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sábado, 10 de agosto de 2013

UTILIDAD DE LA TEOSOFÍA




UTILIDAD DE LA TEOSOFÍA

            La utilidad de la Teosofía radica en el verdadero concepto del plan de Dios, en la comprensión del objeto de la vida; en una segura confianza en la Justicia Divina; en el consuelo mental y emocional: en la absoluta liberación del desamparo y de la desesperanza: en la completa ausencia del temor y la pena, así como en la oportunidad de inteligente y voluntariosa cooperación con el Plan Divino, y la posibilidad de un rápido logro de la finalidad de la vida humana. Pero la mejor prueba de su utilidad es que ha sido aceptada por personas sensitivas e inteligentes que muestran el consiguiente mejoramiento de conducta en su vida diaria, y en que gradualmente va impregnando la literatura universal. Desde que se fundó la Sociedad Teosófica, comenzó su expansión mediante sus numerosas Ramas en diferentes partes del mundo y aun lo sigue haciendo. Ningún otro sistema de pensamiento ha hecho un progreso tan rápido en todo el mundo, entre gentes de  diferentes religiones durante el periodo de tiempo entre su fundación y algo menos de cincuenta años después. En la actualidad (2003) la Sociedad está establecida en los cinco continentes en cuarenta y nueve países.

            La Teosofía es útil, porque debidamente entendida y practicada le muestra al ser humano el camino a seguir, y explica de forma lógica y racional por qué vivimos, hacia donde vamos y las razones de todo cuanto existe en el mundo. Es útil, porque ha sido el faro que ha ayudado a todas las generaciones que nos han precedido a llegar a buen puerto, y ello, desde que la humanidad existe. Es útil, en suma, porque ofrece explicaciones fáciles de comprender relativas a todos los problemas de los seres humanos y porque ofrece consuelo y calma nuestros pesares.

            La Teosofía en sus enseñanzas y ética, aunque no en su nombre, es tan antigua como el ser humano pero se sabe que la palabra Teosofía data del siglo tercero de nuestra era  cuando el sistema Teosófico Ecléctico, que más tarde floreció en el Neo-Platonismo, fue establecido por Ammonio Saccas y sus discípulos en Alejandría aunque Diogenes Laercio,  atribuye ese nombre a un sacerdote egipcio de los primeros tiempos de la dinastía Ptoloméica.

LA SOCIEDAD TEOSÓFICA

La Sociedad Teosófica, como tal, fue fundada por la Sra. Helena P. Blavatsky y el Coronel Henry S. Olcott en Nueva York el 17 de Noviembre de 1875 junto con otras personas, pero los creadores internos de la Sociedad fueron algunos de los Grandes Seres que componen la Gran Logia Blanca o Jerarquía Blanca,  para ofrecer al mundo las enseñanzas de la Teosofía bajo su propio nombre de Teosofía, en lugar de hacerlo de forma más o menos parcial, como había sucedido en el pasado, por medio de diversas religiones, filosofías o escuelas de pensamiento. Desde su fundación, la Sociedad Teosófica se ha extendido por todo el mundo, presentando a la humanidad la posibilidad de conocer la razón de nuestra existencia en la Tierra, de dónde venimos y adonde vamos, dando a la humanidad la ocasión de saber que todos tenemos dentro de nosotros todo aquello que necesitamos para nuestro progreso espiritual, y poder emprender el estudio de las leyes de la naturaleza que rigen nuestro universo, siempre que deseemos realizarlo de forma libre y voluntaria y sin dogmatismos.

viernes, 9 de agosto de 2013

PRINCIPIOS GENERALES DE TEOSOFÍA



PRINCIPIOS GENERALES DE TEOSOFÍA

C.W. LEADBEATER

Ardiente deseo tengo de exponer de la Teosofía una idea tan clara y fácilmente comprensible como me sea dable.

Por lo tanto, no enunciaré más que los principios generales en cada punto particular. Si el lector apetece informaciones complementarias, puede consultar obras más importantes y las monografías que tratan de cada materia especial. Al fin de cada capítulo citaré las obras de consulta más a propósito para quienes deseen profundizar tan atractivo sistema. Empezaré, pues, por el simple enunciado de lo más notable de los principios generales que el estudio de la Teosofía permite establecer. Algunos lectores encontrarán afirmaciones que acaso les parezca increíbles o absolutamente opuestas a sus ideas preconcebidas. Recuerden, sin embargo, que nada expongo como simple teoría ni como especulación metafísica u opinión religiosa de mí peculiares, sino como un conjunto de hechos científicos analizados y comprobados :muchas veces por mí mismo y por otros.

Declaro, además, que este conjunto de hechos puede comprobarlos quienquiera que emplee el tiempo y el trabajo necesarios para ello. No ofrezco al lector un Credo que haya que tragar como una píldora. Trato de exponerle un sistema para que lo estudie, y, sobre todo, una vida para vivirla. No le exijo fe ciega. Únicamente le ruego que considere la Teosofía como una de tantas hipótesis, aunque para mí sea la más viva realidad.

Si al lector le satisface esta llamada hipótesis más que las otras; si le parece que resuelve mayor el número de problemas de la vida; que responde a mayor número de preguntas, entonces profundizará más todavía su estudio y encontrará, según creo y espero, la satisfacción siempre creciente y el íntimo gozo que yo mismo encontré. Si, por el contrario, juzga preferible cualquier otro sistema, ningún mal le resultará de ello, pues habrá aprendido algo de las creencias de un grupo de hombres con los cuales no se ha puesto de acuerdo por de pronto; pero en cuanto a mí toca, tengo suficiente fe en estas creencias para asegurar que tarde o temprano llegará la hora en que el lector las admita cuando sepa lo que nosotros sabemos.

