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martes, 6 de agosto de 2013

OCULTISMO




OCULTISMO



Cuando hablamos de esoterismo hablamos de profundizar y también estamos hablando implícitamente de “ocultismo”, palabra que tampoco me gustaba, pero que cada vez me dice más,  porque  creo  entender  su  significado  aunque  seguro  que  no  lo  capto  en  toda  su dimensión. 
El ocultismo, sin embargo, no es ni más ni menos que la ciencia de aquello que está oculto y velado, y la consideración y estudio de lo subjetivo, lo interno. Concierne al método de desarrollar el alma. Es la forma o técnica mediante la cual el hombre llega a conocerse a si mismo, como alma pensante y consciente, y a comprender el mundo de las fuerzas donde tiene que desarrollarse y actuar. 
En un sentido más amplio es considerar el alma de Dios Mismo a medida que El crea y utiliza las formas de los reinos de la naturaleza a través de los cuales esa alma ha de revelarse. La clave del misterio de la vida de Dios se halla en todo hombre, estando presente en todo corazón humano. Cuando un hombre conoce a su alma, ha dado el primer paso hacia el conocimiento de Dios, y ha abierto una puerta a través de la cual puede entrar en relación con el  alma  que  todas  las  formas  subhumanas,  humanas  y  superhumanas  velan  u  ocultan. Entonces llega a ser un ocultista. 
Continuando con este sentido ocultista es como, para los Rosacruces, la vida del Cristo significaba el Cristo resucitando en el fondo de cada Alma por la visión espiritual. Por lo demás creían, naturalmente, en la existencia real e histórica del Cristo, porque conocer el Cristo interior es reconocer igualmente el Cristo exterior.
Un espíritu materialista podría decir actualmente: Acaso el hecho de que los Rosacruces hayan tenido esas visiones, ¿prueba la existencia real del Cristo? A lo cual contestaría el ocultista: Si no existiera el ojo para ver el sol, el sol no existiría, pero si no hubiera sol en el cielo, tampoco podría haber ojos para verlo. Porque es el Sol quien ha formado el ojo en el curso de los tiempos y quien lo ha construido para que pudiera percibir la luz. Similarmente, el Rosacruz decía: El Evangelio de San Juan despierta el sentido interno, pero si no existiera un Cristo viviente, uno no podría hacerlo vivir en sí mismo. 
En cada uno de nosotros existe un mecanismo que, cuando se perfecciona y utiliza, nos proporciona el instrumento necesario para investigar inteligente y sabiamente la búsqueda de la verdad que estamos considerando. Ese mecanismo existe, se halla regido por ciertas leyes y debe ser utilizado correctamente. Cuando esto se realiza, el hombre puede llegar a la percepción directa de la verdad y a la infalible comprensión de las cosas ocultas y esotéricas. 
Esto es parte de la gran ciencia del alma que nos va a permitir un acercamiento al centro de luz y al conocimiento subjetivo de las líneas Maestras de la vida, donde todas las personalidades  son  simples  instrumentos  transitorios  de  la  Gran  Ley,  y  tenemos  que considerar a todo guía e instructor como el que sirve para expresar algunos aspectos de la verdad, incorporando algún tipo de fuerza que puede energizarnos para que pensemos con mayor claridad y progresemos. Recordemos que toda verdad que se infiltra desde los planos de inspiración al cerebro físico y de este a la manifestación, es necesariamente limitada y está desfigurada debido a dicho proceso. Inevitablemente adquiere el colorido y la perspectiva del que la expone. Por consiguiente, tomemos de cada instructor o guía la luz que él nos pueda dar,  su  estímulo  e  interpretación, y  tratemos  de  asimilarlo  y  utilizarlo  convirtiéndonos nosotros también en instructores para aquellos que esperan nuestra ayuda. Pero no coloquemos a ningún instructor en el lugar de Dios, no obedezcamos a ningún guía excepto la voz guiadora de nuestro Dios interno; no nos apoyemos sobre ningún nombre, ni ciegamente en nadie. Esta es una gran Enseñanza que en ocasiones es doloroso asimilar. 
La primera condición necesaria es la inquebrantable creencia en nuestros propios poderes y en la Deidad dentro de nosotros mismos. ¿Poseemos esa creencia?, ¿Nos sostenemos en el hecho fundamental de nuestra divinidad esencial?, ¿Nos reconocemos como hijos de Dios, y estamos  de  acuerdo  con  el  Cristo  cuando  dijo:  "he  dicho:  sois  Dioses"?,  ¿Estamos convencidos de  que  somos  tan  divinos como  el  mismo  Gran  Maestro  de  Galilea, y  que podemos ser "uno con el Padre" como Él lo fue y como Él oraba para que así fuera? “Mi Padre y yo somos una misma cosa”. 
De la creencia en nuestra propia divinidad surgirá la capacidad de mantenernos como almas libres, emancipadas del control de otras mentes. Así llegaremos a formular nuestras propias conclusiones  y  viviremos  nuestra  vida  desembarazados  de  los  dictados  de  otros  seres humanos. Esto no tendrá como resultado el libertinaje sino el control ejercido por Dios; no nos convertiremos en seres humanos peculiares sino que nos haremos divinamente humanos y esto se deberá a que habremos comprendido que "aquel que desea adquirir el Sagrado Conocimiento deberá avivar la lámpara de su comprensión interna, entonces con la ayuda de esa buena luz empleará sus acciones como plumero, y sacudirá toda impureza de la superficie, el fiel reflejo de su Yo". Podrán observar que aquí tenemos la correcta acción como resultado del correcto control mental y ese control es el resultado de la autodisciplina, la eliminación de las impurezas y el fiel reflejo del Yo Divino en la vida diaria. 
Entiendo que el significado de la palabra ocultismo encierra toda esa esencia de la Vida en la que vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser y que no vemos, pero que vamos descubriendo poco a poco, a medida que evolucionamos, haciendo desaparecer esos velos que obstruyen la visión. De esta manera descubriremos “el alma de todas las cosas” y “el mundo de los significados”. Para llegar a esto, previamente, comenzaremos a detectar todos esos espejismos en los que nos desenvolvemos y que nos hacen percibir que nuestro reino es éste, olvidándonos de las palabras de Cristo: “Mi Reino no es de este mundo”.  Es ese otro nuevo mundo el que tenemos que descubrir y el que tenemos que traer a la tierra. 

