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miércoles, 28 de octubre de 2015

ENFERMEDADES: AGNI, SER HUMANO Y ENFERMEDAD.- Por Francisco Javier Ortiz López

ENFERMEDADES: AGNI, SER HUMANO Y ENFERMEDAD

Por Francisco Javier Ortiz López, con motivodel encuentro de Convivencia y Buena Voluntad celebrado en Córdoba (España) los días 23, 24 y 25 deoctubre de 2015



1.- ACCIÓN DEL AGNI Y LA ENERGÍA PSÍQUICA EN EL SER HUMANO

Para abordar la ponencia y llegar a comprender que la enfermedad representa una oportunidad para evolucionar interiormente, es necesario establecer una analogía entre el ser humano y su Creador “DIOS”. Aceptar que hemos sido creados a “imagen y semejanza” de Dios supone equiparar nuestro cuerpo físico al Universo, el cuerpo físico del Creador. Este acto de Amor ha sido posible gracias a la acción del Agni ( la Energía ardiente, el Fuego ardiente, el Fuego creador) que es eterno e imperecedero y está presente en todo el Universo, penetra todos los cuerpos celestes y todos los objetos, es decir, TODO LO MANIFESTADO contiene en su interior AGNI.

Todo ser humano reencarna con una provisión de Agni en su alma o espíritu, proporcional a su estado evolutivo, precisamente la que invierte su mónada para alcanzar el propósito de dicha encarnación. Por lo tanto, el Agni nutre al espíritu y como consecuencia de su evolución o involución durante la reencarnación, puede aumentar o disminuir su cantidad, a lo que se denomina llenar el cáliz o disipar su contenido. El suspiro es un espasmo producido por la acumulación de energía ardiente, ocurre en conexión con las emociones elevadas, motivo por el que es considerado una respuesta a Dios. Los asesinos y los criminales más siniestros no suspiran. El suspiro está muy cerca de la plegaria. Las reservas ardientes son convocadas mediante el esfuerzo rítmico.

Como partes de la Unidad, el ser humano interacciona con el Fuego Cósmico que impulsa la evolución del espíritu. Para ello, previamente a la construcción de nuevas estructuras internas debe quemar toda la escoria innecesaria, acción realizada por el Agni.

El Fuego Cósmico del espacio se condensa en forma de Energía Psíquica, una especie de electricidad con la que se puede conectar, si somos receptivos a ella. Esta receptividad depende exclusivamente de nosotros, de nuestra evolución y estado anímico. A este respecto debemos reflexionar sobre el daño que nos causa la irritabilidad. Cuando estamos irritados o sufrimos explosiones de ira nuestro sistema nervioso se recubre de una sustancia denominada imperil. Este hecho dificulta la recepción de la energía psíquica por parte del sistema nervioso, ya que esta es, entre otras, su misión.

La evolución espiritual impulsada por la acción combinada del Fuego Cósmico y nuestro Fuego Ardiente favorece, cuando llega su momento, la ascensión de la kundalini hasta convertir al ser humano en un agni yogui, un ser que manifiesta y utiliza para el Bien Común el Fuego del corazón (expresión suprema de la conciencia), un ser cuyos cuerpo y corazón ardiente son receptivos a las convulsiones planetarias y terrestres como, por ejemplo, terremotos, accidentes, acontecimientos de gravedad, etc.

El Agni y sus Energías Ardientes impulsan la Evolución Cósmica y la de todos los seres que habitan los diversos mundos del Universo. La no recepción de dichas energías provoca que su acción sea encaminada hacia la creación de enfermedades ardientes y cataclismos cósmicos, como el factor de equilibrio que posibilita la ejecución del Plan Divino.

Comprender la acción del Agni en el Universo hace posible profundizar en los Secretos del Cosmos, de su naturaleza ardiente y, simultáneamente, permite que dejemos de pensar en el Mundo Ardiente como algo abstracto, incomprensible e intangible, conceptos muy dañinos que ralentizan nuestra evolución.

