Mi lista de blogs y bibliotecas
lunes, 30 de enero de 2017
domingo, 29 de enero de 2017
viernes, 27 de enero de 2017
miércoles, 25 de enero de 2017
LAS LEYES DIVINAS (Extraído de las enseñanzas del Maestro D.K.)
LAS LEYES DIVINAS (Extraído de las
enseñanzas del Maestro D.K.)
Por Ana Castro Valle
Las leyes que determinan la actividad de
la Naturaleza y rigen los movimientos de la materia, unas veces destruyendo,
otras organizando, y que producen las más variadas formaciones orgánicas e
inorgánicas, son eternas e inmutables. Esto forma parte de la “Sabiduría
Perenne”
La comprensión de la sabiduría perenne
significa superar nuestras
limitaciones basadas, tanto
en el desconocimiento de las leyes que rigen el cosmos como en el
desconocimiento de nuestro propio ser, el microcosmos. La principal ley que
necesitamos interiorizar aquí en este plano material en que habitamos es la ley
general de la evolución. No sólo porque ella es la explicación fundamental del
universo y de nuestro devenir sino porque nos entrega las líneas centrales del
mapa de la existencia.
La existencia así como la vida y la
creación no podrían tener cabida sin un orden. El equilibrio es necesario y
para eso es imprescindible una intencionalidad.
¿Quién determina las leyes naturales?
La ignorancia tiene un precio, siempre
doloroso.
La ley divina es la propia ley natural
por la que se rige el universo.
Si somos verdaderos discípulos
llegaremos a comprender estas leyes. Si no fuera así nuestro desarrollo estaría
pendiente de producirse, ya que estas leyes solo nos representarían palabras y
más palabras. Por estas leyes se rige el Universo y quien se rige por ellas lo
consigue todo.
No hablamos de conocer las leyes por el
simple hecho de conocerlas, sino del conocimiento que necesitamos adquirir,
entender y comprender, haciéndolo nuestro,
para poder vivir coherentemente de acuerdo con estas leyes.
Podemos
pensar que sí,
que nos regimos
por leyes divinas, que las
conocemos y que ya estamos preparados, que no necesitamos ni leer, ni estudiar,
ni discernir, ni discriminar, ni servir. O sea que ignorantemente nos sentimos
felices pensando que lo sabemos todo y, seguramente, nos puede faltar mucho
para salir de tanto espejismo como nos rodea, y uno de ellos podría ser
nuestras propias creencias,
y dejaremos de
tener creencias cuando lleguemos al SER, a nuestra esencia, y eso no se
consigue por arte de magia, hay que ejercitar la voluntad y el amor.
Estas leyes esconden el secreto y la
esencia de la vida y encierran un programa
a desarrollar: el progreso
del espíritu que trata de manifestarse. Nuestra misión, a través de las
vidas, es desarrollar el espíritu en su plenitud, única manera de conformar la
UNIDAD en su perfección y de que se establezca el Plan de Dios en la tierra.
Siempre ha habido seres más avanzados
que han sabido lo relacionado con estas leyes o principios, pero ya no son
necesarias aquellas organizaciones secretas poseedoras de estos conocimientos.
Todavía puede haber quien se otorga esa categoría de poseedor de la verdad, y
autoridad, que los demás tienen que seguir porque tal o cual entidad es quien
tiene la verdad y nos va a salvar. Sin embargo, la humanidad, cada día más,
está desarrollando su mente y va adquiriendo
la capacidad necesaria
para saber los pasos que tiene que dar para tener acceso
a estos principios, entenderlos, comprenderlos y vivir conforme a ellos. Para
ello es absolutamente indispensable nuestro trabajo para, por nosotros mismos,
llegar a la raíz, a la causa de todas las cosas, sin necesidad de que nadie nos
equivoque, incluso con la mejor de las intenciones. Es nuestro deber y
obligación explotar nuestros talentos, para que cuando creamos, que sea con
absoluto convencimiento, y la creencia será sustituida por el SER.
Cuando se reconozca que el hombre común
sólo ha sido hasta ahora plenamente consciente en el plano físico,
semiconsciente en el emocional y que ahora comienza a desarrollar la conciencia
en el plano mental, se evidenciará que su comprensión de las informaciones
cósmicas sólo puede ser rudimentaria.
Este tema podríamos tratarlo desde
diferentes ángulos.
Una versión nos habla de una
inteligibilidad racional en el cosmos. Puede encontrarse en las leyes de la
física, que son las reglas fundamentales por las que se rige la naturaleza. Y
aquí nos podríamos
hacer una pregunta:
¿Cuál puede ser la raíz de estas leyes?,
que son, que están y que simplemente se nos presentan como una realidad que es,
y que como tal hay que aceptarla.
Los físicos se han dedicado a describir
fenómenos sin importarles su origen.
Se daba por
supuesto que esas leyes matemáticas inmutables, absolutas
y universales existen, sin dar mayor importancia a su raíz, simplemente son, y
las razones, aparentemente, no parece que haya que prestarles ninguna atención,
porque los hechos son.
