarillos con suaves espigas de trigo›; pero ya lo eran antes de nuestra era:
‹Las ruborosas uvas colgarán de las groseras zarzas, y miel de rocío destilará [o puede destilar] del robusto roble›; pero hasta ahora, no lo han hecho así.

Debemos buscar otra interpretación. ¿Cuál? La Profetisa Sibilina habló, como han hablado miles de otros Profetas y Videntes, aunque incluso los pocos de tales registros que han sobrevivido son rechazados por los cristianos e infieles y sus interpretaciones son solamente permitidas y aceptadas entre los Iniciados. La Sibila aludía a los ciclos en general y al gran ciclo en particular. Recordemos cómo los Puranas corroboran lo indicado, entre otros el Vishnu-Purâna.

‹Cuando las prácticas enseñadas por los Vedas y los Institutos de la Ley hayan casi cesado y el final de la Edad de Kali [-Yuga, la «Edad de Hierro» de Virgilio] se avecine, una porción de ese divino Ser que existe, de su propia naturaleza espiritual, en el personaje de Brahma y que es el principio y el final [Alfa y Omega]… descenderá sobre la tierra: nacerá en la familia de Vishnuyashas –un eminente Brahman de Shamballah… dotado con las ocho facultades sobrehumanas. Con su irresistible poder destruirá… todos aquellos cuyas mentes están dedicadas a la iniquidad. Entonces restablecerá la rectitud sobre la tierra; y las mentes de aquellos que vivan al final de la Era de [Kali] serán despertados, y serán tan diáfanos como el cristal (NOTA: Al final de nuestra Raza, la gente, se dice, a través del sufrimiento y el descontento, se volverán más espirituales. La clarividencia será una facultad general. Nos estaremos acercando al estado espiritual de las Tercera y Segunda Razas. FINAL NOTA). Los hombres que de esta forma hayan cambiado en virtud de ese tiempo peculiar serán como las semillas de los seres humanos [los shistas, supervivientes del futuro cataclismo] y darán nacimiento a una raza que seguirá las leyes de Krita [o Satya]-Yuga [la edad de la pureza, o la «Edad de Oro»]. Se ha dicho: «Cuando el sol y la luna y Tishya [asterismos] y el planeta Júpiter estén en una mansión, la Edad Krita [la de Oro] volverá.› (NOTA: Vishnu Purâna, IV, ch. xxiv., 228-29. Traducción de Wilson. [Londres: Trubner & Co., 1868]. FINAL NOTA).

Los ciclos astronómicos de los Hindúes –los enseñados públicamente– han sido suficientemente bien comprendidos, pero el significado esotérico de los mismos en su aplicación a temas trascendentales relacionados con ellos, siempre ha permanecido como letra muerta. El número de ciclos era enorme; variaba desde el ciclo de Maha-Yuga de 4.320.000 años, hasta los pequeños ciclos septenario y quinquenal, éste último estando formado por los cinco años llamados respectivamente, el Samvatsara, Parivatsara, Idvatsara, Anuvatsara y Udravatsara, cada uno de ellos con atributos o cualidades secretas. Vriddhagarga los da en un tratado, ahora propiedad de un Matha (o templo) Trans-himaláyico; y describe la relación entre este quinquenio y el ciclo Brihaspati, basado en la conjunción del Sol y la Luna cada año sexagésimo: un ciclo tan misterioso –para los eventos nacionales en general y para los de la nación indo-aria en particular– como importante.

«El mito de Prometeo es verdaderamente una Profecía […] El hombre volverá a ser el Titán libre de antaño; pero no antes de que la evolución cíclica haya vuelto a establecer la interrumpida armonía entre las dos naturalezas, la terrestre y la divina; después de lo cual se hará impenetrable a las Fuerzas Titánicas inferiores, invulnerable en su Personalidad, e inmortal en su Individualidad. Pero esto no sucederá sino cuando haya eliminado de su naturaleza todo elemento animal. Cuando el hombre comprenda que ‹Deus non fecit mortem›, sino que el hombre mismo la ha creado, volverá a ser el Prometeo de antes de la Caída.»
Blavatsky, H.P. La Doctrina Secreta, Tomo III