LAS TRES GRANDES VERDADES

Una de nuestras primeras obras teosóficas establece tres verdades absolutas que jamás pueden desaparecer completamente, aunque en ciertas épocas padezcan pasajeros eclipses, porque no haya quien las proclame. Estas verdades fundamentales son tan vastas y sublimes como la vida misma, y, sin embargo, tan sencillas como la mente del hombre más ingenuo. No puedo menos de diputarlas por los más importantes principios generales entre los que he de exponer.

Luego después formularé algunos corolarios de estas verdades fundamentales, y en tercer lugar enumeraré algunas de las ventajas que necesariamente resultan de estos conocimientos primordiales. En fin, después de haber bosquejado esquemáticamente las líneas generales del asunto, las examinaremos una por una y procuraré dar cuantas explicaciones complementarias quepan en esta obrita para aprovechamiento de los principiantes.

1ª Hay Dios. Es bueno. Es el gran vivificador que mora en nosotros y fuera de nosotros. Es inmortal y eternamente bienhechor. No se le puede oír ni ver ni tocar, y, sin embargo, lo percibe quien percibirlo desea.

2ª El hombre es inmortal. La gloria y el esplendor de su porvenir no tienen límites.

3ª El mundo está regido por una divina ley de absoluta justicia, de modo que cada hombre es en realidad su propio juez, el árbitro de su propia vida, que a sí mismo se procura gloria o ignominia, premio o castigo.

COROLARIOS

De cada una de las precedentes verdades primordiales se deducen varias subalternas que las explican y corroboran.

De la primera se deducen las siguientes:

1ª A pesar de las apariencias, todo está combinado con inteligencia y precisión para producir el bien. Todos los sucesos, por deplorables que parezcan, acaecen en realidad tal y conforme deben acaecer. Todo cuanto nos rodea propende a auxiliarnos y no a embarazarnos; pero es necesario comprenderlo.

2ª Puesto que el plan del universo converge a favorecer el progreso humano, deber notorio del hombre es aprender a comprenderlo.

3ª El hombre que ha llegado a comprender este plan tiene también el deber de cooperar inteligentemente a su realización.

De la segunda verdad fundamental se derivan las siguientes:

1ª El hombre real es un alma con cuerpo accesorio.

2ª El hombre debe tomar el alma por punto de vista para mirar todas las cosas, y cada vez que en su interior surja un conflicto, identifíquese con la parte más elevada de su ser y no con la inferior.

3ª Lo que comúnmente llamamos vida. humana no es sino un día de la verdadera y eterna vida.

4ª La muerte tiene mucha menos importancia de la que generalmente se le da. No es en modo alguno el fin de la vida, sino el paso de un estado a otro de la misma.

5ª El hombre tiene tras sí en su pasado una inmensa evolución cuyo estudio es en extremo interesante e instructivo.

6ª Igua1merife tiene ante sí, en su porvenir, una admirable evolución cuyo estudio es todavía más interesante e instructivo.

7ª Es absolutamente cierto que el alma humana acabará por alcanzar la meta que le está señalada, por mucho que parezca haberse desviado de la línea de evolución.

De la tercera verdad fundamental se deducen las siguientes:

1ª Cada pensamiento, cada palabra y cada obra produce un resultado definido que no es un premio o castigo exterior, sino consecuencia indeclinable del pensamiento, de la palabra o de la obra con los que se relaciona, como el efecto con la causa, a manera de dos partes inseparables de un todo.

2ª Por deber y por interés propio ha de estudiar el hombre a fondo la ley divina, a fin de resignarse a ella y aprovecharla como aprovecha las demás leyes de la naturaleza.

3ª Es necesario que el hombre tenga absoluto dominio de sí mismo, a fin de regular juiciosamente su vida de conformidad con la ley divina.

jueves, 8 de agosto de 2013

VIVENCIA DE LA ESPIRITUALIDAD





VIVENCIA DE LA ESPIRITUALIDAD

Este tema que vamos a desarrollar es fruto de la observación de la vida, la propia y la de lo que nos rodea. Van mezclados conceptos esotéricos, espirituales, expresiones y dichos muy usuales,  y vivencias propiamente dichas. Se hace notar que cuando el hombre pierde el poder de observación también pierde la capacidad de sintetizar, y esto nos lleva al principio de “como es arriba es abajo”, para lo cual hay que observar, analizar, discernir, discriminar y correlacionar.

En principio todos somos  buenos,  y  nos lo creemos con facilidad, y si es posible que los demás lo sepan, mejor. Menos mal que Alguien dijo una gran frase: “Por sus obras los conoceréis” y si por las obras tenemos que conocernos, entiendo que tendremos que tratar de saber cuales son esas obras de unos y otros, y no para criticarlas, pero sí para reconocernos en la realidad más auténtica, para conocer en toda su extensión a nuestro hermano peregrino en el camino,  siempre con  absoluto respeto, pero sin equívocos.  Si quiero construir un palacio buscaré un  buen  arquitecto y conoceré sus obras, y si lo que tengo es que defender un litigio me buscaré un buen abogado que no es simplemente un título, sino que debe estar respaldado por un buen curriculum  profesional, y en todo,  tengo que cuidarme de saber el terreno que piso, porque debo evitar  pisar el fango creyéndome que estoy en la arena de la playa. Aquí estamos hablando de algo  muchísimo más importante que las distintas profesiones con las que nos manejamos como seres humanos; hablamos de espiritualidad, y el respeto y aceptación hacia todos, no implica que dejemos de investigar la calidad del  terreno que nos sustenta.

Vamos a hacer un pequeño repaso de esas vivencias de las que somos testigos y otras veces los propios protagonistas. Vamos a exponer algo de la vida  práctica que pudiera parecer que  no es precisamente  esotérico y seguramente que en verdad no lo es, pero no porque no pueda ni tenga que serlo,  sino porque como “la energía sigue al pensamiento” y nuestros pensamientos los dirigimos casi exclusivamente a lo que ven nuestros ojos físicos, así es imposible vivir el esoterismo. Vamos a intentar no entrar en personalismos, pero sí a reflejar expresiones y vivencias que se nos dan a diario. El análisis, discernimiento y discriminación de las vivencias propias y ajenas, debemos hacerlo en nuestra soledad y silencio, y en público, intentaremos que la exposición sea lo más impersonal y constructiva posible. Como principio, todo nos lo podemos aplicar en la medida que nos corresponda y ojalá que seamos capaces de ver aquello que nos interesa corregir.

