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martes, 20 de mayo de 2014

CONFERENCIA DADA POR CHRIS MORGAN, CON MOTIVO DEL FESTIVAL DE WESAK 2014, EN NUEVA YORK LOS AGENTES DE LA REVELACIÓN


CONFERENCIA DADA POR CHRIS MORGAN, CON MOTIVO DEL FESTIVAL DE WESAK 2014,  EN NUEVA YORK
LOS AGENTES DE LA REVELACIÓN


Buenas tardes amigos y sean todos bienvenidos. Esta noche, nuestro encuentro nos prepara para el momento culminante del calendario espiritual – el Festival de Wesak –, la mayor oportunidad del año para lograr la iluminación espiritual. Estas reuniones de luna llena son los cimientos de un nuevo acercamiento a la divinidad, en el cual cada signo revela un aspecto de la naturaleza de la luz. La luz de Wesak es transmitida a través de Tauro y proporciona una iluminación Suprema. Su regente esotérico, Vulcano, revela aquello que antes estaba profundamente oculto. A menudo se dice que Vulcano representa al Sol y, en Tauro, revela y transmite energía desde el corazón esotérico del Sol. Por esta razón, el antiguo mántram Védico, el Gayatri, parece una forma muy apropiada de comenzar nuestro trabajo. Así que, por un momento, hagamos una pausa para reflexionar y luego digamos en voz alta este mántram, en un acto unido de invocación grupal: 
El Gayatri
Oh Tú, sustentador del Universo,
De Quien todas las cosas proceden,
A Quien todas las cosas retornan,
Revélanos el rostro del verdadero Sol Espiritual,
Oculto por un disco de luz dorada,
Para que conozcamos la verdad,
y cumplamos con todo nuestro deber,
Mientras nos encaminamos hacia Tus sagrados pies. OM 
El festival Wesak es el gran festival del Buda; en este momento nos unimos en celebración con todos los seguidores del budismo alrededor del mundo, y con los miles de personas de buena voluntad, meditadores y servidores de la raza que conscientemente aprovechan esta oportunidad para alinearse con las energías que son vertidas en el planeta en el momento de la luna llena de Tauro. La leyenda dice que en este momento cada año, el Buda hace una breve aparición en un remoto valle del Himalaya para bendecir al mundo y transmitir a través de su hermano, el Cristo, vida espiritual renovada. 
De numerosos Avatares, dos de los más grandes son el Buda y el Cristo que han cumplido su función en las revelaciones impulsoras del avance de la conciencia humana en los momentos críticos de su evolución. Son perfectos representantes del Amor-Sabiduría y, a través de los tiempos, su trabajo como agentes de la revelación ha traído mayores niveles de Luz, Amor y Propósito a la conciencia humana. En el momento del festival de Wesak, el Buda y el Cristo forman un Triángulo de energía con el Señor del Mundo a través del cual se transmite a la conciencia humana un potente mensaje subjetivo de que el corazón del sistema solar es de una compasión inalterable. 
La potencia espiritual de esta revelación es tal que tiene que ser amortiguada para que la humanidad soporte la presión de su impacto, y esto ha llevado a que en el seno de la propia humanidad surja un intermediario– un grupo subjetivo de pensadores iluminados que están unidos en su intención de servir y revelar–. En las enseñanzas de Alice Bailey se les denomina “el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo”; este grupo es responsable de estimular el aumento de la buena voluntad y la compasión que muchos expresan hoy en día en todo el planeta. Los miembros de este grupo están trabajando, ya sea consciente o inconscientemente, con energías específicas liberadas por el Señor del Mundo, el Buda y el Cristo. El grupo está formado por los servidores del mundo de todos los orígenes, religiones y filosofías, y se compone de aquellos que responden en diversos grados a las influencias superiores que afluyen a la humanidad en este momento. Colectivamente, actúan como un órgano de visión y sobre ellos constantemente brillan los rayos iluminadores de Tauro, abriendo el ojo de luz en aquellos que están dispuestos a utilizar sus revelaciones para el bien mayor. El grupo está simbolizado por Tauro, el toro, avanzando apresuradamente hacia la divinidad y dejando a su paso una estela de luz que ilumine el camino a seguir para aquellos que vienen detrás. 
