INICIACIÓN.- (1ª P.)A.A. BAILEY.
(R.S.E)
1. El hombre da literalmente el primer
paso en el reino espiritual, saliendo del reino puramente humano, para entrar
en el superhumano. Entra en la vida del espíritu y, por primera vez, tiene el
derecho de llamarse “hombre espiritual”, en el significado técnico de la
palabra. Entra en la quinta etapa, la última, de nuestra actual quíntuple
evolución.
2. Cada iniciación indica el paso del
estudiante por el Aula de la sabiduría hacia un grado superior y además el
claro resplandor del fuego interno y la transición de un punto de polarización
a otro; implica la comprensión de la creciente unidad con todo lo que vive y la
esencial unicidad del yo con todos los yoes; da por resultado un horizonte que
se ensancha continuamente hasta incluir la esfera de la creación, o la
creciente capacidad de ver y oír en todos los planos. Es poseer una acrecentada
conciencia de los planes de Dios para el mundo y la capacidad de desarrollar
dichos planes. Es el esfuerzo de la mente abstracta para aprobar un examen. Es
figurar en el cuadro de honor de la escuela del Maestro, dentro de la
realización de esas almas cuyo karma lo permite y su esfuerzo es suficiente
para alcanzar la meta. La iniciación conduce al monte en que se puede obtener
la visión; la visión del Eterno Ahora, donde el pasado, el presente y el futuro
existen como uno.
3. La iniciación conduce a esa corriente
que, cuando se ha penetrado en ella, arrastra al hombre hasta llevarlo a los
pies del Señor del Mundo, a los pies de su Padre en los Cielos, a los pies del
triple Logos. Lleva a través del Aula de la Sabiduría y pone en las manos del
hombre, en forma gradual, la clave de toda información cósmica y del sistema.
Revela el misterio oculto subyacente en el corazón del sistema solar. Conduce
de un estado de con-ciencia a otro. A medida que entra en cada estado, el
horizonte se ensancha, la vista se extiende y la comprensión es más incluyente,
hasta que la expansión alcanza el punto en que el yo abarca todos los yoes,
incluso todo lo móvil e inmóvil, según una antigua escritura.
4. La ceremonia de la iniciación señala
un punto de realización, pero no la realización que a menudo se cree sino simplemente
la que los Instructores que vigilan a la raza, reconocen como una etapa
definida en la evolución alcanzada por el discípulo, la cual proporciona dos
cosas:
1. Una expansión de conciencia, que
permite a la personalidad penetrar en la sabiduría lograda por el Ego, y en las
iniciaciones superiores, en la conciencia de la Mónada.
2. Un breve período de iluminación,
donde el iniciado ve la parte del sendero que debe hollar y también participa
conscientemente en el gran plan evolutivo.
3. La iniciación es algo estrictamente
personal, pero de aplicación universal. Depende de su realización interna. El
iniciado sabrá por sí mismo, sin que nadie se lo diga, cuándo tiene lugar el
acontecimiento.
Es muy posible que el hombre actúe
también en el plano físico, y se dedique activamente a servir al mundo sin
guardar recuerdo alguno de haber pasado por el proceso iniciático; no obstante,
puede haber recibido en una vida anterior la primera o la segunda iniciación.
Un hombre puede agotar cierto karma y llevar a cabo algún trabajo par la Logia
si está libre de preocupaciones esotéricas e introspecciones místicas durante
una vida terrena.
6. Además debe equipar su cuerpo mental,
para ser un expositor y trasmisor y no un factor obstaculizante como hasta ahora.
Análogamente, debe desarrollar una actividad grupal y aprender a trabajar
coordinadamente con otras unidades. Esto es lo principal que el hombre debe
lograr en el sendero de la iniciación, y cuando ha trabajado sobre ello,
encontrará el Camino, lo verá con claridad y entonces ingresará en las filas de
los Conocedores.
7. La iniciación constituye un gran experimento
que nuestro Logos planetario lleva a cabo durante esta ronda. En las rondas
anteriores y quizás en las posteriores, el proceso seguirá la ley natural.
... Este proceso es optativo y el hombre
puede si así lo elige seguir el proceso normal y emplear eones para
efectuar lo que algunos han preferido realizar en un período más breve, por
medio de un proceso forzado y autoelegido.
8. Vencer parcialmente el espejismo y
evadir la total esclavitud, impuesta por la ilusión, indican a la atenta
Jerarquía que un hombre está preparado para los procesos de la iniciación.
9. La característica del iniciado es: la
falta de interés en sí mismo, en su propio desarrollo y en su destino personal,
y todo aspirante que llega a ser discípulo aceptado tiene que dominar los
tecnicismos del desinterés.
