PERIODO
DE TRANSICIÓN HACIA UNA NUEVA ERA (LUCIS TRUST)
Es
evidente que la humanidad está pasando por un período de prueba en la fase de
transición hacia una nueva era. A medida que avanzamos hacia la era de Acuario,
las energías provenientes de una multitud de fuentes están impactando en la
conciencia humana, y sin embargo son percibidas muy vagamente, tan solo
producen sentimientos de inquietud y desorientación. En las enseñanzas
esotéricas, a esto se lo denomina una «crisis de extensión espacial», a saber:
una transformación de la manera de registrar el tiempo y el espacio en el
subconsciente, como resultado del aumento de las influencias espirituales.
A pesar
de que estos trastornos son difíciles de soportar, esta crisis está
estableciendo las bases de una nueva realidad, una realidad más vital. En el
libro Los Rayos y las Iniciaciones, de Alice Bailey, se lee: «La difundida
reacción a los ideales (a pesar de los esfuerzos del mal y de las fuerzas
reaccionarias), las agitadas perturbaciones que alcanzan a todos los niveles de
la conciencia humana, más el acicate del desastre y el sufrimiento, están
abriendo explosivamente zonas hasta ahora selladas en las mentes de los
hombres, permitiendo que llegue la iluminación y arrase las malas y antiguas
condiciones (...).
Estas
grandes expansiones de la comprensión humana alterarán completamente, durante
los próximos ciento cincuenta años, la forma de pensar de los hombres (...).
Todo está ya planificado y ordenado y disponibles las energías y fuerzas
correspondientes, pues la Jerarquía actúa siempre de acuerdo con la Ley de los
Ciclos, o la Compensación Cíclica.
Los
Maestros saben con toda exactitud lo que debe hacerse mediante la correcta
programación y lo que es denominado «crisis de extensión espacial»; a esto lo
denominan la intercambiabilidad del tiempo y del espacio (...) que ya se está
presintiendo tenuemente». Desde el momento en que se escribió esto, hace unos
sesenta años, la crisis de la extensión espacial ha ido aumentando
constantemente. Muchos de los ideales y de las ideas y que están siendo ahora
expresados por el grupo de servidores del mundo son de tan alta vibración que
están ayudando a disipar los velos planetarios que dividen los reinos internos
y externos del ser. Esto causa un sentimiento de aceleración del tiempo. Como
consecuencia de ello, tenemos el acelerado ritmo de la vida moderna: esa vida
agitada y desordenada que experimentan muchos en la actualidad.
Vivimos
en una época de «paradigmas y de esas historias que se cuentan por ahí», que
cambian rápidamente en respuesta a las fluctuaciones constantes de la
conciencia humana; y en el pensamiento científico tenemos la percepción
ilusoria de un universo que se expande rápidamente, ¡con galaxias distantes que
se alejan a una velocidad más rápida que la de la luz! La crisis de extensión
espacial se evidencia también de otras formas, que indican que la conciencia
crística se está desarrollando en la humanidad y en la fuerza-sustancia del
planeta, del aspecto Madre. Incluso en la dificultad de este proceso de nacimiento,
y a pesar del dolor y el sufrimiento en el mundo, esta espiritualidad emergente
da motivo de optimismo y esperanza.
A medida
que los velos planetarios vayan disolviéndose de manera constante, a las
personas de mentalidad espiritual les será posible percibir más claramente al
Cristo y a la Jerarquía espiritual que se van aproximando y que están actuando
detrás de la escena de los asuntos mundiales. Esto podría, incluso, ser un
factor que esté estimulando actualmente la creación de las teorías de la conspiración;
o sea: se intuye vagamente algo misterioso que se halla al otro lado del velo,
y debido a que su naturaleza no es clara, se lo interpreta de manera negativa.
Teniendo presente lo antedicho, podemos ver que es un gran reto comprender lo
que está sucediendo en el mundo en estos tiempos tumultuosos.
Los puntos de
vista transmitidos por la mayoría de los medios de comunicación no siempre son
útiles; se requiere una visión desde un punto más elevado, a saber, que uno
esté libre de los prejuicios nacionales, culturales e ideológicos. Aquellos que
sirven a la humanidad y desean con ansia ver signos de que el Plan de Amor y de
Luz se está exteriorizando en la Tierra, necesitan lograr estados cada vez más
sutiles de ecuanimidad, de discernimiento y de desapego, porque podemos estar
centrados de tal manera en los efectos y los acontecimientos externos que la
esperanza y la desesperación que de ello resultan nublen nuestra visión
interna.
El
espíritu se eleva con los signos esperanzadores de la creciente síntesis, pero
solo para ser abatido otra vez por los poderes oscuros del separatismo que aún
prevalecen. La alternancia de las victorias entre las fuerzas de la luz y de la
oscuridad, parecida a un efecto estroboscópico, deja al discípulo en un estado
de confusión, en cuanto a dónde se encuentra el mundo en relación con el Plan
divino, qué es lo que la Jerarquía está pensando y planeando en este momento:
si la humanidad está avanzando hacia el triunfo espiritual o hacia la derrota.
El
intelecto no es suficiente para poder entender la gran transición que está
ocurriendo ahora, como han enseñado las tradiciones espirituales durante mucho
tiempo, porque él sucumbe a la ilusión; para ello, es a la intuición a la que
debemos recurrir. Y por esta razón hemos elegido el tema Del intelecto a la
intuición para los seminarios de Buena Voluntad Mundial de este año, en cada
uno de los tres centros, que se celebrarán el sábado 29 de octubre. Esperamos
que muchos compañeros se unan a nosotros en ese día, con el objetivo de
trabajar como una mente grupal unificada, a fin de intuir la luz y el amor, que
podrán asistir a la humanidad en su transición hacia el brillante futuro que se
aproxima. En la luz del servicio grupal.