Mi lista de blogs y bibliotecas

jueves, 8 de agosto de 2013

VIVENCIA DE LA ESPIRITUALIDAD





VIVENCIA DE LA ESPIRITUALIDAD

Este tema que vamos a desarrollar es fruto de la observación de la vida, la propia y la de lo que nos rodea. Van mezclados conceptos esotéricos, espirituales, expresiones y dichos muy usuales,  y vivencias propiamente dichas. Se hace notar que cuando el hombre pierde el poder de observación también pierde la capacidad de sintetizar, y esto nos lleva al principio de “como es arriba es abajo”, para lo cual hay que observar, analizar, discernir, discriminar y correlacionar.

En principio todos somos  buenos,  y  nos lo creemos con facilidad, y si es posible que los demás lo sepan, mejor. Menos mal que Alguien dijo una gran frase: “Por sus obras los conoceréis” y si por las obras tenemos que conocernos, entiendo que tendremos que tratar de saber cuales son esas obras de unos y otros, y no para criticarlas, pero sí para reconocernos en la realidad más auténtica, para conocer en toda su extensión a nuestro hermano peregrino en el camino,  siempre con  absoluto respeto, pero sin equívocos.  Si quiero construir un palacio buscaré un  buen  arquitecto y conoceré sus obras, y si lo que tengo es que defender un litigio me buscaré un buen abogado que no es simplemente un título, sino que debe estar respaldado por un buen curriculum  profesional, y en todo,  tengo que cuidarme de saber el terreno que piso, porque debo evitar  pisar el fango creyéndome que estoy en la arena de la playa. Aquí estamos hablando de algo  muchísimo más importante que las distintas profesiones con las que nos manejamos como seres humanos; hablamos de espiritualidad, y el respeto y aceptación hacia todos, no implica que dejemos de investigar la calidad del  terreno que nos sustenta.

Vamos a hacer un pequeño repaso de esas vivencias de las que somos testigos y otras veces los propios protagonistas. Vamos a exponer algo de la vida  práctica que pudiera parecer que  no es precisamente  esotérico y seguramente que en verdad no lo es, pero no porque no pueda ni tenga que serlo,  sino porque como “la energía sigue al pensamiento” y nuestros pensamientos los dirigimos casi exclusivamente a lo que ven nuestros ojos físicos, así es imposible vivir el esoterismo. Vamos a intentar no entrar en personalismos, pero sí a reflejar expresiones y vivencias que se nos dan a diario. El análisis, discernimiento y discriminación de las vivencias propias y ajenas, debemos hacerlo en nuestra soledad y silencio, y en público, intentaremos que la exposición sea lo más impersonal y constructiva posible. Como principio, todo nos lo podemos aplicar en la medida que nos corresponda y ojalá que seamos capaces de ver aquello que nos interesa corregir.

Vivimos en un mundo de espejismos y tenemos que trabajar para salir de ellos, para ser lo que realmente somos, para llegar a esa esencia. Tenemos que reafirmarnos cada día porque de lo contrario seremos un personaje más de dichos espejismos, “¡El gran teatro del mundo!”. Es sorprendente oír decir, dentro del mundo esotérico,  expresiones justificativas para dejar de prestar algún servicio: que los primeros obligados son la familia, porque esotéricamente cada uno tiene que aceptar y resolver lo que le toca, porque es su karma,” etc., etc. Y nos  llamamos espirituales, o esotéricos, o creyentes, da igual el nombre. Y nos olvidamos de las palabras de Cristo cuando le dijo al joven rico, ante su pregunta de “Maestro ¿qué tengo que hacer para ser perfecto?: ¡cumple los Mandamientos!.  Maestro ya lo hago. Pues vende lo que tienes y repártelo a los pobres”.  El joven se marchó con gesto triste. Nosotros no ponemos el gesto triste, nos justificamos alegremente y utilizamos el mismo lenguaje  y razonamientos que emplea cualquier persona que no esté metida en el mundo espiritual. ¿Nos damos cuenta de que todo cuanto la vida nos va mostrando nos está pidiendo una respuesta?. 

