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LOS PROBLEMAS QUE SURGEN DEL DESPERTAR DE LOS CENTROS ETÉRICOS.(AAB. Y D.K.) Texto extraído de la Revista “Nivel II” dedicada al estudio de los Libros Azules
LOS PROBLEMAS QUE SURGEN DEL DESPERTAR DE LOS
CENTROS ETÉRICOS.(AAB. Y D.K.)
Texto extraído de la Revista “Nivel II” dedicada al
estudio de los Libros Azules
Quienes leyeron mis otros
libros y tratados, sabrán cuán inmenso es el tema que nos ocupa y qué poco se
conoce y enseña sobre los centros, sus emanaciones de fuerza y la actividad del
cuerpo vital o etérico, que es el receptor y distribuidor de energías,
energías que determinan y condicionan las circunstancias y la siquis del ser
humano y producen, en último análisis, la manifestación fenoménica del hombre
en el plano físico, además de sus características inherentes. Esta información
ya la he dado anteriormente y pueden leerla y estudiarla quienes tienen
interés. Así podrán esclarecer su conocimiento sobre los distintos centros. Una
cosa quisiera señalar aquí, que más adelante dilucidaré, y es la relación que
existe entre los diversos centros y los rayos:
PRIMER RAYO.............PODER
Y VOLUNTAD.................................CENTRO CORONARIO
SEGUNDO
RAYO........AMOR-SABIDURÍA......................................CENTRO CARDÍACO
TERCER RAYO...........INTELIGENCIA
ACTIVA...............................CENTRO LARÍNGEO
CUARTO RAYO..........ARMONÍA A
TRAVÉS DEL CONFLICTO....CENTRO AJNA
QUINTO
RAYO...........CONOCIMIENTO CONCRETO......................CENTRO SACRO
SEXTO
RAYO.............DEVOCIÓN......................................................PLEXO
SOLAR
SÉPTIMO RAYO.........ORDEN
CEREMONIAL..................................BASE DE LA COLUMNA VERTEBRAL
Podría aprenderse mucho
reuniendo en un solo libro toda la información dada sobre este tema, y
relacionando así lo que se conoce sobre estos puntos específicos de energía que
se hallan en la estructura humana. Sólo puedo dar una idea general sobre el
tema, indicar ciertas líneas de desarrollo y relación, respecto a los siete
centros mayores, las siete glándulas principales y los lugares y zonas del
cuerpo humano donde están ubicadas estas glándulas o centros. También quisiera
pedirles que traten de comprender cinco cosas:
1. Que las personas poco
desarrolladas son energetizadas e impulsadas a la actividad externa mediante los
tres centros que están debajo del diafragma.
2. Que el hombre común
comienza a funcionar principalmente por medio del centro plexo solar y a
utilizarlo como centro de fuerza para transferir energías que deben ser
llevadas de abajo a arriba del diafragma.
3. Que los aspirantes del
mundo son energetizados y controlados lentamente por las fuerzas que se están
transfiriendo de los centros situados debajo del diafragma al centro laríngeo y
desde el alma también al centro laríngeo, lo cual conduce a una actividad
creadora determinada.
4. Que los discípulos del
mundo comienzan a ser regidos y controlados por los centros laríngeo y
cardíaco; también las fuerzas que han sido elevadas a dichos centros empiezan a
ser transferidas al centro ajna, ubicado entre las cejas, en el medio de la
frente. Realizado esto, el hombre se convierte en una personalidad integrada.
El alma también estimula al centro ajna.
5. Que los discípulos más
avanzados y los iniciados del mundo son energetizados desde dos fuentes: las
energías que ascienden y se elevan hasta la cabeza desde los centros del
cuerpo, y las que afluyen a la estructura humana desde el alma, por conducto
del centro más elevado ubicado en la cima de la cabeza.
