LA INICIACION ESPIRITUAL DEL HOMBRE (VBA)
La expansión de conciencia en el reino humano, técnicamente
descrita como “Iniciación espiritual", es el mayor de los misterios de
SHAMBALLA y lleva –tal como puede leerse en EL LIBRO DE LOS INICIADOS– “...el
Sello del propio Dios..." Es la culminación de un vasto plan planetario
dentro del cual ha de ser evidenciada la verdad contenida en los textos
bíblicos: "el Hombre es hecho a imagen y semejanza del Creador".
Todo cuanto vayamos estudiando acerca del proceso iniciático estará inmerso,
por lo tanto, en la intención del Logos planetario de ser conciente a través de
los seres humanos, de la gloria infinita de Su propia creación en la vida de la
Naturaleza, pues por sus peculiares características dentro de este séptuple
esquema planetario, el cuarto reino humano, ocupa el centro místico de la
evolución, estando situado entre los tres reinos superiores, el divino o
solar, el espiritual o planetario y el superhumano, y los tres inferiores, el
animal, el vegetal y el mineral.
Pero, antes de emprender el estudio de la actividad
iniciática que se realiza en el Centro de SHAMBALLA, deberíamos considerar los
métodos preliminares, o preparatorios a que han de sujetarse aquellos hijos de
los hombres que anhelan ardientemente convertirse en Hijos de Dios.
Resumiremos brevemente el proceso preliminar que precede a la Iniciación
espiritual de los Hijos de los Hombres, en las tres siguientes etapas:
1.
De
OBSERVACION en el AULA DE LA IGNORANCIA
o del APRENDIZAJE, cualificando la etapa del Aspirante espiritual.
2.
De
ACEPTACIÓN en el Aula del CONOCIMIENTO, que cualifica la etapa del Discípulo.
3.
De
VINCULACION en el Aula de la
Sabiduría, que determina la etapa del Iniciado.
En la etapa inicial, definida ocultamente como de preparación
mística, el aspirante espiritual se halla sujeto a la atenta observación y
vigilancia de algún cualificado discípulo perteneciente a determinado Ashrama
de la Jerarquía espiritual del planeta, con la misión de informar
periódicamente al Maestro que es Guía y Mentor espiritual del mismo, de los
progresos espirituales observados en la vida de aquel aspirante.
Si el aspirante demuestra voluntad, persistencia y
anhelos de servicio, se le acepta entonces en un Ashrama, el que kármicamente
le corresponde en razón de su Rayo y allí, en contacto con el Maestro que
constituye un poderoso Centro de Poder espiritual, aprende ciertos aspectos
definidos de la vida interna o espiritual, los cuales, una vez que han sido
convenientemente asimilados y convertidos en experiencia personal, le
permitirán acceder a las dos Iniciaciones preliminares, llamadas
"menores”, que le introducirán en ciertos misterios de orden relativos
pero que constituirán las Puertas de entrada al Aula de la Sabiduría, donde "se
agitan gozosos" –tal como dice la tradición hermética– los Misterios
mayores.
Vamos a examinar ante todo estas dos Iniciaciones
menores. Son la antesala –si podemos decirlo así– de las iniciaciones mayores,
esotéricamente descritas como jerárquicas. Suelen impartirse en grupo y en el
interior de alguna de aquellas misteriosas estancias a las que hicimos
anteriormente referencia, al comentar sobre el contenido histórico y espiritual
de la séptima Esfera de SHAMBALLA.
Puede suceder, sin embargo, que por razones especiales
que sólo conoce el Maestro, estas dos iniciaciones las reciba el discípulo en
forma individual,
La estancia iniciática a la que hacemos referencia se
encuentra profusamente iluminada por la luz etérica que corresponde a aquel
definido nivel. Hay en el centro de la misma una especie de altar de finísimo
cristal de roca que descompone la luz etérica en polícromas irisaciones que le
prestan a la estancia un mágico e indecible encanto. En el momento de
impartirse la iniciación se hallan presentes tres Adeptos de la Jerarquía; uno
de Ellos de categoría espiritual equivalente a la de CHOHAN, ocupa el centro
del altar y empuña un Cetro de poder de brillante y desconocido metal, que
despide áureos resplandores y lleva en su extremo superior un grueso rubí
labrado en forma de punta de lanza. Los otros dos Adeptos se sitúan uno a cada
lado del discípulo a ser iniciado –si se trata de una iniciación de carácter
individual– o a ambos extremos del grupo, si la iniciación tiene carácter
grupal. En tal caso, el grupo adopta la forma de un semicírculo alrededor del
altar, de manera que en el centro queda el Maestro Hierofante y a cada lado del
grupo los dos Maestros que actúan como Padrinos de los discípulos que van a
recibir la iniciación.
