¿QUÉ SON LOS RAYOS? D.K. - AAB.
Rayo es el término aplicado a una fuerza o a un determinado tipo de energía que pone de
relieve la cualidad que exhibe esa fuerza, y no el aspecto forma que ella crea. Ésta es la verdadera
definición de un rayo. (14-250)
Cuando hablamos de energía de rayo estamos considerando, en realidad, la cualidad y el aspecto
voluntad-propósito de cierta gran Vida a la cual damos el nombre de "Señor de Rayo"... Su
intención, voluntad y propósito divinos o la proyección determinada de Su mente, crean una
radiación o corriente de energía que —de acuerdo al tipo y cualidad— actúa sobre todas las
formas de vida manifestadas dentro de nuestro "círculo no se pasa" planetario. Estos Señores de
Rayos son las energías creadoras y sustentadoras que complementan la Voluntad del Logos
planetario. Colaboran con Él en la definición y expresión de Su supremo propósito. Sus radiantes
emanaciones son objetivadas y retiradas cíclicamente. A medida que se irradian en los tres
mundos, las energías que hacen impacto, producen cambios, disturbios, progreso y
desenvolvimiento, crean las nuevas formas necesarias y vitalizan y cualifican aquello por lo cual se
expresa la inmediata intención divina, intensificando tanto la cualidad como la receptividad de la
conciencia.
En otros momentos, durante el proceso de ser retiradas "a [i4] su propio lugar", causan la
desaparición o la muerte del aspecto forma, de las instituciones y "organismos organizadores"
(empleando una frase peculiar), produciendo por lo tanto ciclos de destrucción y cesación, y
dando así lugar a esas nuevas formas y expresiones de vida que serán producidas por un rayo
entrante. (18-467)
Toda manifestación es de naturaleza septenaria y la luz central denominada Deidad, el Rayo
Uno de la divinidad, se manifiesta primero como triplicidad y después como septenar
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Uno brilla como Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, reflejados a su vez en los Siete Espíritus
ante el Trono, los siete Logos planetarios. Los estudiantes esoteristas de origen no cristiano quizás
denominen a estos Seres el Rayo Uno, que se manifiesta a través de los tres rayos mayores y los
cuatro menores, formando un septenario divino. El Rayo Sintético que fusiona a todos es el gran
Rayo de Amor Sabiduría, pues en verdad "Dios es Amor". Éste es el rayo índigo, el rayo fusionador,
que al final del gran ciclo absorberá a todos los demás, cuando se obtenga la perfección sintética.
También es la manifestación del segundo aspecto de la vida logoica. Este aspecto, el de
constructor de la forma, hace de nuestro sistema solar el más concreto de los tres sistemas
mayores. El aspecto Amor-Sabiduría se manifiesta mediante la construcción de la forma, y como
"Dios es Amor", en el Dios de Amor "vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser" y así será
hasta el fin de la manifestación de los eones.
Los siete planos de Manifestación Divina, o siete planos mayores de nuestro sistema,
constituyen los siete subplanos del plano cósmico inferior. Los siete rayos de que tanto se habla y
que encierran tanto interés y misterio, son análogamente los siete subrayos de un rayo cósmico.
(1-18/9)
Uno de los Rayos cósmicos permanentes es el de nuestro Logos, y los subrayos de este rayo
impregnan todo Su sistema. Otros seis Rayos cósmicos, que animan a otros sistemas, influyen
sobre el nuestro y se reflejan en los subrayos de nuestro Rayo logoico. Nuestros Hombres
celestiales responden a estas seis influencias cósmicas. Absorben dicha influencia puesto que son
centros del cuerpo logoico, la pasan [i5] a través de Sus esquemas, la hacen circular por Sus
centros (cadenas) y la trasmiten a otros esquemas, coloreándola con Su matiz y cualificándola con
Su nota o tono peculiar. Todo el sistema de influencia de rayo o calor irradiante, considerado tanto
física como psíquicamente, constituye una interacción y circulación intrincadas. La irradiación o
vibración pasa, en ciclos ordenados, de su fuente original, o sea el Rayo Uno o Logos del sistema, a
los diferentes centros de Su cuerpo. Desde el punto de vista físico, esta fuerza de Rayo es el factor
que energetiza la materia, desde el punto de vista psíquico es la facultad cualitativa. Esta fuerza o
cualidad pasa y circula de un esquema a otro, de una cadena a otra, de un globo a otro, agregando
y, al mismo tiempo, absorbiendo y retornando a su punto focal con dos notables diferencias:
a. El calor que irradia se intensifica.
b. El carácter o color cualitativo aumenta.
