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miércoles, 31 de diciembre de 2014

“EL ANTAKARANA” Relación entre la Personalidad fusionada con el Alma, el discipulado y el proyecto de construcción del Antakarana.(ACV.)

 “EL ANTAKARANA”


Relación entre la Personalidad fusionada con el Alma, el discipulado  y el proyecto de construcción del Antakarana.





Antes de disertar sobre el Antakarana puede ser oportuno que nos hagamos una serie de preguntas, algunas de ellas prácticamente incontestables, pero que en su conjunto nos pueden aportar una idea del TODO, de LA UNIDAD.

¿Quién es Dios?. Se habla en los escritos  sagrados y en la Sabiduría Eterna del “Innombrable y Aquél del que nada puede decirse”. A mí me parece que es una indefinición totalmente sabia porque nos conduce a hacernos una idea de una entidad grandiosa, inconmensurable, de quien nuestras propias limitaciones nos impiden hablar y definir acertadamente.

A pesar de todo cualquier ser humano es capaz de pensar que este universo en el que estamos inmersos y del que formamos parte, se rige por unas leyes que lo sostienen  y que al hombre no se le puede atribuir su autoría, por mucha capacidad e inteligencia que tenga. ¿Qué nombre podremos darle a tal Hacedor? Hablamos de Dios.

Podemos hacernos otras preguntas menos importantes como:

¿Qué produce un melocotonero?: melocotones

¿Qué son los hijos de los asnos?: asnos…

¿Qué son los hijos de Dios?: …..  dejo la respuesta para cada uno, porque a mí, educada en una religión establecida, en su día, me costó mucho trabajo aceptar tal respuesta.

¿Cómo está formado el hombre?: Por un cuerpo físico/etérico, cuerpo astral y cuerpo mental.

¿Qué es el alma?: La intermediaria entre el espíritu y la materia, entre el espíritu y la personalidad.

¿Qué función tiene esa relación alma/personalidad?  Que el alma humana, esa semilla divina en el hombre, con la ayuda de la personalidad, penetre en las profundidades de la materia, aprenda y se desarrolle. Es algo que yo no entendí durante un tiempo porque yo me decía ¿pero si el alma es perfecta cómo se va a desarrollar?. Como ya hemos dicho el alma humana es la semilla divina y esa semilla, como todas las semillas tiene que germinar y crecer dentro de su vehículo de expresión que es la personalidad, y ello no es posible hasta que en el ser humano no se despierte la conciencia. 

¿Qué hacen alma y personalidad hasta que se despierta la conciencia? Se ignoran mutuamente porque el alma sabe que no tiene vehículo que le responda y la personalidad es ignorante del alma.

¿Cómo despierta la conciencia? En esa analogía de la que hemos hablado, de la semilla, y siguiendo con la misma, sabemos que toda semilla para que germine se tiene que introducir en las profundidades de la tierra, se pudre, y ya putrefacta echa raíces, tallo, hojas, flores y frutos. O sea que antes de crecer se ha hecho un gran recorrido hasta la putrefacción. Trasladándolo al ser humano todos sabemos o deducimos que hemos ido despertando a fuerza de cometer errores. Son esos errores los que nos hacen despertar y preguntándonos ¿POR QUÉ?; una y otra vez no encontramos respuesta. No entendemos que nos ocurran tantas desgracias, tantos sufrimientos, y es lo único que nos hace despertar, el habernos entregado al materialismo, a las emociones, a las pasiones, y al egoísmo y como consecue3ncia nos llega el dolor. Cuando se inicia el dolor ya va sabiendo el alma que tiene un espacio en esa personalidad, y sigue dando toques y la personalidad va respondiendo unas veces mal y otras bien.

¿Cuál es el objetivo de esta relación? Que la personalidad se sutilice, se purifique,  se redima y el alma tome posesión de su vehículo la personalidad y entonces, después de todo ese trabajo, pasa a ser un “alma encarnada”.

