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sábado, 28 de septiembre de 2013
viernes, 27 de septiembre de 2013
EL CONTROL DE LA PALABRA.- D.K. "EL TIBETANO"
CONTROL DE LA PALABRA
Se ha
dicho que “el principal agente por el cual gira fenoménicamente la rueda de la
naturaleza, es el sonido”, porque el sonido o palabra original pone en
vibración la materia de la cual están hechas todas las formas, e inicia esa
actividad que caracteriza los átomos de la sustancia.
La
literatura y las escrituras de todas las naciones antiguas y las grandes
religiones, dan testimonio de la eficacia del sonido en la producción en todo
lo que es tangible y visible. Los indúes dicen en forma muy hermosa que “el
Gran Cantor construyó los mundos, y el Universo es Su canción”. Esta es otra
forma de expresar la misma idea. Si esto es comprendido y se entiende
parcialmente la ciencia de este concepto, la significación de nuestras propias
palabras y la emisión del sonido al hablar, constituirá casi un acontecimiento
de suprema importancia.
El
sonido o lenguaje y el empleo de las palabras, han sido considerados por los
filósofos antiguos --y en forma acrecentada por los pensadores modernos—como
los agentes más elevados que el hombre ha utilizado para moldearse a sí mismo y
a su medio ambiente. El pensamiento, el lenguaje y la actividad resultante en
el plano físico, forman la triplicidad que hacen del hombre lo que es y lo
sitúan donde está.
El
propósito del lenguaje es revestir el pensamiento y ponerlo a disposición de
los demás. Cuando hablamos, evocamos un pensamiento y le damos vida, haciendo
audible lo que está oculto dentro de nosotros. El lenguaje revela, y el
correcto lenguaje puede crear una forma que encierre un propósito benéfico, así
como el lenguaje incorrecto puede crear una forma que tenga un objetivo
maligno. Sin darnos cuenta, hablamos incesante e irresponsablemente día tras
día; empleamos palabras; multiplicamos sonidos, y nos rodeamos de mundos de
formas creadas por nosotros mismos. Por lo tanto es esencial pensar antes de
hablar y recordar el precepto, “Antes de hablar, se debe adquirir
conocimiento”. Después de pensar, seleccionemos esas correctas palabras que
expresen el correcto pensamiento, tratando de pronunciarlas correctamente,
dando el valor exacto y la verdadera cualidad de tono a cada palabra emitida.
Entonces,
mediante la palabra hablada, crearemos una forma mental que corporificará la
idea que tenemos en la mente. Así nuestras palabras no llevarán la discordia,
sino que agregarán su parte a ese gran acorde armonizador o palabra
unificadora, cuya pronunciación es finalmente función del género humano. El
lenguaje incorrecto separa, y es interesante tener presente que la palabra, el
símbolo de la unidad, es divina, mientras que el lenguaje, en sus numerosas
diversificaciones, es humano.
A medida
que prosigue la evolución y la familia humana se eleva a su verdadera posición,
en el gran plan del universo, será cultivado cada vez más el lenguaje exacto y
correcto, porque pensaremos antes de hablar o, como ha dicho un gran
instructor, “por la meditación rectificaremos los errores del lenguaje
incorrecto”, siendo más evidente la significación de las palabras-formas, de
los verdaderos y correctos sonidos y de la cualidad vocal.
Uno
de los más grandes instrumentos para el desarrollo práctico, y que está al
alcance de todos, es la PALABRA. Quien cuida sus palabras y sólo habla con
fines altruistas, con el objeto de difundir la energía del amor por medio del
lenguaje, domina rápidamente los pasos iniciales y se prepara para la
iniciación. La palabra es la manifestación más esotérica que existe, el medio
de la creación y el vehículo para la fuerza. En la parquedad de las palabras,
entendiéndolo esotéricamente, está la conservación de la fuerza. En la utilización
de las palabras, bien elegidas y habladas, radica la distribución de la fuerza
del amor del sistema solar, esa fuerza que conserva, fortalece y estimula. Sólo
a quien conozca parcialmente estos dos aspectos de la palabra, se le podrá
confiar su permanencia ante el Iniciador, y extraerá de esa presencia ciertos
sonidos y secretos, que le son impartidos bajo la promesa de guardar silencio.
