OMRAAM
MIKHAËL AÏVANHOV. IMPORTANTES FRAGMENTOS (V)
«Aquél que ayuda a los
demás de una u otra forma, encuentra que es justo recibir algo a cambio. Es
justo, sí, pero el amor, el amor verdadero que impulsa a dar sin esperar nada,
está por encima de la justicia. El sentimiento de lo que es justo ya habita en
el hombre de forma bastante natural; incluso los malhechores pueden tener, de
alguna manera, el sentido de la justicia, incluso los animales. ¡Y cuántos
crímenes se cometen para restablecer, digamos, la justicia! No se puede negar
que la justicia sea una virtud, pero el amor es una virtud mayor todavía.
Habéis manifestado vuestra generosidad y, en nombre de la justicia, pensáis que
os deben algo, al menos gratitud. Pero si os obstináis en esperar lo que puede
que no llegue – hay gente que ni siquiera piensa en dar las gracias – os
sentiréis decepcionados, descontentos. ¿Y por qué razón estar rumiando todos
estos sentimientos negativos? ¡Por haber hecho el bien! ¿Acaso es esto
inteligente?... ¿Por qué no tratáis de conservar por todos los medios, este
gozo que habéis experimentado haciendo el bien?»
Omraam Mikhaël Aïvanhov
«Cada mañana, el sol se
alza vivo, vibrante, para enviar al espacio tesoros de luz, de calor y de vida.
Y algunos se preguntan por qué permanecen insensibles ante él, como si hubiese
una pantalla entre el sol y ellos. Y, en efecto, hay una pantalla, porque nunca
han pensado que antes de presentarse ante el sol, debían haberse preparado. El
que lleva una vida cualquiera y alimenta cualquier pensamiento y cualquier
sentimiento, no puede esperar que el sol se revele ante él. Tiene solamente la
sensación de encontrarse ante una gran bola brillante, y se aburre rápidamente.
Pero, que se prepare
interiormente, y cuando se acerque al sol comprenderá, no sólo que es un mundo
deslumbrante poblado por las entidades más evolucionadas, sino también que
puede, gracias a él, encontrar la solución a muchos de sus problemas y
situaciones que hasta ahora creía inextricables. Sí, porque el sol puede hacer
por nosotros algo más que darnos el calor y la luz físicos: puede abrir nuestra
inteligencia y nuestro corazón.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov
«La fuente, ¡qué
símbolo tan profundo y significativo! ¿Por qué? Porque nunca cesa de brotar y
de manar. Y la fuente en nosotros, que no debe dejar nunca de brotar y de
manar, pura, y transparente, es el amor. A pesar de lo que nos suceda, nunca
debemos dejar que nuestra fuente se seque.
¡Cuántas personas
deciden cerrarse a los demás en cuanto descubren que les han engañado! ¡No
hagáis nunca eso! Antes, cuando ignorabais que os engañaban, vuestra fuente
manaba al menos, y erais los primeros en beneficiaros de este amor que brotaba
en vosotros. No os aconsejo la ingenuidad, la ceguera, evidentemente; al
contrario, tratad, en la medida que os sea posible, de ver a los seres con
claridad. Pero si sucede que os engañan, decíos que ello no es tan grave. Lo
que es grave es que el amor deje de habitar en vosotros. Así que, sean cuales
sean las decepciones, las amarguras, las pruebas, dejad que mane vuestra
fuente: ella os devolverá el gozo, la inspiración y la fuerza.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov
«Sufrir es desagradable
y es natural querer que el sufrimiento desaparezca de inmediato y de la forma
que sea. Sin embargo, hay circunstancias en las que sería preferible no huir
sistemáticamente del sufrimiento, sino más bien tratar de extraer fuerzas de él
para una nueva vida. Porque una de las propiedades del sufrimiento es la de
despertar en el ser humano cualidades que no aparecerían jamás en otras
condiciones. Por eso, cuando debáis sufrir, física o moralmente, pensad que se
os está dando una ocasión para poder hacer un gran trabajo sobre vosotros mismos.