¿Cómo estaría el mundo con todas las almas encarnadas, todas las almas expresándose sin trabas a través de su vehículo, la personalidad? Sin lugar a dudas que no tendríamos problemas, que no habría disputas, ni envidias, ni soberbia, ni rencores, ni hambre, ni paro, ni enfermedad, y  sí habría absoluto respeto por todas las razas, todas las ideologías, todas las creencias, porque tendríamos algo mucho más importante todavía que es EL AMOR SIN SENSIBLERÍA, es decir “EL AMOR”.

Ahora vamos a preguntarnos

¿Qué es el Antakarana?.  Antes de responder repetiremos  una vez más el principio de que “la energía sigue al pensamiento”, y ahora de forma muy elemental vamos a decir que el Antakarana es la denominación que se da al puente de luz que une la personalidad con el espíritu.  
¿Cómo se crea ese puente de luz?  Con la imaginación creadora y la consiguiente respuesta práctica. La meditación en este trabajo sigue siendo fundamental porque suele ser en las meditaciones cuando se crean las más perfectas formas mentales.
Alma, personalidad, discipulado y Antakarana, son realidades y conceptos de suma importancia en la vida espiritual.

El ser humano de lo primero que es consciente es de su personalidad, si bien durante muchas vidas percibe un concepto erróneo, así como erróneo también es el uso que se hace de ella, sobre todo hasta que no se llega a descubrir que el hombre no solamente es el cuerpo físico, el de emociones o astral y el cuerpo mental, constituyendo  los tres la personalidad. Llega un momento en la vida del ser humano en que descubre que tiene un componente fundamental que es el Alma. Por mucho tiempo no tiene conocimiento del papel que el alma humana desempeña, pero el alma está ahí esperándonos hasta que hace acto de presencia.

La comunicación entre el espíritu y la personalidad no sería posible sin la intermediación del alma. La personalidad es absolutamente indispensable para el alma y el alma es absolutamente indispensable para la personalidad. En la medida en que la personalidad va siendo consciente, va trascendiendo la materialidad física, astral y mental y pasa a ponerse a disposición del alma. Son tiempos de confrontaciones entre personalidad y alma porque no entendemos ni comprendemos muchas cosas y hay que ir eliminando fricciones. Cuando hemos andado el camino preciso y hemos adquirido experiencia como aspirantes, nos toca hacer el trabajo de alineamiento, integración y fusión de la Personalidad con el Alma.

Así vamos hollando el Sendero y seguimos preguntándonos por multitud de cosas que seguimos sin entender y por contradicciones que se nos hacen patentes y que tenemos que resolver. Simplemente estamos dando los pasos necesarios para ser discípulos, para adquirir el desarrollo que nos permita ser útiles a los Maestros, a la Jerarquía y al Plan, para lo cual también tenemos que ejercitar la Voluntad y superar las pruebas que nos reafirmen en el Camino. 

Estamos hablando de un verdadero entrenamiento esotérico que es el  modo de servir porque el esoterismo auténtico nos conduce a la Esencia, al SER, al reconocimiento del mundo invisible y de los diversos estados de conciencia, deducidos de la cuidadosa aplicación diaria de la verdad, tal y como cada uno pueda captarla.

El Antakarana podemos decir que es el propio Sendero que vamos construyendo paso a paso, así como la araña  teje su hilo. Es el camino de retorno que desarrollamos en nosotros mismos hasta llegar a nuestra fuente de origen, al Padre. El Antakarana es el hilo de la conciencia, desarrollado por el Alma y no por la Mónada. La fusión del alma y la personalidad es la primera gran unión en el Camino de Retorno a la Casa del Padre.

El proceso es que el alma del mundo introduce su hilo de conciencia en todas las formas, en todas las células del cuerpo y en todos los átomos. Igual proceso lo realiza el alma humana con respecto a la personalidad, y la personalidad ya fusionada con el alma hace el mismo trabajo con el fin de construir el Antakarana entre la mente superior y la mente inferior.  

