LA MEDITACIÓN, CONSEJOS PARA LA MISMA. por John Hempstead (Segnda Parte)
(de Rays from the Rose Cross de octubre de 1980)
(Parte
6)
MEDITACIÓN
La
meditación puede ser un medio para acelerar el desarrollo de la conciencia
pictórica jupiteriana. Siguiendo el sendero astrológico expuesto, la meditación
corresponde a los signos de Piscis y Acuario.
Como
se ha dicho, Aries representa la primera fuerza del plano cósmico actual y
Piscis representa la última del plano cósmico inmediatamente superior. Del
mismo modo, la visualización de Aries representa el último nivel o nivel básico
para contactar el siguiente nivel de conciencia mediante la meditación.
Piscis,
un signo jupiteriano, representa en la meditación, la recepción de la
conciencia pictórica jupiteriana, tal como lo describe Max Heindel. La
conciencia meditativa pictórica requiere el empleo de todas las habilidades
adquiridas mediante la concentración:
1.-
Una memoria potente y precisa.
2.-
Un cuerpo de deseos libre de tensiones y desligado de deseos naturales; y una
mente consciente relajada pero alerta y receptiva.
3.-
Fuerza para enviar y recibir con claridad instrucciones internas.
4.-
Capacidad de concentración sobre y de visualizar claramente imágenes dinámicas.
En
otras palabras, se necesita la capacidad de ver, oír, sentir, comprender y
recordar nuestras experiencias sensoriales internas.
Mediante
la dinámica interacción entre nuestras percepciones visuales, auditivas y/u
otras, pensamientos forma y conciencia de las sensaciones, nos armonizamos más
con nuestro Yo espiritual. Si ponemos en práctica las visiones de nuestras
experiencias meditativas, viviremos nuestras vidas, día tras día, inconmovibles
a las llamadas inferiores de nuestro cuerpo de deseos y cada vez más
armonizados con el propósito divino de nuestro Yo Superior. Quizá el mejor modo
de estudiar la meditación consista en desarrollar un ejemplo.
LA
MEDITACIÓN, CONSEJOS PARA LA MISMA. por John Hempstead
(de
Rays from the Rose Cross de octubre de 1980)
(Parte
7)
Un
ejemplo de meditación.
Como
ejemplo de meditación pisceana, visualícese un cuerpo humano inmenso,
superpuesto al Tabernáculo del Desierto. Yace boca arriba, con sus pies hacia
el Este, a la entrada del Tabernáculo. La Sala Este del Tabernáculo incluye la
garganta, hombros, brazos y manos. La cabeza está orientada hacia el Oeste y se
halla totalmente en la Sala Oeste del Tabernáculo. El resto del cuerpo está en
el patio, pero dentro del recinto que forman las paredes exteriores.
Tras
relajarnos y acallar los sentidos mediante la concentración, imaginémonos a
nosotros mismos acercándonos al Tabernáculo. Cuando las puertas se abren, somos
conscientes de que penetramos en los pies del tabernáculo humano. Los pies,
regidos por Piscis, representan la puerta de comunicación del contacto básico
con el siguiente nivel de conciencia: La conciencia pictórica jupiteriana.
Entramos en el Tabernáculo y nos dirigimos al Altar de los Sacrificios, situado
en los órganos reproductores del cuerpo humano.
Los
órganos reproductores simbolizan esas pasiones materialistas que impulsan
nuestra conciencia hacia abajo y nos retienen atrapados en los lazos de la
existencia terrena. Esto se refiere, no sólo a la actividad procreadora sexual,
sino también a cualquier actividad desarrollada con fines egoístas. Si bien la
actividad sexual es generalmente nuestro mayor escollo, a veces los que se
abstienen, dirigen esta energía hacia otras expresiones negativas que son
igualmente perjudiciales. Cuando el celibato es, tanto espiritual como físico,
la energía sexual se transmuta en más actividad espiritual mediante servicio inegoísta
a otros.