Todo procedimiento, como podrá
verse, consiste en desarrollar, utilizar y transferir, como sucede en todo el
desarrollo evolutivo. Existen dos centros principales de transferencia en el
cuerpo etérico -el plexo solar y el laríngeo- y un centro mayor a través del
cual la energía del alma debe afluir cuando llegue el momento apropiado y
afluirá conscientemente y con plena percepción del discípulo. A ese centro se
lo denomina coronario, o loto de mil pétalos, en la filosofía oriental. El
problema del aspirante avanzado, del discípulo y del iniciado de grado
inferior, está vinculado con el centro creador, el laríngeo. Recordaré a los
estudiantes que en los tres puntos siguientes, relacionados con la
transferencia de energía, debe tenerse en cuenta.
1. Que debe hacerse una
transferencia de energías desde los centros inferiores a los superiores; esto
generalmente se efectúa en dos etapas, que se llevan a cabo dentro de la
personalidad, y van paralelas a la transferencia de la energía espiritual desde
el depósito de fuerza, denominado alma, al hombre en el plano físico. Esto es
posible cuando el hombre realiza la transferencia necesaria dentro de sí mismo,
y tiene lugar en el transcurso del proceso evolutivo o puede acelerarse
por el entrenamiento forzado, impartido a los discípulos en todos los grados.
2. Que dentro de este campo
principal de actividad se deberán realizar las siguientes transferencias:
a. El período en que los
centros están activos sólo en forma indolente y semialetargada; las
fuerzas que los componen y expresan se mueven lentamente con ritmo pesado e
inanimado; la luz que se percibe donde hay un centro es tenue; el punto de
potencia eléctrica en el centro ("el corazón del loto o chakra", el
eje de la rueda, como se lo denomina esotéricamente en la enseñanza oriental)
está relativamente pasivo. Afluye al centro la susficiente energía para la
conservación de la vida, el buen funcionamiento de la naturaleza instintiva,
juntamente con la tendencia a reaccionar en forma vacilante e ignorante, al
estímulo proveniente del plano astral a través del cuerpo astral del
individuo.
b. El período en que tiene
lugar la definida elevación e intensificación de la fuerza. La
luz de los centros es más brillante y el centro del plexo solar, en especial,
se hace muy activo. Pero, la verdadera vida del hombre todavía está enfocada
debajo del diafragma. Los centros que se hallan arriba de éste están
oscurecidos, apagados y relativamente inactivos; sin embargo el punto en el
centro es más eléctrico y dinámico. En esta etapa el hombre es el ciudadano
inteligente común, controlado predominantemente por su naturaleza inferior y
sus reacciones emocionales, y emplea la mente que posee para satisfacer sus
necesidades. Sus centros reciben principalmente fuerzas provenientes
del astral y del físico, y sólo ocasionalmente respondonden a impactos
mentales.
c. El período en que se
realiza la primera transferencia. Podrá durar mucho tiempo
y abarcar varias vidas. Los centros debajo del diafragma están totalmente
despiertos; su actividad es enorme; su luz es vívida; su interrelación es real
y de tal magnitud que se ha establecido un campo magnético completo,
involucrando toda la zona debajo del diafragma, y llega a ser suficientemente
poderosa como para extender su influencia arriba de éste. El plexo
solar se convierte en el órgano dominante en lugar del centro sacro, que
durante tanto tiempo ha determinado la vida de la naturaleza animal. Se
transforma en el receptor de las corrientes de energía que vienen de abajo,
absorbiéndolas e iniciando la tarea de desviarlas y transferirlas a los centros
superiores. El hombre se convierte ahora en un aspirante y ciudadano
altamente inteligente. Es consciente de la dualidad de su naturaleza, de lo que
está abajo y de lo que se halla arriba, como se dice comúnmente y está ya
preparado para hollar el Sendero de Probación.
d. El período en que continúa
la transferencia. Las fuerzas del sacro son conducidas a la garganta y las
fuerzas del plexo solar al corazón. Esta última transferencia se hace todavía
en tan ínfima medida que su efecto es casi nulo. Este
período es extenso y muy difícil. Hoy la mayoría de las personas atraviesan los
períodos c y de, preparatorios para la manifestación de la vida mística.
e. El período en que los
centros cardíaco y laríngeo se ponen en actividad. El hombre es un creador
inteligente en una u otra línea y va siendo lentamente consciente del grupo. Sin
embargo, sus reacciones tienen aún un móvil egoísta, aunque al mismo tiempo
está sujeto a los ciclos de visualización y períodos de esfuerzo espiritual. La
vida mística lo atrae definidamente y se va convirtiendo en un místico.
