Mi lista de blogs y bibliotecas

miércoles, 30 de octubre de 2013

LA CONSTRUCCIÓN DEL ANTAKARANA



“EL ANTAKARANA”

Relación entre la Personalidad fusionada con el Alma, el discipulado  y el proyecto de construcción del Antakarana.
ACV





Antes de disertar sobre el Antakarana puede ser oportuno que nos hagamos una serie de preguntas, algunas de ellas prácticamente incontestables, pero que en su conjunto nos pueden aportar una idea del TODO, de LA UNIDAD.

¿Quién es Dios?. Se habla en los escritos  sagrados y en la Sabiduría Eterna del “Innombrable y Aquél del que nada puede decirse”. A mí me parece que es una indefinición totalmente sabia porque nos conduce a hacernos una idea de una entidad grandiosa, inconmensurable, de quien nuestras propias limitaciones nos impiden hablar y definir acertadamente.

A pesar de todo cualquier ser humano es capaz de pensar que este universo en el que estamos inmersos y del que formamos parte, se rige por unas leyes que lo sostienen  y que al hombre no se le puede atribuir su autoría, por mucha capacidad e inteligencia que tenga. ¿Qué nombre podremos darle a tal Hacedor? Hablamos de Dios.

Podemos hacernos otras preguntas menos importantes como:

¿Qué produce un melocotonero?: melocotones

¿Qué son los hijos de los asnos?: asnos…

¿Qué son los hijos de Dios?: …..  dejo la respuesta para cada uno, porque a mí, educada en una religión establecida, en su día, me costó mucho trabajo aceptar tal respuesta.

¿Cómo está formado el hombre?: Por un cuerpo físico/etérico, cuerpo astral y cuerpo mental.

¿Qué es el alma?: La intermediaria entre el espíritu y la materia, entre el espíritu y la personalidad.

¿Qué función tiene esa relación alma/personalidad?  Que el alma humana, esa semilla divina en el hombre, con la ayuda de la personalidad, penetre en las profundidades de la materia, aprenda y se desarrolle. Es algo que yo no entendí durante un tiempo porque yo me decía ¿pero si el alma es perfecta cómo se va a desarrollar?. Como ya hemos dicho el alma humana es la semilla divina y esa semilla, como todas las semillas tiene que germinar y crecer dentro de su vehículo de expresión que es la personalidad, y ello no es posible hasta que en el ser humano no se despierte la conciencia. 

¿Qué hacen alma y personalidad hasta que se despierta la conciencia? Se ignoran mutuamente porque el alma sabe que no tiene vehículo que le responda y la personalidad es ignorante del alma.

¿Cómo despierta la conciencia? En esa analogía de la que hemos hablado, de la semilla, y siguiendo con la misma, sabemos que toda semilla para que germine se tiene que introducir en las profundidades de la tierra, se pudre, y ya putrefacta echa raíces, tallo, hojas, flores y frutos. O sea que antes de crecer se ha hecho un gran recorrido hasta la putrefacción. Trasladándolo al ser humano todos sabemos o deducimos que hemos ido despertando a fuerza de cometer errores. Son esos errores los que nos hacen despertar y preguntándonos ¿POR QUÉ?; una y otra vez no encontramos respuesta. No entendemos que nos ocurran tantas desgracias, tantos sufrimientos, y es lo único que nos hace despertar, el habernos entregado al materialismo, a las emociones, a las pasiones, y al egoísmo y como consecuencia nos llega el dolor. Cuando se inicia el dolor ya va sabiendo el alma que tiene un espacio en esa personalidad, y sigue dando toques y la personalidad va respondiendo unas veces mal y otras bien.

¿Cuál es el objetivo de esta relación? Que la personalidad se sutilice, se purifique,  se redima y el alma tome posesión de su vehículo la personalidad y entonces, después de todo ese trabajo, pasa a ser un “alma encarnada”.

¿Cómo estaría el mundo con todas las almas encarnadas, todas las almas expresándose sin trabas a través de su vehículo la personalidad? Sin lugar a dudas que no tendríamos problemas, que no habría disputas, ni envidias, ni soberbia, ni rencores, ni hambre, ni paro, ni enfermedad, y  sí habría absoluto respeto por todas las razas, todas las ideologías, todas las creencias, porque tendríamos algo mucho más importante todavía que es EL AMOR SIN SENSIBLERÍA, es decir “EL AMOR”.

Ahora vamos a preguntarnos

¿Qué es el Antakarana?.  Antes de responder repetiremos  una vez más el principio de que “la energía sigue al pensamiento”, y ahora de forma muy elemental vamos a decir que el Antakarana es la denominación que se da al puente de luz que une la personalidad con el espíritu. 
¿Cómo se crea ese puente de luz?  Con la imaginación creadora y la consiguiente respuesta práctica. La meditación en este trabajo sigue siendo fundamental porque suele ser en las meditaciones cuando se crean las más perfectas formas mentales.
Alma, personalidad, discipulado y Antakarana, son realidades y conceptos de suma importancia en la vida espiritual.

El ser humano de lo primero que es consciente es de su personalidad, si bien durante muchas vidas percibe un concepto erróneo, así como erróneo también es el uso que se hace de ella, sobre todo hasta que no se llega a descubrir que el hombre no solamente es el cuerpo físico, el de emociones o astral y el cuerpo mental, constituyendo  los tres la personalidad. Llega un momento en la vida del ser humano en que descubre que tiene un componente fundamental que es el Alma. Por mucho tiempo no tiene conocimiento del papel que el alma humana desempeña, pero el alma está ahí esperándonos hasta que hace acto de presencia.

La comunicación entre el espíritu y la personalidad no sería posible sin la intermediación del alma. La personalidad es absolutamente indispensable para el alma y el alma es absolutamente indispensable para la personalidad. En la medida en que la personalidad va siendo consciente, va trascendiendo la materialidad física, astral y mental y pasa a ponerse a disposición del alma. Son tiempos de confrontaciones entre personalidad y alma porque no entendemos ni comprendemos muchas cosas y hay que ir eliminando fricciones. Cuando hemos andado el camino preciso y hemos adquirido experiencia como aspirantes, nos toca hacer el trabajo de alineamiento, integración y fusión de la Personalidad con el Alma.

