LA
INTUICIÓN
Extraído
del Libro: Espejismo. Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul
(Alice A.
Bailey).
La
intuición no es un sentimiento de amor hacia las personas que signifique
comprenderlas. Mucho de lo que se llama intuición sólo es un reconocimiento de similitudes
y la posesión de una aguda mente analítica. Las personas inteligentes que han
vivido mucho tiempo, han tenido muchas experiencias, haciendo contacto con un
sin número de personas, pueden, siempre que estén interesadas en ello, darse
cuenta fácilmente de los problemas y las modalidades de los demás. Esto no debe
confundirse con intuición.
La
intuición no está relacionada con el siquismo superior o inferior; tener una
visión, oír la voz del silencio, reaccionar placenteramente a cualquier enseñanza,
no significa que actúe la intuición. Tampoco es ver símbolos, pues esto es un
tipo especial de percepción y también implica poseer la capacidad de sintonizar
la Mente Universal en ese estrato de su actividad que produce las formas
cánones sobre las que se basan todos los cuerpos etéricos. Intuición no es
sicología inteligente ni amoroso deseo de prestar ayuda, producida por la
interacción entre la personalidad, regida por una fuerte orientación del alma,
y el alma consciente del grupo.
Intuición
es comprensión sintética, prerrogativa del alma, que sólo es posible cuando el
alma, en su propio nivel, va en dos direcciones: hacia la Mónada y hacia la
integrada, y quizás momentáneamente coordinada y unificada personalidad. Es el
primer indicio de una profunda unificación subjetiva que llegará a su
consumación en la tercera iniciación.
Intuición
es captar comprensivamente el principio de universalidad; cuando existe, se
pierde, por lo menos momentáneamente, todo sentido de separatividad. En su
punto álgido se reconoce como ese Amor Universal que no tiene relación con el
sentimiento ni con la reacción afectiva, sino que predominantemente se
identifica con todos los seres. Entonces se conoce la verdadera compasión y no
existe el espíritu de crítica. Sólo entonces puede verse el germen divino
latente en todas las formas.
Intuición
es luz, y cuando actúa, el mundo se ve como luz y la luz existente en los
cuerpos de todas las formas se hace gradualmente visible. Esto trae consigo la
capacidad de hacer contacto con el centro de luz de cada forma, estableciéndose
así también una relación esencial, quedando relegado a segundo término el
sentido de superioridad y separatividad.
Por lo
tanto, el desarrollo de la intuición trae aparejado tres cualidades:
Iluminación.
Por iluminación no me refiero a la luz de la cabeza. Ella es incidental y
fenoménica; muchas personas verdaderamente intuitivas desconocen por completo
esta luz. La luz a que me refiero es la que ilumina el Camino, "la luz del
intelecto" que significa realmente lo que ilumina la mente y puede
reflejarse en el mecanismo mental cuando ella se mantiene "firme en la
luz". Ésta es la "Luz del Mundo", realidad que existe
eternamente, pero que sólo puede ser descubierta cuando la luz interna individual
es reconocida como tal. Es la "Luz de las Edades” que brilla cada vez más
hasta que el Día sea con nosotros. Intuición, por lo tanto, es reconocer
internamente, por propia experiencia. y no en teoría, nuestra total
identificación con la Mente Universal y que somos parte integrante de la gran
Vida del mundo y que participamos de la Existencia que persiste eternamente.
Comprensión.
Debe ser considerada en su sentido literal, significando la facultad de
entender y penetrar las cosas y también el poder de receso o la capacidad de
apartarse de la eterna identificación con la vida de la forma. Quisiera señalar
que apartarse es relativamente fácil para los que poseen muchas de las
cualidades de primer rayo. El problema consiste en apartarse en sentido
esotérico, evitando al mismo tiempo el sentido de separatividad, aislamiento y
superioridad. Es fácil para las personas que pertenecen al primer rayo resistir
a la tendencia de identificarse con otros. Tener verdadera comprensión implica
poseer una acrecentada capacidad de amar a todos los seres y no obstante, al
mismo tiempo, mantener un desapego personal, que puede basarse fácilmente en la
incapacidad de amar o en la preocupación egoísta por la propia comodidad
física, mental o espiritual y sobre todo emocional. Las personas que pertenecen
al primer rayo temen a la emoción y la desprecian, pero a veces tienen que
entrar en un estado emotivo antes de poder emplear correctamente la
sensibilidad emotiva.
Comprensión
implica hacer contacto con la vida como personalidad integrada, más la reacción
egoica a los propósitos y planes del grupo. Supone la unificación alma
personalidad, amplia experiencia y una acelerada actividad del principio
crístico interno. La comprensión intuitiva es siempre espontánea.
La intuición no está relacionada con el siquismo superior o inferior; tener una visión, oír la voz del silencio, reaccionar placenteramente a cualquier enseñanza, no significa que actúe la intuición. Tampoco es ver símbolos, pues esto es un tipo especial de percepción y también implica poseer la capacidad de sintonizar la Mente Universal en ese estrato de su actividad que produce las formas cánones sobre las que se basan todos los cuerpos etéricos. Intuición no es sicología inteligente ni amoroso deseo de prestar ayuda, producida por la interacción entre la personalidad, regida por una fuerte orientación del alma, y el alma consciente del grupo.
ResponderEliminarIntuición es comprensión sintética, prerrogativa del alma, que sólo es posible cuando el alma, en su propio nivel, va en dos direcciones: hacia la Mónada y hacia la integrada, y quizás momentáneamente coordinada y unificada personalidad. Es el primer indicio de una profunda unificación subjetiva que llegará a su consumación en la tercera iniciación.