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jueves, 6 de abril de 2017

LO QUE ENTRAÑA EL ACCESO A LOS MAESTROS. Textos del Maestro D.K. “El Tibetano”

LO QUE ENTRAÑA EL ACCESO A LOS MAESTROS.
Textos del Maestro D.K. “El Tibetano”
Esta es la 2ª publicación sobre "LOS MAESTROS DE SABIDURÍA"



Trataremos el segundo punto de esta octava carta, estudiándola en. dos sentidos: brevemente, desde el punto de vista del Maestro, y con cierta extensión, desde el punto de vista del discípulo.

En estas cartas he dado un amplio delineamiento de la magna tarea que tiene ante sí el hombre que se propone llegar a la meta. Mucho de lo escrito no tiene interés para aquel que sólo ha alcanzado un desarrollo común, concierne principalmente a quien ha llegado a una etapa específica en la evolución y se halla en el sendero de probación. Gran parte de lo que podría decirse sobre ello ya ha sido tratado anteriormente. No abarcaré aquí el mismo terreno, sino que me referiré en especial a las relaciones internas que existen entre Maestro y discípulo.

Esta relación comprende cuatro grados; en cada uno el aspirante se acerca más a su Maestro, y abarca el periodo en que el individuo está en entrenamiento hasta el momento en que se convierte en un adepto, siendo tales períodos los siguientes:

a. Aquél en que el aspirante se halla en probación.
b. Aquél en que se convierte en discípulo aceptado.
c. Aquél en que se lo considera como intimo del Maestro o, según se dice esotéricamente, el "Hijo del Maestro".
d. Aquél en que recibe las tres iniciaciones finales, donde se reconoce como uno con el Maestro. Su condición es la de "Elegido del Maestro", condición análoga a la de Juan, el discípulo amado, a que se refiere La Biblia

Estos estados están regidos por dos condiciones:
a. Similitud de vibración,
b. karma,

implicadas en la capacidad del individuo para desarrollar la conciencia grupal.
En los planos de la mente superior, en el segundo subplano, tenemos un reflejo de lo que se puede observar en los planos superiores de nuestro sistema solar. ¿Qué tenemos allí? Siete Hombres celestiales, integrado cada uno (desde el punto de vista de la forma) por almas grupales -formadas de unidades de conciencia humana y angélica. En el segundo subplano del plano mental se hallan los grupos que pertenecen a los Maestros, si puedo expresarlo así. Estos grupos están animados y vitalizados desde el subplano atómico, donde residen los Maestros * (cuando Se manifiestan para ayudar a los hijos de los hombres), de la misma manera que los Hombres celestiales tienen Su fuente de origen y la causa de Su vida en el plano atómico del sistema solar, al que llamamos plano de Adi o primer plano. Estos grupos se forman alrededor de un Maestro, están incluidos en Su aura y son parte de Su conciencia, abarcando a personas cuyos rayos egoico y monádico son iguales a los del Maestro. Esto significa que conciernen a dos tipos de personas:

1. Los que se preparan para recibir la primera y segunda iniciaciones en el rayo del Ego.
2. Los que se preparan para recibir las dos iniciaciones siguientes en el rayo de la Mónada. He aquí la razón de la trasferencia de una persona de un rayo a otro. La trasferencia sólo es aparente, aunque signifique pasar al grupo de otro Maestro. Esto tiene lugar después de la segunda iniciación.

* Desde 1920 han ocurrido grandes cambios. En la actualidad (1945) han sido trasladados al plano búdico (A.A.B.)
Los tres objetivos del probacionista.

Durante el período en que el aspirante se halla en probación se espera que desarrolle tres cosas:

1. La aptitud de hacer contacto con su grupo o, en otras palabras, ser sensible a la vibración del grupo, del cual un determinado Maestro es el punto focal. Al principio establece contacto a raros intervalos. Durante la primera parte de su período de probación, mientras está bajo observación, sólo es capaz de sentir y retener la vibración del grupo (que es la vibración del Maestro) durante un periodo muy breve. En un momento de elevación se vinculará con el Maestro y el grupo; todo su ser será inundado con esa elevada vibración que surgirá como una explosión del color del grupo. Luego se apaciguará, volverá a su estado anterior y perderá el contacto. Sus cuerpos no están suficientemente refinados y su vibración es demasiado inestable para retenerla durante mucho tiempo.

Pero a medida que transcurre el tiempo (períodos extensos o breves, de acuerdo al anhelo del estudiante) la frecuencia de los momentos de contacto aumenta, puede retener la vibración mayor tiempo y no vuelve a su estado normal tan fácilmente. Llega por fin el momento en que puede mantener el contacto regularmente estable. Entonces pasa a la segunda etapa.

2. La facultad de pensar en forma abstracta, o el poder de hacer contacto con la mente superior, vía el cuerpo causal. Debe aprender a hacer contacto con la mente inferior, simplemente como un instrumento para llegar a la superior, y así trascendería hasta polarizarse en el cuerpo causal. Después, por medio del cuerpo causal, se vinculará con los niveles abstractos. Hasta no realizar esto le resultará imposible establecer contacto con el Maestro, pues, como ya se ha dicho, el estudiante debe elevarse desde su mundo (el inferior) al mundo del Maestro (el superior).