El
discípulo debe aprender a permanecer silencioso ante el mal, a callar ante los
sufrimientos del mundo, sin perder tiempo en quejas inútiles y en
demostraciones de dolor, sino tratar de aligerar la carga del mundo, y trabajar
sin perder energías en palabras. Sin embargo, debe hablar cuando es necesario
el estímulo; emplear la palabra con fines constructivos; expresar la fuerza del
amor del mundo, a medida que fluye a través de él, a fin de aliviar o aligerar
la carga, recordando que, a medida que la raza progresa, el elemento de amor y
su expresión entre los sexos, se trasladarán a un plano superior. Entonces, por
medio de la palabra hablada, no por la expresión en el plano físico, como
sucede hoy, se llegará a comprender el verdadero amor que une a quienes son uno
solo en el servicio y en la aspiración. Entonces el amor entre los individuos
de la familia humana utilizará la palabra para la creación en todos los planos,
y la energía que ahora se manifiesta en la mayoría, a través de los centros
inferiores o genitales, se trasladará al centro laríngeo. Este es todavía un
lejano ideal, pero algunos ya pueden vislumbrarlo y procuran, mediante el
servicio mancomunado, la cooperación amorosa, la unicidad en aspiración, el
pensamiento y el esfuerzo, dar forma y configuración y este ideal, aunque
inadecuadamente.
Que el
estudiante se pregunte a sí mismo, si la posición que mantuvo mentalmente y las
palabras que pronunció en algún momento especial, fueron impulsadas por el
deseo de imponer su voluntad sobre los oyentes. Esta imposición de su voluntad
podría ser correcta o incorrecta. Si fue correcta, significa que habló bajo el
impulso de su voluntad espiritual, que sus palabras estarían de acuerdo con el
propósito e intención de su alma y regidas por el amor y, por lo tanto, deberían
ser constructivas, provechosas y paliativas. Entonces su actitud sería de
desapego y sin ningún deseo de aprisionar la mente de su hermano. Pero si sus
palabras fueron inducidas por propia voluntad y por el deseo de imponer sus ideas
sobre otras personas y destacarse ante su presencia y obligarlas a estar de
acuerdo con sus conclusiones, su método será entonces destructivo, dominador,
agresivo, violento, descortés, torpe e irritable, según sus tendencias e
inclinaciones personales.
Hablando
simbólicamente, y sin extenderme sobre las significaciones, podría decirse que
un ashrama tiene tres círculos (no me refiero aquí a los grados o rangos):
I. El circulo de los que no guardan
silencio y se hallan cerca de la puerta externa. Sus voces no deben penetrar
demasiado para no perturbar el ashrama.
II. El círculo de aquellos que conocen la
ley del silencio, considerándola muy rígida. Están en la puerta central y no
pronuncian palabra. Desconocen aún el silencio del ashrama.
III. El círculo de quienes viven en el
silencioso lugar secreto. No emplean palabras, pero emiten sonidos, y cuando
hablan - pues lo hacen - los hombres escuchan.
Esta
triple presentación del poder equilibrador del habla y del silencio, son los
efectos comprendidos en la obediencia oculta - que en sí es la respuesta
voluntaria al poder de la vida ashrámica, a la mente y al amor del Maestro del
ashrama...
...así
sabrá cuándo hablar y cuándo guardar silencio, recordando que al eliminar la
posesividad y toda referencia de sí mismo reducirá la conversación a sus
esenciales puntos espirituales.