La ceremonia que se realiza es muy parecida –ya que la
analogía rige ocultamente todo el proceso iniciático – a las que tienen lugar
en las Iniciaciones mayores o jerárquicas; lo único que difiere sensiblemente
entre unas y otras es la intensidad y cualidad ígnea de la energía que surge
del Cetro de Poder. En todo tipo de Iniciación, mayor o menor, la regla
esotérica se basa en la fórmula mística "...cada cual ha de recibir según
sea su medida".
En el momento estelar o cumbre de estas Iniciaciones
menores, el Hierofante eleva Su Cetro hacia lo Alto y pronuncia la fórmula
mágica o mantrámica: "¿SEÑOR, HAGO ESTO EN TU NOMBRE?" Se abren
entonces los éteres ambientales y como prueba de aquiescencia, aparece fúlgida
y brillante encima del Hierofante, la estrella mística de cinco puntas de un
intenso y brillante color azul índigo del BODHISATTVA, el Instructor del Mundo,
Maestro de Maestros, de Ángeles y de Hombres, Quien es el Representante del
SEÑOR DEL MUNDO, el INICIADOR UNICO del planeta; son estas dos Iniciaciones
menores y las dos próximas Iniciaciones, de carácter Mayor o jerárquicas las
que constituyen las Puertas de Entrada dentro de la corriente de Vida espiritual
de la Gran Fraternidad Blanca de la Tierra.
Suelen asistir a estas Iniciaciones menores numerosos
discípulos de los Ashramas de los Maestros, que han sido especialmente
invitados a estas ceremonias. Además, un grupo específico de Devas superiores
del mismo Rayo del candidato o candidatos, algunos Iniciados de la Jerarquía
espiritual que aportan Su concurso y colaboración a aquella ceremonia
jerárquica de "preparación para los Misterios mayores” y los tres Maestros
anteriormente descriptos. En todo caso, el poder de SHAMBALLA se halla
omnipresente en todas y cada una de las fases de aquel ritual mágico, flotando
como mística esencia de fuego dentro del recinto iniciático.
Una vez recibidas estas dos iniciaciones menores o
preliminares, podrá penetrar el discípulo en las interioridades del Ashrama,
en aquellas profundísimas e ignoradas zonas espirituales que ocultamente
definimos como “El Corazón del Maestro” y empezar a recorrer desde allí la
tercera y última etapa de preparación mística que ha de convertirle en un
perfecto Iniciado y en un verdadero Hijo de Dios.
La tercera etapa, definida técnicamente como de
"Vinculación en el Aula de la Sabiduría”, revela claramente las
posibilidades del discípulo de penetrar más profundamente en el Cuerpo de
Misterios del Logos planetario, a través del Corazón de su Maestro, Quien
durante toda esa etapa, asumirá la responsabilidad directa del discípulo,
preparándole individualmente en el seno del Ashrama para que pueda dar los
pasos necesarios que han de llevarle ante el Portal de las Iniciaciones
mayores, que sólo se abre ante los verdaderos Discípulos espirituales,
probados en el fuego de la prueba y fieles intérpretes en el mundo de aquel
insigne propósito redentor "que los Maestros conocen y sirven".
El Maestro instruirá a este discípulo o al grupo de
discípulos "dentro de Su Corazón”, de manera muy directa y particular,
pues los últimos pasos del discípulo en su recorrido en el difícil Sendero que
conduce ante el Portal de las grandes Iniciaciones, suelen ser los más
espinosos y resbaladizos. En el devenir de los mismos el discípulo ha de descender
a las cuevas místicas donde se halla escrita la historia del planeta y extraer
de allí la gran experiencia del tiempo, recorriendo con ayuda de la percepción
clarividente y de la psicometría (circunstancialmente desarrolladas), todo su
pasado kármico. Entonces con ayuda de su potente decisión y aspiración intensa,
“borra los estigmas del mal que pudo producir a través de las edades” y de sus
múltiples ciclos de encarnaciones, sin sentirse tentado ni magnéticamente
atraído por los incidentes kármicos que los produjeron ni por los Egos que
formaron parte de su entorno familiar o social en aquellas épocas, más o menos
lejanas.
Este descenso místico a las cuevas históricas del planeta
está muy bien descrito en las palabras del Evangelio: "Jesús descendió a
los Infiernos y después subió a los Cielos" y tiene por objeto robustecer
la voluntad del discípulo y dotarle de la coraza del desapasionamiento y del
desapego hacia las obras del tiempo, a fin de que, convenientemente templada y
llena de virtud espiritual, pueda penetrar definitivamente en la corriente de
vida iniciática que lleva a lo eterno.
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