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sábado, 21 de septiembre de 2013

CREACIÓN Y DISIPACIÓN DEL ESPEJISMO




CREACIÓN Y DISIPACIÓN DEL ESPEJISMO
Recopilación de textos del Maestro D.K. “El Tibetano”


Al resumir alguna información que he dado respecto a los cuatro aspectos del espejismo, quisiera que estudien cuidadosa­mente la siguiente clasificación:

1       Un sentido incipiente de Maya apareció en la época lemu­riana, pero no existían el verdadero espejismo ni la ilu­sión.

2       El Espejismo apareció en los primeros días Atlantes.

3       La Ilusión apareció entre los seres humanos más avanza­dos, en posteriores días Atlantes, y será el factor que con­trolará a nuestra raza Aria. 

4      El Morador en el Umbral llegará a su pleno poder al final de esta raza, la Aria, y en las vidas de todos los iniciados, antes de pasar la tercera iniciación.

5      Los reinos subhumanos de la naturaleza están libres de la ilusión y del espejismo, pero se hallan sumergidos en el maya mundial.

6      El Buda y Sus 900 arhats asestaron el primer golpe al es­pejismo mundial cuando Él promulgó las Cuatro Nobles Verdades. El Cristo asestó el segundo golpe al enseñar la na­turaleza de la responsabilidad individual y la hermandad. El próximo golpe será asestado por el Nuevo Grupo de Ser­vidores del Mundo, dirigido por el Cristo y Sus discípulos, simbólicamente descritos: "El Cristo y sus 9.000 iniciados".

Las cuatro notas clave para la solución del espejismo son: Intuición... Iluminación... Inspiración... El Ángel de la Presencia. 

Llamaré la atención sobre el hecho de que todo el problema con­cierne al uso o abuso de la fuerza o energía, y que muchos con­ceptos se aclararán en sus mentes si comprenden tres cosas:

1.    Que el hombre común, en su vida diaria, y el aspirante en el Sendero de Probación o Purificación, trabajan con las fuerzas de la vida en los tres planos del esfuerzo humano, más el principio de vida mismo.

2.    Que el discípulo comienza a discriminar entro fuerzas y energías. En el Sendero del Discipulado empieza a trabajar con la energía del alma, la cual oportunamente domina las fuerzas.

3.    Que el iniciado trabaja en el Sendero de Iniciación aplican­do la energía y aprende a distinguir entre la energía de la vida, las energías del alma y las fuerzas del mundo feno­ménico.

Quisiera recalcar otro punto, y es que la naturaleza de esas fuerzas y energías y su empleo y control, deben ser comprendidos y desarrollados con toda paciencia, en el plano físico. La teoría se ha de convertir en una realidad, y la lucha que tiene lugar en los niveles sutiles de los planos astral y menta! debe librarse en la conciencia cerebral. Es allí donde se aplica la teoría. A medi­da que estas realizaciones y actividades internas se convierten en parte práctica de la vida del discípulo y su conciencia incipiente percibe con toda claridad sus consecuencias, con el tiempo llegan a formar parte de su equipo de cualidades. En realidad, integra y sintetiza experiencias en los tres mundos y se convierte en un  Maestro por medio de la maestría consciente. Capta el hecho de que todo lo que aparece y sucede se debe a la circulación y a la mutación constante de fuerza. Descubre cómo estas fuerzas inter­actúan en su propia experiencia  y naturaleza, comprendiendo entonces el hecho fundamental de que sólo esas fuerzas, que él mismo puede usar y dominar en su propia vida como individuo, pueden ser empleadas por él en la actividad grupal, y para disi­par el espejismo mundial. Como ilustración podría decirse que:

1.    Por el alineamiento y consiguiente contacto se evoca, des­pierta y emplea la intuición, siendo el gran agente disipador que desciende desde el plano de la intuición (el plano bú­dico), por medio del alma y del cerebro, al corazón del dis­cípulo.