Parece ser que en este siglo XXI, el
debate entre círculos científicos y espiritualistas pudiera hacerse posible y
las posturas son más cercanas, más beligerantes y desapasionadas. Posiblemente
sea algo importantísimo que estemos poniendo en
práctica: el desarrollo de la mente, que nos permite dialogar.
Hay un principio fundamental: “Como Es
Arriba, es Abajo”. Una ley oculta y clave para la comprensión esotérica del
Universo, es la llamada Ley de las Correspondencias o de las Analogías,
configurada en el principio “Como es arriba, es abajo”, al que hemos hecho
referencia. Esto significa que el Microcosmos,
el Ser Humano,
es una réplica perfecta y completa en la cual se
refleja el Macrocosmos. O lo que es
lo mismo, el
Ser Humano, reproduce íntegramente la naturaleza, la
constitución y las leyes fundamentales que rigen el Macrocosmos. “En nosotros
está la fórmula exacta y sintética del Universo”. He aquí la justificación de “hombre conócete
a ti mismo y conocerás el Universo”
Así también se puede entender el
significado profundo de esta frase “Dios creo al Hombre a Su imagen y
semejanza”. Es una imagen y semejanza en su sentido más auténtico y profundo.
Desde esta luz se pueden comprender las palabras del salmo repetidas en el
evangelio de S. Juan: “Sois todos dioses e hijos del Altísimo”. Seguimos
hablando de analogías.
¿Cómo llegaremos a conocernos a nosotros
mismos; podremos echarnos a dormir, pensar que ya lo sabemos todo, que todo es
bien fácil, que solamente tenemos que amar….?
Más bien se tendría que decir que no, y seguramente las palabras de
Cristo de “poner la otra mejilla”, podrían referirse a hacer el camino,
cayéndonos y levantándonos una y otra vez hasta aprender cada mensaje de la vida.
Seguramente que así llegaremos a conocernos a nosotros, las leyes y el
Universo. Por otra parte ¿acaso sabemos
lo que es
amar, y acaso
amamos; estamos explotando todos
nuestros talentos para conocer, entender y comprender, y poder actuar en consecuencia,
o nos conformamos con lo que nos cuentan?
Toda la sabiduría formará parte de
nuestro haber en la medida que hollemos el sendero de retorno a la casa del
Padre; el premio del “ciento por uno” es una realidad, pero no nos tocará en
una tómbola, todo hay que ganarlo.
LA LEY
¿Qué es la Ley divina? Es la
determinación tanto en las cosas más insignificantes
como en las más importantes, la voluntad
y el propósito divinos. Está más allá del conocimiento del
hombre, y algún
día la masa comprenderá que todas las leyes de la
naturaleza tienen su contraparte espiritual y que funcionan universalmente, sin
elegidos, todos somos iguales y por lo tanto no hay excepciones.
El sabio rige en lo inferior y sirve en
lo superior. Obedece a las leyes que
están por encima de él, y en las que están por debajo de él ordena. De esta manera el hombre forma parte del
principio en vez de oponerse al mismo. El sabio se sumerge en la Ley y colabora
sin ser un esclavo.
Todo está en el TODO, y el TODO está en todas
las cosas. El que esto comprende, ha adquirido gran conocimiento.
Hay muchas leyes que debemos conocer y
reflexionar en detalle: Ley de Reencarnación, Ley del Karma o de Causa y
Efecto, Ley de Evolución, las Leyes del Alma, etc., y todas absolutamente todas rigen el Universo
y todos estamos sujetos a ellas y debemos conocerlas, observarlas y cumplirlas.
La violación de la ley, de forma
consciente o inconsciente, tiene sus consecuencias.
El cuerpo humano no escapa a esas leyes
naturales inmutables. Toda enfermedad
es el resultado
de la violación de estas leyes
naturales. Las personas se enferman porque en esta vida o en anteriores han
descuidado los principios fundamentales que nos rigen.
Algunas personas exigen salud perfecta,
bienestar de todo tipo y creen tener derecho a ello, olvidándonos de que todos
los efectos tienen sus causas. Todo está regulado por la ley Divina y
aprendemos con el cumplimiento de la ley.
Los hombres deciden por sí mismos la
acción directa, hacen su propia elección y ejercen sin impedimento el libre
albedrío que todos poseemos.
El Cristo y la Jerarquía espiritual
nunca han infringido el derecho divino de los hombres a tomar sus propias
decisiones, ejercer su libre albedrío y alcanzar la libertad, luchando por ella
en forma individual, nacional o inter- nacional. Cuando la verdadera libertad
reine en la tierra veremos el fin de las tiranías: política, religiosa y
económica. No nos referimos a la democracia moderna como una condición que
satisface la necesidad, porque la democracia es en la actualidad una filosofía
anhelante y un ideal no logrado. Se habla del período que ciertamente
vendrá, en que
gobernarán personas iluminadas,
las cuales no tolerarán el autoritarismo de la iglesia ni el
totalitarismo de ningún
sistema político; tampoco aceptarán o permitirán que ningún
grupo ni “ser” alguno les diga lo que deben creer para ser salvados, ni cuál es
el gobierno que deben aceptar. Cuando la verdad sea dicha a los pueblos y éstos
puedan juzgar y decidir libremente, por sí mismos, veremos un mundo mejor.
