OBEDIENCIA ESOTÉRICA
Textos del Maestro D.K. “El
Tibetano”
¿Cuál es esa obediencia esotérica de que tanto oímos hablar? No es lo que
muchos grupos esotéricos creen. Tampoco es el control ejercido por una
organización externa, dedicada al seudo trabajo esotérico. No son las
condiciones impuestas por un instructor de determinada categoría, ni consiste
en cambiar el conjunto de ideas que nos aprisionan, por otro de mayor importancia
o alcance. Una prisión, ya sea una pequeña celda o una isla solitaria de vasta
extensión, de la cual es imposible escapar, constituyen siempre una prisión.
La autoridad a la cual respondemos los Instructores del aspecto interno,
es de naturaleza dual, y ustedes (como unidades de un grupo) recién empiezan a
responder. ¿A qué responden?
1.
Al lento surgimiento de la
comprensión de la "luz que está más allá", empleando esta frase como
símbolo. Esta luz de distinto atractivo para cada individuo. Sin embargo
es UNA LUZ. Pero su reconocimiento revela nuevas leyes y responsabilidades,
nuevos deberes y obligaciones y nuevas relaciones con otros, los cuales
constituyen la autoridad a la que nadie puede escapar aunque pueden
desobedecerla, en tiempo y espacio, durante un período temporario.
2.
A la autoridad de las Reglas
del Camino impuesta cuando se pasa del Sendero de Probación al Sendero del
Discipulado. Sin embargo es UN CAMINO. En este "estrecho sendero del filo
de la navaja", se aprende a caminar con disciplina, discreción y carencia de deseos, experimentados al unísono
con los condiscípulos.
Breve y sucintamente, ¿cuáles son las Reglas del Camino? Permítanme
proporcionarles las seis reglas más simples, pidiéndoles recordar que no son
impuestas autoritariamente por una arbitraria Junta de Directores, corno lo
sería un instructor o los instructores de grupos (de los cuales, lógicamente,
yo podría ser uno), sino que es el resultado de las condiciones que imperan en
el Sendero; llevan en sí la garantía de la propia alma del hombre y son el
resultado de la experiencia de millones de viajeros que recorren ese sendero.
Les daré las seis reglas (tal como las he dado a otros aspirantes)* en su forma
antigua y simbólica y las traduciré, lo mejor que pueda, de los antiguos
registros que existen en el Aula de la Sabiduría y están a disposición de los
discípulos dedicados, como ustedes.
(Reglas del Camino)
1.El Camino se recorre a la plena luz del día, la cual es proyectada sobre
el Sendero por Aquellos que saben y guían. Nada puede ocultarse, y en cada
vuelta de ese camino el hombre debe enfrentarse a sí mismo.
2.En el Camino lo oculto es revelado. Cada uno ve y conoce la villanía del
otro. No encuentro otra palabra para traducir la antigua palabra que designa la
estupidez y la vileza no reveladas, la burda ignorancia y el propio interés,
características sobresalientes del aspirante común. Sin embargo a pesar de esa
gran revelación, no es posible volver atrás, despreciar a los demás ni vacilar en el Camino. El Camino
va hacia el día.
3.Ese Camino no se recorre solo. No hay prisa ni apremio. No hay tiempo que
perder. Cada peregrino, sabiéndolo, apresura sus pasos y se encuentra rodeado
por sus semejantes. Algunos logran pasar adelante, él los sigue. Otros caminan
detrás, él marca el paso. No camina solo.
4.Tres cosas debe evitar el peregrino. Llevar un capuchón o velo, que
oculte su rostro a los demás, un cántaro que sólo contenga suficiente agua para
sus propias necesidades y un báculo sin horqueta.
5.Cada Peregrino en el Camino, debe llevar consigo lo necesario; un
brasero para dar calor a sus semejantes; una lámpara para iluminar su corazón
y mostrar a sus semejantes la naturaleza de su vida oculta; una talega con oro
que no ha de esparcir por el Camino sino compartirlo con los demás; una vasija cerrada donde guarda todas sus
aspiraciones para arrojarlas a los pies de Aquel que espera en el portal para
darle la bienvenida.
6.A medida que el Peregrino
recorre el Camino debe tener el oído atento, la mano dadivosa, la lengua
silenciosa. el corazón casto, la voz áurea, el pie ligero y el ojo, que ve en
la luz, abierto. Él sabe que no camina solo.
La Ilusión del Poder es quizás una de las primeras y más serias pruebas que se le presenta al
aspirante y también uno de los mejores ejemplos de este "gran
error"; por lo tanto, les pido que lo consideren como algo contra lo cual
deben precaverse cuidadosamente.
La palabra ilusión es utilizada frecuentemente con ligereza para significar
falta de conocimiento, opiniones variables, espejismos, incomprensión,
confusión síquica, predominio de los poderes síquicos inferiores y muchas otras
formas de ilusión mundana. Pero ha llegado el momento en que debe ser empleada
con un desarrollado sentido de discriminación por el discípulo; él debe conocer
y comprender con claridad la naturaleza de ese miasma fenoménico en el cual
actúa la humanidad. A los efectos de la claridad y con el fin de distinguir más
definida y efectivamente los tipos de ilusión en que se mueve el alma, y de
los cuales tiene que liberarse, será necesario que dividamos la Gran Ilusión
(con sus diversos aspectos) en sus partes componentes, en tiempo y espacio;
esto intenté hacerlo parcialmente cuando definí las palabras Maya, Espejismo, Ilusión y el Morador en el
Umbral. Les pido que mantengan con claridad en sus mentes estas diferencias, y
que estudien con cuidado la clasificación dada con anterioridad.
La mente del hombre (que está lentamente llegando a ser el centro de su
conciencia y la mayor realidad de su existencia) se hace consciente de este
nuevo e inexplorado mundo de ideas, se apodera de alguna idea o conjunto de
ideas y trata de apropiarse de ellas. Al principio, en la mayoría de las
personas y especialmente en el tipo místico común, la comprensión de las ideas
es vaga y nebulosa y, frecuentemente, llega a ellas mediante la comprensión de
otro. La iluminación, producida por el débil contacto con el alma, es
considerada por el inexperto neófito como una maravilla suprema y de vital importancia.
Las ideas con que ha hecho contacto le parecen portentosas, excepcionalmente
insólitas y vitalmente necesarias para la humanidad.
La idea que ha surgido en su
conciencia, por el parcial despertar de su intuición, será distorsionada de distintas
maneras al descender a la conciencia cerebral. Su contribución, para
materializar la idea y trasformarla en un programa práctico y activo, es todavía
completamente inadecuada. El equipo aún es deficiente e inexacto. La manera en
que se produce esta distorsión y el descenso de la idea puede describirse como:
El paso de una idea del plano de la intuición al cerebro.
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