Textos del
Maestro D.K. “El Tibetano”
Se han dicho y enseñado muchas cosas sin
sentido acerca de la ciencia de la respiración. Muchos grupos imparten
instrucciones peligrosas sobre la respiración ‑peligrosas porque están basadas
en el conocimiento teórico y sus exponentes nunca las han practicado
mayormente, y también peligrosas porque algunos grupos simplemente explotan,
con fines lucrativos, a aquéllos que no están preparados para ello.
Afortunadamente para la mayoría de los aspirantes, la información e instrucción
es inconsistente, inexacta y con frecuencia inocua, aunque en muchos casos
produce reacciones significativamente malas. El propósito del aspirante común
es tan débil que no puede cumplir oportunamente con los innumerables
requisitos diariamente y en forma persistente, ni dedicar la atención que sería
la garantía para un éxito dudoso, no existiendo peligro en tales casos. Muchos
grupos ocultistas explotan el tema a fin de erigir un misterio y presentar una
atracción al incauto, de modo que sus adherentes tengan algo en qué ocuparse y
así adquirir fama como ocultistas eruditos y bien entrenados. Cualquiera puede
enseñar ejercicios de respiración. Más bien consisten en inhalaciones y
exhalaciones periódicas, medidas y espaciadas, de acuerdo al deseo del
instructor. Donde se realice un esfuerzo persistente se obtendrán resultados, y
serán generalmente indeseables, pues el instructor común pone el énfasis sobre
la técnica de la respiración y no sobre las ideas que ‑ por la energía que
esta respiración engendra ‑ deberían tomar forma en la vida del discípulo.
Toda la ciencia de la respiración está erigida
alrededor del empleo de la Palabra Sagrada OM. El uso de dicha Palabra debiera
estar limitado únicamente a los aspirantes que se han comprometido seriamente
a hollar el Camino, pero su empleo ha sido difundido y prescrito por muchos
instructores inescrupulosos, especialmente los swamis llegados de la India,
que se hacen pasar por santos, obteniendo que las incautas mujeres de
Occidente caigan en sus redes. La Palabra es empleada sin ninguna intención
espiritual sino simplemente como un sonido que, llevado sobre el aliento,
produce resultados síquicos que indican a los crédulos su profunda
espiritualidad. La dificultad reside en que la respiración está inevitablemente
relacionada con el OM, pero los efectos dependen del motivo y de la intención
interna establecida. El oriental, a menos que haya alcanzado la cuarta o quinta
iniciación, no tiene una verdadera comprensión del occidental, de su mecanismo
ni de su equipo que, como resultado de una civilización y de un modo de vida
particular, difieren ampliamente de los del oriental. En Oriente, el problema
del instructor o Gurú consiste en tomar personas negativamente polarizadas y
hacerlas positivas. En Occidente, las razas son por lo general de actitud
positiva y no necesitan un entrenamiento como el que se le da al oriental. ¿Qué
quiero significar exactamente al hacer esta afirmación? Quiero decir que en
Oriente, el factor voluntad (la cualidad del primer aspecto) se halla ausente.
El oriental, particularmente el habitante de la India, no posee voluntad, el
incentivo dinámico ni la capacidad para ejercer esa presión interna sobre sí
mismo que traerá resultados definidos. Por esta razón, esa civilización particular
es tan inadaptable a la civilización moderna; el pueblo de la India hace pocos
progresos en lo que respecta a la ordenada vida municipal y nacional, estando
muy atrasado en lo que respecta a la vida civilizada moderna. Generalizando,
el occidental es positivo, y necesita la fuerza rectora del alma, pudiendo
obtenerla con muy poca enseñanza. La raza Aria está obteniendo hoy una fusión
entre el aspecto voluntad, la mente y el cerebro. No pasa lo mismo en Oriente.
Allí sucederá más adelante.
No tengo la intención de dar algún ejercicio
de respiración que los discípulos o aspirantes pudieran emplear, o
probablemente abusar de ellos. La primera responsabilidad consiste en ser conscientes
de los impulsos dentro de sí mismos, los cuales podrían impeler a los centros
a la actividad y producir así condiciones y acontecimientos en el plano físico.
Cuando estos impulsos están clara y firmemente establecidos en la conciencia
mental del discípulo, nada evitará que emerjan, a su debido tiempo, a la luz
del día. Pero han de seguir un proceso ordenado de gestación y aparecer cuando
corresponde.
Cuando hay verdadero idealismo, recto pensar,
más una comprensión del vehículo de expresión y del mundo de las fuerzas en
que la idea ha de ser lanzada, entonces el estudiante puede seguir sin peligro
ciertos ejercicios de respiración programados, y la segunda fase o el
resultado de una respiración rítmica establecida aparecerá. Esto
esinspiración.
Los ejercicios de respiración tienen un efecto
puramente fisiológico cuando no están impulsados o motivados por el pensamiento
dirigido y no son el resultado del aferramiento y logro de un punto de tensión
por parte del aspirante. Mientras se lleva a cabo el proceso de aspiración y
exhalación, debe mantenerse una clara línea de pensamiento activo, para que el
aliento (al ser expelido) sea cualificado y condicionado por alguna idea. Es
aquí donde fracasa tan a menudo el aspirante común. Por lo general se halla tan
intensamente ocupado con el proceso de dirigir la respiración y la expectativa
de algunos resultados fenoménicos, que olvida el propósito vital de la
respiración: energetizar y agregar cualidad a la vida de los centros por medio
de algún pensamiento proyectado y presentado, expresando cierta y determinada
idea emitida. Allí donde falta esta estructura de pensamiento idealista, los
resultados de la respiración serán prácticamente nulos o –- donde hay
resultados de cualquier tipo en estas circunstancias— no estarán relacionados
de ninguna manera con el pensamiento, sino que serán de naturaleza síquica.
