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miércoles, 8 de junio de 2016

FUNCIÓN DE LAS ESCUELAS ESOTÉRICAS (ACV)

FUNCIÓN  DE LAS ESCUELAS ESOTÉRICAS (ACV)

Son enseñanzas extraídas de las publicaciones de D.K.




Que el Poder de la Vida Una afluya a través de todos los  grupos de verdaderos servidores.
Que el Amor del Alma Una caracterice la vida de todos los que tratan de ayudar a los Grandes Seres.
Que cumpla mi parte en el Trabajo Uno
mediante el olvido de mí mismo, la inofensividad y la correcta palabra.

Los verdaderos buscadores de LA VERDAD, antes o después (hablamos de vidas) llegan al esoterismo y consecuentemente a las fuentes  de la Sabiduría Eterna. Simplemente es un proceso del que forman parte todas las leyes por las que se rige el universo y por lo tanto la propia humanidad.

El significado de las palabras "esotérico" y "oculto" definen aquello que está escondido, indican lo que se halla detrás de las apariencias externas y señalan las causas que producen esas apariencias y efectos; se refieren al sutil mundo de energías y fuerzas, que todas las formas externas velan y ocultan.

Llegados al terreno esotérico podemos caminar como autodidactas o bien acogernos a las enseñanzas de una escuela esotérica. Uno y otro camino son válidos, lo que sí es cierto es que se pueden observar diferencias entre un estudiante autodidacta y el que pertenece a una escuela. Por supuesto nos estamos refiriendo a escuelas de la más absoluta seriedad que de otra clase parece ser que también las hay. En todos los casos de estudiantes y de escuelas hay excepciones de todo tipo que tendremos que aprender a distinguir y esto no se consigue nada más que con verdadero amor a la verdad y el consecuente trabajo.

Actualmente existen muchas escuelas, supuestamente esotéricas, que se establecieron durante los últimos sesenta años. No vamos a referirnos a esa Escuela Esotérica que siempre ha existido  en todo el mundo, sin nombre determinado, sin representación ni organización exotérica y sin ninguna dirección que le haga frente, pero que quien realmente dirige esa organización imparte su interpretación personal de la enseñanza ocultista, adoptando generalmente la postura de ser la única y  máxima autoridad.

A pesar de todo, esta etapa ha sido un buen trabajo de preparación, porque presentó al público la naturaleza de la doctrina secreta, la enseñanza esotérica y el gobierno interno del mundo. La realidad de la existencia de los Maestros de Sabiduría - que trabajan con la Jerarquía planetaria bajo la dirección de Cristo - ha sido ampliamente difundida, ya sea en términos de la teosofía ortodoxa y de las conjeturas metafísicas hindúes, o bajo la terminología cristiana. Ya se ha impartido mucho conocimiento.

Las Escuelas esotéricas se ocupan de desarrollar la comprensión. Han difundido últimamente ciertas reglas elementales destinadas, en primer lugar, a purificar la naturaleza emocional o de deseos; han tratado extensamente temas como la diversidad de planos, los fuegos creadores y la diferenciación de la sustancia, así como los diversos septenarios que condicionan la vida, la conciencia y la forma.  Nada de esto es necesariamente enseñanza esotérica, sí que son conocimientos que nos ayudan a conocer la vida, el universo, de una forma más amplia. Han enseñado la devoción a los Maestros, pero presentándolos inadecuadamente, expresando que tales Maestros se interesan especialmente por el  instructor del grupo, y por los amigos personales del instructor. Dentro de estos grupos se erige, casi sin excepción, un círculo íntimo de adherentes y devotos del instructor, quienes lo obedecen ciegamente así como a los supuestos mandatos del Maestro, transmitidos por su intermedio, violando así la ley oculta de que un Maestro no debe dar órdenes, ni esperar obediencia.

Por lo tanto, no existe hasta ahora una auténtica escuela esotérica. Su formación es todavía una esperanza - esperanza que ha llegado a la etapa en que puede hacerse la debida preparación para su establecimiento -.

Todo esto no significa una condenación al servicio lealmente prestado, pero sin inspiración. Los estudiantes deben saber que las Escuelas con las cuales están familiarizados son de carácter preparatorio únicamente, teniendo muchos fallos, basados en la debilidad o fortaleza de los instructores que las fundaron; en consecuencia, prepondera el énfasis en la personalidad, la exigencia de lealtad y la errónea interpretación y aplicación de la enseñanza. No obstante, han sido jalones útiles para el futuro.