Quiere decir que el ocultismo no es que nadie nos oculte nada ni que esté solamente al alcance de unos pocos, sino que nuestro nivel espiritual no es el apropiado para poder ver con el ojo interno que es el que nos descubre la verdad y para lo que tenemos que trabajar. 
En esta realidad de la que hablamos (ocultismo y esoterismo) está totalmente implicado el mundo de las energías, y aquí podríamos decir que “todo es energía y todo es espíritu”, luego también estamos hablando del TODO, del UNO, de DIOS. 
Llegar  al  conocimiento de  las  energías,  de  cómo  manejarles  adecuadamente, precisa de estudio, dedicación, análisis, discernimiento y discriminación, con lo cual estamos desarrollando la mente, esa mente que tenemos que potenciar para poder ofrecerle un gran vehículo de expresión al alma, hasta que finalmente se produzca la fusión. 
Las energías están moviendo todos los órdenes de la vida, política, económica, religiosa, etc., y tendríamos que ahondar en la Ley de Causa y Efecto para comprender que todos los acontecimientos por  duros  o  exitosos  que  parezcan,  no  es  necesariamente el  político,  el religioso o el profesional de turno el causante, sino que es obra de todos y de todas las épocas que los precipitan, y en este entramado y también considerando los ciclos, en esas grandes hecatombes, se está produciendo un movimiento de energías que si tuviéramos suficiente conocimiento tendríamos que aceptarlas y aportar el servicio que nos toque y nada más. 
Pienso que este entrenamiento precisa de un gran trabajo y esfuerzo, que no sería posible poner en práctica y mantenerlo sin la meditación y el servicio. La meditación facilita la precipitación de la luz que hay que utilizar para un mejor servicio y que se hace indispensable para que los conocimientos se conviertan en sabiduría que es la que en verdad nos descubrirá todos los misterios ocultos y nos permitirá el dominio del mundo de las energías.   
En este sentido se ven reflejadas las palabras de Cristo de: “se os dará el ciento por uno”. Yo creo que hablaba de esa sabiduría que nos irá llegando en la medida en que nosotros desarrollemos y sirvamos con nuestros talentos. 

4 comentarios:

  1. DEL OCULTISMO FORMA PARTE TODO AQUELLO QUE NOS ESTÁ VELADO, NO PORQUE NO PODAMOS VERLO, SINO PORQUE NOS FALTA CAPACIDAD PARA DESCUBRIRLO. ESTA CAPACIDAD SE VA ADQUIRIENDO CON LA EVOLUCIÓN, QUE SIGNIFICA ESFUERZO CONSCIENTE.

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  2. En un sentido más amplio es considerar el alma de Dios Mismo a medida que El crea y utiliza las formas de los reinos de la naturaleza a través de los cuales esa alma ha de revelarse. La clave del misterio de la vida de Dios se halla en todo hombre, estando presente en todo corazón humano. Cuando un hombre conoce a su alma, ha dado el primer paso hacia el conocimiento de Dios, y ha abierto una puerta a través de la cual puede entrar en relación con el alma que todas las formas subhumanas, humanas y superhumanas velan u ocultan. Entonces llega a ser un ocultista.

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  3. El ocultismo es lo que el ser humano comun, en su estado (infantil de evolocion), no puede ver ni percibir todavia, forma parte de esos planos de conciencia superior, que no se conocen (para la moyoria de la humanidad) en este plano fisico. Oculto por la materia grosera de dicho plano, este velo oculta los 7 planos cosmico de manifestacion, los cuales los nuestros son solo los 7 subplanos de estos planos mayores. por el desarrollo de la vision interna el hombre percibe y ve, estos mundos superiores.

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    1. Cuando empezamos a vislumbrar el significado del ocultismo, ya hemos dado un gran paso del que todavía no somos conscientes, pero que nos está permitiendo el Sendero hacia esos mundos superiores.

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