LA VERDAD
En espiritualidad es primordial “EL AMOR A LA VERDAD”. Ya es
difícil mantenernos en este mundo, pero resultaría imposible si no amamos LA
VERDAD que no es necesariamente nuestra verdad. ¿Qué es la verdad? ¿Es verdad solo
aquello que se puede demostrar o es algo que va más allá de los estrechos
marcos del pragmatismo? Hay muchas verdades que son indemostrables, pero son
aceptadas como tales. Podemos conocer a los buscadores de la Verdad en aquellos
que pregonan el amor y el respeto a todo lo creado. El cerebro humano es
incapaz de comprender toda la verdad. La
Verdad que se puede explicar, no es la Verdad Suprema. El camino de luz, amor y
servicio, es el que conduce a la Verdad. El miedo, el rencor, el terror, la ira, la envidia, la soberbia, etc., es el camino
que utilizan las fuerzas oscuras para imponer su ley, no la verdad. La Verdad
no se impone, se expone con absoluto respeto, sin ir contra nada ni contra
nadie. Pero si la luz nos conduce a la verdad, ¿cómo llegamos a la luz?: con
discernimiento, amor puro y servicio altruista, que es el camino recorrido por
todos los buscadores de la verdad.
En cada momento tenemos acceso a una verdad que es a la
única a la que tenemos derecho. Es nuestro nivel de conciencia el que determina
la parte de verdad que nos corresponde en ese momento, y seguro que la
evolución nos va a permitir que quizás más adelante, esta verdad sea sustituida
por otra más amplia e incluyente, porque
lo que llamamos Verdad, está formada por verdades menores que se unirán en un
todo armónico. La Verdad es la vida, y la asimilación de la verdad se
corresponde con el estado de conciencia en que estamos.
La humanidad tendría ya que empezar a buscar las grandes
verdades, las mas incluyentes, para así despertar en su mayor esplendor al
AMOR, al amor incondicional complementado con el conocimiento desapegado que
nada impone por la fuerza, así como un
discernimiento equilibrado, que podría llevarnos a SERVIR sencilla, humilde y
honestamente a la humanidad, como así nos enseñó el que nos precedió, Cristo.
Con la lectura de todos los libros del mundo, no podremos encontrar la Verdad, si bien nos
van a ayudar para adquirir unos conocimientos que nos pueden servir de base
para encontrarla, siempre que esos conocimientos los vivamos en nuestra cotidianeidad.
El conocimiento que adquirimos para que cumpla su fin necesita de la
experiencia. Teoría sin vivencia sirve para poco. Encontrar LA VERDAD requiere transmutar
las energías inferiores en las superiores y en ese proceso y habiendo llegado
al desarrollo del cuerpo mental, también trascenderlo, porque la Verdad está
más allá de la mente concreta, lo cual no significa que de un plumazo nos
saltemos la personalidad y pasemos a la mente abstracta, ya que previamente habremos
tenido que desarrollar cada uno de los cuerpos, alinearlos e integrarlos. No se
puede trascender la mente concreta sin haberla desarrollado. El Ser supremo es tan justo que “La Verdad”
encontrada no se puede transferir a otros porque la verdad solamente la
encontrará el que se la haya ganado.
En esta búsqueda, algún día podremos hacernos una idea de
Dios, el innombrable, el gran Ser Cósmico, alma de este planeta, encarnando
todas las leyes y todas las energías regidas por esas leyes, que componen todo
lo visible e invisible. Por eso en un aspecto más humano y sin comprender su
profundidad decimos que Dios está en todo, en las plantas, las piedras, y en
todo absolutamente, y es cierto. Hablando de LA VERDAD sabemos que nos estamos refiriendo a las ENERGÍAS
que son todas las fuerzas que afluyen al individuo desde
cualquier dirección y origen. A estas energías principales se les ha dado el
nombre de “Sutratma”, hilo de vida o cordón plateado. FUERZAS, que son todas las energías que
después de manipuladas por el individuo, se proyectan hacia cualquier dirección
y objetivo, ya sea bueno o egoísta.
Desde esta perspectiva se puede
apreciar que la energía que recibimos unos y otros es la misma, pero la
utilización que se hace de ella es bien distinta, de ahí la importancia de redimir
o purificar la materia que es lo que va a determinar el vehículo que conduce la
energía, y la fuerza, dirección e intención con que se proyecta y
consecuentemente se producirán unos efectos u otros que no siempre vamos a ver,
con lo cual aquí y siempre, debiera funcionar el desapego y el servicio
altruista.
LA VERDAD ES LA VIDA MISMA, EL EJE QUE TODO LO MUEVE Y QUE SOLAMENTE LA DESCUBRIREMOS SI DE VERDAD LA AMAMOS, PERO NO NUESTRA VERDAD, SINO "LA VERDAD"
ResponderEliminarEn esta búsqueda, algún día podremos hacernos una idea de Dios, el innombrable, el gran Ser Cósmico, alma de este planeta, encarnando todas las leyes y todas las energías regidas por esas leyes, que componen todo lo visible e invisible.
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