Vivimos en un mundo de espejismos y tenemos que trabajar para salir de ellos, para ser lo que realmente somos, para llegar a esa esencia. Tenemos que reafirmarnos cada día porque de lo contrario seremos un personaje más de dichos espejismos, “¡El gran teatro del mundo!”. Es sorprendente oír decir, dentro del mundo esotérico,  expresiones justificativas para dejar de prestar algún servicio: que los primeros obligados son la familia, porque esotéricamente cada uno tiene que aceptar y resolver lo que le toca, porque es su karma,” etc., etc. Y nos  llamamos espirituales, o esotéricos, o creyentes, da igual el nombre. Y nos olvidamos de las palabras de Cristo cuando le dijo al joven rico, ante su pregunta de “Maestro ¿qué tengo que hacer para ser perfecto?: ¡cumple los Mandamientos!.  Maestro ya lo hago. Pues vende lo que tienes y repártelo a los pobres”.  El joven se marchó con gesto triste. Nosotros no ponemos el gesto triste, nos justificamos alegremente y utilizamos el mismo lenguaje  y razonamientos que emplea cualquier persona que no esté metida en el mundo espiritual. ¿Nos damos cuenta de que todo cuanto la vida nos va mostrando nos está pidiendo una respuesta?. 

Cristo utilizaba mucho la simbología y podemos recordar frases como: “No se puede servir a dos señores”. “No juzgad, Perdonad, No te he dado los talentos para que los entierres, Mi Reino no es de este mundo”, … .  Sin embargo parece que frases tan sencillas y tan claras no las entendemos y en nuestra vida brillan por su ausencia. Sí que rebuscamos frases del más elevado nivel que a lo mejor ni siquiera entendemos, pero que nos hacen quedar como muy espirituales, o al menos como muy cultos.

Con todo esto tenemos que tener un gran cuidado, porque si el esoterismo es la ciencia que estudia la raíz más profunda de todas las cosas, estamos hablando de la verdad, y la verdad es lo más grande para que nos atrevamos a jugar con ella. Podemos confundir cultura con conocimientos espirituales, y este tipo de conocimientos con sabiduría, y para nada es lo mismo. Podemos tener mucha cultura y ningún conocimiento espiritual, y podemos tener conocimientos espirituales y no tener sabiduría. Por eso, si lo que buscamos es la verdad, no podemos ni engañar, ni engañarnos,  ni dejarnos engañar, y todo esto lo estamos permitiendo cuando no estudiamos, no meditamos,  ni analizamos, ni discernimos, ni discriminamos. Mi apoyo absoluto y sin reservas a la cultura y los conocimientos, pero tenemos que ser conscientes de que con cultura se puede jugar mucho con las palabras y los simples conocimientos se pueden manipular, porque una persona exclusivamente culta, incluso con conocimientos espirituales,  puede parecer espiritual sin serlo, con el consiguiente perjuicio para los que así se lo creen. Adquirimos ciertos conocimientos esotéricos y espirituales y somos capaces de manejarlos a nuestro antojo para confundir y manipular a quien se ponga por delante.  Volvemos a repetir que  “por sus obras los conoceréis”. Y hay que decir que analizar y discernir no significa criticar, simplemente nos ayudará a hacer el camino, a reconocer a los otros caminantes y respetándolos,  poder determinar a quien tenemos que ayudar y quien nos puede prestar su ayuda.

Todo es espíritu y todo es energía, y las energías que son muy diversas y complejas, se mueven de acuerdo a la Ley de Causa y Efecto, bajo la dirección espiritual, a fin de complementar el Plan. Esta declaración es de una importancia fundamental, ya que nos lleva al mundo de los significados haciéndonos ver que todo efecto tiene su causa, luego nada de lo que ocurre, en cualquier nivel, es casualidad, y si no es casualidad deberíamos prestar atención para investigar y actuar adecuadamente ante cada acontecimiento de nuestras vidas, ya sea que nos afecte directa o indirectamente.

Cristo nos enseñó el camino y se mezclaba con todos, con los doctores de la ley, con los ignorantes, con los pobres, con los enfermos, con los ladrones y con las prostitutas, con todos compartía lo mejor de sí mismo, y a pesar de todo fue humillado, negado y crucificado, y aun así murió perdonando y amando. No tuvo la vivienda habitual y una segunda vivienda, incluso una tercera. No vivía como un rey mientras los demás se morían de hambre. No explotaba sus talentos en beneficio propio, ni decía esto es mío porque me lo he ganado yo. Sí que dijo ¿quiénes son mi padre, mi madre y mis hermanos?; éstos son todos mis hermanos, señalando a la multitud, y “lo que hagáis a uno de éstos a mí me lo hacéis”. Es el amor incondicional. ¿Acaso somos nosotros  más que Cristo para gozar de tantos privilegios…, o lo estaremos entendiendo muy mal? Si queremos llegar a ser verdaderos esotéricos, si queremos vivir en la esencia, tendremos que desterrar de nuestro vocabulario las palabras “lo mío” y “lo tuyo”.

