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lunes, 30 de mayo de 2016

domingo, 29 de mayo de 2016

CENTROS DE FUERZA (DK. “El Tibetano”)

CENTROS DE FUERZA  (DK. “El Tibetano”)


1. El cuerpo etérico está compuesto totalmente de líneas de fuerza y de puntos donde esas líneas se cruzan, formando al cruzarse centros de energía. Donde tales líneas de fuerza se entrecruzan, tenemos un mayor centro de energía, y donde grandes corrientes de energía se encuentran y cruzan como lo hacen en la cabeza y a lo largo de la columna vertebral, tenemos siete centros principales. Hay siete como éstos, además de veintiún centros menores y cuarenta y nueve centros más pequeños, conocidos por los esoteristas.
 2. El tema sobre los centros es peligroso si no es bien comprendido; los centros constituyen una amenaza cuando se los despierta prematuramente o se los energetiza indebidamente, y puede resultar muy peligroso para el hombre impulsado por la curiosidad y para el experimentador ignorante. El tiempo no está aún maduro para presentar este tema en forma plenamente coordinada; se previene a los estudiantes que no deben publicar una tesis clara y correlacionada sobre el tema, como resultado de sus investigaciones en mis libros. No obstante, debe dársele al verdadero aspirante la información necesaria.
 3. Se ha escrito y discutido mucho acerca de los centros; existe un gran misterio que ha despertado la curiosidad del ignorante y ha tentado a muchos a inmiscuirse en lo que no les concierne.
De ningún modo intento encararlo con el fin de impartir realas o informaciones que permitan vivificar los centros o activarlos. Ante todo formularé una solemne advertencia. El hombre ha de llevar una vida de elevado altruismo, debe sujetarse a una disciplina que someta y refine sus vehículos inferiores y esforzarse por purificar y controlar sus envolturas. Cuando haya hecho esto y elevado y estabilizado su vibración, se hallará que el desarrollo y la consecuente actividad de los centros se han efectuado paralelamente y la tarea ha continuado (fuera de su participación activa) en la dirección deseada. Gran peligro y deplorables calamidades amenazan al hombre que despierta dichos centros empleando métodos ilegítimos y experimentando con los fuegos de su cuerpo sin poseer el necesario conocimiento técnico. Mediante el esfuerzo podrá despertar los fuegos e intensificar la actividad de los centros, pero sufrirá el castigo de su ignorancia destruyendo la materia, quemando los tejidos del cuerpo el cerebro, ocasionando la demencia y abriendo la puerta a corrientes indeseables y destructoras. No es cobardía ser precavido y cuidadoso respecto a las cuestiones que conciernen a la vida subjetiva. Por consiguiente, el aspirante debe realizar tres cosas:
1. Purificar, disciplinar y trasmutar su triple naturaleza inferior.
 2. Cultivar el conocimiento de sí mismo y equipar el cuerpo mental mediante buenos pensamientos y acciones.
 3.Servir a su raza con absoluta abnegación.
Al proceder así cumple con la ley, se condiciona para obtener entrenamiento, y se capacita para recibir la culminante aplicación del Cetro de Iniciación; de este modo aminorará el peligro que significa despertar el fuego.
 4. Los centros del ser humano se relacionan fundamentalmente con el aspecto FUEGO del hombre y con su Espíritu divino. Se relacionan definidamente con la Mónada, el aspecto voluntad, la inmortalidad, la existencia, la voluntad de vivir y con los poderes que son inherentes al Espíritu.
 5. Los centros están formados en su totalidad por corrientes de fuerza que descienden del Ego, que las transmite desde la Mónada. En esto reside el secreto de la aceleración gradual de las vibraciones de los centros cuando el Ego, por primera vez, empieza a controlar o a actuar; luego (después de la Iniciación) la Mónada hace lo mismo, originando cambios y acrecentando la vitalidad dentro de estas esferas de fuego o de fuerza vital pura.
Cuando los centros funcionan correctamente, forman el "cuerpo de fuego" que, con el tiempo, es todo lo que le queda, en primer lugar, al hombre en los tres mundos, y después a la Mónada.
Una vez que se destruye la forma sólo queda este cuerpo intangible espiritual de fuego, una llama pura, caracterizada por siete centros brillantes que arden con más intensidad.
Debemos desechar de nuestra mente la idea de que tales centros son cosas físicas. Constituyen remolinos de fuerza que hacen girar la materia etérica, astral y mental para que desarrollen cualquier clase de actividad.
