FUNCIÓN DE LAS ESCUELAS
ESOTÉRICAS (ACV)
Son enseñanzas extraídas de las publicaciones de D.K.
Son enseñanzas extraídas de las publicaciones de D.K.
Que el Poder de la Vida Una afluya a través de todos los grupos de verdaderos servidores.
Que el Amor del Alma Una caracterice la vida de todos los que
tratan de ayudar a los Grandes Seres.
Que cumpla mi parte en el Trabajo Uno
mediante el olvido de mí mismo, la inofensividad y la correcta
palabra.
Los verdaderos
buscadores de LA VERDAD, antes o después (hablamos de vidas) llegan al
esoterismo y consecuentemente a las fuentes
de la Sabiduría Eterna. Simplemente es un proceso del que forman parte
todas las leyes por las que se rige el universo y por lo tanto la propia
humanidad.
El significado de las
palabras "esotérico" y "oculto" definen aquello que está
escondido, indican lo que se halla detrás de las apariencias externas y señalan
las causas que producen esas apariencias y efectos; se refieren al sutil mundo
de energías y fuerzas, que todas las formas externas velan y ocultan.
Llegados al terreno
esotérico podemos caminar como autodidactas o bien acogernos a las enseñanzas
de una escuela esotérica. Uno y otro camino son válidos, lo que sí es cierto es
que se pueden observar diferencias entre un estudiante autodidacta y el que
pertenece a una escuela. Por supuesto nos estamos refiriendo a escuelas de la
más absoluta seriedad que de otra clase parece ser que también las hay. En
todos los casos de estudiantes y de escuelas hay excepciones de todo tipo que
tendremos que aprender a distinguir y esto no se consigue nada más que con
verdadero amor a la verdad y el consecuente trabajo.
Actualmente existen
muchas escuelas, supuestamente esotéricas, que se establecieron durante los
últimos sesenta años. No vamos a referirnos a esa Escuela Esotérica que siempre
ha existido en todo el mundo, sin nombre
determinado, sin representación ni organización exotérica y sin ninguna
dirección que le haga frente, pero que quien realmente dirige esa organización
imparte su interpretación personal de la enseñanza ocultista, adoptando
generalmente la postura de ser la única y
máxima autoridad.
A pesar de todo, esta
etapa ha sido un buen trabajo de preparación, porque presentó al público la
naturaleza de la doctrina secreta, la enseñanza esotérica y el gobierno interno
del mundo. La realidad de la existencia de los Maestros de Sabiduría - que
trabajan con la Jerarquía planetaria bajo la dirección de Cristo - ha sido
ampliamente difundida, ya sea en términos de la teosofía ortodoxa y de las
conjeturas metafísicas hindúes, o bajo la terminología cristiana. Ya se ha
impartido mucho conocimiento.
Las Escuelas esotéricas
se ocupan de desarrollar la comprensión. Han difundido últimamente ciertas
reglas elementales destinadas, en primer lugar, a purificar la naturaleza
emocional o de deseos; han tratado extensamente temas como la diversidad de
planos, los fuegos creadores y la diferenciación de la sustancia, así como los
diversos septenarios que condicionan la vida, la conciencia y la forma. Nada de esto es necesariamente enseñanza
esotérica, sí que son conocimientos que nos ayudan a conocer la vida, el
universo, de una forma más amplia. Han enseñado la devoción a los Maestros,
pero presentándolos inadecuadamente, expresando que tales Maestros se interesan
especialmente por el instructor del
grupo, y por los amigos personales del instructor. Dentro de estos grupos se
erige, casi sin excepción, un círculo íntimo de adherentes y devotos del
instructor, quienes lo obedecen ciegamente así como a los supuestos mandatos
del Maestro, transmitidos por su intermedio, violando así la ley oculta de que
un Maestro no debe dar órdenes, ni esperar obediencia.