Así vamos hollando el Sendero y seguimos preguntándonos por multitud de cosas que seguimos sin entender y por contradicciones que se nos hacen patentes y que tenemos que resolver. Simplemente estamos dando los pasos necesarios para ser discípulos, para adquirir el desarrollo que nos permita ser útiles a los Maestros, a la Jerarquía y al Plan, para lo cual también tenemos que ejercitar la Voluntad y superar las pruebas que nos reafirmen en el Camino. 

Estamos hablando de un verdadero entrenamiento esotérico que es el  modo de servir porque el esoterismo auténtico nos conduce a la Esencia, al SER, al reconocimiento del mundo invisible y de los diversos estados de conciencia, deducidos de la cuidadosa aplicación diaria de la verdad, tal y como cada uno pueda captarla.

El Antakarana podemos decir que es el propio Sendero que vamos construyendo paso a paso, así como la araña  teje su hilo. Es el camino de retorno que desarrollamos en nosotros mismos hasta llegar a nuestra fuente de origen, al Padre. El Antakarana es el hilo de la conciencia, desarrollado por el Alma y no por la Mónada. La fusión del alma y la personalidad es la primera gran unión en el Camino de Retorno a la Casa del Padre.

El proceso es que el alma del mundo introduce su hilo de conciencia en todas las formas, en todas las células del cuerpo y en todos los átomos. Igual proceso lo realiza el alma humana con respecto a la personalidad, y la personalidad ya fusionada con el alma hace el mismo trabajo con el fin de construir el Antakarana entre la mente inferior y la mente superior superior.  

Quiere decir que hemos tenido que redimir la materia, desmaterializarla para que las vibraciones de alma y personalidad sean compatibles y llegue el momento en que sea el alma la que rija, produciéndose la fusión. Esta fusión se produce a través de conocimiento, meditación, autodisciplina, autocontrol y servicio, y todo ello nos va permitiendo el reconocimiento de estados espirituales y mundos de ser hasta ahora desconocidos. La finalidad de toda la práctica de la meditación consiste en desarrollar conscientemente los reconocimientos divinos, que posibilitarán finalmente actuar con inteligencia dentro de los mundos internos. La recompensa es grande, pero el trabajo interno a realizar es difícil y nadie lo puede hacer por nosotros.




El trabajo esotérico es ante todo subjetivo, una actividad consciente dentro de los campos de conciencia que trasciende todo lo hasta ahora conocido. Concierne al descubrimiento y comprensión de la naturaleza del alma, por lo tanto a lo universal y no a lo individual que es lo que habitualmente preocupa a la mayoría de los seres. Este trabajo hace que la riqueza de la vida subjetiva interna se exteriorice pura y libremente en forma de servicio. Nada puede impedir que se proyecte la conciencia ni que sea aprisionada, pues la vida y sus impulsos están regidos por el alma.

Durante la mayor parte de su experiencia, el alma humana está sometida al control de las energías inferiores. La fusión del alma y la personalidad se produce como resultado de tender el puente entre el cuerpo físico y el etérico, extendiéndose posteriormente al astral y a continuación al mental. Uno de los extremos queda anclado en la cabeza y el otro en los pétalos del conocimiento del loto egoico.

Las energías que animan a la personalidad y al alma se mezclan y se fusionan en una sola, y los tres aspectos del alma, conocimiento, amor y voluntad y los tres mundos de la personalidad, se convierten en uno solo, produciéndose la primera gran unión en el Sendero de Retorno.

El Antakarana es el resultado del esfuerzo conjunto del alma y la personalidad en la construcción consciente del puente.

A partir de aquí tenemos pendiente la unión entre la personalidad fusionada con el alma y la Tríada Espiritual, con lo cual hay una intervención directa entre la Tríada Espiritual y la personalidad con la colaboración del alma. Una vez fortalecida la fusión del alma y la personalidad, el hilo creador entra en gran actividad, fusionándose los tres hilos y la mezcla predomina.

La fusión de alma y personalidad se hace gradualmente y habiendo llegado a cierto punto se hace evidente la necesidad creadora de la VOLUNTAD para tender el puente entre la Tríada y la personalidad a través del alma.

Podemos definir el Antakarana como la extensión del triple hilo (Tríada Espiritual, personalidad y alma). Técnicamente el Antakarana es la mente superior,  la Tríada Espiritual, más la mente individualizada del hombre  fusionada con el alma. Es la fusión de los tres hilos y su proyección hacia los niveles superiores del plano mental, hasta que las mentes abstracta y concreta se relacionan por medio del triple cordón (el hilo de la Vida, el de la Conciencia, y el Hilo Creador). Va desde la conciencia de la personalidad hasta la Tríada Espiritual.  Por su intermedio el hombre comienza a actuar conscientemente en todos los planos.

Al Antakarana también se le llama comúnmente puente “Arco Iris” porque contiene los colores de los siete rayos los cuales son radiaciones de luz, y ello es posible porque durante innumerables encarnaciones de la personalidad ha pertenecido a los siete rayos. Finalmente el rayo del alma domina, y en el Arco Iris “se  escucha la vibración de los rayos del discípulo y se ve la nota de su rayo”. Debe aclararse que no se introducen específicamente los siete colores o hilos. Esto sucede en forma automática.

La analogía del Antakarana la tenemos reflejada en el Nuevo Testamento con la parábola del Hijo Pródigo. El hijo le pide al Padre todas sus riquezas y el Padre se las entrega y lo deja en total libertad. Vive todas las experiencias que desea hasta llegar a arruinarse, y entonces se acuerda de su Padre y decide retornar. El Padre lo recibe con una fiesta porque ha vuelto el hijo que había perdido. He aquí nuestra vida con todas las riquezas que se nos entregan y he aquí el amor del Padre.