Se oye decir que la espiritualidad se vive uniéndonos al universo, viendo a Dios en el campo, en cada piedra, en cada  planta, en el agua, en cada animal, y en el hombre mismo, y es cierto, ahí está Dios, y buscando esa unión han sido muchos los que han dejado  familia, amigos,  entorno y trabajo, para vivir  aislados del mundanal ruido. Sin embargo no tenemos que huir del entorno que nos va tocando vivir; nosotros somos responsables de ese entorno, ahí tenemos nuestro desarrollo y nuestro servicio; y nuestro trabajo,  familia, amistades, problemas, y alegrías, son los justos y necesarios para nuestra evolución, aunque no nos gusten. Por eso no podemos darles la espalda sino afrontarlos con valentía, discerniendo, discriminando y tomando las decisiones correctas,  aunque nos equivoquemos, porque el que nunca se equivoca es el que nunca hace nada. Hay que tomar decisiones y definirnos.

Ningún avance es posible sin la vivencia de la vida espiritual, sin el alineamiento, integración y fusión con el alma y para ello tenemos que recurrir a cosas muy elementales que seguramente las dejamos pasar porque pensamos que ya estamos muy elevados. Tenemos que vivir desde los cimientos hasta los planos más altos de la espiritualidad, sin saltarnos escalones, porque entre los cimientos y la cima del edificio hay pisos y estructuras que lo sostienen y si no fuera así, se nos podría caer. Como espiritualidad y materia están íntimamente ligados, deberíamos pensar en la responsabilidad que tenemos de ganarnos la vida con nuestro propio esfuerzo, pero también todos tenemos la obligación de servir y compartir y el que más tiene más tendrá que dar de cualquier cosa que tenga.

No es necesario decir cuantas justificaciones nos buscamos para zafarnos de lo que la vida nos pone por delante y no de casualidad. Para eso nos las pintamos solos, lo mismo que para buscar culpables. ¿Para qué buscamos culpables si solamente podemos mandarnos a nosotros mismos; si los demás son tan libres como nosotros y van a hacer  lo que les venga en gana?. Con el uso de nuestro libre albedrío haremos lo que queramos, pero no es justo confundir dando la apariencia de buenos. Lo que realmente  tenemos que hacer  es redimir y  purificar  la materia y dar ese correcto  testimonio de los seres espirituales que somos, adquiriendo esa suprema virtud de la Responsabilidad espiritual, la cual tiene en cuenta, por encima de todo, el bien del conjunto, exigiendo en ocasiones el sacrificio de la parte individual.

EL TODO,  LA UNIDAD,  todos la conformamos, desde el reino humano a los subhumanos,  participando de la integración planetaria, tanto de forma individual como colectiva, todo absolutamente está interrelacionado.

En este caminar se deben ver a las personas tal y cual son, sin idealismos y sin sobrestimar ni subestimar “Por sus obras los conoceréis”. Somos compañeros de camino, cada uno en su punto evolutivo y así hemos de considerarlo, aceptarlo y vivirlo, sabiendo que evolución no significa conocimientos, si estos no van respaldados por el diario vivir.

La  trascendencia de la vida, la sabiduría, y la espiritualidad solo se pueden vivir plenamente cuando hayamos alcanzado un estado de profunda paz y serenidad, que no caerá del cielo, hay que ganarlo.

Vida, Verdad, Espiritualidad, podríamos decir que son sinónimos de lo mismo: “DIOS,  EL TODO, LA UNIDAD”, que llegaremos a descubrir con el despertar de la conciencia que es el resultado de la respuesta ante la relación espíritu/materia. Nuestro nivel de conciencia va a determinar nuestras obras y pensamientos. De ahí que con frecuencia, personas que parece que estamos en el mismo camino, tengamos criterios tan distintos, porque nuestro conocimiento, servicio y consecuentemente nuestro nivel de conciencia es muy diferente.

¿Realmente queremos entender nuestra misión?  ¿No podemos tener dinero?. Ojalá que hubiera muchos discípulos administrando la energía del dinero, siendo buenos empresarios,   conscientes de que ese es su gran servicio a la humanidad, crear trabajo para que sea el medio de vida de  muchos de sus semejantes y el suyo propio, y no para enriquecerse individualmente. Y ojalá que también los que tenemos que vivir con nuestro jornal sepamos buscárnoslo y ganárnoslo. Podemos expandir más y más nuestro nivel de conciencia colaborando con el Plan de Dios, o podemos seguir creándonos karma, porque cuando ya hemos llegado a ciertos conocimientos y no respondemos adecuadamente, nos creamos karma. 
“El camino del sacrificio es siempre el camino de la alegría”, y tenemos que ir quitando velos  para poder verlo y vivirlo sin miedos. Puede parecer que es muy devocional, pero no, porque lo devocional y místico termina cuando empieza la vivencia, la experimentación que nos permite vivir desde lo más profundo de nuestro ser hasta lo más externo, unidos a la voluntad divina. Cada cual tiene sus propios talentos y deberá saber cuál es su servicio. Las correctas meditaciones nos harán ver el servicio a prestar; la oportunidad  se nos pondrá por delante y nuestra respuesta la decidimos nosotros, y ojalá  que sea fruto de la impersonalidad, del buen discernimiento y discriminación, y no del egoísmo.

Hay quien opina que para  vivir la espiritualidad solo hacen falta “sentimientos”, y otros simplemente que “estar atentos”, y otros que necesitan poco porque tienen una gran facilidad para “recibir inspiraciones o conectar con su alma…”  También hay quien piensa y dice que los esotéricos trabajamos desde el grupo interno, moviendo las energías y que no tenemos que hacer más. Podría haber algo de verdad en todo ello, pero sin servicio no hay redención ni  purificación de la materia y en consecuencia tampoco llega la luz. Los maestros no nos captan para su grupo si no hemos desarrollado el trabajo que LA VIDA nos ha puesto por delante, y este trabajo no tiene que ser el que más nos gusta, hemos tenido que demostrar que no damos la espalda y que somos capaces de actuar, servir y expresar la luz del alma, y que moviendo esas energías que ellos precipitan somos capaces de materializar el Reino de Dios en la tierra, sin erigirnos en jueces de nadie, jueces solo de nosotros mismos.

