CONFERENCIA DADA POR CHRIS
MORGAN, CON MOTIVO DEL FESTIVAL DE WESAK 2014,
EN NUEVA YORK
LOS AGENTES DE LA REVELACIÓN
Buenas tardes amigos y sean todos bienvenidos. Esta
noche, nuestro encuentro nos prepara para el momento culminante del calendario espiritual
– el Festival de Wesak –, la mayor oportunidad del año para lograr la
iluminación espiritual. Estas reuniones de luna llena son los cimientos de un
nuevo acercamiento a la divinidad, en el cual cada signo revela un aspecto de
la naturaleza de la luz. La luz de Wesak es transmitida a través de Tauro y
proporciona una iluminación Suprema. Su regente esotérico, Vulcano, revela
aquello que antes estaba profundamente oculto. A menudo se dice que Vulcano
representa al Sol y, en Tauro, revela y transmite energía desde el corazón
esotérico del Sol. Por esta razón, el antiguo mántram Védico, el Gayatri,
parece una forma muy apropiada de comenzar nuestro trabajo. Así que, por un
momento, hagamos una pausa para reflexionar y luego digamos en voz alta este mántram,
en un acto unido de invocación grupal:
El Gayatri
Oh Tú, sustentador del Universo,
De Quien todas las cosas proceden,
A Quien todas las cosas retornan,
Revélanos el rostro del verdadero Sol Espiritual,
Oculto por un disco de luz dorada,
Para que conozcamos la verdad,
y cumplamos con todo nuestro deber,
Mientras nos encaminamos hacia Tus sagrados pies. OM
El festival Wesak es el gran festival del Buda; en
este momento nos unimos en celebración con todos los seguidores del budismo
alrededor del mundo, y con los miles de personas de buena voluntad, meditadores
y servidores de la raza que conscientemente aprovechan esta oportunidad para
alinearse con las energías que son vertidas en el planeta en el momento de la
luna llena de Tauro. La leyenda dice que en este momento cada año, el Buda hace
una breve aparición en un remoto valle del Himalaya para bendecir al mundo y
transmitir a través de su hermano, el Cristo, vida espiritual renovada.
De numerosos Avatares, dos de los más grandes son el
Buda y el Cristo que han cumplido su función en las revelaciones impulsoras del
avance de la conciencia humana en los momentos críticos de su evolución. Son
perfectos representantes del Amor-Sabiduría y, a través de los tiempos, su
trabajo como agentes de la revelación ha traído mayores niveles de Luz, Amor y
Propósito a la conciencia humana. En el momento del festival de Wesak, el Buda
y el Cristo forman un Triángulo de energía con el Señor del Mundo a través del
cual se transmite a la conciencia humana un potente mensaje subjetivo de que el
corazón del sistema solar es de una compasión inalterable.
La potencia espiritual de esta revelación es tal que
tiene que ser amortiguada para que la humanidad soporte la presión de su
impacto, y esto ha llevado a que en el seno de la propia humanidad surja un
intermediario– un grupo subjetivo de pensadores iluminados que están unidos en
su intención de servir y revelar–. En las enseñanzas de Alice Bailey se les
denomina “el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo”; este grupo es responsable de
estimular el aumento de la buena voluntad y la compasión que muchos expresan
hoy en día en todo el planeta. Los miembros de este grupo están trabajando, ya
sea consciente o inconscientemente, con energías específicas liberadas por el
Señor del Mundo, el Buda y el Cristo. El grupo está formado por los servidores
del mundo de todos los orígenes, religiones y filosofías, y se compone de
aquellos que responden en diversos grados a las influencias superiores que
afluyen a la humanidad en este momento. Colectivamente, actúan como un órgano
de visión y sobre ellos constantemente brillan los rayos iluminadores de Tauro,
abriendo el ojo de luz en aquellos que están dispuestos a utilizar sus
revelaciones para el bien mayor. El grupo está simbolizado por Tauro, el toro,
avanzando apresuradamente hacia la divinidad y dejando a su paso una estela de
luz que ilumine el camino a seguir para aquellos que vienen detrás.