El Antakarana simboliza EL SENDERO

Ana Castro Valle.-

(30-IX-2013)-1ª SESIÓN-LOS MITOS VIII-DOGMATISMO O LIBERTAD DE PENSAMIEN...



https://www.youtube.com/watch?v=oUlnLh8NaPs#t=744

lunes, 28 de octubre de 2013

LAS LEYES DIVINAS




LAS LEYES DIVINAS

Las leyes que determinan la actividad de la Naturaleza y rigen los movimientos de la materia, unas veces destruyendo, otras organizando, y que producen las más variadas formaciones orgánicas e inorgánicas, son eternas e inmutables. Esto forma parte de la “Sabiduría Perenne” La comprensión de la sabiduría perenne significa superar nuestras limitaciones basadas, tanto en el desconocimiento de las leyes que rigen el cosmos como en el desconocimiento de nuestro propio ser, el microcosmos. La principal ley que necesitamos interiorizar aquí en este plano material en que habitamos es la ley general de la evolución. No sólo porque ella es la explicación fundamental del universo y de nuestro devenir sino porque nos entrega las líneas centrales del mapa de la existencia.

La existencia,  así como la vida y la creación no podrían tener cabida sin un orden. El equilibrio es necesario y para eso es imprescindible una intencionalidad.

 La ley divina es la propia ley natural por la que se rige el universo. Si somos verdaderos discípulos llegaremos a comprender estas leyes. Si no fuera así nuestro desarrollo estaría pendiente de producirse, ya que estas leyes solo nos representarían palabras y más palabras. Por estas leyes se rige el Universo y quien se rige por ellas lo consigue todo. No hablamos de conocer las leyes por el simple hecho de conocerlas, sino del conocimiento que necesitamos adquirir, entender y comprender, haciéndolo nuestro, para poder vivir coherentemente de acuerdo con estas leyes.

Podemos pensar que sí, que nos regimos por leyes divinas, que las conocemos y que ya estamos preparados, que no necesitamos ni leer, ni estudiar, ni discernir, ni discriminar, ni servir. O sea que ignorantemente nos sentimos felices pensando que lo sabemos todo y, seguramente, nos puede faltar mucho para salir de tanto espejismo como nos rodea, y uno de ellos podría ser nuestras propias creencias, y dejaremos de tener creencias cuando lleguemos al SER, a nuestra esencia, y eso no se consigue por arte de magia, hay que ejercitar la voluntad y el amor.

Estas leyes esconden el secreto y la esencia de la vida y encierran un programa a desarrollar: el progreso del espíritu que trata de manifestarse. Nuestra misión, a través de las vidas, es desarrollar el espíritu en su plenitud, única manera de conformar la UNIDAD en su perfección y de que se establezca el Plan de Dios en la tierra.

Siempre ha habido seres más avanzados que han sabido lo relacionado con estas leyes o principios, pero ya no son necesarias aquellas organizaciones secretas poseedoras de estos conocimientos. Todavía puede haber quien se otorga esa categoría de poseedor de la verdad, y autoridad, que los demás tienen que seguir porque tal o cual entidad es quien tiene la verdad y nos va a salvar. Sin embargo, la humanidad, cada día más, está desarrollando su mente y va adquiriendo la capacidad necesaria para saber los pasos que tiene que dar para tener acceso a estos principios, entenderlos, comprenderlos y vivir conforme a ellos. Para ello es absolutamente indispensable nuestro trabajo para, por nosotros mismos, llegar a la raíz, a la causa de todas las cosas, sin necesidad de que nadie nos equivoque, incluso con la mejor de las intenciones. Es nuestro deber y obligación explotar nuestros talentos, para que cuando creamos, que sea con absoluto convencimiento, y la creencia será sustituida por el SER.

Cuando se reconozca que el hombre común sólo ha sido hasta ahora plenamente consciente en el plano físico, semiconsciente en el emocional y que ahora comienza a desarrollar la conciencia en el plano mental, se evidenciará que su comprensión de las informaciones cósmicas sólo puede ser rudimentaria.

Este tema podríamos tratarlo desde diferentes ángulos. Una versión nos habla de una inteligibilidad racional en el cosmos. Puede encontrarse en las leyes de la física, que son las reglas fundamentales por las que se rige la naturaleza. Y aquí nos podríamos hacer una pregunta:

¿Cuál puede ser la raíz de estas leyes?, que son, que están y que simplemente se nos presentan como una realidad que es, y que como tal hay que aceptarla.

Los físicos se han dedicado a describir fenómenos sin importarles su origen. Se daba por supuesto que esas leyes matemáticas inmutables, absolutas y universales existen, sin dar mayor importancia a su raíz, simplemente son, y las razones, aparentemente, no parece que haya que prestarles ninguna atención, porque los hechos son.

Parece ser que en este siglo XXI, el debate entre círculos científicos y espiritualistas pudiera hacerse posible y las posturas son más cercanas, más beligerantes y desapasionadas. Posiblemente sea algo importantísimo que estemos poniendo en práctica: el desarrollo de la mente, que nos permite dialogar.

Hay un principio fundamental: “Como Es Arriba, es Abajo”. Una ley oculta y clave para la comprensión esotérica del Universo, es la llamada Ley de las Correspondencias o de las Analogías, configurada en el principio “Como es arriba, es abajo”, al que hemos hecho referencia. Esto significa que el Microcosmos, el Ser Humano, es una réplica perfecta y completa en la cual se refleja el Macrocosmos. O lo que es lo mismo, el Ser Humano, reproduce íntegramente la naturaleza, la constitución y las leyes fundamentales que rigen el Macrocosmos. “En nosotros está la fórmula exacta y sintética del Universo”. He aquí la justificación de “hombre conócete a ti mismo y conocerás el Universo”.

Así también se puede entender el significado profundo de esta frase “Dios creo al Hombre a Su imagen y semejanza”. Es una imagen y semejanza en su sentido más auténtico y profundo. Desde esta luz se pueden comprender las palabras del salmo repetidas en el evangelio de S. Juan: “Sois todos dioses e hijos del Altísimo”. Seguimos hablando de analogías.

¿Cómo llegaremos a conocernos a nosotros mismos; podremos echarnos a dormir, pensar que ya lo sabemos todo, que todo es bien fácil, que solamente tenemos que amar….? Más bien se tendría que decir que no, y seguramente las palabras de Cristo de “poner la otra mejilla”, podrían referirse a hacer el camino, cayéndonos y levantándonos una y otra vez hasta aprender cada mensaje de la vida. Seguramente que así llegaremos a conocernos a nosotros, las leyes y el Universo. Por otra parte ¿acaso sabemos lo que es amar, y acaso amamos; estamos explotando todos nuestros talentos para conocer, entender y comprender, y poder actuar en consecuencia, o nos conformamos con lo que nos cuentan?.

