EL ALMA Y SUS LEYES (ACV.)
El alma es el principio sensible que subsiste en toda manifestación
externa, compenetra todas las formas y constituye la conciencia de Dios Mismo.
Cuando la humanidad esté segura de su divinidad e inmortalidad y
haya adquirido conocimiento sobre la naturaleza del alma y el reino en el cual
funciona el alma, su actitud hacia la vida y los asuntos cotidianos sufrirá tal
transformación que veremos surgir en verdad un nuevo cielo y una nueva tierra.
He aquí unos enunciados de estas leyes que nos puede dar mucho
para estudiar:
Ley del Sacrificio.
Significa el impulso de dar. El secreto de la doctrina del
“perdón de los pecados y de la expiación” está oculto en esta frase.
El sacrificio de los ángeles solares trajo a la existencia el cuarto
reino de la naturaleza. Nosotros elegimos morir y este sacrificio permitió que
evolucionara la conciencia que mora internamente en la Deidad. Al abrirse
camino a través de los reinos subhumanos de la naturaleza, esta conciencia necesitó
de la actividad de los ángeles solares para poder seguir progresando. Aquí
reside:
Nuestro servicio a Dios por medio del sacrificio y la muerte.
¿Sabemos de qué hablamos al decir esto?. Nuestro servicio a otras almas por
medio del propósito deliberado de autosacrificio. Nuestro servicio a otras
formas de vida en otros reinos.
Le ley del Sacrificio significa también salvar y subyace en todo
el proceso evolutivo, por medio del cual nos perfeccionamos. Cristo fue
crucificado sobre la cruz de la materia, para presentar al hombre el simbolismo
de la muerte y del sacrificio, o como lo hizo el Buda, para demostrar al hombre
el sacrificio y la muerte del deseo personal. El tema sigue siendo el mismo, la
muerte de lo inferior para liberar lo superior. Pero la gran enseñanza que el
hombre está aprendiendo es que, muerte, dolores y tristezas, pérdidas y
desgracias, alegrías y aflicciones, tal y como lo comprende la conciencia
humana, existen porque el hombre todavía se identifica con la vida de la forma
y no con la vida y la conciencia del alma. “Mi reino no es de este mundo”. He
aquí el conflicto que tenemos que vivir: “ir por el camino de los hombres
conociendo los caminos de Dios”.
Ley del Impulso Magnético.-
Rige la relación, interacción, intercambio e interpenetración de
los siete grupos de almas, correspondientes a los siete rayos. Sólo diremos en este
sentido que a través de las vidas estaremos identificados con un rayo
determinado, hasta que llegue el momento en que los contengamos todos. Esta Ley
rige también la relación entre almas que, al manifestarse por medio de la
forma, entran en mutua armonía. En consecuencia esta ley rige la relación entre
todas las almas y por la correcta comprensión de esta ley el hombre llega a conocer
su vida subjetiva, la realidad más profunda de la vida. Esta ley concierne a
las actividades esotéricas internas que no se relacionan primordialmente con la
vida de la forma.
La Ley del Impulso Magnético es en el reino del alma, lo que la
Ley de Atracción en el mundo de los fenómenos. Mucho tendríamos que estudiar
para el conocimiento de esta Ley.
La Ley del Servicio.-
Es la Ley que rige toda la actividad del alma. El resultado del
contacto efectuado en la meditación y la medida de su realización, estará
determinando el consiguiente servicio que se preste a la raza. Si hay correcta
comprensión, necesariamente habrá correcta acción, o lo que es lo mismo,
correcto servicio. De aquí la importancia de la Meditación, la ciencia del
Antahkarana y la ciencia del Servicio. Esta Ley no puede ser evadida sin las
consecuencias pertinentes. Hay que recordar aquí la necesidad de una
personalidad bien alineada e integrada, igual a decir: trabajo, mucho trabajo.
La Ley de Repulsión.-
He aquí una ley muy interesante para el gobierno del alma, que
rige al peregrino en su agotador y largo camino de regreso al centro. Esta ley
se expresa por medio de la mente y por lo tanto únicamente se manifiesta en el
sendero del discipulado. Tiene un efecto discriminador, sin embargo es un
aspecto de la Ley del Amor, del aspecto Crístico y concierne a esa actitud del alma
cuya naturaleza es amor. Actúa a través del amor pero al mismo tiempo rechaza y
discrimina. Esta ley plasma primordialmente el propósito divino dictándole al aspirante
los impulsos superiores y decisiones espirituales que marcan su progreso en el
Sendero. Demuestra la cualidad de primer rayo. La atracción y repulsión
funciona al unísono, haciendo desaparecer el caos para que
brille la luz. ¿Sabemos dónde estamos, qué tenemos que hacer? El funcionamiento
de esta ley es decisivo para eliminar las sombras y tomar la dirección de la
luz.