Colectivamente, este grupo de servidores es como sus
hermanos mayores, el Buda y el Cristo, un “agente de revelación” – un grupo
avatar – y todos los que sirven y aman a sus semejantes como almas, forman
parte de este grupo, y trabajan para superar el mal que obstruye la luz de la
revelación. A través de la lente de los medios de comunicación mundiales, vemos
claramente que hay todavía mucho trabajo por hacer a fin de despertar a las
personas a una forma de vida más iluminada. Debe tenerse en cuenta, sin
embargo, que algunos de los episodios aparentemente más oscuros que ocurren en
el escenario internacional son una respuesta sobre-estimulada a la creciente
afluencia de las energías espirituales en este momento. El bien siempre hace
surgir el mal a la superficie para que sea suprimido y, actualmente, está
emergiendo todo lo que se encuentra sin redimir en el subconsciente colectivo,
como una respuesta antagónica a la divina energía entrante del centro
planetario de Amor, la Jerarquía espiritual y el centro planetario de
Propósito, Shamballa.
También es útil recordar que así como hay una
Presencia divina en cada persona, grupo o nación, también hay una presencia
sombría – las fuerzas combinadas de todo lo que no es la expresión controlada
por el alma interna–. En un punto avanzado de la evolución, esta colección de
fuerzas oscuras materialistas se conjugan en un formidable e integrado oponente
para el alma. A veces se le llama el Morador en el Umbral, el cual intercepta
el contacto entre una persona, grupo o nación y su fuente de luz espiritual.
Para el observador superficial esto puede parecer catastrófico, pero una
observación más profunda puede revelarlo como la actividad de un proceso
espiritual – una oportunidad para
reconocer los obstáculos espirituales, que es lo que verdaderamente son–. De
una forma u otra, éstos deben ser superados, ya que el dolor del conflicto
persistirá hasta que se haga la elección correcta y finalmente la luz surja
triunfante.
Por eso vemos mucha introspección en este momento; a
menudo se expresa en el feroz conflicto interno que tiene lugar en las vidas de
muchos cuando se enfrentan a la oscuridad psicológica, y así descubren la luz
que brilla más allá de ella. Estos momentos de reconocimiento de los aspectos
irredentos de la naturaleza personal, constituyen esas “revelaciones menores”
que preceden al sendero de la iluminación. En un momento determinado en el
sendero espiritual, el impulso de Vulcano exhuma toda la escoria que hay dentro
de la psique, y el valiente reconocimiento de esta comprensión permite la gran
limpieza y purificación necesarias para que el intenso individualismo
finalmente dé paso a una forma de ser más iluminada y orientada grupalmente.
Para lograr esta limpieza es necesario un proceso de
desapego basado en una capacidad creciente para ver a través de la ilusión de
la vida en la forma, y comprender la manera en que el alma humana está
aprisionada por la materia, no por un agente externo, sino por el deseo
autogenerado por las cosas de la tierra. El Buda nos transmitió la luz de la
razón que revela la naturaleza de este auto aprisionamiento y el consiguiente
sufrimiento, así como el sendero de la ausencia de deseo y desapego que nos
saca de ellos. Las formas de los tres planos inferiores son símbolos de una
realidad interior y, para contactar con esa realidad, se tiene que superar el
error de confundir estos símbolos con la realidad. Esto no se logra fácilmente
porque durante muchos años la fuerza del deseo humano por las formas ha
generado una luz engañosa a su alrededor que distorsiona y encanta, a la cual
le damos el nombre de espejismo. El Buda enseñó cómo, a través de la práctica
de la ausencia de deseo y el desapego, la luz de la razón puede brillar a
través del espejismo, revelando la forma de salir de este estado de engaño.