Por lo tanto, no existe
hasta ahora una auténtica escuela esotérica. Su formación es todavía una
esperanza - esperanza que ha llegado a la etapa en que puede hacerse la debida
preparación para su establecimiento -.
Todo esto no significa
una condenación al servicio lealmente prestado, pero sin inspiración. Los
estudiantes deben saber que las Escuelas con las cuales están familiarizados
son de carácter preparatorio únicamente, teniendo muchos fallos, basados en la
debilidad o fortaleza de los instructores que las fundaron; en consecuencia,
prepondera el énfasis en la personalidad, la exigencia de lealtad y la errónea
interpretación y aplicación de la enseñanza. No obstante, han sido jalones
útiles para el futuro.
En verdad, aún no ha
llegado el momento de establecer verdaderas escuelas esotéricas. La humanidad
no termina de estar preparada. Sin
embargo ya hay muchas personas que utilizan la mente y buscan la verdad y no
los halagos a la personalidad. Dichas personas justifican la formación de
escuelas de entrenamiento más avanzadas, que sentarán las bases para las
futuras escuelas, que irán apareciendo de acuerdo a la Ley de Evolución. Las
escuelas esotéricas también forman parte del proceso evolutivo, todo y todos
estamos inmersos en las mismas leyes.
Las actuales escuelas deben empezar a renovarse, abandonar lo no
esencial y seleccionar lo verdaderamente esotérico. Nunca deben formar parte de
una escuela esotérica los dogmas que aniquilan al ser humano, porque el
significado de un dogma es más o menos decir: “esto es así porque lo digo yo.”.
La verdadera escuela
esotérica incidirá en vivir la vida de acuerdo con los ideales más elevados y
en la exposición de una enseñanza que evocará en el discípulo el respeto y la
intuición de la verdad. El verdadero instructor no impondrá nada, simplemente señalará
el camino y tanto el discípulo como él tendrán que recorrer el suyo en total
libertad.
Hasta hace muy poco
tiempo el modelo que teníamos de la escuela esotérica era el típico del sexto
rayo de devoción e idealismo, lo cual nos viene dado por la preponderancia del
cuerpo de emociones. Si todos nos esforzamos por ser más mentales, el papel de
las escuelas esotéricas en la era acuariana cumplirá mucho más eficazmente su
fin porque se dará una conjunción entre la escuela y el estudiante que ya ha superado
en gran parte su cuerpo de emociones y estará preparado para esa orientación
que la escuela facilita que es la de ser un discípulo. Sería de gran interés
que el estudiante que desea inscribirse en una escuela ya haya superado la
etapa de estar plenamente focalizado en la personalidad y comenzar el proceso
de que sea el alma la que rija, pasando a ser un alma encarnada.
Estaríamos hablando de
una era en la que el aspirante busca la escuela consciente de su papel de
servidor, según le demande su grado de
evolución.
En ninguna escuela
esotérica debe haber ningún residuo de fanatismo ni de dogmatismo. En la era de
Piscis sí hemos tenido esas escuelas devocionales porque seguro que es lo que
la humanidad necesitaba pues no estaba preparada para otra cosa que no fuera
seguir a un líder. Afortunadamente seguimos avanzando y el ser humano es capaz
de pensar por sí mismo y ejercer su libertad responsable. Una escuela que se
precie trabajará para que sea el estudiante el que tome sus decisiones y para ello impartirá la
orientación necesaria. Naturalmente que para administrar adecuadamente la
libertad que a todos se nos ha dado deberíamos prestar atención para saber qué
somos, cómo estamos constituidos y para qué estamos aquí. Para ello hay que
aplicar siempre el discernimiento, la discriminación y el servicio. Así es como
vamos transmutando las energías de los cuerpos inferiores a los superiores
hasta que nuestra personalidad consiga un perfecto equilibrio y que los
conocimientos se conviertan en sabiduría.