El gran mandato Hermético es: “Hombre, Conócete a ti mismo”, y al así hacerlo, reconocer mi Yo en todos lo demás Yoes.  ¿Cómo podemos conocernos sin conocer las leyes divinas, sin unirnos a la divinidad, a la fuente de toda la creación para una investigación segura?.

El dinero que tanto nos ata, es una energía más a la que tenemos  excesivo cariño, de ahí  que desde el pasado la venimos utilizando  en favor de la necesidad personal y familiar, lo cual nos hace ser sus esclavos. Es bien significativa la frase de Cristo: “es más difícil que un rico entre en el Reino de los Cielos que un camello por el ojo de una aguja”.  Del dinero y todas las demás energías somos  administradores y por consiguiente aquí tenemos otra gran responsabilidad y oportunidad.  A veces no solamente hace  mal uso del dinero el que lo administra mal, sino el que no explota todos sus talentos para poder sobrevivir.

Hay una gran ley contenida en las palabras: "a quienes todo lo dan, todo les será dado"... Entonces seremos y no lucharemos tanto por llegar a ser;  daremos  y no combatiremos  constantemente  y no viviremos tan profundamente en el mundo de los sentidos; antepondremos sensata e inteligentemente y como un procedimiento normal, el servicio a los demás.

Si nos atrevemos a vivir la espiritualidad  trabajando desde el lado interno de la vida, hasta lo más exterior, LA NUEVA CORRIENTE DE VIDA FLUIRÁ y éste sería nuestro gran trabajo para la humanidad, hacer fluir esa corriente de VIDA.

Ana.

miércoles, 7 de agosto de 2013

UNA GRANDE SANTA TERESA DE JESÚS




 VIVO SIN VIVIR EN MI



Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.

Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga:
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

martes, 6 de agosto de 2013

¿QUIÉN FUE JIDDU KRISHNAMURTI?


¿QUIÉN FUE JIDDU KRISHNAMURTI?
Por Esther Robledo

Jiddu Krishnamurti es considerado uno de los grandes filósofos de los tiempos modernos, un religioso sin religión, además de orador, escritor y educador.

Nació en Madanapalle, al sur de la India, el 12 de mayo de 1895. Cuando era un adolescente, fue descubierto por Charles Leadbeater en Madrás, India. Y fue adoptado y criado bajo su tutela y la de Annie Besant, dentro de la Sociedad Teosófica Mundial, quienes vieron en él a un Líder Espiritual en potencia.  Fue educado por esta Sociedad pero renunció a ella pronunciando el famoso discurso de disolución de la “Orden de la Estrella” en el que afirmaba: “La verdad es una tierra sin caminos a la cual resulta imposible aproximarse mediante una religión filosófica o secta convencional.”

A partir de esta renuncia, Krishnamurti  comenzó su propio camino de difusión de sus enseñanzas.

Sostenía no tener nacionalidad, ni pertenecer a ninguna religión, clase social, o pensamiento filosófico. Decía: “La verdad puede ser descubierta por cualquiera de nosotros, sin la ayuda de autoridad alguna; al igual que la vida, está siempre presente en un sólo instante.”

Siempre rechazó la condición de gurú que muchos trataban de imponerle y no aceptaba discípulos. La base de sus enseñanzas estaba en la comprensión de que los cambios fundamentales de la sociedad podían tener lugar sólo con la transformación de la conciencia individual.

Interesado en  lograr que el hombre fuera libre, expresaba: “Deseo liberarlo de todas las jaulas, de todos los temores, y no fundar religiones, nuevas sectas, ni establecer nuevas teorías y nuevas filosofías”.

A los 27 años tuvo una profunda experiencia espiritual que transformó por completo su vida; a partir de la misma se libró totalmente de ataduras y comenzó a  brindar todo su saber en la búsqueda de la verdad, despojado de doctrinas y dogmas.

A lo largo de su vida participó como orador en diferentes partes del mundo, tanto en grandes audiencias públicas, como en diálogos personales con científicos, líderes religiosos, políticos, psiquiatras, educadores y cualquier persona que se acercara a él. Entre ellos podemos nombrar a Jawaharlal Nehru, Leopoldo Stokowski, Aldous Huxley, Bernard Shaw, el Dalai Lama, David Bohm, Maurice Wilkins.

A través de las Fundaciones, que él mismo creó, se han publicado más de sesenta libros en los cuales se expone su amplio mensaje tendiente a la comprensión total del ser humano. También fundó escuelas con el propósito de generar una educación que llevara al estudiante y a los profesores a descubrir el arte de vivir y el verdadero significado de la vida misma.

A la edad de 90 años dio una conferencia en la ONU acerca de la paz y la conciencia, y recibió la Medalla de la Paz de la ONU en 1984. Su última conferencia fue dada un mes antes de su muerte, que ocurrió el 17 de febrero de 1986 en Ojai, California, Estados Unidos de América.

Krishnamurti había encargado a Mary Lutyens el nada fácil trabajo de confeccionar su extensa biografía y, en cuatro tomos, ella realizó un relato verdaderamente exhaustivo de su vida y de sus enseñanzas que nos guían en la búsqueda de la verdad.

LA ESTRELLA DE 9 PUNTAS


La Estrella de 9 Puntas 



  La Estrella de 9 Puntas                                       

Por Vicente Beltrán Anglada 

Lo más significativo de este grabado es la estrella de nueve puntas que simboliza las "nueve perfecciones" o iniciaciones de Sanat Kumara, el Señor del Mundo. 

En el interior de esta estrella puede observarse en primer lugar, un triángulo equilátero de color amarillo que intenta representar en cada uno de sus vértices a las Entidades espirituales, de jerarquía cósmica, que en los niveles más sutiles del sistema preparan la Venida del Instructor espiritual de la Tierra, el Avatar de Síntesis, el Espíritu de la Paz y el Señor Buda. 