Las fuerzas del deseo humano han creado tanto
espejismo que se han convertido en una niebla que gira alrededor del
desconcertado aspirante, distorsionando todo lo que ve y lo que contacta,
impidiéndole una percepción clara de la vida y de las condiciones circundantes
tal como ellas son. Cada respuesta emocional y cada vez que cedemos ante el
mundo del espejismo, sólo sirve para fortalecer su control de seducción
añadiendo capas de distorsión en el aura del discípulo, bloqueando la luz de
los reinos superiores que podrían iluminar el Sendero. Para liberar el cuerpo
astral del deseo e iniciar el proceso de desapego, se debe poner en acción la
mente racional. A través de un cambio de polarización en el cuerpo mental, una
filosofía de racionalización puede comenzar a penetrar el espejismo y a revelar
la salida. Esto es sólo el comienzo, este uso de la mente revela el noble
óctuple sendero del Buda, el sendero del filo de la navaja donde se logra un
equilibrio entre los planos de la materia y los planos del espíritu mediante la
práctica de la rectitud. En el Evangelio de Buda, por Paul Carus, leemos:
“La racionalidad es una espada de doble filo; ella
sirve tanto al propósito de amor así como al del odio. La racionalidad es la
plataforma en la cual permanece la verdad. Ninguna verdad es alcanzable sin la
razón. Sin embargo, en la mera racionalidad no hay cabida para la verdad,
aunque sea el instrumento que rija las cosas del mundo. El trono de verdad es
la rectitud, y la justicia, el amor y la buena voluntad son sus ornamentos. La
rectitud es el lugar en el cual mora la verdad y aquí, en las almas de la
humanidad que aspiran a la realización de la rectitud, hay un amplio espacio
para una revelación cada vez más rica de la verdad. Este es el evangelio del
Bendito”.
Cuando se medita en él, el término ‘rectitud’ (en
inglés, righteousness) transmite un gran poder y significado. Su etimología en
inglés antiguo corresponde a rightwise, que se divide en dos palabras, right
(correcto) y wise (sabio); el término en inglés revela una interesante
combinación de fuerzas. Si bien, la misma palabra right tiene muchos
significados, tales como ‘moralmente correcto’, ‘bueno’, ‘moverse en línea
recta’, etc., y la palabra wise evolucionó del significado de ‘ver’, ‘la forma
de proceder’, ‘conocer el camino’. Por consiguiente, la palabra ‘rectitud’
incorpora la idea de visión expandida y dirección espiritual, y es un
reconstituyente natural de la paz, la armonía y la plenitud. Su energía disipa
la complejidad de las relaciones cotidianas y las revitaliza por medio de
principios simples y dinámicos. Nuestro trabajo en estos festivales de luna
llena es ante todo de aspiración hacia la rectitud, como la simiente del nuevo
impulso religioso que se caracteriza por una inofensividad dinámica que no
excluye a nadie, y que abraza a todas las religiones considerándolas como las
vestiduras externas que proporcionan una forma de ritual ceremonial, desde el
cual puede hacerse un acercamiento a la divinidad.
Todos los grandes Hijos de Dios son llamados ‘soles de
rectitud’, y a medida que se desarrolla la Era de Acuario, con su énfasis en la
conciencia grupal, a los grupos espirituales que buscan la verdad se les otorga
la oportunidad de seguir Sus pasos, sólo para amar más plenamente. La magnitud
de la verdad revelada aumenta a medida que crece la habilidad de expresar rectitud.
Nuestro entendimiento y comprensión de las realidades internas dependen de
nuestra voluntad para expresar sus elementos subyacentes que Paul Carus
identificó en su libro “El Evangelio del Buda” como amor, rectitud y buena
voluntad.
El Buda es conocido por haber dicho que “Todas las
cosas están hechas de una esencia, pero todas ellas son diferentes según las
formas que asumen bajo las diferentes impresiones. A medida que se forman, así
actúan, y así como actúan, así son”. De esto podemos deducir que las malas
impresiones son las que distorsionan el pensamiento y, por lo tanto, el
comportamiento. La diversidad en la unidad debe ser apreciada, pero la
diversidad a través del pensamiento separatista y lleno de deseos es la gran
amenaza de la humanidad. Donde existe un alineamiento con la verdad, se puede
apreciar la rica diversidad de formas por lo que son, pero se impide la
generación de espejismo porque el observador se mantiene por encima de ellas,
en contacto con la esencia única de donde descendieron. A este respecto el
Tibetano escribió:
“El modo de manejar los asuntos del mundo, los
estados de conciencia y las condiciones en los tres mundos, es el que emplea el
discípulo y el iniciado, trabajando de arriba hacia abajo. El método es, en
realidad, la repetición del arco involutivo en el que así como el Creador, dirige externamente
desde un punto de ventaja- la energía, la fuerza y las fuerzas son dirigidas
hacia el mundo de los fenómenos y producen efectos definidos sobre la sustancia
de los tres planos. Este punto debe ser recordado muy cuidadosamente... Cuando
esta técnica es seguida correctamente, pone en actividad la intuición y es
revelado el mundo de significados (que se halla detrás del mundo de los
fenómenos), disipando de este modo la ilusión. Se conoce y ve a la verdad tal
cual es. Las formas del externo mundo fenoménico, (externo desde el ángulo del
alma, y por lo tanto abarcando los tres mundos de nuestra vida diaria) se ven
nada más que como símbolos de una Realidad interna y espiritual”.