Cuando hablamos de la
libertad, de encontrarnos a nosotros mismos, de actuar por nosotros mismos y de
no seguir con fe ciega a nadie, no se quiere decir que los Maestros no sean una
guía importantísima, lo cual tampoco significa
que no tengamos presente que no todos los que se llaman maestros lo son
y hay algo muy eficaz y es que “por sus obras los conoceréis”. Todo aquél
supuesto maestro que nos dice que nos va a iniciar y que vamos a recibir no sé
cuántas iniciaciones y para ello pagamos dinero, tendríamos que dudar mucho de
su maestría, pues para recibir una iniciación no hay que pagar nada, pues se la
gana cada uno hollando el Sendero, trabajando y sobre todo sirviendo. A medida
que vamos superando etapas iremos distinguiendo quién es maestro y quién no lo
es, e incluso para el que lo es, debemos aplicar el discernimiento y la
discriminación. El maestro Tibetano nos dice que no acojamos sus enseñanzas
hasta que las hayamos investigado y sean corroboradas por nosotros mismos.
Con el mismo proceso
aprenderemos a distinguir la verdadera escuela de la que no lo es, haciendo
camino. Así también descubriremos que el Alma es nuestro primer Maestro que nos
está hablando a diario y dependiendo de nuestra respuesta nuestro nivel de
conciencia será uno u otro.
A través de los tiempos
las distintas escuelas de misterios han ido adaptándose a las necesidades del
propio estudiante, es decir a su nivel de conciencia. Por supuesto que un
estudiante que no está dispuesto a trabajar no debe solicitar su ingreso en una
escuela esotérica; su propia conciencia le va a exigir el compromiso y si no
está dispuesto debe dejar su lugar a otro estudiante que sí tenga esa intención
y propósito. Vamos a tener que ser fuertes para ir superando las distintas
etapas y también cabe la posibilidad de que tengamos un deseo momentáneo de
ingresar en una escuela esotérica y todavía no estemos preparados para asumir
ese compromiso.
Cuando lo que sintamos
no sea un deseo momentáneo, sino un deseo firme y una necesidad para seguir
caminando, será el momento de llevar a cabo esa inscripción que nos ayudará
grandemente a ir superando etapas y desvelar misterios, llegando a entender
perfectamente la diferencia entre tener un alma y ser un alma encarnada.
Lo que se acaba de
exponer supone crisis que iremos reconociendo y aceptando porque forman parte
del camino y para subir escalones y prestar un mejor servicio hay que
superarlas y extraer sus enseñanzas. Nada se nos regala y todo hay que ganarlo.
“como es arriba es abajo”.
Desde la más remota antigüedad
y posteriormente en tiempos de Pitágoras, 500 años antes de C. se viene
arrastrando la disquisición sobre la necesidad o no de las escuelas esotéricas.
Cada uno verá sus necesidades y su nivel evolutivo que son los que finalmente
determinan, pero sí hay que tener en cuenta que a veces se ha usado el criterio
de “no a las escuelas esotéricas” por aquellos estudiantes que no han podido
ingresar en las mismas o que habiendo ingresado no han podido mantenerse.
También se da el caso de quien no quiere ingresar por temor a ser dirigidos en
su búsqueda interna. Por otra parte también hay quien habiendo formado parte de
una escuela como destacado estudiante y como miembro activo, y habiendo llegado
a un nivel evolutivo que le permitía seguir su propio camino, parece ser que ha
habido manifestaciones que daban a entender que las escuelas esotéricas no
tenían razón de ser; sin embargo ellos habían usado esas enseñanzas.
¿Cuánto puede haber de
verdad en todas estas cosas?, pues no lo sé, pero sí es bueno que las
conozcamos para que nos hagamos nuestra propia composición de lugar.