f. Se inicia el segundo
período de transferencia y el centro ajna, que rige a la personalidad
integrada, se hace activo y dominante. La vida de los
sentimientos y del esfuerzo místico, en ese momento, puede disminuir momentáneamente
su expresión y ser reemplazada por las fervorosas y vehementes disciplinas, la
integración, las ambiciones, los objetivos y las expresiones personales. Este
es un cambio correcto y bueno, pues tiende a completar el desarrollo. Es
momentáneo, pues el místico todavía se halla latente detrás de las actividades
externas y de los inteligentes esfuerzos mundanos, y volverá a surgir
nuevamente para realizar un esfuerzo vital cuando controle y se haya despertado
plenamente la naturaleza mental, haya saciado el deseo de la satisfacción
mental y el "hijo de Dios esté preparado para resucitar y entrar en la
casa del Padre". Durante este período, el hombre inteligentemente creador
y poderoso llega al cenit de la vida personal. Los centros debajo de la cabeza
están activos y funcionando, pero los centros debajo del diafragma se
subordinarán y serán controlados por los que están arriba. Entonces estarán
sujetos a la voluntad condicionadora del hombre, quien es regido a su vez por
la ambición, la eficiencia intelectual y esa forma de trabajo grupal que tiende
a expresar la potencia de su personalidad. El centro ajna está vívido y potente,
el centro laríngeo intensamente activo y el centro cardíaco va despertando
rápidamente.
g. El período en que el centro
más elevado de la cabeza es puesto en radiante actividad. Esto
ocurre como resultado de la elevación (en forma nueva y más potente) del
instinto místico, y se produce cuando existe también un acercamiento
inteligente a la realidad. El resultado es doble:
1. El alma comienza a derramar
su energía dentro de todos los centros etéricos y vitales por medio del centro
coronario.
2. El punto en el corazón de cada centro entra en su primera y verdadera actividad; llega a ser radiante,
brillante, magnético y poderoso, en tal forma, que "oscurecerá la luz de
todo lo que lo circunda".
Todos los centros del cuerpo
son impelidos a una actividad ordenada por las fuerzas del amor y de la
voluntad. Entonces tiene lugar la última transferencia de todas las energías
corporales y psíquicas al centro coronario, efectuada por el despertar de los
centros en la base de la columna vertebral. Luego, los dos grandes polos
opuestos, tal como lo simbolizan y expresan el centro coronario (el órgano de
energía espiritual) y el centro de la base de la columna vertebral (el órgano
de las fuerzas materiales), se mezclan y fusionan y desde ese momento el hombre
es controlado desde arriba por el alma.
En consecuencia, cuando
estudiamos al místico y sus dificultades se deberán tener en cuenta dos puntos:
primero, el período del despertar y la consiguiente utilización de los centros;
segundo, el período en que se transfieren las energías del plexo solar al
corazón y, después, desde los cuatro centros ubicados en la columna vertebral
al centro laríngeo, antes de enfocar la energía de todos los centros en el
centro ajna (entre las cejas). Este centro controla la vida de la personalidad
hacia los cinco cengtros inferiores que éste sintetiza. Cada un a de estas
etapas trae consigo sus dificultades y problemas. Sin embargo, nos ocuparemos
de ello de acuerdo a lo que puedan afectar a la oportunidad actual u
obstaculizar al hombre que se halla en el Sendero y, por lo tanto, toma en sus
manos su propia evolución. Entonces permanece "en medio de los pares de opuestos"
y esto significa (en lo que respecta a nuestro interés particular en este
momento) que existen tres etapas en el trabajo místico, señalando cada una un
período definido de crisis con sus consiguientes comprobaciones y pruebas:
1. La etapa preparatoria en
que se transfieren todas las energías inferiores al plexo solar, antes de
llevarlas a los centros laríngeo y cardíaco, arriba del diafragma. Esta etapa
abarca no sólo el proceso de transferencia, sino el enfoque de las fuerzas en los
centros superiores.