Que cada
uno obtenga el control de la palabra, que ha sido a menudo su meta, pero raras
veces lo lograron, y recuerden que el factor más poderoso para controlar la
palabra es un corazón amoroso. La charla desordenada y desbocada, una
conversación plena de odio, una insinuación cruel, una sospecha, la atribución
de móviles erróneos y malintencionados a personas y pueblos y la diversidad de
actitudes que separaron a las numerosas naciones del mundo, abundan en la
actualidad y llevaron a la actual situación angustiosa. Es muy fácil adoptar
las mismas costumbres de hablar y pensar que prevalecen a nuestro alrededor y
participar de las habladurías y demostraciones de odio. Cuídense esforzadamente
de esto y no digan nada que pueda encender el odio y la suspicacia respecto a
cualquier raza, persona, grupo o líder de grupos y naciones. Deberán precaverse
cuidadosamente para, aun en defensa de lo que personal o nacionalmente puedan
aprobar, no dejarse llevar por el odio y quebrantar la ley del amor - única ley
que puede salvar verdaderamente al mundo. Quizás la clave para el éxito en esta
línea sea el silencio de un corazón amoroso.
jueves, 26 de septiembre de 2013
LA TÉCNICA DE LA FUSIÓN
LA TÉCNICA DE LA FUSIÓN
Textos deol Maestro D.K. “El Tibetano”
Nos ocuparemos
del control que, constante e incesantemente, ejerce el alma sobre la
personalidad. Por lo tanto trataremos de esa etapa de la iniciación que pone
fin al sendero de desarrollo de la humanidad, iniciando un ciclo de existencia
del cual nada sabemos ni podemos saber, excepto que el Maestro liberado
comienza a actuar en forma dual: como miembro de la Jerarquía, que colabora con
el Plan y se ocupa de la salvación de la humanidad y luego como discípulo de
Sanat Kumara. La tarea de Sanat Kumara, respecto a los Maestros, consiste en
prepararlos para hollar el Camino de la Evolución superior. Cuando llega a ser
posible, entonces la "atención" (empleo esta palabra inadecuada a
falta de otra mejor) se traslada espiritualmente del alma y del Ángel de la
Presencia, a la misteriosa Presencia misma; hasta ahora esto sólo ha sido
presentido y confusamente visualizado. El Maestro ‑liberado de los tres y de
los cinco mundos de la evolución humana y de la así denominada evolución superhumana‑
posee los dones de la omnipresencia y de la omniciencia. Es consciente de la
unidad subyacente, realizada por la naturaleza real de la Vida Una y del Ser
que compenetra toda la manifestación; ha dominado también todas las técnicas,
modos y métodos de actividad posibles, de control y de fusión. Pero, habiendo
desarrollado esas capacidades, comienza a darse cuenta débilmente de lo que
condiciona al Ser Uno, sintiendo energías y contactos que son extraplanetarios
y de los cuales ha sido totalmente inconsciente. El conocimiento le llega
después de la quinta iniciación.
Tiene ante sí
la obtención de una serie de percepciones más elevadas y, a fin de recoger la
recompensa de esos posibles contactos, ha de dominar técnicas y métodos de
desarrollo que lo harán omnipotente y, por lo tanto, expresará el más elevado
de los tres aspectos divinos. Este desarrollo pondrá a su alcance poderes y
experiencias que sólo pueden ser manipulados y comprendidos por la actividad
científica de la VOLUNTAD, y ello debe ser desarrollado desde un punto de
tensión, enfocado en la "Mónada", en lo que pueda significar esta palabra. ¿Saben lo
que esto significa? Estoy seguro que no. Únicamente los Maestros de Sabiduría
tienen alguna comprensión de los desarrollos finales y sólo en el sentido de
una aspiración plenamente volitiva ‑un aspecto de la aspiración, caracterizado
por la voluntad consciente, así como la aspiración del discípulo está
caracterizada por el deseo sublimado. Sin embargo esto se halla más allá de la
comprensión del discípulo común; su único valor consiste en describir la
infinita oportunidad que se presenta en cada etapa y punto de crisis en el
interminable Camino.
