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viernes, 7 de marzo de 2014

CONOCIMIENTO, SABIDURÍA Y CONCIENCIA (ACV)



CONOCIMIENTO, SABIDURÍA Y CONCIENCIA (ACV)



Para llegar a la vida espiritual se requiere de un proceso que nos ayudará a hollar el Sendero. Si hay algo que defina el esoterismo con bastante claridad, podríamos decir que  es la ciencia que estudia la raíz más profunda de todas las cosas, el alma de todas las cosas, la esencia de todas las cosas. Desde mi punto de vista, el esoterismo es pura lógica, por eso es que una persona que ame por encima de todo la verdad, llegará a ser esotérica, y una persona verdaderamente esotérica puede tener múltiples relaciones de todo orden, humanas, sociales, políticas, económicas, etc., y en aquello en lo que participe será tenida en cuenta su aportación porque esa profundización en todas las cosas le hará encontrar la verdad, y precisamente por amar la verdad siempre será respetuosa con la verdad del otro y encontrará el equilibrio. Estamos hablando de personas verdaderamente esotéricas.

El horáculo de Delfos dice: “hombre conócete a ti mismo y conocerás el universo”.  En principio podría ser una frase más, pero si profundizamos en ella podemos ver que tiene un gran contenido y que dice una gran verdad. En unas simples palabras nos está diciendo que cada organismo es  el microcosmos del macrocosmos que es el  Universo, que cada parte que compone el universo es una copia exacta del propio universo con todas sus cualidades y características, de ahí la importancia de conocernos a nosotros mismos, como vía para conocer LA VIDA en toda su extensión y profundidad, y poder participar con plena consciencia y total conocimiento.

¿Qué es LA VIDA?:   LA VIDA es LA VERDAD, y LA VERDAD ES DIOS, y siguiendo con las analogías podemos decir que todo es energía y todo es espíritu. Muy sencillo, pero muy complejo.
Otra pregunta simple que podemos hacernos, ¿qué son los hijos de los perros?, sin lugar a dudas son perros; y ¿qué son los hijos de los gatos?, igualmente son gatos. Lo trasladamos a Dios y nos seguimos preguntando: ¿qué son los hijos de Dios?...... 

Otra vez se nos hace patente  la gran importancia de conocernos, de llegar al alma de todas las cosas, y no para enorgullecernos de lo que somos ni de los conocimientos que podamos tener, sino para poder actuar en consecuencia de lo que somos, saber a lo que estamos llamados y dar la respuesta que se nos pide.

El ser humano está formado por personalidad y alma. La personalidad está constituida por el cuerpo físico, el cuerpo emocional o astral, y el cuerpo mental.

¿Qué es el alma?. La intermediaria entre el espíritu y la materia. No podríamos relacionarnos con el espíritu sin la intermediación del alma, porque la densidad de la personalidad, su materialidad, es incompatible con el espíritu. El alma es nuestro Yo superior, nuestra parte divina y nos ayuda en nuestra evolución actuando de intermediaria y permitiéndonos la relación con el espíritu.

La personalidad es el vehículo de expresión del alma, lo cual quiere decir que la personalidad es  importantísima y tiene un gran trabajo que desarrollar para que el alma pueda manifestarse a través de ella. Esencialmente somos almas, pero esta realidad ¿cuándo se puede manifestar?. Cuando la personalidad haya realizado el gran trabajo de alineación, integración, y transmutación de las energías inferiores en superiores, o lo que es lo mismo, cuando ya nos hayamos desmaterializado, hayamos  redimido la materia, nos hayamos sutilizado y ya sentimos la necesidad de ponernos a disposición de alma. Entonces ya oímos al alma y nos enteramos de lo que nos pide y a veces hasta se nos tambalean los cimientos de esa casa que hemos venido construyendo durante años o vidas, a base de espejismos, y percibimos que la tenemos que derribar porque nos damos cuenta de que esa construcción no es correcta, no tiene la materia prima adecuada y por lo tanto no nos sirve.

Podemos decir que la personalidad no es tener mucho carácter y decir todo lo que se nos antoja porque “somos muy sinceros”, eso es bastante fácil, y LA VIDA es mucho más importante que todo eso. Sí que tenemos que construir una personalidad fuerte, capaz de superar las exigencias del cuerpo físico, aquietar las emociones y controlar nuestra mente concreta, porque si no nos hacemos de una personalidad fuerte difícilmente vamos  a poder responder a las necesidades del alma. Cuando nosotros ya estamos respondiendo al alma es porque previamente nos hemos trabajado la personalidad.

Todo esto no se hace con simples conocimientos que, por otra parte, son absolutamente necesarios. Si no adquirimos conocimientos nos van a faltar argumentos para organizar y dirigir   nuestra mente y como consecuencia dirigir nuestra vida. Esos conocimientos por sí mismos tampoco nos valen si no los hacemos nuestros y no los experimentamos en nuestra vida diaria. Aquí es donde está la verdadera escuela y vamos a ver que ese conocimiento tan bonito que tanto nos ha alegrado entender y comprender, no es tan  fácil de incorporarlo a nuestra vida porque nos exige renunciar a muchas cosas. Pero ¿quién ha dicho que la vida espiritual fuera fácil. Nos dice el Nuevo Testamento que “el camino es angosto”, y Buda, refiriéndose al Sendero habla del “Noble Sendero medio, el del filo de la navaja”.