En verdad, aún no ha llegado el momento de establecer verdaderas escuelas esotéricas. La humanidad no termina de estar  preparada. Sin embargo ya hay muchas personas que utilizan la mente y buscan la verdad y no los halagos a la personalidad. Dichas personas justifican la formación de escuelas de entrenamiento más avanzadas, que sentarán las bases para las futuras escuelas, que irán apareciendo de acuerdo a la Ley de Evolución. Las escuelas esotéricas también forman parte del proceso evolutivo, todo y todos estamos inmersos en las mismas leyes.  Las actuales escuelas deben empezar a renovarse, abandonar lo no esencial y seleccionar lo verdaderamente esotérico. Nunca deben formar parte de una escuela esotérica los dogmas que aniquilan al ser humano, porque el significado de un dogma es más o menos decir: “esto es así porque lo digo yo.”.

La verdadera escuela esotérica incidirá en vivir la vida de acuerdo con los ideales más elevados y en la exposición de una enseñanza que evocará en el discípulo el respeto y la intuición de la verdad. El verdadero instructor no impondrá nada, simplemente señalará el camino y tanto el discípulo como él tendrán que recorrer el suyo en total libertad.

Hasta hace muy poco tiempo el modelo que teníamos de la escuela esotérica era el típico del sexto rayo de devoción e idealismo, lo cual nos viene dado por la preponderancia del cuerpo de emociones. Si todos nos esforzamos por ser más mentales, el papel de las escuelas esotéricas en la era acuariana cumplirá mucho más eficazmente su fin porque se dará una conjunción entre la escuela y el estudiante que ya ha superado en gran parte su cuerpo de emociones y estará preparado para esa orientación que la escuela facilita que es la de ser un discípulo. Sería de gran interés que el estudiante que desea inscribirse en una escuela ya haya superado la etapa de estar plenamente focalizado en la personalidad y comenzar el proceso de que sea el alma la que rija, pasando a ser un alma encarnada.

Estaríamos hablando de una era en la que el aspirante busca la escuela consciente de su papel de servidor,  según le demande su grado de evolución.

En ninguna escuela esotérica debe haber ningún residuo de fanatismo ni de dogmatismo. En la era de Piscis sí hemos tenido esas escuelas devocionales porque seguro que es lo que la humanidad necesitaba pues no estaba preparada para otra cosa que no fuera seguir a un líder. Afortunadamente seguimos avanzando y el ser humano es capaz de pensar por sí mismo y ejercer su libertad responsable. Una escuela que se precie trabajará para que sea el estudiante el que tome sus  decisiones y para ello impartirá la orientación necesaria. Naturalmente que para administrar adecuadamente la libertad que a todos se nos ha dado deberíamos prestar atención para saber qué somos, cómo estamos constituidos y para qué estamos aquí. Para ello hay que aplicar siempre el discernimiento, la discriminación y el servicio. Así es como vamos transmutando las energías de los cuerpos inferiores a los superiores hasta que nuestra personalidad consiga un perfecto equilibrio y que los conocimientos se conviertan en sabiduría.

Cuando hablamos de la libertad, de encontrarnos a nosotros mismos, de actuar por nosotros mismos y de no seguir con fe ciega a nadie, no se quiere decir que los Maestros no sean una guía importantísima, lo cual tampoco significa  que no tengamos presente que no todos los que se llaman maestros lo son y hay algo muy eficaz y es que “por sus obras los conoceréis”. Todo aquél supuesto maestro que nos dice que nos va a iniciar y que vamos a recibir no sé cuántas iniciaciones y para ello pagamos dinero, tendríamos que dudar mucho de su maestría, pues para recibir una iniciación no hay que pagar nada, pues se la gana cada uno hollando el Sendero, trabajando y sobre todo sirviendo. A medida que vamos superando etapas iremos distinguiendo quién es maestro y quién no lo es, e incluso para el que lo es, debemos aplicar el discernimiento y la discriminación. El maestro Tibetano nos dice que no acojamos sus enseñanzas hasta que las hayamos investigado y sean corroboradas por  nosotros mismos.

Con el mismo proceso aprenderemos a distinguir la verdadera escuela de la que no lo es, haciendo camino. Así también descubriremos que el Alma es nuestro primer Maestro que nos está hablando a diario y dependiendo de nuestra respuesta nuestro nivel de conciencia será uno u otro.

A través de los tiempos las distintas escuelas de misterios han ido adaptándose a las necesidades del propio estudiante, es decir a su nivel de conciencia. Por supuesto que un estudiante que no está dispuesto a trabajar no debe solicitar su ingreso en una escuela esotérica; su propia conciencia le va a exigir el compromiso y si no está dispuesto debe dejar su lugar a otro estudiante que sí tenga esa intención y propósito. Vamos a tener que ser fuertes para ir superando las distintas etapas y también cabe la posibilidad de que tengamos un deseo momentáneo de ingresar en una escuela esotérica y todavía no estemos preparados para asumir ese compromiso.
Cuando lo que sintamos no sea un deseo momentáneo, sino un deseo firme y una necesidad para seguir caminando, será el momento de llevar a cabo esa inscripción que nos ayudará grandemente a ir superando etapas y desvelar misterios, llegando a entender perfectamente la diferencia entre tener un alma y ser un alma encarnada.