2.- CAUSAS DE LA ENFERMEDAD

Establecida la analogía entre universo y cuerpo físico humano podemos observar que ambos cuerpos físicos desarrollan su existencia mediante la continua creación, regeneración, modificación e incluso destrucción de sus células, órganos y sistemas, mecanismos que responden a la Ley Cósmica denominada Evolución. Cuando los procesos descritos provocan reacciones dolorosas, traumáticas y pérdida de la buena salud les asignamos el nombre de Enfermedad. Llegado a este punto es necesario reflexionar sobre el desenlace final que puede provocar una enfermedad en el cuerpo físico del ser humano: “la muerte”, desenlace que evidentemente no se produce en el cuerpo físico de Dios “el Universo” que es inmortal.

Consecuencia de ello debemos concluir que en el Universo como unidad física no existen enfermedades o, al menos, enfermedades mortales. ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo? En el Universo reina la ARMONÍA.

Esta reflexión nos permite dar respuesta a la pregunta: ¿Cuál es la causa de la enfermedad? FALTA DE ARMONÍA, conclusión a la que llegamos a través de la analogía que nos considera a los seres humanos una creación realizada a imagen y semejanza de Dios.

2.1 - Causas internas de la enfermedad

- Desarmonía de nuestros cuerpos con la vibración del alma. Las causas de este desequilibrio o falta de armonía son diversas. La principal de ellas radica en la constitución del ser humano en su triada inferior, es decir los cuerpos físico, emocional y mental concreto, que deben servir al propósito de su ser interno EL ALMA. Cuando estos cuerpos no están en armonía con la vibración del alma se produce la enfermedad. En función del cuerpo donde se produzca la desarmonía la enfermedad se manifestará en él, pudiendo ocurrir que una enfermedad esté presente en un solo cuerpo o en varios simultáneamente.

- Karma propio constituye otra causa de enfermedad, ya que obedece al propósito del alma durante la encarnación para equilibrar un error del pasado, pudiendo manifestarse desde el nacimiento o en el transcurso de la vida o en vidas sucesivas si no se alcanza el equilibrio.

- Karma ajeno es otra de las causas. Se trata de aquellos seres que una vez finalizada su misión relacionada con el Bien Común en el planeta, enferman con el propósito de eliminar parte del karma negativo de la humanidad.

- Karma de la humanidad es el más dañino de todos porque se crea por la suma de millones de karmas individuales y da lugar a la aparición de las epidemias. Su origen no está en las acciones sino en los pensamientos y los sentimientos, pudiendo sintetizarse como pensamientos mezquinos (los opuestos al Bien Común) y tristeza (sentimiento opuesto a la alegría del espíritu).

- Kundalini. Durante su ascenso provoca quemazón y enfermedades ardientes.

2.2 - Causas externas de la enfermedad

- Obsesión. Es la más dañina de todas, ya que quien la padece es víctima de una entidad energética que anula o dificulta el ejercicio de su voluntad y, como consecuencia, impide o ralentiza la ejecución del propósito de su alma encarnada.

- Procesos cósmicos. Somos un microuniverso que pertenece a la Tierra, al Sistema Solar, la Galaxia y al Universo, es decir, somos una célula del Universo, una célula del Cuerpo Físico de Dios. Por este motivo todo lo que ocurre en dicho Cuerpo nos afecta (creación, decadencia y desintegración de los cuerpos celestes).

- Contacto con planos superiores de energía. Puede provocar enfermedades, dolencias y afecciones en nuestros órganos. Estas energías pueden provenir de planos espirituales o de nuestra propia Alma, siendo la causa de nuestra reacción la contaminación e impureza de nuestro cuerpo. Una de estas energías es nuestra propia kundalini.

- Conclusión: El hipocondríaco no refleja la esencia ardiente.

3.- TIPOS DE ENFERMEDADES

3.1 - Según el cuerpo de manifestación

Pueden ser: físicas, emocionales y mentales. Las físicas tienen origen psíquico, emocional o mental. Las emocionales y mentales son originadas por nuestros pensamientos, palabras y actos en contra de la belleza, la bondad y la verdad, aspectos sutiles que al ser vilipendiados enferman nuestros cuerpos sutiles de la triada inferior.