Toda la sabiduría formará parte de nuestro haber en la medida que hollemos el sendero de retorno a la casa del Padre; el premio del “ciento por uno” es una realidad, pero no nos tocará en una tómbola, todo hay que ganarlo.

Dice El Kybalion:

- «Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de comprender.»

- «Donde quiera que estén las huellas del Maestro, allí los oídos del que está pronto para recibir sus enseñanzas se abren de par en par.»

- «Cuando el oído es capaz de oír, entonces vienen los labios que han de llenarlos con sabiduría.»

Para llegar a la sabiduría y a la comprensión de todas las leyes, necesariamente, tenemos que tener voluntad y superar las pruebas del camino, e intencionadamente, purificarnos y redimirnos, o lo que es lo mismo, eliminar las viejas estructuras para regirnos por las nuevas, lo cual supone, y no está mal repetirlo una vez más, estudio, análisis, discernimiento, discriminación y servicio. No podemos cambiar estructuras sin este trabajo y no podremos realizar mejores trabajos sin mejores estructuras.



LA LEY

¿Qué es la Ley divina? Es la determinación tanto en las cosas más insignificantes como en las más importantes, de la voluntad y el propósito divinos. Está más allá del conocimiento del hombre, y algún día la masa comprenderá que todas las leyes de la naturaleza tienen su contraparte espiritual y que funcionan universalmente, sin elegidos, todos somos iguales y por lo tanto no hay excepciones.

El sabio rige en lo inferior y sirve en lo superior. Obedece a las leyes que están por encima de él, y en las que están por debajo de él ordena. De esta manera el hombre forma parte del principio en vez de oponerse al mismo. El sabio se sumerge en la Ley y colabora sin ser un esclavo.

Todo está en el TODO, y el TODO está en todas las cosas. El que esto comprende, ha adquirido gran conocimiento. Esto queda resumido en siete principios:

1. Principio del Mentalismo: Todo es Mente, el universo es Mental. Base del principio creador.
2. Principio de Correspondencia: Como es arriba es abajo. Ley de las analogías.
3. Principio de Vibración: Todo está en movimiento, todo vibra. Nada es estático.
4. Principio de Polaridad: Todo es dual. El equilibrio de los pares de opuestos será nuestro gran trabajo en el camino espiritual.
5. Principio de Ritmo: Todo es cíclico, fluye y refluye, siempre está el avance y el retroceso.
6. Principio de Causa y Efecto: Ley del karma. Todo efecto tiene una causa y toda causa produce un efecto. Nada es casualidad y todos los acontecimientos de la vida tienen su base en esta Ley.
7. Principio de Generación: Es el principio de la creación en cualquier plano.

La violación de la ley, de forma consciente o inconsciente, tiene sus consecuencias. El cuerpo humano no escapa a esas leyes naturales inmutables. Toda enfermedad es el resultado de la violación de estas leyes naturales. Las personas se enferman porque en esta vida o en anteriores han descuidado los principios fundamentales que nos rigen. Algunas personas exigen salud perfecta, bienestar de todo tipo y creen tener derecho a ello, olvidándonos de que todos los efectos tienen sus causas. Todo está regulado por la ley Divina y aprendemos con el cumplimiento de la ley.

Ana Castro

domingo, 27 de octubre de 2013

EL SÍMBOLO DE LA NUEVA ERA




EL SÍMBOLO DE LA NUEVA ERA


"QUE LA LUZ LIBERADORA DE BUDA, 
EL AMOR INFINITO DEL ESPÍRITU DE LA PAZ, 
Y EL PODER INDESCRIPTIBLE DEL AVATAR DE SÍNTESIS 
RESTABLEZCAN EL PLAN DE DIOS EN LA TIERRA". 

El Símbolo de la Nueva Era (explicación del libro "Los Misterios del Yoga" de Vicente Beltrán Anglada http://www.sabiduriarcana.org/libro-lmdy-esp.htm) 
Véase el símbolo de nuestro trabajo que aconsejaríamos fuese utilizado por todos y cada uno de los miembros que hayan decidido colaborar en una u otra de las actividades de curación que fueron anteriormente descritas y como centros de contacto y de proyección de las energías invocadas. 
Es el Símbolo de la Nueva Era. Un Disco de color Dorado, que representa al Sol físico, destacándose de un ilimitado fondo color azul índigo, que como se sabe esotéricamente es el color distintivo del Segundo Rayo, característico de la Cualidad de Amor del Logos de nuestro Universo; un Triángulo de color amarillo claro, símbolo del Plano Búdico o de unidad espiritual, surge del disco de luz dorada teniendo en cuenta que en forma misteriosa cada vértice de dicho Triángulo está ocupado por una de la Tres grandes Entidades que canalizan las energías de la Constelación de Acuario con destino a la Tierra: 
el Avatar de Síntesis, el Espíritu de la Paz y el Señor Buda. Dentro de este mágico Triángulo se halla situada la Estrella de Cinco Puntas de color azul índigo, como el del fondo dentro del cual se destaca el Disco Dorado. Es el símbolo precioso del Cristo, Señor de la perfección planetaria como Dios y como Hombre, tal como reseñan los tratados bíblicos, entresacados inicialmente del "Libro de los Iniciados".
La Estrella de Cinco Puntas indica exactamente la posición de Cristo dentro de la evolución planetaria: tres vértices pertenecen a los Reinos Mineral, Vegetal y Animal, a los tres vehículos periódicos de la evolución humana y al sagrado Mántram AUM. Los otros dos vértices pertenecen por entero a la vida espiritual del Ángel Solar, el Gran Intermediario Cósmico, cuya atención va dirigida simultáneamente hacia el mundo espiritual-divino y hacia el mundo de evolución de los hombres.
Es el OM, el indescriptible Mántram cuyo secreto de eternidad tiene que ser revelado por el Ángel Solar en "cierto momento estelar y, kármico de la vida evolutiva del ser humano" y es una de las infinitas promesas de Acuario en el devenir de la Nueva Era para muchos hombres y mujeres de buena voluntad. El OM y el AUM plenamente integrados constituyen la Estrella Mística del Cristo y su perfecta armonía y conjunción magnética son símbolo del Hombre realizado. 
El color azul índigo de la Estrella indica indefectiblemente la relación de Cristo con la naturaleza del Logos Solar a través de la misteriosa línea del Segundo Rayo del Amor Universal, característica o cualidad distintiva del Señor de nuestro Universo o de Cristo a escala planetaria. 
La pequeña Cruz Blanca situada en el Centro de la Estrella es reflejo y símbolo del Gran Sacrificio Cósmico que se extiende a través del Cosmos Infinito y que en el dibujo aparece como la Gran Cruz Blanca que surge del ilimitado Fondo Azul de la Vida del Logos Solar y condiciona el Universo manifestado. — en Imagen del lìbro "Diario Secreto de un discípulo" de Vicente Beltrán Anglada http://www.sabiduriarcana.org/libro-dsd1d-esp.htm.