6. La evolución de los centros es un proceso gradual y lento que avanza en ciclos ordenados, los cuales varían según el rayo de la Mónada del hombre.
 7. Los centros de materia física tienen un uso definido y son simples puntos focales de energía ubicados en el cuerpo etérico. Son utilizados como transmisores de ciertas energías, conscientemente dirigidas por el Ego o Yo, con el fin de inducir al cuerpo físico (que no es un principio) a cumplir con el propósito egoico.
 8. Sólo uno de cada mil aspirantes está en la etapa en que debería empezar a trabajar con la energía de sus centros, y quizás aun estimo que es demasiado optimista. Es mucho mejor que el aspirante sirva, ame, trabaje y se discipline a sí mismo, dejando a sus centros desarrollarse y desenvolverse con más lentitud y por lo tanto con menos peligro. Se desarrollarán inevitablemente, y el método más lento y seguro es (en la mayoría de los casos) el más rápido. Desarrollo prematuro implica mucha pérdida de tiempo y trae, con frecuencia, la simiente de prolongados trastornos.
 9. No enseño la manera de despertar los centros, porque el correcto impulso, la firme reacción a los impulsos superiores y el reconocimiento práctico de las fuentes de inspiración, impulsarán a los centros, automáticamente y sin peligro, a la actividad necesaria y apropiada. Este es un sensato método de desarrollo y, aunque lento, no conduce a un desarrollo prematuro y produce un desenvolvimiento íntegro; permite al aspirante convertirse verdaderamente en el Observador, y saber con seguridad lo que está haciendo; conduce a cada centro a un punto de respuesta espiritual y luego establece el ritmo ordenado y cíclico de una naturaleza inferior controlada.
10. Si el aspirante sólo desea lograr el desarrollo espiritual, sinceridad de propósito y compasivo altruismo, y si con serena dedicación se aboca a subyugar el cuerpo emocional y a ampliar el mental, y cultiva el hábito de pensar en forma abstracta, por lógica, se producirá el desarrollo deseado de los centros, evitándose todo peligro.
11. Se habrán dado cuenta que cuanto más se estudia el tema, más abstruso se hace.
 12. También quisiera pedirles que traten de comprender cinco cosas:
1.Que las personas poco desarrolladas son energetizadas e impulsadas a la actividad externa mediante los tres centros que están debajo del diafragma.
2.Que el hombre común comienza a funcionar principalmente por medio del centro plexo solar y a utilizarlo como centro de fuerza para transferir energías que deben ser llevadas de abajo a arriba del diafragma.
3.Que los aspirantes del mundo son energetizados y controlados lentamente por las fuerzas que se están transfiriendo de los centros situados debajo del diafragma al centro laríngeo y desde el alma al centro laríngeo, lo cual conduce a un actividad creadora determinada.
4.Que los discípulos del mundo comienzan a ser regidos y controlados por los centros laríngeo y cardíaco y también empiezan a transferir las fuerzas que han sido elevadas a los centros cardíaco y laríngeo, y de éste al centro ajna, ubicado entre las cejas, en el medio de la frente. Realizado esto, el hombre se convierte entonces en una personalidad integrada. El alma también estimula al centro ajna.
5.Que los discípulos más avanzados y los iniciados del mundo son energetizados desde dos fuentes: las energías que ascienden y se elevan hasta la cabeza desde los centros del cuerpo, y las que afluyen a la estructura humana desde el alma, por conducto del centro más elevado ubicado en la cima de la cabeza.
Todo el procedimiento, como podrá verse, consiste en desarrollar, utilizar y transferir, como sucede en todo el desarrollo evolutivo.
13. Debemos tener en cuenta que en las envolturas astral y mental tenemos la contraparte de los centros ubicados en el cuerpo físico.
14. Los tres centros mayores en el cuerpo del Logos planetario son:
El centro coronario   Shamballa   ler. Rayo de la Voluntad
El centro cardíaco   La Jerarquía   2do. Rayo de Amor Sabiduría
El centro laríngeo   La Humanidad   3er. Rayo de Inteligencia Activa.
El impacto sobre la Humanidad, de las nuevas energías entrantes, será el resultado de la redirección planificada. Esto traerá una era de actividad creadora grandemente acentuada; será una actividad de tal naturaleza como no se ha visto antes, y se expresará en cada sector del vivir humano.