Ahora nos
ocuparemos del gran punto de crisis, con el cual se enfrenta el discípulo,
cuando trata de resolver el último par de opuestos, previamente a ciertas
iniciaciones mayores; significa enfrentar la personalidad con el Ángel de la
PRESENCIA. No es necesario que defina los dos aspectos de la naturaleza del
discípulo, porque esencialmente es eso. Ya se ha dicho, y también lo saben,
que el Morador en el Umbral es la personalidad totalmente desarrollada ‑la suma
total de todo el pasado y la conjunta presentación de todos los problemas no
resueltos en el plano físico, todos los deseos reprimidos, todas las características
y cualidades latentes, todos los aspectos del pensamiento y de la propia voluntad,
todos los poderes inferiores y antiguos hábitos (tanto malos como buenos), de
cualquiera de los tres cuerpos. Éstos son traídos en su totalidad a la
superficie de la conciencia para que sean tratados allí de tal modo, que
rompan el control que ejercen. Entonces el discípulo se libera para recibir las
iniciaciones finales. Este proceso no es consumado en un determinado
enfrentamiento de las dos fuerzas antagónicas, sino como un triple proceso que
abarca cada uno de los períodos que preceden a las tres primeras iniciaciones
o (desde el ángulo de la Jerarquía) antes de las dos iniciaciones en el umbral
y de la primera iniciación mayor, la Transfiguración.
Durante muchas vidas el discípulo ha morado en el
umbral, siendo él mismo el Morador. Detrás del portal que se abre lentamente
percibe la vida, la corporificación espiritual y la realidad del Ángel. Entre
él y esa puerta hay una tierra ardiente, enfrenta a ésta, y sabe que ha de
cruzarla si quiere pasar por la puerta. Allí sabrá si su voluntad será
suficientemente fuerte para someter su yo personal a los fuegos de la
purificación final. El yo personal está ya muy desarrollado; es un instrumento
útil que el alma puede emplear, un agente bien entrenado para prestar servicio,
siendo esencialmente un equipo adecuado y útil. Sin embargo, tiene sus
debilidades, que en cualquier momento pueden convertirse en puntos de crisis;
también tiene sus puntos débiles que pueden ser trasmutados con relativa
facilidad en puntos de tensión, y es totalmente un instrumento con el cual se
puede contar y prestar un buen servicio. ¿Puede y debe ser él sacrificado para
que, hablando esotéricamente, su vida se pierda y se lo reemplace por la consagración
y la devoción? A todos los discípulos les resulta difícil resolver, comprender
y llevar a la práctica este problema. Únicamente atravesando la tierra
ardiente tres veces consecutivas, se destruyen todos los obstáculos que impiden
el empleo libre de la voluntad. La relación existente entre el Angel y el
Morador debe ser llevada a una plena expresión por medio de la voluntad. Me
refiero a la voluntad espiritual y a sus tres aspectos, que deben ser puestos
en actividad antes de que la voluntad divina comience a ejercer control. El
discípulo une los dos aspectos de su naturaleza con plena conciencia y con
clara intención por medio de un acto volitivo planeado; dicho acto produce un
punto de tensión en el "centro de la tierra ardiente, en el cual ambos
pueden unirse", tal como lo establecen los antiguos
miércoles, 25 de septiembre de 2013
LA TÉCNICA DE LA DIVINA INDIFERENCIA (Textos del Maestro D.K. “El Tibetano”)
LA TÉCNICA DE LA DIVINA INDIFERENCIA
Textos del Maestro D.K. “El
Tibetano”
Entre los
estudiantes existe la tendencia, cuando piensan en los centros, a
identificarlos con el cuerpo físico y no con el cuerpo etérico. Esto se refiere
más bien a la ubicación, en la mayoría de los casos, lo cual es un error. Los
aspirantes debieran evitar toda concentración sobre el cuerpo físico y
aprender gradualmente,a ubicar su foco de atención en el cuerpo etérico. El
cuerpo físico es activo y poderoso, y debería ser considerado cada vez más como
un autómata, influido y dirigido por:
1.
