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viernes, 21 de febrero de 2014

CAUSAS Y EFECTOS DE LAS ENFERMEDADES, POR: MAX HEINDEL



CAUSAS Y EFECTOS DE LAS ENFERMEDADES,   POR: MAX HEINDEL



La enfermedad es realmente un fuego, el Fuego Invisible, que es el Padre tratando de desintegrar las cristalizaciones que se han ido formando en el cuerpo. Reconocemos fácilmente que la fiebre pueda ser un fuego; pero la verdad es que los tumores, los cánceres y todas las demás enfermedades son también efectos de ese fuego invisible que trata de purificar el sistema y libertarlo de las condiciones que hemos creado al violar las leyes de la Naturaleza.

Además, podemos decir que la enfermedad es una manifestación de la ignorancia, único pecado, y que la curación esa demostración del conocimiento aplicado, que es igualmente la única salvación.

Cristo es la corporación del Principio de la Sabiduría, y en la misma proporción en que el Cristo se forme en nosotros alcanzamos la salud. Por consiguiente, el que cura debe ser una persona espiritual y tratar de infundir en su paciente los elevados ideales que tenga, para que gradualmente aprenda a conformarse con las leyes de Dios que gobiernan el Universo, alcanzando así una salud permanente en las vidas futuras, así como en la actual.

El Antiguo Testamento se abre con el relato de cómo el ser humano fue desviado por la falsa luz de Lucifer o Espíritus Luciféricos, lo cual fue la causa de todas las penas y sufrimientos que hay en el mundo. Y termina con la promesa de que el Sol de la Salvación surgirá, con la salud en sus alas. Y en el Nuevo Testamento encontramos el Sol de la Rectitud, de Justicia, la verdadera luz, que vino a salvar al mundo, y el primer hecho que se relata con respecto a Él es que tuvo una Concepción inmaculada.

Ahora bien, este punto debe ser comprendido plenamente: que las pasiones aportadas por Lucifer son las que han traído el dolor el pecado y el sufrimiento al mundo. Cuando el poder creador se emplea para gratificar los sentidos, sea en vicio solitario o en compañía, con o sin matrimonio legal, ese pecado no puede ser perdonado y debe ser expiado. La Humanidad está actualmente sufriendo en conjunto por ese pecado. Los cuerpos debilitados, las enfermedades que vemos en torno de nosotros, han sido causados por siglos de abusos, y hasta que aprendamos a subyugar nuestras pasiones, no puede existir verdadera salud en la raza humana.

Antes de la impregnación del cuerpo de deseos con este principio demoníaco, la concepción era inmaculada, constituía un verdadero sacramento. El ser humano se movía entonces en presencia de los Ángeles, puros y sin vergüenza. El acto de la fertilización era tan casto como el de una flor. Por consiguiente, tan pronto como se cometió el primer pecado, el Ángel mensajero les puso una falda de hojas, para imprimir en ellos el ideal que tendrían que aprender a vivir, esto es, el de las plantas.

Cuando podemos realizar el acto de la generación en una forma pura, casta y sin pasión, como lo realizan las plantas, entonces se produce una concepción inmaculada y nace un Cristo, capaz de sanar todos los sufrimientos de la humanidad, capaz de conquistar la muerte y establecer la inmortalidad, una luz verdadera para guiar a la humanidad hacia su destino y arrancarla a la fascinación del fuego fatuo de la pasión, mediante el sacrificio de si mimo y de la compasión.

Éste es, pues, el gran ideal hacia el que nos dirigimos: purificarnos de todo egoísmo e inter-personal.

De ahí que contemplamos el emblema de la Rosa-cruz como un Ideal. Las siete rosas rojas representan la sangre purificada; la rosa blanca muestra la pureza de la vida, y la estrella dorada radiante simboliza la inestimable influencia de la salud, el impulso espiritual elevador que irradia de todo servidor de la Humanidad.

Hasta que la vida del Cristo nos ilumine por dentro, no podemos ni comprender ni seguir las leyes de la Naturaleza, y, por consiguiente, contraemos enfermedades por nuestra ignorante violación de esas leyes. Para emplear las palabras de Émerson, podríamos decir que una persona enferma es un pillo en el acto de ser cogido in fraganti: ha violado las leyes de la Naturaleza. Por esta razón es necesario que el Evangelio del Cristo sea predicado a todos, que cada uno de nosotros aprenda a amar a Dios con todo nuestro corazón y toda nuestra alma, y a nuestros hermanos como a nosotros mismos, porque todo el infortunio del mundo, lo reconozcamos o no, proviene de un solo y único hecho: nuestro egoísmo. Si las funciones digestivas sufren desórdenes: ¿a qué se debe? ¿No Será por haber sobrecargado nuestro organismo, por habernos encolerizado y agotado nuestras fuerzas nerviosas tratando de obligar a otro a servir nuestros fines egoístas, o porque nos sentíamos resentidos por no haberlo logrado? En todos los casos se verá que el egoísmo es la causa primaria de todas las enfermedades y que el egoísmo es el pecado capital de la ignorancia.