sábado, 26 de octubre de 2013

(3-X-2013)-37ª SESIÓN -- EL DESPERTAR INTERIOR por JOSEP TARRAGÓ

EL FRACASO




FRACASO
Compilación de textos del Maestro Tibetano

Reconozca el fracaso, si lo hubo, y luego mirando la luz y con una sonrisa en los labios, dé la espalda a ese fracaso y siga adelante con firmeza. 
No es fácil para los discípulos iniciados identificarse con las debilidades y los fracasos, sin embargo, deben hacerlo. Constituyen una parte de la expresión de la humanidad, tanto como la fortaleza o el éxito, y no puede haber separación en la actitud, ni fracaso en la identificación. Los discípulos deben aprender a identificarse con la totalidad.  
Sólo un pensamiento le daré para que lo repita, siempre que se sienta desalentado, cansado o débil: 
“En el centro de todo amor yo permanezco y nada puede llegarme aquí, y desde ese centro me exteriorizaré para amar y servir”.  


No ha prestado aún un servicio que sea de valor para el futuro, pues lo ha realizado sacrificándose a sí mismo, involucrando el sacrificio de su tiempo, intereses y deseos personales, basado en sus cualidades personales. Ha observado la forma en que sirven los demás, se ha preguntado por qué y cómo decidieron servir de manera tan diversa; ha sugerido a los demás el servicio que podrían prestar y a veces ha hecho posible que lo prestaran; ha hablado con grupos sobre el servicio, pero sin resultado que justifique la fuerza empleada. ¿Por qué? Porque no se daba a sí mismo con amor, sino únicamente de lo que le era externo.   
De lo único que debe lamentarse es de no aprender las lecciones del fracaso.   
El servicio que prestamos con frecuencia es distinto del que quisiéramos ver realizado y planeado por los servidores; sabemos además que prestar servido significa un sinfín de desengaños, incesante lucha, duros golpes, aparentes e inexplicables fracasos - debido todo a que la fuerza espiritual de la humanidad aún no guarda proporción en lo que a la atracción material respecta. 
Los fracasos, donde los hubo, no es necesario que se repitan, porque el amor grupal puede neutralizarlos; las flaquezas de la personalidad, errores y defectos, se pasan por alto y se olvidan en la urgencia de la necesidad humana y no penetran en el ashrama. Les pido que recuerden esto y con corazón humilde persistan en sus esfuerzos, amen a toda la humanidad y sigan su camino.   
Los discípulos aspirantes son mucho más conscientes de los defectos y atributos de la personalidad de los demás, que los discípulos más avanzados en los ashramas. El discípulo avanzado puede ser, y lo es, bien consciente de los defectos, fallas y cualidades indeseables de aquellos con quienes está asociado, pero su tendencia mental a la crítica no es el factor determinante, como sucede en la mayoría de los menos evolucionados. Los condiciona mucho más la aspiración, el esfuerzo y la intención fija, que el aspecto de la personalidad. Mide el aferramiento del alma sobre el yo inferior, principalmente desde el aspecto de la estabilidad de ese aferramiento; trata al aspirante, por lo tanto, de acuerdo a ese reconocimiento, pero no lo hace analizando su falta de desarrollo. Esto es algo de gran importancia, porque así lo hacen los Maestros cuando eligen y entrenan a un grupo para la iniciación. El Maestro no se ocupa de los defectos temporarios sino del aferramiento y de la intención del alma y de cómo responde habitualmente el aspirante a la energía del alma, cuando esa energía es aplicada... 
...Los Maestros piensan en términos de ciclos y no en términos de una vida individual; como ustedes no pueden hacerlo, excepto teóricamente, no les es posible comprenderlo. Observo, por ejemplo, la experiencia, los fracasos y las realizaciones de los discípulos de mi Ashrama, en términos de ciclos de mil años. Lo que pueden haber realizado en esta vida, a menos que sea de destacada significación, con toda probabilidad será totalmente desconocido para mí; si quiero, puedo saberlo y lo hago en esos casos en que los resultados de alguna actividad tienen repercusiones sobre mi Ashrama, o sobre una gran parte del grupo de discípulos. 
Permítanme exponerlo así: no observo el mezquino egoísmo, las pequeñas y tontas vanidades y la inestabilidad que los perturba, las palabras despiadadas que pueden pronunciarse sobre los demás y el hecho de no amar o poner un erróneo énfasis en la vida diaria, y tampoco lo hace Maestro alguno. Son asuntos de su propia alma; los resultados afectan a su familia, amigos o grupo comunitario, y no nos incumben. Sin embargo son cosas que las ven en los demás y afectan su juicio, evocan simpatía o antipatía, alabanzas o acusaciones, pero - como individuos - los coloca inevitablemente en el banquillo de los acusados. Ningún Maestro se erige en juez. Cuando Cristo dijo: “No juzguéis y no seréis juzgados”, indicó un estado mental donde la mente y la comprensión controlan de tal modo, que el aspirante no halaga ni culpa; debido a esta actitud general en el acercamiento mental hacia las personas, entonces es libre para convertirse en miembro definitivo de un Ashrama.   
El Maestro no ve u observa los pequeños fracasos, los momentos de angustia o perturbación, las fricciones de la personalidad, que (desde el ángulo del discípulo observador) parecen empañar la visión. Durante los intervalos - espaciados al principio, pero más frecuentes cuando el servicio adquiere mayor importancia- el Maestro es consciente del progreso general alcanzado, del desarrollo de la estructura que erige el discípulo para servir y de la amplitud de su luz en el mundo. A menudo nos divierte comprobar que algunos discípulos (particularmente los entrenados en los primitivos grupos donde predominaba la personalidad) creen que los Maestros se entrometen en sus vidas diarias, conocen sus pequeños defectos e ínfimos fracasos y saben todo lo que piensan y hacen. Nos preguntamos a veces si ustedes creen que los Maestros tenemos tiempo para ocuparnos de los hábitos mentales, actos y palabras que el discípulo va superando rápidamente. 
A nosotros llega y nos interesa únicamente el bien que hace un individuo.  
Observará que no me preocupo de sus errores o fracasos. Son inevitables y relativamente sin importancia; un discípulo en su etapa de desarrollo es siempre consciente de ellos y se puede confiar en que dará los pasos necesarios para corregirlos.   
Fracasó, hermano mío. ¿Por qué continuar año tras año abrumado por el fracaso, con la mirada fija en el fracasado yo inferior? Todos han fracasado y fracasarán en alguna línea. A veces les sucede a los Maestros cuando hacen el primer intento de recibir una de las iniciaciones superiores, y desde el ángulo jerárquico eso no significa fracasar. Al fracaso casi no se lo reconoce como tal, sino que se hace el esfuerzo para buscar la causa del fracaso.