Dentro de este triángulo se percibe una estrella de cinco puntas de color azul índigo, que simboliza la Vida de Cristo como Instructor del Mundo y como Avatar de la Nueva Era.

La simbología total del grabado contiene un tremendo poder dinámico de primer Rayo y constituye una de las representaciones esotéricas y mágicas que convenientemente utilizadas por los discípulos espirituales les enseñarán sin desviación posible el Sendero interno que lleva a las más elevadas Iniciaciones.


Vicente Beltrán Anglada

"La Verdad ha de presentarse de tal manera que
convenza sin atar y que atraiga aún sin convencer...
y  esto  sólo  puede  realizarlo  el  lenguaje  del  corazón". 



LA VERDAD


LA VERDAD

En espiritualidad es primordial “EL AMOR A LA VERDAD”. Ya es difícil mantenernos en este mundo, pero resultaría imposible si no amamos LA VERDAD que no es necesariamente nuestra verdad. ¿Qué es la verdad? ¿Es verdad solo aquello que se puede demostrar o es algo que va más allá de los estrechos marcos del pragmatismo? Hay muchas verdades que son indemostrables, pero son aceptadas como tales. Podemos conocer a los buscadores de la Verdad en aquellos que pregonan el amor y el respeto a todo lo creado. El cerebro humano es incapaz de comprender toda  la verdad. La Verdad que se puede explicar, no es la Verdad Suprema. El camino de luz, amor y servicio, es el que conduce a la Verdad. El miedo, el rencor,  el terror, la ira,  la envidia, la soberbia, etc., es el camino que utilizan las fuerzas oscuras para imponer su ley, no la verdad. La Verdad no se impone, se expone con absoluto respeto, sin ir contra nada ni contra nadie. Pero si la luz nos conduce a la verdad, ¿cómo llegamos a la luz?: con discernimiento, amor puro y servicio altruista, que es el camino recorrido por todos los buscadores de la verdad.

En cada momento tenemos acceso a una verdad que es a la única a la que tenemos derecho. Es nuestro nivel de conciencia el que determina la parte de verdad que nos corresponde en ese momento, y seguro que la evolución nos va a permitir que quizás más adelante, esta verdad sea sustituida por otra más amplia e  incluyente, porque lo que llamamos Verdad, está formada por verdades menores que se unirán en un todo armónico. La Verdad es la vida, y la asimilación de la verdad se corresponde con el estado de conciencia en que estamos.

La humanidad tendría ya que empezar a buscar las grandes verdades, las mas incluyentes, para así despertar en su mayor esplendor al AMOR, al amor incondicional complementado con el conocimiento desapegado que nada impone por la fuerza,  así como un discernimiento equilibrado, que podría llevarnos a SERVIR sencilla, humilde y honestamente a la humanidad, como así nos enseñó el que nos precedió, Cristo.

Con la lectura de todos los libros del mundo,  no podremos encontrar la Verdad, si bien nos van a ayudar para adquirir unos conocimientos que nos pueden servir de base para encontrarla, siempre que esos conocimientos los vivamos en nuestra cotidianeidad. El conocimiento que adquirimos para que cumpla su fin necesita de la experiencia. Teoría sin vivencia sirve para poco. Encontrar LA VERDAD requiere transmutar las energías inferiores en las superiores y en ese proceso y habiendo llegado al desarrollo del cuerpo mental, también trascenderlo, porque la Verdad está más allá de la mente concreta, lo cual no significa que de un plumazo nos saltemos la personalidad y pasemos a la mente abstracta, ya que previamente habremos tenido que desarrollar cada uno de los cuerpos, alinearlos e integrarlos. No se puede trascender la mente concreta sin haberla desarrollado.  El Ser supremo es tan justo que “La Verdad” encontrada no se puede transferir a otros porque la verdad solamente la encontrará el que se la haya ganado.

En esta búsqueda, algún día podremos hacernos una idea de Dios, el innombrable, el gran Ser Cósmico, alma de este planeta, encarnando todas las leyes y todas las energías regidas por esas leyes, que componen todo lo visible e invisible. Por eso en un aspecto más humano y sin comprender su profundidad decimos que Dios está en todo, en las plantas, las piedras, y en todo absolutamente, y es cierto. Hablando de LA VERDAD sabemos que nos estamos refiriendo a las ENERGÍAS que son todas las fuerzas que afluyen al individuo desde cualquier dirección y origen. A estas energías principales se les ha dado el nombre de “Sutratma”, hilo de vida o cordón plateado. FUERZAS, que  son todas las energías que después de manipuladas por el individuo, se proyectan hacia cualquier dirección y objetivo, ya sea bueno o egoísta.

Desde esta perspectiva se puede apreciar que la energía que recibimos unos y otros es la misma, pero la utilización que se hace de ella es bien distinta, de ahí la importancia de redimir o purificar la materia que es lo que va a determinar el vehículo que conduce la energía, y la fuerza, dirección e intención con que se proyecta y consecuentemente se producirán unos efectos u otros que no siempre vamos a ver, con lo cual aquí y siempre, debiera funcionar el desapego y el servicio altruista.