Período........Etapas
posteriores del Sendero de Probación y las primeras etapas del sendero
del Discipulado.
Nota clave....Disciplina
Objetivo........Idealismo,
juntamente con esfuerzo personal. Purificación y control.
2. La etapa en que se hace la
transferencia al centro ajna, y la vida de la personalidad llega a integrarse y
a ser poderosa.
Período.........Etapas
posteriores del Sendero del Discipulado, hasta el momento en que recibe la
tercera iniciación.
Nota clave.....Expresión del
alma, a través de la personalidad.
Objetivo........Comprensión
del Plan y la consiguiente colaboración con él.
La tercera y última parte, de
la cual no nos ocuparemos, es donde se produce la fusión total de las fuerzas
corpóreas (enfocadas a través del centro ajna) con las fuerzas del alma
(enfocadas por medio del centro coronario). En este momento se produce la
evocación final de la voluntad de la personalidad (purificada y consagrada) que
ha estado, como "la serpiente de la sabiduría, durmiendo enroscada"
en la base de la columna vertebral, la cual asciende por el impulso de la
devoción, la aspiración y la voluntad iluminada, fusionándose en la cabeza con
la voluntad espiritual. Ésta es la elevación final, por un acto de determinación
discriminadora del fuego kundalini, elevación que tiene lugar en tres etapas o
impulsos:
1. La etapa en que las
energías inferiores son llevadas al centro plexo solar.
2. La etapa en que estas
energías, que afluyen al corazón, se mezclan con éste y son llevadas al
laríngeo.
3. Etapa en que las cinco
formas inferiores de energías se enfocan en el centro de la cabeza, el ajna.
Los estudiantes se preguntarán
¿existen otras energías debajo del diafragma, además de las del centro sacro y
las que están enfocadas en el centro de la base de la columna vertebral, que
son elevadas al centro ajna por medio del centro plexo solar?
Hay un sinnúmero de centros
menores y sus respectivas energías, pero no las especificaré detalladamente en
bien de la claridad. Sólo me ocuparé de los centros principales y de sus
efectos e interrelaciones. El tema ya es bastante abstruso y difícil en todos
los casos para que nosotros lo compliquemos indebidamente. Tenemos, por
ejemplo, energías que afluyen al bazo, provenientes de fuentes planetarias, y
también a dos centros menores cerca de los riñones, uno a cada lado, además de
otros; estas fuerzas deben ser comprendidas, transmutadas, transformadas y
transferidas. Es interesante observar que los dos pequeños centros que
están cerca de los riñones se relacionan con los niveles inferiores del
plano astral y engendran en el sistema corpóreo gran parte del temor, etc.,
factor característico de esos subplanos. Por lo tanto se hallan cerca
del centro que puede controlarlos, porque hasta el endocrinólogo moderno sabe
que cuando las glándulas adrenales son estimuladas, producen (como resultado
psicológico de un acontecimiento físico) excesiva valentía y una especie de
voluntad dirigida, que le permite hacer cosas que en otro momento sería
imposible realizar. Quisiera indicarles que la afirmación que frecuentemente se
hace en los libros ocultistas de que "el kundalini duerme" es
parcialmente veraz. El centro en la base de la columna vertebral está sujeto a
la misma vida rítmica que los demás centros. Este período específico en
que "el kundalini despierta" se refiere a ese tiempo en que "el
punto en el centro" se hace vibrante, poderoso y activo, entonces su
fuerza puede pasar por la columna vertebral hasta llegar al centro más elevado
de la cabeza. Sin embargo, esto no sería posible si anteriormente no se
hubieran efectuado las tres "elevaciones de la fuerza latente de la
voluntad", elevaciones que sirven para limpiar el conducto ascendente de
la columna, penetrando y destruyendo la trama etérica que separa cada centro y
la zona que cada uno controla, del centro que está más arriba.