CAUSAS Y EFECTOS DE LAS ENFERMEDADES
INFORMACIÓN EXTRAÍDA DE LOS PRINCIPIOS OCULTOS DE LA SALUD Y CURACIÓN, SEGUNDA PARTE, CAPÍTULOS IV, V, VI Y VII POR: MAX HEINDEL

jueves, 20 de febrero de 2014

LOS SONIDOS AUM Y OM Del libro: TRATADO SOBRE MAGIA BLANCA



LOS SONIDOS AUM Y OM
Del libro: TRATADO SOBRE MAGIA BLANCA



Es el sonido del tercer aspecto de la Divinidad, el que constituye la Actividad Creadora e Inteligente del Logos. Fue el factor predominante y el elemento coordinador que en contacto con los Angeles Solares produjo la mente humana. Este triple sonido abarca los tres planos inferiores del sistema, los tres primeros reinos de la naturaleza, y los tres cuerpos periódicos del hombre: físico, astral y mental.

Cuando llegaron a la Tierra LOS SEÑORES DE LA LLAMA (SANAT KUMARA, sus tres Discípulos, los BUDAS de ACTIVIDAD o KUMARAS y otras esplendentes entidades Venusianas), había en el planeta tres grandes reinos en evolución: el mineral, el vegetal y el animal. El reino humano como tal no existía en aquellas lejanas épocas planetarias. Había solamente como una esperanza de reino, una entidad ocultamente descrita como “hombre animal”, que se había individualizado, pero cuya mente era incapaz todavía, salvo algunas rarísimas excepciones, de razonar adecuadamente tal como lo hacemos corrientemente nosotros.

Las fuerzas cósmicas, traídas por LOS SEÑORES DE LA LLAMA, originaron una exaltación de todos los reinos.

Uno de los grandes KUMARAS, canalizó sus energías hacia el reino mineral, motivando tremendas transmutaciones químicas en el mismo, a través de la nota M del triple Sonido AUM.

Otro esplendente señor KUMARA, precipitó sus energías hacia el reino vegetal, determinando un considerable aumento de la sensibilidad en la vida de este reino. Fue una expresión de la nota U del triple AUM, es decir que el reino vegetal fue capaz de asimilar y emitir las notas UM.

El tercer gran KUMARA, provocó la estimulación del reino animal, a un punto tal que desarrolló en el mismo, el clamor invocativo que culminaría en la INDIVIDUALIZACION. Representó la sintetización planetaria del triple sonido AUM.

Ante este clamor invocativo, SANAT KUMARA, el más grande de los SEÑORES DE LA LLAMA, acogió el llamado invocativo de los hombres animales y de acuerdo con el principio de respuesta a la vibración se produjo la aparición de los ANGELES SOLARES, LOS HIJOS DE LA MENTE, procedentes de lo que se conoce como “LA MENTE DE DIOS”, trayendo al hombre animal la conciencia de su individualidad.

EN RESUMEN
A. Pronunciado por uno de los Señores de la Llama sobre el reino animal.
U. Pronunciado por un Señor de la Llama sobre el reino vegetal.
M. Pronunciado por otro de los Señores de la Llama sobre el reino mineral.
OM. Pronunciado por SANAT KUMARA sobre el reino humano.

EL SONIDO OM, denominado ocultamente “EL DOBLE SONIDO”

Es el sonido mediante el cual el Amor de Dios puede introducirse en el corazón de los seres humanos. Se le llama también en términos esotéricos “el Sonido de Resurrección” o la Voz del Alma de todas las cosas. Por medio de su correcta pronunciación, el discípulo espiritual puede establecer contacto consciente con su Ángel Solar, y más adelante con su Maestro en el Sendero iniciático. Se trata de un sonido dual que participa tanto de las vibraciones de la Materia como de las increíblemente sutiles del Espíritu, produciendo a través de la interacción de ambas aquel misterioso fenómeno que llamamos CONCIENCIA, ya se trate de la insignificante conciencia de un átomo, como de la conciencia del más esplendente Logos cósmico.

Será obvio decir que el OM, como sonido dual de la Creación, se halla subdividido en una infinita gama de tonos y subtonos, de acuerdo con el grado de evolución de cada tipo de conciencia en la vida expresiva de la naturaleza. Esta infinita multiplicidad de sonidos que surgen del OM, produce aquello que místicamente denominamos “ley o principio de jerarquía”, que mantiene todo ser y toda cosa creada en los límites expansivos de su propia manifestación de conciencia.

Es realmente la Escalera de Jacob en la que cada alma, según su propia evolución, ocupa el peldaño que le corresponde.

Extractado del libro: LOS MISTERIOS DE SHAMBALLA
Cap. XIV – El Misterio del Lenguaje Humano. De Vicente Beltrán Anglada.

SOBRE LA PRONUNCIACION DEL OM

Cuando el OM se pronuncia con concentrado pensamiento detrás de él, actúa como perturbador, desechando la materia densa de los cuerpos mental, emocional y físico. Cuando es emitido con intensa aspiración espiritual, actúa como medio de atracción y reúne las partículas de materia pura en sustitución de las anteriormente desechadas.

Los estudiantes deberían tener siempre presente ambas actividades al emplear la palabra sagrada en su meditación. Tal utilización de la palabra es de valor práctico, y da como resultado la construcción de buenos cuerpos para ser utilizados por el alma.


miércoles, 19 de febrero de 2014

EL MISTERIO DEL GÓLGOTA Y LA SANGRE PURIFICADORA ( Del libro “Cristianismo Rosacruz”, de Max Heindel)



EL MISTERIO DEL GÓLGOTA Y LA SANGRE PURIFICADORA 
( Del libro “Cristianismo Rosacruz”, de Max Heindel)







  

EL MISTERIO DEL GÓLGOTA Y LA SANGRE PURIFICADORA

A través de los dos mil años transcurridos desde que tenemos con nosotros la Religión Cristiana, y desde que la doctrina del perdón de los pecados y la sangre purificadora vino a nuestro mundo occidental, ha habido discusiones entre muchas personas, especialmente en las últimas centurias, sobre si realmente hay eficacia en esa sangre purificadora o si eso no es más que un cuento inverosímil.