Nota: Se hace notar que el “Ego” al que se hace referencia en el texto, es el alma o Yo Superior.

lunes, 23 de mayo de 2016

LA GRAN INVOCACIÓN, LA ESPADA DE DIOS.- Artículo extraído de Lucis Trust.

LA GRAN INVOCACIÓN, LA ESPADA DE DIOS



LA GRAN INVOCACIÓN

Desde el punto de luz en la mente de Dios
Que afluya luz a las mentes de los hombres
Que la luz descienda a la tierra.

Desde el punto de Amor en el corazón de Dios
Que afluya Amor a los corazones de los hombres
Que Cristo retorne a la tierra.

Desde el centro donde la voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres
El propósito que los Maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres
Que se realice el Plan de Amor y de Luz y selle la puerta donde se halla el mal
Que la luz, el Amor y el Poder, restablezcan el Plan en la tierra.


LA GRAN INVOCACIÓN, LA ESPADA DE DIOS

Engañosamente, la Gran Invocación en su presentación inmediata es una composición de palabras sencillas y suaves; sin embargo, detrás de las palabras está la fuerza conductora de una potencia inmensa de efectos mágicos e impresionantes llevados a cabo en las alas del pensamiento y palabras.
Wendy Boyd 


EL MAESTRO JESÚS DIJO: “No vine a traer la paz sino una espada.” Esto es una forma de llamar la atención y, al mismo tiempo, una afirmación desafiante, aunque el sentido de expectativa asociada con Su reaparición descansa principalmente sobre la idea de que definitivamente la paz es lo que Él traerá. De hecho, muchos asumen que es Su tarea divina traer la paz, poner fin a los problemas mundiales y que, por esto, la humanidad está exenta de toda responsabilidad. Igualmente existe una tendencia a imaginar que en Su reaparición se manifestará en la misma forma que Él tomó antes como Jesús de Nazaret. Aunque la apariencia que tomará es aún desconocida, parece razonable que la primera señal de este evento será un despertar en la consciencia humana –esto es, primero Él estará presente en la consciencia misma. Conforme el corazón y la mente humana descubren, experimentan y expresan cada vez más el principio Crístico a través de la correcta acción y las correctas relaciones humanas, Él reaparecerá. Una forma en la cual se puede ver que esto está sucediendo es a través de los miles que han pasado por la primera iniciación, El “nacimiento de Cristo en la caverna del corazón”. Por lo tanto, la espada que Él trae es digna de examen, porque tiene diversas implicaciones tanto como símbolo y como energía.

Que Él solo y sin ayuda traerá la paz y solucionará los problemas de la humanidad no es solamente una ilusión peligrosa, que refuerza la apatía y la dependencia, sino que también fomenta el espejismo de ver a Cristo en una forma estrictamente astral, altamente cargada con fervor aspiracional o emocional. Entonces existe una parte importante que la espada está desarrollando, cortando y desenraizando primero las ilusiones y espejismos que rodean las formas mentales distorsionadas con relación a Cristo. La Gran Invocación, como espada de la verdad, le señala a la consciencia directamente la realidad –el centro donde la mente, el corazón y la voluntad de Dios son conocidos y experimentados. La invocación unida por Su retorno a la Tierra, en la segunda estrofa, trata sobre la liberación de una energía esencial, la energía de amor, más que por la aparición de una forma divina, no importa cuan excelsa sea. Para esto, la Jerarquía ha usado palabras como una fórmula que instantáneamente eleva el corazón y la mente sobre las formas astrales en torno de Cristo, y con ello ubica la consciencia en un estado impersonal, un estado de la mente y del ser de consciencia realmente grupal.