Estas transferencias y
organizaciones internas producen, lógica y naturalmente, perturbaciones y
conflictos en la vida del místico, dificultades de naturaleza definidamente
psicológica y con frecuencia dificultades patológicas. Deberá observar, por lo
tanto, la serie de transferencias, dificultades psicológicas y resultados
patológicos. Estas ides pueden aclararse por sí mismas en sus mentes si les
expongo, por ejemplo, ciertos hechos referentes al centro sacro, que rige
durante tan largo tiempo al animal y a la vida física creadora del ser humano.
En el proceso de la evolución, el centro sacro pasa por esas etapas donde
actúa automática e inconscientemente, como sucede con el hombre estrictamente
animal; luego viene la etapa en que actúa impulsado por el deseo, el placer y
la satisfacción física cuando la imaginación comienza a ejercer su influencia,
y después el período en que hay una consciente subordinación de la vida al
impulso sexual, de naturaleza distinta del que mencioné primero. El
sexo llega a ser una idea predominante en la conciencia, y muchas personas en
la actualidad están pasando por esta etapa. Todos, en algún momento o
en alguna vida, pasarán por ella. A esto le sigue el período de transferencia
donde la atracción física del sexo y el anhelo de crear físicamente ya no
domina tanto, y las fuerzas comienzan a reunirse en el plexo solar. Allí serán
controladas en su mayor parte por la vida astral imaginativa, mucho más que por
la inconsciencia animal o la vida consciente de deseo. Se mezclarán con
las fuerzas del plexo solar y serán gradualmente ascendidas al centro laríngeo,
pero siempre a través del centro cardíaco.
Tenemos aquí el punto
principal de las dificultades que afectan al místico, quien rápidamente viene
al ser y a la actividad funcional. Llega a hacerse dolorosamente conscicente de
la dualidad, la atracción del mundo y la visión mística; de las posibilidades
divinas y las potencias de la personalidad; del amor, en lugar del deseo y la
atracción, y de la relación divina, en vez de las relaciones humanas. Sin
embargo el tema todavía continúa interpretándose en términos de dualidad. El
sexo aún persiste imaginativamente en su conciencia y no ha sido relegado a un
lugar equilibrado como el que ocupan los otros instintos de la naturaleza
humana, lo cual da por resultado un interés casi patológico en el simbolismo
del sexo y lo que podría denominarse una vida sexual espiritualizada. De ello
tenemos grandes ejemplos en los escritos y experiencias de muchos místicos de
la edad media. En ellos hallamos expresiones tales como la "desposada de
Cristo", el "matrimonio en los Cielos", la representación de
Cristo como "esposo celestial" y muchos otros símbolos y frases. En
el Canto de Salomón tenemos la rendición masculina del mismo acercamiento
sexual básico al alma y a su omniabarcante vida.
Estos y muchos otros ejemplos
desagradables de la psicología sexual están mezclados en la verdadera y
pronunciada aspiración y ansiedad mística y el genuino anhelo de unirse a lo
divino. La causa de todo reside en la etapa de transferencia. Las energías
inferiores están sujetas, como podrá verse, a dos etapas de transferencias:
Primero, al plexo solar y de allí al centro laríngeo, centro que durante este
período no está suficientemente activo ni despierto para absorber y utilizar
las energías del sacro, que en algunos casos son detenidas durante la ascensión
y retenecidas momentáneamente en el centro cardíaco, produciendo el fenómeno
del impulso sexual (acompañado a veces por una definida reacción sexual
física), del erotismo religioso y, generalmente, de una actitud malsana que
abarca desde la verdadera sexualidad hasta el celibato fanático. Este último es
un extremo tan indeseable como el otro, y ambos producen resultados muy
reprobables. Con frecuencia, cuando se trata de un místico masculino, habrá una
expresión sexual super desarrollada en el plano físico, perversiones de
distintos tipos o una pronunciada homosexualidad. En los casos femeninos puede
haber muchas perturbaciones en el plexo solar (lugar de perturbaciones en
el sacro) y la consiguiente afección gástrica, una vida imaginativa malsana,
que abarca desde el endeble prurio hasta formas definidas de enajenación
sexual, acompañadas frecuentemente por una poderosa inclinación religiosa.