Colectivamente, este grupo de servidores es como sus hermanos mayores, el Buda y el Cristo, un “agente de revelación” – un grupo avatar – y todos los que sirven y aman a sus semejantes como almas, forman parte de este grupo, y trabajan para superar el mal que obstruye la luz de la revelación. A través de la lente de los medios de comunicación mundiales, vemos claramente que hay todavía mucho trabajo por hacer a fin de despertar a las personas a una forma de vida más iluminada. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que algunos de los episodios aparentemente más oscuros que ocurren en el escenario internacional son una respuesta sobre-estimulada a la creciente afluencia de las energías espirituales en este momento. El bien siempre hace surgir el mal a la superficie para que sea suprimido y, actualmente, está emergiendo todo lo que se encuentra sin redimir en el subconsciente colectivo, como una respuesta antagónica a la divina energía entrante del centro planetario de Amor, la Jerarquía espiritual y el centro planetario de Propósito, Shamballa. 
También es útil recordar que así como hay una Presencia divina en cada persona, grupo o nación, también hay una presencia sombría – las fuerzas combinadas de todo lo que no es la expresión controlada por el alma interna–. En un punto avanzado de la evolución, esta colección de fuerzas oscuras materialistas se conjugan en un formidable e integrado oponente para el alma. A veces se le llama el Morador en el Umbral, el cual intercepta el contacto entre una persona, grupo o nación y su fuente de luz espiritual. Para el observador superficial esto puede parecer catastrófico, pero una observación más profunda puede revelarlo como la actividad de un proceso espiritual –  una oportunidad para reconocer los obstáculos espirituales, que es lo que verdaderamente son–. De una forma u otra, éstos deben ser superados, ya que el dolor del conflicto persistirá hasta que se haga la elección correcta y finalmente la luz surja triunfante. 
Por eso vemos mucha introspección en este momento; a menudo se expresa en el feroz conflicto interno que tiene lugar en las vidas de muchos cuando se enfrentan a la oscuridad psicológica, y así descubren la luz que brilla más allá de ella. Estos momentos de reconocimiento de los aspectos irredentos de la naturaleza personal, constituyen esas “revelaciones menores” que preceden al sendero de la iluminación. En un momento determinado en el sendero espiritual, el impulso de Vulcano exhuma toda la escoria que hay dentro de la psique, y el valiente reconocimiento de esta comprensión permite la gran limpieza y purificación necesarias para que el intenso individualismo finalmente dé paso a una forma de ser más iluminada y orientada grupalmente. 
Para lograr esta limpieza es necesario un proceso de desapego basado en una capacidad creciente para ver a través de la ilusión de la vida en la forma, y comprender la manera en que el alma humana está aprisionada por la materia, no por un agente externo, sino por el deseo autogenerado por las cosas de la tierra. El Buda nos transmitió la luz de la razón que revela la naturaleza de este auto aprisionamiento y el consiguiente sufrimiento, así como el sendero de la ausencia de deseo y desapego que nos saca de ellos. Las formas de los tres planos inferiores son símbolos de una realidad interior y, para contactar con esa realidad, se tiene que superar el error de confundir estos símbolos con la realidad. Esto no se logra fácilmente porque durante muchos años la fuerza del deseo humano por las formas ha generado una luz engañosa a su alrededor que distorsiona y encanta, a la cual le damos el nombre de espejismo. El Buda enseñó cómo, a través de la práctica de la ausencia de deseo y el desapego, la luz de la razón puede brillar a través del espejismo, revelando la forma de salir de este estado de engaño. 