El Festival de Wesak es un festival de la luz que
presenta una oportunidad para horadar los espejismos del mundo y polarizar la
conciencia en los niveles superiores del plano mental, a la luz del alma. No
hay mayor servicio que reorientar la conciencia hacia la mente superior
mediante una vida disciplinada y de meditación; por eso se nos ha pedido tratar
drásticamente nuestra naturaleza emocional como un acto de servicio a la
totalidad mayor. No hay atajos fáciles en este proceso, porque los hábitos del
deseo son antiguos y están profundamente arraigados.
Para nuestro aliento, es cierto que, uno por uno,
grupo por grupo, el proceso de desapego dará resultados a través de la práctica
de la ausencia de deseos, hasta que toda la humanidad supere finalmente su Morador
en el Umbral colectivo y permanezca libre en tiempo y espacio para realizar su
glorioso destino como una estación receptora y transmisora entre los reinos
superiores e inferiores de la naturaleza. Este estado humano – como agente de
distribución de las energías divinas – es lo que forma el verdadero eslabón
perdido en la evolución de la vida en la tierra, más que una criatura entre el
estado del mono y el humano. Y esta idea, de que la humanidad es un vínculo
consciente entre los reinos superiores e inferiores, puede no estar tan lejos
como pudiéramos pensar inicialmente, ya que millones de personas están
actualmente buscando un mayor significado en la vida y demostrando una mayor
responsabilidad por el bienestar del planeta.
Las energías liberadas en el momento del festival de
Wesak nos dan la oportunidad de capitalizar esta tendencia en los asuntos
humanos y estimular aún más su desarrollo. Es un momento en que la conciencia
de la humanidad puede estar impresionada en cierto grado con un sentido del
propósito divino a través del alineamiento planetario que se lleva a cabo con
la voluntad de Dios. Para crear este alineamiento, es necesario el trabajo del
Cristo y del Buda para preservar el contacto con el Señor del Mundo, lo que
permite crear cinco puntos de energía, que simboliza la estrella de cinco
puntas de la humanidad. Para el ojo de la mente, ésta es una imagen poderosa–
una estrella cuyos puntos son en el Señor del Mundo, el Buda, el Cristo, el
Manu y el Señor de la Civilización.
Haciendo uso de esta relación magnética y
geométrica, el Buda dice un gran mantram, asegurando que él se convierte en el
“Agente absorbente” de la Voluntad de Dios. Luego se nos describe que Él
utiliza la fuerza magnética del amor de Dios para atraer esta fuerza hacia Sí
Mismo y fijarla, antes de redirigirla. Después el Cristo – en nombre de la
Jerarquía – se convierte en el “Agente receptor” de esta potente energía, y los
siete grupos de Maestros que trabajan con los reinos humanos y subhumanos se
convierten (en respuesta a Su demanda) en “agentes rectores”, para la séptuple
expresión de esta fuerza. Hasta cierto punto, esta Voluntad de Dios se mantiene
en solución hasta la próxima luna llena – la de Géminis – donde, bajo la
dirección del Cristo, se libera en la conciencia humana.
A través de dicha actividad, el plan divino está
empezando a manifestarse en la tierra y la realidad del reino de las almas se
está revelando, aunque la humanidad aún no lo reconozca como tal. En el momento
de la luna llena de Wesak, los grupos esotéricos trabajan como parte de la
Jerarquía, cohesionando magnéticamente a la humanidad y a Shamballa en un
alineamiento más cercano y más dinámico. Este es el trabajo inspirador y
desafiante que tenemos ante nosotros esta noche –conectarnos con todas las
personas que en todo el mundo están formando un agente grupal unido de
revelación, para unir a la humanidad en una sola familia humana. La nota clave
de Tauro que nos integra como un grupo de trabajo es: “Veo, y cuando el ojo
está abierto, todo es luz”.
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