Hay
que estar alerta a cualesquiera imágenes simbólicas espontáneas que hallemos en
nuestros viajes meditativos. Por ejemplo: Un meditador vio una amenazadora
cobra en el altar del órgano reproductor. Tras larga vacilación, llegó a la conclusión
de que se trataba de una fuerza suya interior que debió haber superado, y se
aproximó al altar. La cobra serpenteó amenazadora en torno suyo cuando él se
sentó sobre el altar. Durante varios días el meditador volvió a enfrentarse con
esta situación y quedó atascado en ese estadio de meditación. Finalmente, el
significado simbólico de la imagen de la cobra se hizo claro cuando pensó que
debía haber aceptado la cobra como una fuerza suya interna. Cuando llegó a tal
conclusión, la cobra se fundió con su cuerpo y se hizo una con él: El cuerpo de
la serpiente se confundió con su espina dorsal y la cabeza hinchada y los colmillos se
convirtieron en el cerebro y las glándulas cerebrales. Ante esta mezcla
simbólica, el meditador dedujo intuitivamente que tenía que transmutar su
energía sexual en un servicio específico de alivio que implicaba el aprender y
enseñar los significados ocultos de la vida.
Cada
vez que uno insista en meditar sobre una misma imagen, ganará visión interna
acerca de uno o varios aspectos de su carácter que pueden ser desarrollados.
Estas
visiones se pueden obtener mediante las imágenes simbólicas, como queda
descrito, o mediante intercambios verbales o sensibles. A veces el meditador ve
a una persona que, de algún modo, quiere transmitirle determinadas palabras,
que son soluciones a problemas o instrucciones que debe seguir. En cualquier
caso, durante la meditación, debemos estar abiertos a mensajes provenientes de
los tres canales mayores de la vista, el oído y el tacto.
Cuando
el meditador averigua la parte de su naturaleza que necesita cambiar, enciende
el fuego rojo sobre el altar y quema en él la característica inconveniente.
Para
que la transmutación sea completa, el meditador necesita visiones específicas
de una aplicación positiva, mediante servicio, de las antiguas expresiones
negativas de energía. Entonces el meditador desciende del altar y continúa
hacia la pila de bronce, localizada en el corazón.
El
corazón debe imaginarse como situado en el centro del cuerpo, un poco a la
derecha de su actual posición. Así, desde su posición central, dirige la sangre
vital de nuestras energías, desde los deseos egoístas inferiores hacia los
órganos que proporcionan visión sobre los elevados propósitos de la vida.
Cuando
uno llega a la pileta/corazón de purificación, examina las doce
representaciones simbólicas de los signos del zodiaco alrededor del corazón/sol
central. Luego trepa a la pileta y baña en ella toda su naturaleza interna. Se
desprende del hollín de los pecados reconocidos, de los que se ha arrepentido y
ha quemado sobre el Altar de los Sacrificios. En cada lavado debe dirigirse
nuestro esfuerzo hacia una específica expresión positiva de energía, antes
malgastada en pecados de acción y de omisión. Finalmente, se sale de la pileta
y se permite uno solearse a la radiación dorada de una pura y fructífera
energía crística que surge de dentro y busca una expresión en el servicio.
Nos
aproximamos ahora a la puerta de la Sala Este del Tabernáculo. Cuando se
penetra en ella hay que percibir las manos y la garganta, importantes
instrumentos de servicio en la existencia material. La mano de la izquierda
entrando corresponde al candelabro de siete brazos y representa el conocimiento
adquirido mediante los siete mensajeros planetarios de nuestro sistema solar.
Se puede obtener mucha visión interna en esta etapa, contemplando la naturaleza
de cada planeta, por turno, y planteándose uno mismo la pregunta: "¿Cómo
puede esta divina energía encontrar a mi través su mejor expresión en el servicio?".
LA
MEDITACIÓN, CONSEJOS PARA LA MISMA. por John Hempstead
(de
Rays from the Rose Cross de octubre de 1980)
(Parte
7-a )
Un
ejemplo de meditación.
La
mano del lado derecho, mirando al oeste, corresponde al Altar de los Panes de
la Proposición y representa las oportunidades de servicio que se nos ofrecen a
través de las doce casas del horóscopo. La contemplación de la naturaleza de
cada casa proporcionará visión interna al plantearse uno la pregunta:
"¿Cómo puedo expresar, del mejor modo posible, mi propia energía en este
departamento de la vida?".
La
garganta corresponde al Altar del Incienso y representa la fragancia que
desprendemos como consecuencia del servicio realizado. Si servimos como un
canal, cada vez más eficiente, de la energía divina, colaborando para el
progreso de la evolución humana, nuestra voz se hará más "fragante" y
nuestras palabras más agradables a los otros y a nosotros mismos. Usaremos
espontáneamente palabras menos ofensivas, ya que la naturaleza ofensiva habrá
sido quemada en el Altar de los Sacrificios. Pronunciaremos palabras más en
armonía con la palabra divina, procedente de los oscuros mundos internos
representados por la cabeza y la Sala Oeste del Tabernáculo.