No estoy hablando, evidentemente, de ciertos dolores insoportables que
requieren tomar medicamentos, sino de esos malestares que aparecen tan
frecuentemente en la vida cotidiana. En vez de tratar de aliviarlo
inmediatamente tomando pastillas u otras sustancias, es preferible aprovechar
estos inconvenientes para ponerse a trabajar y reforzarse interiormente. Lo
lograréis si no os quedáis concentrados en vuestro sufrimiento sino
esforzándoos en armonizarlo todo con el pensamiento en vuestros cuerpos físico,
astral y mental. Cuando hayáis terminado este trabajo, a menudo constataréis
que vuestro sufrimiento ha desaparecido, precisamente porque gracias a este
trabajo del pensamiento habréis logrado introducir la armonía en todo vuestro
ser.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov
«El único medio de
atraer hacia nosotros a las entidades angélicas y de retenerlas, es creando a
nuestro alrededor una atmósfera muy pura. Uno de los momentos más favorables
para este trabajo es el de la salida del sol. A medida que sube en el horizonte,
el sol cambia de color. Primero es rojo, después anaranjado, después amarillo
y, según sea la calidad del aire, puede tomar matices de verde, de azul, de
violeta; y finalmente se vuelve blanco, incandescente. Cuando se eleva en el
cielo, canta de esta manera toda la gama de colores. Sí, canta, porque cada
color emite un sonido. ¡Y qué sinfonía cuando llega al blanco deslumbrante! Si
aprendéis a participar interiormente en la aparición de la aurora, sentiréis
que en esta sinfonía, en estos destellos de luz, vuestra aura se purifica, se
refuerza y vibra más intensamente; lanza señales a las entidades angélicas que
sienten que son invitadas a una fiesta. Éstas responden a vuestra invitación y,
como todos los invitados que van a una fiesta, os traen regalos.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov
«¿Cómo no desear
instruirse? ¡Hay en el mundo tantas cosas interesantes para ver, escuchar o
leer! Pero de todas formas, más que dispersaros dejándoos llevar por la
curiosidad, tratad de aceptar una disciplina para mejorar vuestra manera de
vivir. Porque el verdadero saber lo atraeremos a través de nuestra forma de
vivir. Si no, he ahí lo que va a pasar: acumularéis conocimientos con todos los
medios que tenéis actualmente a vuestra disposición, ¡y hay tantos! Pero lo que
grabéis de esta manera, no vais a conservarlo mucho tiempo. Pronto, con la
edad, como les sucede a tantas personas, empezaréis a quejaros de que perdéis
la memoria. Sí, todo se borra poco a poco, en primer lugar porque muchos de
esos detalles almacenados a lo largo de vuestra existencia, tienen realmente
poca importancia, pero también porque esta vida que lleváis no influencia
favorablemente vuestra memoria.
No perdáis pues el
tiempo en adquirir un saber que poco después os va a abandonar. Ocupaos más
bien de vivir de acuerdo con las reglas divinas, y la verdadera memoria
empezará a despertarse en vosotros: todo lo que habéis aprendido de profundo,
de esencial desde hace miles de años a través de vuestras diferentes
encarnaciones, remontará poco a poco a vuestra conciencia.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov
»El río es un símbolo
de la vida. La fuente del río se encuentra en la montaña. La fuente está
siempre en las alturas. Un rio conecta una montaña con un mar, con un océano
o un lago; dicho de otra manera, lo que está más alto con lo que está más
bajo. Es un intermediario entre los mares y las montañas. Las montañas son el
símbolo de la inteligencia, de la razón, de lo que está más arriba, de lo
más puro. Los océanos son el símbolo de los sentimientos, del corazón, de
las profundidades del subconsciente. Los ríos conectan, pues, la razón con el
corazón. Pueden ser largos o cortos, anchos o estrechos, rectos o sinuosos,
límpidos o turbios, todo esto no son más que detalles secundarios que aportan
precisiones sobre la vida personal. Donde fluye un rio se instala una cultura,
porque tos ríos aportan la vida. Donde no existe agua, tampoco existe vida. Si
estudiáis la historia, constataréis que en todos los sitios donde hubo
grandes ríos florecieron también grandes civilizaciones. En cambio, cuando
desaparecen los ríos, desaparecen también las civilizaciones.