10. La iniciación puede ser definida de
dos maneras. Es ante todo entrar en un mundo dimensional nuevo y más amplio,
mediante la expansión de la conciencia del hombre, para que pueda incluir y
abarcar lo que ahora excluye, y de lo cual se separa normalmente cuando piensa
y actúa y después introducir en el hombre esas energías características del
alma y únicamente del alma las fuerzas
del amor inteligente y de la voluntad espiritual. Estas energías dinámicas
actúan en toda alma que ha logrado la liberación.
11. El concepto de la iniciación grupal
debe reemplazar hoy al de la iniciación individual de un aspirante. En el
pasado, a fin de introducir la idea de la iniciación en la mente del pueblo, la
Jerarquía eligió el método (ahora en desuso) de presentar la perspectiva de la
iniciación ante el ansioso discípulo; acentúo inmediatamente desde el comienzo
su peculiaridad, su naturaleza recompensadora, su ritual y ceremonial y su
lugar en la escala de la evolución. Debido a que la realidad de la iniciación
ha sido captada por una mayoría y realizada por algunos, es posible revelar
ahora lo que estuvo siempre implicado, que la iniciación es un acontecimiento
grupal. Si el claro pensar hubiera reemplazado a la egoísta aspiración
individual, el hecho de la iniciación grupal habría sido evidente, por las
siguientes razones, inherentes o implicadas en toda la situación:
1.
El alma
en su propia naturaleza es consciente del grupo y no tiene ambiciones o
intereses individuales ni está en forma alguna interesada en las metas de la
personalidad. El alma es el iniciado. La iniciación es un proceso por el cual
el hombre espiritual que mora en la personalidad, llega a ser consciente de sí
mismo como alma, con los poderes, relaciones y propósitos del alma. Cuando un
hombre comprende esto, aún en pequeña medida, llega a ser consciente del grupo.
2.
Únicamente el hombre, cuyo sentido de
identificación comienza a expandirse y a ser incluyente, puede "recibir la
iniciación" (como se dice erróneamente). Si la iniciación fuera una
realización puramente personal, arrojaría al hombre nuevamente a la conciencia
separatista, que está tratando de evadir. Ello no constituiría un progreso
espiritual. Cada paso en el sendero de iniciación acrecienta el reconocimiento
grupal. La iniciación es esencialmente una serie de reconocimientos incluyentes
en expansión.
3.
La iniciación admite al aspirante como
miembro de la Jerarquía. Esto involucra, hablando esotéricamente, el abandono
de todas las reacciones separatistas de la personalidad, en una serie de
renunciamientos progresivos, que culminan en la cuarta iniciación.
Cuando el iniciado pasa de una
iniciación a otra, avanza en el sendero o penetra en el corazón de los
Misterios, juntamente con quienes son igual a él, hallándose en la misma etapa
de evolución y trabajando para alcanzar la misma meta; entonces se da cuenta
que no está solo y que se realiza un esfuerzo mancomunado. En efecto, es la
nota clave de un ashrama que condiciona su formación, compuesto de discípulos e
iniciados, en diferentes etapas de desarrollo iniciático, que han llegado
juntos a su etapa de conciencia ashrámica y seguirán juntos hasta llegar a esa
total liberación que se alcanza cuando el plano físico cósmico desciende bajo
el umbral de la conciencia o de la percepción sensible, y ya no tiene ningún
interés para el iniciado.
12. Nadie es admitido (por medio de los
procesos de la iniciación) en el Ashrama de Cristo (la Jerarquía), hasta el
momento en que comienza a pensar y a vivir en términos de relaciones y
actividades grupales. Algunos aspirantes bien intencionados interpretan la idea
grupal como un mandato para esforzarse en formar grupos su propio grupo o grupos. Esta no es la idea
presentada en la era acuariana, tan cercana hoy; fue el método de acercamiento durante la era
pisciana, ya pasada. Ahora el acercamiento es totalmente diferente, no se
espera que alguien permanezca en el centro de su pequeño mundo y trabaje para
convertirse en el punto focal de un grupo. La tarea consiste en descubrir al
grupo de aspirantes al cual debe afiliarse y con el cual debe recorrer el
sendero de iniciación, cosa muy diferente y mucho más difícil.
13. Un ashrama contiene discípulos e
iniciados en todas las etapas de desarrollo evolutivo y en todos los rangos y
grados; trabajan juntos al unísono, y sin embargo dentro de sus rangos diferenciados, pues cada
grado permanece aislado, aunque unido con los demás han establecido una armonía propia, codificado
su intercambio telepático y comparten un secreto y silencio ocultista que protege
los secretos y conocimientos para que no pasen de un grado a otro ni lleguen a
los que no están preparados. Similarmente, cuando un aspirante procura
descubrir en el plano físico a quienes compartirán con él el misterio de su
siguiente paso inmediato o expansión demostrada, descubrirá a su propio grupo,
hallando que está formado por los que
han alcanzado su etapa particular de sabiduría y también los que lo
dejaron muy atrás. Simultáneamente será atraído a un vórtice de fuerza y a un
campo de servicio. Reflexionen sobre este enunciado. Por lo tanto, aprenderá
las lecciones requeridas, de quien debe trabajar en un ashrama, y sabrá
comportarse con quienes no pueden compartir con él los secretos que ya conoce,
y con aquellos que han penetrado más profundamente que él en los misterios.