Esperamos demostrar ahora que hay algo muchísimo más grande en esa doctrina que lo que alguien se haya podido imaginar, si la consideramos a la luz del ocultismo y de la razón. Después podremos permitir que nuestros corazones crean ampliamente en esa grande y gloriosa doctrina de la sangre purificadora y del perdón de los pecados que se efectuó dos mil años ha en el Lugar de la Calavera, llamado Gólgota en hebreo.

Cuando leemos el credo cristiano encontramos esta sentencia: “Jesús Cristo el único hijo de Dios”, y muchas personas presumen que la sentencia se refiere a un solo individuo llamado Jesús Cristo, que era el único hijo de Dios. Sin embargo, veremos bien pronto que no es así, que hay tres grandes y gloriosas individualidades a las que se refiere esa sentencia. Todos esos seres merecen nuestra más profunda veneración, pero difieren grandemente en gloria y tienen una carrera muy distinta tras ellos.

Cuando examinamos a Jesús a la luz de los anales ocultos, que, según hemos visto en Instrucciones anteriores, se llama “la memoria de la Naturaleza”, encontramos que “el espíritu que era Jesús”, desde su nacimiento, es un Ego que pertenece a nuestra raza humana, que se encarnó una y otra vez. Podemos encontrarlo en existencia bajo diversos nombres y circunstancias, de la misma manera en que vosotros y yo hemos vivido y viviremos. Así pues, encontramos que en el tiempo indicado por la historia, más o menos al principio de nuestra Era, nació en la Palestina un niño, y ese niño era Jesús. Su madre era un ser extraordinariamente puro, del más hermoso carácter, y su padre era un iniciado de elevado grado, que durante su vida presente seguía el sendero del celibato. En otras encarnaciones anteriores había ya pasado más allá de la necesidad de ser padre de familia. En esa vida se había dedicado completamente al sendero oculto de realización; y cuando llegó el tiempo en que un gran instructor debía encarnarse entre nosotros, se le eligió para suministrar la simiente fertilizante para el cuerpo del Maestro.

En esa forma se proveyó un cuerpo tan admirable como nunca se ha obtenido desde entonces. Era del tipo más puro y desapasionado, y el Ego Jesús que entró en él era un gran Espíritu, que sabía cuál era su misión en esa vida, la de mantener ese cuerpo lo más puramente posible, pues no debía ser suyo más que durante un término de treinta años. Al cabo de ese tiempo tendría que entregarlo a otro ser, mucho más elevado que él. Concerniente a los primeros días de Jesús, puede decirse que nació en la Palestina; y que durante su niñez y adolescencia tuvo pleno conocimiento de su misión. Se le puso en la escuela de los Esenios, en las costas del Mar Muerto. Los Esenios formaban allí una comunidad que era de un carácter devotísimo. Eran la suprema antítesis de los materialistas Saduceos, y estaban bien lejos de los cínicos Fariseos. Eran hombres que no iban a las sinagogas y que no se alababan de su saber y piedad, sino que se quedaban en su comunidad llevando una vida santa tal como ellos la comprendían. Allí creció Jesús, y estaba tan maravillosamente adaptado a la vida que allí se hacía, que en poco tiempo sobrepasó a todos los demás. Entonces, fue a Persia. Esa escuela de los Esenios en la que estuvo era un gran centro de sabiduría. Tenía una gran biblioteca, y Jesús absorbió tan grande cantidad de conocimientos ocultos que recuperó todo cuanto había aprendido en sus vidas anteriores.

Al cabo de los treinta años él había purificado y limpiado tanto su cuerpo que ya podía ser tomado por el Gran Ser que llamamos Cristo. Pronto veremos quién era ese Gran Ser.

Dijimos que a Jesús se le podía seguir hacia atrás en la memoria de la Naturaleza, encarnación tras encarnación bajo nombres y circunstancias diferentes. Pero de Cristo sólo se encuentra una encarnación, y esa fue cuando se encarnó en el cuerpo de Jesús, al final de los treinta años. Para biografiarlo recapitularemos algunas de las afirmaciones ya hechas.

Nosotros venimos del Período de Saturno, pasando por los Períodos Solar y Lunar y llegando finalmente aquí. Vimos también, en las Instrucciones anteriores, que la humanidad del Período de Saturno estuvo representada por los Señores de la Mente; que los hombres del Período Solar fueron los Arcángeles; y los del Período Lunar los Ángeles. Todos esos seres eran las humanidades ordinarias de esos diferentes períodos, cuyos seres están ahora, aunque invisibles, trabajando con nosotros; obrando sobre nuestros cuerpos vital y de deseos así como sobre la mente, ayudándonos a evolucionar. Cuando vemos que hay iniciados en este período, que algunos como Jesús pudieron avanzar mucho más allá que la ordinaria humanidad, debemos también comprender que lo mismo debió suceder en los períodos anteriores, a esos que han sobrepasado la evolución ordinaria se les llama hoy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Dios, como Dios, no es el creador de nuestro universo. En el mundo más elevado de este plano cósmico, en el que habitamos, se le encuentra como Dios, pero debajo de él ya no es Dios. Se expresa a sí mismo en diferentes mundos, así como en los diversos reinos, humano, angélico, arcangélico, etc., y por lo tanto no lo vemos en la humanidad hasta que alcancemos ese gran mundo, el mundo que en ocultismo se llama el Mundo de Dios, donde el Dios Triuno es. El Iniciado más elevado del Período de Saturno había alcanzado el punto en el que se hizo uno con el más elevado aspecto del Dios Triuno, así que se le llama el Padre, el padre de todos los que se desarrollan en nuestra evolución. El que le sigue en gloria, el Iniciado más elevado del Período Solar, se había desarrollado hasta unirse con el segundo aspecto del Dios Trino, y por lo tanto es el Hijo. Este es el Cristo Cósmico, y un rayo de él entró en el cuerpo de Jesús.