«El Divino Titán ha sufrido, pues, en vano; y casi se siente uno inclinado a lamentar su beneficio a la humanidad, y a suspirar por aquellos días tan gráficamente descritos por Esquilo en su ‹Prometeo Encadenado›, cuando al final de la primera Edad Titánica (la Edad que siguió a la del Hombre Etéreo, del piadoso Kandu y Pramlochâ) el hombre físico naciente, todavía sin intelecto y (fisiológicamente) sin sentidos, se describe como:

Viendo, veían en vano;
Oyendo, no oían : sino que semejantes a las sombras en sueños,
Durante largo tiempo, todo lo confundían al acaso.

Nuestros Salvadores, los Agnishvâtta y otros ‹Hijos divinos de la Llama de la Sabiduría›, personificados por los griegos en Prometeo, bien pueden quedar desconocidos y, sin que se les dé las gracias, en la injusticia del corazón humano.»
Blavatsky, H.P. La Doctrina Secreta, Tomo III

«¡Todos los que podáis leer entre líneas, estudiad la Antigua Sabiduría en los viejos dramas, indos y griegos; leed con atención el ‹Prometeo Encadenado›, representando en los teatros de Atenas hace 2.400 años! El mito no pertenece a Hesiodo ni a Esquilo; sino que, como Bunsen dice, ‹es más antiguo que los mismos helenos›, pues verdaderamente pertenece a la aurora de la conciencia humana. El Titán crucificado es el símbolo personificado del Logos colectivo, la ‹Hueste›, y de los ‹Señores de la Sabiduría› o el HOMBRE CELESTE, que encarnó en la Humanidad. Además, según demuestra su nombre (Pro–me–theus, ‹el que va ante él› o el futuro), en lo que él ideó y enseñó a la humanidad, la penetración psicológica no era lo de menos. Pues según sus quejas a las hijas del Océano:

De modos diversos determiné las profecías
Y entre los sueños distinguí primeramente
La visión verdadera… y a los mortales guié
A un arte misterioso…
Todas las artes, de Prometeo los mortales recibieron.

Blavatsky, H.P. La Doctrina Secreta, Tomo III

 Mucha gente se pregunta que hay que hacer para seguir un Camino Espiritual, y van buscando métodos más y más novedosos. Acabo de leer en el "famosísimo" tomo XIV de la C.W. un artículo que también está en el Tomo VI de La Doctrina Secreta, de Kier, El Misterio de Buddha, donde Helena recoge, en Nota a Pie de Página, una sencilla cita, que es toda una indicación, en mi humilde opinión, y que esta emparentada con las Virtudes Platónicas. Es muy breve y dice:

"... los seis Paramitas [la generosidad, la virtud, la paciencia, el vigor, la meditación y la sabiduría], [son] el camino hacia el Nirvana".

GENEROSIDAD
VIRTUD
PACIENCIA
VIGOR
MEDITACIÓN
SABIDURÍA

Seis conceptos dignos de meditar...

Dice Helena en el Glosario Teosófico sobre los Paramitas:

"Pâramitâs (Sánsc.) – Perfecciones o virtudes trascendentales “nobles puertas de virtud que conducen al Bodhi y Prajñâ, el séptimo escalón de la sabiduría”. Hay seis de ellas para los laicos y diez para los sacerdotes. En la Voz del Silencio se enumeran las siete siguientes, que son otras tantas “llaves de oro” de los siete Portales que conducen a la “otra orilla” (Nirvâna): Dâna (caridad, amor) ; Zîla (pureza, armonía en la palabra y en la acción) ; Kchânti (paciencia); Viraga (indiferencia al placer y al dolor); Vîrya (energía); Dhyâna (contemplación, meditación) y Prajñâ (conocimiento, sabiduría). Practicar el sendero Pâramitâ es convertirse en un yoguî, con la intención de llegar a ser asceta. (Voz del Silencio, II y III)."
Como siempre, un puñado de frases extraída de la Obra de Helena:

