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lunes, 16 de diciembre de 2013

SOBRE KUNDALINI (D. K. “EL TIBETANO”)


He aquí un importante texto, transcrito literalmente y que puede eliminar cualquier duda

SOBRE KUNDALINI  (D. K.  “EL TIBETANO”)

La columna vertebral (desde el ángulo de las ciencias esoté­ricas) alberga un triple hilo. Es la exteriorización del anta­karana, compuesto por el propio antakarana, el sutratma o hilo de vida y el hilo creador. Este triple hilo dentro de la columna vertebral está compuesto por lo tanto de tres hilos de energía, los cuales han abierto para sí, en la sustancia den­tro de la columna, un “triple camino de entrada y de salida”. A éstos se los denomina en terminología hindú: los senderos de ida, pingala y sushumna, y juntos constituyen el sendero de vida para el hombre individual, entrando en actividad en for­ma secuencial y de acuerdo al tipo de rayo y etapa de evolu­ción. El sendero de sushumna sólo es empleado en forma co­rrecta y sin peligro, cuando se ha construido el antakarana y la Mónada y la Personalidad se relacionan, aunque sólo sea  mediante un hilo muy tenue. Por lo tanto la Mónada, el Padre, el aspecto voluntad, puede llegar a la personalidad en forma directa y despertar el centro básico, y con ello fusionar, unificar y elevar los tres fuegos. 
Por uno de estos senderos afluye la energía que nutre a la materia. Otro está relacionado con el sendero de la conciencia y al desarrollo síquico sensorio. El tercero es el sendero del espíritu puro. Así en cada forma viviente se lleva a cabo el trabajo del Padre, de la Madre y del Hijo. Vida-conciencia-forma y vida-cualidad-apariencia se fusionan, y el mecanismo de respuesta del hombre divino es perfecto, permitiéndole al hombre hacer contacto y reconocer eventualmente los aspectos divinos mayores en los reinos de la naturaleza, en el planeta y en el sistema solar.
No se engañen y sitúen estas esferas entrelazadas de energía viviente a la derecha o a la izquierda de la columna vertebral, pues siempre tiene lugar un constante movimiento, interacción y reversión. Sólo puedo representar un símbolo que indica el sendero especial de las tres energías de la divina Trinidad. No indico un lugar o ubicación real porque la materialización y la ubicación de este concepto principal ha producido situacio­nes peligrosas. El estudiante iniciado trata de captar la relación de las tres energías básicas, los tres senderos del fuego viviente, su relación e interrelación y polarización secuencial. No trata de ajustar la enseñanza a puntos, líneas y lugar, hasta el  momento en que estos términos signifiquen poco para él y posea más conocimiento.
Estos tres senderos de vida son los canales para el fuego eléc­trico, fuego solar y fuego por fricción, y debido a su utilización están relacionados con las tres etapas del sendero de evolu­ción: el sendero de evolución que corresponde a las primeras etapas materiales; el Sendero de Probación, las primeras eta­pas del Sendero del Discipulado hasta la tercera iniciación, y el Sendero de Iniciación. 
El fuego kundalini, sobre el cual tanto se ha enseñado y escrito en Oriente y cada vez más en Occidente, en realidad es la unión de los tres fuegos, enfocados en el centro básico, por un acto de la voluntad iluminada, impulsada por el amor. Estos fuegos unificados son elevados mediante el empleo de la Pa­labra de Poder (emitida por la voluntad de la Mónada), y llega a integrarse y vivificarse por la autoridad conjunta del alma y la personalidad. Por lo tanto, cuando el ser humano llega a hacer esto con plena conciencia, es un iniciado que ha pasado la tercera iniciación. Sólo él puede sin peligro elevar este tri­ple fuego desde la base de la columna vertebral al centro coronario. 
De acuerdo a la interpretación común de los esoteristas igno­rantes en los diversos grupos ocultistas, el fuego kundalini es algo que debe ser “elevado”, y cuando se logra, entonces todos los centros entran en actividad funcionante y los canales, hacia arriba y hacia abajo de la columna vertebral, quedarán libres de toda obstrucción. Esta es una peligrosa generaliza­ción y lo contrario de la realidad. El fuego kundalini podrá ser elevado y ascendido hacia el cielo cuando todos los cen­tros hayan despertado y los canales de la columna vertebral no estén obstruidos. La remoción de las obstrucciones es el resultado de la vivencia de los centros individuales que, de­bido a la potencia de su vida, son por sí mismos eficaces para destruir todo impedimento y obstrucción. También pueden “quemar” todo lo que impide su radiación. Lo que general­mente sucede en esos casos accidentales (que producen tanto daño) es que el aspirante, debido a su curiosidad ignorante y por un esfuerzo de la mente (no de la voluntad espiritual, sino estrictamente como una expresión de la voluntad de la personalidad), logra despertar el inferior de los tres fuegos, el fuego de la materia, el fuego por fricción, lo cual quema y destruye prematuramente la red etérica del cuerpo etérico. Esos discos o redes circulares se hallan entre cada par de centros a lo largo de la columna vertebral y también en la cabeza. Generalmente son disipados por la pureza de vida, la disciplina de las emociones y el desarrollo de la voluntad espiritual. 