Ahora bien, ambas cosas -el poder de llegar al Maestro y a Su grupo y el poder de polarizarse en el cuerpo causal y llegar a niveles abstractos- son definidamente el resultado de la meditación, como ha sido aclarado en cartas anteriores. Por lo tanto, no es necesario recapitular la información dada, excepto indicar que por la meditación constante y la facultad de concentrarse en el inmediato deber (que después de todo sólo es el fruto de la meditación practicada en la vida diaria) vendrá la creciente facultad para retener firmemente la vibración más elevada. He de reiterar una y otra vez esta aparentemente sencilla verdad, que únicamente la similitud de vibración atraerá al aspirante al grupo superior a que pueda pertenecer, al Maestro que representa para él el Señor de su rayo, al Instructor del Mundo que le administrará los misterios, al Único Iniciador que efectuará la liberación final y al Centro del Hombre celestial en Cuyo cuerpo el aspirante halla su lugar. La actuación de la Ley de Atracción y Repulsión, en todos los planos, extrae la vida divina del reino mineral, del vegetal y del animal y también de la Deidad latente, limitada por el reino humano, afiliando al hombre con su grupo divino. La misma ley lo Iibera de las formas sutiles que análogamente lo atan y lo fusionan de nuevo con su fuente animadora, el Señor de Rayo en cuyo Cuerpo se halla su Mónada. En consecuencia, el trabajo del probacionista consiste en armonizar su vibración con la del Maestro, purificar sus tres cuerpos inferiores para que no entorpezcan dicho contacto, y controlar su mente inferior en tal forma que no obstaculice el descenso de luz desde el triple Espíritu. Así puede hacer contacto con esa Tríada y con el grupo en el subplano mental superior, al cual pertenece por derecho y karma. Todo esto se logra por la meditación, y no existe ningún otro medio para alcanzar dichos objetivos.

3. Equiparse emocional y mentalmente, comprender y comprobar que tiene algo que dar al grupo al cual está afiliado esotéricamente. Reflexionen sobre lo siguiente: a veces se hace demasiado hincapié en lo que el estudiante recibirá cuando sea un discípulo aceptado o probacionista. Diré con toda seriedad, el aspirante no dará los pasos deseados hasta que tenga algo para dar, algo que agregar para aumentar la belleza del grupo, algo que aportar a ese equipo disponible que el Maestro necesita para ayudar a la raza, y que acrecentará la riqueza del colorido grupal. Esto puede realizarse de dos maneras que interactúan mutuamente:

a. Equipando, por el estudio y la aplicación, el contenido de los cuerpos mental y emocional.

b. Utilizando ese equipo para servir a La raza en el plano físico, demostrando así a la Jerarquía observadora que el estudiante tiene algo que dar. También debe demostrar que su único deseo es ser benefactor y servidor, más bien que codiciar y adquirir para sí. Esta vida de adquisición con el propósito de dar, debe tener por incentivo los ideales alcanzados en la meditación y por inspiración la afluencia de los niveles mentales superiores y de los niveles búdicos, como resultado de la meditación ocultista.

Cuando se han obtenido estos tres resultados y la vibración superior alcanzada es más frecuente y estable, el probacionista da el siguiente paso y se convierte en discípulo aceptado.

Discipulado aceptado.

El segundo período, cuando el estudiante se convierte en discípulo aceptado, es quizás uno de los más difíciles en toda la sucesión de vidas de un hombre, lo cual se debe a diversas causas.

El discípulo constituye una parte del grupo del Maestro y se halla en todo momento en Su conciencia, siendo mantenido dentro de Su aura, lo cual implica conservar constantemente una elevada vibración. Quisiera que reflexionaran sobre el efecto que esto produce. Resulta alga difícil sostener continuamente esta vibración; frecuentemente implica la intensificación de todo cuanto subsiste en la naturaleza del hombre y puede conducir (especialmente al principio) a curiosas manifestaciones. No obstante, si el hombre es capaz de retener la fuerza resultante de la aplicación del Cetro de Iniciación, debe demostrar su aptitud para hacerlo en las primeras etapas, mantenerse estable y avanzar firmemente cuando esté sometido a la intensa vibración proveniente del Maestro.