Todo Es Espiritual

viernes, 25 de octubre de 2013

PRINCIPIOS GENERALES DE TEOSOFÍA .- C.W. LEADBEATER




PRINCIPIOS GENERALES DE TEOSOFÍA

C.W. LEADBEATER

Ardiente deseo tengo de exponer de la Teosofía una idea tan clara y fácilmente comprensible como me sea dable.




Por lo tanto, no enunciaré más que los principios generales en cada punto particular. Si al lector Le apetecen informaciones complementarias, puede consultar obras más importantes y las monografías que tratan de cada materia especial. Al fin de cada capítulo citaré las obras de consulta más a propósito para quienes deseen profundizar tan atractivo sistema. Empezaré, pues, por el simple enunciado de lo más notable de los principios generales que el estudio de la Teosofía permite establecer. Algunos lectores encontrarán afirmaciones que acaso les parezca increíbles o absolutamente opuestas a sus ideas preconcebidas. Recuerden, sin embargo, que nada expongo como simple teoría ni como especulación metafísica u opinión religiosa de mí peculiares, sino como un conjunto de hechos científicos analizados y comprobados :muchas veces por mí mismo y por otros.

Declaro, además, que este conjunto de hechos puede comprobarlos quienquiera que emplee el tiempo y el trabajo necesarios para ello. No ofrezco al lector un Credo que haya que tragar como una píldora. Trato de exponerle un sistema para que lo estudie, y, sobre todo, una vida para vivirla. No le exijo fe ciega. Únicamente le ruego que considere la Teosofía como una de tantas hipótesis, aunque para mí sea la más viva realidad.

Si al lector le satisface esta llamada hipótesis más que las otras; si le parece que resuelve mayor el número de problemas de la vida; que responde a mayor número de preguntas, entonces profundizará más todavía su estudio y encontrará, según creo y espero, la satisfacción siempre creciente y el íntimo gozo que yo mismo encontré. Si, por el contrario, juzga preferible cualquier otro sistema, ningún mal le resultará de ello, pues habrá aprendido algo de las creencias de un grupo de hombres con los cuales no se ha puesto de acuerdo por de pronto; pero en cuanto a mí toca, tengo suficiente fe en estas creencias para asegurar que tarde o temprano llegará la hora en que el lector las admita cuando sepa lo que nosotros sabemos.

LAS TRES GRANDES VERDADES

Una de nuestras primeras obras teosóficas establece tres verdades absolutas que jamás pueden
desaparecer completamente, aunque en ciertas épocas padezcan pasajeros eclipses, porque no haya quien las proclame. Estas verdades fundamentales son tan vastas y sublimes como la vida misma, y, sin embargo, tan sencillas como la mente del hombre más ingenuo. No puedo menos de diputarlas por los más importantes principios generales entre los que he de exponer.

Luego después formularé algunos corolarios de estas verdades fundamentales, y en tercer lugar
enumeraré algunas de las ventajas que necesariamente resultan de estos conocimientos primordiales. En fin, después de haber bosquejado esquemáticamente las líneas generales del asunto, las examinaremos una por una y procuraré dar cuantas explicaciones complementarias quepan en esta obrita para aprovechamiento de los principiantes.

1ª Hay Dios. Es bueno. Es el gran vivificador que mora en nosotros y fuera de nosotros. Es inmortal y eternamente bienhechor. No se le puede oír ni ver ni tocar, y, sin embargo, lo percibe quien percibirlo desea.

2ª El hombre es inmortal. La gloria y el esplendor de su porvenir no tienen límites.

3ª El mundo está regido por una divina ley de absoluta justicia, de modo que cada hombre es en
realidad su propio juez, el árbitro de su propia vida, que a sí mismo se procura gloria o ignominia, premio o castigo.

COROLARIOS

De cada una de las precedentes verdades primordiales se deducen varias subalternas que las explican y corroboran.

De la primera se deducen las siguientes: (Hay Dios. Es bueno.)

1ª A pesar de las apariencias, todo está combinado con inteligencia y precisión para producir el bien. Todos los sucesos, por deplorables que parezcan, acaecen en realidad tal y conforme deben acaecer. Todo cuanto nos rodea propende a auxiliarnos y no a embarazarnos; pero es necesario comprenderlo.

2ª Puesto que el plan del universo converge a favorecer el progreso humano, deber notorio del hombre es aprender a comprenderlo.

3ª El hombre que ha llegado a comprender este plan tiene también el deber de cooperar inteligentemente a su realización.

De la segunda verdad fundamental se derivan las siguientes: (El hombre es inmortal.)

1ª El hombre real es un alma con cuerpo accesorio.

2ª El hombre debe tomar el alma por punto de vista para mirar todas las cosas, y cada vez que en su interior surja un conflicto, identifíquese con la parte más elevada de su ser y no con la inferior.