Cristo utilizaba mucho la simbología y podemos recordar frases como: “No se puede servir a dos señores”. “No juzgad, Perdonad, No te he dado los talentos para que los entierres, Mi Reino no es de este mundo”, … .  Sin embargo parece que frases tan sencillas y tan claras no las entendemos y en nuestra vida brillan por su ausencia. Sí que rebuscamos frases del más elevado nivel que a lo mejor ni siquiera entendemos, pero que nos hacen quedar como muy espirituales, o al menos como muy cultos.

Con todo esto tenemos que tener un gran cuidado, porque si el esoterismo es la ciencia que estudia la raíz más profunda de todas las cosas, estamos hablando de la verdad, y la verdad es lo más grande para que nos atrevamos a jugar con ella. Podemos confundir cultura con conocimientos espirituales, y este tipo de conocimientos con sabiduría, y para nada es lo mismo. Podemos tener mucha cultura y ningún conocimiento espiritual, y podemos tener conocimientos espirituales y no tener sabiduría. Por eso, si lo que buscamos es la verdad, no podemos ni engañar, ni engañarnos,  ni dejarnos engañar, y todo esto lo estamos permitiendo cuando no estudiamos, no meditamos,  ni analizamos, ni discernimos, ni discriminamos. Mi apoyo absoluto y sin reservas a la cultura y los conocimientos, pero tenemos que ser conscientes de que con cultura se puede jugar mucho con las palabras y los simples conocimientos se pueden manipular, porque una persona exclusivamente culta, incluso con conocimientos espirituales,  puede parecer espiritual sin serlo, con el consiguiente perjuicio para los que así se lo creen. Adquirimos ciertos conocimientos esotéricos y espirituales y somos capaces de manejarlos a nuestro antojo para confundir y manipular a quien se ponga por delante.  Volvemos a repetir que  “por sus obras los conoceréis”. Y hay que decir que analizar y discernir no significa criticar, simplemente nos ayudará a hacer el camino, a reconocer a los otros caminantes y respetándolos,  poder determinar a quien tenemos que ayudar y quien nos puede prestar su ayuda.

Todo es espíritu y todo es energía, y las energías que son muy diversas y complejas, se mueven de acuerdo a la Ley de Causa y Efecto, bajo la dirección espiritual, a fin de complementar el Plan. Esta declaración es de una importancia fundamental, ya que nos lleva al mundo de los significados haciéndonos ver que todo efecto tiene su causa, luego nada de lo que ocurre, en cualquier nivel, es casualidad, y si no es casualidad deberíamos prestar atención para investigar y actuar adecuadamente ante cada acontecimiento de nuestras vidas, ya sea que nos afecte directa o indirectamente.

Cristo nos enseñó el camino y se mezclaba con todos, con los doctores de la ley, con los ignorantes, con los pobres, con los enfermos, con los ladrones y con las prostitutas, con todos compartía lo mejor de sí mismo, y a pesar de todo fue humillado, negado y crucificado, y aun así murió perdonando y amando. No tuvo la vivienda habitual y una segunda vivienda, incluso una tercera. No vivía como un rey mientras los demás se morían de hambre. No explotaba sus talentos en beneficio propio, ni decía esto es mío porque me lo he ganado yo. Sí que dijo ¿quiénes son mi padre, mi madre y mis hermanos?; éstos son todos mis hermanos, señalando a la multitud, y “lo que hagáis a uno de éstos a mí me lo hacéis”. Es el amor incondicional. ¿Acaso somos nosotros  más que Cristo para gozar de tantos privilegios…, o lo estaremos entendiendo muy mal? Si queremos llegar a ser verdaderos esotéricos, si queremos vivir en la esencia, tendremos que desterrar de nuestro vocabulario las palabras “lo mío” y “lo tuyo”.