La Ley del Progreso Grupal.-
Esta Ley comienza a captarse en la conciencia personal cuando se
han hecho ciertas realizaciones definidas y se descubre que determinados ideales
son realidades. Al hablar de estas realizaciones podríamos estar hablando del
sendero de probación, cuya superación puede dar lugar a la manifestación de
verdades cósmicas profundamente esotéricas. Los actos más comunes de la vida del
autosacrificio instintivo diario, rozan los bordes de las verdades mundiales
más profundas. Es por ello que es tan importante el autoconocimiento para
conocer el universo. Aquí es fundamental la discriminación; no lo llamado malo
o bueno, sino los pares de opuestos más sutiles, el buen o el mal empleo del
silencio, la correcta o la errónea palabra, la correcta comprensión y la
correcta indiferencia y sus opuestos. El hombre que reacciona a estas leyes superiores
descubre que la discriminación a utilizar debe ser cada vez más sutil, algo
difícil de hacer y también de expresar con palabras que en esoterismo
difícilmente alcanzan a la expresión correcta. En la medida que este crecimiento
se vaya dando y como consecuencia se produzcan las consiguientes expansiones de
conciencia, podremos llegar a la conciencia Grupal. La Ley de Progreso Grupal
vendrá y será presentada por los discípulos mundiales, siendo su eficacia cada
vez más poderosa, aunque pasará mucho tiempo antes de que la humanidad la
comprenda. El grupo se mantendrá unido por una estructura interna de
pensamiento y una relación telepática. Si el alineamiento e integración de la
conciencia individual suponen un gran esfuerzo, mucho más lo será el de la
conciencia grupal.
La Ley para ampliar la Respuesta.-
La sexta y séptima ley las analizaremos brevemente y en
conjunto. Los efectos o las consecuencias de los impulsos que están tras ellas,
producen el desarrollo del propósito del Altísimo y pueden ser reconocidos en
el plano fenoménico, pero únicamente serán percibidos tenuemente por los
aspirantes mundiales más avanzados. Estas leyes no son susceptibles de ser interpretadas
como las anteriores, porque sólo los iniciados que están preparándose para ello
podrán comenzar a comprenderlas. Es necesaria la iluminación antes de llegar a
la idea que está tras estas manifestaciones del propósito. En consecuencia poco
podemos hablar de esta Ley sin haber llegado a la iluminación.
La Ley de los Cuatro Inferiores.-
“Partieron cuatro hijos de Dios. Pero sólo uno regresó. Cuatro
salvadores se fusionaron en dos, luego ambos se convirtieron en el Uno”. Estas
palabras simbólicas poco pueden significar para muchas mentes. Por lo tanto de
nada servirá considerarlas; aún no es el momento. Fueron dadas porque contienen
un poder magnético que ayudará a estimular la compresión. No olvidemos el gran
poder del sonido y de la palabra.
La raza se encamina por un sendero que la conducirá a la luz y a
la paz. “La paz que trasciende a toda comprensión” porque es una paz
independiente de las condiciones externas y nada tiene que ver con lo que la
humanidad entiende como paz. La raza tendrá la paz de la serenidad y de la
alegría. Alegría y serenidad que no son una condición astral, sino una condición
del alma, como resultado de haber conseguido un alineamiento definitivo. Estas
dos circunstancias, serenidad y alegría indican que el alma, el Uno, controla o
domina a la personalidad, a las circunstancias y a todas las condiciones
ambientales de la vida.
Mucho más se podría decir de todas la leyes enunciadas. Sí que podríamos
hacernos algunas preguntas para que en nuestra mente empiecen a circular y a
conseguir respuestas:
¿Qué soy? ¿Para qué estamos aquí? ¿Creemos en un Dios justo que
nos rige por unas leyes justas? ¿Me conozco a mí mismo, en mi cuerpo físico, en
mi cuerpo de emociones, en mi cuerpo mental? ¿Conozco a mi alma? ¿Qué tengo que
hacer para conocer mi alma? ¿Qué trabajo tengo que hacer con mi personalidad
para servir al Plan de Dios? Si todas mis realidades son consecuencia del
cumplimiento de la Ley, ¿hasta qué punto puedo construir formas mentales para
anular esas realidades? ¿Cuándo está el ser humano preparado para construir
formas mentales, o lo que es lo mismo, para co-crear?.
Es nuestro trabajo encontrar las respuestas.
Ana Castro