Entonces, pueden producir un desarreglo síquico duradero, porque la fuente
emanante de la actividad es astral y la energía proyectada va a centros que se hallan
situados debajo del diafragma, nutriendo así la naturaleza inferior,
enriqueciendo y fortaleciendo su contenido astral y, por ello, aumentando y
profundizando el espejismo. Les resultados pueden ser también fisiológicos,
estimulando al cuerpo etérico, lo que conduce al fortalecimiento de la
naturaleza física, produciendo a menudo serios resultados, pues el aliento es
llevado a centros que deberían estar en "proceso de elevación", tal
como se lo denomina esotéricamente; esto aumenta su potencia física, nutre los
apetitos físicos y hace la tarea del aspirante muy difícil cuando trata de sublimar
la naturaleza inferior y arraigar o enfocar arriba del diafragma o en la
cabeza, la vida de los centros.
Entonces, se acrecienta el espejismo y maya y,
durante la vida en que estos ejercicios son mal aplicados, el aspirante
permanece en una condición estática y sin beneficio. Cuando aspira o inhala,
extrae el aliento de su propia aura, su "círculo infranqueable" áurico
nutre a la naturaleza inferior y establece un círculo vicioso dentro de sí
mismo, que se fortalece diariamente, hasta que está completamente envuelto por
el espejismo y maya, que constantemente establece y restablece. Los centros
inferiores se vitalizan continuamente, llegando a ser extremadamente activos,
y el punto de tensión desde el cual el aspirante trabaja se encuentra enfocado
en la personalidad y no en el alma; el estar consciente de lo excepcional de
la respiración especial y la expectativa por los resultados fenoménicos, impiden
la entrada a todo pensamiento, excepto las reacciones inferiores de naturaleza
kama‑manásica, la cual fomenta la emoción y aumenta enormemente el poder del
cuerpo astral, y con frecuencia los resultados fisiológicos son también
poderosos y notables, como ser un gran desarrollo del tórax y la fortificación
de los músculos del diafragma. Algo de esto puede verse en el caso de los
cantantes de ópera. El canto tal como ahora se enseña es la manifestación de algún aspecto inferior de
la respiración y en el caso de los citados cantantes produce un gran desarrollo
del tórax, intensifica la emotividad, trae inestabilidad en la manifestación
de la vida, que a menudo denominan temperamento, y el canto queda totalmente
sometido a la naturaleza astral.
Existe un método superior y más eficaz de
canto, por el cual se obtiene un punto de tensión diferente e involucra un
proceso de respiración que extrae la energía necesaria de fuentes superiores y
más amplias que las comúnmente empleadas, lo cual traerá la inspiración que
implicará completamente al hombre y no despertará simplemente su reacción
emocional hacia el tema de su canción y su auditorio. Esto dará lugar a un
nuevo método de canto y de respiración basado en una forma de respiración
mental, que llevará la energía y la inspiración consiguiente, proveniente de
fuentes que se hallan fuera del aura de la personalidad. Aún no ha llegado el
momento para esto. Mis palabras serán poco comprendidas hoy, pero en el próximo
siglo los cantantes sabrán extraer las reservas de la inspiración por medio de
una nueva técnica y un nuevo método de respiración. Tales técnicas y
ejercicios se enseñarán prudentemente en las nuevas y futuras escuelas
esotéricas.
La inspiración es el proceso de cualificar,
vitalizar y estimular la reacción de la personalidad ‑vía los centros‑ hacia
ese punto de tensión donde el control del alma se hace presente y evidente. Es
el modo por el cual la energía del alma puede inundar la vida de la
personalidad, irrumpir a través de los centros, expulsando todo lo que
obstaculiza, liberando al aspirante de todos los espejismos y maya que aún
quedan, perfeccionando un instrumento mediante el cual pueda escucharse la
música del alma, y más adelante la cualidad musical de la Jerarquía. No olviden
que el sonido compenetra todas las formas; el planeta mismo tiene su propia
nota o sonido; cada diminuto átomo tiene su sonido; cada forma puede ser
evocada en la música y cada ser humano tiene su cuerda particular, y todas las
cuerdas contribuyen a la gran sinfonía que la Jerarquía y la Humanidad están
ejecutando y ejecutan ahora. Cada grupo espiritual tiene su propio tono, si
puedo emplear una palabra tan inadecuada, y los grupos que colaboran con la
Jerarquía producen incesantemente música. Este ritmo de sonidos y esta miríada
de acordes y notas se fusionan con la música de la Jerarquía, y tal sinfonía se
enriquece continuamente; en el transcurso de los siglos, estos sonidos se
unirán lentamente y fusionarán entre sí hasta que algún día la sinfonía planetaria
que SanatKumara está componiendo, habrá terminado y nuestra Tierra hará una
notable contribución a los grandes acordes del sistema solar, lo cual
constituye una parte intrínseca y real de la música de las esferas. Entonces,
como dice La Biblia, los Hijos de Dios, los Logos planetarios, cantarán al
unísono. Tal será el resultado de la correcta respiración, del ritmo controlado
y organizado, del verdadero y puro pensar y de la armoniosa relación de todas
las partes del coro.
Reflexionen sobre este tema, considerándolo
como ejercicio de meditación, y así adquirirán inspiración.
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