Se oye decir que la espiritualidad se vive uniéndonos al universo, viendo a Dios en el campo, en cada piedra, en cada  planta, en el agua, en cada animal, y en el hombre mismo, y es cierto, ahí está Dios, y buscando esa unión han sido muchos los que han dejado  familia, amigos,  entorno y trabajo, para vivir  aislados del mundanal ruido. Sin embargo no tenemos que huir del entorno que nos va tocando vivir; nosotros somos responsables de ese entorno, ahí tenemos nuestro desarrollo y nuestro servicio; y nuestro trabajo,  familia, amistades, problemas, y alegrías, son los justos y necesarios para nuestra evolución, aunque no nos gusten. Por eso no podemos darles la espalda sino afrontarlos con valentía, discerniendo, discriminando y tomando las decisiones correctas,  aunque nos equivoquemos, porque el que nunca se equivoca es el que nunca hace nada. Hay que tomar decisiones y definirnos.

Ningún avance es posible sin la vivencia de la vida espiritual, sin el alineamiento, integración y fusión con el alma y para ello tenemos que recurrir a cosas muy elementales que seguramente las dejamos pasar porque pensamos que ya estamos muy elevados. Tenemos que vivir desde los cimientos hasta los planos más altos de la espiritualidad, sin saltarnos escalones, porque entre los cimientos y la cima del edificio hay pisos y estructuras que lo sostienen y si no fuera así, se nos podría caer. Como espiritualidad y materia están íntimamente ligados, deberíamos pensar en la responsabilidad que tenemos de ganarnos la vida con nuestro propio esfuerzo, pero también todos tenemos la obligación de servir y compartir y el que más tiene más tendrá que dar de cualquier cosa que tenga.

No es necesario decir cuantas justificaciones nos buscamos para zafarnos de lo que la vida nos pone por delante y no de casualidad. Para eso nos las pintamos solos, lo mismo que para buscar culpables. ¿Para qué buscamos culpables si solamente podemos mandarnos a nosotros mismos; si los demás son tan libres como nosotros y van a hacer  lo que les venga en gana?. Con el uso de nuestro libre albedrío haremos lo que queramos, pero no es justo confundir dando la apariencia de buenos. Lo que realmente  tenemos que hacer  es redimir y  purificar  la materia y dar ese correcto  testimonio de los seres espirituales que somos, adquiriendo esa suprema virtud de la Responsabilidad espiritual, la cual tiene en cuenta, por encima de todo, el bien del conjunto, exigiendo en ocasiones el sacrificio de la parte individual.

EL TODO,  LA UNIDAD,  todos la conformamos, desde el reino humano a los subhumanos,  participando de la integración planetaria, tanto de forma individual como colectiva, todo absolutamente está interrelacionado.

En este caminar se deben ver a las personas tal y cual son, sin idealismos y sin sobrestimar ni subestimar “Por sus obras los conoceréis”. Somos compañeros de camino, cada uno en su punto evolutivo y así hemos de considerarlo, aceptarlo y vivirlo, sabiendo que evolución no significa conocimientos, si estos no van respaldados por el diario vivir.

La  trascendencia de la vida, la sabiduría, y la espiritualidad solo se pueden vivir plenamente cuando hayamos alcanzado un estado de profunda paz y serenidad, que no caerá del cielo, hay que ganarlo.

Vida, Verdad, Espiritualidad, podríamos decir que son sinónimos de lo mismo: “DIOS,  EL TODO, LA UNIDAD”, que llegaremos a descubrir con el despertar de la conciencia que es el resultado de la respuesta ante la relación espíritu/materia. Nuestro nivel de conciencia va a determinar nuestras obras y pensamientos. De ahí que con frecuencia, personas que parece que estamos en el mismo camino, tengamos criterios tan distintos, porque nuestro conocimiento, servicio y consecuentemente nuestro nivel de conciencia es muy diferente.