3.2 - Según el origen

- Obsesión. Provoca enfermedades mentales, cutáneas o picazón en la cara.

- Enfermedades ardientes. Asociadas al karma de la humanidad, naciones y pueblos son aquellas que pueden adquirir el carácter de epidemia y afectan, de modo general, a aquellas personas cuyas reservas de energía psíquica es mínima o inexistente, motivo por el cual no pueden contrarrestar la acción del Fuego que al no ser utilizado para la construcción del Bien Común, revierte su acción en purificar todo aquello que lo impide, agravando las enfermedades o dando lugar a enfermedades nuevas. La mayoría de estas enfermedades afectan a la piel. A veces, el desencadenante de la enfermedad es una cualquier conmoción que hace mella en un organismo altamente desequilibrado (cáncer, tétano). Ejemplos de enfermedades ardientes: plagas pulmonares, viruela, cáncer, plaga bubónica, tétano, enfermedades cerebrales, (¿peste, lepra?), etc.

- Dolor de cabeza. Una de sus causas es la no aceptación de envíos mentales

- Manifestaciones ardientes. No son enfermedades propiamente dichas sino reacciones adaptativas de los órganos a las energías ardientes.

- Hinchazón y sensibilidad en las glándulas durante la infancia provocadas por las tensiones en el cerebro y el corazón.

- Hinchazones, inflamaciones, hemorragias, alteraciones en nuestros sentidos, quemaduras ardientes son reacciones al contacto con las energías ardientes de alto voltaje que nuestro cuerpo padece a consecuencia de la contaminación que acumula.

- Acción de la kundalini, ej: inflamación de glándulas faríngeas.

- Enfermedades sagradas o dolores sagrados. Asociadas al Discípulo. Causadas por la acción de la Kundalini y el Agni sobre los centros provocando la dolorosa sensación de ser consumido por el fuego interior, entre otras. La Fiebre oculta provoca fatiga y cambios en el organismo.

4.- LA ENFERMEDAD COMO OPORTUNIDAD DE CAMBIO INTERIOR

Una vez analizada la relación de las enfermedades con las energías ardientes y la no adaptabilidad del ser humano a las mismas, podemos concluir que el proceso enfermizo desencadenado tiene un objetivo purificador para restablecer el equilibrio entre los cuerpos físico, emocional y mental del enfermo y su alma. Debemos considerar que la enfermedad incrementa el trabajo del espíritu. Este trabajo afecta a toda la sociedad en su conjunto. Los enfermos tienen la oportunidad de recuperar el equilibrio perdido y modificar creencias, hábitos y comportamientos. Los familiares de los enfermos y las personas que los atienden pueden dar lo mejor de sí mismos, exteriorizando el amor que sienten en su interior. Médicos y científicos pueden ser más heterodoxos y humildes, aceptando que existen otras realidades por descubrir y de las que aprender. Los estamentos políticos, sociales e industriales tienen el deber social y moral de articular la atención sanitaria con una finalidad humanitaria y no exclusivamente económica. Por este motivo, la sanación debe realizarse apoyándose en tres pilares: investigación científica, terapia y profilaxis.

4.1 - Investigación científica

Debe investigarse con un pensamiento libre que abrirá las puertas al verdadero conocimiento, sin prejuicios, siendo conscientes de lo absurdo de lo abstracto, intentando clarificar los hechos aunque la explicación no sea ortodoxa, aceptando la posibilidad de la existencia de distintas realidades, distintos mundos, distintos seres. Dar este paso posibilita recibir la ayuda de la Jerarquía, aunque no se perciba de modo consciente, y de Su Mano el descubrimiento de la Realidad. Para ello pueden apoyarse en los textos espirituales de la antigüedad, como lo hicieron Tesla o Einstein entre otros, tratando de encontrar un nexo de unión entre ellos, deben alcanzar la Síntesis. Son necesarios investigar la verdadera naturaleza y constitución del ser humano, el poder del pensamiento, los sueños, los envíos de energía a distancia y sobre todo el Agni, su origen, naturaleza y propiedades.

