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domingo, 27 de noviembre de 2016

CENTROS DE FUERZA (DK. “El Tibetano”)

CENTROS DE FUERZA  (DK. “El Tibetano”)


1. El cuerpo etérico está compuesto totalmente de líneas de fuerza y de puntos donde esas líneas se cruzan, formando al cruzarse centros de energía. Donde tales líneas de fuerza se entrecruzan, tenemos un mayor centro de energía, y donde grandes corrientes de energía se encuentran y cruzan como lo hacen en la cabeza y a lo largo de la columna vertebral, tenemos siete centros principales. Hay siete como éstos, además de veintiún centros menores y cuarenta y nueve centros más pequeños, conocidos por los esoteristas.
2. El tema sobre los centros es peligroso si no es bien comprendido; los centros constituyen una amenaza cuando se los despierta prematuramente o se los energetiza indebidamente, y puede resultar muy peligroso para el hombre impulsado por la curiosidad y para el experimentador ignorante. El tiempo no está aún maduro para presentar este tema en forma plenamente coordinada; se previene a los estudiantes que no deben publicar una tesis clara y correlacionada sobre el tema, como resultado de sus investigaciones en mis libros. No obstante, debe dársele al verdadero aspirante la información necesaria.
3. Se ha escrito y discutido mucho acerca de los centros; existe un gran misterio que ha despertado la curiosidad del ignorante y ha tentado a muchos a inmiscuirse en lo que no les concierne.
De ningún modo intento encararlo con el fin de impartir realas o informaciones que permitan vivificar los centros o activarlos. Ante todo formularé una solemne advertencia. El hombre ha de llevar una vida de elevado altruismo, debe sujetarse a una disciplina que someta y refine sus vehículos inferiores y esforzarse por purificar y controlar sus envolturas. Cuando haya hecho esto y elevado y estabilizado su vibración, se hallará que el desarrollo y la consecuente actividad de los centros se han efectuado paralelamente y la tarea ha continuado (fuera de su participación activa) en la dirección deseada. Gran peligro y deplorables calamidades amenazan al hombre que despierta dichos centros empleando métodos ilegítimos y experimentando con los fuegos de su cuerpo sin poseer el necesario conocimiento técnico. Mediante el esfuerzo podrá despertar los fuegos e intensificar la actividad de los centros, pero sufrirá el castigo de su ignorancia destruyendo la materia, quemando los tejidos del cuerpo el cerebro, ocasionando la demencia y abriendo la puerta a corrientes indeseables y destructoras. No es cobardía ser precavido y cuidadoso respecto a las cuestiones que conciernen a la vida subjetiva. Por consiguiente, el aspirante debe realizar tres cosas:
1. Purificar, disciplinar y trasmutar su triple naturaleza inferior.
2. Cultivar el conocimiento de sí mismo y equipar el cuerpo mental mediante buenos pensamientos y acciones.
3. Servir a su raza con absoluta abnegación.
Al proceder así cumple con la ley, se condiciona para obtener entrenamiento, y se capacita para recibir la culminante aplicación del Cetro de Iniciación; de este modo aminorará el peligro que significa despertar el fuego.
4. Los centros del ser humano se relacionan fundamentalmente con el aspecto FUEGO del hombre y con su Espíritu divino. Se relacionan definidamente con la Mónada, el aspecto voluntad, la inmortalidad, la existencia, la voluntad de vivir y con los poderes que son inherentes al Espíritu.
5. Los centros están formados en su totalidad por corrientes de fuerza que descienden del Ego (alma), que las transmite desde la Mónada. En esto reside el secreto de la aceleración gradual de las vibraciones de los centros cuando el Ego, por primera vez, empieza a controlar o a actuar; luego (después de la Iniciación) la Mónada hace lo mismo, originando cambios y acrecentando la vitalidad dentro de estas esferas de fuego o de fuerza vital pura.
Cuando los centros funcionan correctamente, forman el "cuerpo de fuego" que, con el tiempo, es todo lo que le queda, en primer lugar, al hombre en los tres mundos, y después a la Mónada.
Una vez que se destruye la forma sólo queda este cuerpo intangible espiritual de fuego, una llama pura, caracterizada por siete centros brillantes que arden con más intensidad. 
Debemos desechar de nuestra mente la idea de que tales centros son cosas físicas. Constituyen remolinos de fuerza que hacen girar la materia etérica, astral y mental para que desarrollen cualquier clase de actividad.
6. La evolución de los centros es un proceso gradual y lento que avanza en ciclos ordenados, los cuales varían según el rayo de la Mónada del hombre.
7. Los centros de materia física tienen un uso definido y son simples puntos focales de energía ubicados en el cuerpo etérico. Son utilizados como trasmisores de ciertas energías, conscientemente dirigidas por el Ego o Yo, con el fin de inducir al cuerpo físico (que no es un principio) a cumplir con el propósito egóico o propósito del alma.
8. Sólo uno de cada mil aspirantes está en la etapa en que debería empezar a trabajar con la energía de sus centros, y quizás aun estimo que es demasiado optimista. Es mucho mejor que el aspirante sirva, ame, trabaje y se discipline a sí mismo, dejando a sus centros desarrollarse y desenvolverse con más lentitud y por lo tanto con menos peligro. Se desarrollarán inevitablemente, y el método más lento y seguro es (en la mayoría de los casos) el más rápido. Desarrollo prematuro implica mucha pérdida de tiempo y trae, con frecuencia, la simiente de prolongados trastornos.
9. No enseño la manera de despertar los centros, porque el correcto impulso, la firme reacción a los impulsos superiores y el reconocimiento práctico de las fuentes de inspiración, impulsarán a los centros, automáticamente y sin peligro, a la actividad necesaria y apropiada. Este es un sensato método de desarrollo y, aunque lento, no conduce a un desarrollo prematuro y produce un desenvolvimiento íntegro; permite al aspirante convertirse verdaderamente en el Observador, y saber con seguridad lo que está haciendo; conduce a cada centro a un punto de respuesta espiritual y luego establece el ritmo ordenado y cíclico de una naturaleza inferior controlada.

