LA VENIDA DE LOS SEÑORES DE LA LLAMA (VBA)
“Su
vestido era blanco como nieve,
Su
cabellera como la lana limpísima;
Su
trono, llamas de fuego;
Sus
ruedas, llamaradas.
Un
río impetuoso de fuego
Brotaba
delante de Él.
Miles
y miles le servían,
Millones
estaban a sus órdenes…
El
profeta Daniel vio, así, al Anciano. Y tras las siempre presentes huellas del
Anciano hoy vamos a viajar al Oriente más lejano. A un punto del Oriente que,
entrados en él, bien podríamos hallarnos en la totalidad del planeta, ya que,
todo el planeta, y las infinitas conciencias que lo habitan, sean cuales sean
los reino, están incluidas en la Conciencia de los Grandes Seres que,
llamados “Los Señores de la Llama ”,
trabajan para que los dones de Luz, Amor y
Poder que proceden de nuestro Dios particular, el Logos Planetario,
asistan a todas sus criaturas a través de los Cuatro Grandes Kumaras, al frente
de los que se halla Sanat Kumara, el “Joven de los Eternos veranos”, “El
Anciano de los Dias”… Su procedencia… Venus. Su hogar… Shamballa. Y despertando
la intuición en nuestro corazón, allí nos dirigimos…
"Sanat
Kumara, nombre bajo el cual es conocida esotéricamente la poderosa Entidad
venusiana, aceptó la misión que se le ofrecía como un Acto de Servicio y
Sacrificio Creador, y "dejando la Paz de los Altos Lugares", tal como
puede ser leído en algunos de los pasajes de "El Libro de los
Iniciados", descendió a la Tierra. Vino acompañado de tres de Sus
exaltados Discípulos de Su Ashrama en el planeta Venus, y estas cuatro
Entidades cósmicas son definidas en lenguajes esotérico y místico como
"Los Cuatro Kumaras" y también como "Los Señores de la Llama
". Sanat Kumara, sus tres grandes discípulos y 101 entidades venusianas, a
instaurar en la Tierra la Gran Fraternidad Blanca. “Aterrizaron en la Isla Blanca de Shamballa”,
en el Mar de Gobi. No conocemos hoy el mar de Gobi y tampoco la Isla Blanca ,
pero el anclaje de Shamballa sí está allí, en el fondo del desierto de Gobi,
guardado por los asuras y por los grandes devas planetarios. Lugares
inaccesibles a menos que se posean unas ciertas iniciaciones planetarias.
Allí
Fue iniciada, establecida y estructurada la Gran Jerarquía Espiritual, o Gran
Fraternidad Blanca, que ya desde aquel momento debería regir los destinos
espirituales y cíclicos de la Tierra y elevar la sintonía de todos los Reinos
de la naturaleza.
Asi,
la Sede de esta Jerarquía se halla en Shamballa, un centro en el desierto de
Gobi, llamado en los libros antiguos "Isla Blanca". Existe en materia
etérica, y cuando la raza de los hombres haya desarrollado la visión etérica en
la Tierra , se conocerá su ubicación y será aceptada su existencia.
Llegaron
a fin de constituir puntos focales de fuerza planetaria y ayudar en el gran
plan para el desarrollo auto consciente de toda vida. Sus lugares han sido
ocupados gradualmente por los hijos de los hombres, a medida que se han
capacitado para ello.
Su
trabajo fue:
1.
Cerrar la puerta por donde los hombres animales pasaban al reino humano, no permitiendo
a las mónadas de los planos superiores tomar cuerpo por un tiempo.
2.
Abrir otra puerta a esos miembros de la familia humana que se hallaban
dispuestos a someterse a la disciplina necesaria y hacer el gran esfuerzo
requerido, y permitirles entrar en el quinto reino o espiritual.
Igualmente
su llegada elevó la vibración de los distintos reinos de la Naturaleza.
Igualmente se dice que aportaron al planeta Tierra nuevas especias vegetales y
animales tales como los cereales, la vid, los abejas y las hormigas, entre
otros.
(Textos
extraídos de libros y conf. De VBA + Iniciación Humana y Solar de A. A. Bailey)
Vicente
Beltrán Anglada en su libro “Diario Secreto de un Discípulo”, en el capítulo V,
nos relata una Tercera Iniciación, que como todos saben, la diferencia
fundamental con las dos primeras, es que el Hierofante en lugar de ser el
Cristo como Instructor del Mundo, lo es el propio Sanat Kumara, el Señor de
Shamballa o el Señor del Mundo. Abreviando un poco el relato nos dice:
“Serenamente
expectantes, tanto mis compañeros del Ashrama como yo, estábamos aguardando la
llegada de las altas Entidades espirituales que debían colaborar en el
desarrollo de la Ceremonia. Nuestro corazón -hablo al menos en un sentido
particular de lo que sentía en aquellos momentos- estaba profundamente
embargado por una dulce, cálida y al propio tiempo dinámica emoción, pues todos
sabíamos que en aquella Ceremonia iniciática el Hierofante era el propio SEÑOR
DEL MUNDO.
En
el lugar adecuado vimos a nuestro Maestro que acompañaba al Hermano J.,
compañero del Ashram que tomaría la tercera Iniciación.
Formando
un pequeño grupo aparte, vimos a los tres grandes Señores, el MANU, el
BODHISATTVA y el MAHACHOHAN, conversando entre sí mientras estaban a la espera del
momento de la Ceremonia Iniciática.
