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miércoles, 27 de febrero de 2019

¿SOMOS OCULTISTAS? Clara Codd


¿SOMOS OCULTISTAS? Clara Codd




Siento que deberíamos precisar bien nuestro pensamiento a este respecto. Muy a menudo sucede que alguien se dirige a mí como a una “ocultista”. Cuando considero realmente que es un ocultista, estoy segura de que no puedo pretender semejante titulo. ¿Cómo definimos un ocultista? .Consultemos el Diccionario de Términos Teosóficos:


Ocultismo: la ciencia de lo oculto- es decir, de los reinos superiores a lo físico (o internos), según se manifiestan a los sentidos ordinarios; la ciencia  de los mundos etérico, astral y mental.


Ocultista. Es aquel que practica el ocultismo o se ocupa de su estudio.


 Ahora bien, ¿no está claro que no hay uno solo de nosotros, o por lo menos uno de cada mil, que se ocupe de este estudio y de esta práctica?  Está bien que esto sea así, porque sería extremadamente peligroso para nosotros si no lo  fuera. Con todo, personalmente no estoy de acuerdo con la definición de Powis Hoult, prefiero la de H.P Blavatsky que escribió:


 El ocultismo no es la magia aunque la magia sea una de sus herramientas.


 El Ocultismo no es la adquisición de poderes, sean psíquicos o intelectuales, aunque tanto los unos como los otros sean sus servidores. Tampoco el ocultismo es la persecución de la felicidad, según como el hombre entiende este término, porque el primer paso en el Ocultismo es el sacrificio y el segundo la renuncia.


 El Ocultismo es la ciencia de la vida, el arte de vivir.


 Incluso esta definición más amplia y más noble no hace de nosotros unos ocultistas. Porque ¿quién de entre nosotros comprende realmente el sentido de la vida? Citaré todavía una vez a HPB y creo que es a sus estudiantes de esoterismo a los que ella dirigió estas palabras: “Ninguno de vosotros es todavía un ocultista, pero os preparáis para serlo en otra vida”


Citaré todavía una vez a HPB y creo que es a sus estudiantes de esoterismo a los que ella dirigió estas palabras: “Ninguno de vosotros es todavía un ocultista, pero os preparáis para serlo en otra vida”.

En efecto, casi todos nosotros nos preparamos para convertirnos en ocultistas en otra vida. Esto está claro, sí consideramos en qué consiste esta preparación. Implica dos cosas: primero despejar el terreno para conseguirlo- las incapacidades personales tienen que eliminarse y el karma pasado tiene que ser agotado rápidamente; luego hay que purificar y entender muy bien los vehículos de conciencia. ¿No es posible que haga falta más de una sola vida para eso?)


 ¿Por qué hay que empezar por ahí e ir hasta el final?  Esto también está muy claro. Porque poner una sabiduría oculta y un poder oculto entre las manos no preparadas y descontroladas seria como darle a un niño dinamita para jugar. El Maestro K.H., escribió al señor Sinnet:


“Las personas que se inscriben en la Sociedad con el único deseo egoísta de alcanzar poder, que hacen de la ciencia oculta su único y principal objetivo, harían bien en no adscribirse a la misma- están destinados a la decepción.

Sólo aquel  que siente en el corazón el amor por la humanidad, que es capaz de captar plenamente la idea de una fraternidad regeneradora y practica, se califica para la posesión de nuestros secretos. Una persona que  no coloque el bien de la humanidad por encima de su propio bien no es digno de crecer en conocimiento más que su vecino.”

 Pongamos pues manos a la obra para convertirnos en ocultistas. HPB decía que el objetivo era digno de todos los esfuerzos.

 
Esto  quiere decir adquirir el poder de ayudar realmente a la humanidad, pero es  un poder que hace aparecer al discípulo  “como nada a los ojos del mundo”,  por lo que no hay nada en este trabajo para alimentar el ego humano en ninguno de nosotros.


