Mi lista de blogs y bibliotecas

lunes, 7 de abril de 2014

ESOTERISMO - OCULTISMO, Por A.C.V




E
SOTERISMO - OCULTISMO, Por A.C.V.





Las  palabras limitan  cualquier concepto y  mucho  más  si  hablamos  de  esoterismo, pues estamos tratando de definir algo infinito con un medio totalmente limitado como son las palabras. Así y todo no tenemos más remedio que hacer uso de ellas, pero siendo conscientes de esa limitación, lo cual nos  hace ver que toda definición esotérica engloba y describe un concepto muy superior y mucho más amplio que el que hayamos conseguido expresar y que a través de las distintas etapas podremos ir descubriendo y exponiendo con mayor precisión y amplitud. 
El término “esotérico” a mí me costó incorporarlo como una terminología usual y racional en mí. Creo que esta palabra ha ido cargada de un sentido equívoco en el que todos hemos colaborado y que hemos ido arrastrando. Es por esto que desde el principio que conocí el esoterismo traté de informarme de su auténtico significado, y muy especialmente de aquello que a mí no me gustaba o no me convencía, de ahí que con bastante  prontitud pude hacer un pequeño artículo que me voy a atrever a incorporar en este trabajo:
 “En principio podemos pensar que todos sabemos lo que es esoterismo, pero posiblemente ignoramos mucho más de lo que creemos saber. Es un tema muy amplio y muy profundo, tanto que nos falta conocimiento para poder definirlo, pero así y todo vamos a intentar aproximarnos y concretarlo lo más acertadamente posible. 
Vamos a empezar (para eliminar algunos errores) por decir que desde luego esoterismo no es adivinar el futuro. El futuro es algo que cada cual nos vamos haciendo con nuestro propio esfuerzo y trabajo, de ahí los resultados. 
Hablando con seriedad y de forma escueta, el esoterismo es la ciencia que estudia la raíz más profunda de todas las cosas. Si lo definimos   con más propiedad deberíamos decir que “el esoterismo es la ciencia que estudia el alma de todas las cosas”. 
Sin lugar a dudas es algo grandioso, porque todas las cosas de que hablamos son: los planetas, los distintos reinos, el universo, “TODO”, ABSOLUTAMENTE TODO.
Si buscamos la verdad, no nuestra verdad, un día u otro llegaremos al estudio esotérico y con esfuerzo, con trabajo, y siempre con servicio, llegaremos a aproximarnos a la verdad y descubriremos grandes cosas. Sentiremos muchísimo no saber de ciencia, de religiones, de las distintas culturas, de astrología, de tantas y tantas cosas, porque el conocimiento de la raíz más profunda de esas cosas nos llevará a LA VERDAD.  Aún así, el verdadero esotérico sin tener esos conocimientos específicos de tantas materias, estudia todo aquello que llega a sus manos para analizarlo, razonarlo y asumirlo o rechazarlo, según las conclusiones que saque. 
Los dos grandes pilares del esoterismo son: LA REENCARNACIÓN, Y LA LEY DE CAUSA Y EFECTO O LEY DEL KARMA, ambas están totalmente enlazadas y como el tema no es éste, solo vamos a enunciarlas. El ser humano tiene que evolucionar hasta llegar a la perfección. Dios, ese Dios absolutamente justo y bueno, no nos castiga eternamente, ni porque nos haya dado tiempo a hacer un acto de constricción y arrepentirnos de los pecados, nos manda al cielo, y al que no haya tenido esa suerte, lo manda al infierno. Efectivamente es un Dios justo y bueno y para eso nos da la oportunidad de trabajar, estudiar, aprender, servir, en las vidas que necesitemos hasta conseguir la perfección. Aquí entra la Ley de causa y efecto o Karma. Lo que hacemos mal en una vida lo tendremos que repetir en la vida o vidas siguientes hasta llegar a esa perfección, al igual que el estudiante que suspende un curso y tiene que repetirlo. Naturalmente que esto precisa de un estudio mucho más amplio. 
Algo importantísimo en esoterismo: cada uno tiene que ir descubriendo la verdad; no vale decir son palabras de tal Maestro o tal Santo, o la autoridad que sea, para aceptar así porque sí una teoría o un concepto. Todas las supuestas verdades, absolutamente todas, vengan de quien vengan,  hay que estudiarlas, analizarlas y razonarlas y así aprender a discernir. No se nos han dado los talentos para delegar en otros, sino para utilizarlos, porque del uso de esos talentos se nos pedirá cuentas a cada uno de nosotros. 
Todos  los  esotéricos  rechazamos  los  dogmas,  porque  atentan  contra  la  libertad  del  ser humano, libertad que nadie nos puede quitar, ni nosotros quitarle a nadie, de ahí que el esoterismo no impone absolutamente nada y nadie debe sentirse ofendido porque sus planteamientos se  cuestionen; todo  lo  contrario, todo  debe  ser  cuestionado y  todo  debe ponerse en duda para llegar a la verdad, esa verdad que en el fondo todos buscamos. 
El verdadero esotérico no habla ex cáthedra porque sabe que por  muchos conocimientos que tenga más le queda por descubrir. Siempre respeta las tendencias y criterios de los demás sin menosprecio alguno y es conocedor de que ningún conocimiento cumple su fin si no se traduce en servicio a los demás.
El nivel de cada cual no significa nada más y nada menos que vidas que se han aprovechado en mayor o menor medida, pero de ninguna forma, ni por nivel de conocimiento ni por nivel espiritual puede ser utilizado ni para enorgullecernos ni para humillarnos; unos y otros tenemos que seguir trabajando con esa gran alegría que aporta el utilizar la personalidad como medio de manifestación del alma; difícil, pero totalmente satisfactorio y fortalecedor. LA VERDAD OS HARÁ LIBRES.
Vamos a reseñar unas palabras de Buda y expresadas en La Doctrina Secreta VI, pág. 84: “Que  no tenemos que creer en lo dicho simplemente porque haya sido dicho; ni en  las
tradiciones, porque han sido transmitidas desde la antigüedad; ni en los rumores como tales; ni  en  los  escritos  de  los  sabios,  porque  ellos  los  han  escrito;  ni  en  las  fantasías  que sospechamos nos han sido inspiradas por un deva (es decir una supuesta inspiración espiritual); ni en las deducciones basadas en alguna suposición casual que hemos hecho; ni por lo que parece ser una necesidad analógica; ni por la mera autoridad de nuestros instructores o maestros, sino que hemos de creer cuando lo escrito, la doctrina o lo dicho, está corroborado por nuestra propia razón y conciencia. Por eso dice, “les he enseñado a no creer por el solo hecho de haberlo oído decir; pero que cuando crean con toda conciencia, entonces actúen de acuerdo con ello, con plenitud”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Última entrada

LA INICIACION Y LOS RAYOS

LA INICIACION Y LOS RAYOS   1. Después de la tercera iniciación, [el hombre] localiza (si corresponde esta palabra tan inadecuada) su alma e...