Algo
más allá pudimos observar la presencia de algunos Chohanes, entre Ellos el
Maestro Morya y el Maestro Kut-Humi, Quienes -según nos había advertido el
Maestro- serían los Adeptos que apadrinarían a nuestro Hermano y deberían ser
los receptores de la energía del Diamante Flamígero antes de penetrar en el
cuerpo causal del Candidato a la Iniciación.
Tres
potentísimos focos de luz más resplandecientes que la Luz imperante en el lugar
(como ustedes se darán cuenta, me veo obligado a expresarme en unos términos
que no son una fidedigna representación de lo que se percibe en ciertas
dimensiones superiores del Espacio) estaban moviéndose rítmicamente en cierto
punto definido preparando la venida del SEÑOR DEL MUNDO. Colegí intuitivamente
que se trataba de los SEÑORES DE LA LLAMA , de los tres BUDAS que secundaban el
trabajo creador de SANAT KUMARA cuya percepción directa no correspondía todavía
a mi evolución espiritual (nos dice Vicente).
En
un momento determinado, y como obedeciendo a un mágico conjuro, los grupos de
Iniciados formaron varios semicírculos alrededor de la zona de luz ocupada por
los SEÑORES DE LA LLAMA. La reunión conjunta de los Maestros de todos los
Ashramas y de sus respectivos grupos de Iniciados, la Presencia de los Grandes
Señores de los Departamentos de la Política , de las Religiones y de la
Civilización , de los Chohanes de Rayo, de los Señores de la Llama y de las
esplendentes huestes de Ángeles superiores, creaban una atmósfera de
potentísima expectación y sereno dinamismo que en ciertos momentos creí que no
sería capaz de resistir.
En
un momento determinado, nuestro Maestro se adelantó del grupo que formaba con
otros Maestros y vino a buscar al Hermano J., que se hallaba en nuestro grupo,
y lo presentó al BODHISATTVA. Éste acogió al candidato con una amable y
bondadosa sonrisa y, a su vez, lo presentó a los Maestros Morya y Kut-Humi,
Quienes lo situaron entre ambos, estrechándole las manos y dándole confianza.
Todo estaba dispuesto ya para la celebración de la Ceremonia. Los tres Grandes
SEÑORES DE LA LLAMA constituyeron entonces un Triángulo equilátero,
"orientaron Su Faz hacia Oriente e invocaron al GRAN SEÑOR", al
HIEROFANTE PRESENTE EN TODAS LAS INICIACIONES. Se produjo en aquellos momentos
un grado de expectación eternamente indescriptible. Una "música
celestial" modulada por los Ángeles recorrió todo el recinto rasgando a
extremos indecibles los éteres del ambiente. Una LUZ superior a todas las luces
se adueñó entonces del espacio donde se hallaba reunida la Gran Fraternidad y
esta LUZ, la LUZ de SANAT KUMARA, se proyectó como un foco de energía en el
Triángulo formado por los SEÑORES DE LA LLAMA ocupando el centro del mismo.
Desde allí y ocupando el vértice superior del Triángulo constituido por ÉL y
los Maestros Morya y Kut-Humi, invitó a nuestro Hermano J. a situarse ante Su
poderosa Presencia. En aquellos momentos empezó lo que en términos esotéricos
llamamos Ceremonia Iniciática...
Una
gran red de energía espiritual trascendente impedía la percepción de lo que
ocurría en el Centro místico de los dos
Triángulos entrelazados formados por los tres SEÑORES DE LA LLAMA y por los
Chohanes M. y KH. y el propio SEÑOR DEL MUNDO, que en tal disposición ocupaba
el Centro de ambos Triángulos.
Sólo
me era posible percibir formas geométricas, la de los dos Triángulos
entrelazados y la Estrella de nueve puntas refulgiendo extraordinariamente en
el centro de tales Triángulos que es el Emblema de las nueve Iniciaciones
recibidas por SANAT KUMARA en el Esquema de Venus.
En
un momento determinado, una Luz intensísima de color azul índigo, expresión
dinámica de las energías de segundo Rayo de Amor-Sabiduría omnipotente en
nuestro Sistema Solar, fue perceptible a mi visión y durante cierto tiempo
quedé como cegado, sin percibir otra cosa que su luminoso dinamismo. Comprendí
de inmediato que se trataba de la radiación mística del Cetro de Poder, o
Diamante Flamígero que empuñaba el SEÑOR DEL MUNDO, la maravillosa aportación
del Esquema venusiano a nuestro Esquema terrestre, que en aquellos momentos era
aplicado al cuerpo causal de nuestro Hermano J., dotándole del poder inherente
a aquella Iniciación que estaba siéndole conferida...
Ya,
al final de la Ceremonia, vi perfectamente que el SEÑOR DEL MUNDO estaba
abrazando a nuestro Hermano J., y que instantes después formando un grupo con
los SEÑORES DE LA LLAMA fueron disipándose, fundiéndose con el Espacio.
Quedaron allí los demás Maestros, los Chohanes de Rayo y los Guías de Departamentos,
el MANU, el Señor MAITREYA y el MAHACHOHAN, que se acercaron al Hermano J.
felicitándole por la Iniciación que acababa de serle conferida, bendiciéndole
con todo amor e incitándole a proseguir sus trabajos y actos de Servicio en
bien de la Gran Fraternidad y del mundo entero.
"Diario
Secreto de un Discípulo", Capítulo V, por Vicente Beltrán Anglada
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