«Además, en el antiguo manuscrito Quiché, el Popol-Vuh, publicado por el difunto Abbé Brasseur de Bourbourg, los primeros hombres están descritos como una raza “cuya vista era ilimitada, y que sabía todas las cosas a la vez”, mostrando así el conocimiento divino de Dioses, no de mortales. La Doctrina Secreta, corrigiendo las exageraciones inevitables de la fantasía popular, expone los hechos conforme se hallan registrados en los símbolos arcaicos.»
H.P.B., La Doctrina Secreta, Tomo III

«El Ask Norse, el árbol Ash de Hesiodo, de donde procedieron los hombres de la generación de bronce, la Tercera Raza Raíz, y el árbol Tzité del Popol-Vuh, del cual fue creada la tercera raza mexicana de hombres, todos son unos.»
H.P.B., La Doctrina Secreta, Tomo III

«En Hesiodo, Zeus crea su Tercera Raza de hombres de los fresnos. En el Popol-Vuh, la Tercera Raza de hombres es creada del árbol Tzita y de la médula de la caña llamada Sibac. Pero Sibac significa “huevo” en el lenguaje misterioso de las Artufas, o cavernas de Iniciación. En una memoria enviada en 1812 a las Cortes por don Bautista Pino, se dice: “Todos los pueblos tienen sus Artufas –así llaman los indígenas a las habitaciones subterráneas, con sólo una puerta, en donde se reúnen (secretamente)… Éstos son templos impenetrables… y las puertas permanecen siempre cerradas para los españoles … Adoran al Sol y la Luna… al fuego y a la gran Serpiente (el poder creador), cuyos huevos llaman Sibac”.»
H.P.B., La Doctrina Secreta, Tomo III

«En el Popol-Vuh de los americanos, se dice que el hombre fué formado del limo de las aguas. Según los Vedas, Brahmâ sentado en el loto forma a Lomus (el gran muni o primer hombre) de agua, aire y tierra, después de dar existencia a los espíritus que, por lo tanto, tienen prelación sobre los mortales.»
H.P.B., Isis sin Velo, Tomo I

«Por otra parte, el texto original del Popol-Vuh nos proporciona suficientes pruebas de la casi identidad de las costumbres religiosas de México, Perú y otros pueblos precolombinos y las de los fenicios, babilonios y egipcios, pues la terminología religiosa descubre las mismas raíces etimológicas.»
H.P.B., Isis sin Velo, Tomo II

EVOLUCIÓN

Es el desarrollo de órdenes superiores de animales partiendo de otros órdenes inferiores. Como se dijo en Isis sin velo: "La ciencia moderna sólo se ocupa de una parcial evolución física, evitando prudentemente o ignorando la más elevada, o sea la espiritual, lo que obligaría a nuestros contemporáneos a confesar su inferioridad respecto a los antiguos filósofos y psicólogos. Los sabios antiguos, remontándose a lo INCOGNISCIBLE, tomaban su punto de partida desde la primera manifestación de lo invisible, de lo inevitable, y por un razonamiento rigurosamente lógico, desde el Ser creador necesario en absoluto, el Demiurgo del universo. La evolución empieza entre ellos desde el Espíritu puro, el cual descendiendo más y más, adquirió por fin una forma visible y comprensible, y llegó a convertirse en materia. Llegados a este punto, especulan por el método de Darwin, pero partiendo de una base amplia y comprensible. [Toda evolución consiste en una vida que se desarrolla pasando de una forma a otra y almacenando en sí misma las experiencias que adquiere a través de dichas formas.
MADAME BLAVATSKY