La Jerarquía, debido al divino principio
del libre albedrío en la humanidad, no puede predecir cómo actuarán los hombres
en momentos de crisis, ni puede obligar a seguir la buena senda de la vida
contra el deseo del ser humano, porque las buenas acciones deben llegar desde
lo más profundo del pensamiento
y sentimientos humanos
y surgir como un esfuerzo libre y no dirigido; la Jerarquía no puede dar
los pasos que impidan a los hombres cometer errores, pues los hombres por los
errores cometidos se dan cuenta "a través del mal, que es mejor el
bien".
domingo, 22 de enero de 2017
COMUNICACIÓN DE LOS SECRETOS (D.K. “EL TIBETANO”)
COMUNICACIÓN DE LOS SECRETOS (D.K. “EL TIBETANO”)
Del Libro Iniciación Humana y Solar
Consideraremos ahora los
secretos confiados al iniciado en la ceremonia de la iniciación. Por supuesto
que, lógicamente, sólo puede mencionarse el hecho del secreto y dar
indicaciones respecto al tema referido, aunque ni eso debería mencionarse, si
no fuera que un conocimiento del delineamiento general del tema puede inspirar
al aspirante a la iniciación a que estudie detenidamente el mismo y que, en
forma cuidadosa, acumule información en su cuerpo mental. Así (cuando enfrente
a su debido tiempo al Iniciador) utilizará el secreto adquirido sin pérdida de
tiempo.
El
Séptuplo Secreto
Después de prestar el
juramento que compromete al iniciado a guardar un inviolable silencio, el nuevo
iniciado se adelanta, acercándose al Hierofante; luego coloca su mano en el
extremo inferior del Cetro de Iniciación que el Hierofante empuña en su parte
media. Los Tres que se hallan alrededor del trono del oficiante colocan Sus
manos sobre el fúlgido diamante que corona el Cetro y, cuando estas cinco
personalidades están vinculadas con la energía circulante que emana del Cetro,
el Iniciador comunica el secreto al iniciado. La razón de esto reside en que
cada una de las cinco iniciaciones que nos conciernen inmediatamente (pues las
dos superiores no son obligatorias y están fuera de nuestra presente
consideración), afectan a uno de los cinco centros del hombre:
1. el coronario,
2. el cardíaco,
3. el laríngeo,
4. el plexo solar,
5. la base de la columna
vertebral,
y le revelan el
conocimiento concerniente a los diversos tipos de fuerza o energía, que animan
al sistema solar y llegan al iniciado por intermedio de determinado centro
etérico. Durante la aplicación del Cetro sus centros fueron afectados en forma
especial mediante la comunicación del Secreto, se le imparte la razón del
mismo, se le demuestra que esta razón es idéntica a la que produce
necesariamente determinada manifestación planetaria, causa de cierto gran ciclo
específico.
Podría puntualizarse
que:
Cada secreto concierne a
uno de los siete grandes planos del sistema solar.
Cada secreto trata y
enuncia una de las siete leyes de la naturaleza. Por lo tanto concierne a
alguna de las evoluciones básicas de cada esquema planetario. Cada esquema
encarna una de las leyes como su ley primaria, y todas sus evoluciones tienden
a demostrar la perfección de esta ley con sus seis mutaciones subsidiarias, las
cuales en cierto sentido, difieren en cada caso de acuerdo a la ley primaria
manifestada.
Cada secreto da la clave
referente a la naturaleza de determinado Logos planetario y, en consecuencia,
también la clave de la característica de las mónadas que pertenecen a ese
determinado rayo planetario. Se evidencia la necesidad de este conocimiento,
para el adepto que procura trabajar con los hijos de los hombres y manejar las
corrientes de fuerza que afectan a los mismos y que ellos emanan.
Todo secreto concierne a
un rayo o color y proporciona el correspondiente número, nota y vibración.
Estos siete secretos son
simplemente fórmulas breves y de ningún valor mántrico como la Palabra Sagrada,
pero de naturaleza matemática, articulada con precisión para impartir la exacta
intención de quien habla. Al no iniciado le parecerán y sonarán como fórmulas
algebraicas, sólo que cada una está compuesta (vistas clarividentemente) por un
óvalo de matiz específico, de acuerdo al secreto confiado y contiene cinco
jeroglíficos o símbolos peculiares; un símbolo contiene la fórmula de la ley
respectiva, otro da la clave y tono planetario, un tercero tiene que ver con la
vibración, y el cuarto devela el número y el sector al que pertenece el rayo
implicado. El último jeroglífico proporciona una de las siete claves
jerárquicas, por cuyo intermedio los miembros de nuestra jerarquía planetaria
pueden vincularse con la jerarquía solar. Esta información, evidentemente, es
muy vaga y ambigua, pero servirá para demostrar que así como en el caso de las
Palabras la comprensión involucra dos sentidos, del mismo modo, con el
conocimiento de los secretos, entran nuevamente en actividad los dos sentidos,
el secreto se oye y aparece simbólicamente al ojo interno.