Engañosamente, la Gran Invocación, en su presentación inmediata, es una composición de palabras suaves y sencillas; sin embargo, detrás de las palabras está la fuerza conductora de una potencia inmensa y de efectos totalmente mágicos e impresionantes, llevados a cabo en las alas del pensamiento y de la palabra. Una de las lecciones más rudimentarias que el discípulo debe aprender es el control de la palabra, especialmente porque el uso nocivo del lenguaje puede abrir la puerta a los elementos más perjudiciales de las fuerzas astrales. En este contexto estamos considerando el poder de las palabras, símbolos e imágenes y cómo pueden ser usadas para invocar energías espirituales y crear determinados efectos. Al decir la Gran Invocación tenemos claro, ya sea que estemos solos o en grupo, que son las fuerzas más elevadas de luz, amor y poder las que deseamos invocar. En cierto sentido, es poesía intuitiva, desde la que la forma y la estructura usada promueve las cuatro cualidades de la intuición, iluminación, comprensión y amor. Como se ha dicho, precipita el efecto y expone la causa –invocando la realidad a través de la intuición como lo opuesto a la ilusión.
La Palabra como la Espada
Es interesante darse cuenta que “ espada” ( sword, en inglés) se convierte en palabra word, en inglés) cuando la letra “s” es eliminada y se puede decir que a través de la Gran Invocación estamos manejando Su palabra en el nombre de Cristo como el Representante Divino de la Voluntad de Dios.

La forma que toma la Gran Invocación se basa en una serie de palabras que sirven como el vehículo activador a través del cual el mensaje encapsulado del Plan Divino puede ser cumplido. Por lo tanto, se puede decir que todo individuo o grupo que usa la Gran invocación toma la espada/palabra y ayuda en la “creación-destrucción” de los obstáculos que impiden el sendero de Su retorno: por una parte, destruyendo las barreras, y por otra, penetrando la materia etérica a través del poder de la correcta palabra para crear la forma y construir el sendero que se debe tomar –un sendero esculpido con verdad, amor y la intención unida. La Gran Invocación está entrenando el corazón y la mente en el diestro arte del manejo de la espada/palabra en el combate espiritual para que las fuerzas de la luz, el amor y el poder puedan surgir triunfantes en la Tierra.

Sin embargo, la espada, como Excalibur, aún tiene que ser extraída de la piedra, de la piedra concreta de la mente inferior. La Gran Invocación se puede ver como el Excalibur que es liberado de la piedra y surge a la vida para todos aquellos que aplican la voluntad-al-bien para usarla –la espada en la piedra está esperando ser empuñada y cumplir su destino, la promesa del paraíso recuperado. Aunque la leyenda de Arturo está más allá del ámbito de este trabajo, hay algunos paralelos interesantes entre los símbolos clave de Excalibur/Arturo y la Gran Invocación/Reaparición de Cristo. Por ejemplo, un tema –la creencia de que Arturo no está muerto y retornará- permanece enraizada en la mente popular a través de los siglos. Las primeras referencias provienen desde las áreas celtas en un poema Galés, el cual advierte crípticamente, “La tumba de Arturo es un misterio hasta el día del juicio”; se menciona un combatiente que escapó a Bodwin (Cornualles) en 1113, porque un francés se burló de un hombre de esa localidad, por asegurar que Arturo estaba vivo; son alusiones a una creencia obstinada entre las personas de que él retornaría. Adicionalmente, Arturo se convirtió en la encarnación del ideal del caballero cristiano recibiendo su herida mortal a manos de su sobrino Mordred, un caballero falso y traidor, el Judas de Camelot, quien abrió la puerta al mal. En el tema de las palabras, símbolos y sus implicaciones es interesante darse cuenta que la palabra mal evil, en inglés) es vida live, en inglés) escrita al revés.

Arturo puede ser comparado, al compartir una función similar, con el principio Crístico en cuanto que su presencia o aparición es la clave para liberar la espada de la roca. En este contexto es representativa de la transición desde la “adherencia” de la mente concreta inferior, a la velocidad más rápida y superior de la intuición, dando a la Gran Invocación un efecto transformador en el plano mental.

La leyenda dice que solamente Arturo, de corazón muy puro, podía sacar la espada de la roca, y esto corresponde al requerimiento de un centro cardiaco desarrollado y purificado como una base esencial para el uso del aspecto voluntad con relación al trabajo esotérico. Similarmente, la Gran Invocación, como Excalibur/Arturo, trabaja más efectivamente cuando es manejada con un corazón y motivo puro.
La Espada de Mercurio
Otro ejemplo del uso de la espada, y su correspondencia simbólica del trabajo preparatorio, se encuentra en la historia de Hércules como el discípulo mundial. Antes de que Hércules empezara sus doce trabajos, los dioses le dieron ciertos dones. Se nos ha dicho que “Con lenguaje agraciado y brillante ingenio llegó Mercurio, llevando una espada de raro diseño, que él ofreció a Hércules en un estuche de plata. Él la ató en el muslo de Hércules, pidiéndole que la mantuviera afilada y brillante. “Debe dividir y cortar,” dijo Mercurio, “y debe moverse con precisión y adquirida destreza.” 1