¿Realmente queremos entender nuestra misión?  ¿No podemos tener dinero?. Ojalá que hubiera muchos discípulos administrando la energía del dinero, siendo buenos empresarios,   conscientes de que ese es su gran servicio a la humanidad, crear trabajo para que sea el medio de vida de  muchos de sus semejantes y el suyo propio, y no para enriquecerse individualmente. Y ojalá que también los que tenemos que vivir con nuestro jornal sepamos buscárnoslo y ganárnoslo. Podemos expandir más y más nuestro nivel de conciencia colaborando con el Plan de Dios, o podemos seguir creándonos karma, porque cuando ya hemos llegado a ciertos conocimientos y no respondemos adecuadamente, nos creamos karma. 
“El camino del sacrificio es siempre el camino de la alegría”, y tenemos que ir quitando velos  para poder verlo y vivirlo sin miedos. Puede parecer que es muy devocional, pero no, porque lo devocional y místico termina cuando empieza la vivencia, la experimentación que nos permite vivir desde lo más profundo de nuestro ser hasta lo más externo, unidos a la voluntad divina. Cada cual tiene sus propios talentos y deberá saber cuál es su servicio. Las correctas meditaciones nos harán ver el servicio a prestar; la oportunidad  se nos pondrá por delante y nuestra respuesta la decidimos nosotros, y ojalá  que sea fruto de la impersonalidad, del buen discernimiento y discriminación, y no del egoísmo.

Hay quien opina que para  vivir la espiritualidad solo hacen falta “sentimientos”, y otros simplemente que “estar atentos”, y otros que necesitan poco porque tienen una gran facilidad para “recibir inspiraciones o conectar con su alma…”  También hay quien piensa y dice que los esotéricos trabajamos desde el grupo interno, moviendo las energías y que no tenemos que hacer más. Podría haber algo de verdad en todo ello, pero sin servicio no hay redención ni  purificación de la materia y en consecuencia tampoco llega la luz. Los maestros no nos captan para su grupo si no hemos desarrollado el trabajo que LA VIDA nos ha puesto por delante, y este trabajo no tiene que ser el que más nos gusta, hemos tenido que demostrar que no damos la espalda y que somos capaces de actuar, servir y expresar la luz del alma, y que moviendo esas energías que ellos precipitan somos capaces de materializar el Reino de Dios en la tierra, sin erigirnos en jueces de nadie, jueces solo de nosotros mismos.

El gran mandato Hermético es: “Hombre, Conócete a ti mismo”, y al así hacerlo, reconocer mi Yo en todos lo demás Yoes.  ¿Cómo podemos conocernos sin conocer las leyes divinas, sin unirnos a la divinidad, a la fuente de toda la creación para una investigación segura?.

El dinero que tanto nos ata, es una energía más a la que tenemos  excesivo cariño, de ahí  que desde el pasado la venimos utilizando  en favor de la necesidad personal y familiar, lo cual nos hace ser sus esclavos. Es bien significativa la frase de Cristo: “es más difícil que un rico entre en el Reino de los Cielos que un camello por el ojo de una aguja”.  Del dinero y todas las demás energías somos  administradores y por consiguiente aquí tenemos otra gran responsabilidad y oportunidad.  A veces no solamente hace  mal uso del dinero el que lo administra mal, sino el que no explota todos sus talentos para poder sobrevivir.

Hay una gran ley contenida en las palabras: "a quienes todo lo dan, todo les será dado"... Entonces seremos y no lucharemos tanto por llegar a ser;  daremos  y no combatiremos  constantemente  y no viviremos tan profundamente en el mundo de los sentidos; antepondremos sensata e inteligentemente y como un procedimiento normal, el servicio a los demás.

Si nos atrevemos a vivir la espiritualidad  trabajando desde el lado interno de la vida, hasta lo más exterior, LA NUEVA CORRIENTE DE VIDA FLUIRÁ y éste sería nuestro gran trabajo para la humanidad, hacer fluir esa corriente de VIDA.

Ana.

1 comentario:

  1. Cristo utilizaba mucho la simbología y podemos recordar frases como: “No se puede servir a dos señores”. “No juzgad, Perdonad, No te he dado los talentos para que los entierres, Mi Reino no es de este mundo”, … . Sin embargo parece que frases tan sencillas y tan claras no las entendemos y en nuestra vida brillan por su ausencia. Sí que rebuscamos frases del más elevado nivel que a lo mejor ni siquiera entendemos, pero que nos hacen quedar como muy espirituales, o al menos como muy cultos.

    ResponderEliminar

Última entrada

LA INICIACION Y LOS RAYOS

LA INICIACION Y LOS RAYOS   1. Después de la tercera iniciación, [el hombre] localiza (si corresponde esta palabra tan inadecuada) su alma e...