Mientras la conciencia de médicos y científicos sea de carácter corpórea los métodos convencionales experimentales de la medicina difícilmente pueden ser alterados. Trabajar con plantas vivas y aplicar la energía psíquica abrirán nuevos canales de pensamiento, que harán posible erradicar métodos experimentales tan crueles e insensatos como la vivisección.

La crueldad podrá ser erradicada de los métodos de investigación y tratamiento, poniendo fin a la vivisección, la experimentación de medicamentos con seres vivos y la negación de auxilio para mitigar el dolor en los procesos cercanos a la muerte. Situaciones como la vivida recientemente por los padres de Andrea no se deben producir jamás. El personal sanitario, principalmente los médicos, deben reflexionar sobre los conceptos éticos, morales y religiosos aplicados a su labor terapéutica y, sobre todo, respecto al cumplimiento del Juramento Hipocrático: “Aplicaré mis tratamientos para beneficio de los enfermos, según mi capacidad y buen juicio, y me abstendré de hacerles daño o injusticia”. La reflexión debe ser mucho más intensa y sincera si han realizado el Juramento hipocrático del Dr. Louis Lasagna (1964), el más utilizado a nivel mundial, que compromete a: “ buscar el equilibrio entre las trampas del sobretratamiento y del nihilismo terapéutico” … “Recordar que la medicina no sólo es ciencia, sino también arte, y que la calidez humana, la compasión y la comprensión pueden ser más valiosas que el bisturí del cirujano o el medicamento del químico” … “Por encima de todo, no debo jugar a ser Dios”.

4.2 - Terapia

En la sociedad actual se enfoca la terapia combatiendo los síntomas de la enfermedad, para ello se utilizan narcóticos y medicamentos que suelen provocar efectos secundarios. Centrar la atención en los síntomas y no en el origen de la enfermedad es un error y mucho mayor aún es el tratamiento exclusivo a base de narcóticos. Vemos que gran parte de la sociedad está seducida o idiotizada por este enfoque terapéutico que no contempla el aspecto espiritual de la enfermedad y su sanación, por lo que se puede afirmar que la situación actual está alimentada por aquellos seres que solo están interesados por el materialismo y que utilizan todos sus recursos para mantener este status, opuesto frontalmente a la espiritualidad y al descubrimiento de la Verdad.

No se debería pensar que es posible tener un remedio universal para las enfermedades ya que sus orígenes son enteramente diferentes. Podrían instituirse secciones terapéuticas especiales que correspondan parcialmente a un número considerable de causas de enfermedades. Únicamente un atento escrutinio de la condición espiritual del individuo en cuestión dará la guía correcta para las indicaciones que lo ayudarán. Por este motivo se puede concluir que cualquier enfermedad se cura más rápido cuando no es producida por una causa psíquica.

Las imposiciones de manos y los envíos de energía a distancia pueden aliviar al enfermo e incluso producir una sanación temporal, pero si las personas que lo realizan desconocen el origen de la enfermedad (facultad reservada a los iniciados) posiblemente no se producirá la sanación completa, e incluso puede repercutir negativamente en su salud y circunstancias por interferir en el karma ajeno.

La medicina tradicional china contempla la estructura energética del ser humano, por lo que su terapia de acupuntura actúa sobre los centros, al igual que hacían en el antiguo Egipto mediante presión sobre ellos. No produce una cura permanente pero si un alivio temporal. Sus métodos tienen como objetivo equilibrar energéticamente al paciente y activar la acción de la energía psíquica, al igual que elevar su vitalidad y favorecer el encendido de los fuegos internos mediante la ingestión de plantas y esencias (gingsen, almizcle, valeriana) .

La homeopatía es uno de los medios de sanación más equilibrados, puesto que “lo similar cura a lo similar”. El ser humano como microcosmos necesita de todos elementos y compuestos orgánicos e inorgánicos pero en su justa proporción, por ello un desequilibrio por exceso en algunos de ellos se contrarresta con su esencia, constituyendo el principio básico de la homeopatía.