Se evidencia con
claridad por qué se da tanta importancia al estudio de los símbolos y se
exhorta a los estudiantes a reflexionar y meditar sobre los símbolos cósmicos y
del sistema. Esto los prepara para la comprensión y retención interna de los
símbolos y fórmulas que entrañan el conocimiento que les permitirá actuar
oportunamente. Estas fórmulas están basadas en los nueve símbolos ya
reconocidos:
1. La cruz y sus variadas formas.
2. El loto.
3. El triángulo.
4. El cubo.
5. La esfera y el punto.
6. Ocho formas animales:
la cabra, el toro, el elefante, el hombre, el dragón, el oso, el león y el perro.
7. La línea.
8. Ciertos signos del
zodíaco, de ahí la necesidad de estudiar astrología.
9. El cáliz o el santo
grial.
Todos
estos símbolos afines, entretejidos o parciales, se combinan para expresar
alguno de los siete Secretos. El iniciado debe reconocerlos al verlos y oírlos,
fijándolos indeleblemente en su memoria por un esfuerzo de la voluntad. Para
obtenerlo puede ser ayudado de tres maneras: Primero, por un largo y previo
entrenamiento de observación, que todos los aspirantes pueden comenzar aquí y
ahora, y a medida que aprenden a plasmar con exactitud en su memoria los
detalles, cimientan la base de esa aguda e instantánea captación de aquello que
les muestra el Hierofante; segundo, cultivando en sí mismo el poder de
visualizar otra vez lo visto anteriormente. Será evidente por qué todos los
inteligentes instructores de la meditación han puesto el énfasis sobre la
facultad de construir cuidadosamente imágenes mentales. La finalidad ha sido
doble:
Enseñar al estudiante a
visualizar con exactitud sus formas mentales, para no perder el tiempo en
transformaciones inexactas cuando empiece a crear conscientemente.
Capacitarlo para
imaginar, también con precisión, el secreto confiado, de modo que pueda
utilizarlo instantáneamente cuando lo necesite.
Tercero, mediante la
fuerte aplicación de la voluntad de las otras cuatro Personalidades que
sostienen el Cetro junto con el iniciado. Su intensa y entrenada concentración
mental ayuda grandemente su captación.
En el caso de la
evolución humana se generan ciertos tipos de fuerza, que se manejan, asimilan y
utilizan, al principio inconscientemente y al final con plena inteligencia:
En el Aula de la
Ignorancia se emplea principalmente la fuerza o energía de Brahma (la actividad
e inteligencia de la sustancia) y el hombre debe aprender el significado de la
actividad basada en:
La energía inherente.
La energía absorbida.
La energía grupal.
La energía material, o
la que se oculta en la materia del plano físico.
En el Aula del
Aprendizaje se hace consciente de la energía del segundo aspecto,
utilizándola en la construcción de las formas, en las relaciones sociales y en los lazos
familiares. Llega al reconocimiento del sexo y sus relaciones, pero aún
considera esta fuerza como algo que debe ser controlado, pero no utilizado
consciente ni constructivamente.
En el Aula de la
Sabiduría llega al conocimiento del primer aspecto de la energía, al empleo
dinámico de la voluntad en el sacrificio, y se le confía entonces la clave del
triple misterio de la energía, llegando a conocerla en su triple aspecto en las
otras dos aulas. En la tercera, la cuarta y la quinta iniciaciones, se le dan
las tres claves de los tres misterios.
Le es entregada la clave del misterio presentido en la primera
aula, el misterio de Brahma, y entonces puede liberar las energías ocultas de
sustancia atómica. Le es entregada en sus manos la llave del misterio del sexo
o de los pares de opuestos, y luego puede liberar las fuerzas ocultas del
aspecto voluntad. Se le muestra la dínamo del sistema solar ?si es posible
expresarlo así? y se le revela su complicado mecanismo.
lunes, 16 de enero de 2017
MANEJO DE LAS ENERGÍAS Y DESPERTAR DE LOS CENTROS Enseñanzas del Maestro D.K. “El Tibetano
MANEJO DE LAS
ENERGÍAS Y DESPERTAR DE LOS CENTROS
Enseñanzas del
Maestro D.K. “El Tibetano
1.
