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jueves, 5 de diciembre de 2013



LOS CENTROS Y LAS ENFERMEDADES (D.K. “EL TIBETANO”)


Cuando Las energías constructoras del alma están activas en el cuerpo, entonces hay salud, amplia interacción, pura y correcta actividad. Cuando los constructores son los señores lunares y los que trabajan controlados por la Luna, a las órdenes del yo personal inferior, entonces hay enfermedad, mala salud y muerte. 
Esta regla es muy sencilla, pero da la clave de las causas de la enfermedad y la razón de una establecida inmortalidad; será entendida con gran claridad y comprensión dentro de pocos años, y reemplazará a infundados y falsos sistemas idealistas denominados Unity, Mental Science y Christian Science. Estos sistemas presentan como posibilidades inmediatas y demostrables, la intención de la liberación  de las limitaciones naturales y materiales que hoy controlan todas las formas, ignoran el factor tiempo y pasan por alto los procesos evolutivos y también el punto de desarrollo de la persona implicada; su posición está basada en el deseo, ansioso e innato del ser humano común, de comodidad y armonía física, disimulando el innato egoísmo de su presentación de la verdad con el concepto de que todo es para la eterna gloria de Dios. Indudablemente, desaparecerán las enfermedades y los impedimentos físicos de cualquier tipo, pero esto sólo sucederá cuando el alma del individuo controle, y el yo personal inferior se convierta en un autómata del alma, tal como el cuerpo físico es en la actualidad el autómata de la naturaleza emocional, de la mente y, ocasionalmente (y sólo muy ocasionalmente para la mayoría de las personas), del alma. 
Sólo cuando el alma, consciente y en colaboración con la personalidad, construya el templo del cuerpo y luego lo mantenga totalmente iluminado, desaparecerán las enfermedades; esta construcción sin embargo es un proceso científico, y en las primeras etapas del discipulado (o sea el momento en que el alma comienza a aferrarse a su instrumento, la personalidad) conduce inevitablemente al conflicto, a una creciente tensión, y frecuentemente se agravan las enfermedades y la desarmonía. Esta desarmonía y enfermedad conduce necesariamente a dificultades y sus consiguientes efectos indeseables, que serán superados, pero -durante este reajuste- mientras se registran y expresan, habrá mucha angustia física y sicológica y grandes dificultades, mayores y menores, que la humanidad parece haber heredado. 
En la humanidad poco evolucionada, el conflicto (desde el ángulo de la conciencia) es prácticamente nulo, porque es menos susceptible a las enfermedades sutiles que emanan de los tres sistemas vinculadores, pero al mismo tiempo responde mayormente a las tres enfermedades naturales, a las infecciosas y contagiosas y a las grandes epidemias que azotan naciones y grandes zonas planetarias. A medida que la humanidad va evolucionando, las enfermedades se hacen más personales (si puedo expresarlo así) y no están tan definidamente relacionadas con el rebaño o la masa. Las enfermedades tienen su origen dentro de las personas mismas y aunque pueden estar relacionadas con las enfermedades de las masas, se fundamentan en causas individuales. 
Cuando un hombre sale de la masa común y entra en el sendero de probación, llegando así a ser un aspirante al discipulado, entonces las enfermedades de la carne y la desarmonía de su triple sistema, además de la corriente transportadora, constituyen un problema consciente que el mismo aspirante debe resolver; esto le revelará la necesidad de construir en forma consciente y creadora.
La doctrina de la reencarnación adquiere aquí gran valor; el discípulo comenzará a establecer esas condiciones, a crear esas  formas y a construir esos vehículos que, en otra vida, le serán más apropiados y el alma podrá controlarlos, convirtiéndose en instrumentos más adecuados para llevar adelante el proceso del perfeccionamiento que el alma demanda. Señalaré que el discípulo no se concentra en ningún momento sobre el cuerpo físico ni trabaja físicamente para eliminar las enfermedades o la desarmonía. Comienza con la sicología que el alma enseña, empezando por las causas que producen efectos en el plano físico. Es un proceso más lento pero perdurable. Gran parte de los sistemas de extremada autosugestión, vinculados a la Christian Science y la Unity, tienen sólo efectos temporarios y están basados en un proceso científico de supresión y negación de los factores existentes. No están basados en la verdad. En una vida posterior esa supresión surgirá nuevamente con mayor potencia y continuará acrecentándose hasta quedar totalmente ignorada, poniéndose el énfasis de la vida sobre el contacto con el alma,  y la presión de la misma se exteriorizará en servicio a los demás. 
