CRISTO.- LA CORONA DE ESPINAS, SEGÚN LA FILOSOFÍA ROSACRUZ
Trabajo presentado por José Mejía R.
CONSIDERO QUE ES UNA REFLEXIÓN NECESARIA, PUES A VECES NOS
COLOCAMOS EN LOS EXTREMOS PARA VER
EXCLUSIVAMENTE “RESURRECCIÓN”, Y TAMBIÉN ESTÁ LA CORONA DE ESPINAS, CUYO
SIGNIFICADO SERÍA BUENO ANALIZAR. (ACV)
Esta
conmemoración que el mundo cristiano acaba de celebrar hace dos días nomás, se
toma de diferentes maneras en los corazones de las personas, pero generalmente
producen alegría, paz y un impulso de generosidad inaudita entre los hombres de
buena voluntad. Pocos conocen las profundas y cósmicas razones subyacentes que
hace que estos acontecimientos cobren cada año una inusitada importancia para
la Tierra y la vida que anima la creación. Lo que sigue nos da luz sobre este
maravilloso suceso. JMR
PREGUNTA
Nº 85: LA
CORONA DE ESPINAS
¿Tiene
alguna utilidad real el recordar cada año el sufrimiento de Cristo? ¿Si no la
tiene, por qué la iglesia Cristiana no omite la Pasión y la Corona de Espinas,
y concentra sus esfuerzos en celebrar la Pascua como tiempo de alegría?
Respuesta:
La narración evangélica, en la forma que es leída usualmente por la gente de
las iglesias, es únicamente la historia de Jesús, un carácter único, el hijo de
Dios en un sentido especial, quien una vez nació en Belén, vivió sobre la
tierra el corto espacio de treinta y tres años, murió por la humanidad después
de muchos sufrimientos, y está ahora permanentemente exaltado a la diestra del
Padre. Desde allí esperan que ha de volver a juzgar a los vivos y a los
muertos, y celebran su nacimiento y su muerte en cierto tiempo del año, porque
estos acontecimientos se supone que tuvieron lugar en fechas definidas lo mismo
que el nacimiento de Lincoln, Washington, o la batalla de Gettysburg.
Al
lado de estas explicaciones, que satisfacen a las multitudes que no son muy
profundas en sus investigaciones relativas a la verdad, hay otra fase que está
muy patente para el místico. Esta es la historia del amor divino y del perpetuo
sacrificio que le llena de devoción hacia el Cristo Cósmico, quien nace periódicamente
con el objeto de que nosotros podamos vivir y tener una oportunidad de
evolucionar en este ambiente, porque él entiende desde ese punto de vista que
sin tal sacrificio anual recurrente, esta tierra y sus presentes condiciones de
progreso, serían una imposibilidad.
En
el tiempo en que el Sol está en el signo celestial de Virgo (La Virgen) tiene
lugar la Inmaculada Concepción. Una ola de luz y de vida solar Crística es
enfocada sobre la Tierra. Gradualmente esta luz penetra más profundamente en la
tierra, hasta que el Sol llega al trópico o punto de inflexión en la noche más
larga y más oscura del año; la cual llamamos Navidad. Este es el nacimiento
místico de un cósmico Impulso Vital que fecunda y fertiliza la tierra. Es la
base de toda vida terrestre. Sin él ninguna semilla germinaría, ninguna flor
aparecería sobre la Faz de la tierra, ni podrían existir el hombre ni la
bestia, y la vida pronto se extinguiría. Por lo tanto hay una razón muy válida
para el gozo que se siente en tiempo de Navidad. Así como el divino Autor de
nuestro ser, nuestro Padre Celestial, ha dado el más grande de todos los dones
al hombre, el Hijo, así también los hombres son impelidos a darse dones unos a
otros. Entonces reinan sobre la tierra la alegría, la buena voluntad y la paz,
aunque el hombre no comprenda las razones místicas, anualmente recurrentes, que
existen para ello.
Así
como un poco de levadura fermenta a toda la masa, así este impulso espiritual
que impregna la tierra en el solsticio de invierno encuentra su camino a través
de los meses de invierno, hacia la circunferencia, dando vida a todo lo que con
él se pone en contacto. Aún los minerales no crecerían si este impulso de luz
fuese retirado, y por el tiempo de Pascua (Hemisferio Norte) o cuando la tierra
está en flor, cuando los pájaros comienzan a cantar, y los animales se aparean
en la floresta, todos son imbuidos con esta gran vida Divina. Se ha dado
totalmente, muere, y es de nuevo levantada para ascender a la diestra de
nuestro Padre. Así es que la Navidad y la Pascua son puntos de inflexión que
marcan el flujo y el reflujo de la Vida Divina anualmente prodigada, sin la
cual sería imposible para nosotros vivir sobre la tierra. La Pascua también
pone fin a la recurrencia anual del sentimiento festivo que experimentamos
desde la Navidad hasta la Pascua, gozo que conmueve nuestro ser. Si somos
completamente sensitivos, no podemos sino sentir la Navidad y la Pascua en el
aire, porque una y otra están cargadas de amor, vida y gozo divinos.