Debe tenerse en cuenta cuidadosamente, que la tarea principal del aspirante es
el manejo de las energías, tanto en él como en el mundo de los fenómenos
físicos y de la exteriorización. Esto abarca por lo tanto -una comprensión de
los centros y su despertar. Pero la comprensión debe venir primero y el
despertar mucho después, en la correlación del tiempo. Este despertar se
realiza en dos etapas:
Primero,
etapa donde mediante la práctica de una vida disciplinada y la purificación de
la vida de pensamiento, los siete centros son automáticamente puestos en una
condición de correcto ritmo, vitalidad y actividad vibratoria. Esta etapa no
implica peligro si no se le permite al aspirante - en conexión con los centros
- pensamiento alguno dirigido, con lo cual quiero significar que le está
prohibido concentrar su mente sobre algún centro, y no puede tratar de
despertarlos o energetizados. Debe abocarse al problema de purificar los
cuerpos en los cuales se encuentran los centros, que son principalmente el
astral, el etérico y el físico, recordando siempre que el sistema endocrino y
las siete glándulas principales, son especialmente exteriorizaciones efectivas
de los siete centros principales. En esta etapa el aspirante hace todo el
trabajo alrededor de los centros y se ocupa de su material ambiental y de la
sustancia viviente que los circunda totalmente. Esto es lo único que la mayoría
puede emprender sin peligro. El conjunto de los aspirantes del mundo se han
comprometido alcanzar esta etapa, donde deben permanecer durante largo tiempo.
Segundo,
tenemos la etapa donde los centros, mediante el trabajo efectivo de las etapas
anteriores, llegan a ser lo que esotéricamente se llama “liberados dentro de la
prisión” y pueden ahora convertirse (bajo la adecuada dirección de un
instructor) en tema de los métodos definidos, a fin de despertarlos y
vitalizarlos - variando los métodos según el rayo de la personalidad y el rayo
egóico del aspirante. De allí la dificultad del tema y la imposibilidad de dar
reglas generales.
2.
Quisiera puntualizar aquí otros dos asuntos, y así aclarar toda la situación.
Existe mucha confusión respecto al tema de los centros y mucha enseñanza
errónea, que desvía a la mayoría y causa muchas interpretaciones equívocas.
Primero,
quiero establecer que no debería intentarse trabajo alguno, tal como el
esfuerzo de despertar los centros, mientras el aspirante sepa que existen
impurezas definidas en su vida, o que el cuerpo físico se halla en malas
condiciones o enfermo. Tampoco debe ser emprendido cuando la presión de las
circunstancias externas es tal, que no hay lugar ni oportunidad para un trabajo
tranquilo e ininterrumpido. Para realizar un trabajo inmediato y enfocado sobre
los centros, es esencial disponer de horas de aislamiento y estar libre de
interrupciones. Recalco esto con insistencia para demostrar al estudiante
ansioso que en este período de la historia hay muy pocos cuyas vidas permiten
esta reclusión. Sin embargo, es una circunstancia muy beneficiosa y no debe lamentarse.
Sólo uno de cada mil aspirantes está en la etapa en que debería empezar a
trabajar con la energía de sus centros, y quizás aun estimo que es demasiado
optimista. Es mucho mejor que el aspirante sirva, ame, trabaje y se discipline
a sí mismo, dejando a sus centros desarrollarse y desenvolverse con más
lentitud y por lo tanto con menos peligro. Se desarrollarán inevitablemente, y
el método más lento y seguro es (en la mayoría de los casos) el más rápido.
Desarrollo prematuro implica mucha pérdida de tiempo y trae, con frecuencia, la
simiente de prolongados trastornos.
LAS ENERGÍAS
CON LAS QUE ENTRA EN CONTACTO EL DISCÍPULO EN EL SERVICIO
1.
El iniciado debe aprender a distinguir las diferentes energías con las que
entra en contacto. El iniciado debe dominar la técnica para diferenciar entre:
I.
Su
propia energía, o energías generadas como resultado de las experiencias
adquiridas en la vida, durante el transcurso de las edades o siglos.
II.
Su
energía de rayo que, correctamente empleada, condiciona su trabajo con y para
la Jerarquía.
III.
La
energía del ashrama de la que puede disponer cuando lleva a cabo las
actividades. En las primeras etapas la denomina energía de su Maestro, pero
posteriormente aprende que, en realidad, la genera el grupo de su Maestro, el
Ashrama.
IV. La energía jerárquica, o energía
de cierto ashrama asociado, o de todo el grupo del Ashrama, la Jerarquía misma.
Esta energía altamente cualificada y muy poderosa, sólo puede emplearse cuando
el discípulo tiene derecho a ciertos privilegios y puede confiarse que empleará
correctamente los poderes.
V.