Referente a la enfermedad física y su relación con los centros (considerándolos como puntos focales para las energías que llegan de cualquier fuente) seria de utilidad que hiciera ciertas amplias generalizaciones, recordando que en ellas puede haber excepciones, particularmente en lo que respecta a la buena o mala salud de los discípulos. 
1.         Cada uno de los siete centro mayores rigen o condicionan -desde el ángulo de la materia lo mismo que del alma y del principio vida- la zona del cuerpo físico donde están ubicados cada uno, incluyendo la multitud de centros menores de energía y plexos de fuerza que pueden existir allí. 
2.         Las tres grandes y básicas divisiones manifestadas de la divinidad, se hallan simbólicamente presentes en cada centro: 
a.         El principio vida, el primer aspecto, aparece cuando todo el centro se ha desplegado o despertado esotéricamente. Siempre está presente en latencia, pero no es un factor dinámico que produce un estímulo monádico hasta finalizar el gran ciclo de evolución. 
b.         La cualidad o aspecto del alma aparece gradualmente en el proceso del desenvolvimiento evolutivo y produce, en tiempo y espacio, el efecto definido que el centro ejerce sobre su medio ambiente. Esta cualidad depende del rayo (ya sea de la personalidad o del alma) que origina la energía entrante, o del rayo que rige al cuerpo astral, en el caso de una persona poco evolucionada) y también del grado de evolución y de la influencia radiatoria de otros centros. 
c.         La aparición en el cuerpo etérico de un centro desarrollado o en desarrollo, indica el lugar que ocupa el hombre en la escala de evolución, su afiliación racial y su meta consciente; esta última puede abarcar desde el énfasis puesto sobre la vida sexual y la consiguiente actividad del centro sacro, hasta la meta del iniciado, que pone en actividad el centro coronario. Todo esto produce el consiguiente efecto sobre el tejido circundante, la sustancia y las formas orgánicas dentro del radio de influencia del centro. La zona de influencia varía de acuerdo a la actividad del centro y éste depende del grado evolutivo alcanzado por el individuo y del preponderante tipo de energía al cual él reacciona. 
3.         La energía entrante se trasmuta en fuerzas dentro del centro. Esto implica un proceso de diferenciación, donde la energía primaría involucrada se convierte en energías secundarias, sucediendo automáticamente; la rapidez del proceso de transmutación, la potencia de la resultante acumulación de fuerzas y la actividad radiatoria (que produce resultados condicionantes en el cuerpo físico denso) dependen del grado de desarrollo del centro particular implicado y si está despierto o no. 
4.         Las fuerzas salientes de un centro actúan sobre la contraparte etérica de toda la intrincada red de nervios que constituyen el sistema nervioso. Estas contrapartes, de idénticas analogías subjetivas, se denominan “nadis” en la filosofía hindú; constituyen una compleja y muy extensa red de energías fluídicas, un sistema intangible interno, paralelamente al de los nervios corpóreos, el cual es la exteriorización de un canon interno de energías. No existe todavía un término en ningún idioma para la antigua palabra “nadis’ debido a que la existencia de este sistema subjetivo aun no ha sido reconocida, y en Occidente prevalece el concepto materialista de los nervios como un sistema creado en respuesta a un  ambiente tangible. El concepto de que estos nervios son el resultado físico denso de un mecanismo interno y sensible de respuesta, es todavía muy indefinido y no ha sido reconocido por la moderna ciencia occidental. Cuando esta sustancia sutil (compuesta de hilos de energía) sea reconocida como subyacente en los nervios tangibles, habremos progresado en nuestro acercamiento al problema de la salud y de la enfermedad, acercándonos más al mundo de las causas. Esta red de nadis forma un canon definido de vida que varía de acuerdo al rayo de la personalidad. 
5.         Los nadis determinan por lo tanto la naturaleza y la cualidad del sistema nervioso Con sus extensas redes de nervios y plexos que abarcan todo el cuerpo físico. Los nadis y, por  consiguiente, la red de nervios, están principalmente relacionados con dos aspectos del equipo físico del hombre -los siete centros mayores del cuerpo etérico (el cuerpo sustancial que subyace en el cuerpo físico denso) y la columna vertebral con la cabeza. Debe recordarse que el cuerpo etérico es un cuerpo físico, aunque compuesto de materia más sutil que la que podemos ver y tocar. Esta hecho de sustancia o de aquello que “subyace” o fundamenta cada parte y partícula del vehículo físico denso. Esto más adelante recibirá la atención de los curadores y médicos iluminados de la nueva era. Cuando se reconozca la relación que existe entre los nadis y los nervios, conjuntamente con los centros y la columna vertebral, entonces se producirá una gran revolución en los métodos médicos y psiquiátricos. La experiencia demostrará que cuando se logre una interacción más estrecha entre ambos -los nadis y los nervios- se controlará más rápidamente la enfermedad. 