“El primer dogma Fundamental del Ocultismo es la Unidad Universal (u Homogeneidad) bajo tres aspectos. Esto conduce a una concepción posible de la Deidad, que como una unidad absoluta debe permanecer por siempre incomprensible para los intelectos finitos. ‘Si quieres creer en el poder que actúa dentro de la raíz de una planta, o imaginar la raíz escondida bajo el suelo, tienes que pensar en su tallo o tronco y en sus hojas y flores. No puedes imaginar ese Poder independiente de estos objetos. La Vida solo puede conocerse por el Árbol de la Vida’ . . . (Preceptos para Yoga). La idea de una Unidad Absoluta se rompería por completo en nuestra concepción, si no tuviésemos algo concreto ante nuestros ojos para contener esa Unidad. Y la deidad siendo absoluta, debe ser omnipresente, de aquí que ni siquiera un átomo pueda dejar de contener a ELLO dentro de sí mismo. Las raíces, el tronco y sus muchas ramas son tres objetos distintos, sin embargo ellos son un solo árbol. Los Kabalistas dicen: ‘La Deidad es una, porque Ello es infinito. Es triple porque siempre se está manifestando’. Esta manifestación es triple en sus aspectos, ya que requieren, como dice Aristóteles, de tres principios para que todo cuerpo natural se haga objetivo: privación, forma y materia. La privación significaba en la mente del gran filósofo eso que los Ocultistas llaman prototipos impresos en la Luz Astral – el plano y mundo más inferior del Anima Mundi. La unión de éstos tres principios depende de un cuarto – la VIDA que se irradia desde las cúspides de lo Inalcanzable, para convertirse en una Esencia difundida universalmente en los planos manifestados de la Existencia. Y este CUATERNARIO (Padre, Madre, Hijo, como una UNIDAD, y un cuaternario, como una manifestación viva) ha sido el medio para conducir a la muy arcaica Idea de la Inmaculada Concepción, ahora finalmente cristalizada en un dogma de la Iglesia Cristiana”
H.P.B.

domingo, 12 de enero de 2014

CRECIMIENTO Y DESARROLLO DE LOS CENTROS Recopilado de los libros de Alice A. Bailey Y El MAESTRO TIBETANO, D.K.



CRECIMIENTO Y DESARROLLO DE LOS CENTROS
Recopilado de los libros de Alice A. Bailey Y El MAESTRO TIBETANO, D.K.


Crecimiento y desarrollo de los centros.

Nuevamente enumeraré los centros, considerando esta vez sus correspondencias síquicas, e indicaré los colores y la cantidad de pétalos.

1. Centro en la base de la columna vertebral. Cuatro pétalos. Están dispuestos en forma de cruz, irradiando fuego de color anaranjado.
2. Centro plexo solar. Diez pétalos. Color rosado con mezcla de verde.
3. Centro cardíaco. Doce pétalos. Color oro resplandeciente.
4. Centro laríngeo. Dieciséis pétalos. Color azul plateado, predominando el azul.
5. Los centros de la cabeza son dos:

a. Entre las cejas. Noventa y seis pétalos. La mitad del loto de color rosa y amarillo; la otra mitad, azul y púrpura.

b. En la cima de la cabeza. Doce pétalos principales, de color blanco y oro, y 960 pétalos secundarios, dispuestos alrededor de los doce pétalos centrales. Esto hace un total de 1068 pétalos, en los dos centros de la cabeza, o sea 356 triplicidades. Estas cifras tienen un  significado oculto.

Esta descripción se ha tomado del libro "La Vida Interna". Se refiere a los centros etéricos, los cuales son la manifestación, en el plano físico, de los correspondientes vórtices en el plano emocional, a través de los cuales actúa la vitalidad emocional. Tienen su contraparte mental, y al despertarlos, como ya mencioné, mediante el crecimiento y desarrollo de los mismos, viene la final vivificación y la resultante liberación.

La conexión entre los centros, el cuerpo causal y la meditación, está oculta en la siguiente indicación: la desintegración del cuerpo causal se efectúa mediante la rápida rotación e interacción de estos centros y la intensificación de su fuerza por medio de la meditación -la meditación ocultista ordenada. Cuando el fuego interno circula por cada centro y el kundalini asciende en espiral,  exacta y geométricamente, de un vórtice a otro, la intensificación interactúa en tres direcciones:

a.         Enfoca la luz o conciencia del Yo superior en los tres vehículos inferiores, haciéndola descender para expresarse plenamente y ampliar su contacto en los tres planos de los tres mundos.

b.         Hace descender, del triple espíritu, cada vez más fuego, realizando para el cuerpo causal lo que el Ego hace para los tres vehículos inferiores.

c. Obliga a la unificación de lo superior con lo inferior, y atrae la vida espiritual. Cuando se ha realizado esto, cuando cada vida consecutiva percibe una acrecentada vitalización de los centros y cuando el kundalini, en su séptuple capacidad, hace contacto con cada centro, entonces, hasta el cuerpo causal resulta inadecuado para la afluencia de vida que desciende de lo alto. Los dos fuegos se unen, si puedo expresarme así, y con el tiempo el cuerpo egoico desaparece; el fuego consume el Templo de Salomón, se destruyen   los átomos permanentes y todo queda reabsorbido en la Tríada. La esencia de la personalidad, las facultades desarrolladas, el conocimiento adquirido y el recuerdo de lo que ha   ocurrido, forman parte del bagaje del Espíritu y, con el tiempo, llega al Espíritu o Mónada en su propio plano.