2.    Por el alineamiento y el consiguiente contacto, se evoca, despierta y emplea la energía del alma, siendo el gran agente disipador que desciende desde los niveles del alma (los niveles superiores del plano mental), por medio de la mente, al cerebro del discípulo, iluminando el plano astral.

3.    Estos dos tipos de energía espiritual actúan distintamente sobre las fuerzas de la personalidad, y la conciencia cerebral del discípulo debe comprender sus propósitos y actividades, a medida que trabaja en el plano físico.

4.    Sólo entonces la luz de la intuición y la luz del alma pueden volver al plano astral mediante el esfuerzo consciente y la inteligente y dinámica voluntad del discípulo servidor.

Reflexionen sobre estos puntos porque trazan el camino a seguir y el servicio a prestar.

Ante todo, estas instrucciones deben tener un valor práctico definido y darle al estudiante la sensación de que comprende me­jor el mundo sutil de las corrientes de fuerzas mentales en que habita y los medios que debe emplear además de la técnica a seguir, si es que va a allanar su camino desde la oscuridad y confusión para seguir adelante hacia la luz y la armonía. Nuestro estudio también ha de ser comparativo, debiendo el lector tener en cuenta que no se hallará capacitado para distinguir la verdad o aislar ese aspecto de la enseñanza que es para él de suprema im­portancia, hasta no aplicar lo que es útil y estar debidamente seguro de si es víctima de la ilusión o del espejismo. En último análisis, debe saber en qué punto se encuentra antes de dar el próximo y necesario paso adelante. El discípulo es la víctima, y esperemos que también sea el disipador del espejismo y de la ilu­sión, de allí la complejidad de su problema y la sutileza de sus di­ficultades. A la vez debe tener en cuenta (para su fortalecimiento y estímulo) que cada parte del espejismo disipado y cada ilusión reconocida y superada allana el camino a los que le siguen, sim­plificando así el camino a sus condiscípulos. Por excelencia, es el gran Servicio a prestar, y sobre este aspecto les llamo la atención. Por eso trato en estas instrucciones de esclarecer la cuestión.

Uno de los problemas que enfrenta el aspirante es reconocer el espejismo y ser consciente de los espejismos que acechan su camino y de las  ilusiones que erigen un muro entre él y la luz. Ya es bas­tante poder reconocer que el espejismo y la ilusión existen. La mayoría no son conscientes de su existencia. Muchas personas buenas no los ven, divinizan sus espejismos y consideran sus ilusiones como posesiones muy apreciadas y arduamente conquis­tadas.

Sin embargo, el reconocimiento lleva en sí sus propios proble­mas, debido a la incapacidad del discípulo común para liberarse de la facultad de crear espejismos, desarrollada en el pasado, encon­trando demasiado difícil mantener una adecuada proporción y un sentido exacto de los valores, respecto a las verdades del plano mental. El discípulo puede adquirir arduamente la verdad y cap­tar un principio de la realidad y luego circundarlos con las fá­ciles ilusiones de la mente, la cual recién ha comenzado a descu­brirse a sí misma. Los espejismos de naturaleza emocional pueden surgir y agruparse alrededor del ideal, puesto que todavía no está esclarecido y predispuesto a atraer hacia sí aquello que –emocio­nal y sensiblemente— cree ser y poseer.

Ilustraré este punto desde dos ángulos, los cuales se hallan den­tro del ámbito del discipulado o se enfrentan en el Sendero de Probación. Los denominaré la “ilusión del poder" y el "espejismo de la autoridad". Estas palabras demostrarán que uno será en­frentado en el plano astral y el otro en el mental.

El Espejismo de la Autoridad es colectivo en la mayoría de los casos. Tiene sus raíces en la psicología colectiva e indica que la hu­manidad todavía está en la etapa de la infancia, donde el hombre  es protegido de sí mismo por la imposición de algunas reglas, con­junto de leyes, edictos autoritarios emanados del control guber­namental, régimen oligárquico o la dictadura de un individuo. Es­to obliga al género humano, hasta donde es posible juzgarlo, a obe­decer fórmulas fijas y estandariza las actividades del hombre re­gimentando su vida y trabajo.  