6.         Los nadis en el cuerpo físico corresponden a la vida o aspecto espíritu; los nervios son la analogía del alma o aspecto cualidad. Lo que se demuestra como su exteriorización conjunta es el sistema endocrino que corresponde a la forma o aspecto materia. Los tres -nadis, sistema nervioso y glándulas- son las analogías materiales de los tres aspectos divinos; responden esotéricamente a estos tres aspectos y hacen que el hombre, en el plano físico, sea lo que es. Los tres están también condicionados (por conducto de los siete centros, como ya hemos visto) por los vehículos astral o mental, o por la personalidad integrada, o por el alma que comienza a utilizar la personalidad como agente transmisor y trasmutador y -al finalizar el sendero del discipulado- por la Mónada, vía el antakarana, empleando este sendero autocreado como un canal directo de comunicación con los siete centros y de allí con el triple sistema de nadis, nervios y glándulas. 
7.         Estos tres sistemas mayores dentro del ser humano, expresan, por medio del cuerpo físico, la condición o grado de desarrollo de los centros. La vida, la cualidad y la energía que representan, son distribuidas por todo el vehículo físico mediante la corriente sanguínea. La ciencia moderna ya está reconociéndolo como una realidad, lo cual indica que la corriente sanguínea distribuye ciertos elementos liberados por las glándulas. Aún no reconoce el hecho de la relación que existe entre las glándulas y los centros, con el sistema intermedio de nadis y nervios. El próximo gran paso que dará la medicina será el reconocimiento de la realidad del cuerpo etérico, sustancia física que subyace en la materia densa. 
8.         Cuando los centros despiertan en el cuerpo, aparece entonces un sistema nervioso altamente eléctrico que responde inmediatamente a la energía conducida por  los nadis, cuyo resultado  será un sistema endocrino bien equilibrado. La vitalidad y la vida que afluirá a través del cuerpo será entonces tan poderosa que automáticamente el cuerpo físico quedará inmune a las enfermeda¬des, ya sean innatas, hereditarias o de origen grupal. Con estas palabras expreso una probabilidad futura y no una posibilidad inmediata. Algún día el hombre coordinará perfectamente los tres sistemas, que responderán físicamente al Canon interno de nadis y centros, y se integrará conscientemente con el alma, y más tarde -por medio del antakarana- con el principio Vida. 
9.         En la actualidad hay un desarrollo desparejo y algunos centros aún no han despertado, otros están sobrestimulados y los centros de abajo del diafragma sobreactivados; en consecuencia tenemos zonas enteras del cuerpo en que los nadis están en estado embrionario, en otras en que están altamente energetizados, pero sus emanaciones detenidas por algún centro que en el trayecto de su actividad aún no ha despertado o -si lo está- todavía no es irradiante. Estas condiciones desparejas producen poderosos efectos sobre el sistema nervioso y las glándulas, conduciendo en algunos casos al sobrestímulo, y en otros a condiciones subnormales, falta de vitalidad, hiperactividad y otras reacciones indeseables que producen inevitablemente enfermedad. Tales enfermedades surgen dentro del cuerpo mismo, como resultado de las tendencias hereditarias inherentes (o debería decir nativas) o predisposiciones existentes en el tejido corpóreo, o aparecen como resultado de la irradiación o no irradiación de los centros, que actúan a través de los nadis; pueden también originarse como resultado de los impactos o contactos externos (tales como enfermedades infecciosas o contagiosas, y epidemias). El sujeto es incapaz de resistirlas debido a que sus centros no están desarrollados. 
10.       Resumiendo: Enfermedad, incapacidad física de todo tipo (lógicamente exceptuando las que se deben a accidentes y, en cierta medida, a condiciones planetarias que provocan epidemias de naturaleza peculiarmente virulenta, como las producidas frecuentemente por la guerra) y los numerosos y diversos aspectos de la mala salud, pueden atribuirse directamente a la condición de los centros, pues ellos determinan la actividad o la pasividad de los nadis, que a su vez afectan al sistema nervioso, haciendo que el sistema endocrino sea lo que es en el individuo, y la corriente sanguínea la responsable de distribuir esta condición a todas las partes del cuerpo.


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