Es igualmente notable el efecto que produce sobre la forma, pues el calor o cualidad de un
Rayo afecta no sólo a la psiquis del hombre, del Logos planetario y del Logos solar, sino que
también tiene un efecto definido sobre la sustancia material misma. (3-366/7)
...
Hay atributos divinos y características de rayo que hasta ahora nunca fueron revelados a las
mentes de los hombres, o percibidos por ellos, en los momentos más elevados de inspiración; esto
se debe a la falta de sensibilidad, hasta en los más avanzados hijos de los hombres. Sus
mecanismos están inadecuadamente desarrollados y son incapaces de responder a esas
cualidades divinas superiores. Cristo mismo y otros miembros de la Gran Logia Blanca se preparan
para registrar esos atributos divinos y fusionarse conscientemente en un proceso o escala
evolutiva, aún más elevada; resultará evidente que las ínfimas conclusiones de las pequeñas
mentes constituyen hoy algunos de los factores más peligrosos en los asuntos mundiales. (9-33/4)
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La enseñanza referente a los siete rayos es una especulación infructuosa mientras no sea
susceptible de investigación, de comprobación eventual y de utilidad general y particular. Mucho
de lo que hoy se escribe deberá ser [i6] descartado por inútil, y no puede ser aceptado como
posible hipótesis, y tampoco presenta una verdad que puede ser probada. Por lo tanto trato aquí
de hacer dos cosas:
1. Indicar, como se habrá observado, una nueva, poderosa y eficaz psicología esotérica.
2. Señalar las inevitables líneas de desarrollo, debido a que están comenzando a actuar en esta
época ciertas potencias importantes. Algunas fuerzas van acrecentando su actividad, mientras
otras pasan constantemente a ser pasivas. (9-8)
A medida que estudiamos veremos que las palabras entorpecen en gran parte las
explicaciones dadas sobre las realidades implicadas, por lo tanto, debemos procurar penetrar por
debajo del significado superficial y llegar hasta la estructura esotérica de la verdad. Los rayos están
en constante movimiento y circulación, y manifiestan una actividad progresiva y cíclica que
evidencia un impulso cada vez mayor. En ciertas épocas dominan, en otras permanecen inactivos,
y de acuerdo al rayo particular que haga sentir su presencia en un período determinado, así será la
cualidad de la civilización, el tipo de formas que aparecerán en los reinos de la naturaleza y la
consiguiente etapa de percepción (estado de conciencia) de los seres humanos que vienen a la
vida en una era particular. Estas vidas que encarnan (en los cuatro reinos de la naturaleza)
responderán a determinada vibración, cualidad, colorido y naturaleza en cuestión. El rayo que está
en manifestación afectará poderosamente los tres cuerpos que constituyen la personalidad del
hombre, y la influencia del rayo producirá cambios en su contenido mental y en su naturaleza
emocional, determinando la calidad del cuerpo físico.
Me doy cuenta que al dar a conocer esta enseñanza relativamente nueva sobre los rayos, y en
mi esfuerzo por arrojar nueva luz sobre el tema, quizás momentáneamente aumente su
complejidad. Pero a medida que se hacen experimentos y se estudian a las personas en los
laboratorios de los psicólogos y de los psicoanalistas, en relación con los rayos y lo que ellos
manifiestan, y a medida que las nuevas ciencias puedan ser utilizadas inteligentemente dentro de
una esfera adecuada, obtendremos muchos beneficios y [i7] corroboraremos la enseñanza dada.
Entonces veremos surgir un nuevo acercamiento a las antiguas verdades y una nueva forma de
investigar a la humanidad. Mientras tanto, procuremos enunciar con claridad la verdad acerca de
los rayos, y tratemos de clasificar, delinear e indicar su naturaleza, propósito y efectos.
