INICIACIÓN: LA CUARTA Y QUINTA
INCIACIÓN - Renunciación y
Revelación
Por Aart Jurriaansen
Después de que el alma ha asumido toda la responsabilidad de la "personalidad transfigurada", viene un periodo de entrenamiento intensivo y una
cantidad increíble de conocimiento es absorbido y acumulado rápidamente. El
iniciado debe aprender ahora a comprender a fondo las leyes de los tres planos
inferiores, y cómo manejarlas inteligentemente para fomentar el esquema
jerárquico de evolución. Debe estar versado en los tecnicismos esotéricos, y
tiene que desarrollar una cuarta visión dimensional. Él no está sólo trabajando
constantemente en expandir su naturaleza espiritual, sino que simultáneamente
está aprendiendo a dirigir las actividades de los devas constructores.
Con la Cuarta Iniciación el iniciado se enfrenta por fin cara a
cara con su propia Mónada, su "Padre en Cielo", que hasta ahora sólo
había sido conocida como la Entidad espiritual que inspiraba el alma. Como
resultado de este contacto directo entre la Mónada y la personalidad infundida
de alma, las funciones de ese vago concepto, el Alma, que durante eones ha
servido como intermediario entre la Mónada y su instrumento de manifestación en
los tres mundos inferiores, se vuelve ahora redundante. El alma es por
consiguiente absorbida por la Mónada y desaparece como entidad separada, y en
su lugar no hay nada excepto la energía de Amor-Sabiduría, y la Voluntad Divina
dinámica dirigida por la Mónada.
El Iniciado de Cuarto Grado por consiguiente es controlado
directamente por su Mónada, por medio del 'Puente de Luz' (el Antahkarana).
Todo el tiempo que el iniciado tiene que funcionar o aparecer en los tres mundos
de los hombres, hace uso de una 'personalidad' que para el hombre corriente
tendrá una apariencia absolutamente normal. El aspecto forma de la existencia
no es ya, sin embargo, necesario como medio para adquirir experiencia; de ahora
en adelante sólo servirá como una máscara exterior a través de la cual el
iniciado o el Maestro puede trabajar discretamente entre los hombres para
realizar su propósito espiritual. Esta personalidad o cuerpo de expresión no
será por lo tanto el producto de la procreación física, sino que será
auto-creado por la Voluntad y el Propósito enfocados de la Mónada, y no estará
así sujeto a las leyes normales de la naturaleza.
Este cuerpo de manifestación no limitará al iniciado de forma
alguna o lo mantendrá prisionero; por medio de la Voluntad aplicada puede en
cualquier momento y según lo requieran las circunstancias 'disolverse' o hacer
que se desvanezca ante la visión humana; puede radicalmente cambiarse su
apariencia exterior, o puede trasladarse en el acto de una parte a otra del
mundo.
Con la Gran Renunciación todo lo que solía encadenar al
discípulo al mundo material es abandonado para que las energías y poderes que
el iniciado controla puedan aplicarse en beneficio del conjunto de la
humanidad. Él está ahora dominado por la energía de la voluntad-al-bien.
Todavía es consciente de las experiencias obtenidas de sus numerosas
encarnaciones físicas, pero ha desechado todo lo que es insignificante,
reteniendo sólo la esencia que se ha transmutado en sabiduría. Como destilación
purificada del pasado, su destino ahora se enfrenta a nuevos reinos de
experiencia y aventuras espirituales, que lo llevarán de la evolución humana a
la Evolución Espiritual y finalmente a la elección de uno de los Siete Senderos
Cósmicos.
Iniciación de Revelación
Según las normas humanas, el hombre ha alcanzado la perfección
cuando está preparado para la Quinta Iniciación. Esto también marca el momento
cuando el iniciado ha adquirido suficiente sabiduría, amor y espiritualidad
para ser admitido en las filas reconocidas de los Maestros de Sabiduría.
La Iniciación de la Revelación pondrá en manos del iniciado el
poder para manejar la Luz como el portador de Vida para todo en los tres
mundos; será también revelado a su visión el próximo paso a dar en el Camino de
la Evolución Superior. El Camino es entonces revelado a él con una luz
totalmente nueva, y significa por consiguiente la verdadera salida del iniciado
de la tumba de la oscuridad del ser material, y la entrada al mundo de la
Realidad y del Ser Espiritual que está más allá de todo lo que el hombre hasta
ahora ha sentido o conocido.
Éstos son por supuesto reinos del pensamiento y del ser que
están todavía más allá de la concepción y comprensión humanas, y estas
representaciones sólo se expresan brevemente para perfeccionar la descripción
que se ha esbozado hasta ahora. Se comprende que para el hombre de la calle
estos pensamientos del Tibetano sólo serán tonterías absurdas, o el más
comprensivo podría considerarlos como ¡fantasías caprichosas de un soñador
extravagante!
Los Siete Senderos Cósmicos
Como se ha señalado antes, el Sendero de Evolución es
interminable. Cuando desde el punto de vista humano se ha alcanzado la
liberación después de la Quinta Iniciación, se revelarán al iniciado nuevos
reinos de expansión. Los reinos a ser hollados incluirán finalmente toda la
esfera cósmica, y son divididos en Siete Senderos Cósmicos de Evolución, cada
Sendero es determinado por uno de los Siete Rayos Cósmicos de Energía.
Cada iniciado tiene la libre decisión para seguir cualquier
Sendero que elija, pero la probabilidad es que, como resultado de la Ley de
Atracción, la elección del iniciado estará fuertemente influenciada por su
vibración, inducida por su Rayo Monádico. Algunos de estos Senderos pueden
mantener al iniciado vinculado a la Jerarquía y al servicio en la Tierra por
muchos eones en el futuro, aunque otros pueden conducir a mayores actividades
planetarias dentro de nuestro sistema solar, o incluso a actividades
extra-planetarias o cósmicas. La última decisión acerca del Sendero a seguir
debe hacerse a la consumación de la Sexta Iniciación – la Iniciación de la
Decisión. Después de esta decisión no habrá ninguna vuelta atrás.
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