Todos empezamos la vida espiritual con una gran ilusión y es totalmente lógico y humano, y tenemos toda la razón para sentir alegría porque estamos iniciando una etapa de nuestra vida muy importante, fundamental. Todos buscamos la felicidad y en esos comienzos del camino ya estamos vislumbrado algo grande: LA VERDAD que es lo que realmente queremos. Como otras tantas cosas en la vida, la ilusión es un espejismo y todos vamos viendo que aquello en lo que teníamos tanta ilusión no se ha cumplido conforme a nuestras ideas, aquello era de otra manera y la vida se encarga de demostrárnoslo.

El proceso es largo y atravesamos etapas en las que estamos felices en la cima de la montaña, respirando aire puro y pletóricos de energías, porque estamos seguros de que nuestra elección es la correcta; pero por bien que estemos en la cima, hay que bajar al valle y seguir trabajando y seguir construyendo con buenos cimientos y buenas materias primas, y aunque es un poquito duro seguimos  contentos, porque nuestro ser más profundo nos dice que estamos en lo que “ES”, en la esencia de la vida, en lo que tanto hemos buscado y que ya hemos descubierto, sin que nos lo cuente nadie, ni se nos haya impuesto, y lo hemos descubierto nosotros mismos con nuestro trabajo de investigación, análisis, discernimiento y discriminación, y llegamos a ese punto en que sabemos distinguir lo irreal de lo real, y nos sentimos seguros, y sabemos que el esfuerzo merece la pena.

Ya hemos dado un paso porque hemos adquirido conocimientos, pero no es suficiente. Esos conocimientos los tenemos que vivir en nuestra cotidianeidad, tenemos que experimentar en nuestra vida para poder actuar correctamente en todos los órdenes, conocer los fallos que tenemos que superar y hacer nuestros esos conocimientos, y llegará un momento en que dejarán de serlo para convertirse en sabiduría. No es una obra mágica, es una obra de esfuerzo y trabajo, pero totalmente compensatorio. Cada trabajo que hacemos con olvido de nosotros mismos y para el bien de la UNIDAD, tiene su premio, y se nos dice en el Nuevo Testamento que “se os dará el ciento por uno”. Yo estoy absolutamente segura de que es cierto y lo he visto en mí misma.

¿Qué es la conciencia? La conciencia podemos definirla como el resultado de la relación entre el espíritu y la materia. ¿Qué resultado obtenemos de esa relación espíritu/materia?  Sea el que sea ese resultado, ese será nuestro nivel de conciencia. Por eso es que todos somos iguales y solamente tenemos una diferencia, nuestro nivel de conciencia que no se nos regala, nos lo ganamos nosotros. Tampoco estamos aquí para medir el nivel de conciencia de unos y otros, pero sin lugar a dudas también se puede ver y apreciar, no por las palabras, sino por nuestro testimonio. Podemos tener infinitos conocimientos, pero desgraciadamente, a veces no se corresponde con el nivel de conciencia.

Finalmente, vamos a transcribir  aquí un fragmento de las conferencias de VBA que explica de una forma muy sencilla la necesidad ineludible de adquirir conocimiento, el cual, mediante el  proceso correspondiente pasará a convertirse en Sabiduría, en VIDA: 

“Interlocutor. — Yo no es una pregunta lo que quiero formular, en este momento le dejo descansar, quería dar una respuesta a la hermana que hablaba sobre la existencia posible de varios dioses. En este caso yo le recomiendo que lea el Génesis, en el cual cuando Adán y Eva han comido del fruto prohibido del árbol del bien y del mal, o sea, que en realidad han adquirido conocimiento, entonces el propio Dios les hace salir por medio del ángel del paraíso y entonces en palabras del propio Dios dice: “que no sea acaso que coman del árbol de la vida y entonces sean uno como nosotros”, o sea, que se transformen en dioses. En este caso se aclara su finalidad, ya que si el hombre tiene primero conocimiento  del bien y del mal y para ser un dios tiene que llegar a conseguir la vida, y la vida se consigue a través de la sabiduría, a través de la fusión con el Logos. Esto quiere decir que la finalidad de todo hombre es convertirse en un dios, o sea, que esto lo encontrará en el Génesis. Gracias.

Vicente. — Muy bien, una aclaración muy buena.”
Seguramente que de estos dos párrafos nos pueden surgir algunas dudas, o igual todo lo contrario, que nos podemos reafirmar en lo que ya habíamos descubierto. Una y otra cosas son buenas, porque si no tenemos dudas no buscamos, no investigamos y tampoco descubrimos.


Ana Castro  

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