3ª Lo que comúnmente llamamos vida  humana no es sino un día de la verdadera y eterna vida.

4ª La muerte tiene mucha menos importancia de la que generalmente se le da. No es en modo alguno el fin de la vida, sino el paso de un estado a otro de la misma.

5ª El hombre tiene tras sí en su pasado una inmensa evolución cuyo estudio es en extremo interesante e instructivo.

6ª Igua1merife tiene ante sí, en su porvenir, una admirable evolución cuyo estudio es todavía más interesante e instructivo.

7ª Es absolutamente cierto que el alma humana acabará por alcanzar la meta que le está señalada, por mucho que parezca haberse desviado de la línea de evolución.

De la tercera verdad fundamental se deducen las siguientes: (El mundo está regido por una divina ley de absoluta justicia)

1ª Cada pensamiento, cada palabra y cada obra produce un resultado definido que no es un premio o castigo exterior, sino consecuencia indeclinable del pensamiento, de la palabra o de la obra con los que se relaciona, como el efecto con la causa, a manera de dos partes inseparables de un todo.

2ª Por deber y por interés propio ha de estudiar el hombre a fondo la ley divina, a fin de resignarse a ella y aprovecharla como aprovecha las demás leyes de la naturaleza.

3ª Es necesario que el hombre tenga absoluto dominio de sí mismo, a fin de regular juiciosamente su vida de conformidad con la ley divina.

martes, 22 de octubre de 2013

LA CIRCUNSPECCIÓN OCULTA (Por Alice Bailey)




LA CIRCUNSPECCIÓN OCULTA
Por Alice A. Bailey
Publicado en The Beacon, Marzo 1926



“Saber, Querer, Osar y Callar”

Podría ser de utilidad enumerar brevemente algunas de las razones del porqué se impone la circunspección a todos los iniciados y, por tanto, por qué todos los discípulos deben cultivar la cualidad del silencio, como etapa preparatoria para aprehender la naturaleza de la “Circunspección Oculta”.

En la actualidad ello es muy necesario para destacar la facultad equilibradora del silencio. Pero, en estos días de desarrollo de la mente concreta, imponer el silencio resulta de poca utilidad; más aún, a quienes observan las exigencias, eso les induce a creer que el silencio, o vela la ignorancia o no es más que la imposición de una orden arbitraria. De ahí que mi propósito sea dilucidar, de alguna manera, el problema y mostrar por qué es necesario que quienes estén afiliados a la Jerarquía —como aspirantes o iniciados juramentados— deban desarrollar esta restricción oculta.

1. El pensador poco atento o el no-iniciado no se da cuenta del efecto que produce la palabra hablada y del efecto del poder atractivo del habla. Cuando un hombre habla, magnéticamente atrae sustancia dentro de su aura inmediata y afecta —quiera él hacerlo o no— a las unidades de vida sensibles en los cuerpos, sutiles o densos, de sus semejantes. Por lo tanto, cuando anuncia a los alumnos que le están prestando atención que él es un iniciado o un discípulo, haciéndolo con afirmación positiva y, de este modo, atrayendo la atención hacia su personalidad, inevitablemente actúa sobre los aspectos atómicos negativos en los cuerpos y así también sobre las vidas negativas receptivas o aspectos receptivos en los cuerpos de sus hermanos. Sus palabras no están de acuerdo con el “Yo soy ESE” oculto que produce la identificación con la vida grupal central y, por lo tanto, con la chispa central de fuerza positiva en todas las unidades del grupo. Pero, la declaración — al ser una afirmación de la personalidad— tiene su reacción sobre las personalidades de todos sus hermanos, actuando a través del aspecto negativo, y es la imposición (a menudo inconsciente) de su fuerza o del poder de su voluntad sobre la de ellos la que causa eso; y los efectos de tal imposición no dejan de producir resultados terribles. Estimula aquello que es indeseable y desarrolla reacciones o respuestas negativas, como la devoción a la persona en cuestión y la voluntad de ser guiados por el que habla o enuncia su posición jerárquica personal, o bien causa repulsa, produciendo así separación, y ésta engendra odio y luchas.

Este es el motivo, entre otros, por el que a los discípulos se les enseña a menospreciar su prestigio personal y al mismo tiempo a exaltar la naturaleza del Dios interno, que es idéntico en todos los hombres, y se les pide que se abstengan de hablar, a menos que sirva al propósito grupal. Se presta mejor servicio a los propósitos grupales mediante el estímulo del aspecto más elevado en cada hombre.

Entonces, ¿por qué los Maestros  han dado a conocer que son Adeptos?

Aunque los Maestros hayan permitido que se sepa (a través de Sus discípulos) sobre sus servicios, conocimientos y poder para ayudar y que han trascendido los tres mundos del esfuerzo humano, les pediría a ustedes que tengan en cuenta que tales admisiones hechas a través de la palabra o la letra, se han hecho a Sus discípulos juramentados, sobre quienes recae el karma de pasar la información al público en general. Y sobre sus hombros recae la responsabilidad de trabajar sobre los resultados, ya sean buenos o malos. Es un hecho en el desarrollo oculto que cuanto más cerca un discípulo está del Maestro y de la meta, más discreto es y (como individuo) busca menos atraer la atención del Maestro o hacia sí mismo como agente de ese Maestro. El trabajo que debe ser hecho puede lograrse más fácilmente cuando hay menos formas mentales para ser transmutadas.

¿No debemos, pues, transmitir información acerca de los Maestros al público en general?

Es necesario que el público sea informado sobre la naturaleza y el trabajo de los Maestros, porque el momento es apropiado; pero esto es algo claramente diferente al problema que estamos examinando, el de proclamar la afiliación personal a un Maestro o a la Jerarquía.