El cuerpo vital y las fuerzas de maya, o por la
inspiración que emana desde puntos de
tensión espiritual.
2.
El vehículo astral y las fuerzas del espejismo, o por
el amo consciente y sensible que emana desde el alma.
3.
La mente y las fuerzas de la ilusión en los tres
mundos, o por la iluminación que viene
de fuentes superiores a la vida.
4.
El alma, como vehículo de la impresión monádica, hasta
el momento en que ha sido construido el antakarana, ese puente construido con
materia mental, que oportunamente unirá a la Mónada y a la personalidad.
Uno de los problemas que han de resolver los discípulos es conocer la
fuente del incentivo o impulso, de la impresión o inspiración que —vía el
cuerpo etérico— impulsan al cuerpo físico a la actividad en el plano físico,
demostrando así la cualidad, el propósito y el punto de tensión del hombre
encarnado, y manifestando la naturaleza del hombre tal como es, en un punto dado
de la escala evolutiva. De acuerdo a las tensiones y a los impulsos indicados,
así será la actividad de los centros. Por lo tanto, podrán ver que gran parte
de mi enseñanza invierte los usuales procedimientos ocultistas. No enseño la
manera de despertar los centros, porque el correcto impulso, la firme reacción
a los impulsos superiores y el
reconocimiento práctico de las fuentes de inspiración, impulsarán a los
centros, automáticamente y sin peligro, a la actividad necesaria y apropiada.
Éste es un sensato método de desarrollo y, aunque lento, no conduce a un
desarrollo prematuro y produce un desenvolvimiento íntegro; permite al
aspirante convertirse verdaderamente en el Observador, y saber con seguridad
lo que está haciendo; conduce a cada centro a un punto de respuesta espiritual
y luego establece el ritmo ordenado y cíclico de una naturaleza inferior
controlada. Es verdad y posible que los ejercicios de respiración puedan tener
lugar oportunamente en el entrenamiento del discípulo, pero serán autoiniciados
como resultado de una vida rítmica y del constante y correcto empleo de la
Palabra Sagrada OM. Cuando un discípulo en meditación emite el OM siete veces
por ejemplo, equivale a un ejercicio de respiración; cuando puede enviar la
energía generada, a uno u otro de los centros, en alas del pensamiento
consciente y planeado, está produciendo cambios y reajustes dentro del
mecanismo que manipula fuerza, y cuando esto puede realizarse con facilidad y
con la mente mantenida en un punto de "tensión totalmente mental” el discípulo
se halla bien encaminado para desplazar todo su foco de atención del mundo de
la ilusión, del espejismo y de maya hacia el reino del alma, en el mundo de la
"luz clara y fría" y en el reino de Dios.
Cuando también agrega a esto la comprensión y la práctica de la Técnica de
la Indiferencia, está libre y liberado, y en todo momento es esencialmente el
Observador y el Empleador del mecanismo de manifestación.
¿Qué significa esta técnica? ¿Qué es indiferencia? Me pregunto si comprenden
el significado de la palabra “indiferencia". En realidad significa
adoptar una actitud neutral hacia aquello que se considera el no yo; involucra
el rechazo de lo similar; indica el reconocimiento de una diferenciación
básica; significa la negativa a identificarse con lo que no sea una realidad
espiritual, hasta donde se percibe y conoce, en un punto dado en tiempo y
espacio. Por lo tanto, es algo mucho más fuerte y vital que lo que comúnmente
significa esta palabra. Constituye un rechazo activo, sin concentrarse en
aquello que es rechazado. Ésta es una afirmación importante y merece una
cuidadosa consideración. Concierne al punto de tensión desde el cual trabaja el
discípulo o aspirante observador. El punto de tensión se convierte en la fuente
de donde emana cierto tipo de energía que afluye al cuerpo etérico y lo
atraviesa, sin ser afectado por maya o por la concentración de diversas
fuerzas, de las cuales el cuerpo etérico está compuesto. Indiferencia,
técnicamente comprendida, significa un descenso directo de un punto a otro, sin
desviación ni distorsión. La entidad manifestante, el discípulo, permanece
sólida y firme en este punto de tensión y lo primero que hace es asegurarse
dónde se halla, en qué plano se encuentra y cuál es la fuerza de tensión de la
que ha de depender. Lo siguiente consiste en descubrir si lo que trata de
impartir al cuerpo físico, para producir efectos en el mundo externo del
experimento y la experiencia, está distorsionado por cualquier tipo de ilusión,
detenida su expresión por el espejismo o propenso a ser desviado por las
fuerzas incontroladas y el maya, que ellas producen. Esto no lo comprueba
identificándose, en cada etapa descendente, con los obstáculos y posibles
obstrucciones, sino intensificando su punto de tensión, recordando
constantemente la verdad, por un proceso de proyección, de que él es el Yo y no
el no‑yo; esta proyección consiste en el envío de energía, cualificada y
reconocida; desde el punto de tensión directamente y sin desviarse, hacia el
cuerpo vital, desde donde puede hallar su camino a los siete centros de
control.