10. Si el aspirante sólo desea lograr el desarrollo espiritual, sinceridad de propósito y compasivo altruismo, y si con serena dedicación se aboca a subyugar el cuerpo emocional y a ampliar el mental, y cultiva el hábito de pensar en forma abstracta, por lógica, se producirá el desarrollo deseado de los centros, evitándose todo peligro.
 11. Se habrán dado cuenta que cuanto más se estudia el tema, más abstruso se hace.
 12. También quisiera pedirles que traten de comprender cinco cosas:
1.Que las personas poco desarrolladas son energetizadas e impulsadas a la actividad externa mediante los tres centros que están debajo del diafragma.
2.Que el hombre común comienza a funcionar principalmente por medio del centro plexo solar y a utilizarlo como centro de fuerza para transferir energías que deben ser llevadas de abajo a arriba del diafragma.
3.Que los aspirantes del mundo son energetizados y controlados lentamente por las fuerzas que se están transfiriendo de los centros situados debajo del diafragma al centro laríngeo y desde el alma al centro laríngeo, lo cual conduce a un actividad creadora determinada.
4.Que los discípulos del mundo comienzan a ser regidos y controlados por los centros laríngeo y cardíaco y también empiezan a transferir las fuerzas que han sido elevadas a los centros cardíaco y laríngeo, y de éste al centro ajna, ubicado entre las cejas, en el medio de la frente. Realizado esto, el hombre se convierte entonces en una personalidad integrada. El alma también estimula al centro ajna.
5.Que los discípulos más avanzados y los iniciados del mundo son energetizados desde dos fuentes: las energías que ascienden y se elevan hasta la cabeza desde los centros del cuerpo, y las que afluyen a la estructura humana desde el alma, por conducto del centro más elevado ubicado en la cima de la cabeza.
Todo el procedimiento, como podrá verse, consiste en desarrollar, utilizar y transferir, como sucede en todo el desarrollo evolutivo.
 13. Debemos tener en cuenta que en las envolturas astral y mental tenemos la contraparte de los centros ubicados en el cuerpo físico.
 14. Los tres centros mayores en el cuerpo del Logos planetario son:
 El centro coronario   Shamballa   ler. Rayo de la Voluntad
El centro cardíaco   La Jerarquía   2do. Rayo de Amor Sabiduría
El centro laríngeo   La Humanidad   3er. Rayo de Inteligencia Activa.
El impacto sobre la Humanidad, de las nuevas energías entrantes, será el resultado de la redirección planificada. Esto traerá una era de actividad creadora grandemente acentuada; será una actividad de tal naturaleza como no se ha visto antes, y se expresará en cada sector del vivir humano.




Nota: Se hace notar que el “Ego” al que se hace referencia en el texto, es el alma o Yo Superior.

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