¿Pero
de dónde viene la nota de aflicción y sufrimiento que precede a la Pascua de
Resurrección? ¿Por qué no podemos regocijarnos con un gozo sin mezcla de
aflicción al tiempo en que el Sol es liberado y retorna a Su Padre? ¿Por qué
esta Pasión, esta Corona de Espinas? ¿Por qué no puede esto dejar de ser
considerado?
Para
comprender este misterio es necesario enfocar el asunto desde el punto de vista
del Cristo, y es necesario comprender total y completamente que esta oleada
anual de vida que es proyectada en nuestro planeta no es simplemente una fuerza
vacía de conciencia. Lleva consigo la conciencia toda del Cristo Cósmico. Es un
hecho absolutamente cierto que sin El nada de lo que existe fue hecho, como nos
lo dice San Juan en el capítulo inicial de su Evangelio. Al tiempo de la
Inmaculada Concepción en Septiembre, este gran impulso de vida comienza su
descenso sobre la tierra, y por el tiempo del solsticio de invierno, cuando
tiene lugar el nacimiento místico, el Cristo Cósmico se ha concentrado
completamente sobre y dentro de este planeta. Comprenderá usted que debe causar
mucho sufrimiento a tan gran Espíritu el ser oprimido dentro de esta pequeña
tierra nuestra y ser consciente de todo el odio y la discordia que exhalamos de
día en día a través de todo el año. Es un hecho que no puede ser controvertido
que toda expresión de vida viene a través del amor, y que, similarmente, la
muerte viene a través del odio. Si el odio, y la discordia que generamos en
nuestras vidas diarias, y el egoísmo, fuesen dejados sin antídoto, esta tierra
sería devorada por la muerte.
Usted
recuerda la descripción de la Iniciación dada en el Concepto Rosacruz del
Cosmos. En ella se afirma que en la ceremonia que tiene lugar todos los días a
medianoche, en el Templo etérico, de Alemania es el focalizar todos los
pensamientos de odio y de violencia generados en el mundo occidental para que
estos pensamientos sean allí desintegrados y transmutados, y que esta es la
base del progreso social en el mundo. También es sabido que los santos se
afligen y sufren grandemente con las violencias del mundo, con la discordia y
el odio; que ellos emiten de sí, individualmente, pensamientos de amor y de
bondad. Los esfuerzos asociados de órdenes tales como la de los Rosacruces son
dirigidos por los mismos canales de esfuerzos cuando el mundo está tranquilo,
en lo que se refiere a las actividades físicas y es, por lo tanto, más
receptivo a la influencia espiritual a saber, a medianoche. A esa hora ellos se
esfuerzan por atraer y transmutar estas flechas mentales de odio y discordia,
sufriendo así su pequeña parte mientras tratan de despegar algunas de las
espinas de la corona del Redentor.
Considerando
lo anterior, usted comprenderá que el Espíritu de Cristo en la Tierra está,
como dice San Pablo, verdaderamente gimiendo y como si estuviese de parto,
aguardando el día de la liberación. Así es como El atrae todos los dardos del
odio y de la ira. Estos dardos son la corona de espinas.
En
todo lo que vive, el cuerpo vital irradia rayos de luz a manera de cintas o
banderas que flotan en el viento; estos rayos de luz provienen de la fuerza que
se emplea en construir el cuerpo denso. Durante la salud estos rayos expulsan
las toxinas del cuerpo y lo mantienen limpio. Similares condiciones prevalecen
en el cuerpo vital de la Tierra, la cual es el vehículo de Cristo. Las fuerzas
destructoras y venenosas generadas por nuestras pasiones son eliminadas por
medio de las fuerzas vitales del Cristo, pero cada pensamiento o acto malo le
ocasiona su propia proporción de dolor, y por consiguiente se convierte en una
parte de la Corona de Espinas -es corona porque la cabeza siempre se ha creído
que es el asiento de la conciencia. Deberíamos comprender que todo acto malo
nuestro reacciona sobre el Cristo de la manera apuntada, y agrega otra espina
de sufrimiento.
En
vista de lo anterior podemos comprender con qué alivio El pronuncia las últimas
palabras en el momento de liberarse de la cruz terrestre: ‘Consummatum est’.
Por qué la recurrencia anual del sufrimiento, pregunta usted? Así como nosotros
inhalamos continuamente en nuestros cuerpos el vitalizador oxígeno para que
pase a través de su ciclo y vitalice y energetice el cuerpo entero; así como
ese oxígeno muere para el mundo externo por el momento, mientras vive en el
cuerpo, así como se carga en él con las toxinas y productos de desecho, y es
finalmente exhalado en forma de bióxido de carbono, así también es necesario
para el Salvador entrar anualmente en el gran cuerpo que llamamos la Tierra y
tomar sobre sí todos los venenos que nosotros mismos generamos, para limpiarlo
y purificarlo y darle una nueva garantía de vida antes de que finalmente El
resucite y ascienda a su Padre.
Ref:
Filosofía Rosacruz en Pregunta y Respuestas , Tomo II
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