El tercer Gran Ser, el único Engendrado, que se menciona en la sentencia del Credo Cristiano, es aún mayor que Jesús y Cristo, pero no tenemos que tratar de Él por el momento. Sin embargo, es conveniente saber que el Espíritu Santo, el Poder de Dios obrando en todas las naciones, es Jehová, el Iniciado más elevado del Período Lunar.

Observando el diagrama 14 notaremos que esto concuerda con lo que ya hemos aprendido en las Instrucciones anteriores. Cada Ser tiene siete vehículos, y el inferior de los vehículos de Jehová llega hasta la Región del Pensamiento Abstracto, donde está nuestro Ego. Como que estamos bajo la línea que divide el espíritu de la materia, hay diferenciación. Hemos visto en la Instrucción III, que todos los planetas de nuestro sistema tienen tres mundos separados, el Mundo Físico, el Mundo del Deseo y el Mundo del Pensamiento esto es, un vehículo separado para cada planeta, pero el principio unificante de nuestro sistema solar es el espíritu de vida, y por consiguiente Hijo, que es el principio unificante del Mundo, o del planeta, debe tener desarrollado el Espíritu de Vida. Cristo, el Iniciado más elevado del Período Solar, actualmente emplea como vehículo inferior el espíritu de vida.

En el Período Solar, el Globo inferior estaba en el Mundo del Deseo, y por lo tanto los Arcángeles tienen como vehículo inferior el cuerpo de deseos todavía; pero Cristo había ido más allá, se había elevado más, así que emplea el Espíritu de Vida como vehículo inferior y ordinariamente no emplea un vehículo más denso que ese; únicamente por el poder del Espíritu de Vida se puede sobrepasar la tendencia nacional y convertir en realidad la fraternidad universal. Los vehículos pertenecientes al Mundo del Pensamiento, el Ego y la mente, tienden hacia la separatividad, pues es su característica. Pero el Espíritu de Vida es el principio unificante del universo, y por lo tanto Cristo es el único que está preparado para llevar a cabo la fraternidad. Esa es pues una de las razones porqué Cristo tuvo que venir para ayudarnos. Y ahora veremos sobre Cristo Jesús. Es una ley del universo que ningún ser, por grande que sea, puede construir un vehículo y funcionar en un mundo superior o inferior al mundo en que aprendió a actuar. Así que cuando es necesario trabajar aquí, en nuestro Mundo Físico, es una imposibilidad absoluta para cualquier ser, excepto para nuestra humanidad. Esta solamente puede construir vehículos humanos densos. Ha sido auxiliada por otros, pero ella es la que ha hecho el trabajo, y por lo tanto era necesario que un hombre cediera su cuerpo para que Cristo pudiera, entrando en él, ayudar a la raza, como también a toda la humanidad.

Sabemos que al morir, o en cualquier momento en que abandonamos este Mundo Físico, nos desprendemos de nuestro cuerpo denso y del vital, porqué ambos pertenecen a dicho mundo. Así lo hizo Jesús, cuando llegó a la edad de treinta años, después de haber puesto su cuerpo en condiciones de que pudiera habitarlo el Gran Ser, y lo dejó gustosa y voluntariamente. Lo abandonó en el bautismo, como lo hubiera dejado al morir, para que Cristo pudiera entrar en él; y se vio a éste descender en forma de una paloma.

Cristo, siendo Arcángel, había aprendido a construir como vehículo más bajo, hasta el cuerpo de deseos, pero no sabía cómo elaborar ni el vital ni el denso. Los Arcángeles habían trabajado anteriormente por la humanidad desde afuera como lo hacen los Espíritus-Grupo, pero eso no era suficiente. El auxilio tenía que venir de adentro. Esto se hizo posible mediante la combinación de Cristo y Jesús, y por consiguiente es verdad en el sentido más elevado y en el sentido más literal, lo que dice San Pablo:

Hay un solo mediador entre Dios y el hombre Cristo Jesús, el justo”. Ninguna otra entidad de nuestro sistema posee completos en cadena los doce vehículos necesarios, que partiendo del cuerpo denso y pasando por los siete mundos llegan hasta el segundo aspecto del Dios Triuno, el Hijo. Por consiguiente, Él puede venir desde el mismo trono del Padre y también puede llegar hasta la cumbre, llevando la tristezas y sufrimientos de la humanidad hasta allí, purificándonos en tal forma cual ningún otro puede hacerlo y ayudándonos como nadie puede ayudarnos.