Debe disciplinarse a sí mismo en tal forma, que nada penetre en su conciencia capaz de perjudicar al grupo al cual pertenece o antagonizar con la vibración del Maestro. A fin de darles una idea clara de lo que quiero significar diré, que al principio cuando forma parle del grupo, incluido en el aura del Maestro, es mantenido en la periferia de esa aura hasta que ha aprendido a expulsar de sí automáticamente, y a rechazar inmediatamente todo pensamiento y deseo indignos del yo y por lo tanto, perjudicial para el grupo. Hasta que no aprenda a hacerlo, será incapaz de lograr una relación más íntima, pero deberá permanecer donde pueda ser aislado automáticamente. Gradualmente se purificará cada vez más, desarrollará la conciencia grupal y pensará en términos grupales de servicio; poco a poco su aura absorberá la coloración del aura del Maestro, hasta fusionarse y adquirir el derecho de ser atraído más cerca del "Corazón de su Maestra". Más adelante explicaré el significado técnico de esta frase, cuando me ocupe del trabajo que realiza el Maestro con el discípulo. Basta decir que a medida que transcurre el período de “discípulo aceptado" (y varía según los casos), va acercándose al corazón del grupo y encuentra su lugar y actividad funcional en ese cuerpo colectivo. El secreto es: hallar nuestro propio lugar, no tanto en la escala de la evolución (pues esto se sabe aproximadamente), sino en el servicio. Ello tiene más  importancia de lo que se cree, pues abarca el periodo que finalmente señalará, en forma terminante, el sendero que deberá seguir el hombre después de la quinta iniciación.

Afiliación con el Maestro.

Llegamos ahora al momento en que el discípulo pasa a la muy apetecida posición de "hijo del Maestro". Entonces es conscientemente y en todo momento parte de la conciencia del Maestro. La interacción entre Él y el discípulo se perfecciona rápidamente, y el discípulo puede conscientemente y a voluntad vincularse con el Maestro y conocer Sus pensamientos, penetrar en Sus planes,  deseos y voluntad. Esto lo ha adquirido en virtud de la similitud de vibración y porque el proceso de aislamiento (necesario al principio, debido a la vibración discordante) ha sido prácticamente superado; el discípulo se ha purificado al punto de que sus pensamientos y deseos ya no causan inquietud al Maestro ni tampoco vibración antagónica al grupo. Ha sido sometido a prueba, y no ha fracasado. Su vida de servicio en el mundo es más concentrada y perfecta, y desarrolla día tras día su poder de dar, acrecentando sus dotes. Todo ello concierne a su relación con algún Maestro o nos de ciencia esotérica. Un individuo puede recibir una iniciación. La iniciación es una cuestión técnica y puede expresarse en términos de ciencia esotérica. Un individuo puede recibir una iniciación y sin embargo no ser "hijo de un Maestro". El discipulado constituye una relación personal, regida por las condiciones de karma y afiliación, y no depende de la posición del individuo en la Logia. Mantengan esto claro en sus mentes. Se han dado casos en que el hombre, gracias a su dedicación y laboriosidad, ha adquirido los requisitos técnicos para la iniciación antes de afiliarse a un Maestro determinado.

Esta última relación de ser "hijo" de un Maestro, tiene una dulzura peculiar propia, y otorga ciertos privilegios. El discípulo puede entonces asumir alguna carga que pesa sobre el Maestro y aliviarlo de ciertas responsabilidades, liberándolo para que realice un trabajo más extenso. De allí que se haga tanto hincapié sobre el servicio, porque el hombre avanza en la medida que sirve, siendo la nota clave de la vibración del segundo nivel abstracto. Durante dicho período el Maestro conferenciará con Su "hijo", planeando el trabajo a realizar, de acuerdo a sus unificados puntos de vista. Así el Maestro desarrollará la discriminación y el juicio de su discípulo y aliviará Su propia carga en ciertas líneas, liberándose para otro trabajo más importante.

Poco puede decirse acerca del período final de lo que estamos considerando. Abarca el período en que el hombre domina las etapas finales del Sendero y entra en contacto, cada vez más íntimo, con su grupo y con la Jerarquía. No sólo vibra a tono con su grupo y su Maestro, sino que empieza a reunir a su propia gente y a formar su grupo propio. Al principio este grupo existirá nada más que en los niveles emocional, físico y mental inferior. Después de la quinta iniciación el discípulo incluirá dentro de su aura a estos grupos y a los que les son propios en los niveles egoicos. Esto en manera alguna impide que continúe siendo uno con el Maestro y con el grupo, pero el método de interfusión es uno de los secretos de la iniciación.

Todo ello unido a lo que se ha dicho anteriormente, dará una idea de los derechos y poderes que se adquieren en los senderos de probación y de iniciación. Los métodos de desenvolvimiento son siempre los mismos: la meditación ocultista y el servicio; la vida interna de concentración y la externa de práctica; la aptitud interna de ponerse en contacto con lo superior y la aptitud externa de expresar esta facultad mediante una vida santa; la radiación interna del Espíritu, y la externa brillando ante los hombres.

17 de setiembre de 1920.


... El tema que hemos estudiado durante los últimos días, aunque no es tan técnico como los anteriores, lleva en sí una vibración que hará de esta octava carta una de las más interesantes de la serie. He tratado hechos respecto a los Maestros, Quiénes son Ellos y el lugar que ocupan en el esquema de las cosas; he dilucidado brevemente lo que entraña tener acceso a un Maestro, desde el punto de vista del discípulo. Se ha visto que el acercamiento es un proceso gradual y lleva al hombre desde un contacto externo ocasional con un Maestro y Su grupo, a una posición muy íntima y a una actitud que coloca al discípulo dentro del aura y cerca del corazón de su Instructor. Ahora vamos a considerar brevemente lo que este cambio gradual de posición ha significado para el Maestro y ha exigido de Él.

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