Cuando
estemos en meditación ante la Sala Oeste, imaginemos en su interior el Arca de
la Alianza, que corresponde al cráneo. El Arca contiene tres símbolos que
representan el producto de nuestros esfuerzos en las tres salas del
Tabernáculo. El cráneo contiene tres órganos o centros de energía espiritual
que se despiertan mediante esfuerzos espirituales eficientes.
Imaginemos
al corazón del cuerpo/Tabernáculo sirviendo como músculo voluntario en el
bombeo de la sangre (energía de deseos) hacia el punto que se encuentra en la
raíz de la nariz. Nos armonizaremos con ese punto si vivimos sincronizados con
el plan divino. Ese punto corresponde a las Tablas de la Ley en el interior del
Arca, símbolo de la vida a tenor de la ley interna.
Luego
el corazón purificado bombea la esencia del servicio al Vaso de Oro del Maná,
cuyo órgano correspondiente en el cráneo es el cuerpo pituitario. Recuérdese
que éste activa los cambio sexuales en la pubertad, enviando señales hormonales
a las gónadas. Lógicamente, de esto se sigue que, canalizando la energía a la
inversa, desde las gónadas a la pituitaria, podemos estimular el comienzo de un
despertar más elevado: El de las fuerzas espirituales.
La
glándula pineal corresponde a la Vara de Aarón, que floreció. Cuando la
pituitaria estimulada, estimula, a su vez, y despierta a la pineal, la vibración
armónica de ambos órganos produce la apertura de los doce nervios craneales y
el despertar de la visión espiritual voluntaria, simbolizada por el signo de
Acuario.
En
suma, el nivel básico de meditación consiste en enfocar todo lo relativo a los
sentidos, a la memoria, a las emociones y a las facultades mentales,
desarrolladas durante la concentración, para dar lugar a una dinámica
interacción de imágenes visuales, instrucciones auditivas, conciencia mental y
sensitiva y símbolos recordados, para estimular visiones espontáneas que ayudan
al crecimiento espiritual.
Este
trabajo sobre la meditación termina con un examen de Acuario, el andrógino
portador de agua. Comparando este símbolo con la Vara de Aarón que floreció
(los doce nervios craneales abiertos), observaremos que la figura de Acuario es
un símbolo adecuado de los resultados de nuestros esfuerzos en el Tabernáculo.
El andrógino acuariano posee una fuerza sexual totalmente transmutada. El
cuerpo es completamente armónico con la naturaleza espiritual, que no es ni
masculina ni femenina. El andrógino sostiene una vasija de la que mana agua y
que simboliza la sabiduría cósmica que fluye incesantemente a través de los
nervios craneales abiertos.
A
pesar de que Max Heindel dice que no pueden darse instrucciones para la
meditación, que conduzcan específicamente a tal despertar espiritual, el
símbolo de Acuario puede proporcionarnos claves que nos ayuden en tal sentido.
Acuario y Urano, su regente, dícese que están fuertemente asociados a los
éteres. En el cuerpo físico, éstos se hallan asociados a la linfa. En un estado
relajado de meditación la linfa fluye libremente entre las sinopsis de las
células nerviosas del cuerpo.. La linfa es la parte de la sangre que primero
recibe los éteres que penetran en el cuerpo. Como los éteres conservan una
imagen de la memoria de la naturaleza o registro akásico, el acceso de la linfa
a las sinopsis de las células nerviosas puede ser la avenida de la
clarividencia y la visión espiritual consciente.
Repasando
las sugerencias de Max Heindel vemos que nos dice que debemos acallar la mente
y los sentidos, así como las demandas de la personalidad: Mentales, emocionales
y físicas; luego, liberar las creaciones del yo consciente, incluyendo la
meditación que hemos creado; abandonar todas las imágenes y permitir a la
sabiduría y la experiencia cósmicas fluir en nuestras vidas y en nuestro yo
consciente.
El
proceso aquí descrito es un método progresivo para ir orientando nuestra
conciencia hacia los mundos superiores internos y que da por resultado el
despertar de las fuerzas intuitivas e inspiradoras. Aunque éste es uno
solamente de los muchos métodos de concentración y meditación posibles, está
basado en el simbolismo astrológico, en las enseñanzas de la Sabiduría
Occidental y en la Filosofía Rosacruz, y puede ser por ello muy útil para el
aspirante rosacruz.
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