Aquí aplica la técnica de la indiferencia,
y si no lo hace, lo que trata de expresar puede ser detenido y demorado por la
fuerza etérica o por los velos de maya. Trabaja, por consiguiente, desde un
punto de intensa concentración; rehusa "apegarse" a cualquier forma o
plano, cuando proyecta la energía en y a través de los tres mundos. Cuando
descubre que el progreso ha sido detenido y demorado por la ilusión activa o
el espejismo, se "desapega" conscientemente de tales contactos y se
prepara para la etapa final de indiferencia y de rechazo de todas las fuerzas,
excepto aquéllas que él ‑conscientemente y con determinado propósito‑ trata de
emplear en el plano físico.
En último
análisis, el punto de tensión para el discípulo medio se halla en niveles
mentales, implicando la mente iluminada y un creciente contacto con el alma,
siendo entonces capaz de:
a.
"Ver" con claridad por medio de la luz del
alma, demostrando un desarrollado sentido de los valores, pudiendo así disipar
la ilusión.
b.
Proyectar luz conscientemente sobre el plano astral,
disipando así el espejismo.
c.
Derramar la energía de la luz a través del cuerpo
etérico y arraigar la luz o energía en los centros adecuados, porque habrá
total indiferencia y no se identificará con maya.
En lo que respecta al iniciado, el proceso se lleva a
cabo primero desde un punto de tensión dentro del alma, y luego desde un punto
de tensión en la Tríada espiritual. Sin embargo, en todos los casos, una vez
dentro del "círculo infranqueable" de los tres mundos, la energía
rectora produce los resultados descritos:
1. La dispersión
de la ilusión.
2. La disipasión
del espejismo.
3. La conquista
de maya.
Cuando el aspirante lee estas simples aclaraciones de
un proceso difícil, parece algo sencillo y fácil de lograr, pero ello en sí es
una ilusión. No se supera tan fácilmente una milenaria identificación con el
aspecto forma de la vida; la tarea que tiene ante sí el discípulo es extensa y
ardua, pero promete un éxito eventual, siempre que piense con claridad, tenga
un serio propósito y realice un trabajo científico planeado.
martes, 24 de septiembre de 2013
lunes, 23 de septiembre de 2013
1 PARTE DE 3- ESTANCIA IV - Las Primeras Humanidades. Su relación con los Seres Divinos por MARTIN LEIDERMAN-ESCUELA DE VERANO DE TEOSOFÍA-S.T.E.-PLATJA D'ARO-GIRONA-COSTA BRAVA -------------------------- . -EXPOSICIÓN POR PARTE DE MARTIN LEIDERMAN, PONENTE DE LA ESCUELA DE VERANO DE TEOSOFÍA-2013 DEL TEMA- ESTANCIA IV - Las Primeras Humanidades. Su relación con los Seres Divinos, SEGÚN LAS ENSEÑANZAS DE HELENA BLAVATSKY; EL PONENTE REALIZÓ UNA VISIÓN GENERAL HIZO UNA PRESENTACIÓN DETALLADA DE CADA UNA DE LAS 12 STANZAS DE DYZAN DE ANTROPOGÉNESIS-LA DOCTRINA SECRETA DE HELENA PETROVNA BLAVATSKY.-TEMA CENTRAL DE LA ESCUELA DE VERANO DE TEOSOFÍA-2013: ANTROPOGÉNESIS.