Hemos visto pues, quien es Jesús, quien es Cristo y quien es esa personalidad compuesta que llamamos Jesucristo. El único Engendrado es un Ser mucho más elevado. Oyese hablar del Absoluto y se cree que el Absoluto es Dios quizás. Las ideas de ciertas personas son bien curiosas por cierto. No podría ser de otra manera, sin embargo, ya que no se han dado enseñanzas definidas sobre el asunto. Pero Dios, el Gran Arquitecto del Universo, según lo llaman los masones, ha sido descrito como el Creador de nuestro sistema solar, que no tiene nada que ver con lo que está fuera de dicho sistema. Más allá de los siete mundos en los que están situados nuestro sistema solar y todos los demás sistemas solares, hay todavía seis Grandes Planos Cósmicos de vida y de ser, y en ellos se encuentran jerarquías superiores y de diverso grado de gloria por encima del Gran Ser a quien llamamos Dios. Y por encima de todo existe lo que podemos llamar el Ser Supremo, el único que incluye todos los sistemas solares y todas las jerarquías de todo el Universo; y el Verbo que emanó de ese Gran Ser – el primer Sonido o Fiat creador-, es el único Engendrado. Otros Seres han sido los “únicos Engendrados”, en una forma similar, pero no en la forma en que lo fue el primer Sonido. Antes de éste no existía más que ese Ser Supremo, y no podemos nunca hablar de nada superior al Absoluto, el Uno. Aunque esto no signifique nada para nosotros actualmente, es bueno saber que hay una distinción, así que por lo menos nuestras ideas serán claras respecto de quién es Dios, quién es el Hijo y quién es el Espíritu Santo, así como respecto a Jesucristo.

El, Padre es el iniciado más elevado del Período de Saturno.

El Hijo es el iniciado más elevado del Período Solar.

Jehová, el Espíritu Santo, es el más elevado iniciado del Período Lunar. Y las humanidades ordinarias de los diferentes periodos son respectivamente los Ángeles, los Arcángeles y los Señores de la mente. Hay muchas jerarquías, muchas que están más allá de la evolución del hombre y debajo de la evolución del hombre, pero no hay ninguno, ningún otro que pueda ser la salvación del hombre sino Cristo-Jesús.

Por último hemos llegado a comprender los factores que intervinieron e hicieron ese gran sacrificio del Gólgota; sabemos quién es quién. Estas Instrucciones son primero analíticas en grado superlativo, pero cuando combinemos sus resultados y consideremos dicho sacrificio bajo su luz, entonces encontraremos algo grande, algo espiritual en él. Es necesario ser analíticos para satisfacer a aquellos que se han visto obligados a abandonar sus iglesias. Ellos han preguntado: “¿qué bien del mundo puede hacérmelo creer?” Y están buscando una respuesta a esa pregunta que surge en sus mentes “¿qué eficacia tiene la sangre?”, y por consiguiente es necesario analizar antes de ponernos frente a las enseñanzas espirituales. Tenemos un factor más que nosotros debemos analizar, la sangre.

Habréis oído decir al autor varias veces que la sangre es el vehículo particular del Ego en el mundo físico. Encontramos en la Biblia que esto era conocido muy bien por los que escribieron el Levítico. pues decían que la vida está en la sangre. Vemos la sangre como innumerables glóbulos o discos microscópicos, pero la sangre no es de esa naturaleza, según lo ve el clarividente en el cuerpo humano vivo. La sangre es un gas, una esencia espiritual caliente. Este calor lo produce el Ego que está dentro de la sangre. Si se pincha la piel y sale sangre, ésta se coagula como el vapor, que es un gas caliente invisible, condensándose tan pronto como se pone en contacto con la atmósfera externa. La sangre es el vehículo a través del que, por medio del sistema nervioso simpático, lleva la mente subconsciente todas las actividades al cuerpo, actividades de las que no tenemos noticia en nuestra mente consciente. La sangre es una esencia peculiarísima, según se ve en el mito de Fausto, al ir a firmar el pacto con el Diablo. Va a hacerlo con tinta, pero Mefistófeles dice: “firmad con sangre”. Y Fausto pregunta: ¿por qué? ¿es acaso más eficaz? “Sí”, contesta Mefistófeles, “la sangre es una esencia muy peculiar”, porque sabía que la sangre contiene al Ego, y por lo tanto exigía la sangre del hombre a quien quería tener bajo su poder.

El Ego humano es más poderoso que el Espíritu-Grupo del animal, como lo vemos cuando acudirnos a la prueba científica que se llama hemolisis. La sangre de un animal superior si se inocula en otro de especie inferior lo mataría. Si tomamos sangre humana y la inoculamos en un animal inferior, el animal no puede soportar las elevadas vibraciones de la sangre de un ser humano y muere. Por otra parte, si se inocula sangre de un animal a un hombre, éste no sufrirá. No podemos pasar más allá de los antropoides. Estos únicamente pueden soportar inoculaciones de sangre humana: todos los demás animales morirían.

En los días anteriores a Cristo, recordaremos de Parsifal que no había iniciación para “todo el que quisiera”. Se dijo proféticamente: “Todo aquél que esté sediento que venga a estas aguas” (a beber), pero esto era una profecía. Después de la venida de Cristo, la tenemos para “todo el que quiera”. Antes, de ese entonces la iniciación estaba reservada a ciertas castas, cuyos miembros eran los únicos que podían ser iniciados o sacerdotes. Con objeto de demostrar que eso quedaba abrogado, se tomó el cuerpo de Jesús, pero no de un Levita. Jesús venía de la mezcla más fuerte de la nación Judía- los galileos. En los tiempos primitivos nadie podía casarse fuera de su tribu, y leemos que Adán y Matusalén vivieron así muchísimos años. En esa época era costumbre casarse en la familia, una endogamia tan estrecha como fuera posible, así que la sangre que corría por las venas de los miembros de esa familia contenía las imágenes de todo cuanto les había ocurrido a sus diferentes ascendientes, lo que estaba conservado en la mente que ahora es subconsciente. Pero entonces estaba consciente y constantemente ante la visión interna del hombre y cada familia estaba unida por la sangre común con la que vivieron sus antecesores. Los hijos veían las vidas de sus padres. Y en esa forma Adán y otros patriarcas vivieron durante centurias.