Ahora permítanme enumerar aquello sobre lo cual no es posible dar mayor información, porque implica demasiado peligro:

1. El método para despertar el Fuego Sagrado.

2. El orden de su progresión.

3. Las formas geométricas que adquiere al elevarse.

4. El orden en que se desenvuelven los centros, de acuerdo al rayo del Espíritu. La complejidad es excesiva.

Se habrán dado cuenta que cuanto más se estudia el tema, más abstruso se hace. Se complica por la actuación de los rayos, por el lugar que el individuo ocupa en la escala de evolución, por el despertar desigual de los diferentes centros, en relación al tipo de vida que lleva el hombre; su complejidad aumenta por la triple naturaleza de los mismos (etérica, emocional y mental), por el hecho de que algunas personas tienen un centro emocional completamente despierto, el cual se  manifiesta etéricamente, aunque la contraparte mental esté aún pasiva; otros tienen sus centros mentales despiertos, no el emocional, que etéricamente se halla pasivo. Esto pone de manifiesto, en consecuencia, cuán grande es la necesidad de instructores conscientes y clarividentes, capaces de trabajar inteligentemente con los estudiantes, estimulando los centros dormidos o perezosos, por medio   del   conocimiento   y   los   métodos   científicos,   alineándolos   de   manera   que   la   corriente   afluya alternativamente entre los vórtices externos y el centro interno. Más adelante el instructor podrá entrenar al estudiante para que despierte sin peligro el fuego interno, lo cultive y trasmita científicamente, instruyéndolo sobre el orden requerido para su circulación por el sendero de triángulos, hasta llegar a los centros de la cabeza. Una vez que el kundalini haya recorrido esas líneas geométricas, el hombre es perfecto, la personalidad ha servido su objetivo y se ha alcanzado la meta. Por eso todos los centros tienen un número de pétalos múltiplo de cuatro, porque el cuatro es el número del yo inferior, el cuaternario. La cantidad total de pétalos en los centros (sieliminamos el bazo, que tiene un fin determinado, y los tres órganos inferiores de la procreación) es de mil ciento diez, número total que representa la perfección del microcosmos -diez el número de la personalidad perfecta, cien el número de la perfección causal y mil el número de la realización espiritual. Cuando cada pétalo vibra en todas las dimensiones, se alcanza la meta para este manvantara. Entonces el loto inferior e halla en todo su esplendor y refleja al superior con precisión.

Efectos de la meditación ocultista sobre los centros.

Estudiaremos hoy los efectos de la meditación ocultista sobre los centros y su consiguiente vivificación, presentando una meditación iniciada siempre con el empleo de la Palabra Sagrada, pronunciada de acuerdo con la regla.

Nos referiremos también a la meditación practicada bajo la dirección de un Instructor. Por lo tanto, el individuo meditará en forma correcta o lo más correcto que pueda; por eso hoy consideraremos el factor tiempo en relación con los centros, porque la tarea es lenta y necesariamente gradual. Haré aquí una pausa, para insistir que es necesario recordar que en todo trabajo realmente ocultista, los efectos esperados llegan siempre muy lentamente. En el caso de que un individuo, en una encarnación dada, progrese en forma espectacular, se debe a que está poniendo de manifiesto algo adquirido anteriormente (la manifestación de las facultades innatas, adquiridas en pasadas encarnaciones) y se está preparando para un nuevo periodo de esfuerzo lento, cuidadoso y minucioso.