14. La iniciación ha sido frecuentemente
presentada como una ceremonia, y he creído necesario contrarrestar
fervientemente ese significado erróneo. Sin embargo, si quieren captar lo que
tengo que decir, tendrán que recurrir a la comprensión iluminada que posean.
La iniciación es considerada una
ceremonia cuando llega a un punto culminante en el proceso iniciático donde la
conciencia del discípulo es dramáticamente consciente de los miembros de la
Jerarquía y de su propia posición, en relación con la misma. El discípulo hace
de esta comprensión un símbolo
sucesivamente y en creciente gran escala
como si fuera una gran ceremonia rítmica de revelación progresiva, en la
cual él, como candidato, es el centro del escenario jerárquico.
No quiero significar que las enseñanzas
dadas en el pasado por los distintos grupos ocultistas, o en mi libro
Iniciación Humana y Solar, son incorrectas, y no relatan con exactitud lo que
el candidato cree que tuvo lugar. Trato de explicar que el aspecto ceremonial
se debe a la capacidad del discípulo, para construir formas mentales.
15.
El proceso iniciático es en realidad el resultado de la actividad de tres
energías:
1.
La energía generada por el discípulo, cuando trata de servir a la humanidad.
2.
La energía puesta a disposición del discípulo, cuando logra construir el
antakarana.
3.
La energía del Ashrama jerárquico en el cual está siendo "absorbido"
o integrado.
15. Estas tres energías, cada una con su
propio modo de expresión y produciendo sus propios resultados específicos, que
complementan o dirigen el proceso iniciático, son evocadas por el mismo
discípulo, y su creciente fortaleza y capacidad reveladora dependen ampliamente
de su determinación, de su propósito y de su voluntad; de su persistencia y de
su integridad espiritual. Por la comprensión de la palabra “proceso” el
discípulo descubre el verdadero significado del enunciado oculto: (antes de que
el hombre pueda hollar el sendero, debe convertirse en el Sendero mismo".
El discípulo descubre cada vez más lo que significa llegar a ser un agente
creador, empleando la facultad creadora de la mente y adaptándose
acrecentadamente (a medida que crea) al Plan del Creador, el Señor del Mundo.
16. Períodos de investigación, de
sufrimiento, de desapego, de revelación, que producen puntos de fusión, de
tensión y de proyección de energía, tal es la historia del sendero de la
iniciación. La iniciación es en verdad el nombre dado a la revelación o nueva
visión que impele siempre al discípulo adelante, hacia una luz mayor; no es
algo que se le confiere o se le da. Es un proceso de reconocimiento de la luz y
la utilización de esa luz a fin de entrar en una luz siempre más clara. El
progreso efectuado desde una zona débilmente iluminada, en la manifestación
divina, a otra de gloria suprema, es la historia del sendero de evolución.
17. El reconocimiento de las diversas
"luces" en el Camino Iluminado significa estar preparado para la
iniciación. El iniciado entre una luz en un sentido peculiar, y ésta compenetra
su naturaleza, de acuerdo a su desarrollo, en cualquier etapa en tiempo y
espacio, permitiéndole hacer contacto y ver lo que hasta entonces era invisible
y, basado en el conocimiento recién adquirido, dirigir sus pasos adelante.
Aquí no estoy hablando en símbolos. Cada
iniciación oscurece la luz ya adquirida y empleada, y sumerge entonces al
iniciado en una luz más elevada. Cada iniciación capacita al discípulo para
percibir una zona de la conciencia divina hasta entonces desconocida, pero
cuando el discípulo se ha familiarizado con ella y sus fenómenos, su cualidad
vibratoria e interrelaciones excepcionales, se convierten para él en un campo
normal de experiencia y actividad. De esta manera (si puedo expresarlo así)
"los mundos de las formas vivientes y de las vidas amorfas le
pertenecen". Nuevamente la dualidad penetra en su percepción mental,
porque ya es consciente de la zona iluminada, por la cual llega a un punto de
tensión o de iniciación; mediante el proceso iniciático descubre una zona nueva
y más brillantemente iluminada en la cual puede ahora penetrar. Esto no
significa que debe abandonar el campo de actividad anterior en el que ha
trabajado y vivido, sino que simplemente enfrenta nuevos campos de
responsabilidad y oportunidad, pues por
su propio esfuerzo puede ver más luz,
caminar en una luz mayor y aplicar sus facultades más adecuadamente que hasta
ahora, dentro de la zona., grandemente ampliada, de las posibilidades.