En nuestro cuerpo
también encontramos los ríos en las arterias y las venas. Si éstas son
demasiado frágiles, o están obstruidas, la sangre circula mal y el hombre pierde
la vida poco a poco. Volvemos a encontrar los ríos en las líneas de la mano,
con su trazado ancho o estrecho, recto o sinuoso, continuo o interrumpido, y
cada una de estas particularidades corresponde a una particularidad en la vida
del hombre. En un paisaje puede haber dos ríos que fluyan uno al lado del
otro, y que, después, se crucen, se separen y vuelvan a juntarse más lejos...
También puede haber obstáculos con los que el río se encuentre. Cuando
miráis las líneas de la mano, podéis extraer de éstas muchas informaciones,
si antes habéis observado los ríos, porque, si no, no comprenderéis nada de
estas líneas. Muchas explicaciones que da la quiromancia o, digamos, la
quirología, no corresponden a lo que nos enseña la naturaleza. Para
corregirlas, hay que observar la naturaleza, porque todo lo que ocurre en la
naturaleza ocurre también en nosotros. Por eso los verdaderos alquimistas han
dicho siempre que hay que observar cómo trabaja la naturaleza.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov
LAS PRUEBAS DE
INICIACION DE LOS DISCIPULOS ESPIRITUALES:
"En nuestros días,
las pruebas de la Iniciación ya no se desarrollan en los templos, sino en la
vida. Es en la vida donde debemos pasar las pruebas de los cuatro elementos,
que son las pruebas de la materia. Cuando el hombre fue expulsado del Paraíso
por haber desobedecido al Señor, perdió su poder sobre la materia cuya
representación simbólica son los cuatro elementos. Para recobrar este poder,
debe aprender a dominar su cuerpo físico (la tierra), sus sentimientos (el
agua), sus pensamientos (el aire), y su fuerza sexual (el fuego). Pero ¿acaso
sirve todavía de algo hablarles a los humanos del control de la fuerza sexual?
Cada vez más, en este terreno, los jóvenes y los adultos sólo piensan en despilfarrar
estúpidamente esta fuerza, esta quintaesencia que es una condensación del fuego
divino, y de esta manera permiten que la muerte y la enfermedad penetren
insidiosamente en ellos. ¡Cuántas cosas tienen que aprender y comprender los
humanos para recobrar su poder sobre la materia, sobre los cuatro
elementos!"
Omraam Mikhaël Aïvanhov
«¿Cuántas personas
reflexionan verdaderamente sobre lo que significa su paso por la tierra? Sí,
cuántas se preguntan: «¿Qué hago aquí? ¿Por qué estoy aquí?» La mayoría se comportan
como si no tuvieran nada mejor que hacer que intentar pasar el tiempo de la
mejor manera posible. Muy pocos son conscientes que esas decenas de años que
les han sido otorgados para vivir, deben considerarlos como un período de
prácticas. Sí, un período durante el cual el Cielo les pide que aprendan y
mejoren; es decir, aprender a trabajar sobre su carácter, pues es la única cosa
que les quedará y que se llevarán con ellos al otro mundo. Cuando dejamos la
tierra, nos vemos obligados a abandonar todas las adquisiciones materiales e
incluso las intelectuales, y el que no ha hecho ningún trabajo interior se
presenta miserable, pobre y desnudo ante los Espíritus celestes de arriba.