También se nos ha dicho que “el don de una espada que vino de Mercurio, el mensajero de los dioses, es de profunda importancia, porque la espada es el símbolo de la mente que divide, separa y corta. A través de su uso, Mercurio añadió a los demás dones concedidos a Hércules el análisis mental y la discriminación. * 2. A Mercurio también se le llama el mensajero alado y está asociado con la comunicación; en esencia él es el “mensajero del cielo” o, en este contexto, el mensajero de la Jerarquía, resumiendo el poder de la palabra hablada en conjunción con la técnica de la invocación. La versión Griega de Mercurio es Hermes, que significa “interprete o mediador”; ciertamente, parecería ser una interrelación de estas habilidades requeridas si la humanidad, como el discípulo mundial, va a actuar como embajador de la Jerarquía al presentar la Gran Invocación a los demás.

Los alquimistas equipararon a Mercurio con los conceptos relacionados de fluidez y transmutación y, a causa de su fluidez (como en el caso de todos los líquidos), el uso de la Gran Invocación es uno de los procesos más alquímicos que ocurren cuando transmuta la materia en espíritu, elevándola desde lo inferior a los superior y desde lo transitorio a lo estable. Se nos ha dicho que Mercurio es “supremamente mental,” siendo el principal agente del tercer aspecto de inteligencia activa y al mismo tiempo encarnando el segundo aspecto de amor-sabiduría, en particular el aspecto sabiduría. Se refiere a él como una energía dual, en la medida que expresa tanto la mente concreta como la mente abstracta de Dios. Otro punto de interés es que la mente concreta inferior fue desarrollada en el primer sistema solar y la mente abstracta superior o intuitiva, la razón pura, se está desarrollando en este sistema. Por lo tanto, al decir la Gran Invocación y distribuyéndola y llevándola a la atención del público estamos ayudando en este proceso en una escala Cósmica. La energía de Mercurio es de naturaleza sintetizadora, reuniendo mente-sabiduría expresándose a través del alma humana. Adicionalmente, Mercurio rige el puente o antakarana.

Las implicaciones de Mercurio son muchas, incluso el sistema nervioso está controlado por esta energía, porque los nervios son los mensajeros en el plano biológico. También, como un punto de interés, el famoso médico herbario y astrólogo Nicolás Culpeper (1616-1654) asignó hierbas, raíces, flores y semillas a sus planetas regentes, percibiendo que éstas contenían las virtudes del planeta para propósitos medicinales y de sanación. En su libro él cita "Dios está en todo, Su imagen está impresa en cada hierba.” Aquellas hierbas regidas por Mercurio eran particularmente benéficas para las “enfermedades del cerebro" como la calaminta o menta de montaña; igualmente dijo que el eneldo “fortalece el cerebro.”
Otros símbolos
La espada, en esencia, está compuesta de una hoja y una guarnición; es por lo tanto un símbolo de “conjunción,” especialmente como en la edad media, cuando toma la forma de una cruz. En términos astrológicos, una conjunción es la cercanía o proximidad de dos cuerpos celestes, encontrándose o pasando, o la presencia en la misma parte de los cielos de dos cuerpos celestes. Podría decirse que una correspondencia similar está ocurriendo conforme Piscis se aleja de su larga influencia y es reemplazada por la energía entrante de Acuario, causando un sentido de dos energías cruzándose, incluso chocando, hasta que la transición desde un ciclo de sexto rayo a un ciclo de séptimo rayo sea plenamente establecido.

En términos de la espada y en relación con los romanos, ellos creían que el hierro a causa de su asociación con Marte podía proteger contra los espíritus malignos. Su significado simbólico principal, sin embargo, es de una herida y el poder para herir y, no obstante, es el motivo detrás de la herida lo que la hace buena o mala. Por ejemplo, un doctor puede infligir dolor para tratar una herida o un soldado toma una vida para poder salvar cientos de vidas. Ya que quienes dicen la Gran Invocación no están manejando la espada para herir sino para sanar, la espada entonces es la aliada del discípulo en la lucha para liberar a los “prisioneros del planeta”. Para este efecto, la espada de la invocación puede penetrar y perforar el mundo material dentro de lo espiritual y descargar la evocación esperada de las fuerzas redentoras. Sobre este tema, las armas de guerra pueden ser símbolos positivos y la espada permanece como símbolo de la justicia y de la autoridad superior. Mientras la daga representa el falo y la masculinidad en general en la cultura megalítica, la espada es la contraparte de la rueca, la cual es el símbolo femenino de la continuidad de la vida. La espada y la rueca simbolizan, respectivamente, la muerte y la fertilidad, los dos opuestos que constituyen el simbolismo básico de la montaña, y la montaña tiene la forma semejante a un triángulo, la firma sagrada de Dios.

