INICIACIÓN
HUMANA Y SOLAR (AAB. D.K.)
Capítulo
XIX. Reglas para Aspirantes "Regla Seis”
Los
fuegos purificadores arden tenuemente cuando el tercero es sacrificado al cuarto. Por lo tanto, que el discípulo se abstenga
de quitar la vida y que nutra lo más inferiorcon el producto del segundo.
Esta regla puede aplicarse a la conocida norma de que el
discípulo debe ser estrictamente vegetariano. La naturaleza inferior se embota
y densifica y la llama interna no puede brillar cuando se incluye la carne en
la dieta. Esta regla es rígida e inviolable para los solicitantes. Los
aspirantes pueden o no consumir carne, según prefieran, pero en cierto etapa
del sendero es esencial la abstención de cualquier tipo de carne y es necesario
vigilar con estricta atención la dieta. El discípulo debe limitarse a las
verduras, cereales, frutas y legumbres, pues sólo así será capaz de construir
el tipo de cuerpo físico que pueda resistir la entrada del hombre real que ha
permanecido ante el Iniciador en sus vehículos sutiles. Si no hiciera esto y
pudiera recibir la Iniciación sin haberse preparado de este modo, el cuerpo
físico sería destruido por la energía que fluye a través de centros
recientemente estimulados y surgirían graves peligros para el cerebro, la
columna vertebral y el corazón.
No pueden dictarse reglas rígidas o ascéticas, excepto la regla
inicial de prohibición absoluta -para todos los que solicitan la iniciación- de
carnes, pescados, licores y el uso del tabaco. Para quienes pueden soportarla,
es mejor eliminar de la dieta los huevos y el queso, aunque esto no es en modo
alguno obligatorio; pero para quienes están desarrollando facultades psíquicas
de cualquier tipo, es aconsejable abstenerse de consumir huevos y moderarse en
el queso. La leche y la manteca entran en diferente categoría, y la mayoría de
los Iniciados y solicitantes consideran necesario incluirlas en la dieta. Pocos
pueden subsistir y retener todas sus energías físicas con la dieta vegetariana,
pero allí está encerrado el ideal, y como bien se sabe, éste rara vez se logra
en el actual período de transición.
A este respecto conviene recalcar dos cosas: primero, la necesidad del sentido común en el solicitante, factor del cual se carece frecuentemente, y los estudiantes deberían recordar que los fanáticos desequilibrados no son miembros deseables para la Jerarquía. El equilibrio, el justo sentido de proporción, la debida consideración de las condiciones del medio ambiente y un sensato sentido común, es lo que caracteriza al auténtico esoterista. Cuando existe el verdadero sentido del buen humor, muchos peligros pueden evitarse. Segundo, el reconocimiento del factor tiempo y la capacidad de efectuar lentamente los cambios en la dieta y en los hábitos de toda la vida.
En la naturaleza todo progresa lentamente, y los solicitantes
deben aprender la verdad oculta de la frase: "Apresúrate despacio".
El proceso de eliminación gradual es generalmente el sendero de la sabiduría, y
este período eliminatorio -bajo condiciones ideales, que raras veces existen-
debe abarcar la etapa que llamamos del aspirante, para que cuando el hombre se
convierta en un solicitante de la iniciación, haya realizado la necesaria
preparatoria purificación de la dieta."