OCULTISMO




OCULTISMO



Cuando hablamos de esoterismo hablamos de profundizar y también estamos hablando implícitamente de “ocultismo”, palabra que tampoco me gustaba, pero que cada vez me dice más,  porque  creo  entender  su  significado  aunque  seguro  que  no  lo  capto  en  toda  su dimensión. 
El ocultismo, sin embargo, no es ni más ni menos que la ciencia de aquello que está oculto y velado, y la consideración y estudio de lo subjetivo, lo interno. Concierne al método de desarrollar el alma. Es la forma o técnica mediante la cual el hombre llega a conocerse a si mismo, como alma pensante y consciente, y a comprender el mundo de las fuerzas donde tiene que desarrollarse y actuar. 
En un sentido más amplio es considerar el alma de Dios Mismo a medida que El crea y utiliza las formas de los reinos de la naturaleza a través de los cuales esa alma ha de revelarse. La clave del misterio de la vida de Dios se halla en todo hombre, estando presente en todo corazón humano. Cuando un hombre conoce a su alma, ha dado el primer paso hacia el conocimiento de Dios, y ha abierto una puerta a través de la cual puede entrar en relación con el  alma  que  todas  las  formas  subhumanas,  humanas  y  superhumanas  velan  u  ocultan. Entonces llega a ser un ocultista. 
Continuando con este sentido ocultista es como, para los Rosacruces, la vida del Cristo significaba el Cristo resucitando en el fondo de cada Alma por la visión espiritual. Por lo demás creían, naturalmente, en la existencia real e histórica del Cristo, porque conocer el Cristo interior es reconocer igualmente el Cristo exterior.
Un espíritu materialista podría decir actualmente: Acaso el hecho de que los Rosacruces hayan tenido esas visiones, ¿prueba la existencia real del Cristo? A lo cual contestaría el ocultista: Si no existiera el ojo para ver el sol, el sol no existiría, pero si no hubiera sol en el cielo, tampoco podría haber ojos para verlo. Porque es el Sol quien ha formado el ojo en el curso de los tiempos y quien lo ha construido para que pudiera percibir la luz. Similarmente, el Rosacruz decía: El Evangelio de San Juan despierta el sentido interno, pero si no existiera un Cristo viviente, uno no podría hacerlo vivir en sí mismo. 
En cada uno de nosotros existe un mecanismo que, cuando se perfecciona y utiliza, nos proporciona el instrumento necesario para investigar inteligente y sabiamente la búsqueda de la verdad que estamos considerando. Ese mecanismo existe, se halla regido por ciertas leyes y debe ser utilizado correctamente. Cuando esto se realiza, el hombre puede llegar a la percepción directa de la verdad y a la infalible comprensión de las cosas ocultas y esotéricas. 
Esto es parte de la gran ciencia del alma que nos va a permitir un acercamiento al centro de luz y al conocimiento subjetivo de las líneas Maestras de la vida, donde todas las personalidades  son  simples  instrumentos  transitorios  de  la  Gran  Ley,  y  tenemos  que considerar a todo guía e instructor como el que sirve para expresar algunos aspectos de la verdad, incorporando algún tipo de fuerza que puede energizarnos para que pensemos con mayor claridad y progresemos. Recordemos que toda verdad que se infiltra desde los planos de inspiración al cerebro físico y de este a la manifestación, es necesariamente limitada y está desfigurada debido a dicho proceso. Inevitablemente adquiere el colorido y la perspectiva del que la expone. Por consiguiente, tomemos de cada instructor o guía la luz que él nos pueda dar,  su  estímulo  e  interpretación, y  tratemos  de  asimilarlo  y  utilizarlo  convirtiéndonos nosotros también en instructores para aquellos que esperan nuestra ayuda. Pero no coloquemos a ningún instructor en el lugar de Dios, no obedezcamos a ningún guía excepto la voz guiadora de nuestro Dios interno; no nos apoyemos sobre ningún nombre, ni ciegamente en nadie. Esta es una gran Enseñanza que en ocasiones es doloroso asimilar. 
La primera condición necesaria es la inquebrantable creencia en nuestros propios poderes y en la Deidad dentro de nosotros mismos. ¿Poseemos esa creencia?, ¿Nos sostenemos en el hecho fundamental de nuestra divinidad esencial?, ¿Nos reconocemos como hijos de Dios, y estamos  de  acuerdo  con  el  Cristo  cuando  dijo:  "he  dicho:  sois  Dioses"?,  ¿Estamos convencidos de  que  somos  tan  divinos como  el  mismo  Gran  Maestro  de  Galilea, y  que podemos ser "uno con el Padre" como Él lo fue y como Él oraba para que así fuera? “Mi Padre y yo somos una misma cosa”. 
De la creencia en nuestra propia divinidad surgirá la capacidad de mantenernos como almas libres, emancipadas del control de otras mentes. Así llegaremos a formular nuestras propias conclusiones  y  viviremos  nuestra  vida  desembarazados  de  los  dictados  de  otros  seres humanos. Esto no tendrá como resultado el libertinaje sino el control ejercido por Dios; no nos convertiremos en seres humanos peculiares sino que nos haremos divinamente humanos y esto se deberá a que habremos comprendido que "aquel que desea adquirir el Sagrado Conocimiento deberá avivar la lámpara de su comprensión interna, entonces con la ayuda de esa buena luz empleará sus acciones como plumero, y sacudirá toda impureza de la superficie, el fiel reflejo de su Yo". Podrán observar que aquí tenemos la correcta acción como resultado del correcto control mental y ese control es el resultado de la autodisciplina, la eliminación de las impurezas y el fiel reflejo del Yo Divino en la vida diaria. 
Entiendo que el significado de la palabra ocultismo encierra toda esa esencia de la Vida en la que vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser y que no vemos, pero que vamos descubriendo poco a poco, a medida que evolucionamos, haciendo desaparecer esos velos que obstruyen la visión. De esta manera descubriremos “el alma de todas las cosas” y “el mundo de los significados”. Para llegar a esto, previamente, comenzaremos a detectar todos esos espejismos en los que nos desenvolvemos y que nos hacen percibir que nuestro reino es éste, olvidándonos de las palabras de Cristo: “Mi Reino no es de este mundo”.  Es ese otro nuevo mundo el que tenemos que descubrir y el que tenemos que traer a la tierra. 