Las siguientes razones ponen de manifiesto por qué el sendero es tan difícil de hollar y el 
proceso de ascender la escala se hace (a medida que se alcanzan los escalones más altos) más complicado y difícil. Se debe:

1. Disciplinar a cada cuerpo por separado, a fin de ser purificados.

2. Reajustar y alinear.

3. Repolarizar.

4. Reconstruir prácticamente.

5. Dominar cada subplano, del cuarto en adelante, pues en el cuarto se inicia la vida del aspirante.

6. Despertar gradual, cuidadosa y científicamente cada centro; intensificar la rotación y electrificar la radiación (sí se me permite utilizar este término y aplicarlo a los centros), y manifestar su fuerza a través de la dimensión superior.

7. Vincular magnéticamente cada centro etérico plenamente alineado con los centros correspondientes de los cuerpos mental y emocional, de modo que no se entorpezca la afluencia de fuerza.

8. Despertar nuevamente cada centro mediante el Fuego Sagrado, hasta que las radiaciones, la velocidad y los colores, se hayan armonizado con la nota egoica. Esto es parte del trabajo de Iniciación.



Debido a que todo cambio se hace gradualmente, responde a la misma ley que rige el crecimiento cíclico del macrocosmos:

1. Primeramente se produce el choque entre el ritmo viejo y el nuevo.

2. A esto le sigue un período en que gradualmente domina el nuevo, eliminando al viejo y estabilizando la nueva vibración.

3. Finalmente se produce la desaparición, y luego la repetición del proceso.

Esta tarea se realiza en los cuerpos y en los centros por la meditación y el empleo de la Palabra Sagrada, lo que contribuye a reajustar la materia, a vitalizaría por el fuego, permitiendo al aspirante trabajar de acuerdo a la ley. Este desarrollo de los centros es un proceso gradual, paralelo al trabajo realizado sobre los cuerpos, al refinamiento de los vehículos y al lento desenvolvimiento de la conciencia causal.

Observaciones finales.

Al meditar sobre el centro cardíaco, imaginarlo como un loto dorado y cerrado. Al enunciar la Palabra Sagrada, imaginen este loto expandiéndose lentamente, hasta ver el centro o vértice interno como un radiante remolino de luz eléctrica, más azul que dorada. Formar allí la imagen del Maestro, en materia etérica, emocional y mental. Esto implica retraer más internamente la conciencia. Una vez que la imagen esté completamente formada, emítase otra vez suavemente la Palabra y, mediante un esfuerzo de la voluntad, retraerse aún más internamente y vincularse con el centro de doce pétalos de la cabeza, el centro de la Conciencia causal. Hacer esto lenta y gradualmente, manteniendo una actitud de paz y calma perfectas. Existe una relación directa entre los dos centros de doce pétalos y la meditación ocultista; la acción del fuego kundalínico revelará más adelante su significado. Esta visualización lleva a la síntesis, al desenvolvimiento y a la expansión causal y, con el tiempo, conduce al hombre a la presencia del Maestro.

El plexo solar es el asiento de las emociones, y no hay que concentrarse en él durante la meditación. Es la base de la curación física, y más adelante será mucho mejor comprendido. Es el centro de la actividad -actividad que más tarde será intuitiva, el centro laríngeo actúa radiantemente cuando es transferida la polarización del átomo físico al átomo mental permanente, como ya se  ha explicado. Entonces el átomo mental permanente se convierte en el centro de la razón pura o pensamiento abstracto. Luego llega un momento en el desenvolvimiento de la conciencia, en que la fuerza emocional, que rige a la generalidad, es trascendida y reemplazada por la fuerza del intelecto superior. A menudo marca un período en que el individuo es guiado puramente por la razón, y sus emociones ya no lo gobiernan. Esto se puede manifestar en el plano físico como inflexibilidad intelectual. Más tarde, el átomo emocional permanente cede su lugar al intuitivo, y la intuición pura y la comprensión perfecta, por medio del amor, constituyen el poder motivador, además de la facultad de razonar. Entonces el plexo solar se caracteriza por la preponderancia del color verde de la actividad, porque el cuerpo emocional es el agente activo de lo superior, y engendra muy poco el color rosa del deseo humano. 