La
energía del Guía de la Jerarquía o la fuerza crística, como se la denomina a
veces. Esta fuerza introduce en las energías generalmente disponibles, ciertas
cualidades condicionantes que emanan de Shamballa y, por lo tanto, están
relacionadas con el aspecto Voluntad. Este tipo de fuerza no estaba disponible
para los discípulos activos, pero ahora lo está, porque fue liberada en el
Festival de Wesak de este año (1948), aunque sólo pueden emplearla los
discípulos que merecen ser dignos de gran confianza y por lo general aquellos
que pertenecen al primer Rayo de Poder o Voluntad, o al segundo Rayo de
Amor-Sabiduría. Estos son los rayos a que pertenecerá alguno de los dos vehículos
principales --el del alma y el de la personalidad. Hay, desde luego,
excepciones a esta regla, que aumentarán a medida que transcurre el tiempo,
pero en la actualidad, los vehículos de primero o segundo rayo constituyen la
línea de menor resistencia. (6-327/8)
3.
Cada iniciado constituye un punto polarizado de energía precipitada; cada
iniciado trabaja desde un conocido punto de polarización, y su principal tarea
es precipitar la energía a fin de energetizar, estimular y crear lo que se necesita en
cualquier campo inmediato de la actividad divina. La obediencia oculta es, en
realidad, la capacidad de trabajar con estas energías en relación con el Plan,
aunque sólo una ínfima parte de ese Plan es conocido por el iniciado. Así llega
a formar parte de un gran grupo distribuidor de energía.
miércoles, 11 de enero de 2017
Programa 12. Síntesis de la ruta recorrida, Caravana hacia Shamballa
Programa 12. Síntesis de la ruta recorrida, Caravana hacia Shamballa
Publicado el 11 ene. 2017
“Peregrino, amigo, viajemos juntos. La noche está cayendo, los animales salvajes merodean y nuestro fuego está pronto a apagarse. Pero si nos ponemos de acuerdo a compartir la guardia nocturna, vamos a conservar nuestras fuerzas. Mañana nuestro camino será largo y posiblemente nos agotaremos. Caminemos juntos. Tendremos alegría y haremos de ello una celebración. Yo cantaré para ti la canción que cantaban tu madre, tu esposa y tu hermana. Tú me contarás la historia de tu padre acerca del héroe y sus logros. Deja que nuestro camino sea uno. Ten cuidado de no pisar un escorpión y adviérteme de las serpientes. Recuerda, debemos arribar a una cierta aldea montañosa. Viajero, sé mi amigo.”
Analogía de la Caravana con la evolución Espiritual
El camino debe ser único con unidad de los esfuerzos Sendero del Agni Yoga
https://youtu.be/lbbVWH59y8g
“Peregrino, amigo, viajemos juntos. La noche está cayendo, los animales salvajes merodean y nuestro fuego está pronto a apagarse. Pero si nos ponemos de acuerdo a compartir la guardia nocturna, vamos a conservar nuestras fuerzas. Mañana nuestro camino será largo y posiblemente nos agotaremos. Caminemos juntos. Tendremos alegría y haremos de ello una celebración. Yo cantaré para ti la canción que cantaban tu madre, tu esposa y tu hermana. Tú me contarás la historia de tu padre acerca del héroe y sus logros. Deja que nuestro camino sea uno. Ten cuidado de no pisar un escorpión y adviérteme de las serpientes. Recuerda, debemos arribar a una cierta aldea montañosa. Viajero, sé mi amigo.”
Analogía de la Caravana con la evolución Espiritual
El camino debe ser único con unidad de los esfuerzos Sendero del Agni Yoga
https://youtu.be/lbbVWH59y8g
Analogía de la Caravana con la evolución Espiritual
El camino debe ser único con unidad de los esfuerzos Sendero del Agni Yoga
https://youtu.be/lbbVWH59y8g
viernes, 6 de enero de 2017
miércoles, 4 de enero de 2017
RELACIÓN ENTRE EL ESPÍRITU Y LA MATERIA EN EL PLAN DIVINO “La Exteriorización de la Jerarquía” Alice A.Bailey & Djwhal Khul
RELACIÓN ENTRE EL ESPÍRITU Y LA MATERIA EN EL PLAN DIVINO
“La
Exteriorización de la Jerarquía” Alice A.Bailey & Djwhal Khul
Pag.65-69,edic.electr.