Pitágoras cuyo principal
trabajo lo dirigió hacia las matemáticas y el estudio geométrico, también
trabajó en su propia escuela esotérica y se mencionaba a este instructor por
ser el más conocido, aunque también había otros que tuvieron menos repercusión
que él. Desde entonces hasta ahora los sistemas han ido cambiando porque el
avance así lo exige.
Como queda dicho en la
era de piscis dominaba la energía del 6º rayo con todo lo que implica de
emocional y devocional. Todos los rayos tienen las dos polaridades y es nuestro
trabajo conseguir el equilibrio, pero hasta llegar a este punto los efectos
suelen ser radicales generando un gran número de fanáticos en todos los
terrenos, pero sin ignorar que también ha dado lugar a la aparición de grandes
pensadores, políticos, científicos, etc., así como generándose grandes
conflictos, de los cuales siguen quedando algunos por resolver. El método de
este rayo para imponer su verdad suele ser el más violento y reaccionario pues
la aplicación de la imposición crea miedo, destrucción y muerte, provocándose
los egregores de terror que seguimos arrastrando. Valga como ejemplo la
Inquisición española en la Edad Media, así como la aplicación de la fe ciega.
Al término de esta era
pisciana ya se estaba haciendo patente la necesidad de escuelas esotéricas que propiciaran una mayor
expansión de conciencia, eliminando los miedos y los apegos a las enseñanzas a
las que habíamos estado sometidos.
Las escuelas esotéricas
de la presente era de Acuario tienen por delante una grandísima labor, pues
antes de implantar los nuevos métodos hay que eliminar todos los residuos de
Piscis. En Acuario toca trabajar la mente con lo cual nuestra libertad se va a
potenciar porque para ser nosotros mismos y no copias de otros, tenemos que
encontrar nuestro SER y eso es un trabajo individual en el que tenemos que
emplear toda nuestra voluntad. Las escuelas esotéricas de esta época tienen que
seguir insistiendo para conseguir estudiantes focalizados en la mente y generar
un movimiento que propicie desarrollar la conciencia.
De todas las escuelas
esotéricas a nivel mundial, la más conocida es la Escuela Arcana, sustentada
por las enseñanzas del Maestro D.K., más conocido como el Maestro Tibetano y
que transmitió su obra a través de una gran discípula, Alice Bailey. Sin
embargo la Escuela insiste en que no deben seguirse sus postulados sin que
antes hayan pasado por el análisis y discernimiento del propio estudiante. Cada
uno de nosotros tiene que explotar sus propios talentos, con lo cual será el
propio estudiante el que haga grande a la escuela.
La Escuela Arcana no
contempla dentro de sus enseñanzas los poderes psíquicos inferiores y tampoco
ha incidido nunca en el desarrollo de los “poderes del Alma”. La Escuela es
absolutamente rigurosa y prudente para que sea el propio estudiante el que descubra
la verdad y de acuerdo con ella dirija su actividad y servicio, adecuándose a
las cualidades de cada estudiante, que según su focalización si es emocional, se expresará un criterio, y si su
focalización es mental, el campo de observación tendrá mucha más amplitud para
el estudiante que haya avanzado más y se pueda mover con cierta facilidad en
los niveles mentales abstractos, o incluso a niveles búdicos.
Hay que tener muy en
cuenta que la obra del Maestro Tibetano no es para uso exclusivo de los estudiantes
de la Escuela Arcana, sino que está al servicio de la humanidad. Su enseñanza
no es ni muchos menos para principiantes, al igual que la E.A. tampoco lo es
aunque las puertas están abiertas para todos, pero lo más seguro es que el que
no esté preparado él mismo se retirará. Es una enseñanza mental y no alimenta
las emociones, de ahí la dificultad que encierra para muchos. Hay quien dice
que son enseñanzas obsoletas, pero igualmente se dijo de H.P.Blavatsky y La
Doctrina Secreta. ¿De quién pueden proceder esas afirmaciones…..? Yo, desde mi perspectiva podría decir en algún momento que no entiendo
determinadas lecturas, pero no se me ocurriría decir que ese tipo de lecturas están
obsoletas, porque simplemente estaría demostrando mi desconocimiento.