En la rotación de la fuerza, a través del vórtice (rotación que forma los pétalos del loto), se observará que ciertos pétalos resaltan sobre los demás, y cada centro manifiesta una cruz de modalidad peculiar, excepto en los dos centros de la cabeza, síntesis de las cruces inferiores. La cruz de cuatro brazos del tercer Logos se halla en la base de la columna vertebral, y la cruz de la cuarta Jerarquía humana en el corazón.

Cuando el aspirante medio entona la Palabra Sagrada, lleva la fuerza al etérico a través de todos los centros internos, y causa un definido estímulo en los pétalos de cada centro. Si el loto está abierto parcialmente, sólo algunos pétalos reciben el estímulo. Esto da origen a una vibración (especialmente en el centro sobre el cual el individuo medita -el coronario o el cardíaco), lo cual da origen a una acción refleja en la columna vertebral, hasta su base. Esto, por sí mismo, no es suficiente para despertar el fuego; sólo se puede hacer en forma correcta, en la clave adecuada y sujeto a ciertas reglas.
Cuando la meditación se hace en el corazón, mediante la entonación correcta de la Palabra Sagrada, y de acuerdo a las leyes ocultas, la fuerza llega a través de los centros emocionales, desde los niveles intuitivos. Cuando se realiza en la cabeza, la fuerza llega por los centros mentales desde los niveles manásicos abstractos y, más tarde, desde el átmico. Uno imparte intuición espiritual y el otro, conciencia causal.

Hombre avanzado es aquel que une los dos centros mayores -coronario y cardíaco- en un instrumento sintético, y cuyo centro laríngeo vibra al mismo ritmo. Entonces tiene la voluntad y el amor fusionados en servicio armónico, y la actividad del físico inferior es trasmutada en idealismo y altruismo. Al llegar a esta etapa el hombre está preparado para despertar el fuego interno. Sus cuerpos están suficientemente refinados para resistir la presión y la precipitación; nada contienen que sea perjudicial para su progreso; los centros son objeto de una sintonización suficientemente elevada, como para recibir el nuevo estímulo. Cuando esto se ha realizado llega el momento de la iniciación, en que el servidor, en cierne, de la humanidad, llega ante su Señor con el deseo purificada, el intelecto consagrado y un cuerpo físico que es su servidor y no su amo. 

Hasta que ustedes no tengan un sabio Instructor en cuerpo físico, que pueda reunir a su alrededor a Sus estudiantes para protegerlos con Su aura y vibración estimuladoras, y hasta que las condiciones mundiales permitan un período de relajamiento de la tensión e incertidumbre actuales, no será posible enseñar fórmulas, invocaciones o mántram de carácter específico ni despertar los centros, más allá de lo necesario para la evolución, excepto en algunos casos individuales de ciertos discípulos que (quizás sin que ellos se den cuenta) están sometidos a determinados procesos, cuyo resultado será un gran acrecentamiento del grado de vibración. Esto sólo se hace con algunos aspirantes en cada país, y bajo la vigilancia directa de un Maestro, enfocado por medio de H. P. B. 

El verdadero estudiante procura desviar la conciencia de sus cuerpos físico y emocional y dirigirla a las regiones del pensamiento o al cuerpo mental inferior. Alcanzado esto, procura trascender su mente inferior y polarizarse en el cuerpo causal, utilizando el antakarana como canal de comunicación entre la mente inferior y la superior, siendo entonces el cerebro físico,  simplemente, el receptor pasivo de lo que trasmite el Ego o Yo superior y, más tarde, del triple Espíritu, la Tríada. El trabajo a realizar consiste en actuar de la periferia al centro y en la  consiguiente centralización. Cuando se ha alcanzado tal centralización y enfocado en este centro estable -con el plexo solar y el corazón aquietados- un punto dentro de la cabeza, uno de los tres centros principales en ella, se convierte en el centro de la conciencia, y el rayo del Ego del hombre decide cuál será ese centro. Este método es para la mayoría. Habiendo llegado a este punto, el hombre sigue la meditación de su rayo, tal como anteriormente se ha indicado en términos generales, en estas cartas. En cada caso el cuerpo mental se convierte en centro de conciencia, y más tarde, con la práctica, dicho centro llega a ser el punto de partida para la trasferencia de la polarización en un cuerpo más elevado, primero el causal y más tarde, la Tríada. 