Existen cuatro redes. Cuando la cuádruple personalidad está altamente desarrollada y el centro ajna va despertando, en­tonces estas redes desaparecen lenta y gradualmente, normal y automáticamente. Las redes de la cabeza son de calidad su­perior y biseccionan el cráneo, horizontal y verticalmente. De esta manera simbolizan la Cruz sobre la cual es crucificado el Hijo de Dios. 
Los tres canales a lo largo de la columna responden totalmen­te a los tres centros mayores: 
a.                                          Al centro plexo solar, proporcionando el impulso del deseo y nutriendo la vida física y el anhelo creador.
b.                                          Al centro cardíaco, proporcionando el impulso de amar y el contacto consciente con zonas cada vez más amplias de la expresión divina.
c.                                           Al centro coronario, proporcionando el impulso dinámico de la voluntad de vivir. 
No indico el canal que responde a un centro, excepto en el caso del canal sushuma que responde únicamente a la ener­gía del centro coronario y a la voluntad rectora, centrada en el loto de 1000 pétalos. Esto puede ser expuesto sin peligro porque la voluntad espiritual está muy poco desarrollada en quienes buscan despertar el kundalini. Cuando haya desper­tado, sabrán qué deben hacer sin correr riesgos.
Los tres centros de la cabeza están también relacionados con este triple canal: 
a.                                          La zona de la médula oblongada (el centro alta mayor) y la glándula carótida.
b.                                          El centro ajna y el cuerpo pituitario.
c.                                           El loto de mil pétalos y la glándula pineal. 
Los estudiantes hallarán interesante relacionar estas triplici­dades con los tres rayos mayores: 
a.                                          el primer rayo de voluntad o poder,
b.                                          el segundo rayo de amor-sabiduría,
c.                                           el tercer rayo de inteligencia activa, 
y también con las tres razas humanas, las cuales poseen el poder de desarrollar la simiente de esos aspectos divinos: las razas lemuria, atlante y aria. Éstas pueden vincularse, como simiente, a las dos razas finales ya mencionadas, que fusiona­rán y sintetizarán, en una perfecta vida planetaria, todos los poderes, cualidades, realizaciones y metas. 
Otra síntesis es también posible y de importancia: 
a.                                          Sendero de evolución                     Centros abajo del diafragma
b.                                          Sendero del discipulado                 Centros arriba del diafragma
c.                                           Sendero de iniciación                      Centros en la cabeza 
Dichos grupos y triplicidades están todos relacionados en tiempo y espacio con el triple cordón vertebral. 
Tenemos -también en relación con los mencionados cinco pun­tos de síntesis que se hallan en el cuerpo- un punto culmi­nante de completa fusión. Los enumeraré correlativamente de acuerdo a la secuencia de su trabajo de fusión: 
a.                                          El centro plexo solar, fusionando los centros de abajo del diafragma.
b.                                          El centro ajna, fusionando los centros de arriba y abajo del diafragma.
c.                                           La base de la columna vertebral, fusionando a los seis cen­tros.
d.                                          El loto de 1000 pétalos de la cabeza, fusionando las siete energías. 
Tengan presente, en relación con lo antedicho, que tratamos totalmente con fuerzas y energías, funcionando a través del cuerpo etérico; que nos ocupamos del mundo terciario de las causas, responsable del mundo orgánico de la manifestación física densa. Esta manifestación física está sujeta a la influen­cia del mundo secundario de la vida consciente, que a su vez responde en tiempo y espacio al mundo dinámico del propó­sito y del Ser. 
En mis palabras reside oculta la clave de la vida plena del alma, pero es necesario llevar una vida dedicada y una mente iluminada para aprovechar el conocimiento impartido y ver detrás de las palabras el pensamiento clave que le da vida y -hablando ocultamente- calor generador. 
Tengan claros en la mente los conceptos de estimulación o ca­rencia de estímulo, de interacción o de separatividad, de pasividad o de actividad, porque en estas dualidades radican las causas de la salud o de la enfermedad.



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