El discípulo de una
Escuela iniciática sabe que debe trabajar aquellas cualidades que permanecerán
en él hasta la eternidad; y cuando vuelva, en otra encarnación, el Cielo le
dará mejores condiciones y medios más eficaces para continuar su trabajo.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov
«Tenéis un ideal, lo
perseguís desde hace mucho tiempo sin llegar a nada. Desanimado os ponéis a
razonar: ”Soy estúpido obstinándome en perseguir quimeras. ¡Cúantos años ya he
perdido siguiendo un camino espiritual, por un ideal que huye siempre delante
de mi! ¡Es ridículo! Los otros a mi alrededor conocen el éxito, el triunfo, la
riqueza y el bienestar. Solo yo, espero el resultado de mis esfuerzos inútiles.
Yo renuncio”. Esto es exactamente lo que no hay que hacer. Esta actitud, corta
la corriente e interrumpe la circulación. Esto es la sola cosa que interrumpe
todo el proceso. El hombre, a pesar de sus errores, sus deficiencias, sus
faltas, no debe jamás interrumpir la persecución de su ideal ni renunciar a sus
esfuerzos, no debe cesar de pedir la ayuda del mundo invisible para alcanzar su
meta divina.»
Omraam Michaël Aïvanhov
"Si la mayoría de
la gente no vuelve verdaderamente descansada de sus vacaciones, es porque las
han pasado en la pereza o en los placeres que consumen sus energías físicas y
psíquicas. Ignoran que el verdadero reposo es solamente un cambio de actividad.
Y un reposo en el que el espíritu no venga a decir algo, abre la puerta a los
consejos perniciosos de la naturaleza inferior. ¿Por qué no aprovechar el
periodo de vacaciones para hacer una pausa, con el fin de reencontraros?
Durante el año, vuestra vida se ha recargado demasiado, se ha hecho pesada y se
ha oscurecido con tantas preocupaciones y actividades que se han juntado unas
con otras. Tomaos pues ahora unos momentos para analizar la dirección que
estáis siguiendo, las actividades en las que os habéis comprometido, y
esforzaos en conservar solamente aquello que no se oponga con vuestro trabajo
espiritual. Volved también sobre ciertos acontecimientos que habéis vivido en
los meses precedentes, sobre ciertos encuentros que habéis tenido, y tratad de
sacar conclusiones útiles para el futuro. Y puesto que tenéis más tiempo,
procurad consagrar una parte del mismo a los ejercicios espirituales que no
pudisteis practicar durante el resto del año. Leed libros que alimenten vuestra
vida interior. Elegid algunas frases significativas y repetidlas hasta que
brote de vuestra alma una chispa que encienda en todo vuestro ser un fuego de
sabiduría y de amor."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
"Siempre tenemos
más oportunidades de mejorar una situación si nos concentramos más en el bien
que en el mal. Tratad de aplicar esta regla en vuestras relaciones con los
demás. Por ejemplo, más que criticar sus defectos, deteneos en las cosas
buenas, que también tienen, para ver cómo pueden ser mejoradas todavía más.
Aunque no tuviesen más que una, agarraos a ella. Dejad de lado sus defectos y
en la medida que podáis, tratad de ayudarles a desarrollar sus cualidades. Esto
será más provechoso para ellos y para vosotros también, porque la evolución de
cada uno contribuye a la evolución de todos. Cuanto más avanzamos, más
arrastramos a los demás con nosotros. Y si los defectos de ciertas personas os
molestan tanto, he aquí una razón más para desarrollar la indulgencia y la
paciencia mirándoles con buenos ojos.
Siempre debemos
fijarnos en las cualidades de un ser diciéndonos: «Dios habita en su alma, no
voy a ocuparme de los animales que merodean a su alrededor.» ¿Quién no alberga
algunas fieras dentro de sí? En algunos, estas fieras están encerradas en
jaulas o cloroformadas, pero están ahí.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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