La Astrología también debe tenerse en cuenta durante la terapia. Una carta astrológica científicamente creada ayudará a diagnosticar enfermedades y determinar las circunstancias que contribuyeron a ella.

El Pensamiento tiene mucho poder sanador, utilizado tanto por el paciente como por el terapeuta. El pensamiento es creador y generador de fuego, por ello debemos elaborar pensamientos ardientes y positivos para evitar que la enfermedad se nutra de los pensamientos.

- Pensamiento del enfermo. Debe ser positivo, evitando alimentar la enfermedad y visualizar su victoria, debe rechazarla con todas sus fuerzas.

- Pensamiento de terapeutas, familiares y amistades del enfermo. No considerar al paciente como enfermo ni hablar del desenlace final de la enfermedad.

La Sugestión es considerada un esfuerzo ardiente, porque utiliza el pensamiento para canalizar la energía psíquica del alma hacia la armonización y sanación de los órganos dañados.

- Autosugestión. El paciente confía en su energía psíquica, en su Ángel solar y desarrolla pensamientos saludables y actúa con fe. Estas acciones transmutan las propiedades de las medicinas y las sustancias por la acción del Fuego activado mediante su voluntad (efecto placebo).

- Sugestión inducida. Es preferible que el terapeuta que la aplica conozca el origen de la enfermedad para poder sanarla y no solo eliminar los dolores, evitando así efectos dañinos como si se tratase de narcóticos. Debe realizarse mentalmente proyectando la voluntad de corazón a corazón y posteriormente dirigir esta voluntad en la dirección necesitada. Mediante las órdenes mentales los organismos debilitados pueden ser restaurados guiándolos y coordinándolos con el fuego del corazón (¿parecido a la Kiniesología?).

4.3 - Profilaxis

El secreto de la salud es alinearse con la frecuencia del Alma. Esto se consigue mediante la prevención o profilaxis tanto de carácter externo como ardiente.

4.3.1 - Profilaxis externa

Conjunto de acciones que tienen como objetivo mantener la salud del cuerpo físico. Uno debería tener un respeto total por el organismo humano y entender que cualquier sacudida daña primeramente el cuerpo astral y lesiona el aura.

Dieta. Seguir dietas de cereales y vegetales en función de las necesidades del organismo. Ingerir productos crudos, tienen más vitaminas. No ingerir sangre, en casos extremos usar carne ahumada o seca. No ingerir alimentos fermentados, contaminados o descompuestos ni bebidas descompuestas, atraen a entidades no deseables. No tomar alcohol.

Alimentación. Evitar los excesos. No comer después de la puesta del sol ni antes de amanecer. Realizar ayunos. Comer según nuestra necesidad oyendo a nuestro cuerpo, a veces el contacto con energías cósmicas puede eliminar la necesidad de llenar el estómago. Los alimentos terrenales pueden reducirse a pequeñas porciones; el cuerpo no requerirá más cuando el Agni está encendido.

Sueño. Período de descanso del cuerpo físico en el que se establecen contactos con el mundo astral y el Sutil. Deben evitarse al dormir: malas digestiones, irritación o influencias negativas. Debemos cuidar nuestros últimos pensamientos y anhelos antes de dormir.

Hábitos saludables. Todo aquello que contribuya a mantener sano nuestro cuerpo: correcta alimentación, actividad y descanso, evitando los perjuicios del: alcohol, drogas, fumar, deportes agresivos …

4.3.2 - Profilaxis ardiente

Conjunto de acciones naturales (no inducidas o provocadas) tanto externas como internas encaminadas a la adquisición del Fuego en nuestro corazón, ya que el Agni y su ardiente auto-desinfección es la mejor profilaxis y alimenta el tesoro de la conciencia. El Fuego protege contra la obsesión, es la panacea para el cáncer, la tuberculosis y todas las demás enfermedades.