Los siete rayos se manifiestan cíclicamente y, debido a ello, entran y salen continuamente de la
manifestación, dejando en el transcurso de las épocas su impronta en el género humano,
conteniendo por lo tanto la clave para toda verdadera investigación histórica, investigación que
aún queda por hacerse. (14-27/8)
Algunos de los puntos que trataré de aclarar no podrán ser sustanciados ni comprobados por
ustedes, por lo tanto, sería prudente aceptarlos como hipótesis activas, a fin de comprender lo
que trato de decir. Otros puntos que mencionaré podrán ser verificados en sus propias
experiencias de la vida, y demandarán el reconocimiento de la mente concreta, o podrán producir
una reacción que traerá como consecuencia una intensa convicción que emanará de sus Yoes
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intuitivamente conscientes. De todos modos, lean lentamente; apliquen las leyes de analogía y de
correspondencia; hagan un análisis de sí mismos y de sus hermanos; procuren vincular lo que digo
con el conocimiento que puedan poseer de las teorías modernas, y recuerden que cuanto más
vivan realmente como almas, tanto más captarán lo que se trata de impartir.
A medida que estudian no olviden el concepto fundamental de que todo trabajo oculto se
ocupa de la energía —unidades de energía, energía contenida en las formas y corrientes de
energía que afluyen; estas energías llegan a ser poderosas y encarnan nuestro propósito mediante
el empleo del pensamiento... (14-31)
[Como efecto del estudio de estos rayos] tendremos un método práctico de análisis para llegar
a una correcta comprensión de nosotros mismos como entidades animadoras, y a una
comprensión más inteligente de nuestros semejantes. Por ejemplo, cuando comprobamos por el
estudio que la tendencia de nuestro rayo del alma es de poder o voluntad, pero que el rayo que
rige a la personalidad es el de devoción, entonces podemos medir con más exactitud nuestras
oportunidades, capacidades y limitaciones y determinar con más precisión [i8] nuestra vocación y
servicio, nuestro debe y haber y nuestro verdadero valor y fortaleza. Cuando podemos agregar a
ese conocimiento un análisis que nos permita comprender que el cuerpo físico reacciona
preeminentemente al rayo del alma, mientras que el cuerpo emocional está bajo la influencia del
rayo de la personalidad, históricamente en manifestación en ese momento, entonces estamos en
posición de juzgar con acierto nuestro problema, y podemos ocuparnos más inteligentemente de
nosotros mismos, de nuestros hijos, amigos y asociados. Descubriremos que somos capaces de
colaborar más inteligentemente con el Plan, a medida que trata de manifestarse en determinada
época. (14-30/1)
Los estudiantes ocultistas deben pensar y trabajar acrecentadamente en términos de energía.
Se dice esotéricamente que estas energías "tienen efectos impulsores, atracciones magnéticas y
actividades enfocadas". Las corrientes o emanaciones de energía existen, como es bien sabido, en
siete aspectos o cualidades principales. Llevan a los hijos de los hombres a la encarnación y los
sacan de la encarnación. Tienen sus propias cualidades y características específicas, las cuales
determinan la naturaleza de las formas construidas, la cualidad de la vida que expresa en cualquier
época o encarnación, la extensión del ciclo de vida y la aparición o desaparición de cualquiera de
los tres aspectos de la forma. (15-72/3)
Esta instrucción sobre los rayos tiene una significación más profunda de lo que se puede
captar. Un cuidadoso y sistemático estudio y la abstención sensata para llegar a rápidas
conclusiones, será la forma más inteligente de encarar esta instrucción... Trato de dar un
delineamiento general, impartir ideas, introducir ciertos conceptos básicos en la conciencia del
lector, e intento revestir este tema, tan abstruso y difícil, en forma tal que pueda iniciar un nuevo
ritmo de pensamientos y captar y asimilar una nueva comprensión... Comenzaremos con lo
universal y terminaremos con lo particular, que es siempre el verdadero método ocultista. (14-
79/80)
En los círculos esotéricos se habla demasiado y se [i9] dicen muchas tonterías respecto al rayo
a que pertenece un hombre. La gente se entusiasma estúpidamente cuando se le dice cuál es su
rayo, así como cuando se le dice qué eran ellos en encarnaciones pasadas. La "nueva enseñanza
sobre los rayos" compite en interés con la astrología. Al igual que los atenienses, los hombres
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siempre buscan lo novedoso y lo extraño, y olvidan que toda nueva verdad y cada nueva
presentación de la antigua verdad lleva consigo una acrecentada responsabilidad.
Sin embargo, resulta interesante trazar paralelos, pues es evidente para el concienzudo
estudiante que, las nuevas enseñanzas sobre los rayos han llegado justamente cuando la ciencia
anuncia que no existe ni se conoce nada más que energía y que todas las formas se componen de
unidades de energía y son, en sí mismas, expresiones de fuerza. (14-250)