domingo, 22 de septiembre de 2013
OBEDIENCIA ESOTÉRICA
OBEDIENCIA ESOTÉRICA
Textos del Maestro D.K. “El
Tibetano”
¿Cuál es esa obediencia esotérica de que tanto oímos hablar? No es lo que
muchos grupos esotéricos creen. Tampoco es el control ejercido por una
organización externa, dedicada al seudo trabajo esotérico. No son las
condiciones impuestas por un instructor de determinada categoría, ni consiste
en cambiar el conjunto de ideas que nos aprisionan, por otro de mayor importancia
o alcance. Una prisión, ya sea una pequeña celda o una isla solitaria de vasta
extensión, de la cual es imposible escapar, constituyen siempre una prisión.
La autoridad a la cual respondemos los Instructores del aspecto interno,
es de naturaleza dual, y ustedes (como unidades de un grupo) recién empiezan a
responder. ¿A qué responden?
1.
Al lento surgimiento de la
comprensión de la "luz que está más allá", empleando esta frase como
símbolo. Esta luz de distinto atractivo para cada individuo. Sin embargo
es UNA LUZ. Pero su reconocimiento revela nuevas leyes y responsabilidades,
nuevos deberes y obligaciones y nuevas relaciones con otros, los cuales
constituyen la autoridad a la que nadie puede escapar aunque pueden
desobedecerla, en tiempo y espacio, durante un período temporario.
2.
A la autoridad de las Reglas
del Camino impuesta cuando se pasa del Sendero de Probación al Sendero del
Discipulado. Sin embargo es UN CAMINO. En este "estrecho sendero del filo
de la navaja", se aprende a caminar con disciplina, discreción y carencia de deseos, experimentados al unísono
con los condiscípulos.
Breve y sucintamente, ¿cuáles son las Reglas del Camino? Permítanme
proporcionarles las seis reglas más simples, pidiéndoles recordar que no son
impuestas autoritariamente por una arbitraria Junta de Directores, corno lo
sería un instructor o los instructores de grupos (de los cuales, lógicamente,
yo podría ser uno), sino que es el resultado de las condiciones que imperan en
el Sendero; llevan en sí la garantía de la propia alma del hombre y son el
resultado de la experiencia de millones de viajeros que recorren ese sendero.
Les daré las seis reglas (tal como las he dado a otros aspirantes)* en su forma
antigua y simbólica y las traduciré, lo mejor que pueda, de los antiguos
registros que existen en el Aula de la Sabiduría y están a disposición de los
discípulos dedicados, como ustedes.
(Reglas del Camino)
1.El Camino se recorre a la plena luz del día, la cual es proyectada sobre
el Sendero por Aquellos que saben y guían. Nada puede ocultarse, y en cada
vuelta de ese camino el hombre debe enfrentarse a sí mismo.
2.En el Camino lo oculto es revelado. Cada uno ve y conoce la villanía del
otro. No encuentro otra palabra para traducir la antigua palabra que designa la
estupidez y la vileza no reveladas, la burda ignorancia y el propio interés,
características sobresalientes del aspirante común. Sin embargo a pesar de esa
gran revelación, no es posible volver atrás, despreciar a los demás ni vacilar en el Camino. El Camino
va hacia el día.
3.Ese Camino no se recorre solo. No hay prisa ni apremio. No hay tiempo que
perder. Cada peregrino, sabiéndolo, apresura sus pasos y se encuentra rodeado
por sus semejantes. Algunos logran pasar adelante, él los sigue. Otros caminan
detrás, él marca el paso. No camina solo.