En esos tiempos nadie se casaba fuera de su propia familia, así como nosotros no nos casaríamos dentro de ella. Se consideraba con horror el casamiento con un extraño y hasta en la mitología escandinava vemos cómo los que tenían que formar parte de una familia se veían obligados a mezclar la sangre. Para ello tenía que verse antes si la sangre se mezclaba o no, así que la hemolisis era ya conocida de ellos, en algunas de sus fases por lo menos. Si la sangre no se mezclaba hubiera producido “confusión de casta”, como dice el hindú. Debía seguirse la línea estrictamente, pues en caso contrario esas imágenes de la visión interna no serían las mismas y se tornarían confusas y borrosas.

Cuando Cristo vino derogó tal práctica al decir: “Antes de que Abraham fuera, Yo soy”. Yo no me cuido de Abraham, sino que me glorifico en el Yo soy, el Ego que era antes de que él fuera. Y dijo: “Aquél que no deje a su padre y a su madre no puede seguirme”. Mientras os mantengáis en la familia, en la nación, en la tribu vivís en la antigua sangre, en los antiguos métodos, y no podéis amalgamarnos en una fraternidad universal. Eso puede realizarse únicamente cuando os caséis internacionalmente. Porque si tenéis muchas naciones. es lo mismo que tener muchas casas de ladrillos. Mientras tengáis esas casas levantadas ante vosotros no podréis hacer un gran edificio, pero cuando las destruyáis podréis hacer con ellas uno muy grande. El matrimonio en familia debe pasar; que Abraham muera y que el “Yo soy” viva; perezca el patriarcado para que el individualismo pueda surgir.

¿Qué efectos tuvo ese cambio? La mezcla de sangres siempre mata algo. Si no mata al animal mata alguna otra cosa. Si cruzamos un caballo con una burra, se produce un híbrido, la mula. ¿Es esa mula igual a los que la engendraron? ¿no ha muerto algo? Sí. Ha muerto la facultad de la propagación y así sucede en todos los demás híbridos. No pueden propagar su especie. De la misma manera, cuando nos casamos internacionalmente, algo muere. Y ese algo son las imágenes de nuestra visión interna. Las diferentes imágenes o recuerdos de las diversas familias se mezclaron, así que la clarividencia, el contacto con el mundo espiritual junto con la memoria de la Naturaleza, se fue borrando desde ese tiempo. Los escoceses de las montarías que se casan en el clan y los gitanos también, retienen esa segunda vista en cierto grado. Si alguien se hubiera situado durante millares de años en algún planeta distante y hubiera mirado clarividentemente a nuestra pequeña Tierra, habría visto un cambio gradual de mal en peor en su Mundo del Deseo y su Mundo del Pensamiento. Se iban llenando más y más con sucias y malas vibraciones, porque el hombre, en los días de su infancia, no podía dominar sus impulsos. Estaban principalmente dominado por la mente y el cuerpo de deseos, y por lo tanto, después de la muerte tenía que hacer una estada en el Purgatorio, la cual ocupaba la mayor parte del tiempo transcurrido entre dos encarnaciones; casi no había progreso alguno. El Segundo Cielo, en el que aprendía el trabajo creador, casi le estaba cerrado.

El Mundo del Deseo terrestre tenía que ser purificado para proporcionar al hombre un nuevo impulso. Y esa fue la misión de Cristo. En cuanto a las razones referentes a la muerte violenta, ya se dijo que cuando una persona sale brusca o violentamente de su instrumento hay algo que se adhiere a él, y ese algo son las impurezas de la naturaleza inferior. Tenemos sangre arterial y sangre venosa, en la venosa se encuentran todas las impurezas de la naturaleza inferior; pero en la sangre arterial tenemos la pureza. La sangre venosa se adhiere estrechamente a la carne, y por lo tanto, cuando alguna persona es muerta, si la sangre fluye se efectúa una purificación definida. Cuando quiera que el espíritu sale del cuerpo por accidente y fluye la sangre, el hombre es más puro, mejor como espíritu.

El cuerpo de Jesús tenía que ser muerto y la sangre tenía que fluir para que, mediante esa muerte violenta, la última impureza que aun pudiera permanecer adherida a esa carne se disgregara; para que el Espíritu Cristo, purísimo e inmaculado, sin ninguna de las impurezas del cuerpo que había usado, pudiera difundirse por todo el mundo. Cuando ese Gran Ser fluyó al exterior por las heridas del cuerpo de Jesús, ese luminosísimo Espíritu Solar se difundió por toda la Tierra. Y por eso oímos hablar de esa gran oscuridad, pues la gran luz espiritual la percibió el hombre como oscuridad. Pero gradualmente fue absorbida por la Tierra, y tomó su lugar, permitiendo que todas las cosas que estaban dentro de su influencia volviera a su condición normal, por lo menos en lo que el hombre podía ver; pero las vibraciones que se habían producido limpiaran, purificaron y ordenaron rítmicamente las vibraciones del mundo superior y dieron un impulso espiritual que no habría podido ser dado de otra manera, y en esa forma fue como lavó y borró “los pecados del Mundo”, restaurando las vibraciones rítmicas en cierta medida y permitiendo al hombre progresar. Esa influencia está aún obrando y purificando el mundo; es la fuente del altruismo y de la benevolencia que gradualmente está tomando el lugar del patriotismo y del egoísmo, allegando fraternidad universal para la humanidad.
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Del libro “Cristianismo Rosacruz”, de Max Heindel

lunes, 17 de febrero de 2014

VALORES Y PRINCIPIOS DEL ESOTERISM0 Extractos de conferencias, marzo 1927 Alice A. Bailey