Esto relaciona el propósito de la invocación, el cual es crear puntos de tensión similares a la espada en los picos de la montaña de energía triangular, a través de los cuales la demanda expresada puede aumentar y subir a los cielos. A su vez, las cuatro estrofas que compilan la Gran Invocación están situadas como cuatro montañas sólidas dentro del terreno de la mente grupal. En la filosofía china las montañas permanecen juntas dando la imagen de quietud; el éxito de la Invocación y la evocación resultante están vinculadas a la habilidad para fusionarse con el “punto inmóvil en el centro” prioritario a la liberación de la “conjunta intención” grupal. De esta forma la mente, como una gran montaña bañada en la luz del sol, se mantiene firme en la luz del alma y alineada al esfuerzo e intención Jerárquica. A este respecto estamos alineando el esfuerzo grupal con la “constancia, exactitud y poder” que el Cristo y la Jerarquía Espiritual adoptan cuando dicen la Gran Invocación y como una fuerza unida toman las espadas y por lo tanto la(s) palabra(s) de Dios.
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Artículo extraído de Lucis Trust.

lunes, 2 de mayo de 2016

LAS LEYES DIVINAS O NATURALES

LAS LEYES DIVINAS O NATURALES



Las leyes que determinan la actividad de la Naturaleza y rigen los movimientos de la materia, unas veces destruyendo, otras organizando, y que producen las más variadas formaciones orgánicas e inorgánicas, son eternas e inmutables. Esto forma parte de la “Sabiduría Perenne. ”La comprensión de la sabiduría perenne significa superar nuestras limitaciones basadas, tanto en el desconocimiento de las leyes que rigen el cosmos como en el desconocimiento de nuestro propio ser, el microcosmos. La principal ley que necesitamos interiorizar aquí en este plano material en que habitamos es la ley general de la evolución. No sólo porque ella es la explicación fundamental del universo y de nuestro devenir sino porque nos entrega las líneas centrales del mapa de la existencia.

La existencia,  así como la vida y la creación no podrían tener cabida sin un orden. El equilibrio es necesario y para eso es imprescindible una intencionalidad.

La ley divina es la propia ley natural por la que se rige el universo. Si somos verdaderos discípulos llegaremos a comprender estas leyes. Si no fuera así nuestro desarrollo estaría pendiente de producirse, ya que estas leyes solo nos representarían palabras y más palabras. Por estas leyes serige el Universo y quien se rige por ellas lo consigue todo. No hablamos de conocer las leyes por el simple hecho de conocerlas, sino del conocimiento que necesitamos adquirir, entender y comprender, haciéndolo nuestro, para poder vivir coherentemente de acuerdo con estas leyes.

Podemos pensar que sí, que nos regimos por leyes divinas, que las conocemos y que ya estamos preparados, que no necesitamos ni leer, ni estudiar, ni discernir, ni discriminar, ni servir. O sea que ignorantemente nos sentimos felices pensando que lo sabemos todo y, seguramente, nos puede faltar mucho para salir de tanto espejismo como nos rodea, y uno de ellos podría ser nuestras propias creencias, y dejaremos de tener creencias cuando lleguemos al SER, a nuestra esencia, yeso no se consigue por arte de magia, hay que ejercitar la voluntad y el amor.

Estas leyes esconden el secreto y la esencia de la vida y encierran un programa a desarrollar: el progreso del espíritu que trata de manifestarse. Nuestra misión, a través de las vidas, es desarrollar el espíritu en su plenitud, única manera de conformar la UNIDAD en su perfección y de que se establezca el Plan de Dios en la tierra.