Por lo tanto, los discípulos e Iniciados protegen el trabajo por medio de un muro de silencio de la personalidad, que ellos guardan. También se ha de tener en cuenta (y esto se comprende poco, aunque es de considerable importancia en este caso) que los cuerpos de manifestación, a través de los cuales trabajan los Adeptos en el plano físico, se construyen definitivamente con fines específicos; están compuestos de materia de los subplanos más elevados de cada uno de los tres planos, y la impresión se efectúa desde Sus propios niveles, a través de los átomos permanentes búdico y manásico, directamente en el cerebro físico; para Ellos no existe unidad mental o átomos permanentes en los tres mundos. Han superado el dominio de los Padres Lunares, e incluso del Ángel Solar; son puras esencias espirituales. Por tanto, sólo pueden influir en el aspecto espiritual del hombre, aunque también controlan las fuerzas infrahumanas si así lo desean. Ésta es la verdad oculta detrás de la idea de que los Maestros pueden trabajar solamente con los seres humanos cuando estos hayan “entrado a Su mundo”, o sea, que se hayan elevado a un tal estado de conciencia donde están en contacto con su propio aspecto espiritual, al inicio con el principio medio, el Ego, y más tarde con la Mónada. Por lo tanto, el mandato consiste en que el hombre encuentre su propio Dios interior, el Iniciador, que despierte y sea más sensible a la vibración egoica. Después los Maestros pueden trabajar, y lo hacen, para reforzar esa impresión hasta lograr el vínculo consciente definido en la primera Iniciación; y así el hombre está en el CAMINO para “ver a su Dios”. Cuando esto ocurre, el iniciado no debe hablar acerca de ello. Se ha de tener presente que después de un proceso similar en la vida de su hermano, no habrá necesidad de hablar, porque el reconocimiento será mutuo aunque no esté basado en palabras; y tales declaraciones sobre los vínculos, como que ‘soy un Iniciado’ sólo conducen a resultados equívocos.

2. Asimismo en la vida oculta se ordena guardar silencio, como es bien sabido, debido al peligro de transmitir conocimientos a los incautos, los curiosos, los inescrupulosos y a quienes no están preparados. Por lo tanto, a menos que un discípulo muestre una sabia discriminación en el uso de los hechos ocultos impartidos gradualmente, se retrasa el proceso iniciático, en el que le son comunicadas las palabras de las fórmulas y las claves. No es, pues, por azar que se nos enseña el aforismo oculto que “La palabra es plata y el silencio es oro”, puesto que el oro es el símbolo del alma transmutada que funciona con fuerza eléctrica positiva, mientras que la palabra es plata y se refiere a las vidas negativas; y el hombre que utiliza la palabra, como normalmente se entiende, está todavía bajo el dominio de la vida involutiva. La Palabra tiene que ver con los Dioses; el sonido con Dios. La idea es expresada en la Palabra del Logos, que se lleva a cabo satisfactoriamente por la “Hueste de la voz”. Desde el punto de vista del Ego, o Dios interno, en este ciclo manifestado la palabra es una característica de la personalidad (los dioses en manifestación triple) y el sonido lo es de la naturaleza del Ego en los niveles abstractos. El Iniciado trabaja en el plano mental usando las palabras universales; los hombres trabajan en los planos inferiores a través del discurso o la multitud de palabras y sonidos. El método para el Iniciado en entrenamiento, para el discípulo que mantiene disciplina, asimismo como para el Adepto en el trabajo liberado es siempre el mismo: la meditación, la comprensión, la visualización y el sonido; y quien medita, siempre permanece como el que emplea conscientemente estos cuatro. El método para el hombre en su propio plano son siempre las conclusiones de la mente inferior, la imaginación, las formas de deseo y las palabras fragmentarias; y el hombre se identifica inconscientemente con las formas que crea y con las formas mentales inmaduras que visualiza. Entonces, hasta que un hombre no sea libre o aún esté en proceso rápido de liberarse en el Sendero, no se le puede confiar el conocimiento de las energías que dirigen y manipulan las fuerzas de la involución o el aspecto sustancia. Primero tiene que aprender los métodos del silencio oculto.

3. El silencio consciente también es encomendado a un discípulo por las siguientes razones:

a. El silencio desarrolla en él el conocimiento de los motivos, a través de las consideraciones sobre la razón para hablar y la necesidad de circunspección.

b. El silencio desarrolla en él la cualidad de la meditación interior y la capacidad para escuchar su voz.

c. El silencio sirve para enseñarle el proceso de la conservación de energía y cómo acumular fuerza para el servicio a la humanidad.

d. El silencio engendra en él la capacidad de conservar el equilibrio y le permite lograr el alineamiento consciente con el Ego, su propia Divinidad interior.

4. Otra razón contundente para el cultivo del silencio es que hablar engendra karma y la palabra hablada siempre produce resultados que tendrán que ser resueltos si las palabras se relacionan con la personalidad o están basadas en ella. El discípulo o Iniciado debe estar en proceso de disminuir y resolver el karma, con miras a la liberación. Al mismo tiempo, la emisión de la palabra de la Hermandad y el empleo del habla con el fin de ayudar o de enseñar a los hombres EL CAMINO, no engendra karma.

Cuando un hombre hace afirmaciones y llama la atención sobre sí mismo, bien como un Iniciado o un discípulo, él ata a sí mismo, ya sea favorable o desfavorablemente, a otras unidades humanas; y debe resolver con ellos los efectos del uso de tal discurso y liberarse, con el tiempo, de las formas mentales de devoción o aversión, de ardiente atracción o rechazo despectivo, y tendrá que “permanecer”, en el sentido oculto del término, hasta que haya deshecho, lo que sea, los malos efectos de sus mal-evaluadas palabras. Ésta es una contundente razón para guardar silencio.

Los Maestros trabajan con aquellos que se acercan a Ellos, que se esfuerzan por abrirse camino hasta Su presencia y encontrar la entrada que conduce a Su mundo mediante la similitud de la vibración. Ellos no envían anuncios a todo el mundo, porque conocen la ley, y Sus palabras se las dicen a los que llegan hasta Ellos y a los que se han decidido a buscarlas por gran necesidad. Hablan a Su propia gente, a los que conocen a través de un reconocimiento individual; y Sus palabras son para ellos, para que puedan ser sus agentes en el plano físico a fin de llevar a efecto los Planes.

ALICE A. BAILEY

Última entrada

LA INICIACION Y LOS RAYOS

LA INICIACION Y LOS RAYOS   1. Después de la tercera iniciación, [el hombre] localiza (si corresponde esta palabra tan inadecuada) su alma e...