Cuando el espejismo de la autoridad se transfiere a la concien­cia espiritual del hombre, tenemos un estado de cosas como el período de la inquisición en sus peores aspectos, la autoridad ecle­siástica con su énfasis puesto sobre la organización, gobierno y castigos o la indiscutible férula de algún maestro. Pero, al igual que a toda persona que no ha recibido alguna de las iniciaciones superiores, puede, con el tiempo, llegar a enamorarse de su libertad y entonces automática­mente penetrar en el espejismo de su ideal de libertad –ideal que él ha creado—, llegando así a convertirse en prisionero de la libertad. Rechaza toda autoridad, excepto la que él llama "autoridad de su propia alma", olvidando que el contacto con su alma es todavía intermitente. Reclama el derecho de valerse por sí mismo. Goza de la nueva libertad que ha hallado. Olvida que habiendo desistido de la autoridad de una enseñanza y de un maestro, tiene que apren­der a aceptar la autoridad del alma y del grupo de almas con el cual está afiliado por su karma, su tipo de rayo, su elección y por la inevitabilidad de los efectos de la unificación. Quienes nos ocupamos de él y lo observamos desde las claras cumbres de la realización, vemos cómo gradualmente es envuelto por las volutas de niebla y espejismo que paulatinamente surgen a su alrededor mientras se convierte en un "prisionero de la bru­ma de la libertad", regocijándose en lo que estima la realidad de su independencia. Cuando su visión se haya esclarecido y su as­pecto mental esté más desarrollado y evolucionado, sabrá que la Ley que rige al grupo tiene que imponerse, y se impondrá sobre él, y que el control de la naturaleza inferior sólo puede ser reem­plazado por el control del alma, control grupal que opera bajo la Ley que rige al grupo. Ha luchado para salir del conjunto de los que buscan el Camino, hasta llegar al Camino mismo. Por lo tanto ha avanzado más que las masas, pero no está solo, aun­que así lo crea. Descubrirá que muchos recorren el mismo cami­no, y su número crecerá constantemente a medida que progrese. La regla de la interacción del viajero y el reconocimiento grupal del trabajo y el servicio, preponderarán sobre él, hasta que des­cubra que es un miembro del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo trabajando bajo ciertas condiciones que constituyen las reglas que rigen la actividad del grupo. Finalmente, penetrará en los lugares si­lenciosos donde moran los Maestros de Sabiduría, y trabajará a la par de Ellos con ritmo grupal, obedeciendo así las leyes del reino espiritual, leyes subjetivas de Dios.

Repetidas veces, al recorrer el Camino, se rebelará contra el control y caerá nuevamente en el espejismo de su supuesta liber­tad. Puede liberarse del control de la personalidad y también del de las personalidades, pero nunca puede liberarse de la Ley de Servicio y de la constante interacción entre un hombre y otro y un alma y otra. Ser libre significa permanecer en la clara y límpida luz del alma, que básica e intrínsecamente es conciencia grupal.

Por lo tanto, cuando se sienten embargados por la incertidum­bre y la inquietud, deseando y exigiendo libertad para hollar el Sendero, sin la imposición de autoridad alguna, tengan cuidado que no sea el espejismo que produce el deseo de verse libres de los impactos grupales y asegúrense de que no están tratando –como almas sensibles— de hallar una vía de escape. Aplico esta frase en su sentido psicológico moderno. Formúlense las siguientes pre­guntas: ¿Son de tanta importancia para mí y para otros, la como­didad y la paz mental, que, por obtenerlas, me veo impulsado a sacrificar la integridad del grupo? ¿Constituye mi propia satis­facción interna, una excusa adecuada para postergar el propó­sito grupal planeado? Pues ciertamente, lo postergará. Cualquier cosa que decidan constituirá, a su vez, una decisión responsable, con consiguientes reacciones sobre el grupo.


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