Las fuerzas del deseo humano han creado tanto espejismo que se han convertido en una niebla que gira alrededor del desconcertado aspirante, distorsionando todo lo que ve y lo que contacta, impidiéndole una percepción clara de la vida y de las condiciones circundantes tal como ellas son. Cada respuesta emocional y cada vez que cedemos ante el mundo del espejismo, sólo sirve para fortalecer su control de seducción añadiendo capas de distorsión en el aura del discípulo, bloqueando la luz de los reinos superiores que podrían iluminar el Sendero. Para liberar el cuerpo astral del deseo e iniciar el proceso de desapego, se debe poner en acción la mente racional. A través de un cambio de polarización en el cuerpo mental, una filosofía de racionalización puede comenzar a penetrar el espejismo y a revelar la salida. Esto es sólo el comienzo, este uso de la mente revela el noble óctuple sendero del Buda, el sendero del filo de la navaja donde se logra un equilibrio entre los planos de la materia y los planos del espíritu mediante la práctica de la rectitud. En el Evangelio de Buda, por Paul Carus, leemos: 
“La racionalidad es una espada de doble filo; ella sirve tanto al propósito de amor así como al del odio. La racionalidad es la plataforma en la cual permanece la verdad. Ninguna verdad es alcanzable sin la razón. Sin embargo, en la mera racionalidad no hay cabida para la verdad, aunque sea el instrumento que rija las cosas del mundo. El trono de verdad es la rectitud, y la justicia, el amor y la buena voluntad son sus ornamentos. La rectitud es el lugar en el cual mora la verdad y aquí, en las almas de la humanidad que aspiran a la realización de la rectitud, hay un amplio espacio para una revelación cada vez más rica de la verdad. Este es el evangelio del Bendito”. 
Cuando se medita en él, el término ‘rectitud’ (en inglés, righteousness) transmite un gran poder y significado. Su etimología en inglés antiguo corresponde a rightwise, que se divide en dos palabras, right (correcto) y wise (sabio); el término en inglés revela una interesante combinación de fuerzas. Si bien, la misma palabra right tiene muchos significados, tales como ‘moralmente correcto’, ‘bueno’, ‘moverse en línea recta’, etc., y la palabra wise evolucionó del significado de ‘ver’, ‘la forma de proceder’, ‘conocer el camino’. Por consiguiente, la palabra ‘rectitud’ incorpora la idea de visión expandida y dirección espiritual, y es un reconstituyente natural de la paz, la armonía y la plenitud. Su energía disipa la complejidad de las relaciones cotidianas y las revitaliza por medio de principios simples y dinámicos. Nuestro trabajo en estos festivales de luna llena es ante todo de aspiración hacia la rectitud, como la simiente del nuevo impulso religioso que se caracteriza por una inofensividad dinámica que no excluye a nadie, y que abraza a todas las religiones considerándolas como las vestiduras externas que proporcionan una forma de ritual ceremonial, desde el cual puede hacerse un acercamiento a la divinidad. 
Todos los grandes  Hijos de Dios son llamados ‘soles de rectitud’, y a medida que se desarrolla la Era de Acuario, con su énfasis en la conciencia grupal, a los grupos espirituales que buscan la verdad se les otorga la oportunidad de seguir Sus pasos, sólo para amar más plenamente. La magnitud de la verdad revelada aumenta a medida que crece la habilidad de expresar rectitud. Nuestro entendimiento y comprensión de las realidades internas dependen de nuestra voluntad para expresar sus elementos subyacentes que Paul Carus identificó en su libro “El Evangelio del Buda” como amor, rectitud y buena voluntad. 
El Buda es conocido por haber dicho que “Todas las cosas están hechas de una esencia, pero todas ellas son diferentes según las formas que asumen bajo las diferentes impresiones. A medida que se forman, así actúan, y así como actúan, así son”. De esto podemos deducir que las malas impresiones son las que distorsionan el pensamiento y, por lo tanto, el comportamiento. La diversidad en la unidad debe ser apreciada, pero la diversidad a través del pensamiento separatista y lleno de deseos es la gran amenaza de la humanidad. Donde existe un alineamiento con la verdad, se puede apreciar la rica diversidad de formas por lo que son, pero se impide la generación de espejismo porque el observador se mantiene por encima de ellas, en contacto con la esencia única de donde descendieron. A este respecto el Tibetano escribió: 
“El modo de manejar los asuntos del mundo, los estados de conciencia y las condiciones en los tres mundos, es el que emplea el discípulo y el iniciado, trabajando de arriba hacia abajo. El método es, en realidad, la repetición del arco involutivo en el que  así como el Creador, dirige externamente desde un punto de ventaja- la energía, la fuerza y las fuerzas son dirigidas hacia el mundo de los fenómenos y producen efectos definidos sobre la sustancia de los tres planos. Este punto debe ser recordado muy cuidadosamente... Cuando esta técnica es seguida correctamente, pone en actividad la intuición y es revelado el mundo de significados (que se halla detrás del mundo de los fenómenos), disipando de este modo la ilusión. Se conoce y ve a la verdad tal cual es. Las formas del externo mundo fenoménico, (externo desde el ángulo del alma, y por lo tanto abarcando los tres mundos de nuestra vida diaria) se ven nada más que como símbolos de una Realidad interna y espiritual”. 