4.Tres cosas debe evitar el peregrino. Llevar un capuchón o velo, que
oculte su rostro a los demás, un cántaro que sólo contenga suficiente agua para
sus propias necesidades y un báculo sin horqueta.
5.Cada Peregrino en el Camino, debe llevar consigo lo necesario; un
brasero para dar calor a sus semejantes; una lámpara para iluminar su corazón
y mostrar a sus semejantes la naturaleza de su vida oculta; una talega con oro
que no ha de esparcir por el Camino sino compartirlo con los demás; una vasija cerrada donde guarda todas sus
aspiraciones para arrojarlas a los pies de Aquel que espera en el portal para
darle la bienvenida.
6.A medida que el Peregrino
recorre el Camino debe tener el oído atento, la mano dadivosa, la lengua
silenciosa. el corazón casto, la voz áurea, el pie ligero y el ojo, que ve en
la luz, abierto. Él sabe que no camina solo.
La Ilusión del Poder es quizás una de las primeras y más serias pruebas que se le presenta al
aspirante y también uno de los mejores ejemplos de este "gran
error"; por lo tanto, les pido que lo consideren como algo contra lo cual
deben precaverse cuidadosamente.
La palabra ilusión es utilizada frecuentemente con ligereza para significar
falta de conocimiento, opiniones variables, espejismos, incomprensión,
confusión síquica, predominio de los poderes síquicos inferiores y muchas otras
formas de ilusión mundana. Pero ha llegado el momento en que debe ser empleada
con un desarrollado sentido de discriminación por el discípulo; él debe conocer
y comprender con claridad la naturaleza de ese miasma fenoménico en el cual
actúa la humanidad. A los efectos de la claridad y con el fin de distinguir más
definida y efectivamente los tipos de ilusión en que se mueve el alma, y de
los cuales tiene que liberarse, será necesario que dividamos la Gran Ilusión
(con sus diversos aspectos) en sus partes componentes, en tiempo y espacio;
esto intenté hacerlo parcialmente cuando definí las palabras Maya, Espejismo, Ilusión y el Morador en el
Umbral. Les pido que mantengan con claridad en sus mentes estas diferencias, y
que estudien con cuidado la clasificación dada con anterioridad.
La mente del hombre (que está lentamente llegando a ser el centro de su
conciencia y la mayor realidad de su existencia) se hace consciente de este
nuevo e inexplorado mundo de ideas, se apodera de alguna idea o conjunto de
ideas y trata de apropiarse de ellas. Al principio, en la mayoría de las
personas y especialmente en el tipo místico común, la comprensión de las ideas
es vaga y nebulosa y, frecuentemente, llega a ellas mediante la comprensión de
otro. La iluminación, producida por el débil contacto con el alma, es
considerada por el inexperto neófito como una maravilla suprema y de vital importancia.
Las ideas con que ha hecho contacto le parecen portentosas, excepcionalmente
insólitas y vitalmente necesarias para la humanidad.
La idea que ha surgido en su
conciencia, por el parcial despertar de su intuición, será distorsionada de distintas
maneras al descender a la conciencia cerebral. Su contribución, para
materializar la idea y trasformarla en un programa práctico y activo, es todavía
completamente inadecuada. El equipo aún es deficiente e inexacto. La manera en
que se produce esta distorsión y el descenso de la idea puede describirse como:
El paso de una idea del plano de la intuición al cerebro.
Aporto esta entrevista porque nos puede ayudar a pensar (sin entrar en la crítica) que no podemos ni debemos, hacernos dependientes de ninguna personalidad, por elevada que nos parezca. Lo más importante es LA VERDAD , y la verdad por sí misma tiene lógica y tiene sabiduría; y desde luego no tiene por qué satisfacer a la personalidad (físico, emocional y mental); tenemos que trascender todo eso, pero no por un simple deseo que sería imposible, sino por nuestro amor e intención de llegar a LA VERDAD, traducido diariamente en: “Estudio, Meditación y Servicio”.
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