Ingestión de vegetales y minerales. Sus vitaminas y compuestos aumentan su fuerza al contacto con la energía ardiente del ser humano.

Aromas. Preferiblemente el de las rosas porque contiene una gran cantidad de energía ardiente.

Aire de montaña. El aire puro proporciona mucha más nutrición esencial que el aire de la ciudad, debido a la saturación de energía ardiente, a la concentración de prana (energía solar), que hace posible que el ser humano necesite menos alimentos pesados y horas de sueño.

Valeriana. Enciende los fuegos, aconsejable entre las profilaxis en contra del cáncer y otras enfermedades, pero toda profilaxis debe ser sistemática, cada noche sin fallar, como el curso diario del sol.

Reconocer el Agni en nuestro interior. Para adquirir Agni el primer paso será reconocer que lo tenemos en nosotros, en nuestra asencia.

Vigilar los impulsos interiores.

Pensamiento. El pensamiento es salud, renovación, intercambio de substancia. El pensamiento y el Agni del corazón conectan a la humanidad con los mundos superiores, por lo que se debe aplicar la higiene del pensamiento evitando pensamientos mezquinos. Pueden mejorar positivamente nuestros pensamientos por la acción del fósforo, el almizcle y la evaporación de eucalipto.

Palabra. Es deplorable que la gente haya perdido el sentido de responsabilidad hasta el punto de olvidar la importancia de las palabras. Ante las Puertas Ardientes no se pensará en términos blasfemos. La blasfemia es una expresión o palabra injuriosa contra Dios, todo lo sagrado, las personas o las cosas. Por lo tanto, la blasfemia rechaza la Luz y provoca un desgarro en la red protectora del blasfemo, por ello puede ser portadora de una infección. El corazón ardiente no se atragantará hablando mal. Se deberían prohibir las expresiones blasfemas, incluso en la niñez. La pérdida de la palabra armonía degrada al ser humano.

Sentimientos. Estados de ánimo generados por las emociones. Debemos esforzarnos por sentir alegría en lugar de tristeza e irritación, amistad y paz en lugar de hostilidad.

Acciones. Actuar en beneficio del Bien Común y el autoperfeccionamiento.

Magnanimidad. Grandeza y elevación de ánimo que permite a la persona dar más allá de lo que se considera normal. Un ánimo grande se caracteriza por la búsqueda de su perfección como ser humano y la entrega total de su persona para servir a los demás desinteresadamente. La magnanimidad protegerá de la irritación.

Autoperfeccionamiento. Es el logro más difícil, nos permite desarrollar las virtudes espirituales, la pureza y la inofensividad. No se consigue mediante la mejora mecánica de los detalles de la vida diaria, sino purificando nuestros pensamientos, palabras, reacciones emotivas, sentimientos y acciones, dirigiéndolos hacia la belleza, la bondad y la verdad, es decir, esforzándonos hacia el refinamiento de la conciencia, puesto que la conciencia es la encargada de conducirnos al Mundo Ardiente.

El secreto de la buena salud está en la alineación de nuestros cuerpos con la frecuencia del Alma. Ella nos impulsa hacia la Perfección y la búsqueda de la Verdad. Este esfuerzo hará posible contactar en el Mundo Sutil con La Jerarquía de La Luz, de la que recibiremos instrucciones, amor, pensamientos puros y energías sanadoras. Este es el Mensaje transmitido por el Maestro Moria:

Amaos los unos a los otros. Os enviaré pensamientos puros. Fortaleceré vuestro deseo de perfección. Mediante el amor he de sanar Yo a los equivocados.
El Instructor embellecerá vuestros días con laurel y os refrescará con Sus aromas sanadores.
Las Flores de M. no nacen en muchos jardines, mas pueden florecer aun sobre el hielo.
Como plantas medicinales, Mis hojas cerrarán todas las heridas.

Francisco Javier Ortiz López
Córdoba, 25 de octubre de 2015
Bibliografía: Curso de Sanación Espiritual. Torkom Saraydarian.- Mundo Ardiente, H.Roerich.


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