Lo que se acaba de exponer supone crisis que iremos reconociendo y aceptando porque forman parte del camino y para subir escalones y prestar un mejor servicio hay que superarlas y extraer sus enseñanzas. Nada se nos regala y todo hay que ganarlo. “como es arriba es abajo”.

Desde la más remota antigüedad y posteriormente en tiempos de Pitágoras, 500 años antes de C. se viene arrastrando la disquisición sobre la necesidad o no de las escuelas esotéricas. Cada uno verá sus necesidades y su nivel evolutivo que son los que finalmente determinan, pero sí hay que tener en cuenta que a veces se ha usado el criterio de “no a las escuelas esotéricas” por aquellos estudiantes que no han podido ingresar en las mismas o que habiendo ingresado no han podido mantenerse. También se da el caso de quien no quiere ingresar por temor a ser dirigidos en su búsqueda interna. Por otra parte también hay quien habiendo formado parte de una escuela como destacado estudiante y como miembro activo, y habiendo llegado a un nivel evolutivo que le permitía seguir su propio camino, parece ser que ha habido manifestaciones que daban a entender que las escuelas esotéricas no tenían razón de ser; sin embargo ellos habían usado esas enseñanzas.

¿Cuánto puede haber de verdad en todas estas cosas?, pues no lo sé, pero sí es bueno que las conozcamos para que nos hagamos nuestra propia composición de lugar.

Pitágoras cuyo principal trabajo lo dirigió hacia las matemáticas y el estudio geométrico, también trabajó en su propia escuela esotérica y se mencionaba a este instructor por ser el más conocido, aunque también había otros que tuvieron menos repercusión que él. Desde entonces hasta ahora los sistemas han ido cambiando porque el avance así lo exige.

Como queda dicho en la era de piscis dominaba la energía del 6º rayo con todo lo que implica de emocional y devocional. Todos los rayos tienen las dos polaridades y es nuestro trabajo conseguir el equilibrio, pero hasta llegar a este punto los efectos suelen ser radicales generando un gran número de fanáticos en todos los terrenos, pero sin ignorar que también ha dado lugar a la aparición de grandes pensadores, políticos, científicos, etc., así como generándose grandes conflictos, de los cuales siguen quedando algunos por resolver. El método de este rayo para imponer su verdad suele ser el más violento y reaccionario pues la aplicación de la imposición crea miedo, destrucción y muerte, provocándose los egregores de terror que seguimos arrastrando. Valga como ejemplo la Inquisición española en la Edad Media, así como la aplicación de la fe ciega.

Al término de esta era pisciana ya se estaba haciendo patente la necesidad de  escuelas esotéricas que propiciaran una mayor expansión de conciencia, eliminando los miedos y los apegos a las enseñanzas a las que habíamos estado sometidos.

Las escuelas esotéricas de la presente era de Acuario tienen por delante una grandísima labor, pues antes de implantar los nuevos métodos hay que eliminar todos los residuos de Piscis. En Acuario toca trabajar la mente con lo cual nuestra libertad se va a potenciar porque para ser nosotros mismos y no copias de otros, tenemos que encontrar nuestro SER y eso es un trabajo individual en el que tenemos que emplear toda nuestra voluntad. Las escuelas esotéricas de esta época tienen que seguir insistiendo para conseguir estudiantes focalizados en la mente y generar un movimiento que propicie desarrollar la conciencia.

De todas las escuelas esotéricas a nivel mundial, la más conocida es la Escuela Arcana, sustentada por las enseñanzas del Maestro D.K., más conocido como el Maestro Tibetano y que transmitió su obra a través de una gran discípula, Alice Bailey. Sin embargo la Escuela insiste en que no deben seguirse sus postulados sin que antes hayan pasado por el análisis y discernimiento del propio estudiante. Cada uno de nosotros tiene que explotar sus propios talentos, con lo cual será el propio estudiante el que haga grande a la escuela.

La Escuela Arcana no contempla dentro de sus enseñanzas los poderes psíquicos inferiores y tampoco ha incidido nunca en el desarrollo de los “poderes del Alma”. La Escuela es absolutamente rigurosa y prudente para que sea el propio estudiante el que descubra la verdad y de acuerdo con ella dirija su actividad y servicio, adecuándose a las cualidades de cada estudiante, que según su focalización si es  emocional, se expresará un criterio, y si su focalización es mental, el campo de observación tendrá mucha más amplitud para el estudiante que haya avanzado más y se pueda mover con cierta facilidad en los niveles mentales abstractos, o incluso a niveles búdicos. 