Quiere decir que hemos tenido que redimir la materia, desmaterializarla para que las vibraciones de alma y personalidad sean compatibles y llegue el momento en que sea el alma la que rija, produciéndose la fusión. Esta fusión se produce a través de conocimiento, meditación, autodisciplina, autocontrol y servicio, y todo ello nos va permitiendo el reconocimiento de estados espirituales y mundos de ser hasta ahora desconocidos. La finalidad de toda la práctica de la meditación consiste en desarrollar conscientemente los reconocimientos divinos, que posibilitarán finalmente actuar con inteligencia dentro de los mundos internos. La recompensa es grande, pero el trabajo interno a realizar es difícil y nadie lo puede hacer por nosotros.

El trabajo esotérico es ante todo subjetivo, una actividad consciente dentro de los campos de conciencia que trasciende todo lo hasta ahora conocido. Concierne al descubrimiento y comprensión de la naturaleza del alma, por lo tanto a lo universal y no a lo individual que es lo que habitualmente preocupa a la mayoría de los seres. Este trabajo hace que la riqueza de la vida subjetiva interna se exteriorice pura y libremente en forma de servicio. Nada puede impedir que se proyecte la conciencia ni que sea aprisionada, pues la vida y sus impulsos están regidos por el alma.

Durante la mayor parte de su experiencia, el alma humana está sometida al control de las energías inferiores. La fusión del alma y la personalidad se produce como resultado de tender el puente entre el cuerpo físico y el etérico, extendiéndose posteriormente al astral y a continuación al mental. Uno de los extremos queda anclado en la cabeza y el otro en los pétalos del conocimiento del loto egoico.

Las energías que animan a la personalidad y al alma se mezclan y se fusionan en una sola, y los tres aspectos del alma, conocimiento, amor y voluntad y los tres mundos de la personalidad, se convierten en uno solo, produciéndose la primera gran unión en el Sendero de Retorno.

El Antakarana es el resultado del esfuerzo conjunto del alma y la personalidad en la construcción consciente del puente.

A partir de aquí tenemos pendiente la unión entre la personalidad fusionada con el alma y la Tríada Espiritual, con lo cual hay una intervención directa entre la Tríada Espiritual y la personalidad con la colaboración del alma. Una vez fortalecida la fusión del alma y la personalidad, el hilo creador entra en gran actividad, fusionándose los tres hilos y la mezcla predomina.

La fusión de alma y personalidad se hace gradualmente y habiendo llegado a cierto punto se hace evidente la necesidad creadora de la VOLUNTAD para tender el puente entre la Tríada y la personalidad a través del alma.

Podemos definir el Antakarana como la extensión del triple hilo (Tríada Espiritual, personalidad y alma). Técnicamente el Antakarana es la mente superior y la intuición de la Tríada Espiritual, más la mente individualizada del hombre mental fusionado con el alma. Es la fusión de los tres hilos y su proyección hacia los niveles superiores del plano mental, hasta que las mentes abstracta y concreta se relacionan por medio del triple cordón. Va desde un punto del cerebro directamente al mecanismo interno. Por su intermedio el hombre comienza a actuar conscientemente en todos los planos.

Al Antakarana también se le llama comúnmente puente “Arco Iris” porque contiene los colores de los siete rayos los cuales son radiaciones de luz, y ello es posible porque durante innumerables encarnaciones de la personalidad ha pertenecido a los siete rayos. Finalmente el rayo del alma domina, y en el Arco Iris “se  escucha la vibración de los rayos del discípulo y se ve la nota de su rayo”. Debe aclararse que no se introducen específicamente los siete colores o hilos. Esto sucede en forma automática.

La analogía del Antakarana la tenemos reflejada en el Nuevo Testamento con la parábola del Hijo Pródigo. El hijo le pide al Padre todas sus riquezas y el Padre se las entrega y lo deja en total libertad. Vive todas las experiencias que desea hasta llegar a arruinarse, y entonces de acuerda de su Padre y decide retornar. El Padre lo recibe con una fiesta porque ha vuelto el hijo que había perdido. He aquí nuestra vida con todas las riquezas que se nos entregan y he aquí el amor del Padre.

El Antakarana simboliza EL SENDERO

Ana Castro Valle.-

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