 VALORES Y PRINCIPIOS DEL ESOTERISM0
Extractos de conferencias, marzo 1927

Alice A. Bailey



 Bajo las formas exotéricas, ya sea que estén surgiendo a la manifestación, logrando su desarrollo o  desapareciendo, se  halla aquello que está oculto o  es  esotérico, la vida, la causa de  su existencia los impulsos espirituales que producen lo tangible. Por lo tanto, los movimientos que se denominan esotéricos son los que se ocupan de lo subjetivo, del alma que mora en las formas, del aspecto vida como distinto de lo material y objetivo.

El verdadero esoterismo llega hasta las mismas raíces ocultas del ser del hombre; concierne a aquello que denominamos lo inmortal y lo eterno de la humanidad. Se ocupa de lo que causa el pensamiento, la sensibilidad y la acción. Trata de expresar y poner en primer plano de la conciencia esos constantes impulsos divinos que hallan su expresión en la actividad y en los intensos cambios que caracterizan a la naturaleza, incluyendo al hombre mismo. Es aquello que se encuentra detrás de todas las fórmulas religiosas, de toda investigación científica, de toda presión económica y de toda orientación fundamental que pueda seguir el organismo social. En términos del ser humano, el ocultismo o esoterismo concierne al alma, a medida que ésta se expresa por medio del mecanismo cerebral, emocional y físico. Tratan de ese aspecto del hombre del cuál éste sabe muy pocas cosas, pero que hace de él lo que es. El verdadero esoterismo no es, como frecuentemente se supone, una profunda enseñanza con rituales ceremoniosos que se practican bajo el juramento de guardar secreto, sino que es un despertar espiritual interno que reconoce un despertar similar o espiritualidad potencial en los demás seres humanos, y a la vida latente en todas las formas.

La Sabiduría Antigua es esa ciencia esotérica que subyace en todas las formas religiosas de presentar la verdad. Es el fundamento de todos los credos religiosos llámense cristianismo, budismo o mahometanismo, etc., es la enseñanza que subyace en los distintos grupos rosacruces, teosóficos, metafísicos, ocultistas.

En toda religión y organización, no importa como se la denomine, los buscadores de la verdad se abren camino hacia el centro, por la vía más apropiada a su tipo y temperamento. A medida que va avanzando, se eliminan cada vez más los detalles y las cosas innecesarias en las que se encuentran todas las diferencias, y gradualmente se acercan entre si mientras descubren las verdades fundamentales y los principios fundamentales. Finalmente encuentran un fondo esotérico de verdades que es el mismo en todas las religiones y credos, y llegan a comprender las palabras de San Pablo: "Hay un solo Señor, una sola Fe, un solo Bautismo, un solo Dios y Padre que está por encima de todo, en todo y en todos nosotros".

El factor esencial para la búsqueda de la verdad consiste en la necesidad de poseer sentido común. Por lo general no se tiene en cuenta la necesidad de emplear sentido común en los asuntos diarios y en la conducción del hogar y de los negocios, pero si le parece extraño utilizar esa cualidad en el estudio de las enseñanzas ocultistas, y sin embargo es esencial y donde nuestro sentido común es contrariado, debemos estar en guardia. Tenemos que comprender que la aspiración, las buenas intenciones y la devoción no son suficiente protección. El móvil y el corazón  puros  podrán  protegernos  de  muchos  peligros,  pero  no  podrán  contrarrestar  los resultados surgidos de las acciones irreflexivas o de prácticas peligrosas. La pureza, la devoción, la aspiración y las buenas intenciones deben ir acompañadas de un punto de vista sensato, un buen sentido común, y de la comprensión.

La    gente    quiere    saber;    está     empeñada    en     encontrar    la    Ciudad    de     Dios. Investigan y buscan por todas partes y no descansarán hasta encontrar la respuesta. Este anhelo o impulso subjetivo afecta a personas de todas clases y condiciones, y la respuesta a este impulso es quizás tan grande como cualquier otra experimentada hasta ahora en la historia del mundo.

Por lo tanto, ¿Cuál es la respuesta del ocultismo y cuál es su propósito?

Las definiciones han sido dadas generalmente sobre cosas de importancia secundaria y frecuentemente no esenciales, mientras que el público en general, se ha quedado con la duda respecto   al   verdadero   significado   de   los   términos   ocultismo,   psiquismo   y   magia.

Usualmente se las asocia con un simulacro de astrología, de buenaventura, de ejercicios respiratorios y con toda clase de ideas particulares, y a menudo indeseables, que tanto prevalecen hoy entre nosotros y que son un peligro para el incauto y el ignorante.