En términos generales la
enseñanza de una escuela está dividida en varios grados, con el fin de elevar
el nivel de conciencia del estudiante hasta que pueda formar parte de un Ashram
de la Jerarquía. Así es en la Escuela Arcana que realiza su trabajo, si bien el
verdadero esfuerzo corresponde al estudiante que es el que tiene que hollar su
propio Sendero y convertir a su personalidad en el perfecto vehículo de
expresión del Alma. El estudiante irá encontrando sus propias respuestas,
captará las demandas del Alma y según su respuesta obtendrá unos u otros
resultados. Cuando este proceso no se acepta tendríamos que preguntarnos cuales
son nuestras limitaciones y los apegos que nos atenazan.
Todos los estudios sobre
la constitución del hombre, los chakras, las energías, los rayos, la Jerarquía,
Iniciaciones, Antakarana, etc., son conocimientos necesarios que nos ayudarán a
conocernos, a reflexionar, a meditar, y como consecuencia ofrecer el mejor
servicio que se nos demanda. Si los conocimientos no los entendemos, ni los
comprendemos y aun entendiéndolos no los experimentamos en nuestra vida, lejos
de ayudarnos a hollar el Sendero serán grandes trabas en nuestro caminar. Las
enseñanzas están fundamentadas en la sabiduría, o lo que es lo mismo son
verdades eternas que se le dan al ser humano a cambio de dejar sus ilusiones y
espejismos y que estas sean puestas en práctica.
Hace falta mucha
dedicación y mucha disciplina para obtener respuestas claras, por eso es que
aun haciendo los mismos estudios los resultados pueden ser muy distintos pues
van a depender de la actitud de cada uno. Es necesario: estudio, análisis,
discernimiento, discriminación, meditación y servicio. Como consecuencia de
este trabajo el propio estudiante captará las capacidades ocultas que posee,
pero que la vida de la personalidad no le permite ver. Este reconocimiento de
las potencias internas le permitirá al estudiante esotérico un resurgir
espiritual. Un gran esfuerzo por parte de la escuela y del estudiante es vivir
de manera impersonal, es decir desde el alma, y vamos a saber perfectamente
cuando actúa la personalidad y cuando actúa el alma. Cuando nos alteramos ante
cualquier acontecimiento de la vida, está manifestándose la personalidad,
porque el alma todo lo vive con serenidad sabiendo que todo cuanto se produce
debe ser tal y como ha ocurrido, aunque no lo entendamos.
Cuando el hombre común
encuentra en su camino el esoterismo y con más concreción la escuela esotérica,
es que ya tiene el interés necesario que le permita realizar ese cambio que de verdad desea. Se dice que el Maestro se manifiesta cuando
el discípulo está preparado. Las circunstancias que den lugar a tal
acontecimiento pueden ser múltiples, pero nunca serán casualidad.
A medida que el
estudiante realiza correctamente todo su trabajo y va superando pruebas y
crisis, va adquiriendo capacidad y responsabilidad, cada vez se hace más dueño
de su vida y decide qué debe hacer y qué no debe hacer, sin miedos y con
valentía, y el Maestro que ya lo conoce le hará ver el servicio que tiene que
prestar.
Normalmente los
estudiantes espirituales nos unimos en grupos externos e internos. Para mí cada
vez me resulta de más la importancia el
grupo interno, representado por todos esos hilos que se mueven y van determinando
con quien y donde debemos estar en cada momento. Tener consciencia de esto nos
aporta serenidad y fuerza para hacer lo correcto.
Como resumen diré que un
verdadero esotérico, por encima de estudiar en una buena escuela o hacerlo por
libre, el mejor resultado vendrá determinado por su amor a LA VERDAD.
Córdoba,
Ana Castro Valle
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