Hay que tener muy en cuenta que la obra del Maestro Tibetano no es para uso exclusivo de los estudiantes de la Escuela Arcana, sino que está al servicio de la humanidad. Su enseñanza no es ni muchos menos para principiantes, al igual que la E.A. tampoco lo es aunque las puertas están abiertas para todos, pero lo más seguro es que el que no esté preparado él mismo se retirará. Es una enseñanza mental y no alimenta las emociones, de ahí la dificultad que encierra para muchos. Hay quien dice que son enseñanzas obsoletas, pero igualmente se dijo de H.P.Blavatsky y La Doctrina Secreta. ¿De quién pueden proceder esas afirmaciones…..?  Yo, desde mi perspectiva  podría decir en algún momento que no entiendo determinadas lecturas, pero no se me ocurriría decir que ese tipo de lecturas están obsoletas, porque simplemente estaría demostrando mi desconocimiento.

En términos generales la enseñanza de una escuela está dividida en varios grados, con el fin de elevar el nivel de conciencia del estudiante hasta que pueda formar parte de un Ashram de la Jerarquía. Así es en la Escuela Arcana que realiza su trabajo, si bien el verdadero esfuerzo corresponde al estudiante que es el que tiene que hollar su propio Sendero y convertir a su personalidad en el perfecto vehículo de expresión del Alma. El estudiante irá encontrando sus propias respuestas, captará las demandas del Alma y según su respuesta obtendrá unos u otros resultados. Cuando este proceso no se acepta tendríamos que preguntarnos cuales son nuestras limitaciones y los apegos que nos atenazan.

Todos los estudios sobre la constitución del hombre, los chakras, las energías, los rayos, la Jerarquía, Iniciaciones, Antakarana, etc., son conocimientos necesarios que nos ayudarán a conocernos, a reflexionar, a meditar, y como consecuencia ofrecer el mejor servicio que se nos demanda. Si los conocimientos no los entendemos, ni los comprendemos y aun entendiéndolos no los experimentamos en nuestra vida, lejos de ayudarnos a hollar el Sendero serán grandes trabas en nuestro caminar. Las enseñanzas están fundamentadas en la sabiduría, o lo que es lo mismo son verdades eternas que se le dan al ser humano a cambio de dejar sus ilusiones y espejismos y que estas sean puestas en práctica.

Hace falta mucha dedicación y mucha disciplina para obtener respuestas claras, por eso es que aun haciendo los mismos estudios los resultados pueden ser muy distintos pues van a depender de la actitud de cada uno. Es necesario: estudio, análisis, discernimiento, discriminación, meditación y servicio. Como consecuencia de este trabajo el propio estudiante captará las capacidades ocultas que posee, pero que la vida de la personalidad no le permite ver. Este reconocimiento de las potencias internas le permitirá al estudiante esotérico un resurgir espiritual. Un gran esfuerzo por parte de la escuela y del estudiante es vivir de manera impersonal, es decir desde el alma, y vamos a saber perfectamente cuando actúa la personalidad y cuando actúa el alma. Cuando nos alteramos ante cualquier acontecimiento de la vida, está manifestándose la personalidad, porque el alma todo lo vive con serenidad sabiendo que todo cuanto se produce debe ser tal y como ha ocurrido, aunque no lo entendamos.

Cuando el hombre común encuentra en su camino el esoterismo y con más concreción la escuela esotérica, es que ya tiene el interés necesario que le permita  realizar ese cambio que de verdad desea.  Se dice que el Maestro se manifiesta cuando el discípulo está preparado. Las circunstancias que den lugar a tal acontecimiento pueden ser múltiples, pero nunca serán casualidad.

A medida que el estudiante realiza correctamente todo su trabajo y va superando pruebas y crisis, va adquiriendo capacidad y responsabilidad, cada vez se hace más dueño de su vida y decide qué debe hacer y qué no debe hacer, sin miedos y con valentía, y el Maestro que ya lo conoce le hará ver el servicio que tiene que prestar.

Normalmente los estudiantes espirituales nos unimos en grupos externos e internos. Para mí cada vez me resulta de  más la importancia el grupo interno, representado por todos esos hilos que se mueven y van determinando con quien y donde debemos estar en cada momento. Tener consciencia de esto nos aporta serenidad y fuerza para hacer lo correcto.

Como resumen diré que un verdadero esotérico, por encima de estudiar en una buena escuela o hacerlo por libre, el mejor resultado vendrá determinado por su amor a LA VERDAD.


Córdoba,  
Ana Castro Valle


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