El ocultismo, sin embargo, no es ni más ni menos que la ciencia de aquello que está oculto y velado, y la consideración y estudio de lo subjetivo. Concierne al método de desarrollar el alma. Esoterismo es la forma o técnica mediante la cual el hombre llega a conocerse a si mismo, como alma pensante y consciente, y a comprender el mundo de las fuerzas donde tiene que actuar y desarrollarse. En un sentido más amplio es considerar el alma de Dios Mismo a medida que El crea y utiliza las formas de los reinos de la naturaleza a través de los cuales esa alma ha de revelarse. La clave del misterio de la vida de Dios se halla en todo hombre, estando presente en todo corazón humano. Cuando un hombre conoce a su alma, ha dado el primer paso hacia el conocimiento de Dios, y ha abierto una puerta a través de la cual puede entrar en relación con el alma que todas las formas subhumanas, humanas y superhumanas velan u ocultan. Entonces llega a ser un ocultista.

En cada uno de nosotros existe un mecanismo que, cuando se perfecciona y utiliza, nos proporciona el instrumento necesario para investigar inteligentemente y llevar a cabo sabiamente la búsqueda de la verdad que estamos considerando. Ese mecanismo existe, se halla regido por ciertas leyes y debe ser utilizado correctamente. Cuando esto se realiza, el hombre puede llegar a la percepción directa de la verdad y a la infalible comprensión de las cosas ocultas y esotéricas. Esto es parte de la gran ciencia del alma.


¿Cuál debería ser nuestro acercamiento personal al centro de luz y conocimiento y a esa realidad subjetiva que deseamos aceptar como hipótesis activa, pero de la que aún no tenemos un conocimiento  directo?  Primero,  debemos  aprender  a  discriminar  entre  principios  y personalidades; cultivar la capacidad de dirigir el curso de nuestra vida guiándonos por esas líneas Maestras de vida, creencia y conducta que son universales, inclusivas y fundamentales. Debemos ver a todas las personalidades como simples instrumentos transitorios de la Gran Ley, y tenemos que considerar a todo guía e instructor como el que sirve para cristalizar y expresar algunos aspectos de la verdad, incorporando algún tipo de fuerza que puede energizarnos para que pensemos con mayor claridad y progresemos. Recordemos que toda verdad que se infiltra desde los planos de inspiración al cerebro físico y de este a la manifestación, es necesariamente limitada y está desfigurada debido a dicho proceso. Inevitablemente adquiere el colorido y la perspectiva del que la expone. Por consiguiente, tomemos de cada instructor o guía la luz que él nos pueda dar, su estímulo e interpretación, y tratemos de asimilarlo y utilizarlo convirtiéndonos nosotros también en instructores para aquellos que esperan nuestra ayuda.

Pero no coloquemos a ningún instructor en el lugar de Dios, no obedezcamos a ningún guía excepto la voz guiadora de nuestro Dios interno; no nos apoyemos sobre ningún nombre, ni siquiera ciegamente a nadie.

La primera condición necesaria es la inquebrantable creencia en nuestros propios poderes y en la Deidad dentro de nosotros mismos. Poseemos esa creencia?, ¿Nos sostenemos en el hecho fundamental de nuestra divinidad esencial?, ¿Nos reconocemos como hijos de Dios, y estamos de acuerdo con el Cristo cuando dijo: "he dicho: sois Dioses"?, ¿Estamos convencidos que somos tan divinos como el mismo Gran Maestro de Galilea, y que podemos ser "uno con el Padre" como Él lo fué y como Él oraba para que así fuera?

Antes de abocarnos en el estudio de la Sabiduría Antigua y antes de entrar a considerar la ciencia del desarrollo del alma, es necesario que captemos la realidad de nuestra divinidad. No importa cuán grande pueda ser nuestra adoración por las grandes luminarias o instructores de la humanidad, debemos obedecer el mandado del Cristo: "Sed perfectos como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto". También se nos dice que debemos apartarnos de toda clase de superstición  exotérica  y  convertirnos  en  hombres  cultos  y  libres  de  todo  riesgo  de  ser esclavizados por un hombre o una idea.

¿Qué es la superstición? Literalmente significa ser estático: permanecer quieto. Por lo tanto. si nos  hallamos  ligados  a  cualquier  forma  de  pensamiento,  estamos  encadenados  y  somos inflexibles debido, a una presentación doctrinaria de la verdad, y aceptamos ciegamente los dictados de cualquier maestro, somos simplemente supersticiosos. Debemos romper totalmente el control de otras mentes, ya sea la de un sacerdote, un instructor o un guía, si queremos obtener la verdad.

Aprendamos a ampliar nuestro punto de vista y a comprender que existe en el mundo Dios, tiene a Sus Agentes, y que en todo grupo se encuentran almas libres que han establecido contacto con su divinidad interna y viven por esa luz. De la creencia en nuestra propia divinidad surgirá la capacidad de mantenernos como almas libres, emancipadas del control de otras mentes. Así llegaremos a formular nuestras propias conclusiones y viviremos nuestra vida desembarazados de los dictados de otros seres humanos. Esto no tendrá como resultado el libertinaje sino el control ejercido por Dios; no nos convertiremos en seres humanos peculiares sino que nos haremos divinamente humanos y esto se deberá a que habremos comprendido que "aquel que desea adquirir el Sagrado Conocimiento deberá avivar la lámpara de su comprensión interna, entonces con la ayuda de esa buena luz empleará sus acciones como plumero, y sacudirá toda impureza de la superficie, el fiel reflejo de su Yo". Podrán observar que aquí tenemos la correcta acción como resultado del correcto control mental y ese control es el resultado de la autodisciplina, la eliminación de las impurezas y el fiel reflejo del Yo Divino en la vida diaria.

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