*La venida a la encarnación del ser humano espiritualmente
autoconsciente, es la causa incitante del conflicto actual. Si los hijos de
Dios no hubieran "penetrado en las hijos de los hombres" (forma
bíblica y simbólica de expresar la gran relación entre el espíritu y la
materia, establecida en el reino humano), si las entidades espirituales, la
humanidad misma, no hubiese tomado para sí formas materiales y el elemento
positivo espiritual no se hubiera apegado al aspecto material negativo, el
conflicto mundial actual no tendría lugar. Pero el Plan divino de la evolución
estaba basado en el logro de esta relación entre el hombre espiritualmente consciente
y el aspecto forma, y así entró en actividad la gran Ley de Dualidad, dando
lugar a la "caída de los ángeles", al descender desde su estado de
existencia liberada e inmaculada, a fin de desarrollar la plena conciencia
divina en la Tierra, a través de la encarnación material y el empleo del
principio mente. Éste fue el Plan divino, emanado de la Mente de Dios y lanzado
a la actividad y al desarrollo, progresivo por un acto de Su Voluntad. En su
comienzo, tuvo lugar la original "guerra en los cielos" cuando los
hijos de Dios, que respondieron al anhelo divino de experiencia, servicio y
sacrificio, se separaron de los hijos de Dios que no respondieron a esa
inspiración y eligieron permanecer en su estado del ser original y elevado. El
Cristo Mismo dio testimonio de esta verdad, en la historia del Hijo Pródigo y su relación con su
hermano mayor, que no había dejado el hogar del Padre. Por esta parábola se
evidencia dónde estaba la aprobación del Padre. Un estudio cuidadoso de esta
historia y una comprensión intuitiva de sus implicancias, pueden evocar algún
día una respuesta al “pecado de la experiencia” como ha sido llamado, y llevar
a una comprensión de las dos leyes principales que rigen el proceso: la Ley de
Evolución y la Ley de Renacimiento. Aquí está la principal causa iniciadora de
lo que está teniendo lugar ahora.
La segunda causa surgió lentamente de la primera. La materia y
el espíritu, enfocados en la familia humana, y expresando sus cualidades básicas
y naturaleza esencial, estaban eternamente en conflicto. En las primeras etapas
y durante el largo ciclo lemuriano, la infante humanidad evolucionó
constantemente y, sin embargo, a pesar de las separaciones presentes, no fueron
reconocidas. La latente chispa de la mente sólo sirvió para llevar una relativa
iluminación a los cinco sentidos y su aplicación puramente física. La vida
física era fuerte; la vida deductiva, el propio registro de la vida, era
prácticamente nulo. En ese entonces la vida de la humanidad estaba enfocada en
el cuerpo físico, y se fortificaba y estimulaba la naturaleza animal,
desarrollándose el organismo físico y los distintos órganos internos, por el
desarrollo de los cinco sentidos; el hombre se convirtió primordialmente en un
animal egoísta y agresor, sin embargo, a veces tenía vagas tendencias hacia
algo tenuemente presentido como mejor, y momentos de deseos elevados, que no
eran la aspiración ni el anhelo de progreso, tal como los conocemos, sino sus
formas embrionarias.
Al hombre moderno no le es posible visualizar o comprender tal
estado de conciencia, pues lo ha dejado muy atrás. El foco de esta fuerza vital
estaba también en la región de las glándulas adrenales, produciendo la bravura
animal y la resistencia al choque. Pero el dualismo de la naturaleza esencial
del hombre estaba presente como siempre, apareciendo gradualmente las líneas
de separación; lenta, aunque constantemente, las almas precursoras (una
minoría muy reducida) trasladaron en forma gradual su conciencia, elevándola
hasta el plexo solar, y se produjo el reconocimiento del factor deseo por lo
que era material y también la capacidad de reaccionar emocionalmente. Hasta
entonces el deseo y el instinto fueron idénticos en los tiempos lemurianos.
Reflexionen sobre esto, pues es interesante y concierne a un estado de
conciencia del cual el hombre moderno prácticamente nada sabe. Pero, en la
época atlante, las líneas de demarcación, entre lo que constituía la vida
puramente física y lo que —aunque todavía material— podía ser la meta alcanzada
por el esfuerzo, empezaron a controlar la naturaleza puramente animal; el
hombre empezó así a ser adquisitivo y a rodearse de lo que deseaba. Entonces
las líneas de separación entre el animal instintivo y el hombre adquisitivo,
empezaron a definirse con más claridad.
Entre estos precursores se desarrolló gradualmente el elemento
mental, así como se está desarrollando hoy el elemento intuitivo entre los
tipos mentales; los hombres comenzaron a adquirir alguna forma de percepción
mental y a utilizar la poca mentalidad que poseían, en el proceso de
acrecentar sus posesiones materiales. Se inició la etapa de la civilización
(que básicamente es el reconocimiento de la relación grupal). Un período de
existencia urbana reemplazó al de una existencia puramente nómade y agrícola.
Los hombres se congregaron para un mayor bienestar y protección materiales e
iniciaron los procesos rítmicos de concentración, extendiéndose mundialmente.
Estos ciclos son análogos a los de inhalación y exhalación del organismo físico
del hombre. Algún día se hará un estudio de estos factores básicos y controladores
de la existencia humana, la dispersión o descentralización de la vida de la
comunidad, o la expresión del instinto de rebaño en una vuelta superior o
inferior de la espiral de la existencia. Los últimos cien años han visto el
surgimiento de un grave problema en la actual tendencia de la humanidad a
reunirse en grandes ciudades y a congregarse en vastos rebaños, dejando el
campo despoblado de habitantes y creando serios problemas de alimentación,
salubridad y delincuencia. Este ritmo está cambiando actualmente ante nuestros
ojos y soluciona un serio problema: las ciudades son evacuadas y —debido a que
los hombres y las mujeres son impelidos hacia el campo por alguna razón— los señores
de la evolución están interrumpiendo forzadamente e1 ritmo de esa
concentración, y lo sustituyen por el ritmo de la dispersión. Esto contribuirá
grandemente al bien de la raza y facilitará el desarrollo de la síntesis
subjetiva, que enriquecerá notablemente a la humanidad y dará nuevos valores a
la vida.