"Vigila y ora", dijo el Señor cuando estuvo en la tierra, expresándose en términos ocultistas, que aún no han sido bien interpretados.

¿Por lo tanto, que debe ser vigilado?

1. La actitud del cuerpo ovoide emocional y su control positivo-negativo.

2. La estabilidad de la materia emocional y su receptividad consciente.

3. El alineamiento del cuerpo ovoide emocional con los cuerpos mental y causal. Si el alineamiento es imperfecto (como sucede frecuentemente), no permite recibir con exactitud lo proveniente de los planos superiores, distorsionándose las verdades que descienden vía el Ego y produciendo una peligrosa trasferencia de fuerza a centros indeseables. Esta falta de alineamiento es la causa de que las personas de tendencias aparentemente espirituales se aparten de la pureza sexual. Ellas pueden establecer algún contacto con los niveles intuitivos, y el Ego puede trasmitir parcialmente el poder desde lo alto; pero como el alineamiento es imperfecto, la fuerza de estos niveles más elevados se desvía, sobreestimulando los centros indeseables, dando como resultado un desastre. 
Cada ser humano entra en la vida equipado con un cuerpo físico y un cuerpo etérico de ciertos componentes, producto de una encarnación anterior, los cuales reproducen virtualmente con toda exactitud el cuerpo que el hombre abandonó cuando la muerte lo separó de la existencia en el plano físico. La tarea de cada uno consiste en tomar ese cuerpo, conocer sus defectos y necesidades y luego, deliberadamente, construir un nuevo cuerpo más adecuado para satisfacer la necesidad del espíritu interno. Ésta es una tarea de grandes proporciones, y demanda tiempo, rígida disciplina, abnegación y criterio.

El hombre que emprende la práctica de la meditación ocultista, textualmente, "juega con fuego". Quisiera que tengan muy en cuenta esta afirmación, porque encierra una verdad que muy pocos comprenden. "Jugar con fuego" es un dicho vulgar muy antiguo, que ha perdido su significado debido a su constante repetición, no obstante, es absoluta y completamente exacto, no una enseñanza simbólica, sino la afirmación de un hecho. El fuego constituye la base de todo -el Yo es fuego, el intelecto es una fase del fuego, y latente en los vehículos físicos microcósmicos se halla oculto un fuego verdadero, que tanto puede ser una fuerza destructora, consumiendo los tejidos del cuerpo y estimulando los centros de  carácter indeseable, como un factor vivificador, que actúa como agente estimulador y activante. Cuando ha sido encauzado hacia ciertos canales preparados, actúan como purificador y como gran vinculador entre el yo inferior y el Yo superior.

Durante la meditación, el estudiante trata de establecer contacto con la llama divina, su Yo superior, y se pone  en  armonía  con  el  fuego  del  plano  mental.  Cuando  la  meditación  es  forzada  o  practicada  muy violentamente, sin efectuar antes el alineamiento entre los cuerpos superior e inferior, vía el emocional, este fuego puede actuar sobre el fuego latente en la base de la columna vertebral {denominado kundalini), y hacerlo circular prematuramente.   Esto causaría la desorganización y destrucción en vez de la vivificación y el estímulo de los centros superiores. Hay un camino geométrico espiroidal apropiado, que este fuego debe seguir, y depende del rayo a que pertenece el estudiante y del tipo de vibración de sus centros superiores. Sólo ha de permitirse que este fuego circule bajo la instrucción directa del Maestro y sea distribuido conscientemente por el estudiante mismo, siguiendo las instrucciones verbales específicas del instructor. A veces el fuego puede ser despertado y ascender correctamente en espiral sin que el estudiante sepa lo que está ocurriendo en el plano físico, pero en los planos internos lo sabe, sólo que no ha hecho descender ese conocimiento a la conciencia del plano físico.  

Última entrada

LA INICIACION Y LOS RAYOS

LA INICIACION Y LOS RAYOS   1. Después de la tercera iniciación, [el hombre] localiza (si corresponde esta palabra tan inadecuada) su alma e...