LA ALIMENTACIÓN VEGETARIANA SEGÚN EL MAESTRO D.K. (I)
Extraído del blog:
Blog sobre las enseñanzas transmitidas por el Maestro Djwhal
Khul (El Tibetano) a través de Alice A. Bailey.
En este y posteriores artículos voy a tratar el tema de la alimentación
vegetariana, un tema el cual, a nivel personal, me resulta sensible y
despierta un especial interés por ser vegetariano.
Para realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva
de extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (23) que
tratan sobre el tema, aunque dada la extensión de toda la obra del Tibetano,
podría ser que faltase algún fragmento.
Todo y ser un defensor de la alimentación vegetariana y estar a favor de la
misma, el único interés por mi parte es el de mostrar lo que el
Maestro nos dice al respecto.
Las conclusiones que se encuentran al final de cada artículo son
personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con las
mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos del
Tibetano.
Espero que tras la lectura de estos artículos (que iré publicando
progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) podáis extraer
vuestras propias conclusiones y os sirva para aclarar vuestras dudas y ayudaros
en este difícil camino de la espiritualidad.
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INICIACIÓN HUMANA Y SOLAR
Capítulo XIX. Reglas para Aspirantes
"Regla Seis
Los fuegos purificadores arden tenuemente cuando el tercero es
sacrificado al cuarto. Por lo tanto, que el discípulo se abstenga de quitar la
vida y que nutra lo más inferior con el producto del segundo.
Esta regla puede aplicarse a la conocida norma de que el discípulo debe ser
estrictamente vegetariano. La naturaleza inferior se embota y densifica y la
llama interna no puede brillar cuando se incluye la carne en la dieta. Esta
regla es rígida e inviolable para los solicitantes. Los aspirantes pueden o no
consumir carne, según prefieran, pero en cierto etapa del sendero es esencial
la abstención de cualquier tipo de carne y es necesario vigilar con estricta
atención la dieta. El discípulo debe limitarse a las verduras, cereales, frutas
y legumbres, pues sólo así será capaz de construir el tipo de cuerpo físico que
pueda resistir la entrada del hombre real que ha permanecido ante el Iniciador
en sus vehículos sutiles. Si no hiciera esto y pudiera recibir la Iniciación
sin haberse preparado de este modo, el cuerpo físico sería destruido por la
energía que fluye a través de centros recientemente estimulados y surgirían
graves peligros para el cerebro, la columna vertebral y el corazón.
No pueden dictarse reglas rígidas o ascéticas, excepto la regla inicial de
prohibición absoluta -para todos los que solicitan la iniciación- de carnes,
pescados, licores y el uso del tabaco. Para quienes pueden soportarla, es mejor
eliminar de la dieta los huevos y el queso, aunque esto no es en modo alguno
obligatorio; pero para quienes están desarrollando facultades psíquicas de
cualquier tipo, es aconsejable abstenerse de consumir huevos y moderarse en el
queso. La leche y la manteca entran en diferente categoría, y la mayoría de los
Iniciados y solicitantes consideran necesario incluirlas en la dieta. Pocos
pueden subsistir y retener todas sus energías físicas con la dieta vegetariana,
pero allí está encerrado el ideal, y como bien se sabe, éste rara vez se logra
en el actual período de transición.
A este respecto conviene recalcar dos cosas: primero, la necesidad del
sentido común en el solicitante, factor del cual se carece frecuentemente, y
los estudiantes deberían recordar que los fanáticos desequilibrados no son
miembros deseables para la Jerarquía. El equilibrio, el justo sentido de
proporción, la debida consideración de las condiciones del medio ambiente y un
sensato sentido común, es lo que caracteriza al auténtico esoterista. Cuando
existe el verdadero sentido del buen humor, muchos peligros pueden evitarse.
Segundo, el reconocimiento del factor tiempo y la capacidad de efectuar
lentamente los cambios en la dieta y en los hábitos de toda la vida.
En la naturaleza todo progresa lentamente, y los solicitantes deben
aprender la verdad oculta de la frase: "Apresúrate despacio". El
proceso de eliminación gradual es generalmente el sendero de la sabiduría, y
este período eliminatorio -bajo condiciones ideales, que raras veces existen-
debe abarcar la etapa que llamamos del aspirante, para que cuando el hombre se
convierta en un solicitante de la iniciación, haya realizado la necesaria
preparatoria purificación de la dieta."
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