Las líneas de separación entre la naturaleza animal instintiva y
alguna forma de deseo (aspiración embrionaria), aumentaron continuamente
durante la época atlante, y esta primitiva civilización empezó a manifestar su
propia nota y a establecer nuevas normas de bienestar material y control
egoísta, en mayor escala cada vez, a medida que se desarrollaba la existencia
urbana. Quizás sea difícil visualizar un mundo tan densamente habitado como el
mundo moderno, pero lo estaba. Debido a que dominaba la naturaleza animal, la
tendencia llevaba a la relación sexual y a la procreación de grandes familias,
así como sucede en la actualidad entre las clases inferiores de nuestras zonas
civilizadas, pues los campesinos y los barrios bajos producen más hijos que los
intelectuales. En esos lejanos días, las únicas personas que tenían cierta
medida de inteligencia eran los discípulos e iniciados; guiaban y protegían a la
humanidad infantil, similarmente a como los progenitores modernos guían y
protegen a sus hijos y a como el Estado asume la responsabilidad por el
bienestar de la nación. Entonces la Jerarquía estaba presente en la Tierra
como reyes‑sacerdotes, que actuaban como puntos focales de energía atractiva,
atrayendo hacia sí a aquellos cuyos valores más intangible asumían lentamente
un vago control, definiendo con más claridad las líneas de separación entre el
materialismo y la espiritualidad.
Cabe recordar que la espiritualidad de entonces era muy diferente
de la que hoy se conoce con ese nombre. Era una especie de aspiración hacia un
presentido más allá, hacia la satisfacción de la belleza y la integridad de la
emoción. No había reflexión —tal como la conocemos— en esta actitud, sino sólo
una tendencia hacia lo inalcanzable, pero presentido, y lo que era
deseable. La Jerarquía fomentó esto en los pueblos, mediante el don de la invención
y el empleo de las masas instintivas en la construcción de grandes y bellas
ciudades y estupendas estructuras, cuyas ruinas subsisten hoy, y fue realizado
bajo la guía experta de los iniciados y adeptos que emplearon los conocimientos
que poseían acerca de la naturaleza de la materia y de la energía, para
producir muchas cosas que actualmente el hombre trata a tientas de descubrir y
hacer posible. Todo lo que posibilitaron los modernos procesos de la
civilización y mucho más de lo que hoy se clasifica como descubrimiento
científico, era conocido en la antigua Atlántida, pero no fue desarrollado por
los hombres, sino conferido como un don gratuito, muy parecido a como la gente
obsequia a un niño cosas bellas y maravillosas con las cuales se deleita y las
emplea, aunque sin comprenderlas. En todas partes había grandes y bellas ciudades
llenas de templos, y grandes edificios (de los cuales las ruinas de los caldeos
y babilonios constituyen sus restos degenerados, cuyo vástago es el moderno
rascacielos). La mayoría de nuestro conocimiento científico moderno era poseído
por estos reyes‑sacerdotes, y constituía para las masas, un maravilloso tipo de
magia. La salubridad, la higiene, los medios de transporte y las máquinas
voladoras se desarrollaron, y eran de un orden muy elevado, pero no fueron la
realización del hombre sino dones de la Jerarquía, desarrollados o construidos
bajo una sabia guía. Eran controlados el aire y el agua, porque los guías
sabían cómo controlar y dominar las fuerzas de la naturaleza y los elementos,
pero nada de ello fue resultado de la comprensión, conocimiento o esfuerzo
humano. Las mentes de los hombres no estaban desarrolladas ni eran adecuadas
para semejante tarea, como no lo está la mente de un infante.
*La Exteriorización de la
Jerarquía
Alice A.Bailey & Djwhal Khul
Pag.65-69,edic.electr.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Última entrada
LA INICIACION Y LOS RAYOS
LA INICIACION Y LOS RAYOS 1. Después de la tercera iniciación, [el hombre] localiza (si corresponde esta palabra tan inadecuada) su alma e...
-
CENTRO ALTA MAYOR “El cerebro y la síntesis de los centros” Malvin Artley El cerebro ha fascinado a la humanidad durante époc...
-
EL USO INCORRECTO Y CORRECTO DEL CONOCIMIENTO ESOTÉRICO GA 178 Conferencia III, de Rudolf Steiner Dornach, 25 de noviembre de 1917 Hoy quie...
-
LA VISIÓN TEOSÓFICA DE LA CARNE Y EL ALCOHOL (HPB) En la sección XIII de su libro "La clave de la teosofía", HP Blavatsky...