Quisiera recordarles que estamos tratando las anormalidades y en consecuencia
debo referirme a cosas desagradables. Si en las etapas primitivas del
desarrollo místico existiera una correcta orientación de la vida mental y de
los pensamientos, además de una valiente explicación del proceso, se evitarían
grandes dificultades. Estas primitivas etapas se asemejan mucho al
interés demostrado por el adolescente hacia el sexo y la religión. Ambos están
íntimamente aliados durante este período particular de desarrollo. Si los
educadores, progenitores y los que están vinculados al entrenamiento de la
juventud, pudieran prestarles una ayuda correcta, ciertas tendencias
indeseables (tan prevalecientes ahora) no se convertirían en hábitos y estados
mentales como ocurre hoy.
Otro interrogante que podría
surgir en la conciencia del estudiante sería el siguiente: Este proceso de
despertar los centros, de utilizarlos como canales para la fuerza
(inconscientemente al principio y luego con creciente conciencia) y finalmente,
de transferir energía hacia los centros cada vez más elevados, ¿cómo puede
traer problemas, enfermedades e innumerables y variadas dificultades de
naturaleza fenoménica, que parece haber heredado la humanidad, una vez que la
experiencia mística se convierte en meta y en algo que parece deseable? Vuelvo
a recordar que el problema debe ser interpretado en términos de expandir la
conciencia y de reunir en etapas progresivas los distintos tipos de energía. El
cuerpo humano es, en último análisis, un conjunto de unidades de energía. En el
cuerpo vital hay (condicionando los sistemas endócrino y linfático) ciertos
puntos focales a través de los cuales fluye energía al cuerpo físico,
impresionando y estimulando los átomos del cuerpo, logrando así afectar
poderosamente todo el sistema nervioso subyacente en todas partes. El cuerpo
vital o etérico, es la contraparte sutil de la estructura nerviosa del cuerpo
físico, y los centros de energía condicionan y controlan el sistema glandular.
Así las energías, las influencias, las potencias y las fuerzas afluyen y pasan
a través del cuerpo físico -conscientemente en algunos casos e
inconscientemente en la mayoría- desde los tres mundos de la actividad y
empresa humana. Cuando el centro cardíaco y el coronario están activos y son
utilizados por las fuerzas internas y externas, tenemos el comienzo de una vida
mística y ocultista. Existen dos razones por las cuales se produce este período
de excesiva dificultad:
1. El hilo de la
conciencia está introducido en la cabeza cerca de la glándula pineal. El hilo
de la vida está arraigado en el corazón. Este último, proveniente de la mónada,
pasa a través del cuerpo del alma y va al centro cardíaco; el otro proviene
directamente del alma y va al centro más elevado de la cabeza. El
místico se da cuenta de estas dos corrientes principales de energía, cuando las
fuerzas que están debajo del diafragma se dirigen al plexo solar y de allí al
corazón y la cabeza. Entonces es consciente de las posibilidades que ofrece la
vida y del extenso campo que puede abarcar la conciencia, y la zona y amplitud
de su capacidad. Éste es el período de percepción interna.
2. La afluencia de
fuerzas planetarias y solares que pasan del centro coronario al cardíaco y de
allí a los otros centros.
Esta afluencia produce:
a. El estímulo de los centros
mayores y menores, llevado a cabo de acuerdo a las influencias y tendencias de
rayo.
b. La revelación del bien y
del mal, es decir, los mundos de expresión de la personalidad y del alma. Este
proceso dual continúa en forma simultánea.
c. Por lo tanto, cuando la
existencia de la dualidad llega a comprenderse y el gran par de opuestos, alma
y personalidad, se fusiona, trae la unificación.
El resultado de estas
realizaciones conscientes, inevitablemente conduce a luchas, conflictos y aspiraciones,
además de una continua frustración; este proceso trae los reajustes que
deben hacerse cuando el hombre va siendo más consciente de la meta y está cada
vez más "alerta". El triple hombre inferior, la expresión de la vida,
debe habituarse a los nuevos niveles de conciencia y a las zonas de percepción
que se abren ante él y acostumbrarse a los nuevos poderes que emergen, pues lo
capacitan para introducirse con mayor facilidad en los extensos campos de
servicio que va descubriendo.
martes, 21 de marzo de 2017
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