Siempre ha habido seres más avanzados que han sabido lo relacionado con estas leyes o principios, pero ya no son necesarias aquellas organizaciones secretas poseedoras de estos conocimientos. Todavía puede haber quien se otorga esa categoría de poseedor de la verdad, y autoridad, que los demás tienen que seguir porque tal o cual entidades quien tiene la verdad y nos va a salvar. Sin embargo, la humanidad, cada día más, está desarrollando su mente y va adquiriendo la capacidad necesaria para saber los pasos que tiene que dar para tener acceso a estos principios, entenderlos, comprenderlos y vivir conforme a ellos. Para ello es absolutamente indispensable nuestro trabajo para, por nosotros mismos, llegar a la raíz, a la causa de todas las cosas, sin necesidad de que nadie no se equivoque, incluso con la mejor de las intenciones. Es nuestro deber y obligación explotar nuestros talentos, para que cuando creamos, que sea con absoluto convencimiento, y la creencia será sustituida por el SER.

Cuando se reconozca que el hombre común sólo ha sido hasta ahora plenamente consciente en el plano físico, semiconsciente en el emocional y que ahora comienza a desarrollar la conciencia en el plano mental, se evidenciará que su comprensión de las informaciones cósmicas sólo puede ser rudimentaria.

Este tema podríamos tratarlo desde diferentes ángulos. Una versión nos habla de una inteligibilidad racional en el cosmos. Puede encontrarse en las leyes de la física, que son las reglas fundamentales por las que se rige la naturaleza. Y aquí nos podríamos hacer una pregunta:

¿Cuál puede ser la raíz de estas leyes?, que son, que están y que simplemente se nos presentan como una realidad que es, y que como tal hay que aceptarla.

Los físicos se han dedicado a describir fenómenos sin importarles su origen. Se daba por supuesto que esas leyes matemáticas inmutables, absolutas y universales existen, sin dar mayor importancia a su raíz, simplemente son, y las razones, aparentemente, no parece que haya que prestarles ninguna atención, porque los hechos son.

Parece ser que en este siglo XXI, el debate entre círculos científicos y espiritualistas pudiera hacerse posible y las posturas son más cercanas, más beligerantes y desapasionadas. Posiblemente sea algo importantísimo que estemos poniendo en práctica: el desarrollo de lamente, que nos permite dialogar.

Hay un principio fundamental: “Como Es Arriba, es Abajo”. Una ley oculta y clave para la comprensión esotérica del Universo, es la llamada Ley de las Correspondencias o de las Analogías, configurada en el principio “Como es arriba, es abajo”, al que hemos hecho referencia. Esto significa que el Microcosmos, el Ser Humano, es una réplica perfecta y completa en la cual se refleja el Macrocosmos. O lo que es lo mismo, el Ser Humano, reproduce íntegramente la naturaleza, la constitución y las leyes fundamentales que rigen el Macrocosmos. “En nosotros está la fórmula exacta y sintética del Universo”. He aquí la justificación de “hombre conócete a ti mismo y conocerás el Universo”.

Así también se puede entender el significado profundo de esta frase “Dios creó al Hombre a Su imagen y semejanza”. Es una imagen y semejanza en su sentido más auténtico y profundo. Desde esta luz se pueden comprender las palabras del salmo repetidas en el evangelio de S. Juan: “Sois todos dioses e hijos del Altísimo”. Seguimos hablando de analogías.

¿Cómo llegaremos a conocernos a nosotros mismos; podremos echarnos a dormir, pensar que ya lo sabemos todo, que todo es bien fácil, que solamente tenemos que amar….? Más bien se tendría que decir que no, y seguramente las palabras de Cristo de “poner la otra mejilla”, podrían referirse a hacer el camino, cayéndonos y levantándonos una y otra vez hasta aprender cada mensaje de la vida. Seguramente que así llegaremos a conocernos a nosotros, las leyes y el Universo. Por otra parte ¿acaso sabemos lo que es amar, y acaso amamos; estamos explotando todos nuestros talentos para conocer, entender y comprender, y poder actuar en consecuencia, o nos conformamos con lo que nos cuentan los demás?.

Toda la sabiduría formará parte de nuestro haber en la medida que hollemos el sendero de retorno a la casa del Padre; el premio del “ciento por uno” es una realidad, pero no nos tocará en una tómbola, todo hay que ganarlo.

Dice El Kybalion:

- «Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de comprender.»

- «Donde quiera que estén las huellas del Maestro, allí los oídos del que está pronto para recibir sus enseñanzas se abren de par en par.»