El Festival de Wesak es un festival de la luz que presenta una oportunidad para horadar los espejismos del mundo y polarizar la conciencia en los niveles superiores del plano mental, a la luz del alma. No hay mayor servicio que reorientar la conciencia hacia la mente superior mediante una vida disciplinada y de meditación; por eso se nos ha pedido tratar drásticamente nuestra naturaleza emocional como un acto de servicio a la totalidad mayor. No hay atajos fáciles en este proceso, porque los hábitos del deseo son antiguos y están profundamente arraigados. 
Para nuestro aliento, es cierto que, uno por uno, grupo por grupo, el proceso de desapego dará resultados a través de la práctica de la ausencia de deseos, hasta que toda la humanidad supere finalmente su Morador en el Umbral colectivo y permanezca libre en tiempo y espacio para realizar su glorioso destino como una estación receptora y transmisora entre los reinos superiores e inferiores de la naturaleza. Este estado humano – como agente de distribución de las energías divinas – es lo que forma el verdadero eslabón perdido en la evolución de la vida en la tierra, más que una criatura entre el estado del mono y el humano. Y esta idea, de que la humanidad es un vínculo consciente entre los reinos superiores e inferiores, puede no estar tan lejos como pudiéramos pensar inicialmente, ya que millones de personas están actualmente buscando un mayor significado en la vida y demostrando una mayor responsabilidad por el bienestar del planeta. 
Las energías liberadas en el momento del festival de Wesak nos dan la oportunidad de capitalizar esta tendencia en los asuntos humanos y estimular aún más su desarrollo. Es un momento en que la conciencia de la humanidad puede estar impresionada en cierto grado con un sentido del propósito divino a través del alineamiento planetario que se lleva a cabo con la voluntad de Dios. Para crear este alineamiento, es necesario el trabajo del Cristo y del Buda para preservar el contacto con el Señor del Mundo, lo que permite crear cinco puntos de energía, que simboliza la estrella de cinco puntas de la humanidad. Para el ojo de la mente, ésta es una imagen poderosa– una estrella cuyos puntos son en el Señor del Mundo, el Buda, el Cristo, el Manu y el Señor de la Civilización. 
Haciendo uso de esta relación magnética y geométrica, el Buda dice un gran mantram, asegurando que él se convierte en el “Agente absorbente” de la Voluntad de Dios. Luego se nos describe que Él utiliza la fuerza magnética del amor de Dios para atraer esta fuerza hacia Sí Mismo y fijarla, antes de redirigirla. Después el Cristo – en nombre de la Jerarquía – se convierte en el “Agente receptor” de esta potente energía, y los siete grupos de Maestros que trabajan con los reinos humanos y subhumanos se convierten (en respuesta a Su demanda) en “agentes rectores”, para la séptuple expresión de esta fuerza. Hasta cierto punto, esta Voluntad de Dios se mantiene en solución hasta la próxima luna llena – la de Géminis – donde, bajo la dirección del Cristo, se libera en la conciencia humana. 
A través de dicha actividad, el plan divino está empezando a manifestarse en la tierra y la realidad del reino de las almas se está revelando, aunque la humanidad aún no lo reconozca como tal. En el momento de la luna llena de Wesak, los grupos esotéricos trabajan como parte de la Jerarquía, cohesionando magnéticamente a la humanidad y a Shamballa en un alineamiento más cercano y más dinámico. Este es el trabajo inspirador y desafiante que tenemos ante nosotros esta noche –conectarnos con todas las personas que en todo el mundo están formando un agente grupal unido de revelación, para unir a la humanidad en una sola familia humana. La nota clave de Tauro que nos integra como un grupo de trabajo es: “Veo, y cuando el ojo está abierto, todo es luz”.


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