Hay que despejar el terreno para la acción; es decir desembarazarnos de vicios y puerilidades que nos debilitan tan pronto como descubrimos la manera de hacerlo. Es por eso que la Dra. Besant nos decía que deberíamos tener como mejores amigos a las personas rudas y desagradables, que poseen una franqueza brutal, porque pueden hacernos ver cosas en las  que nunca habíamos pensado antes. En realidad, ella nos dice que desde el momento en que empezamos a percibir una de nuestras debilidades, esta ya ha empezado a desaparecer de nuestra aura. El único que no tiene esperanza, durante un tiempo, es el hombre que no puede o no quiere ver, es decir, el que no es lo suficientemente valiente para afrontar todo lo que aporta el karma. El karma  es realmente un buen amigo porque nos enseña las lecciones de la vida que son grandes, impersonales y divinas. Para todos aquellos de entre nosotros que sean serios, tendrán lugar cambios rápidos así como problemas siempre renovados, porque apresuramos nuestra evolución y hacemos entrar en una sola vida la equivalencia  vivida de varias.  Encontraremos que tan pronto como un problema parece resuelto y esperamos tener un poco de paz, surge otro problema. ¡No importa! Tratamos de emancipar a toda la humanidad del dolor y de la ignorancia, de modo que el precio a pagar por amor a ella no puede ser demasiado caro.


Además la purificación y la estabilidad de nuestros vehículos de conciencia tienen que llevarse a cabo. Esto tiene que hacerse, escribió HPB: “La única regla inflexible que siempre ha sido impuesta al neófito y que la misma ahora resulta imperiosa- es la completa sumisión de la naturaleza  inferior a la superior.” Y el Maestro K.H. escribió:  “Recordar que aquel que no es  tan puro como un niño mejor haría en dejar el ocultismo a un lado... El proceso de purificación no es un trabajo de un momento, ni de meses, sino de años, y se extiende incluso sobre una serie de vidas.”


Esto nos deprime- ¿Cómo, ¿de vidas?. Pero esto no deprimirá más que al yo personal, que siempre ve el éxito y la compensación.. Hay una historia oriental de dos discípulos de un yogui que le preguntaron a su maestro cuanto tiempo necesitarían para liberarse. A uno, le respondió: “Tal vez la conseguirás en dos vidas. “qué, protestó el chela, ¿todavía dos vidas?. ¡Es espantoso!” Al otro discípulo el maestro le dijo: “¿Ves este árbol?.  Tú necesitarás tantas vidas como hojas tiene él. “El corazón del chela se lleno de gozo” ¡Que me importa, exclamó, cuánto tiempo llevará eso, mientras que al final llegue a ello.”  Y por el hecho de que éste  mantuvo la actitud justa, alcanzo la liberación al momento. Se trata de un simbolismo oriental, sin embargo contiene una verdad.


Naturalmente nuestro yo personal quiere el poder y la felicidad. Es su naturaleza, un reflejo deformado del Poder  y de la Beatitud perfectas, que pertenecen a su contrapartida superior. ¿Por qué  tendríamos que sentirnos perturbados por lo que es común a todos?  Recordemos únicamente las palabras del Maestro K.H. a Judge: “No desee resultados que son las formas del poder. Desee solamente que en sus esfuerzos  llegar más cerca del centro de la Vida (que es el mismo en el universo que en usted), que se le quite toda preocupación respecto a  su fuerza o a su debilidad, a su sabiduría o a su arrogancia.”


Y HPB escribió: “la felicidad no se gana en la tierra. Aquí solamente tenemos el oscuro vestíbulo de entrada y no es más que abriendo la puerta que da al lugar realmente vivo, en la sala de recepción de la vida, que veremos la luz... Esperemos pacientemente el día de nuestro verdadero y mejor nacimiento.”


Lo raro respecto al felicidad es que si la buscamos para nosotros mismos siempre se nos escapará, pero si dejamos de preocuparnos por ser felices, repentinamente sentiremos su bendición. Tal vez esto pueda resumirse con las palabras de Luz en el Sendero: 


“No desees sembrar ninguna semilla para tu propia cosecha; no desees sembrar más que la simiente cuyo fruto alimentará al mundo.”






( Articulo extraído de la revista Sophia nº 231,mayo 2008.Editada por Editorial Teosófica, para la S.T.E.)

    

1 comentario:

  1. ¿SOMOS OCULTISTAS?, por Clara Codd
    He aquí un muy interesante e importante artículo que merece la pena prestarle atención.
    Además la purificación y la estabilidad de nuestros vehículos de conciencia tienen que llevarse a cabo. Esto tiene que hacerse, escribió HPB: “La única regla inflexible que siempre ha sido impuesta al neófito y que la misma ahora resulta imperiosa- es la completa sumisión de la naturaleza inferior a la superior.” Y el Maestro K.H. escribió: “Recordar que aquel que no es tan puro como un niño, mejor haría en dejar el ocultismo a un lado... El proceso de purificación no es un trabajo de un momento, ni de meses, sino de años, y se extiende incluso sobre una serie de vidas.”

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