Quiere decir que el ocultismo no es que nadie nos oculte nada ni que esté solamente al alcance de unos pocos, sino que nuestro nivel espiritual no es el apropiado para poder ver con el ojo interno que es el que nos descubre la verdad y para lo que tenemos que trabajar. 
En esta realidad de la que hablamos (ocultismo y esoterismo) está totalmente implicado el mundo de las energías, y aquí podríamos decir que “todo es energía y todo es espíritu”, luego también estamos hablando del TODO, del UNO, de DIOS. 
Llegar  al  conocimiento de  las  energías,  de  cómo  manejarles  adecuadamente, precisa de estudio, dedicación, análisis, discernimiento y discriminación, con lo cual estamos desarrollando la mente, esa mente que tenemos que potenciar para poder ofrecerle un gran vehículo de expresión al alma, hasta que finalmente se produzca la fusión. 
Las energías están moviendo todos los órdenes de la vida, política, económica, religiosa, etc., y tendríamos que ahondar en la Ley de Causa y Efecto para comprender que todos los acontecimientos por  duros  o  exitosos  que  parezcan,  no  es  necesariamente el  político,  el religioso o el profesional de turno el causante, sino que es obra de todos y de todas las épocas que los precipitan, y en este entramado y también considerando los ciclos, en esas grandes hecatombes, se está produciendo un movimiento de energías que si tuviéramos suficiente conocimiento tendríamos que aceptarlas y aportar el servicio que nos toque y nada más. 
Pienso que este entrenamiento precisa de un gran trabajo y esfuerzo, que no sería posible poner en práctica y mantenerlo sin la meditación y el servicio. La meditación facilita la precipitación de la luz que hay que utilizar para un mejor servicio y que se hace indispensable para que los conocimientos se conviertan en sabiduría que es la que en verdad nos descubrirá todos los misterios ocultos y nos permitirá el dominio del mundo de las energías.   
En este sentido se ven reflejadas las palabras de Cristo de: “se os dará el ciento por uno”. Yo creo que hablaba de esa sabiduría que nos irá llegando en la medida en que nosotros desarrollemos y sirvamos con nuestros talentos. 

ESPIRITUALIDAD ¿QUÉ ES?




ESPIRITUALIDAD EN ESENCIA


ESPIRITUALIDAD ¿QUÉ ES?

La ciencia que estudia la raiz más profunda de todas las cosas, el alma de todas las cosas, LA ESENCIA. 


RELIGIÓN Y ESPIRITUALIDAD ¿SON SINÓNIMOS?

Podemos decir que no, porque en Espiritualidad prima la libertad de cada cual que, libremente,  busca, analiza y determina, de acuerdo con su conciencia. 
Las Religiones sí imponen sus normas y sus dogmas. 
Juntos podemos ayudarnos a descubrir LA VERDAD, y esta Página puede ser un punto de encuentro.

El Gayatri
Oh Tú, sustentador del Universo,
De Quien todas las cosas proceden,
A Quien todas las cosas retornan,
Revélanos el rostro del verdadero Sol Espiritual,
Oculto por un disco de luz dorada,
Para que conozcamos la verdad,
y cumplamos con todo nuestro deber,
Mientras nos encaminamos hacia Tus sagrados pies.

RESUMEN DE UNA DECLARACIÓN HECHA POR EL TIBETANO


RESUMEN DE UNA DECLARACION HECHA POR EL TIBETANO
Publicada en agosto de 1934

Solamente diré que soy un discípulo tibetano de cierto grado; esto puede significar muy poco para ustedes, porque todos son discípulos, desde el aspirante más humilde hasta más allá de Cristo Mismo. Tengo cuerpo físico lo mismo que todos los hombres; resido en los confines del Tibet, y a veces (desde el punto de vista exotérico), cuando me lo permiten mis obligaciones, presido un grupo numeroso de Lamas tibetanos. A esto se debe la difusión de que soy un abad de ese Monasterio Lamásico. Aquellos que están asociados conmigo en el trabajo de la Jerarquía (todos los verdaderos discípulos están unidos en este trabajo), me conocen también con otro nombre y cargo. A.A.B. conoce dos de mis nombres. 
Soy un hermano que ha andado un poco más por el sendero y, por consiguiente, tengo más responsabilidades que el estudiante común. He luchado y he abierto un camino hacia la luz y logré mayor cantidad de luz que el aspirante común que leerá este artículo, por lo tanto, tengo que actuar como trasmisor de luz, cueste lo que costare. 






No soy un hombre viejo con respecto a lo que la edad puede significar en un instructor, y tampoco soy joven e inexperto. Mi trabajo consiste en enseñar y difundir el conocimiento de la Sabiduría Eterna donde quiera que encuentre respuesta, y esto lo he estado haciendo durante muchos años. Trato también de ayudar a los Maestros M. y K.H. en todo momento, porque estoy relacionado con Ellos y Su trabajo. Lo expuesto hasta aquí encierra mucho, pero tampoco les digo nada que pueda inducirles a ofrecerme esa ciega obediencia y tonta devoción que el aspirante emocional brinda al Gurú o Maestro, con el cual aún no está en condiciones de tomar contacto, ni puede lograrlo hasta tanto no haya trasmutado la devoción emocional en desinteresado servicio a la humanidad, no al Maestro. 
No espero que sean aceptados los libros que he escrito. Pueden o no ser exactos, correcto y útiles. El lector puede comprobar su verdad mediante la práctica y el ejercicio de la intuición. Ni A.A.B. ni yo, tenemos interés en que se los considere como que han sido inspirados, tampoco que se diga misteriosamente que son el trabajo de uno de los Maestros.
 Si estos libros presentan la verdad de tal manera que pueda considerarse como la continuación de las enseñanzas impartidas en el mundo, y si la instrucción suministrada eleva la aspiración y la voluntad de servir desde el plano de las emociones al plano mental (el plano donde se encuentran los maestros), entonces estos libros habrán cumplido con su propósito. Si la enseñanza impartida encuentra eco en la mente iluminada del trabajador mundial, y si despierta su intuición, entonces acéptense tales enseñanzas. Si estas afirmaciones son comprobadas oportunamente y consideradas como verdaderas bajo la prueba de la Ley de Correspondencia, muy bien, pero si esto no es así, no se acepte lo expuesto.

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