- «Cuando el oído es capaz de oír, entonces vienen los labios que han de llenarlos con sabiduría.»

Para llegar a la sabiduría y a la comprensión de todas las leyes, necesariamente, tenemos que tener voluntad y superar las pruebas del camino, e intencionadamente, purificarnos y redimirnos, o lo que es lo mismo, eliminar las viejas estructuras para regirnos por las nuevas, lo cual supone, y no está mal repetirlo una vez más, estudio, análisis, discernimiento, discriminación y servicio. No podemos cambiar estructuras sin este trabajo y no podremos realizar mejores trabajos sin mejores estructuras.

LA LEY

¿Qué es la Ley divina? Es la determinación tanto en las cosas más insignificantes como en las más importantes, de la voluntad y el propósito divinos. Está más allá del conocimiento del hombre, y algún día la masa comprenderá que todas las leyes de la naturaleza tienen su contraparte espiritual y que funcionan universalmente, sin elegidos, todos somos iguales y por lo tanto no hay excepciones.

El sabio rige en lo inferior y sirve en lo superior. Obedece a las leyes que están por encima de él, y en las que están por debajo de él ordena. De esta manera el hombre forma parte del principio en vez de oponerse al mismo. El sabio se sumerge en la Ley y colabora sin ser un esclavo.

Todo está en el TODO, y el TODO está en todas las cosas. El que esto comprende, ha adquirido gran conocimiento. Esto queda resumido en siete principios:

1. Principio del Mentalismo: Todo es Mente, el universo es Mental. Base del principio creador.
2. Principio de Correspondencia: Como es arriba es abajo. Ley de las analogías.
3. Principio de Vibración: Todo está en movimiento, todo vibra. Nada es estático.
4. Principio de Polaridad: Todo es dual. El equilibrio de los pares de opuestos será nuestro gran trabajo en el camino espiritual.
5. Principio de Ritmo: Todo es cíclico, fluye y refluye, siempre está el avance y el retroceso.
6. Principio de Causa y Efecto: Ley del karma. Todo efecto tiene una causa y toda causa produce un efecto. Nada es casualidad y todos los acontecimientos de la vida tienen su base en esta Ley.
7. Principio de Generación: Es el principio de la creación en cualquier plano.

La violación de la ley, de forma consciente o inconsciente ,tiene sus consecuencias. El cuerpo humano no escapa a esas leyes naturales inmutables. Toda enfermedad es el resultado de la violación de estas leyes naturales. Las personas se enferman porque en esta vida o en anteriores han descuidado los principios fundamentales que nos rigen. Algunas personas exigen salud perfecta, bienestar de todo tipo y creen tener derecho a ello, olvidándonos de que todos los efectos tienen sus causas. Todo está regulado por la ley Divina y aprendemos con el cumplimiento de la ley.

Ana Castro

LIBRE ALBEDRIO

Podría decirse que dentro de los límites de la sabia orientación del hombre inteligente, existe el libre albedrío, en lo que concierne a la actividad del reino humano. Allí donde no existe actividad mental ni facultad para discriminar, analizar y elegir para decidir con responsabilidad y observando las leyes divinas, se impone y entra en acción  la ley del karma y ante esto no tenemos escapatoria, nuestro libre albedrío ha decidido libremente no contemplar la Ley y entonces se impone la Ley de Causa y Efecto que es una Ley de justicia y por eso también se le llama "Ley de la Justa Retribución" que nos va a permitir rectificar y asimilar la enseñanza. 

La gran diferencia que existe entre el reino humano en los tres mundos y los otros reinos de la naturaleza, es el libre albedrío. En la cuestión muerte, el libre albedrío tiene, en último análisis, una definida relación con el alma; la voluntad del alma se cumple consciente o inconscientemente, en lo que a su decisión de la muerte concierne, y esta idea contiene en sí muchas implicaciones sobre las cuales se haría muy bien en reflexionar.

Es imposible predecir lo que hará el género humano, debido al factor del libre albedrío. Tan es así, que el cumplimiento del Plan de Dios en la tierra no se hará presente sin la libre colaboración del ser humano. El ser humano disfruta de soberanía personal que implica el poder y la autoridad intrínsecos del individuo para determinar su propia dirección y destino, o lo que es lo mismo: LIBRE ALBEDRÍO.



 Ana Castro Valle

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