La iniciación es, por lo tanto, una
constante fusión de las luces, a las cuales se penetra progresivamente,
permitiendo al iniciado ver más lejos, con mayor profundidad y más
incluyentemente.
18. La iniciación es un progreso en la
experiencia y, por su intermedio, el logro de un punto de tensión. Manteniendo
ese punto de tensión el iniciado ve lo que está por delante. La iniciación
permite entrar progresivamente en la mente del Logos creador. Esta última definición
es quizás una de las más importantes que he dado hasta ahora. Reflexionen sobre
mis palabras. Por ser la energía la base de todo nuestro mundo manifestado, una
iniciación es una condición de la conciencia donde el discípulo plenamente
preparado emplea las energías disponibles (en el momento de la iniciación) para
producir cambios de naturaleza trascendental y reveladora en la conciencia.
Cada iniciación coloca al iniciado en posición de controlar ciertas energías
relacionadas, permitiéndole convertirse acrecentadamente en manipulador
entrenado de esas energías; cada iniciación le da la comprensión de la energía
relacionada y de su campo de actividad; cada iniciación revela la cualidad y el
tipo de estímulo que va a ser evocado, cuando es puesto en contacto con
determinada energía de rayo; cada iniciación establece relación entre el
iniciado y la energía de rayo involucrada, de manera que gradualmente (sin
tener en cuenta cuales pudieran ser los rayos a que pertenecen su alma o su
personalidad) podrá trabajar con la cualidad o el aspecto creador de todos los
rayos, aunque adquiriendo siempre una mayor facilidad para trabajar en su
propio rayo del alma y, posteriormente, en el rayo de la mónada, uno de los
tres rayos mayores de Aspecto.
19. Gran parte de quienes leen estas
instrucciones y estudian mis libros están en proceso de preparación para
recibir una de las iniciaciones, y todo el tema debería serles, por lo tanto,
de sumo interés. Deben cerciorarse (por lo menos como tentativa) qué iniciación
tienen por delante y luego descubrir todo lo posible sobre la misma y sus
requisitos previos, esforzándose por aplicar en forma práctica la información
impartida, la cual puede ser verdad o no, y si lo es, tiene vital importancia
para el progreso futuro, debiendo procurar cierta medida de comprensión.
20. La Iniciación no es en realidad esa
curiosa mezcolanza de autosatifacción, ceremonial y reconocimiento jerárquico,
como lo presentan los principales grupos ocultistas. Es más bien un proceso de
trabajo excesivamente arduo, durante el cual el iniciado se convierte en lo que
es. Esto puede encerrar un reconocimiento jerárquico, pero no en la forma
generalmente imaginada. El iniciado está acompañado por quienes lo precedieron,
y no es rechazado por ellos, sino visto, considerado y estimulado a trabajar.
Esta serie graduada de liberaciones que
dan por resultado el logro de una acrecentada liberación de lo que ha quedado
atrás en su experiencia, lleva consigo el permiso (dado o endosado por el alma)
para proseguir adelante en el CAMINO. Dichas liberaciones son resultado del
Desapego, Desapasionamiento y Discriminación. Al mismo tiempo la disciplina
fortifica y hace posible el arduo trabajo, requerido para pasar la prueba.
Estas cuatro técnicas (pues eso son) van precedidas de una serie de
desilusiones que, cuando son comprendidas y captadas, no le dejan al aspirante
otra alternativa que seguir adelante hacia la luz mayor.
Quisiera que estudien la iniciación
desde el ángulo de la liberación, considerándola como un proceso de libertades
alcanzadas con gran esfuerzo. Este aspecto básico de la iniciación, cuando es
comprendido por el iniciado, vincula su experiencia en una firme relación con
la de toda la humanidad, cuya lucha fundamental es la obtención de esa libertad
"por la cual el alma y sus poderes pueden desarrollarse y los hombres
liberarse, debido a la libertad alcanzada individualmente".
21. El iniciado, en su pequeña escala,
debe análogamente, aprender a trabajar detrás de la escena, desconocido, ignorado
y sin ser aclamado; debe sacrificar su identidad en la identidad del ashrama y
sus trabajadores y, más tarde, en la identidad de los condiscípulos que están
activos en el mundo de la vida diaria. Inicia las actividades necesarias y
produce los cambios requeridos, sin recibir recompensa alguna, excepto la
recompensa de las almas salvadas, de las vidas reconstruidas y de la humanidad
que ha sido llevada adelante en el Sendero de Retorno.
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